miprimita.com

Extraño Magnetismo II

en Dominación

Pasaron 6 años desde la terrible experiencia de Mónica con el psicópata, muchas cosas pasaron y cambiaron en esos 6 meses, demasiadas, el divorcio de Mónica con Alberto fue una de ellas.

 

Desde que Mónica tuvo el encuentro íntimo con ese depravado, ella nunca volvió a ser la misma, estaba agresiva con su ahora ex marido, intolerante, encontraba siempre un motivo para la pelea, la mayoría eran infundados, infantiles, pero ella los magnificaba.

 

Alberto ya estresado de todo eso, por tal motivo le pidió el divorcio y Mónica se lo concedió. El, junto a Matías se fueron al exterior por 2 años, por un gran contrato que consiguió y le serviría a Matías para tomar experiencia.

 

Mónica se quedó en el departamento, siguió ejerciendo la psicología, pero esta vez, incorporó al consultorio a Mariela, ya recibida prematuramente debido a altas calificaciones. Mariela tiene 23 años, a 2 meses de los 24, como su madre, heredó los ojos color miel, cabello castaño claro bien lacio y con flequillo, largo, y también como su madre, esta dotada de un trasero grande, muy duro y parado. A ella no le gusta que le digan cosas por su cola, es por eso que siempre la tapa, ya sea con camisas afuera, con vestidos amplios y en invierno su tranquilidad son los tapados o camperas largas.

 

Mariela entregó su virginidad a los 18 años, con un noviecito casual, pero nunca entrego su cola, se estremecía de solo pensar que algo se podía introducir por alli.

 

La vida de ellas era casi monótona, pero les permitía vivir muy bien económicamente, salían los fines de semana, iban al cine, a cenar afuera, lo normal.

 

Ya no trabajaba Mónica para el juzgado, todo era particular, todavía ella recordaba a ese psicópata depravado, tardó mucho su trasero en recuperarse, pero ella era como que lo extrañaba.

 

Ambas, madre e hija, estaban cerradas a introducir algún hombre en sus vidas, estaban muy bien solas.

 

Todos los días eran iguales: Deprimidos, frustrados, males de amor, o sea, lo mismo, pero ellas sabían hacer su trabajo y ambas lo hacía muy bien, excepto casos más complicados, donde Mónica los atendía.

 

Ese domingo habían ido al cine, a ver una mediocre película de terror, mucha sangre, poco argumento, a la salida fueron a cenar a un lujoso restaurante, ahí si disfrutaron una excelente comida, luego se acostaron temprano. Al otro día revisaron sus agendas: poco trabajo, mejor, un poco de descanso les daba oportunidad de leer, tomar café tranquilas, descansar en el lujoso consultorio.

 

Tenían una mujer mayor de secretaria, de unos 68 años, muy eficiente. A media tarde comenzó a llover, y al ver que no había pacientes, decidieron decirle a la mujer que se vaya, Mónica le dió dinero para un taxi, pues la lluvia ahora era importante. También decidieron quedarse una hora más, para luego ir a casa, con la esperanza que la lluvia aminore la intensidad.

 

Ambas estaban absortas en sus lecturas, cuando sonó el timbre, era extraño pues no había ningún paciente agendado , sería alguien de alguna oficina vecina, Mónica fue a atender, abrió la puerta y un frio muy intenso rodeó su cuerpo, quedó paralizada, congelada más bien, le aparecieron temblores súbitos. Allí estaba parado “Él”, si, el psicópata depravado, con un brazo apoyado en el marco de la puerta y con esa sonrisa burlona, vistiendo pantalón gris, camisa rosa y saco azul, todos gastados, desaliñados.

 

Buenas tardes Licenciada… ¡Que día! Suerte que no me mojé mucho, ¿Puedo pasar?.. sea buena, déjeme secar y de paso, reserveme un turno.

 

Mónica lo miró en silencio, se corrió un poco y él entró, sin pedir permiso, se quitó el saco y se sentó en un sofá.

 

Esta casi todo igual Licenciada, es un gusto volver a encontrarla.

 

Mónica se sentó en otro sillón, todas las escenas del día junto a ese tipo y el amigo pordiosero le volvieron a la mente, después de un rato de mirarse en silencio, ella dijo tajante:

 

¿Que querés?

Upa, Licenciada, no veo mucho ánimo de recibir a un paciente, ¿Será el día?

¡¿Te dije, que querés?!

Un turno, estoy mal anímicamente, extraño algunas cosas y eso me deprime.

