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La fantasia de Ana 1 (por Joe)

en Fantasías Eróticas

LA FANTASÍA DE JOE & ANA

Por Nemesy

Hola, de nuevo aquí, con un nuevo relato.

Hace algún tiempo, una buena amiga y gran amante, me comento que tenía una fantasía y que sería muy feliz si yo le ayudaba a hacerla realidad. Ana que así la llamaremos, es una mujer de bandera, muy guapa y tremendamente sexy, con un culito espectacular, es amplio, muy redondo y alto, duro como una piedra y acogedor como una almohada de plumas con una profunda y larga raja en medio, solo mirarlo dan ganas de darle un buen mordisco o una buena nalgada y lo mejor, es que a ella le encantan las dos cosas. Tiene una tetas grandes pero no exageradas, sus pezones están en su sitio y casi no entran en mi boca cuando se los chupo, en cambio su sexo no es tan grande, cuando se lo como con fuerza, casi me entra todo en la boca, además siempre lo tiene sin pelo y es muy carnoso con largos labios y un pequeño clítoris que con solo rozarlo sale, como para saludarte y darte la gracias por la visita, yo se lo muerdo suavemente y Ana se retuerce de placer. De carácter es un sol, la clásica persona buena, agradable y muy cariñosa. Le gustan casi todas las prácticas sexuales pero es más que nada, una gran folladora.

Como les decía quería hacer realidad una fantasía, me conto que hace varios días, vio una película con su esposo, en ella una chica era penetrada por muchos chicos de color, que la había perturbado muchísimo y que esa era su fantasía, esta consistía en que se la follaran como mínimo veinte pollas en una noche. La verdad que cuando me lo dijo quede un poco asustado, el encargo era un poco difícil, o por lo menos eso me pareció cuando me lo conto, luego lo pensé bien y me comprometí a ayudarla con la condición que me dejara hacerle las fotos a lo que accedió sin ningún reparo. Así fue como lo organizamos y lo que sucedió.

La cosa se presentaba complicada, no puedes meter a veinte tipos en un apartamento sin levantar sospechas, además que para controlarlos es muy complicado, luego estaba el hecho de conseguir a tantos hombres al mismo tiempo, así que decidimos que lo prepararía en la calle, un lugar muy discreto de poco paso y lo haríamos en un coche, tengo un pequeño furgón que con unos pequeños ajustes nos quedaría muy cómodo. Solo nos faltaban las veinte pollas que además las quería muy grandes. Donde vivimos hay mucha inmigración desde áfrica y latino América así que se lo propuse, los veinte hombres pueden ser inmigrantes, Ana quedo muy entusiasmada por la idea en general y me insistía para que fuera lo antes posible.

Me fui a una zona donde hay muchos inmigrantes y contacte con algunos, les propuse la idea y que si ellos me ayudaban en la organización, les dejaría que fueran los primeros y además tendrían una sesión extra de folleteo con Ana, ellos por supuesto aceptaron encantados. Cuando se lo conté a Ana, quedamos para que unos días antes los reuniera en mi casa y allí lo organizaríamos todo y de paso les daba una buena follada como anticipo. Decidimos que seria a principio de Julio que es cuando la gente está de vacaciones y las noches están más cálidas y tranquilas, así que un día antes quedamos en mí casa para organizar toda la fantasía de Ana.

Nos reunimos con tres Africanos y dos Latinos, todos hablábamos castellano pero cada cual a su manera, les explique de forma general lo que teníamos pensado y a todos les pareció muy bien, solo puntualizamos en que no podía haber más de dos hombres en los alrededores del coche para no llamar mucho la atención y todos quedamos de acuerdo, solo faltaba que llegara el día. Para celebrarlo saque unas botellas de cava que nos empezamos a beber en copas y terminamos haciéndolo sobre el cuerpo de Ana. La bañaron con el cava, ella estaba riendo a pesar de que estaba muy frio, Ana se lo derramaba por sus hermosas tetas para que todos se la chupáramos, uno de los latinos se tumbo en el suelo y arrastró a Ana para que se sentara en su cara, dos africanos le chupaba las tetas y se las apretaba hasta hacerla gritar, pero una buena polla le entro en la boca y la silencio.

