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Entregué a mi madre

en Voyerismo

A pedidos de varios lectores, vuelvo a subir uno de mis viejos relatos "ENTREGUE A MI MADRE".

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Ahora Que soy grande, sigo pensando como pude ser tan malvado, nunca se irá el remordimiento dentro mío

Yo tenía en esa época 16 años, pero me creía que ya era mayor, pensaba que estaba preparado para gente mayor y no para muchachos de mi edad.

Andaba con tipos de 40 para arriba, sintiéndome igual a ellos, sin darme cuenta que me usaban para hacer lo peligroso de sus trabajos.

Eran tres tipos de avería, robaban, estaban drogados la mayor parte de los días, tomaban, y yo sintiéndome astuto los seguía en todo.

Dos de ellos tenían 32 y 35 años, pero eran también idiotas útiles del jefe.

Este sí que era pesado en serio. Prontuarios por donde busquen.

Le decían mono (nunca se conoció su nombre verdadero), tenía 41 años, alto, de casi 90 kilos, pelado con largo cabello en los costados y barba, todo peludo el cuerpo, de ahí su apodo, ojos que miraban y asustaban, despiadado, respetado al máximo en el ambiente de lo marginal, violador de mujeres a las cuales destruía por poseer un terrible pene que era su orgullo mostrarlo y cagarse de risa de las caras de los espectadores ocasionales. Era terrible en serio. Estando dormido,lo tomaba con una mano y lo bamboleaba como una gruesa soga para los costados, y en erección era descomunal, fatal, casi mortal.

Como él era tan horrible de aspecto para conquistar a nadie, violaba, destruía vidas de mujeres y cuerpos, terrible, horrible.

Varias veces me usó para llevar y traer droga, y yo que lo admiraba pero lo peor, le tenía pánico, lo hacía.

Creo que hasta la policía le temía, no lo enfrentaba, le escapaba.

Y mi pobrecita madre, a la que nunca podré volver a verla sin la maldita culpa.

Ella en ese momento tenía 38 años, muy linda, era de estatura media baja, pelo negro, ojos verdes, lindo busto, muy linda cola, media grande, siempre bien vestida, buena, comprensiva, preocupada por mi comportamiento pero ignorando lo que yo hacía.

Su cara reflejaba bondad. Desde que murió mi padre de una larga enfermedad, siempre se dedicó a mi y mi hermanito de 9 años, nunca otro hombre, nunca una diversión.

Pero yo la tenía que arruinar, como buen pelotudo no sabía lo que tenía en mi casa, no lo valoré.

Un maldito día, estábamos en un café sentados los cuatro, luego de que yo trajera un pedido del mono, y me diera unos miserables pesos, cuando veo a mi madre que pasaba caminando para ir al supermercado a comprar cosas para la semana.

Ella me vió sentado allí, y desde afuera me saludó.

Estaba vestida con una remera verde claro y un pantalón negro, que sin ser muy ajustado, marcaba esa gran cola que tenía.

Maldita la hora que me vió.

El mono, con esa cara de gorila hambriento que tiene, me dijo "Pibe, ¿quién es esa mujer?".

"Mi vieja", le respondí.

El mono, con cara pensativa les dijo a los otros dos idiotas "Bueno, ya terminamos. Vayan a sus casas y mañana los espero acá a la noche. Chau".

Y los dos estúpidos se levantaron y se fueron.

Cuando yo también me iba a ir, me retuvo de un brazo y me dijo "Vos no, escuchame ¿Tu mamá, vive con otro tipo o no?".

"No, conmigo y mi hermano, nada más", le contesté.

"Pero que bien. Se nota en su cara que es una buena mujer. Decime, ¿Vos no querés ascender conmigo, y pasar a ser mi mano derecha en lugar de estos imbéciles?", me dijo muy serio.

"Si, ¿Qué debo hacer?", dije yo muy ilusionado.

"Y bueno.Un sacrificio ajeno. Dejarme conocer mas a tu mamá. Tal vez me transforme en tu papá que tanto necesitás", me dijo mostrando la hilacha.

"Pero mono, es mi vieja. No me podés pedir eso", dije alterado pero sin perder el respeto y el miedo.

"Mirá pibe, si no arreglamos te voy a tener que dejar, porque ya sos un poco estorbo. La policía ya te tiene marcado que llevás merca, y eso me jode. Ahora no te tocan porque estás conmigo, pero cuando te vean solo te van a meter adentro. Te tienen ganas de hace rato, pero yo los freno. Sería terrible que te comas 10 años en la cárcel. El horrible para vos y tu familia. Pero yo en realidad no te puedo pagar más y ahora no me conviene estar a tu lado, es para problemas. Pensá si encontramos alguna solución a esto", dijo el muy hijo de puta, con esa cara inmunda, lo que me provocó terror al pensar en todo eso.

