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Una de tantas...

en Zoofilia

Una de tantas…

Hola amigos, primero dar las gracias, de todo corazón, a tod@s l@s lector@s que me han seguido mandando muestras de afecto en estos meses tan complicados para mí. De todo corazón GRACIAS.

Este nuevo relato es la historia de una persona muy especial, alguien a quien quiero mucho y que se merece, que le llegue la felicidad en la forma que necesita. Hace algún tiempo me contó esta historia, me gustó y le propuse publicarla, así que aquí la tienen, espero y deseo que les guste.

 

Soy un hombre normal… de puertas afuera, de puertas adentro, soy yo misma.

No soy ningún niño, ya cumplí los cuarenta, aunque me conservo todo lo bien que puedo. Mido mas de 175 cm, peso 76 Kg. Completamente depilada, algo de pecho, melenita… culito respingón, en fin digamos que variopinta.

Me ocurre de vez en cuando, "tengo que dar salida a mis instintos" y unas veces de una forma y otras de otra, según se me ocurra pues intento hacerlos realidad.

Aquel día me sentía muy puta… y se me ocurrió ir a una sala "X" de hombres, una de esas que están dentro de un SEXSHOP. Me puse una braguita negra con cintas laterales y una camiseta de lycra a juego, me puse un short y encima un chándal, después me di algo de maquillaje para tapar la poca barba que tengo y con unas sandalias de tacón en la mochila, me dirigí a la sala en cuestión.

Una vez dentro, vi como había varios tipos entre las cabinas y la sala del fondo, una sala circular que tiene una pantalla gigante y en la que siempre hay películas GAYS, con asientos alrededor y una especie de cama ovalada central. También hay un servicio y un cuarto oscuro (con luces rojas), hacia este me dirigí, entré, me quité el chándal y me coloqué las sandalias. Al regresar tan sólo había un tipo masturbándose, me miró e hizo señas para que me acercara haciéndome insinuaciones con su polla, esta era de dimensiones normales. Me acerqué lentamente, llegando a él me agarró por la cintura y comenzó a besarme el cuello, dejándome para mí su preciado trofeo, yo lo agarré con la mano y lo masturbaba mientras él no dejaba de magrearme y besuquearme, se abrió la camisa y agarrándome la cabeza comenzó a bajármela hasta los pechos a lo que respondí mordisqueándoselos para continuar bajando hasta que llegué con mi boca a su polla y comenzando a chuparla, suavemente, rodeando el glande y metiéndomela en la boca, así varias veces hasta que comencé a chuparla sin parar. Él por su parte me había subido la camiseta y me magreaba los pechos, al poco comenzó a masajearme las nalgas, me soltó el botón del short y comenzó a meter las manos por la raja del culo, yo por entonces ya estaba caliente y no me daba cuenta de lo que ocurría a mi alrededor…

Habían entrado otros dos tipos, que estaban masturbándose ante el espectáculo que allí se ofrecía, ambos empezaron a recorrerme el cuerpo, me bajaron el short y las braguitas y comenzaron a horadar mi culito mientras yo seguía chupando esa polla que me sabía a gloria (tanto tiempo sin una), de pronto empezaron los espasmos, me agarró la cabeza y se corrió en mi boca, sentí para mi gozo ese sabor agridulce, seguí suavemente chupándosela hasta que se salió, me dio una palmadita y se fue…

Continué chupándosela a mis dos invitados, primero a uno y luego al otro, en esto entró un tercero y se unió a la fiesta… seis manos en mi cuerpo y tres pollas para mi sola, más de lo que podía imaginar, me quitaron el pantalón y las braguitas y me llevaron hasta el óvalo central de la sala de "cine"…

