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Ayuda a domicilio IV

en Dominación

AYUDA A DOMICILIO  IV

Vencida la voluntad comenzamos con el cuerpo.anteriores. Lo primero fue comunicarle a Pe que su castigo había terminado y que desde ese momento volvia a ser una mujer adulta aunque su situación seguía siendo la misma, yo

Ya en la calle nos dirigimos hacia un parque que se encontraba camino de casa, en el cual seguiría con mi proyecto.

En el parque que a esas horas estaba prácticamente desierto buscamos un banco en el que sentarnos a descansar y poder hablar de lo sucedido los días  seguía siendo su señor y ella la aspirante a sumisa. Su periodo de prueba no había finalizado, lo que Pe desconocía es que dicho periodo nunca acabaría con lo cual me podría deshacer de ella cuando me interesase y Pe seguiría esforzándose en complacerme.

Pe me interrumpió para decirme que desde que estaba conmigo era feliz, que antes nadie la entendía ni cuáles eran sus necesidades. Ella necesitaba que la guiasen y le dijeran que debía de hacer, cuando y como debía de hacerlo.

Tras esta declaración de intenciones decidí seguir con su educación. Le mande levantarse y colocarse frente a mí, a continuación le pedí que se subiese la falda hasta debajo de sus pechos con lo cual quedaba a la vista el pañal que estaba usando. Procedí a despegar los cierres del mismo para poder retirárselo, cuando se lo había quitado pude ver que se encontraba mojado en la zona correspondiente a su sexo. El olor que desprendía no era el de la orina, le pregunte a Pe que era aquello que contenía el pañal a lo que respondió que se trataban de sus flujos ya que se había corrido en la farmacia con la excitación de sentirse corregida por su señor delante de gente conocida, era algo que desconocía, el ser tratada y educada como una persona a la que se quiere y no como a una mujer vulgar.

La conversación siguió preguntándole acerca de que esta situación, que era lo que esperaba de ella y que estaba dispuesta a soportar. Para darle tiempo a pensar su respuesta le entregue su pañal usado y le mande ir a tirarlo a un contenedor que se hallaba en el otro lado del jardín. Pe no dudo en cogerlo y dirigirse a donde le había indicado. Estaba ya tan centrada en complacerme que ni tan siquiera le importo ir mostrando su sexo dado que no le había indicado que se bajase la falda tras haberle quitado el pañal. Estaba orgullosa de obedecer y así lo mostraba su estado, era feliz.

A su regreso le comente como se la veía con su sexo al aire a lo cual ella respondió que no tenía derecho a rebatir las decisiones de su señor y que si este no le había ordenado cubrirse ella no podía poner en duda sus decisiones. Ante la respuesta recibida le pedí que se cubriera y se sentase a mi lado para seguir hablando de lo que sería su vida desde ese momento.

Al llegar de regreso a casa la mande ir a su cuarto y que preparara lo necesario para lavarla después de su paseo diario. Cuando entre en su habitación la encontré encima de su cama con las piernas flexionadas y separadas mostrándome su sexo brillante y húmedo. Me coloque sentado a los pies de la cama y empecé a recorrer su sexo con uno de mis dedos, el simple roce de mi dedo producía en ella movimientos sin control, daba pequeños saltos sobre la cama y emitía ligeros suspiros. Al parecer le estaba gustando el tratamiento que recibía y no podía evitar demostrarlo, incluido su sexo del cual procedían los fluidos que lo empapaban y mojaban sus glúteos adquiriendo un brillo que me atraía al igual que las polillas se sienten atraídas por la luz. Todo el control que había tenido sobre mi cuerpo ante Pe estaba a punto de desaparecer.

Al deslizar la esponja que utilizaba para lavarla la intensidad de sus gemidos iba en aumento, al llegar a su clítoris y retirar la piel que lo cubría no resistió más y lanzo un grito al mismo tiempo que me salpicaba con sus fluidos. Se había corrido. Tardo un par de minutos en recuperarse y ser capaz de articular palabra, lo primero que hizo fue pedirme perdón por lo sucedido mientras se incorporaba e intentaba limpiarme con la toalla sobre la cual había estado tendida. La detuve y le dije que esa no era la manera correcta de actuar, no me importaba el hecho de que me salpicara con sus fluidos pero no iba a permitirle que me limpiara con una vulgar toalla debería de hacerlo ella misma con su lengua para poder saborear el fruto de su lujuria y ser así capaz de valorarlo.  Soltó la toalla de sus manos y comenzó por lamerme la cara ronroneando como una gatita, siguió descendiendo a lo largo de mi pecho hasta llegar a la zona púbica. En ese momento se puso de rodillas y procedió a desabrochar mis pantalones y bajar la cremallera de los mismos. Su cara al descubrir lo que allí se ocultaba fue de sorpresa mayúscula y decepción, pudo observar mi pene totalmente relajado y sin el menor rastro de excitación.

Le levante la cara para que mirara directamente a mi rostro y le pregunte qué era lo que le ocurría. Tras incorporarse me comento que se esperaba otra cosa, una polla pidiendo ser chupada y no lo que veía. Dicho esto se volvió con cara de decepción. No contaba con este resultado tras su esfuerzo por excitarme. Le dije que no era culpa de ella, simplemente se trataba de autocontrol y la capacidad de ser uno el que controlara los instintos primarios y no que fueran estos los que controlaran a uno. Si no fuera así en esta situación en la que estamos habría diferencias puesto que tú estarías recibiendo una sesión de sexo duro tanto si quisieras como si no, estarías siendo forzada o violada.

Uff¡¡¡ no me sigas hablando así o voy a volver a tener un orgasmo, me tienes muy excitada y estoy chorreando de nuevo.

Lo tuyo no sé si es un problema físico o falta de autocontrol, nos lo tendrá que decir la doctora. De momento vamos a aliviarte, vuelve a subirte a la cama y ponte en posición.

Pe volvió a colocar la toalla y se coloco en su posición, empecé a acariciar los labios de su sexo y comprobé que estaban más que húmedos, chorreaban sus fluidos tal como había dicho. Trabaje con dos dedos su clítoris descubriéndolo de su piel y frotándolo enérgicamente a lo cual respondía gimiendo con fuerza, con mi otra mano ascendí recorriendo su vientre hasta legar a la altura de sus pechos los cuales estaban atrapados por su minúsculo sujetador, deslice mis dedos por debajo del tejido hasta atrapar uno de sus pezones entre ellos dando inicio a un juego que consistía en ir apretándolos, retorciéndolos, tirar de ello e incluso pellizcarlos con lo cual se pusieron duros y alcanzaron su máxima expresión, querían perforar el tejido del sujetador.

Con la mano situada en su entrepierna procedí a introducir tres dedos en el interior de su vagina y comencé a frotarla duramente mientras con el pulgar presionaba su clítoris, ya no gemía ni suspiraba solamente gruñía entre respiraciones profundas. A las pocas incursiones por parte de mis dedos en su vagina, empezó a lanzar fluidos fruto de su orgasmo, yo por mi parte en vez de detenerme y dejarla disfrutar seguí sin parar buscando que enlazara varios orgasmos consecutivos hasta derrotarla físicamente. Sería un clímax nunca logrado antes por ella el cual recordaría.