Quedándome paralizado, temblando le dije "Mono, por favor no me dejes ahora.Pero pienso en mi mamá y sé que la destrozas a la pobre, es mi vieja. Pero tengo miedo de caer preso. ¿Cómo la convenzo a ella para que agarre?, es jodido, vive para mi hermano y para mi, no sé que hacer""Despacito, sin apuro empezá a hablarle, explicale como viene la mano y vas a ver que ella acepta lo que sea con tal de no verte adentro.Después me invitás a cenar, y esa noche con tu madre decidiremos nuestro futuro", dijo la basura, ya saboreando el triunfo.

Me fui hecho mierda, pensando que ese hijo de puta me iba a mandar al frente si no hacía lo que él quería.

Ya en mi casa, mientras tomaba una cerveza en el comedor miraba a mi pobre madre.Allí estaba limpiando la cocina, con esa cara de inocencia, ni soñando lo que le hablaría, trabajando por nosotros dos y yo una basura encerrada en un laberinto.

No podía ni imaginar ese mono de mierda encima de ella, sin contemplaciones con ese terrible miembro dentro del delicado cuerpo de mamá. Se me cayeron dos lágrimas al pensar en esa masacre en que la iba a involucrar.

Pero pensé en ella si yo iba preso y creo que se moriría de la pena y la vergüenza, junte fuerzas y le dije que le quería hablar.

Ella, atenta como siempre, vino a donde estaba yo, se sentó y me dijo que quería decirle.

Tomé mas cerveza, tomé aire y le conté todo.

Cuando terminé, ella lloraba agarrada de mi mano y me dijo entre lágrimas "¿Por qué te metiste en algo así?, papá estaría muy triste si viviera. Yo no quiero que vayas preso, no lo soportaría, y tu hermano tampoco. Si tengo que hacer lo que el tipo quiere, lo hago, pero prométeme que nunca más vas a estar en ese ambiente".

Ahí estaba otra vez ella, sacrificándose por mí que no lo merecía, no pude contener el llanto y besarla.

Gimoteando como un bebé, le dije que el tipo no era normal, le expliqué en detalle la terrible arma que portaba entre sus piernas, que no se podía imaginar y que yo tenía miedo, mucho miedo.

Me dijo con voz tranquila "No tengas miedo. Yo lo aguantaré . Todo tiene su punto débil, me las voy a arreglar".

Yo sabía bien que la destruiría por todos lados, pero su voz algo me consoló.

"Bueno, arreglá para el sábado. Yo me voy a preparar bien. No tenemos donde dejar a tu hermano, por eso voy a arreglar la pieza del patio, para que lo lleves ahí y te quedes con él toda esa noche"., dijo con esa dulzura que yo iba a borrar de ella con mis malditos actos.

Al otro día , viernes, fui al café y allí estaban los tres. Apenas me vió entrar, el mono de mierda despidió a los otros dos tarados, que se fueron como perritos echados por su amo, y me quedé a solas con él.

"¿Y, todo bien?", me preguntó con esa cara asqueante.

"Si, ya mamá aceptó, el sábado venis a cenar a casa. Te pido un favor mono, te imploro, te suplico, trátala bien. Es muy frágil al lado tuyo y la vas a romper con tu arma, por favor", le dije casi llorando.

"Pibe, quedate tranquilo, somos los dos grandes ella y yo, sabemos hacer las cosas. Aparte no te dije en joda lo de ser tu papá. Ella me gustó mucho y voy a hacer todo para que sea mi mujer, sin joda, la voy a cuidar", dijo la bestia.

Yo asentí convencido que haría cualquier cosa para perforarla por todos lados, y remató "Decile que el sábado se ponga hermosa para mí. Un vestidito bien cortito, muy bien peinada, yo te doy para que mañana temprano vaya a la peluquería, y bien perfumada, como una diosa", dijo, pensando lo que se iba a comer al otro día.

Al otro día a la mañana mamá fue a la peluquería, quedó preciosa para el animal que la poseería esta noche. Como ella no tenía vestidos cortos, le pidió a una vecina mucho más joven con la excusa que tenía una fiesta.

