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Despertar Sexual -El Cubano-

en Amor filial

Mi nombre es Gustavo, vivo con mi madre, Mariana, una mujer deslumbrante de 38 años, su hermosa cabellera castaña (aunque a menudo la tiñe de rubio) es larga hasta pasando sus hombros con ondas no muy pronunciadas, sus ojos son color almendra, un rostro lindo de nariz recta y boca pequeña con labios finos, mide 1.65 mts, su cuerpo es el de una mujer normal, acorde a su edad, no es una modelo pero vuelve loco a cualquier hombre con sus formas, sus senos son grandes, redondos y turgentes, de talla 110 cms, su copa de corpiño es una increíble DDD, sus caderas son amplias, cintura marcada, tiene dos o tres kilitos de más que le sientan muy bien, la hace más voluptuosa, sus piernas son carnosas, su culo es casi perfecto en redondez, tamaño y firmeza. Mamá es una mujer sexy, le gusta usar prendas ajustadas al vestir pero sin llegar a ser muy provocativa, la mezcla justa de mujer decente pero seductora, le gusta vestirse con vestidos formales pero entallados a su cuerpo, polleras ajustadas pero no muy cortas, blusas amplias pero con un botón abierto haciendo que su escote sea un cementerio de ojos masculinos, porque el que llega a ver el nacimiento de sus senos, no se va más de ahí.

A mi padre no lo conocí nunca, ella me tuvo de muy joven, ser madre soltera no le impidió graduarse en economía y tener un puesto alto en una empresa importante con un muy buen sueldo, que nos permite vivir bien, sin apremios económicos y darnos algunos gustos, como el viajar por el mundo en vacaciones.

El año pasado estuvimos en Cuba, un par de días en La Habana y dos semanas en un hotel all inclusive de Varadero, mamá no pasaba desapercibida al caminar por esas playas de arenas blancas y mar turquesa, y como no le gusta que en su cuerpo le queden marcas del traje de baño, los bikinis que usaba eran pequeños y hasta se animó la última semana al topless. Permanentemente a su lado revoloteaban varios hombres con insinuaciones de todo tipo, principalmente italianos, pero ella los ignoraba.

La playa contaba con un guardavidas muy amable como todos los cubanos y que a base de simpatía y chistes le cayó muy bien a mi mamá, el tipo tendría cerca de 40 y tantos años, negro, grandote, cerca de 1,90 mts de altura, espalda ancha, pelado, algo de barriga y unos brazos musculosos que parecía que podía levantar barcos, de nombre Randy.

A medida que pasaban los días entre ellos la confianza aumentaba y el tipo se pasaba más tiempo al lado de mi madre que en su garita de guardavidas. Cuando yo estaba presente Randy intentaba por todos los medios que los deje solos, muchas veces me ofrecía ir al mar para enseñarme a nadar mejor, pero a los diez minutos como mucho me dejaba solo y volvía él al lado de mi madre, eso hacía que el tipo no me gustara nada, era claro para mí que se me acercaba para conquistarla.

Una mañana en que yo estaba en el agua sin sacarle el ojo de encima, mamá me llamó haciéndome señas, cuando llegué me dijo que me cambié rápido que Randy se ofreció llevarnos a recorrer la ciudad en un auto clásico. A pesar de no gustarme la idea, me dí una ducha rápido y al bajar al hall del hotel, ellos estaban junto a otro cubano de nombre Sergio, dueño de un Cadillac del ‘52, color azul tipo limusina, a decir verdad pasamos una muy buena tarde recorriendo Varadero y alrededores y hasta volvimos a La Habana, descubriendo lugares que solamente los cubanos conocen, fue estupendo.

Regresando a Varadero pasamos por la avenida 1 y calle 62, Randy le dijo a mi mami que esa zona estaba llena de locales bailables de salsa y reggaetón y que a una cuadra de ahí se encontraba el famoso La Havana Club, un boliche de la afamada marca de ron y que no podía dejar de visitarlo; Ingenuamente ella respondió que le agradaría conocerlo y la respuesta del guardavidas fue instantánea:

- Preciosa si tu quieres mañana hoy a la noche te llevo…

- Es que yo no sé bailar salsa, pasaría vergüenza

- Por eso no te preocupes Mariana, esta misma noche en la disco del hotel te doy unas clases que vas a terminar bailando mejor que Jennifer López jajaja… y mañana vamos al Havana Club.

- Bueno… dale

- A eso de la medianoche nos encontramos en la barra de la piscina.

De vuelta en el hotel a mamá la notaba nerviosa y algo alegre al mismo tiempo, luego de cenar volvimos a la habitación y ella se cambió su ropa cómoda de playa por un vestido blanco ajustado, la parte de arriba se anudaba detrás de su cuello dejando a la vista toda su bronceada espalda y adelante lucía un amplio escote en “V”, obviamente no llevaba sujetador y con cada movimiento sus pesadas lolas se bamboleaban casi hipotéticamente, la falda era plisada y llegaba a la mitad de sus muslos, usó sandalias del mismo color de taco alto que elevaba su altura varios centímetros y apenas se maquilló, se delineó los ojos y en los labios usó un rouge rojo fuego, en el pelo se puso gel dando un efecto mojado y se lo peinó para atrás, en pocas palabras estaba deslumbrante.