Ana se puso a chupara las pollas que tenia a sus alrededor, entraban y salían de su boca una tras otra, la única diferencia era el color ya que el tamaño era casi parecido, todas eran muy grandes, le costaba metérselas y no podía meterlas muy adentro, el que estaba en el suelo chupándole el sexo, cambio de posición y le ensarto su gran polla en el coño de Ana, que al sentir como la empalaba hasta el fondo, no pudo evitar un grito de dolor que luego se convirtió en placer, la polla le entraba bien adentro y ella se apretaba cada vez más para que la penetrara totalmente, se agacho para besar a su empollador y uno de los africanos, al ver su culo tan dispuesto, sin previo aviso, le metió lo menos veinte centímetros de polla dura y gorda hasta el fondo, le entro como una un tren entra en un túnel, sin paradas, sin pausas hasta el fondo, hasta que sus testículos chocaron con la entrada, fue tan rápido que a ella no le dio tiempo ni a que le doliera, un pequeño suspiro me indico que estaba empalada ahora por los dos sitios.

Ana recibió todas las pollas que le ofrecimos, sus agujeros estaban dispuestos en todo momento para dejarnos entrar y derramar nuestras corridas dentro, que llena de leche le salía de su sexo a chorro, mezclado con sus orgasmos, llego a tener cuatro pollas corriéndose dentro de ella al mismo tiempo, dos en su lindo culito, una en su acogedor coño y la ultima en su carnosa boca, Ana las recibía con sumo placer entregándose totalmente a nuestros deseos.

Después de una horas de sexo a lo bestia, estábamos agotados, despedí a mis nuevos amigos y compañeros de follada y me metí en la ducha con Ana. Ella malamente se podía mover su cansancio era lógico, su sexo estaba muy irritado y el culo lo tenía dolorido, pero en su rostro se podía ver que estaba totalmente complacida, le ayude a bañarse con mucha suavidad y cariño, la seque y la acosté en mi cama donde nos quedamos dormidos hasta el día siguiente, el día en que el sueño de Ana se haría realidad.

En la mañana siguiente, Ana se levanto muy temprano, su justificación ante su marido se estaba acabando y tenía que regresar a su casa, así que después de un rápido desayuno, la acerque en mi coche hasta su casa.

  • Hasta la noche Ana y recuerda ponerte muy guapa, aunque eso para ti no es difícil, tu siempre lo estas.
  • Joe, gracias por la follada de anoche, lo pase muy bien.
  • Te recojo a las nueve de esta noche.

Y después de darnos un cálido beso en los labios se fue rápidamente hacia su casa.

Yo me pase el día pensando el lo que haríamos por la noche, como consecuencia de tanto pensar, mi polla se paso el día tan tiesa que ya a media tarde me dolía de tan dura que estaba. Con tanto deseo de que llegara el momento las horas parecen que no pasan y yo cada vez estaba más desesperado por recoger a mi querida Ana. Por fin a las nueve llegué a su casa, ella me esperaba y al verme llegar salió rápidamente, tenia puesto un traje muy corto y con un gran escote, por donde se le podía ver sus hermosas tetas y casi el pezón, al sentarse el traje se levantó y pude comprobar que como casi siempre Ana no llevaba braguitas, y fue eso lo que ya me enloqueció. Arranque rápidamente, me aleje de su casa y en una zona apartada me pare, Ana se sorprendió y pensó que allí era el lugar elegido, a lo que le conteste que no, que yo no podía mas y que necesitaba follar o reventaría, además así seria yo el primero.

Yo tenía mi coche preparado para lo que iba a suceder, así que abrí la puerta lateral que abre hacia atrás y Ana se encontró con una especie de cama donde tenía que tumbarse boca abajo y de cintura para arriba, dejando los pies apoyados en el suelo, una almohada bajo su pelvis hacia que su precioso culo quedara bien alto y sus dos apetecibles agujeritos bien a la vista. Una vez colocada le pregunte.