La vecina le dio uno azul oscuro que le quedaba a mamá, quince centímetros por debajo de las nalgas, dejando ver sus hermosas piernas.

Cuando faltaba una hora para que venga el asqueroso mono peludo, mamá me tomó de la mano y me dijo "Tranquilo, todo saldrá bien, ya verás".

Sonó el timbre al rato, abrí, y allí estaba él. Con una camisa negra con tres botones abiertos y esos pelos largos de su pecho salidos para afuera, con la pelada arriba de la cabeza y la melena a los costados, la barba negra y mal cortada, unos pantalones negros, que junto a su camisa lo hacían un verdadero orangután. Lo opuesto a mi menuda y frágil madre.

Entró, y cuando la vió quedo mirándola fijo impactado por esa hermosa y pequeña víctima que tendría pronto.

Mi madre lo saludó con la mano sin ningún gesto, le dijo que se siente y fue a la cocina a servir la cena.

Toda la cena transcurrió, con la bestia mirando a mamá y haciéndose el gracioso con mi hermano que estaba en otro mundo.

Pasaron casi dos horas, y mi madre, que estaba en la cocina, se agachó para levantar un repasador, y se le vió su negra bombacha.

Chau, el comienzo del desastre llegó.

El mono se puso como provocado, tocado en su inmensa virilidad. Se paró con la vista clavada en el culo de mi vieja, y nos dijo a mi hermano y a mí "Quédense un rato sentados acá, ni se les ocurra moverse, ya vengo", y fue a la cocina y cerró la puerta tras él.

Como sentí ruido, no aguanté y fui a espiar por la cerradura, mientras mi hermano seguía sentado mirando televisión.

El basura tenía contra la pileta a mamá diciéndole bajo pero que se escuchaba "¿Vas a ser buena conmigo, eh?, te acabo de ver el culo, ¿Es para mí esa cosita redonda?, ¿Me lo mostrás de nuevo?, primero dame un besito de amor en la boca y después mostrame bien el culo.", decía teniéndola en el medio de sus brazos apoyados en los costados de la pileta.

Mi madre, mirándolo le contestó "Ahora no, están los chicos, espera que se vayan a dormir, tengo miedo que escuchen, después".

"Levántate la pollera y mostrame el culito ahora, decime si me lo mostraste a mi antes, dame un buen beso de lengua, y llevá a dormir a los chicos bien rápido", dijo él imperativo.

Mamá, mirándolo a los ojos se levantó la pollera hasta la cintura, le dio un largo beso de lengua, y le dijo "Si, lo hice para que me vieras el culo que tengo", mentía, pero estaba totalmente entregada por mi culpa.

El mono le puso la mano en el culo refregándolo, gimiendo con los ojos cerrados, apoyándola con su impresionante bulto, y le dijo "Llevá los chicos ya, y vamos a tu pieza".

Me senté justo que salía el mono y atrás mamá acomodándose el vestido.

Mamá me miró con cara de miedo, mucho miedo, a pesar que lo disimulaba.Pero ella ya había tanteado el arma a enfrentar cuando él la apoyó, y sabía que estaba en inferioridad total contra él, que iba a ser bravo, extremadamente bravo.

"Bueno, llevá a tu hermano a dormir y cierren la puerta. No tengas miedo si escuchás algunos gritos míos, pero es al principio.Poné fuerte la radio para que tu hermano ni vos escuchen. Yo voy a estar bien, no te preocupes", dijo mi vieja, muy preocupada por lo que vendría.

Nos acompañó a la pieza, por suerte mi hermano ni bien tocó la cama se durmió, lo que dejó tranquila a mi vieja, y antes que se fuera le dije "Perdoname vieja, soy una porquería, tendría que ir preso antes que verte así, vos no vas a aguantar eso que tiene ese turro.", casi llorando.

"No digas eso, cualquiera puede hacer macanas, no te preocupes que voy a estar bien, dormí"., dijo ella con lágrimas en los ojos, nos besó y salió después de cerrar la puerta.

Pero yo iba a ver su sufrimiento, tenía que sufrir con ella porque yo la metí en esto.Tenía que grabarme lo que viera para nunca más hacer boludeces.

Esperé 5 minutos, prendí la radio y la puse como para tapar ruidos pero como para no despertar a mi hermano, ví que el patio estaba apagado, abrí la puerta del pasillo, ví la luz de la pieza prendida, el baño también, me acomodé en la pieza del frente sabiendo que no iban a entrar, entorné bien la puerta hasta que saliera el que estaba en el baño y esperé.