Bajamos y nos sentamos cerca de la barra de la piscina disfrutando de los shows que brindaba el hotel, ella frecuentemente miraba su reloj, creo que a esa altura estaba más nervioso yo que ella. Cuando estaba por terminar el espectáculo apareció Randy con dos mojitos y vistiendo zapatos, pantalones de vestir y camisa negra desabrochada hasta la boca del estómago.

Entre tanto el mago necesitaba dos voluntarios para terminar su show y el guardavidas le hizo señas para que me eligiera, a regañadientes tuve que ir, desde arriba del escenario presencié que en lugar de quedarse a verme, ellos fueron al bar y hablaban muy acaramelados, el negro le acercaba su cara al oído y su vasta mano le recorría la espalda desnuda.

El truco del mago consistía en convertir una pelotita de golf en un huevo, el cual jocosamente rompió en mi cabeza ensuciándome todo y arrancando carcajadas entre los espectadores. Mientras la yema amarillenta caía por mi pelo fui corriendo a limpiarme y cambiarme, cuando regresé ellos no estaban.

Le pregunté al barman y con media sonrisa en su boca me indicó que se fueron en dirección a la disco. Por mala suerte mi edad impedía que me dejaran acceder, el local contaba con un amplio ventanal y tardé más de cuarenta minutos hasta que pude dar con ellos, estaban bailando en el medio de la pista y él aprovechaba cada roce para restregarle su entrepierna o abrazarla fuertemente. Un ataque de celos me hizo hervir la sangre y como un estoico soldado prusiano, monté guardia a una distancia considerable de la puerta del boliche para verlos salir. Recién como a las cuatro de la madrugada, cuando el sueño me estaba haciendo cabecear, apareció mamá tropezándose al andar, en un notorio estado de ebriedad y Randy sujetándola por la cintura, caminaron por la pasarela que bordea la piscina pero en lugar de conducirla al acceso de las habitaciones, lo hizo rumbo a la playa, los seguí dándole algo de ventaja para que no me vea.

Cuando llegué a la playa, la oscuridad de la noche y las palapas me dificultó localizarlos, despaciosamente caminé entre las reposeras encontrándome con varias parejitas en escenas amorosas pero ninguna de esas mujeres era mi madre, casi perdiendo las esperanzas pude hallarlos, con dificultad pude ver como él le estaba comiendo la boca a besos con mucha lengua y una mano sobándole los senos por arriba del vestido, ella se resistía y trataba de separarlo, pero se caía al empujarlo, Randy la acomodó espalda contra el tronco de la palapa y le desanudó los breteles del vestido, rápidamente la tela cayó y dejó a la vista dos enormes tetas que sin preámbulos chupó con ansias, mamá con los puños los golpeaba pero parecía no tener fuerza para hacerle daño, quiso escaparse pero se desplomó sobre una reposera y Randy aprovechó para quitarle la tanga y lamerle la concha. Entre las sombras pude llegar más cerca de la posición donde se encontraban ellos para no perderme detalle.

La cabeza del negro estaba entre las piernas de ella y luego de unos minutos pude escuchar gemir a mi madre y acomodar sus piernas en los fornidos hombros de él, al rato el tipo se paró y bajó sus pantalones, una descomunal pija gorda emergió totalmente erecta apuntando al cielo, con una cabeza del tamaño de un damasco, se la escupió y tras frotarla en repetidas ocasiones por la vagina, la acomodó en la entrada y pujó, pero no pudo penetrarla y le arrancó un grito de dolor a mamá. Para callarla le tapó la boca con una mano e intentó varias veces metérsela, pero sin éxito.

Con bronca se paró, la sujetó por las axilas para acomodarla mejor sobre la reposera y abriéndole las piernas se acostó sobre ella apuntando su monstruosa verga en dirección a la concha y con el peso de su cuerpo logró acceder carnalmente en ella. Mamá en ese instante aspiró y permaneció congelada, Randy besándola bombeaba lentamente incrustándole más centímetros de su carne morena, la boca de él sobre la de ella impedía que pudiera gritar, pero los quejidos eran notorios.

Un ruido me alertó que había alguien más cerca mío, un viejo estaba pendejease a mi lado.

- Che bella stronza sta mangiando quella merda nera.

Mirándome sin dejar de masturbarse me dijo. El anciano estaba sudando, olía verdaderamente muy mal y me alentaba a que siguiera su ejemplo, me alejé de él por el asco que me causaba, pero por desgracia me siguió.

- Da qui sembra migliore, bambino hai avuto una buona idea.