Me dejaron sólo con las sandalias y me pusieron a cuatro patas encima del óvalo, de cara a la pantalla y en toda la "cama", uno se puso de rodillas delante de mí y me metió en la boca una gran polla que casi me deja sin respiración, después de darme una bofetada, su enorme pene entró hasta mi garganta, otro me ensalivó el culo y metió su verga sin contemplaciones, yo no pude gritar de dolor, mi culito gritaba no sé si de alegría o de dolor por la inmensa polla que estaba en su interior, pero este pasó y empezó a ser placentero, otro me agarraba los pechos como si fuesen suyos, al tiempo que me daban nalgadas sin parar. Al menos había allí seis tipos a juzgar por las expresiones y por las pollas que masturbaba y sentía… el de la boca después de darme bofetadas suaves, cuando se fue a correr, me sacó la polla de la boca y me estampo la leche en la cara, para volverme a meter la polla en la boca exigiéndome que se la limpiara… yo me relamí y me tragué toda la que pude, hasta que el que estaba en el culo empezó a dar empollones y a clavarme su polla muy adentro y las manos en las nalgas, se corrió… Entonces me tumbaron boca arriba y otros dos ocuparon mis agujeros respectivos… los dos encima… el de atrás dando empujones, con mis piernas en sus hombros y el de adelante, metiendo y sacando una polla considerable hasta mi garganta… había otros dos, uno a cada lado a los que les tenía agarrada la polla y se la masturbaba, no sé quien de todos me agarraba los pezones, me los estiraba, los mordía, el que me estaba follando me daba nalgadas sin parar y el que la tenía en la boca, me abofeteaba. Todos ellos me decían lo buena que estaba, lo puta que era y que iba a estar un montón de tiempo sin sentarme, alguna vez que me dejaron agarrarme mi polla pude ver el liquido que me salía, señal de lo que estaba gozando. Así paso un tiempo (no sé cuanto) y me llenaron de leche tanto mis agujeros como mi pecho y bien formado abdomen… después de limpiar todas las pollas una a una, alguna bofetada y llamarme putón, zorra y otras cosas parecidas… dieron por concluida la sesión y se marcharon. Allí me dejaron "llena" en lo más profundo de la expresión y agradablemente sucia.

Me levante, recogí todas mis cosas y me fui al servicio a lavarme, un poco al menos para poder salir a la calle, me vestí, me miré al espejo y con cara de satisfacción me marché.

Iba caminando, cuando me aborda un tipo, de unos 55 años, canoso, con algo de barriguita cervecera y algo más alto que yo. Me dice que el espectáculo que ha visto, (durante el espectáculo vi que había varios tipos observando y masturbándose) había estado genial y que si me importaba acompañarle a su piso, donde le encantaría tenerme para el solo… después de mirarle y valorarle, me dije y que mas da, para esto he salido. Nos dirigimos a su piso y nos recibió un perro de raza gran danés... que aunque no ladraba no hacia mas que olerme por todos los sitios, mi anfitrión me dijo no tengas cuidado que no hace nada, lo único que debe olerte todo lo que te han dejado "esos".

Me pasó al salón, sirvió unos refresco y me pidió que me acomodase como quisiese, mostró el baño, para invitarme a una ducha, lo que acepté gustosa, él se disculpó y dijo que se iba a poner cómodo. Yo, me duché, limpiando bien los restos que me quedaban, saliendo fresca y vestida con la camiseta, el short y mis sandalias.

Fui al salón y me senté en el sofá, allí estaba el gran danés mirándome, no hacia nada, pero no es que me encontrase muy cómoda. Por fin apareció mi anfitrión, disculpándose por la tardanza, también se había acicalado, iba vestido con una bata corta nada mas, se le veían sus bien formadas piernas y su pecho poblado de vello. Se sentó a mi lado y después de las bromas usuales, comenzó a acariciarme y a besarme… me metía las manos por debajo de la camiseta y me recorría la entrepierna, mientras me besaba, mmm… que bien besaba, el perro se acercó como si estuviese celoso y mi anfitrión le llevó y le guardó en otra habitación, para seguir a lo nuestro, me agarró de la mano y me condujo a su habitación, de estilo clásico, pero fresquita y agradable, comenzó por quitarme la camiseta comiéndome los pezones y me empujó suavemente a la cama, él se quitó la bata para mostrarme una más que considerable herramienta muy gordita, se incorporó sobre mi y comenzó a besarme para bajar con la boca hasta el short, que desabrochó y me fue bajando hasta quitármelo junto con las braguitas, me retiró las sandalias y después de subirnos en la cama se tumbó encima de mí, comenzó a besarme con pasión… "que bien besaba" me sentía en la gloria, comenzó a bajar mi cuerpo, hasta mi polla, semi erecta, se la metió en la boca y me la estuvo chupando con maestría, me dio la vuelta y comenzó a comerme mi culito… y a meterme un dedo, y luego dos, masajeándolo. Me volvió a poner boca arriba y yo con los ojos cerrados, esperaba sus besos, que llegaron, me levantó las piernas y comenzó a meterme aquella considerable polla… primero suavemente… luego mas rápido… me besaba con pasión al tiempo que no paraba el vaivén, yo estaba en el limbo, de repente llegaron los espasmos, los jadeos acelerados en mi oreja y vi como mi hombre se corría… se quedó tumbado encima de mí, para echarse a un lado, jadeando, yo me incorporé, le acariciaba y daba besitos suaves, cuando estando en esto, se abrió la puerta y entro el gran danés…

