miprimita.com

Series depravadas - Necrofilia (I)

en Grandes Relatos

Lily salió del trabajo a la misma hora de siempre, las doce de la noche. Caminaba tranquila por la calle, sin percatarse del auténtico peligro que acechaba en las sombras, sediento de sangre, ávido de calor. La criatura nocturna, siguiendo los pasos de la joven e inocente Lily, se relamió los labios reptilianos. Percibía su calor, su olor, puede que incluso vagos pensamientos.

"Llego tarde..."

"¿Roger me castigará esta noche?..."

"Atajaré...."

"¿Criatura de la noche eterna?"

El ser se extrañó ante ese vago pensamiento. La chica decidió adentrarse en una calle un poco oscura debido a que el ayunamiento no había repuesto aun las bombillas fundidas o rotas de la última sobrecarga de energía.

El ser la siguió con una sonrisa de satisfacción y felicidad, siendo consciente de que la presa estaba cerca de él, y que pronto podría catar su dulce piel, saborear su sangre. Sintió un extraño cosquilleo de cintura para abajo; se sentía, humanamente hablando, excitado. Aquella jovencita tenía unos buenos pechos y unas piernas preciosas. El ser casi reptiliano se volvió a relamer los labios, esta vez con cierta lascivia. ¿Cómo sería aparearse con ella?¿Emitiría los mismos sonidos que una hembra de su especie?¿Y el placer?¿Sería mayor? Lo había decidido, primero catar y luego devorar.

Esperó unos instantes y se posicionó en una callejuela; arqueó un poco la espalda, ocultándose en las sonmbras, listo para atacar.

Lily se detuvo a escasos centímetros de donde se escondía el depredador; le sonaba el móvil. Lo cogió con un seco "hola" y se quedó escuchando las quejas de su novio.

-No... no lo sé, Roger, maldita sea... ¿puedes callarte por una vez en tu vida y escucharme?.... Gracias. No sé si esta noche tendré ganas para animarte solo porque tu maldito equipo de fútbol haya perdido. No tienes fama precisamente de ser delicado cuando se trata de sexo, "cielo".... ¡¿qué?! No estoy teniendo ninguna aventura, gilipollas.... Ah... deja de quejarte, joder. Aquí la única que trabaja para llevar algo de sustento a nuestra hija soy yo, asi que deja de quejarte y mueve tu culo del sofá; haz algo que no sea devorar y ver la tele... Roger....

A Lily no le dio tiempo a decir mucho más. A pesar de que la criatura estaba un tanto lejos del teléfono móvil, pudo oír claramente las amenazas del novio para luego oler el miedo de aquella mujer. La criatura se volvió a relamer los labios al mismo instante en el que Lily colgaba el teléono, con la mirada un poco perdida. Avanzó unos pasos para después ser cogida con rudeza por el ser que llevaba un buen rato esperándola en las sombras.

Lily emitió un grito cuando la criatura tiró de ella hacia la oscuridad. El ser emitió un sonido de triunfo al tenerla por fin. La tiró al suelo con un gorgojeo. Al no tener en cuenta la debilidad de los humanos, Lily se dio un fuerte golpe en la cabeza y, a los pocos segundos, había muerto por traumatismo craneal. El ser no se percató de que la chica había fallecido al verse nublado por la excitación, el deseo y el hambre.

Volvió a relamerse los labios; se agachó un poco, cercano a su víctima, olfateándola, percibiendo su olor y su perfume. Le desgarró la blusa, dejando a la vista un sujetador negro de encaje. La criatura, con cuidado de no arañar la piel sonrosada de Lily, le arrancó el sujetador, dejando al aire unos pechos pequeños, sin marcas ni lunares. Un humano los hubiera juzgado de perfectos. El monstruo se inclinó sobre la joven fallecida y empezó a lamer con su lengua bífida los pechos de Lily, saboreándolos cual degustador de carne. Lamió el seno derecho y al pasarse al seno izquierdo, empezó a morderlo, dejando las marcas de sus dientes en la delicada piel de la joven. Su lengua recorrió el vientre plano de Lily, saboreando la piel. Al llegar a la falda, hizo lo mismo que con el resto de su ropa: arrancársela sin ningún tipo de miramiento, al igual que con sus braguitas y sus zapatos, dejándola completamente desnuda a sus ojos. su lengua recorrió su sexo, profundizando en su interior, saboreando el néctar cual catador de vino. Se puso sobre ella y la penetró de una embestida, desgarrando la piel interna debido en parte a su rudeza y en parte por el tamaño de la verga de la criatura.

Si Lily hubiera estado viva, lo más seguro es que hubiera gritado de dolor. El monstruo entraba y salía de su sexo sin miramientos, disfrutando del olor a sangre, del placer y del buen manjar que se comería tras el acto de sexo. Con sus garras, le arañó los costados, desgarrando la piel, haciendo que la sangre manara de sus heridas, para después inclinarse sobre ella y beber de sus recentes llagas con un gorgojeo, sin dejar de penetrarla. Tras haberse saciado con el escarlata líquido, la tomó de las caderas, hundiéndose más en ella. El mosntruo jadeaba e iba cada vez más deprisa, sintiendo el regocijo del placer que llegaba. Con una embestida, se corrió en la joven fallecida.

La criatura se relamió, saliendo del interior de Lily, para empezar a devorar la tierna carne de la muchacha, que se estaba empezando a enfriar.