Las ganas de continuar presenciando como se trincaban a mamá hizo que me aguantara a ese pervertido. Cuando volví a ver Randy estaba sentado y mami lo cabalgaba dándole la espalda, esa anaconda enorme se perdía dentro de las profundidades de la concha, la pelvis de ella se movía como si estuviera poseída, tenía la cabeza colgando hacia atrás y se mordía el labio inferior, las manos de él amasaban las carnosas tetas y los dedos apretaban los pezones puntudos. La cara de mamá reflejaba una mezcla de dolor y gozo.

Los pies de ella pisaban la reposera para poder elevar más su cuerpo y luego dejarse caer pesadamente y que esa tremenda pija la claváse en toda su extensión. Siguieron así no sé por cuanto tiempo y después él la volvió a acostar en la reposera y arrodillándose en la arena la cogió salvajemente estrujándole las tetas.

- Despacito papi, no me des tan fuerte…

Es lo único que le entendí a mamá entre tantos gemidos. A pesar de tener ella en su rostro un gesto de suplicio, sus piernas se entrelazaban en la cintura de él, los delicados dedos de mami estimulaban su clítoris y con la otra mano acariciaban los peludos huevos. Cada tanto le daba a lamer a él los dedos con los cuales se estimulaba.

No podía creer que esa mujer fuera mi madre, estaba descontrolada. Con cada embestida ella bramaba un “Ohhhhhhhhh” y él le decía:

- Nunca me follé una putica tan rica como tu… chica tienes fuego en el coño… al verte con tu niño pensé que eras una señora de familia, pero esos bikinis pequeños que usas me convencieron que eras una viciosa deseosa de verga negra…

- Siiiiiii… amor como me cogés… sos un macho hermoso… mmmmm…

Respondiendo esto le sonreía ella con malicia y el negro se inclinaba sobre ella para besarla libidinosamente, los besos no disminuían los fuertes embates que el tipo le propinaba. Cuando las manos del guardavidas soltaban los exuberantes pechos, recorrían el cuerpo de ella como para convencerse que la mujer que estaba garchándose era real.

Le daba pijazos muy profundos, con fuerza, los huevos eran lo único que no entraba en la rosada gruta y ella acompañaba el ritmo del mete-saca, la luz de la luna se reflejaba en la humedecida verga por los flujos que segregaba esa vagina hambrienta. Mamá era como una amazona cabalgando a su semental negro. Las lenguas filosas de ellos espadeaban por fuera de las bocas.

Cuando el negro se la sacó y le puenteó el esfinter anal, ella agarrándola la dirigió nuevamente a su concha.

- No negro, nunca me metieron en el culo algo tan grande… me vas a romper toda… conformate con mi tajito…

- Ya vas a sentir mi hombría en tu culo y lo vas a disfrutar…

Mamá abrió más sus piernas y con sus manos guiaba la verga monstruosa para asegurarse que no se aparte de la ruta acordada. Randy aumentó la cadencia de sus penetraciones y ella sabiendo que estaba por acabar le gritó:

- ¡Nooo!.. que no estoy tomando nada y no quiero arriesgarme… dámela en la boca…

Ella se sentó, abrió la boca y sacó su lengua como si fuera una alfombra roja recibiendo a un anfitrión importante, y vaya si el grosor de ese falo de ébano era importante. Del glande salieron disparados varios chorros de leche que ella tragó y saboreó. Sus labios repasaron varias veces la piel de la verga hasta limpiarla por completo y luego le prodigó besos tiernos.

El viejo de mierda estaba tirado a mi lado, con las bermudas bajas sucias de semen y me hacia señas de haber disfrutado la faena. Mamá continuaba mareada y apenas podía mantenerse en pie, Randy con la tanga la higienizó y luego la sentó para vestirla, el viejo se levantó, se acercó a ellos y ayudó al negro a anudarle los breteles y acomodarle la falda, no se pudo contener y le dio algunas lamidas a la vagina maltrecha y a modo de agradecimiento el negro le regaló el calzón de mamá.

Yo de la misma forma que llegué, me retiré sin ser visto a la habitación que compartía con mami y me acosté en mi cama, al rato abrieron la puerta y sin encender la luz ingresó el negro sosteniéndola, la dejó sobre la cama, le sacó los zapatos, la tapó con la sábana y se marchó.

Ella al otro día no se levantó a la mañana, me dijo que le dolía mucho la cabeza y permaneció en la cama durmiendo, para no sembrar sospechas de haber presenciado la cogida, me dirigí a la playa como todos los días, pasadas las diez el negro vino a saludarme y preguntó por mamá, al contarle me dijo que se divirtieron hasta tarde y que bailaron toda la noche, pero que seguramente ella bebió algo de más. Al mediodía apareció mi madre con un minúsculo bikini azul, como producto de la generación espontánea apareció Randy y sentó a su lado. A ella le cohibía mi presencia y haciéndome el boludo, me aparté un poco para que pudieran hablar y escucharlos.

- Randy lo que hicimos fue una locura…

- Una hermosa locura…

- Estaba muy borracha y te aprovechaste.

- No vengas con excusas… lo haz disfrutado y lo sabes bien…

- Pero podrían habernos visto…

- Niña las pocas parejas que estaban aquí, estaban en lo suyo y lejos…

Y para no darle tiempo a más peros, le estampó un sonoro beso y volvió a su garita, extrañamente ella sonreía.