Me pidió que no me asustara, que no pasaba nada ya que estaba muy bien adiestrado, se acercó hasta mí, me olisqueó y se puso a lamer mi polla, que todavía estaba soltando gotas de semen, la sensación fue muy agradable y como consecuencia se puso dura otra vez. Mi amante me pidió que me pusiera a cuatro patas de nuevo, me decia que confiara en él ya que iba a experimentar nuevas sensaciones de placer, yo que soy muy cachonda no le hice esperar, me coloqué y esperé por esas nuevas sensaciones. El perro se acerco a mí, me olió y enseguida empezó a pasarme su enorme lengua por mi culito. La verdad es que la sensación era magnífica, a cada lengüetazo que me daba un gran placer recorría mi cuerpo y me hacía estremecer, hasta el punto que me vi pidiendo, suplicando que no parase.

Estaba exhausta, mis piernas temblaban mis brazos casi no me aguantaban, el placer que sentía, cada vez que esa tremenda lengua pasaba por mi culito, era casi insoportable, mi polla estaba a punto de reventar y en ese momento, mi acompañante separa al gran danés de mi lado. Cuando recobré el sentido, me enfadé un poco con él y le recriminé el haberme privado del clímax que estaba a punto de sentir. El me besó con muchísimo cariño y me dijo que lo que sentiría a continuación sería mucho mejor.

Yo seguía colocada en la misma posición, el agarró al perro y lo puso encima de mí, es tan alto que se queda apoyado en sus patas, pero note, como su barriga se roza con mis espalda, eso hace que me estremezca y aún más, cuando siento como algo cálido roza la entrada de mi culito. Dice que me relaje, lo intento pero la emoción, el hecho de sentir cosas nuevas, de ser penetrada por un perro, hace de mi relax algo muy difícil. Noto como algo muy cálido empieza a entrarme, no es muy grueso pero entra de manera continua, parece que no va a acabar, en ese momento el perro da un fuerte empujón y me ensarta su gran polla hasta el fondo, me deja sin poder respirar, no me duele mucho, pero mi culito no está acostumbrado a sentir una cosa tan larga, mi estómago queda casi lleno, la sensación es indescriptible, cuando pasa el dolor todo es placer y es en ese momento cuando de manera brutal, mi amante canino empieza a bombear, su polla entra y sale de mí a una velocidad increíble, cada vez entra más adentro, más profundamente, me siento más llena y el placer es inmenso. Mi otro amante me dice que no me asuste ya que me estaba entrando la bola, no sabía a qué se refería, solo sentía placer y una gran presión en mi culito que me estaba enloqueciendo, quería más, mucho más y eso fue lo que me dieron.

De pronto noto como algo muy grande está creciendo en mi interior, mi estómago ya está lleno de polla, pero cada vez es más grande, además siento como pequeños chorros calientes, siguen llenándome y haciendo crecer mi barriguita ya agrandada por la gran polla que tengo muy adentro. El placer cada vez es más grande, mi culito y mi barriga están llenos, ya no bombea dentro de mí, está quieto pero su polla, que está ajustadísima a mi interior, palpita una y otra vez, a cada palpitación un nuevo chorro caliente me va llenando, es tanto el placer que siento que casi no puedo respirar, mi amante intenta sacármela, pero o puede, estamos trabados, una gran bola hace imposible su salida, estoy muy asustada pero el placer es indescriptible, es justo en ese momento cuando mi otro amante se coloca debajo de mi y metiéndose mi polla en su boca, me empieza a hacer una mamada bestial, yo para agradecerlo hago lo mismo, tomo su polla con mi boca y me la trago entera, quedando con las dos pollas muy adentro de mí.

Con las dos pollas dentro y la mamada que me estaban haciendo, como comprenderán, no pude aguantar mucho así que me corrí, nunca había sentido tanto placer, parecía que nunca iba a acabar de correrme, entre la polla dentro de mi culo y la otra en mi boca, estaba muy satisfecha, pero aún fue mejor, cuando estaba acabando de correrme, la polla que tenía en mi boca empezó a correrse también, la tenía tan adentro que casi no tenia que tragar, bajaba directamente a mi estómago, donde se juntaba con la de mi otro amante. Al sentir esto, fue tanto el placer que me corrí nuevamente y esta vez perdí el sentido ya que no recuerdo más nada, hasta sentir como la polla del perro salía de mis adentros.

Ahora soy más feliz, mis amantes me tienen muy satisfecha y ya no necesito buscar sexo en la calle, aunque en ella encontré lo que necesitaba.

 

Bueno amigos espero que les gustara este relato, me interesa mucho saber de sus opiniones que como ya les he dicho, para mí son muy importantes al igual que sus valoraciones. Pronto estaré con un nuevo relato, hasta entonces feliz sexo para tod@s.