 

Mentiras pensó ella, todas mentiras, comenzó a imaginarse por qué esa porquería de tipo estaba allí., y para colmo de males......apareció Mariela.

 

El se incorporó mirando absorto a esa pequeña que se acercaba, los ojos se le transformaron, apareció esa mirada pervertida, los ojos rojos, la boca casi relamiéndose.

 

Un gusto señorita… ¿Usted es?

Encantada, soy la Licenciada Mariela......., hija de la Licenciada Mónica.....

Es un gran placer Licenciada, enorme placer. Soy Carlos......., un viejo paciente de su madre.

 

Y estiró la mano, Mariela respondió al saludo con una sonrisa cálida, inocente.

 

¿Mami, nos vamos a quedar mucho más?, Voy al baño y decime.

 

El tipo, la miró en todo el trayecto al baño hasta que desapareció de su vista, vista que estaba clavada en el gran y joven trasero de la chica. Como con un resorte se colocó junto a Mónica que estaba tratando de poner linda cara simpática frente a su hija.

 

Decile a tu hermosa hija que te vas a quedar a atenderme, que es urgente y que ella se vaya.

 

Mónica podría haberse negado, no lo hizo, era inexplicable, pero estaba nuevamente magnetizada por ese hombre repulsivo. Salió Mariela del baño, y su madre le dijo lo que la vil persona le había ordenado que dijera, la chica tomó su cartera, le dijo a su madre que la esperaría en la casa, le dió la mano a él y se marchó.

 

Apenas cerró la puerta, él se acercó a Mónica, la tomó por la cintura, la apretó contra su cuerpo y le preguntó: - Me extrañaste amor?

 

Mónica permaneció en silencio, y aceptó abrir la boca cuando él acercó la suya abierta. Mientras las lenguas se entrelazaban, ella pensaba que detentaba ese tipo que la tenía como poseída, cero resistencia. No tardó mucho en sentir las manos que bajaban hacia el preciado trofeo, su culo y mucho menos tardaron en comenzar a levantar el vestido.

 

Por favor, pará.

No.

 

Seguían los besos, las manos estaban sobre la bombacha, Mónica ya no aguantó más, rodeo con sus brazos el cuello de él y comenzó a respirar agitadamente, bajó una mano y la puso sobre el bulto de él, notando que estaba duro como piedra.

 

Lo masajeó por encima del pantalón, al tiempo que él le bajaba la bombacha y le introdujo un dedo en el culo, previo lo mojó con su saliva, ella dió un respingo.

 

Amor, se te cerró el ojete después de tanto tiempo… no importa, volveremos a comenzar jajaja… te lo voy a destrozar.

 

Se desnudaron mirándose a los ojos, se tiraron en el sofá de tres cuerpos besándose, le chupó las tetas hasta hacerla gritar del dolor-placer, succionaba violentamente el hinchado pezón. La hizo poner boca abajo, le abrió un poco las piernas, escupió varias veces sobre el cerrado agujero y luego sobre su pene, con una mano ubicó bien la terrible cabeza tocando al agujero y pujó.

 

Mónica primero gritó para luego morder un almohadón que tenía con ella, quiso pararlo con una mano, pero él la sujetó y continuó con la brusca penetración, las lágrimas mojaban el sofá, era inaguantable soportar esa pija enorme y deforme adentro de su culo, que en vano intentaba resistirse contrayéndose.

 

Era peor, al fruncirlo, apretaba más la pija, lo que producía que él comenzara a putearla: - Ahhh... hija de puta, querés sacar la pija como si fueras a cagar... yegua de mierda, tu ojete es mio, te lo voy a dejar tan abierto que vas a ir a tu casa cagándote encima.

 

La pija, a pesar de la resistencia entró toda y comenzó su carnicería, Mónica gritaba, mordía, manoteaba, se contorsionaba, todo era inútil, la pija comenzaba a entrar y salir, él comenzaba a jadear, subía el ritmo mientras le miraba la nuca a ella y lo disfrutaba, se reía, lo gozaba, ya el culo estaba roto, abierto, rojo, inflamado, en llamas.

 

Hija de puta, casi me das mucho trabajo, pero te voy a dar hasta que me salga la cabeza con mierda.

 

Y después de más de una hora rompiéndolo, acabó bien adentro, sacando la cabeza sucia de excremento y leche. Se separó de ella, Mónica quedó inmóvil, llorando, él fue al baño a limpiarse, después dejó que vaya ella, gozando al ver como se movía al caminar el magnífico culo recién poseído y gozando al observar que las piernas no podían sostenerla y tuvo que apoyarse de la pared.