Luego de almorzar él la pasó a buscar y con la excusa de caminar juntos por la playa se fueron, yo los seguí, observando como el hilo dental del bikini se perdía entre los gordos cachetes del culo, ni bien se alejaron del hotel Randy le sacó el corpiño juguetonamente y ella salió a perseguirlo para recuperar la parte superior del traje de baño. Verla correr haciendo rebotar sus gigantes pechos fue colosal, cuando él se dejó alcanzar se fundieron en un abrazo pasional, con muchos besos y caricias, y siguieron con la caminata. Cuando se acabaron los hoteles se desnudaron e ingresaron al cristalino mar.

Desde donde me encontraba, veía las cabezas de ellos enfrentadas y besándose, pero nada más, sus cuerpos sumergidos escapaban de mi visión, imagino que volvieron a hacer el amor. Tardaron como media hora en salir del agua, ella se miraba la vagina y no entendí que le decía, se puso la tanga pero el corpiño lo llevó en la mano y al llegar a nuestro hotel lo tiró sobre la reposera, permaneciendo en topless.

Me metí al mar para hacer tiempo y que se me baje la erección, al regresar ella se enojó porque me vio lejo de la playa y mientras me retaba, las manos del guardavidas le untaban protector solar por todo el cuerpo, mis ojos no daban crédito de lo que veían, delante mio le esparcía crema en sus tetas, magreándolas a su antojo y ella actuando como si fuera normal. Cuando quise cuestionar la escena, ella me alzó la voz diciendo:

- A mí usted jovencito no me contesta, me respeta porque soy su madre…

Y el negro restregándole la loción por las nalgas, apretándolas e incluso metiendo sus dedos por dentro a la altura de la vagina. Cuando terminó le pegó una sonora cachetada en la cola y le dijo:

- Preciosa, recuerda que a la noche te paso a buscar para ir al Havana Club, a la misma hora que ayer nos encontramos pero en el bar del lobby… ¿Vale?

Ella asintió con la cabeza.

Para la mencionada salida, mamá se vistió con una minifalda de jeans, una remera tipo musculosa rosa, zapatos de taco bajo y a diferencia de la otra noche, se maquilló mucho.

- Hijo acostate temprano y no me esperes despierto que no sé a que hora voy a regresar, pero quedate tranquilo que salgo con Randy y Sergio y ellos me van a cuidar…

- ¡¿Eh?!.. ¿Con los dos?

- Si, Randy no tiene auto, acordate que el Cadillac es de Sergio.

Respondió para dejarme tranquilo y su respuesta casi me infarta. Se despidió de mí con un beso dejándome marcado el rouge en la mejilla y se fue al lobby del hotel a esperarlos, sentada en el bar bebiendo una piña colada. Bajé al hall, me senté cerca de un ventana y me escondí detrás una revista que fingí leer, a lo lejos pude ver como Sergio y el negro entraron y saludaron efusivamente a mi madre, con disimulo los dos hombres la acarician, uno la pierna que tenía cruzada y el otro el nacimiento de una nalga, ella terminó su trago y se retiró siendo abrazada por ambos en la cintura.

Permanecí en el mismo lugar esperando su regreso, que se dió como a las seis de la madrugada, ya estaba amaneciendo cuando por la ventana vi el auto clásico detenerse en la entrada y al rato largo bajar mamá con el pelo recogido y la falda levantada a la cintura que rápidamente bajó. Sergio la apoyó de espaldas contra el auto y le pegó un morreo de fábula, se besaban lentamente y mientras él la sujetaba por la cola, una mano de ella le apretaba la bragueta. Mamá se ponía de punta de pies para alcanzar los labios de él y eso la hacia ver sexy, Sergio le tocaba una teta por debajo de la remera y para cubrir la bochornosa escena de eventuales fisgones, Randy se paró detrás de ella.

La enorme espalda del negro tapaba lo que hacían su amigo y mamá, lo único que presenciaba era al guardavidas apartándole el pelo y morderle el cuello. Como a los quince minutos se separaron y entre risas Sergio se fue en su auto y Randy tomándola de la mano se encaminó al ascensor que conduce a las habitaciones, por suerte estábamos en un primer piso y pude subir por las escaleras más velozmente que ellos , nuevamente me acosté fingiendo dormir, cuando se abrió la puerta pensé que el negro la iba a dejar sobre la cama y se retiraba, como lo hizo anteriormente, pero no.

Tras asegurarse que dormía, me taparon la cabeza completamente con mi sábana para que no pudiera ver nada si despertaba, se desnudaron y se acostaron en la cama de ella, separada de la mía por escasos dos metros. Las palabras de mami eran incoherentes, se la escuchaba muy borracha y pidiéndole que no haga ruido a su pareja.

