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Zoofotgrafo (3)

en Zoofilia

RELATO 3 ZOOFOTOGRAFO

Bueno, este es mi tercer relato y espero que también les guste. Antes de empezar permítanme unas aclaraciones:

  • Cada uno puede pensar lo que quiera, me refiero a que si mis relatos son reales o no.

  • Por motivos que ya aclare, no puedo, ni quiero ni estoy autorizado a publicar mis fotos. Las fotos que aparecen son sacadas de internet (todos tienen acceso), y elegidas por el parecido que tiene con lo que narro en mi relato. Todas mis fotos tiene un propietario y sin autorización expresa de ellos, no puedo mostrarlas.

Cuando empecé con mi primer relato fue porque (como a casi todos), leerlos me pone a tono, pensé que si los escribía podía ser divertido y lo es, pero hay cosas, ideas y éticas con las que no me gusta jugar.

Agradezco de corazón los correos, valoraciones y el número de personas que han leído mis otros dos relatos, como decimos por aquí "estoy flipando", esto me ha hecho preparar este tercer relato. Vamos con él.

En los relatos anteriores hay un orden cronológico y todo paso es dos semanas. Luego de la famosa "boda" pasaron casi un mes y no me llamaron, pero después de este silencio; Mary me llamo un poco enfadada.

  • ¿Ta has olvidado de mí? ¿Cómo no te llaman para sacar fotos, no vienes a verme?

  • ¡No, no, de eso nada!, he tenido un poco de trabajo y me he desplazado a otra isla, por eso no he pasado por tu casa. (Le conteste con esta pequeña mentira).

  • La verdad es que Kan te extraña, se pasa el día mirando para la puerta por si tu apareces.

  • ¿Kan, me extraña?, increíble pero vale, ¿y tú?

  • Bueno, yo no tanto como él, pero también. ¿vienes a cenar?

  • ¿Contigo o con Kan?

  • Con los dos

  • Vale a las 20:00 estoy en la finca.

De la cena y lo que paso después no les cuento, va en otra sección que no está registrada (sexo a lo bestia o placeres interminables). Por cierto a Kan le di la noche libre. A partir de esa noche mi casa era prácticamente la finca, Kan estaba "feliz".

La finca está rodeada por unos prados en una zona montañosa, así que era frecuente que saliera de paseo para secar fotos de la naturaleza. Llevaba mi cámara y algunos objetivos especiales. Subí una péquela ladera para dominar el paisaje mejor y entre unos árboles, pude ver a una persona con un hermoso caballo. Es habitual sacar a los caballos a pasear por los prados, así que no me extraño, de todas formas y por curiosidad tome mi cámara, apunte a la zona y reconocí a Anselmo (el "marido" de Aurora) que estaba con alguien. No le di importancia hasta que me fije, era la cocinera de la finca la que estaba con el caballo. Me extraño bastante ya que el caballo tiene a un cuidador, pero mas me extraño cuando la cocinera se remanga la falda y agachándose debajo Anselmo, pone su sexo a la altura de la polla del animal, este que ya estaba con todo su inmenso miembro fuera, dio un golpe de riñones y le metió casi toda esa grandísima polla en el coño. Yo tenía el dedo pegado al disparador de la maquina y estaba sacando un foto cada dos segundos (después vi que casi saque una película), pero no podía dejar de mirar. Me pareció oír un pequeño grito en el momento que el inserto su miembro, pero ella ni se movió. Anselmo dio otro empujón y se la metió entera, yo no me lo podía creer, tenia medio metro de polla en su cuerpo. No era posible, no hay una vagina tan grande, y encima el animal empezó a entrar y salir de ella como quería, cada empuje parecía que era más fuerte, pensé que la partiría por la mitad, no me explicaba lo que estaba viendo. Pasaron unos minutos y el caballo paro, de la cocinera salí un mar de esperma, y cayó al suelo. Yo me levante y corrí hacia donde estaba ella, pensando que el "animal" de Anselmo la avía hecho daño. Cuando estoy a cinco o seis metro oigo unos quejidos de dolor y a continuación.

  • ¡Qué bien me follas Anselmo!, cada vez me haces más feliz, (dijo la cocinera), si ya terminaste nos vamos antes de que Aurora se dé cuenta que no estás en la cuadra.