 

Se sentaron juntos en el sofá, el encendió un cigarrillo y le dijo jocosamente:

 

- ¿Salió mucha leche del culito?

 

Ella no contestó, transcurrió un tiempo, se vistieron y el le expresó:

 

- Ahh... sacame un turno para la Licenciada Mariela.

 

Ella pegó un salto y le contestó:

 

- ¡No!.. eso nunca, jamás.

 

Él, con mucha parsimonia dejó el cigarrillo en el cenicero, se dió vuelta y con una velocidad asombrosa le agarró el cuello, mientras ella se ponía morada, le dijo:

 

- Nunca más vuelvas a negarme algo perra, porque yo se donde viven, se todo y no quisiera que nada llegue a mayores. Acepta todo como es, en silencio o ambas tendrán muchísimo de que preocuparse, sus vidas.

 

La soltó, Mónica tosió, tenía arcadas, se repuso, lo miró con pánico y le preguntó si podía pasar pasado mañana.

 

- Por supuesto que puedo, convendría que inventes una gripe u lo que se te ocurra para que tengamos las sesiones tranquilos, es por vos también., te puede agarrar el instinto maternal.

 

Lanzó una carcajada, le dijo que estaría a esta hora y se fue. Esa noche Mónica miraba a su hija, casi con lástima, lloró en silencio cuando se acostó.

 

Al otro día fueron al consultorio, Mónica atendió dos pacientes, estaba ida, milagrosamente ellos no lo notaron, sus problemas superaban los de otros. Los ojos de Mónica solo estaban para su hija, no quería, se resistía imaginar a ese hijo de puta depravado con ese angelito tierno, dulce.

 

Llegó el día, Mónica le dijo a su hija que ella estaba engripada, simulaba tener un estado febril y le recordó a Mariela que iría su paciente para atenderse con ella, la hija le dió un beso, le dijo que se cuidara y antes de irse, Mónica le recordó que hoy no iba la secretaria, Mariela sonrió y salió.

 

Mónica rompió en llanto y tomó sus pastillas tranquilizantes. Mariela entró con su candidez y su sonrisa, se sacó la campera y quedó con un pantalón beige ajustado y una polera blanca, el culo se le notaba a pasar que ella se empecinaba en tirar de la polera para bajarla. A la hora y mientras ella chateaba con el celular con una amiga, sonó el timbre, se despidió, apagó el celular para que nadie la moleste y fue a atender.

 

El estaba en su clásica pose, apoyado en el marco de puerta, vestido como la última vez, sonriendo, con esa cara de degenerado burlón, entró luego de darle un beso en la mejilla, a pesar que ella le había estirado la mano y caminó tras ella hacia el consultorio, con la vista clavada en ese hermoso, tierno, grande, angelical, y seguramente virgen culo. Llegó con una erección que no se molestó en disimular, se sentó en un sillón y ella enfrente.

 

Bueno Carlos, ¿Qué le pasa?, dijo con esa vocecita inocente.

El comenzó a decir cualquier cosa, mirándola fijo a los ojos, ella comenzaba a sentirse atraída por él, estuvo 10 minutos con una introducción muy vaga hasta que comenzó con su repugnante trabajo.

 

Licenciada, mi principal problema es sexual, estuve a punto de ir a la cárcel y gracias al trabajo de su madre pude zafar, pero no encuentro solución con el sexo, yo solamente puedo hacer el amor a una mujer por atrás.. me voy a permitir usar término que espero no la molesten.

 

Ella miró cuando él dijo eso: - Si, claro, hable como se sienta más cómodo.

 

Perfecto, yo solo me excito cuando veo un culo hermoso, como el suyo y me pone loco prepararlo bien para romperlo, abrirlo, sentir que el ano en su afán de defenderse me ahorca la pija, que se cierra, se frunce con mi pija adentro, que la que recibe mi pija llore del dolor, del placer y trabajar ese culo por varios días hasta quede bien abierto, que no pueda contener ir al baño, que me haga encima, que me ensucie todo, eso me pone loco y lo termino de destrozar, hasta que lo vea muy abierto y meterle la lengua, recibir todo lo que sale de ahí, eso me pasa. ¿Tengo cura Licenciada?

 

Mariela estaba fría, como hipnotizada, ya no escribía, lo miraba fijo absorta, asqueada pero también con un extraño cosquilleo.

 

¿Tengo cura Licenciada? (volvió a decir con su sonrisa burlona).

Si, claro, pero hay que trabajar mucho en eso.

 

Él se levantó, caminó lentamente hasta ponerse frente a ella, que estaba incómoda al verlo y asustada.