Salió mamá, pero sin el vestido, sólo con la bombacha y un toallón envolviéndola, enseguida entró al baño el mono.

A los diez minutos salió totalmente desnudo y con ese terrible y gigante aparato semierecto que me hizo agarrar la boca con las dos manos.

Entró a la pieza luego de apagar la luz del pasillo, pero no cerró la puerta de la pieza, la entornó, y yo asomándome veía toda la cama y parte de los costados.

El mono de mierda ese, ya estaba al lado de mamá tomándola de la cintura, mientras mamá lloraba, sabiendo ahora lo que tenía que soportar, algo insoportable.

El mono dándole un beso en el cuello le dijo bajito "¿Qué pasa linda , no me digas que te da miedo la pija de tu nuevo marido?. Tócala preciosa, sin temor, acostúmbrate a esto. Sin miedo", y le guió la mano a su brutal aparato.

Ella casí no lo podía agarrar, y encima temblaba. Lo tomó como pudo del medio, lo miraba como hipnotizada, lo miró al mono y con lágrimas le dijo "Yo sé que te querés quedar conmigo y lo acepto. Ellos también lo van a aceptar, pero te juro que no sé como voy a resistir esto, es enorme, no entiendo como esto va a entrar dentro mío, te juro que no sé".

"Con paciencia y un poco de dolor hasta que te acostumbres. Vas a ser mi mujer y lo vas a tener que aguantar en tus dos agujeros. Despacio y con vos ayudando mucho te clavo toda con esto"., dijo el mono, ya con eso totalmente duro y superhinchado.

Lugo que la besara casi diez minutos apretándola fuerte contra él, le llevó la cabeza a su superpija y le dijo "Pásale un poco la lengua, pero no te voy a acabar ahora en la boca, primero la conchita y después el culito, lámela bien".

Mamá lamió el aparato por la cabeza y el tronco mientras lo tenía agarrado con una mano, como para sujetarlo y el mono gritaba con los ojos cerrados puteando y diciéndole a mamá que la quería para el solo.

La tuvo mas de quince minutos lamiendo su aparato, hasta que le dijo "Basta mi vida, basta, te quiero clavar la concha ahora mismo, vamos a la cama".

La llevó abrazada a la cama, la acostó en el medio, le chupó la concha un rato con la bombacha, se la sacó, se embadurnó con vaselina el aparato y le puso en la vagina a ella, se subió arriba de mamá y empezó la locura.

Empezó a empujar para adentro y mamá se puso la almohada en la cara para que no se escuche y se puso colorada mordiéndola.

Empujó mas ya entrando la cabezota, mamá soltó la almohada y roja gritó con la cabeza ladeada hacia un costado mordiéndose los labios. Otro empujón y la cabeza pasó. Mamá levantó la cabeza, gritó y en el grito le salía baba por la boca . Ya la cabeza hizo un recorrido, empezando el tronco a penetrar. Mamá tiraba la cabeza toda para adelante y toda para atrás, mientras con las manos se agarraba en los costados de la cama.

El pene tenía medio recorrido hecho y el mono miraba las caras de dolor de mamá con una maldita sonrisa. Mamá levantó las manos para arriba y gritaba que ya no soportaba un segundo mas.

Ante ese pedido la bestia empujó y la metió toda.Mamá escupió para arriba, lo agarró de los hombros a él y quedó como paralizada.

La dejó cinco minutos así ensartada, mientras le acariciaba la cabeza a mamá que respiraba como si estuviera en un pulmotor.

El mono, al cual yo veía su velluda espalda desde mi ubicación, aguantando con su bestial pija toda metida, los movimientos desesperados de mamá por zafar de esa horrible penetración, le dijo "Bueno, tranquilita, no va a salir de adentro, no te muevas tanto. Estás abierta a mí y esperá que tu concha me coma bien la pija, no me rasguñes la espalda porque no la voy a sacar", hablaba mirándola y gozando de esa brutal rotura y presintiendo la próxima.

Despacio, pero firme se empezó a mover taladrando ese agujero que no quería ser violentado de esa manera.

Mi madre, tiró la almohada contra la pared de la desesperación de ese movimiento inaguantable.

Ahora era mas rápido, y él gemía, siempre mirando la cara de cadáver de mamá, ante cada entrada.

Ya la pija tenía su ritmo sostenido y triturador, entraba y salía de su nuevo y destrozado refugio.

Mamá, ya destruída, abrió los ojos, rojos del llanto, lo miró a los ojos de él, y le dijo casi sin voz "Despacio, te lo ruego mono, despacio, estoy toda rota ahí, suave mono".