  • ¿Estás cómoda? ¿Aguantaras en esa posición?
  • Joe, creo que si, la verdad es que así no creo que tenga problemas y noto como mi culito se está abriendo al estar tan alto.
  • Si cariño, se está abriendo para que yo entre y lo lubrique con mi leche.
  • Pues no le hagas esperar y métemela ya, bien adentro y con todas tus fuerzas.

Yo siempre complaciente con Ana, no la hice esperar y de un empujón muy fuerte le metí mi polla hasta que mis testículos chocaron con su coño. Ella dio un pequeño grito y luego empezó a jadear por el placer que sentía. Poco después se la saque del culo para metérsela en el coño, y así estuve de un agujero a otro durante unos minutos, luego no pude aguantar más y me corrí en su boca que es donde mas le gusta que lo haga, Ana lo disfruto pero solo logre que se mojara bien, mas tarde tendría la ocasión de correrse muchas veces. Antes de irnos, me dieron muchas ganas de orinar, se lo comente a Ana y me contesto que la usara a ella, y así lo hice, se la metí en su coño y fue la mejor meada que he echado en mi vida. Al terminar nos besamos muy apasionadamente y después de descansar unos minutos, no fuimos al lugar acordado donde nos esperaban las pollas para Ana.

Al llegar un africano y un latino nos esperaban, estacione en el lugar preciso y rápidamente preparamos todo para que Ana se pusiera en la posición idónea y a la espera de ser follada por las pollas que ya rondaban por los alrededores. El primero fue el africano que no dudo en aprovechar un despiste del otro y se la metió a Ana sin previo aviso, le metió unos buenos empujones y se corrió rápidamente en el coño de ella. Luego el latino se la metió por el culo y Ana protesto durante unos segundos ya que la polla era enorme y la pillo desprevenida, también se corrió rápidamente llenándole el culo de leche. Me acerqué hasta Ana y le pregunte.

  • ¿Qué tal las dos primeras?
  • Solo me han calentado un poco más de lo que tú me dejaste. Espero que los demás no sean tan rápidos y me dejen disfrutar a mí también.
  • No te preocupes que estoy seguro que esta noche quedaras muy bien servida.

No había terminado de hablar y note como otra polla invadía las entrañas de Ana, yo al estar dentro del coche, no pude ver quién era, solo una gran polla que entraba en el sexo de ella.

  • No te vayas, quédate a mi lado. Me pidió Ana
  • Como quieras, estaré aquí para lo que precises.
  • Gracias amor, saquete tu polla y déjamela cerca para así poder jugar con ella cuando me apetezca, ¿te importa?
  • Sabes que para mí es un verdadero placer complacerte y mi polla se alegrara mucho.
  • Este carbón me la está metiendo hasta el mismo fondo de mi vagina, me está llenando de polla, y encima la tiene tan caliente que casi me quema. MMMMMMMM me está dando muchísimo placer, me bombea como una bestia, su gran polla me está destrozando y………, AAAAAAAAAAA se está corriendo y me llena de su leche, mi coño esta llenándose de su corrida. AAAAAAAAAAA que placer más bueno, su leche se escurre por mis piernas, ya termino, está descansando pero no me la saca.
  • ¿quieres que le diga que se aparte?
  • Nooo espera, se ……………… ¡esta meando dentro de mí!, su meada es muy caliente, MMMMMM, es como si se corriera otra vez, me está ………………… AAAAAAA, me hace correr, MMMMMMM me estoy corriendo con este carbón.

Todo esto había logrado que mi polla se pusiera a tope de nuevo, íbamos por la tercera polla y Ana ya se estaba corriendo, eso era un buen augurio, la noche podía ser memorable.

Cuando el cuarto hombre llego mi polla estaba sujeta por las fuertes manos de Ana, que al tener su primer orgasmo la apretaba tan fuerte que me cortaba el paso de la sangre, así que se estaba poniendo de un tono morado que me preocupo un poco.