Randy se acostó boca arriba y ella sobre él, escuchaba como se comían la boca, sin que ellos lo notaran descubrí mi cara y avizoré en la penumbra a mamá frotar su pelvis sobre la verga. Ella erguía su torso para que él pudiera chuparle las tetas, sin darse cuenta que provocaba que la sábana cayera y dejara sus cuerpos desnudos a mi vista. Mamá estaba apoyada sobre sus rodillas con su culazo bien levantado y entre sus piernas estaba el negro que intentaba embocar la gorda cabeza de su verga en la abertura vaginal, cuando por fin lo logró, ella sujetándose con una mano del respaldar de la cama, lo cabalgó brutalmente moviendo su cadera de atrás a adelante y de arriba a abajo, él flexionaba las piernas y le sobaba las tetas que brincaban a la altura de su cara. En murmullos decían:

- Hijos de puta, no se cansaron de meterme mano en toda la noche vos y tu amigo… me dejaron muy caliente… hace tiempo que no me sentía tan deseada…

- ¿No alcanzó los cariños que te dimos en el auto para calmarte? Jajaja

- No porque Sergio estaba apurado por irse…

- Es que la esposa lo controla mucho y no puede llegar tan tarde… debe llevar a su hijita a la escuela...

Mamá dejó de sujetarse del respaldar y apoyó sus manos en el pecho de él mientras lo cabalgaba más salvaje. Los gemidos del negro retumbaban en las cuatro paredes.

- ¡Shhhhhh! Que vas a despertar a mi hijo…

- Lo hubieras pensado antes de invitarme, putica…

Randy abrazándola la hizo girar y terminó el arriba clavándole su verga monstruosa hasta el fondo, ella situó sus piernas al lado de la cadera de él y cerraba las uñas de los pies, permanentemente mamá sacaba su lengua y el negro la atrapaba con su boca.

El vigorizo bombeo hacía rechinar la cama. Cuando él le dijo que se estaba por correr, se calmaron unos minutos y retomaron la contienda sexual con mamá en cuatro patas chupándole la colosal pija, tragándosela casi por completo, para luego enterrársela ella misma y volverlo a cabalgar pero con más ansias mientras un dedo del tipo le hurgaba el ano.

Mamá con sus manos se abría las nalgas y él la abrazaba con fuerza, al tiempo que se mordían las bocas como perros salvajes. Las carnosas grupas de ella no dejaban de subir y bajar con la gordísima verga dentro. En determinado momento ella permaneció quieta con la mitad de la pija fuera, ninguno de los dos se movían, luego de un apagado gemido un grumo de semen corrió por la verga hasta los huevos, mamá lo cabalgó muy lentamente metiéndosela un par de veces y cuando por fin se la desenterró, de la concha caían grandes gotas gordas de esperma.

- Esta calentita, amor…

- Como toda leche recién ordeñada…

- Voy a tener que tomar la pastilla porque sino e vas a hacer un bebito negro…

Abrazados desnudos permanecieron durmiendo hasta tarde, yo no me animaba a levantarme para ir al baño, a pesar que me estaba meando. Por suerte cuando despertó mamá, le pidió a él que se fuera.

Cuando nos levantamos ninguno de los dos tocó el tema, ni ella me preguntó si presencié algo, ni yo le recriminé. Los días restantes transcurrieron comportándose el negro y mamá como si fueran novios, pero no volvió a repetirse escenas de sexo en nuestra habitación.

Gracias al cielo las vacaciones terminaron y regresamos a casa, pero pasaron varios meses y un buen día cuando regresé de la casa de un amigo mamá me dijo te tengo una sorpresa, ingenuamente pensé que me había comprado algo, pero ni en veinte reencarnaciones hubiera acertado.

- ¿Te acordás de Randy, el guardavidas de Varadero?

- Seee…

- ¿A qué no adivinas?

- Lo tragó un tiburón

- No bolas… viajó al país a probar suerte y pasó a visitarme.

- ¡¿Eh?! ¿Pero cómo supo nuestra dirección?

- Yo se la dí por si llegaba a necesitar algo, sabés muy bien que allá pasan algunas privaciones.

- ¿Y no podía mandar un mail o una carta? Le iba a salir más barata que viajar hasta acá…

- Está buscando trabajo, porque el ciclón que hubo en mayo en Cuba le destruyó la casa y como fue tan bueno con nosotros decidí contratarlo para que pinte nuestra casa y haga esos arreglos en el jardín que te vengo pidiendo hace tiempo y vos nunca tenés tiempo para hacerlos…

- Justamente hoy no tengo que hacer nada, me cambio y ya empiezo…

- Tarde, ya le dije que lo contrataba, como fue tan atento con nosotros y como quiere quedarse a vivir acá, le dí una mano…

- ¿Acá, quiere quedarse a vivir? ¿EN CASA?

- Noooo nonito, en el país… hoy te levantaste lento… Randy viene este fin de semana.

Cómo para que no se me nuble la mente, me menciona que el negro viene a trabajar a casa y luego la cara dura me dice que le da una mano… en Cuba le dio más que la mano, le dio la concha.

