miprimita.com

Sexo en Galicia: Tarde de sauna (R)

en Gays

(Este relato, aunque se puede leer de manera independiente, es continuación de “Sexo en Galicia con dos heteros”)

 

La historia hasta el momento: JJ y M han pasado la primera noche de sus vacaciones en la ciudad gallega de Vigo. JJ se ha ligado a un parroquiano con el que ha pasado toda la noche en la habitación del hotel que comparte con M. Éste que se ha quedado toda la noche en espera de una llamada de JJ. Bueno toda la noche no, que gran parte se la ha pasado follando...¡ Y de que manera !

 

 

13 de Agosto del 2010

 

Sé que podría estar dormido, pero necesitaba hablar con él. No me quería presentarme en el hotel , y pillarlo en una situación comprometida. Así que volví a insistir, en espera de que se dignara a dar signos de vida. A la tercera llamada me cogió el teléfono, contestándome con una voz ronca...Me dijo que estaba sólo, que el gallego se había ido que tenía que hacer no sé que cosa. Cuando llegue a la habitación, intente parecer enfadado con él, pero tengo poca madera de actor y antes de que yo le soltara el discurso sobre lo mal amigo que era, por haberme dejado en la calle toda la noche, JJ me interrumpió diciendo en un tono jocoso :

 

 

 

-¡¿Tú has follado esta noche?!,¡ pe-da-zo- de caa-bróon.!

 

 

 

Ante lo evidente, no tuve más remedio que contarle; eso si, sin dar muchos detalles, mi historia con el ejecutivo de Burgos, omitiendo el polvo en el WC en la discoteca ( La verdad es que me daba un poco de corte, contárselo)... Entonces como si de una explosión cronometrada se tratase, me empezó a relatar su polvo con Paco, pues así se llamaba el gallego. La emoción se pintaba en los ojos de JJ,por lo visto el tío había conseguido viagra por internet y la compartió con él, ¡ y a mi amigo que no se le hace falta que lo animen!

 

 

 

-.... La hostia con patatas tío! Tiene una polla de las que hay que santiguarse delante de ella y dura como una piedra... Con unas venas grandes, como las del pescuezo de un “cantaor” ¡Hemos echo de “to”! Le comido la polla, hasta que me ha dado asco; y me ha follado hasta que le ha venido en gana. Nos hemos corrido tres veces y seguíamos con la polla dura... ¡Mira como la tengo todavía!- Me dice cogiendo con su mano su abultado paquete, y mostrándome este a través de los boxers blancos que tenía puesto – ¡Porque se ha tenido que ir, o si no hubiéramos seguido.!

 

 

 

-¡Y te hubiera dado igual dejarme en la calle!. Si con amigos como tú, no hacen faltas enemigos- aunque no estoy enfadado, hay cierto reproche en mis palabras- ¡Yo no sé ni como te aguanto!

 

-¿Porque soy buena persona, comprensivo, atento, simpático...?-contestó riéndose

 

-Si, hay a quien le toca la lotería, y a mi me ha tocado aguantarte a ti.

 

 

 

Entre bromas empezamos a planear el día, pero JJ no tenía pensado hacer nada hasta mediodía; momento en que había quedado con Paco para comer, por lo que su mejor opción era seguir durmiendo hasta que llegara dicha hora. Me costó muchísimo convencerlo. para que no se quedara el resto del día retozando en la habitación del hotel; yo quería deambular un poco la ciudad, el quería quedarse durmiendo... Pero al final una frase mágica, le devolvió las ganas por querer conocer Vigo: Ir de compras. Pero su rendición no fue sin condiciones, cuando salio de la ducha, y en ese tono suyo tan peculiar , con el que sabes que no acepta un no, me dijo:

 

 

 

-Oye, la camiseta amarilla de lycra que te regale, no te la he visto puesta … ¿ No te gusta?

