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DIARIO DE laia dia 16

en Dominación

DIA 16

Después de la conversación que Claudia había mantenido con Júpiter y Pandora acerca de sus hijas las hizo llamar,  quería que se presentaran en su despacho, le era exactamente igual lo que estuvieran haciendo. Cuando estas llegaron a su despacho estaban coloradas y sudadas, las habían sacado de una sesión de sexo duro en la cual estaban siendo folladas por todos sus orificios inferiores mientras lamian los coñitos de otras mujeres.

Les ordeno que se pusiesen de rodillas y estuviesen atentas a la pantalla de televisión, tenía algo que mostrarles. En la pantalla pudieron observar a sus padres como le relataban a la maestra los problemas que les causaban sus hijas y como estés estaban afectando a sus vidas, tanto a nivel personal como económico. Les vieron decir como las querían y que todo lo que sufrían lo soportaban por el bienestar y la felicidad de ellas. Toda su vida no tenía razón de ser sin ellas.

Tras ver esto junto a la maestra, Aíra y Ofelia rompieron a llorar preguntándose cómo podían haber llegado a esta situación en la que las únicas personas que las querían de verdad estaban sufriendo a causa de sus caprichos y locuras sin sentido las cuales hacían solo por placer sin valorar las consecuencias. En ese instante se encontraban hundidas, destrozadas.

Llorando le pidieron ayuda a la maestra, no sabían que podían hacer para poner fin a su estúpida forma de vida, egoísta y viciosa. La maestra les comunico que ya había  comenzado su reeducación para enfrentarse a la vida, ese proceso había comenzado en el instante en el que habían descendido del avión, vuestros padres solicitaron mi ayuda para guiaros por el camino correcto, eso es lo que estamos intentando, en ese camino también está incluido el derecho a disfrutar del sexo. No disfrutar como lo hacíais vosotras sin control y como rutina sino como estáis aprendiendo ahora, unas veces siendo sumisas, otras veces amas, con dolor, sin dolor, en todas las variantes que ya habéis visto y en las que os quedan por ver.

No os lo había dicho antes, vuestros padres están aquí, mañana los veréis y….

Les habían permitido dormir en una habitación de la casa, la maestra las había ascendido de esclavas sumisas a pupilas sumisas, lo que les permitía vivir en la casa y usar sus instalaciones así como comer con el resto de los pupilos en el comedor principal. A la hora del desayuno fueron al comedor con el resto de los pupilos donde esperaron la llegada de la maestra. Cuando esta entro iba acompañada de Pandora y Júpiter,  Aíra y Ofelia no los pudieron reconocer puesto que en su situación tenían prohibido alzar la vista del suelo a menos que se lo ordenaran. Terminado el desayuno la maestra distribuyo a los componentes en distintos grupos. Pandora, Júpiter, Aíra y Ofelia fueron asignados a su grupo, les ordeno que fueran a la sala de castigo que allí les tenía reservada una sorpresa. Se dirigieron al cuarto indicado y esperaron la llegada de la maestra, se habían situado de rodillas mirando a la pared y sin mantener ningún tipo de contacto entre ellos, al pertenecer al grupo de la maestra debían de demostrar sumisión total, estaban solo y exclusivamente para proporcionar sus servicios a la maestra.

Cuando la maestra hizo acto de presencia en el cuarto la seguían Laia y Pichafloja, los sumisos la saludaron y esperaron ordenes, llamo a Pandora y a Júpiter pidiéndoles que se situaran a su lado, les ordeno a Aíra y Ofelia que se desplazaran  a cuatro patas a donde ella se encontraba y que empezaran por lamer y besar los pies de sus acompañantes, sin ninguna escusa procedieron a cumplir las órdenes, a continuación les mando que sin levantarse mirasen a la cara de  los sumisos a los que atendían. Su cara de asombro fue absoluta, estaban sirviendo a sus padres, no se lo creían, su sorpresa aun fue mayor cuando apreciaron la barriga de su madre la cual les condujo a pensar que iban a tener un herman@, no salían de su asombro.

E n esta situación la maestra los autorizo a hablar entre ellos, lo primero que hicieron fue saludarse cariñosamente para continuar hablando de la situación en la que estaban, cómo y por que habían llegado a ella y como creían que les influiría en el futuro. Después de las pertinentes aclaraciones se decidieron a disfrutar de sus cuerpos bajo las órdenes de la maestra. Eran felices y lo demostraban.

La jornada sexo y placer fue increíble para la familia terminando totalmente agotados y satisfechos, por un lado los padres por cómo se desenvolvía la situación ahora que sus hijas conocían algo más de la vida real y las hijas por los conocimientos adquiridos durante su reeducación.