Mamá siempre fue muy solidaria y le tiende una ayuda a quien la necesita, por eso no quise pensar feo, además el negro no era un delincuente buscado por la Interpol, pero me desagradaba la idea que estuviera nuevamente cerca de ella.

El sábado luego de los saludos de rigor, obviamente el mío más frio que un iceberg en invierno, Randy empezó con los preparativos para pintar la fachada externa de casa y cada vez que mi madre le pasaba cerca, él no dejaba de mirarle el culo o las tetas, prestaba más atención en ella que en su trabajo.

Mamá frecuentemente le estaba preparando algún bocadillo o algo para beber, por las tardes pasaban más tiempo charlando que ocupados en sus obligaciones, lógicamente el negro se sentía muy cómodo en casa. Gentilmente ese sábado mamá lo invitó a cenar con nosotros, ella estaba muy casual vestida con una calza, una remera vieja y zapatillas, pero él mantenía su vista clavada en el busto y cuando mami se levantaba para ir a la cocina a traer algo, le comía la cola con los ojos. En ese instante me cayó la ficha que el negro tendría un sin fin de oportunidades para volver a estar con ella y sobre todo cuando yo estuviera cursando, una mezcla de impotencia, ira, ansiedad y excitación me calentaba la sangre.

Luego de cenar al tiempo que mamá estaba preparando café en la cocina, Randy dijo que iba al baño, como pasaban los minutos y el tipo no aparecía fui a buscarlo por si necesitaba algo, pero extrañamente no estaba en el lavabo, seguí buscando y lo encontré en la habitación de mami, oliendo sus tangas y pajeándose, cuando eyaculó lo hizo cuantiosamente sobre las prendas interiores de ella.

- No descansaré hasta que mi pinga abra tu ano… vas a ser mi jeva… voy a romperte tanto el culo que te voy a dejar en sillas de rueda… tus tetones me la ponen dura… putica voy a ser tu macho...

Con el correr de los días, ella se arreglaba mucho más que de costumbre y a pesar de no estar en el caribe usaba prendas más cortas de lo normal, era muy obvio que se sentía atraída por él, y el saber que mamá era deseada como hembra por ese hombre con un pene descomunal me daba mucho morbo, me masturbaba recordando lo de Cuba y fantaseaba con situaciones nuevas, pero no dejaba de ser mi madre y como hijo tenía que velar por ella, prestar mucha atención a lo que llegara hacer, pues no conocía sus verdaderas intenciones y no quería que mami resultase lastimada, Randy tal vez era un vividor que además de atraerle el cuerpo de mi madre, quisiera despojarla de su dinero.

La casa estaba exactamente igual que el sábado pasado, pero la relación entre ellos dejó de ser jefa-empleado y pasó a ser de amigos, era común verlos fumando y hablar de la vida, mirar tele o tomar maté.

Al siguiente sábado el negro también se quedó a cenar, mamá en toda le cena no me prestó atención fue como si yo no existiera, por tal motivo ni bien terminé de comer, fui a mi habitación y ellos se quedaron levantando la mesa, jugué bastante rato con la play y cuando baje por un jugo de naranjas ellos estaban en el sofá de la sala mirando la tele, a pesar que hice ruido en la cocina seguía sin existir para ellos y más enojado que antes regresé a mi cuarto, me recosté a escuchar música y sin querer me quedé dormido, cuando desperté vi mi reloj y había pasado más de medianoche, regresé a la sala por curiosidad para saber si el tipo ya se había marchado, ni bien abrí la puerta de mi habitación escuché que ambos se reían y me dí cuenta que la luz estaba baja, solo estaba encendida una lámpara de pie a un costado del sofá, que habitualmente la usamos para leer, caminé por el pasillo sin hacer ruido y me asomé con cautela para no ser visto, en la mesa ratona había una botella de Jack Daniel’s por la mitad, una hielera y un cenicero con varias colillas de cigarrillos, en el sofá ellos se encontraban muy próximos el uno con el otro, enfrentados, conversando encaramelados, mamá estaba descalza, sentada sobre sus piernas, apoyando la parte derecha de su torso en el respaldo y con una mano jugaba con un rizo de sus cabellos muy sensualmente, al tiempo que Randy le acariciaba una de sus piernas. Hablaban de todas las locuras sexuales que hicieron en las vacaciones, él le expresaba cuanto la echaba de menos y que de las opciones que tenía, se decidió por este país para volver a verla, luego de un silencio le preguntó:

- ¿Y tú me extrañaste?

- Mmm… ssssi… algo…

- ¿A mí o a la gorda?

- ¿A la gorda?

- A la gorda de mi verga jajajajaja

- jijiji… a decir verdad nunca estuve con un pene de tanto grosor…

- Es que acá no creo que se consigan, estas las hacen solamente en Camagüey jajaja

El negro se paró y en un santiamén se desnudó y le dijo risueñamente:

- Chica te voy a mostrar el sellado de producto 100% cubano jajaja

Al verlo con la pija casi tiesa en la mano, masturbándose lentamente dejó de reír e involuntariamente pasó la punta de su lengua por su labio superior, el negro le tomó una mano y la llevó a su miembro para que ella continuase con los movimientos masturbatorios.