Yo no me lo creía, estaba tan asombrado que casi no me da tiempo a esconderme detrás de un árbol. Esto era un escándalo, Anselmo le ponía los cuernos a su mujer con la cocinera, y yo tenía las fotos que lo probaban en exclusiva. Ya más cerca me di cuenta que a la coimera le seguían corriendo los líquidos del caballo por sus grandes muslos, ella se subió la braga, bajo su falda que le llegaba hasta los tobillos y se fue como si nada, bueno, movía el culo de una manera rara y los pies los llevaba bastante separados.

Ella fue con dirección a las cuadras y yo salí corriendo para la casa, cuando llegue me cruce con Adela que estaba en el jardín, me debí poner muy colorado por la impresión ya que me pregunto si me sucedía algo. Le dije que no y seguí en busca de Mary. Al fin la encontré. Estaba reunida con un matrimonio, yo con muy mala educación, interrumpí y sacándola de una mano al pasillo le dije.

  • ¿Tienes idea de lo que acabo de ver por el objetivo de mí cámara?

  • A dos moscas lesbianas con un consolador a pilas. (Me contesto de forma irónica, y agrego). Tiene que ser muy importante por la manera en la que bienes.

  • ¿Importante?, un escándalo, una traición en toda regla y yo tengo las fotos.

  • ¡Déjame pensar!, ¿que puede ser, que a ti tanto te sorprenda? Y bienes del prado. Ya sé.

  • Anda ya, ni te lo puedes imaginar.

  • ¿A que si? Vistes a la cocinera con Anselmo ¿verdad? Vale, déjame terminar con este matrimonio y me cuentas. Dijo al mismo tiempo que volvía a su oficina.

Yo me quede asombrado otra vez (y van tres), Mary lo sabía, me pregunté si también Adela.

Esperaba a Mary impaciente y recordaba como el caballo le había metido toda su grandísima polla a la cocinera, este recuerdo ahora me estaba poniendo a cien, el semen de Anselmo escurriéndole por las piernas y ella con una cara de niña mala, aunque para mí que tendría más de 60 años. Pensando y recordando no me di cuenta que Mary se sentó a mi lado.

  • Se te está poniendo dura, (metiéndome mano en mi paquete)

  • ¡Ah!, hola (tarde un poco en reaccionar, mi cabeza estaba en el prado).

  • ¿Estas bien? Me pregunto

  • ¿Lo sabías?

  • Todos los que estamos aquí lo sabemos.

  • ¡Ah!, y no me has dicho nada.

  • Aquí hay muchas cosas de las que todavía no te he hablado.

  • Bueno vale. Pero dime como se puede meter todo ese gran trozo de polla en la vagina.

  • ¡ja, ja, ja!, no se lo mete en la vagina.

  • ¿En el culo?

  • Si, el hueco es mas grande. A Adela no gusta la idea pero no le importa porque el caballo descarga todo su ímpetu en el culo de la cocinera, así cuando esta con ella va más tranquilo y se lo puede meter en la vagina sin tanto peligro. Le hacemos ver que no lo sabemos.

  • Pues no se me paso por la cabeza. Le conteste con cara de asombro.

  • Joe, ¿tienes tu cámara preparada?

  • Cariño, mi cámara y yo siempre estamos dispuestos para todos tus deseos. Le conteste con tono chulesco.

  • Estupendo porque tienes un pequeño trabajito.

Me agarro de la mano y nos fuimos a las habitaciones de la parte trasera. Antes de tocar en una de las puertas me dijo que fuera delicado, estuviera tranquilo y que actuara con toda la profesionalidad que pudiera, estas personas son muy especiales y sus gustos también.

Tocamos a la puerta y salió una señora alta, esbelta y de muy buen porte, me di cuenta que vestía una bata semi trasparente y solo tenía debajo un tanga que casi no tapaba su gran pelvis, al darnos la espalda me fije en su culo, era muy bonito con sus dos nalgas y la raya en el medio, (en ese momento Mary me dio un codazo). Entramos y nos saludo su marido, nos invitaron a tomar algo, y me explico.

  • Joe, soy Tomas y mi esposa es Chelo, a ella le gustaría que le sacaras fotos con sus mascotas.

  • Para eso estoy aquí. Le conteste, (y añadí), si las quieren fuera tiene que ser ya, porque nos quedamos sin luz del sol.

  • No hace falta Joe, ya está todo preparado. Pasa y dime si está bien o necesitas algo más.

Me llevaron a una habitación contigua, encendieron las luces y pude ver en el centro un extraño sillón, bueno no tan extraño, era un sillón de ginecólogo con algunos añadíos. Al lado tenía una gran mesa con ruedas, a la que le pusieron varias luces tipo foco. Me dijo que me preparara para hacer las pruebas.