 

No creo que el trabajo sirva de mucho, pregúntele a su madre, le rompí el culo dos veces y sigo igual, con las mismas ganas.

¿Qué dice?, ¡¡¡¿Cómo que le hizo eso a mi madre?!!!

Si Licenciada, le hice terriblemente el ojete y no lo aguantó, porque ya esta mayor, alguien como vos seguro aguantaría

Pero.....

Shhh, tranquila, parezco yo el psicólogo.

 

La tomó de una mano y ella se levantó, estaba pálida, tenía mezcla de asombro, temor y temblaba por el miedo.

 

La tomó de las dos manos y dijo:

 

- Licenciada, andá a casa tranquila, no te haré nada acá, pero no escaparás, si tenés dudas hablalo con tu madre, es el destino, llamalo así, jajaja. Yo sé que tenes una tanguita que seguro se te mete en la rayita del orto, vi los bordes mientras caminabas para acá y me enloqueció. ¿De que color es Licenciada?

 

Ella no contestó. Ahora su temor crecía a pasos agigantados.

 

Veo que sos tímida, no importa, pero el juego sigue asi: No vamos a conocernos acá, jajaja... porque los vecinos vendrían o llamarían a la policía por los gritos, pero si lo haremos en mi casa, tranquila, es humilde pero muy alejada de vecinos molestos, allí vendrás unos días de vacaciones… mmm.… ¿Digamos 1 semana?.. si, eso esta genial para que me ayudes con tu ojete a curarme.. decile a mami que vas a pasar unos días de descanso, ella entenderá.. jajajaja… no acepto un no. Hoy es… mmm… jueves, el sábado pasaré a buscarte y te toco el timbre, no lleves mucha ropa, llevá bombachitas y no muy chiquitas, se perderán adentro de tu ojete cuando empiece a dilatarse jajaja...

 

Le dió un beso en la mejilla, caminó hacia la salida y antes de marcharse bajó su bragueta, extrajo del pantalón con algo de dificultad su enorme verga erecta, se la mostró para que ella sepa de que estaba hablando y tenga una idea de lo que le iba a ocurrir, le tiró un besito y se fue. Mariela estaba petrificada, se hizo un café, su cabeza era una tormenta, estuvo media hora sentada, hasta que se paró, se puso la campera, salió y se tomó un taxi a su casa, Mónica la recibió sentada en el living, con un vaso de whisky y fumando, temblando. Mariela entró como una zombie, se sacó la campera, la tiró en una silla y se sentó junto a su madre.

 

Ya se hija, me imagino.

¿Vos estuviste con esa bestia hija de puta?

Si hija, perdoname.

¿Cómo pudiste soportar a esa cosa dentro tuyo?

Ni yo sé, pero sucedió.

Ahora me quiere a mí....

Me lo imaginaba y lloré… quiero decir, lloro por eso.

¿Por qué no me advertiste?

Porque tengo miedo, me amenazó con hacernos daño si trataba de evitar lo que permití.

Te creo porque ese tipo es repugnante y muy peligroso.

¡Lo es!

¿Hacemos la denuncia a la policía?

Mariela, eso podría costarnos la vida, si prosperara, cosa improbable pues no hay pruebas, seguro tiene amigos que se ocuparían de nosotras... violación y muerte… ¿Entendés?

¿Y que hago?.. me va a destrozar.

Hija, tu no eres yo, eres jóven, te repondrás.

¿Te gusto?.. decime la verdad.

Ehh… no al principio...

O sea, que después, si, te gustó.

Me da vergüenza decirlo, pero si.

 

Silencio por casi 10 minutos y Mariela dijo:

Ok, iré.

¿Cúando va a ser?, ¿Irá al consultorio?

Peor, tengo que pasar 1 semana en su casa,

¿QUÉÉÉÉÉ?

Si mamá, descuidá, me sabré defender.

Lo conozco hija......

Será el momento en que deba conocerlo yo.

 

Se fueron a la cama juntas pero no durmieron, toda la noche estuvieron abrazadas llorando. Al otro día no fueron al consultorio, inventaron estar muy engripadas, Mariela preparó un bolso con ropa interior, dos remeras, pijama y cargó pastillas anticonceptivas, Mónica la vio y le djo: - Hija, lleva las pastillas y tómalas por las dudas, pero él no ataca por adelante...

Ya sé, me lo dijo.

 

Esa noche se empastillaron con tranquilizantes para poder conciliar el sueño, el sábado tuvieron que volver tomar pastillas. Madre e hija pasaban cada minuto pagadas una contra la otra, llorando.