 

 

 

Llevaba toda la razón del mundo, el chaval me había comprado una camiseta por mi cumpleaños y yo no la había estrenado siquiera ...Y no porque no me gustara, o porque no me quedara bien... Sino porque era muy “gay”, era una prenda que una vez te la ponías dejabas poca incertidumbre sobre tus preferencias sexuales... Aquella especie de lycra amarilla, me parecía un cartel de neón, con el cual le gritabas a todo el mundo que eras maricón....¡ Pero que coño! Vigo era un sitio perfecto para vestime con ella, nadie me conocía y si me juzgaban tampoco me importaba. Sería como el trailer de la pelicula que en algún momento de mi vida tenía que estrenar: salir del armario.

 

 

 

Momentos después, las calles de Vigo se nos revelaban como un esplendoroso horizonte que recorrer...

 

 

 

-¡Eres más cabrón que bonito!- le dije medio en broma medio en serio a mi amigo- Me haces vestirme como si fuera hoy el día del orgullo gay en Vigo y tú te has vestido como si fueras a una entrevista de trabajo.

 

-No pretenderás que te quite protagonismo, hoy la estrella eres tú, que el “menda lerenda” ya tiene rollo para estos días. El que te tienes que buscar la vida para esta tarde, eres tú. ¡Así que espabila!.....

 

 

 

Si hay algo donde Juan José sea incapaz de contener su homosexualidad (aparte de un buen nabo con las venas “marcadas” como él dice) es ante un escaparate.... Un escaparate, es capaz de sacar sus peores instintos consumistas, le gusta todo, cualquier cosa le parece maravillosa, aunque, por supuesto, no le quede bien... Así, que tras dar un pequeño paseo por la ciudad, la siguiente parada fueron las tiendas de moda, en las que JJ puso a su tarjeta de crédito, a trabajar horas extras.

 

 

 

Yo en cambio, siempre que compro ropa lo hago con dos motivaciones muy distintas: cuando me hace falta, o por impulso... Como impulso fue el que sentí, al ver aquellos pantalones marrones, ¡Eran preciosos! Mire el precio, y tenían una buena rebaja .. Así, que sin pensármelo dos veces, me acerqué a uno de los dependientes, para pedirle mi talla.

 

 

 

-Son los únicos que quedan, pero vienen pequeños. - me dice el dependiente tras hacer las pertinentes comprobaciones en el almacén- Pruébese la cuarenta y dos. Puede quedarle bien.

 

 

 

Pasé al probador, y como Juan José estaba euforico viendo que más se podía llevar de la tienda, tuve que llamar al señor que me había atendido para que me diera su visto bueno...El vendedor era un hombres de unos cuarenta años, ancho de espaldas, metidito en carne pero sin parecer gordo, atractivo pero sin ser guapo...Un tío al que en circunstancias diferentes, podría pensar que tenía un buen polvo. Pero evidentemente, no era el lugar, ni el momento.

 

 

 

-Le queda, un poco ancho de cintura pero se lo podemos arreglar. - me dijo amablemente el dependiente.

 

-Es que estoy de paso...¿Para cuando me lo pueden tener?- la preocupación en mi voz era palpable.

 

-Si se lo pongo urgente; para mañana por la tarde¿ Le viene bien?

 

-Sí, si... Tomame las medidas, por favor.

 

 

 

Mientras el amable señor que me estaba atendiendo fue por los enseres, me mire en el espejo y, como no tenía otra cosa mejor que hacer, comencé a jactarme de mi buena forma física; la camiseta me sentaba de puta madre, las horas de gimnasio no habían sido en vano, me marcaba los hombros, los dorsales y el pectoral de una manera magnifica, dejando al descubierto unos trabajados brazos... Tan hundido estaba en el pecado de la vanidad, que no sentí llegar al dependiente, que hizo notar su presencia con un leve carraspeo.

 

 

 

-Perdona, no te habia visto llegar- me disculpé, a la vez que el calor invadía mis mejillas.

 

-No se preocupe..., Por favor ¿ se pone usted derecho?- aunque intentaba sonar impersonal, había cierta tensión en sus palabras; como si intentara disimular algo.