- Que dura la tenés, no recordaba que fuera tan pesada… ufff… de verdad es enorme...

Dijo mi madre con tono de excitación mientras hacia correr la piel hacia adelante y atrás por la rugosidad del tronco de su verga y aproximaba el hinchado glande a sus labios.

- La he traído de la isla sólo para ti, mi reina

Ella en cámara lenta acercó el monstruo negro a su cara y lo besó con extrema suavidad, repetidamente por todo el largo de los cuerpos cavernosos con una sensualidad dantesca, con los labios simulando un broche aprisionó la punta del glande y lo chupó como si fuera una fresa, el sonido de succión que emanaba de cada beso era perturbadoramente erótico para mí. Pronto siguió con lamidas cargadas de saliva y finalmente lo introdujo en su boca.

La excitación de ver como ella se sacaba la pija de la boca, volvía a ensalivarla y jugaba con su lengua en la abertura de la uretra, me paralizaba. Randy de a poco empezó a tomar el control y sujetándole la cabeza introdujo en la profundidad de la garganta su barra de carne, provocándole a ella arcadas, pero él sin inmutarse en cada movimiento de su pelvis hundía más centímetros hasta lograr enterrársela por completo. El negro con una mano aferraba la cabellera y con la otra secaba tiernamente las lágrimas de mamá.

Presenciar a una mujer atractiva como mi madre mamar a un mastodonte tan feo como él, aumentaba mi morbo.

Cuando Randy le liberó la garganta ella escupió abundante saliva sin importarle ensuciar la alfombra persa que tanto cuidaba. Con su durísima pija golpeaba la cabeza de ella y la pasaba por todo su rostro mojándole la cara, después de un tirón la hizo parar y a lo bruto la desnudó.

Amasó fuerte las enormes tetas y chupó cuanto quiso, pasivamente ella dejaba que se las mordiera mientras lo pajeaba para que la herramienta ni pierda la dureza; Notaba que Randy lo disfrutaba pero mucho más mi madre.

- Mariana no sabes cuanto desee volver a saborear el gusto de estos melones, moría por comerlos…

- Son tuyas amor… mmm… mis tetas son para un macho como vos… ohhhhh… chupámelas… así, así… ayyyyyy mmm…

De un empujón la hizo sentar, acomodó su pija entre medio de los pechos y sujetándolos disfrutó de una maravillosa turca. Ella sonreía al ver como sus tetas no alcazaban a cubrir la extensión de esa desmesurada poronga y dejaba caer baba para lubricar el contacto entre ambas pieles.

Al rato la acomodó como un perrito, le chupó la vagina y de un envión la penetró.

- Te estoy gozando hermosa…

- ¡Ahhhhhhh!.. siiiiii... cogeme hijo de puta… meteme esa bestia en mis entrañas… demostrame que sos un macho… quiero sentirte… volvé a hacerme tu puta…

Ella empinaba la cadera y él la nalgueaba sonoramente, la cogida era enérgica, con cada mete-saca la cara de ella se desfiguraba, ver las ubres acompañando el ritmo de la cabalgada fue una tentación imposible de resistir y con una mano estrujaba una teta como si la estuviera ordeñando.

Estuvieron así hasta que él acabó llenándole la vagina de semen, pero en ningún momento se le bajó, la seguía teniendo durísima.

- Esperé esto por mucho tiempo, preparate que voy a romper lo único que me faltó… tu culo…

- ¡¿Vos estás loco?! Es muy gorda, eso no me va a entrar, me va a lastimar…

- Te va a entrar y te va a gustar… me importa un carajo si te cagas en sangre, no vine hasta el culo del mundo para no gozar tu ano…

- Nooo… nunca tuve algo tan grande…

- Lo mismo decías de tu concha y mirá ahora…

Forcejearon y él al ser tan corpulento la dominó fácilmente, la acostó boca abajo en el sofá, juntó con su glande bastante leche que escurría de la concha, la acomodó en la entrada del esfinter anal y presionando con su cuerpo la penetró hasta el fondo.

- ¡¡¡AAAAAAYYYYY!!!

Gritó mamá, él con uno de sus fuertes brazos la atenazó por el vientre y con la mano de su otro brazo le frotaba el clítoris, mientras la bombeaba salvajemente. La culeada era tan cruel que mi mamá sentía mucho dolor, era un grito tras otro.

- Jinetera no grites tan fuerte que vas a despertar a tu hijo…

Ella entró en razón y tapó su boca con un almohadón, Randy la clavó dejando afuera solo los huevos y se detuvo unos minutos.

- Pinche madre… me va de mierda como aprieta… acostumbrate a la verga de tu macho que de ahora en adelante vas a vivir teniéndola adentro… te voy a dejar el culo abierto…

Si bien el negro no continuaba con la penetración, movía en círculos su cadera, como revolviéndole con su verga los intestinos.

Oprimiéndole las tetas con las manos prosiguió con el bombeo, esta vez más lento pero más al fondo, al cabo de veinte minutos ella gemía, bajaba su torso y empinaba más el culo, el negro estaba domando a su yegua.