 

A las 20:00 horas, sonó el portero eléctrico, atendió Mariela que sólo dijo: - Siii, ya bajo.

 

Miró a su madre, se abrazaron, se besaron tiernamente, Mónica le rogó que se cuide y Mariela bajó. En la vereda estaba él, sonriendo, parado con un cigarrillo encendido, le dió un beso en la mejilla, la llevó de la mano hacia un auto viejo, socarronamente le abrió la puerta e hizo un gesto de “adelante”, cerró la puerta, subió él y partieron.

 

El viaje duró una hora aproximadamente, los últimos 10 minutos era en un camino desolado, y llegaron a una casa vieja, donde muy lejos se veía una luz de otra casa, pasto alto, paredes que nunca fueron pintadas, un comedor, una habitación grande y otra ocupada con cacharros y un baño muy grande, con sarro por supuesto.

Se sacó la campera y estaba con una calza negra y un pullover negro en V con una camiseta blanca abajo, él, mientras destapaba una cerveza, la miró sonriendo, la hizo sentar en una silla y se sentó a su lado, puso un vaso delante de ella y otra cerveza, ella se sirvió y bebió.

Que silencio Licenciada, cualquiera diría que tiene miedo...

 

Ella lo miró pero no dijo nada, a los diez minutos de silencio, ella le dijo:

- ¿Quiero ir al baño, donde esta?

 

Él se levantó y la tomó de la mano haciéndola levantar bruscamente y la condujo al baño, ella lo miró, después que él encendiera la luz como diciéndole gracias y esperaba que se fuera pero él le dijo:

¿No esperaras que me vaya, no?

Si, por supuesto

Por supuesto que me quedaré con vos, acostumbrate porque será así

 

Ella se puso pálida.

 

Es mi intimidad...

¿Qué intimidad? Jajajaja… hija te voy a dejar el orto colorado y roto, tanto que te vas a cagar encima mío… ¿Vas a estar 1 semana con mi pija toda adentro de tu hermoso ojete y me hablás de intimidad?, jajajajajajjaja… sacate la calza y la tanga que se te marca, sentate y hace lo que tengas que hacer.

 

Ella estaba muda.

Querida Licenciada, te prometo, para que no te pongas tímida, que cuando yo venga a cagar, estarás a mi lado y me limpiarás el culo con tu lenguita.

 

Mariela creía que se desmayaba del asco, pero siguió de pié, se sacó las zapatillas, la calza y después la tanga, cuando se iba a sentar, él la sujetó y la hizo dar una vuelta.

Dios mío nenita... ¡El ojete que tenes!... ¡Oh Díos!.. es una pinturita, va a hacer mucha guerra hasta que te la meta toda, me vas a destrozar la pija.. ahhh... no lo puedo creer lo que me voy a comer… mi vida, mañana llamas a mami y le decís que te quedás 15 días... ¿Vos pensás que en una semana puedo abrir eso?.. de acá no te vas hasta que te cagues la bombacha caminando y no te puedas sentar... me estalla la pija mi amor de sólo verte… sentate, hace caquita y pipí, se buena nenita que papi te va a perforar ese agujerito.

 

Ella se sentó, temblando, hizo pis mientras él la miraba fijo y después hizo con mucha pena evacuó sus intestinos. Con ella sentada, cuando vio que terminó e iba a agarrar papel higiénico, le dijo que no, se arrodilló frente a ella y comenzó a limpiarla con dos dedos, los chupaba mirándola, volvió a meter los dedos, acarició el agujerito y dijo gritando:

Ahhhhhhhhhhhhhh ¿Es virgen, no es así?... ¡Contestame carajo!

Ssi

La puta madreeeeeeeee, no aguanto máassssss, levantate y vamos a la cama, rápido, si te quedó el culo sucio mejor, sirve de lubricante.

 

La zamarreó de una mano y la tironeó hacia arriba, fueron a la habitación, encendió un velador con una luz roja, cerró la puerta con llave y tiró la llave sobre una cómoda, le hizo sacar el pullover y la camiseta, dos divinos pechos medianos quedaron libres, éll se sacó los zapatos, los pantalones, la polera, el slip y la bestia se liberó.

 

El monstruo gordo, largo y cabezón, curvado hacia el techo, estaba como una roca, se movía hacia arriba con movimientos peristálticos de lo duro que estaba. La tiró en la cama y se acostó a su lado, giro poniéndose de costado, mirándola fijamente y le dijo:

Nena, me vas a matar, no aguanto más, primero te voy a chupar bien ese culo que me esta provocando, volviendo loco, esperando que lo abra, que le deje la pija clavada los 15 días, que lo destroce, tengo trapos de mi lado porque no vas a llegar al baño, te vas a cagar encima y hacelo, me como tu mierda, pero dejame romperlo tranquilo, no te pongas tensa porque es peor, ya mi pija va a sufrir entrando allí, si te fruncís sufro más.