  • Ana cielo mi polla, que me la vas a romper y no traje la de repuesto.
  • MMMMMMMMM, Joe tremenda polla la que me está metiendo este hombre, me ha destrozado y me ha hecho llegar al cielo. La he sentido tan adentro que creo me ha agrandado mas mi vagina, además su corrida esta siendo larguísima, casi no acaba. Ha sido un acierto……………. Espera, ¿que está haciendo?, me la acaba de sacar y me la mete de nuevo pero por el culo. AAAAAAAAAA, el muy desgraciado, me la esta clavando muy fuerte. Es como una estaca, me está empalando con su polla.
  • Quieres que le diga que sea más suave. Le dije mientras mi polla que ya estaba libre se recuperaba.
  • No déjalo a ver que me hace.

El hombre aquel, la estaba partiendo, era tan brutal las embestidas, que hasta el coche se balanceaba a ritmo de sus empujones. Me baje y fui hacia él, era un africano de casi dos metros y la verdad que tenía un pollòn enorme, no me podía creer que a Ana le entrara una polla así, pero el arremetía contra su culo una y otra vez, desde fuera se podía oír los resoplidos de Ana y los pequeños gemidos que daba al entrarle la tremenda polla.

Pasados unos minutos, el tipo término, le dio una buena corrida y además volvió a mearse dentro del culo de Ana a la que le escurría todo aquellos líquidos por las piernas y empezaba a formarse un pequeño charco en el suelo. Ana me llamo y fui rápidamente a su lado para ver que le sucedía.

  • Dime cariño, te ha hecho mucho daño esa bestia.
  • Si mi amor me ha destrozado, así que …………… pídele un teléfono y su dirección para repetir esto otro día en tu casa.
  • Jajaja eres insaciable, creo que por ese te quiero tanto.
  • Gracias cariño, pero ¿como vamos de tiempo?
  • Muy bien, ya tienes al siguiente esperando, es un latino muy bien armado.
  • Pues que no espere, que entre sin llamar.

Y así fue, el quinto era un latino, la penetro rápidamente con bastante fuerza, ella se quejo al principio, pero el africano la había dejado tan abierta que hasta un camión entraría por esos túneles. Después de un rato, el latino se corrió e hizo que Ana llegara a un nuevo orgasmo. Después pasaron por el sexo y culo de Ana unas cuantas pollas mas, de latinos y africanos y de buenos tamaños, Ana gritaba de vez en cuando, coincidiendo siempre con la llegada de un orgasmo más. Cuando el noveno termino, le dije a Ana si quería descansar un poco, cosa que me agradeció. Habíamos previsto un deposito con agua por si ella lo necesitaba, se pudiera asear en cualquier momento y fue un acierto, el agua fría le calmaba las molestias y la inflamación que ya tenía en su sexo.

Después de unos diez minutos y cuando Ana ya recuperada se disponía a colocarse nuevamente en su posición, nos dimos cuenta que un señor ya de cierta edad venia hacia nosotros. Nos llamo la atención, la verdad es que no esperábamos que nadie pasara por aquel lugar.

  • Buenas noches, (dijo el transeúnte), ¿puedo participar?
  • ¿Participar en qué? Le conteste con un tono más bien brusco.
  • Llevo un rato observando lo que hacen y me preguntaba si podía participar. He visto a la señorita y me agradaría mucho.

Ana se asomo y sonriendo me dijo que si no estropeaba mis planes que a ella no le importaba, así que le dije que sería el siguiente. El señor me dio las gracias, se aligero un poco de ropa y sin titubeos, se lanzo a comerse el sexo de Ana. Ella sorprendió mucho, pero le dejo hacer. A los pocos minutos ella gemía como una desesperada, la lengua de su nuevo amante la estaba haciendo llegar a un nuevo orgasmo que se le hacía interminable. Después cuando el considero que era el momento, la penetro con una más que respetable polla, no muy grande, pero por la forma de gritar de Ana, parecía que la penetraba un nuevo pollòn, cuando acabo corriéndose en el coño de ella, los dos gemían de placer. Ana me pidió que tomara los datos del señor para futuras experiencias, decía que tenis una boca muy especial.