Randy se la sacó y la obligó a chuparla teniendo que tragarse algo de su propia mierda, cuando la tuvo bien ensalivada, el negro se sentó y le ordenó que se coloque encima de él, metiéndose ella solita la soberbia pija en el culo, le llevó un buen rato lograrlo. Tras un impasse, ahora era ella la que se movía y el tipo usaba su vigor para magrear las tetas y chuparlas con mucha desesperación.

Sentada sobre su macho, saltaba y se penetraba la descomunal chota aferrándose de los hombros de él, gemía casi a gritos. Estuvieron mucho tiempo así, hasta que le mencionó que se iba a venir, entonces la sujetó por la cintura y ella abrió más las piernas.

- Mi reina me vengooooo… voy a llenarte las tripas con mi lecheeeee… uhhhhhhhhh

Quedaron quietos, el negro sujetándola de la cintura, levantó la pelvis y se llevó a la boca uno de los pezones erectos, mamá tomándolo de la nuca apretó la cabeza de él contra su teta.

- Ahhhhhhh… negrito me hiciste una enema de leche... uffffffff… que caliente la siento…

Dijo mamá sonriendo cachondamente y jadeando, con las piernas temblando se paró y al hacerlo la morcillona verga cayó y un torrente de semen oscuro cayó de su culo, manchando el sofá

- Mierda, son casi las cuatro de la madrugada, es muy tarde y a la mañana vienen mis padres a almorzar… adoro tu pija pero te tenés que ir Randy.

- Dile a mis suegros que le mando saludos jajajaja… quizás la semana que viene los conozca… de ahora en adelante nos divertiremos mucho putica…

- Mi culo es tuyo cuando quieras, pero te tenés que ir…

- ¿Le vas a contar a tu hijo que mami tiene macho? ¿Le gustará tener una papá negro? Jajaja

- Por ahora no, ya veremos… dejemos que esto sea nuestro secreto… ya pensaré como y cuando se lo digo…

- Vengo a la tarde para seguir chingándote dile que me quedo a dormir o lo que se te ocurra, no me importa…

Escuchar que mamá sería pareja, novia, mujer o lo que fuere de ese tipo, me dejó descolocado, me causaba un profundo dolor, celos, decepción, y morbo. No sabría decir si me asombraba que ella pudiera estar con alguien como Randy o que yo disfrutara con verlos.

Cuando se vestían supe que era el momento oportuno para regresar a mi habitación para que no supieran que el acto sexual que montaron contó con un espía.

Al acostarme muchas cosas pasaron por mi cabeza, la situación me causaba humillación y excitación, pensé como lograr que se separen y que ella vuelva a ser la misma que fue antes de viajar a Cuba… ¿O habrá sido siempre así? De imaginar a ese sucio negro como padrastro me daban ganas de vomitar y me paraba la pija como una montaña.

Medité en la soledad de mamá, una mujer joven como ella necesita tener un hombre a su lado, tantos años sin pareja habrán generado una necesitad muy grande de placer y quién mejor que el negro pijudo para satisfacerla; Pensando en todo esto y después de hacerme no sé cuantas pajas me quedé dormido.

Por la mañana, mamá me despertó con un maternal beso y me dijo que el desayuno estaba listo en la cocina, al verla con un camisón rosa corto que dejaba entrever que no llevaba ropa interior y el recordar como Randy le destrozó el culo me provocó una descomunal erección que me obligó a masturbarme para bajarla.

Al entrar a la cocina, mamá me sirvió café con leche y en mi mente se disparó inconscientemente la pregunta de: “¿Si mamá tiene un hijo con el negro saldrá del color de esta infusión?” Se me paró y para no hacer carpa, contuve mi pito contra mi vientre gracias a la ayuda del elástico del pantalón del pijama.

Ella seguía con su camisón y las sandalias, ya no la veía como mi madre sino como una hembra, y para colmo me dí cuenta que estaba con incomodidad y cada rato cambiaba su forma de sentarse, seguro que le dolería el culo ¿O tal vez desearía más verga?

- Hijo por favor terminá rápido de desayunar que están por venir tus abuelos.

Mis abuelos llegaron, almorzamos en paz y pasadas las tres de la tarde se fueron, aproveché a darme una ducha para despejarme y de paso ahogar con el agua mis malos pensamientos, al salir del baño veo pasar a mamá arreglada, se veía tremenda, llevaba un ajustado top floreado, un hot pant azul tiro bajo con detalles en lila que duras penas le tapaba la cola, y sandalias negras de tacos altos, maquillada y con un rico perfume.

Quedé pasmado al verla, ella lo notó y de manera cómplice me dio un beso en la mejilla marcándola con su rouge carmín, sabia muy bien que ese look era para agasajar a Randy, seguramente me esperaba otro día como espectador de lujo de una obra porno en vivo, cuya protagonista era nada más ni nada menos que mi madre.

 

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Gus Becker & Marcel Milord ®

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