 

La besó frenéticamente, estaba con palpitaciones de la locura de ver que rompería un dulce, virgen y tierno culito, le mordía los labios, le metía toda su larga lengua en la boca de ella, mientras le pellizcaba un pezón haciéndola quejarse, le llevó una manito hacia su monstruosa verga haciendo que la agarre, jadeando, articulando mal las palabras, entrecortado, le dijo:

No puedo mas, vamos a empezar, hay mucho para hacer, se va a resistir mucho, date vuelta, ponete boca abajo que te voy a poner un supositorio para que lo dilate al culo y aguantes un poco más, si vemos que tu ortito no la aguanta, te pongo otro, pero hoy tiene que entrar como sea.

 

Ella hizo lo que le dijo y ya boca abajo, él le abrió mas las piernas, le chupó el culo y le puso el supositorio, ella se quejó cuando sintió el supositorio deslizarse a su interior, ella sintió que la estaba lubricando y se volvió a quejar cuando entró un dedo con vaselina.

¿Te duele el dedo?.

Si

Ohhh… esto es peor de lo que pensaba… claro, si es súper estrecho… uffffff... va a ser una dura batalla.

 

Y la batalla comenzó. Se montó arriba de ella, aplastándola con su gran cuerpo para evitar que ella se moviera mucho, puso su boca en el oído de ella y con voz afónica y alterada le susurró:

- Ya viene mi vida, ponete floja y respira hondo, no puedo ser suave porque estamos toda la vida acá… te voy a desarmar el culito, tu ojete va a gritar cuando se abra, porque te voy a masacrar el ortoooo.

 

Ella sintió que la cabeza tocaba el agujero, respiró hondo y todo se puso negro, el mundo se le vino abajo, hundió la cabeza en la almohada lanzó un brutal alarido, las lágrimas comenzaron a brotar, golpeaba con las manos el colchón, bramaba, la cabeza pujaba para meterse y el agujero, instintivamente, se fruncía mas, para expulsar eso que lo comenzaba a invadir.

 

Ella gritaba que no y no escuchaba que el le decía:

- Bueno corazón bueno, quietita, me estás ahorcando la pija, aflojate, dejala entrar.

 

De milagro no se desmayó del dolor, la cabeza después de un largo rato venció la resistencia y entró, el culo la recibió apretándola, Mariela gritaba y suplicaba que se la saque, era inútil, él también gritaba de sentir la pija apretada entre las paredes del culo, pero ahora, con la cabeza adentro, como ariete, la pija comenzó a esconderse en el dulce agujerito.

 

La almohada estaba toda mojada de lágrimas, las manos de ella tenían aferradas la sábana, rompiéndola, los pies de Mariela pataleaban, el agujero ya dejaba de ofrecer resistencia, estaba inflamado, colorado y muy dolorida, era hora de entregarse, la pija notó eso y comenzó su recorrido mas rápido, hasta que los huevos chocaron contra las hermosas nalgas, Mariela estaba ahogada, ahora muda.

 

El volvió a poner su boca en el oído de ella y a decirle:

Así mi amor, así, toda adentro, me duele a horrores la pija pero ya está, vamos a estar un ratito así para que tu orto se acostumbre a tenerla y se dilate bien.

Tengo ganas de evacuar, no aguanto más.

Bueno, bueno,esperá que te lo bombeo un ratito y te la saco, cagas en la chata que tengo abajo de la cama, dejalo que se vacía bien y después recibirás mi pija mas cómoda.

 

Comenzó a sacarla y meterla primero despacio, después más rápido.

Ah ah ah ah, rompete hijo de puta, ah ah ah...

Por favor, me hagoooooooooooooo...

 

La sacó, agarró la chata y rápidamente se la puso, ella giró como pudo y explotó, estaba descompuesta y encima también orinaba, pero dentro de la chata, cuando vio que terminó, solo algunos gases quedaban, esperó un poco y dejo la inmundicia en el piso, la cabeza estaba sucia de excremento y parte del cuerpo de la pija, pero así como estaba le puso mucha vaselina, colocó a Mariela de costado, le llevó la pierna de arriba bien adelante y la sujetaba con una mano, y con la otra puso vaselina en el culo inflamado, apuntó la pina y otra vez, la cabeza comenzó a hacer daño, pero esta vez entró mas fácil, Mariela gritó y movía sus brazos, otra vez llanto, ya no quedaban lágrimas, la pija se metió toda y el bombeo brutal comenzó de inmediato.