El le besó la boca con la lengua pasando por todos los labios de ella, y la empujaba con ánimo de dejar su huella para siempre ahí, sabiendo que esa concha nunca mas admitiría otra pija que no fuera esa, era suya para siempre.

Una hora de rotura, con mamá los últimos quince minutos, gimiendo-gritando-llorando al mismo tiempo, hasta que se apretó contra ella, descargando su líquido y diciéndole con pasión animal "Ya linda, ya, te llené de mí, tené mi leche bien adentro tuyo, guardala".

Y la sacó. Mamá quedó despatarrada en la cama, agarrándose su concha como buscando las señales de ese desastre.

El mono la acariciaba y la miraba, estaba satisfecho de esa matanza, pero ahora venía lo mejor para él y lo peor para ella.

Casi una hora reposaron con él besándola y susurrándole sobre su penetración.

La miró y le dijo "Bueno mi amor, date un poquito vuelta, y vamos a trabajar el culito lindo que tenés".

Pensé que ahora mamá saldría corriendo y se tiraría debajo de un auto, pero eligió otra manera de morir.

Se puso sin decir nada boca abajo, se agarró de los barrotes de la cama con las dos manos, se abrió dificultosamente de piernas, y esperó su peor hora de vida.

El mono casi volcó toda la vaselina en su colosal miembro y en la entrada del ano de mamá, le tocó un poco las nalgas, y enfiló a la masacre.

Cuando la cabeza presionó y abrió el culo,mamá, se arqueó para arriba siempre agarrada de los barrotes, y con la nuca casi tocando su espalda gritó basta desgarradoramente.

Pero la cabeza, con muchísima dificultad, penetró.

Ahora ella incrustó su cara en el colchón, y la golpeaba contra éste sin soltarse de los barrotes.

El mono, viendo movimientos muy bruscos en ella, le apoyó una mano en la espalda y la apretó contra el colchón, empujando la pija un poco más para adentro.

Con la cabeza y parte del tronco refugiados en ese suplicante agujero, empujó mas fuerte, para terminar de doblegar esa pobre resistencia.

Mamá, giraba su cabeza como poseída, pero seguía agarrada, y pataleando con los pies contra abajo.

El pene terminó su obra destructiva, y se estacionó en el fondo esperando reacciones.

Mamá pataleaba haciendo mover la cama, pero bien sujeta de su espalda, intentaba arquearse sin resultado.

El mono la miraba, esperando que paren un poco esas convulsiones que le molestaban el trabajo, con toda la pija adentro.

Mamá soltó una mano y la quiso tirar para atrás, pero él prevenido se la tomó en el aire, y la sujetó.

Mas de cinco minutos ensartada estuvo mamá con movimientos bruscos, hasta que se aquietó.

Ahí el mono comenzó el movimiento, siempre sujetándola, provocando nuevas pataleadas de ella.

No paraba, y ella quedó con los pies levantados y hundió su cara nuevamente en el colchón.

Cuando el mono vió que ya mamá estaba entregada sin más fuerzas para nada, apoyó sus dos manos en el colchón a los costados de la cintura de ella, y tomaba más envión para penetrarla mejor.

Ya la pija salía con vaselina, sangre y algo mas que había encontrado en el fondo.

Ahora empujaba mucho mejor así, levantando bien la cadera para tomar envión y llegar bien al fondo.

Sus huevos se movían todos, cuando chocaban contra las nalgas de ella.

Pasó una hora y la rotura seguía en marcha, ya el culo no oponía resistencia y mamá estaba demasiado rota para intentar nada.

Casi una hora y media tardó él para adquirir ese culo para siempre, lo llenó de leche.

Sacó la pija, con una mezcla de cosas y se la puso en la boca a ella para que la limpiara.

Mamá, la limpió tragando lo que en ella había.

Me fui a mi pieza y dormí.

Sólo a las cinco y media de la mañana, sentí gritos, fui, al ver que mi hermano seguía dormido, y vi como el mono otra vez la penetraba por el culo con ella cooperando un poco más. Otra hora mas de destrozo anal y se lo llenó nuevamente de leche.

Hoy en día el mono vive con nosotros.

Mamá se viste para él toda provocativa, y casi todas las noches, recibe ese miembro en sus agujeros con dolor pero con gozo.

Yo estoy con él, pero en cosas livianas.

Fui el causante del cambio de mi vieja, eso no me lo voy a perdonar nunca.

 

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