Luego pasaron por Ana unos cuantas pollas más que la fueron haciendo gozar cada vez más, su sexo estaba ya muy rojo y su culo casi ni se cerraba, así que le dije que ya me estaba preocupando y que lo dejáramos, ella me contesto que no, que era su sueño y lo quería hacer realidad, además todavía había gente esperando y que por cierto empezaban a ponerse nerviosos. Al ver que ella salía del coche y pensando que ya se acababa, dos africanos se acercaron para hablarme.

Me preguntaron si ya se acabo, yo le dije que ella estaba muy cansada, así que lo estábamos valorando, a ellos esa respuesta no les gusto , así que la situación de pronto se puso un poco violenta, yo empuje a Ana al interior del coche con la intención de protegerla, pero de pronto sentí algo muy frio en mi espalda, uno de los africanos me pedía que me calmara y que no hiciera nada y una navaja en mi espalda le daba la razón, así que opte por hacerle caso. Ana salió en mi defensa, estaba muy asustada pero le hecho mucho valor y se enfrento a ellos. Un poco de forcejeo y le dijeron a ella que no la iban a hacer daño, solo querían sexo y después de tanto esperar no era justo que no lo tuvieran, Ana que es muy razonable y complaciente, acepto su reclamación y se dejo hacer por los africanos.

Tenía a sus pollas 17 y 18 delante de ella, como las demás, sus tamaños eran enormes y estaban tan duras que no creo que fuera muy fácil partirlas. Ana las chupo, beso y acaricio, hasta que ellos se colocaron uno abajo y otro arriba, he hicieron un sándwich con ella. Las dos pollas entraban y salían de ella con tal velocidad que casi ni se las veía y yo estaba tan absorto en lo que le hacían que no me di cuenta que dos latinos estaba observando ya con sus pollas preparadas toda las maniobras de los africanos. No sé en qué momento sucedió, las cuatro pollas estaban al alcance de Ana, sus agujeros estaban llenos y tenía una gran polla en la manos, luego cambiaron de posición, esta vez le metieron dos descomunales pollas en su culo, ella gritaba de placer quería retorcerse pero no la dejaban, estaba tan sujeta por aquellos enormes brazos y empalada por aquellas pollas, que casi ni podía respirar. Casi al unísono se corrieron todos, llenando sus entrañas de tanta leche que de su culito salía a chorro, su sexo ya enrojecido por el esfuerzo, soltaba también las corridas que tenia dentro.

Ya estaban todos con sus pollas fuera y recuperándose de la brutal follada, le comente que sería bueno para ella que se mearan en ella, la verdad que no hizo falta repetirlo, la colocaron y uno a uno se fueron meando dentro de ella que volvió a gritar de los orgasmos que estaba teniendo.

Cuando se fueron Ana me pregunto.

  • ¿Quedan más?, porque yo no puedo con nadie más.
  • No preciosa, esos eran los últimos. Tu sueño ya es una realidad
  • ¿Han sido los 19?
  • No cielo, han sido 20.
  • Mmmmmmm, me siento muy cansada, pero soy feliz por haber cumplido este sueño.
  • ¿Este sueño? ¿Tienes más sueños de este tipo?

No me contesto, solo sonrió y me beso, luego la lleve a casa, donde le di un gran baño de espumas aromáticas y relajantes, comimos algo y la acosté en mi cama donde paso más de 12 horas durmiendo. Yo de cuando en cuando la miraba y la besaba, estaba bellísima.

Este relato se complementa con otro, escrito por Ana, es la historia relatada desde su punto de vista. Creemos que puede ser una buena idea y así se lo hacemos llegar, por supuesto nos gustaría que los valoren y dejen sus cometarios

Tanto Ana como yo esperamos que les guste.

Un saludo

JOE & ANA