Ah ah ah, te amo nena, ahahaha

 

La cama de hierro crujía, la pija curva se hacía visible e invisible en un suspiro, Mariela se aflojó, sen entregó lo que permitió que elculo ahora si se rompiera bien, él acabó, pegó un alarido, pero siguió. La pija salía otra vez sucia de excremento y leche.

Ayyyyyyy putaaaaa madreeeeee... me enloquece tu ojeteeeeeee... lo voy a partir por la mitad nena, cagame la pija porque no la voy a sacarrrrrr.

 

Ella estaba entregada y comenzó a acostumbrarse a la pija dentro de su agujero, una hora estuvo bombeándole su pobre y ya abierto culito, hasta que volvió a acabar.

Ahhhhhhh carajooooooo

 

Y la sacó haciéndola gritar cuando salio la cabeza bruscamente, y otra vez ella estalló, poca cantidad pero mezcla de excremento y semen, él l cayó tendido en la cama, mientras Mariela, después de reponerse a medias, fue al baño, nuevamente, él sonreía al verla caminar agarrándose el culo con una mano y tambaleándose, ella estuvo casi 45 minutos limpiándose, en el bidet dándole agua al pobre culito que perdió la primer batalla sin atenuantes.

 

Salió y volviendo a los tumbos, se acostó, él la acarició y le dijo que durmiera, lo merecía y que mañana sería un día muy especial y violento, Mariela se despertó cerca del mediodía. Su pobre culito maltratado seguía doliéndole, pero era resistible.

 

Se cambió la bombacha, se puso una tipo bikini negra y arriba un buzo rosa que le llegaba a la cintura. Se calzó sus blancas zapatillas de primera marca y fue al comedor, allí estaba él, sentado con una botella de vino por la mitad y el vaso lleno. Mirando televisión, la miró llegar, y con una sonrisa sarcástica le dijo:

Buenos días preciosa.… ¿Cómo anda mi culito preferido?.. ¿Duele?

Si, duele… y mucho.

Ahhh, que mal... tranquila, hoy le espera mucho trabajo y se va a acostumbrar… veo que es muy rebelde y se cerró después de la fiesta de anoche, te lo toqué mientras dormías. Ahora el hijo de puta vuelve a desafiar a mi pobrecita pija jajaja, pero hoy le vamos a dar una buena reprimenda… jajaja… vení chiquilla, en la heladera hay fiambre y gaseosa que traje para vos, fui de compras mientras dormías, hacete sandwiches y comé liviano, no bebas mucha gaseosa, o te llenaras de gases y tu anito los usará como arma contra mi pija... jajajaja.

 

Ya daba asco ese tipo, repugnancia y Mariela lo sabía, lo sufría pero no había otra que resignarse, el juego había comenzado, ella estaba siempre en desventaja, el final...era incierto, o no, el final sería....su culo totalmente roto.

 

La obsesión del psicópata degenerado por el culo de Mariela era enfermiza, la explicación era que ella tenía un culo perfecto, mucho más que eso, era pintado por Miguel Ángel.

 

Él estaba empeñado en deformarlo, en romperlo, sería su trofeo, el culo reventado por su gran pija, miraba el culo y tenía erecciones fuertes, se había comprado viagra para mantener por mucho tiempo la pija bien dura y tenerla la mayor cantidad de tiempo enterrada en el culo de ella.

 

Al terminar de almorzar ella lloró a llover a cántaros, él le hizo una seña que fuera al baño yle dijo que dejara la puerta totalmente abierta, miró todo el proceso de ella en el inodoro y cuando ella se levantó la bombacha, vacío el inodoro y comenzó a ir al comedor, él se paró, con el bulto casi rompiendo el pantalón, ingirió un viagra y caminó hacia ella, la abrazó tipo oso, la besó en la boca, susurraba insultos y amenazas, se había transformado en un loco desesperado por hacer daño, mucho.

Ahh... pendeja hija de puta, que mierda tenés que me ponés asi... ¿No ves que es peor para vos?, ¿No te das cuenta que vamos a estar todo el día abotonados?, ¿Qué ya ni mierda te va a quedar de las enemas de leche que te voy a dar?.. tu ojete me sigue provocando, se sigue burlando de mi pija y vos hija de puta permitís eso...