Chelo se quito la bata dejando sus pechos totalmente al descubierto, no eran grandes pero estaban pidiendo que se los chupara a gritos. Se sentó en el sillón y levantando sus piernas las puso en los soportes que tiene a los lados, dejando su gran sexo a la vista (y que vista), Tomas rodo la mesa situándola delante de ella y justo a la altura de su sexo, me puso un taburete frente a ella y encendió las luces que apuntaban directamente hacia el coño de su mujer.

Desde donde estaba lo que vi era como una gran llanura que terminaba en una gran cueva, y en ese momento su marido le introducía un aparato en la vagina, le dio unas vueltas a un tornillo y "ábrete Sésamo", la cueva estaba totalmente abierta para mí.

A todo esto pensé que en la fiesta faltaba alguien. No tardaron mucho en contestarme, del fondo de la habitación Tomas trae una jaula de la que saca dos ratones blancos. No eran de esos que se ven por las tiendas, estos eran grandotes, podían medir cada uno como unos 10 cm, y tenían puesto un arnés como los de los perros, que los sujetan por el pecho. La luz era buena, el escenario también y los protagonistas estaban preparados y todos mirando para mí.

No sabía que iba a pasar (aquí cada día es una aventura distinta), así que dije

  • ACCIÓN

 

Todos se rieron, yo empecé a dispara y Tomas soltó a uno de los ratones, (los tenia sujetos por una correa al arnés). El ratón miro a su alrededor como esperando algo, en ese momento Tomas introdujo en la vagina de Chelo algo, y el ratón se puso en camino con esa dirección. Yo no me lo creía, cuando llego empezó a entrar por el sexo abierto que tenía delante, lo hizo despacio, desconfiado, oliendo a su alrededor, parecía que estaba entrando en una ratonera. Chelo cuando lo sintió dentro empezó a gemir de placer y le dijo a Tomas que fuera quitando el aparato.

Yo acerque la cámara todo lo que pude y pude sacar fotos del interior de Chelo. Su cueva estaba choreando, ya tenía como un pequeño charco que casi tapaba las patitas del ratón, este mordisqueaba un gran trozo de chocolate y tenia parte de su pelaje mojado. Justo antes de que le quitaran el aparato, Tomas soltó al otro ratón que salió corriendo con su compañero, pero ya la entrada estaba casi cerrada así que tuvo que hacerse hueco con las patas y la cabeza para entrar.

Chelo no paraba de gemir, Tomas se la estaba meneando, Mari tenía los dedos en su coño y yo sacando fotos. Cuando el segundo ratón entro, Chelo tuvo un gran orgasmo, creo que su cueva se inundo de golpe ya que los ratones (que le tiene miedo al agua) salieron corriendo. Del sexo salía un montón de líquido oscuro que los ratones fueron rápidamente a lamer, eran los jugos de Chelo mezclados con el chocolate derretido. Los pobres ratones estaban empapados así que Tomas los agarro, los fue secando y se lo llevo. Cuando regreso traía otro animal, era más grande que los ratones, (no sé cómo se llama, creo que es una cobaya), este era más tranquilo pero ya sabía lo que tenía que hacer. Fue con dirección al sexo de Chelo, lo abrí con la cabeza, entro hasta el punto que no lo vía desde mi posición y cuando menos me lo esperaba saco su cabecita toda mojada mirándome como diciéndome

  • ¿A que soy guapo? ¿Me sacas una foto?

A mí me hizo mucha gracia, pero a chelo le produjo un orgasmo bestial, empezó a retorcerse, creo que por las contracciones que tenía el bicho salió disparado, estaba chorreando, parecía que acababan de darle un baño, el empezó a limpiase y me ignoro totalmente. En ese momento también vi como Tomas le introducía el pene a su mujer en la boca para correrse. Mary ya no podía más y me dijo.

  • Nos vamos ya, o llamo a Kan.

Bueno, espero que este relato también les guste, he puesto algunas fotos y quiero recordarles que son bajadas de internet NO SON ORIGINALES y cualquiera puede acceder a ellas. Si quieren mandarme relatos, fotos, o preguntas, ya saben mi correo. Si las fotos son de zoofilia y ustedes quieren las pudo poner en los relatos (si coincide).

Si me lo permite este relato va dedicado a una escritora, a la que los roedores le dan repelús, (como te prometí).

Un saludo y ¿hasta el próximo?.