 

Se agachó y cogiendo un par de alfileres con su boca, se puso a tomarme medidas. Primero me midió la cintura, la cual comprobó si quedaba muy apretada, pasando un dedo por la parte delantera de esta, no sé si fue mi mente calenturienta o paso en realidad, pero sentí como sus dedos acariciaban débilmente la parte externa de mi slip; cierto o falso el caso es que mi pene se despertó, un poquito... Para terminar por despertarse del todo, cuando me tomó las medidas del tiro, que según el vendedor también había que arreglar. Mi polla estaba bastante dura, circunstancia que fue percibida por el cuarentón al pasar su mano a lo largo de la entrepierna; el vendedor respiró profundamente y disimuló como pudo . Cuando ponía los alfileres en los bajos, pude ver por el espejo, como una fugaz mirada lujuriosa se clavaba en mi trasero.

 

-Pase ahora por caja, y le preparo el resguardo del arreglo-me dijo educadamente, abandonando el probador

 

 

 

Mientras me cambiaba, mis pensamientos no podían ser más caóticos, hasta el punto de llegar a preguntarme si tendría esa enfermedad de adicción al sexo, de la que tanto se hablaba últimamente. Pues si no, no le veía explicación a lo que acaba de ocurrir: ¡me había puesto burro, mientras me tomaban las medidas para un pantalón!

 

 

 

Mientras rellenó mis datos en el resguardo, el vendedor se mostró un pelín nervioso, yo por mi parte, intenté que se relajara, en la medida de lo posible, haciéndole todos tipo de halagos a la tienda. Le dí las gracias por sus atenciones con un espontaneo apretón de mano. Muy a mi pesar, no me pude ir de inmediato; tenía que esperar a Juan José, el cual se tenía que probar todo aquello que le gustaba.... Durante aquel tiempo, pillé al vendedor mirándome un par de veces, yo le respondí en ambas ocasiones con una sonrisa complaciente...Seis bolsas de supuestas gangas después, JJ y yo abandonamos precipitadamente la tienda. Pues el tiempo, se nos había echado encima, y llegábamos tarde al almuerzo con Paco.

 

 

 

Cogimos un taxi para que nos condujera al hotel, donde habíamos quedado con el ocasional ligue de mi amigo para comer. Durante el trayecto JJ, telefoneó a éste para excusarse por la pequeña tardanza y que nos esperara.

 

Una vez llegamos al lugar de la cita, mi amigo pidió a Paco, que lo esperara un minuto; lo que tardaba en dejar las voluminosas bolsas en la habitación. Yo esperé junto con el gallego, a que mi amigo se despojara de su pesada carga; con ello mataba dos pájaros de un tiro: le hacía compañía al susodicho y de paso, lo conocía un poco.

 

El tío, pese a su aspecto, el cual rosaba muy de cerca la estética metrosexual: resultó ser un tío bastante llanote y simpático, muy lejos de los tíos pagados de si mismo, tan comunes entre la gente que dan tanto valor a su aspecto físico.

 

La verdad es que a veces, me sorprendo a mi mismo por lo morboso que soy. La noche anterior cuando conocí a Paco, el gallego, no le presté la más mínima atención, me pareció un tío que estaba bien y punto; pero no le encontré ese algo especial, para desear tener sexo con él. Pero desde que JJ me contó sus perversiones con la víagra y la buena polla que tenía, mi mente no dejaba de lucubrar como sería tener su verga entre lo labios... Pero ese deleite, le correspondía a mi amigo y a mi me restaba sólo imaginármelo.

 

 

 

 

 

 

Paco nos llevo, creo que con muy poco acierto, a almorzar a un restaurante de cocina Mejicana; el local era un poco de diseño, de estos donde sabes que vas a pagar mucho y comer poco. Mis quejas por no saber que comer, fueron apagadas por JJ y Paco que, como si de dos siameses se trataran, me aconsejaron aquello que podía pedir para no reventar a mi estomago de chiles . Conforme la comida avanzaba, pude observar cierta complicidad entre mi amigo y el gallego (¡hay que ver cuanto acerca a los seres humanos unos buenos polvos bien echados!); en algunos instantes me sentí como si estorbara, o estuviera de más; pero en ese mismo momento, mis dos acompañantes, como si tuvieran un sexto sentido, automáticamente me incorporaban a su conversación.

 

 

 

Salimos del restaurante, JJ y el gallego, habían decidido irse a “dormir la siesta” a casa de éste y quedamos en vernos a las nueve en el hotel ,para ir a cenar por los sitios típicos de la ciudad. Tenía cinco horas sin nada que hacer.

