Sus manos comenzaron a acariciarme tiernamente, como si fuera algo sumamente delicado, a lo que habia que tratar con primor. Sus besos pasaron de la pasión al refinamiento... Yo creía por momentos, que tocaba el cielo con los dedos.
Segundos después, dos bocas y dos lenguas daban cuenta de aquella oscura porra de carne. Por la reacción de Raimundo, parecía que nunca antes había sentido algo parecido; los dos muchachos, como si compitieran entre ellos, se esmeraron de manera prodigiosa, en suministrar placer al guardia.
El 69. ¿ Os he dicho algunas vez, cuanto me gusta esta postura? Que un miembro vigoroso y rígido invada tu paladar, al mismo tiempo que sientes el calor de unos labios rodear tu polla...
Para facilitar aún más la entrada de aquel mástil en mi esfinter, le eche las piernas sobre los hombros. La cara del mecánico era un soneto, tan libidinoso, como pasional...
Este relato está ideado para leer con una sola mano. Ya sabes, una mano al teclado y la otra...
El dueño de la casa, volvió a escupir en el peludo agujero y prosiguió introduciendo sus dedos en el estrecho canal. A pesar, de que el chaval dilataba con facilidad, meter el tercer dedo, encontró un poco de dificultad.
Los tres hombres eran como un engranaje bien sincronizado, la boca de Fernando se trabajaba el ano de Pepe, mientras este a su vez lo hacia con el alargado falo de Fernando.
Estaba en uno de los urinarios vertiendo los excesos de líquido de aquella noche, cuando observo que el atractivo hetero de la barra entra en uno de los cubículos concretamente en el que se situaba frente de mi...
Estaba tan entregado, que no le hubiera importado perder, en ese momento, la virginidad de su culo con el malagueño. Pues si era tan bueno con la lengua, ¡con la polla tenía que ser la hostia!
Ramón era mi amigo de la infancia, con el que había compartido todo; buenos y malos momentos. De un tiempo a esta parte, no hace ni un año, compartimos momentos sexuales , pero su profesión : policía y su estado civil: casado y con hijos, no hacían que estos encuentros fueran todo lo comunes que ambos deseáramos.
En aquel momento vi su cosita, en todo su esplendor. Bueno cosita no, cosasa. Que aquello era bestial. Aunque lo más me llamó la atención, fue su cabeza. Era roja y gorda, y como babeaba el liquido blanco de los virus; me recordó a Kaa, la serpiente del libro de la Selva.
Su mano casi no cubría su pene al completo, por eso éste se agitaba como si tuviera vida propia. Y lo que más me excitaba, es como se movían sus huevos en su escroto, parecían dos polluelos que querían romper el cascaron.
Se volvió, dejando de nuevo a mi alcance, aquel enorme carajo, lo chupé hasta donde pude, mi calentura iba en aumento como consecuencia de las lamentadas de su compañero en mi ojete.
4 paredes,3 hombres, 2 amigos y una pastilla ( Este relato es de contenido netamente homosexual)
Avanzó hacia los dos rudos machos que tenía ante sí; una vez estuvo a su lado. Alargó sus manos hacia ellos; una para cada uno. Posó suavemente las yemas de sus dedos sobre sus tórax.
Relato de contenido homosexual... muy pero que muy homosexual
Yo no sé, si lo estaba curando de un mal atroz o no, lo que si pude comprobar, es que los dedos de Fernando fueron entrando poco a poco en el agujero del culo de Ernesto. Primero uno, después otro, más tarde dos y así hasta tres. Cuando se canso de jugar con sus dedos, al igual que hicieran los alba
Me agaché e introduje aquella caliente verga en el interior de mi húmeda boca. La mamada fue suave, quería degustar su sabor de nuevo; pero no quería alargarla demasiado.
Poco después, con mi culo bien lubricado y su pene envuelto en el látex de un profiláctico, intentaba introducir aquel desmesurado trozo de carne en mi interior
ADVERTENCIA PARA EL LECTOR: Este relato no contiene escenas de sexo explicito ( ni del otro)
Si eres lector habitual de mis historias, lo que se cuenta en el interior te puede interesar.
¡¡¡¡oughh!!! ¡¡¡¡ yeeaahh!!!!!
Cuando el sensual jugador de rugby apartó la toalla de su entrepierna, dejó al descubierto un semi-erecto pene, que culminaba en unas peludas y enormes pelotas.
Mientras los chicos disfrutaban de un placentero muerdo;las manos del fornido entrenador, el cual se habia despojado ya, de toda la ropa que traía puesta, acariciaban morbosamente el ano de Arturo.
Las manos de Oscar empujan mi cabeza contra su pelvis, en un intento de ensartar mi garganta un poco más, unas pequeñas arcadas le demuestran que he llegado a mi tope, aún así empieza a mover sus caderas en un acto salvaje de querer follarse mi boca..