 

La locura ya era incontrolable, la separó de él y le dió un terrible cachetazo que la tiró al suelo.

Querés dolor nena mala, querés burlarte de mi, tendrás dolor y tu culazo hoy sangrará.

 

La levantó de un tirón y le dió otro cachetazo sosteniéndola con la otra mano para que no se caiga, le rompió la bombacha y la tiró a un rincón, la llevó al centro del comedor, sobre una alfombra y la tiró al piso, se acostó junto a ella, la giró poniéndola de costado, le levantó una pierna y comenzó a chuparle el culo.

 

Le metía la lengua, insultaba, le mordía las nalgas, con los ojos cerrados era como que recitaba una oración al culo, ella lloraba, pero no decía nada, después de casi una hora de ritual en el culo y las tetas, se puso de rodillas y agarró un pote grande de vaselina que tenía sobre una mesa ratona, la miró fijo, comenzó a untarse la pija y le dijo:

- Ponete como perrito con el ojete bien parado y las piernas bien abiertas, lo quiero mirar, quiero ver como me desafía, va a ser la última vez que lo voy a ver cerrado, aunque tengamos que estar todo el día cogiendo, hoy te lo destruyo. Licenciada, despídase de su culito tierno e inocente, porque hoy va a ser adulto.

 

Mariela se puso en cuatro, abrió las piernas y levantó lo mas que puso el culito, sintió que dos dedos le ponían mucha vaselina en la entrada del agujero, él se paró con las piernas a los costados de ella, flexionó las piernas, agarro la pija con una mano, la alineó con el agujero y de un empujón metió la mitad, bruscamente, con rabia, furia, violencia, Mariela lanzó el primer alarido del día, sintió que el misil impactaba de un golpe, con un puño golpeaba la alfombra y sus brazos se aflojaron y su torso se estampó en el suelo, el culo quedó mas parado, la penetración fue mas profunda, las rodillas le temblaban, el culo no tuvo tiempo de fruncirse, porque el monstruo entró violentamente.

 

Los huevos se estrellaron contra las nalgas, la pija estaba toda escondida, el culo ahora si comenzaba a romperse, llantos, pedido de basta, súplicas, etc., no eran atendidos. Dejó la pija mas de 5 minutos toda adentro, estaba montado sobre ella, furioso, enojado, empujando mas fuerte a pesar que ya la pija no podía entrar más, su cara estaba desencajada, sus dientes apretados. Mientras estaba en esa posición quieta, le hablaba a ella como si el culo tuviera vida propia.

Ahh... ssshh… shhhh... ahhhh... la sentís ahora hija de puta, entregámelo de una vez, deja de resistirte… te tengo bien clavado el ojete… te hiciste poner furioso… te lo voy a destrozar maldita niña.

 

Y de golpe comenzó un violento bombeo, a un ritmo infernal, cogía ese culo sufrido, entregado, lastimado, Mariela sentía que los ojos se le salían de las órbitas. Lloraba, lloraba, gritaba… pero después de media hora de sufrir los furibundos embates, sintió que su culo ya estaba abierto, ya el dolor cedía, el culo estaba roto y ella daba gracias a eso, empezó a mover el culo y a provocarlo.

¿Y ahora hijo de mil putas?… mi orto quiere más pija... ¿Podes?.. te voy a cagar esa pija asquerosa hasta que te duela.

 

El tipo mas loco, aumentó los embates y ahora gritaban los dos, casi hora y media y acabó. La sacó y ahora si vio el hoyo bien abierto.

 

Ahh, ya esta nenitaaaaa… se rompió, te daría impresión si te vieras como te quedó el culazo.

 

Se acostó y la puso a ella arriba de él, Mariela se sentó sobre la pija, con una mano la apuntó al culo y se clavó ella misma, cabalgó la pija una hora, hasta que ambos acabaron, se recostó a su lado, exhausta, destrozada, ambos fumaron un cigarrillo, ella se levantó y tomó el celular, él sonrió.

 

¿Hola, má?

¿Hijaaa, como estas???

Bien má, muuuy bien...

Me das una tranquilidad, ¿Cuándo regresas?

Por eso te llamaba má... ¿No querés venir?

¿Te parece?

No te hagas la mosquita ingenua que sé muy bien que estás extrañando ésta pija...

Mandenme un remise.........

------------------------------------------------------------

Marcel Milord & Gus Becker ®

Llevamos alrededor 20 años escribiendo relatos, esto es mucho esfuerzo y nos agradaría que luego de leer la publicación dejen un comentario, el saber que hay un ida y vuelta entre nosotros nos motiva a seguir trabajando.