 

 

 

-Mira, si te aburres al lado del hotel hay una sauna- me dijo ocurrentemente Juan José.

 

 

 

-¿Tú siempre estás pensando en lo mismo?-le contesté un poco molesto, pues sentí como si me pusiera en evidencia delante de Paco

 

 

 

-No, de vez en cuando pienso en “dormir la siesta”

 

 

 

Me despedí de la ocasional,pareja deseándoles sarcásticamente una buena siesta. Avanzaba hacia el hotel, llevando mi mente cargada con la sugerencia de JJ, así que inspeccione los posibles locales de la zona, en busca de la dichosa sauna y ésta estaba oculta a la vista de todos; llame al telefonillo y sin esperar una respuesta por mi parte, me abrieron. La puerta dio paso a un pequeño pasillo que culminaba en una especie de cabina de cristal, donde se encontraba un señor de unos cuarenta años, el cual me dio una llave, una vez le abone el precio de la entrada. Si algo me gusta de las saunas es la permisividad; al traspasar su umbral parece que entramos en un reino donde todo vale y donde no hay lugar para las mojigaterias y el conservadurismo hipócrita de esta sociedad decadente. Mientras me cambiaba, pude observar, por el movimiento, que eramos pocos los que estábamos en el local, más tarde descubriría que era muy pronto aún y que los parroquianos llegaban más tarde.

 

 

 

 

 

 

Me tomé un cafetito en el bar, con la única compañía de unas revistas y un señor, que por la familiaridad con el empleado de la sauna, debería ser asiduo. La escena era digna de una comedia de Almodovar: discutían sobre la mejor manera de preparar unas patatas con pulpo.

 

 

 

Mientras hojeaba las revistas, que más de actualidad eran lecciones de historias; por el tiempo que hacía ya, que se habían publicado. Al bar llegaron dos recién llegados jovencitos, por la ración correspondiente de cafeína. Los dos muchachos, eran todo lo contrario que busco yo en un hombre: delgados rozando la anorexia, muy poco masculinos y cruzaban la linea de la vulgaridad de largo.

 

 

 

Se sentaron en la mesa que quedaba a mi espaldas; y se pusieron a hablar en un tono bastante alto, como no tenía otra cosa mejor que hacer; practiqué la mala costumbre de escuchar las conversaciones ajenas. Uno de ellos por su acento, se notaba que era gallego; el otro no, aunque no pude discernir por su acento, claramente cual era su tierra de origen; no había duda que éste era del norte. Lo que si era cristalino, es que tanto uno como otro; al hablar hacían alarde de su aparente falta de masculinidad.

 

 

 

- ¿Qué te ha dicho, cuando le has dicho que o su mujer o tú? - el que así hablaba era el gallego.

 

 

 

- Pues nada... Me ha estado llamando todos los días, diciendo que le dé un poco de tiempo; que no lo presione. ¡Lo normal! Que es una cosa que no puede hacer de la noche a la mañana, y demás cosas que se dicen en ese momento-la voz de este chico, era aguda, casi irritante. De esas, que cuando llevas un rato escuchándola, se te meten en los oídos y no te la puedes sacar.

 

 

 

- Pero tía, tú sabes que no lo va a hacer... Que un tío de su posición no deja a su mujer, y menos por un tío. ¡ Por mucho que te quiera!

 

 

 

- A mi que me quiera o no me quiera me da igual- sentenció el chico que no parecía gallego- Yo lo que quiero, es que no se olvide, de que estar conmigo tiene un coste y yo tengo unas necesidades. He visto una cazadora de cuero, con la que puedo estar guapisima. Y que quiere que te diga, si quiere seguir follando conmigo que me la compre

 

 

 

- ¡Es que eres una zorra!- aunque el comentario intenta ser jocoso, no hay ninguna amabilidad o bondad en sus palabras, al contrario.

 

Como no estaba dispuesto a seguir escuchando por más tiempo, a aquellos dos candidatos a concursantes de Gran Hermano. Abandoné la cafetería y con las energías inyectada por la cafeína( ya dormiría cuando llegara a Sevilla) me decidí a explorar el local; era un poco como todas: una pequeña piscina, ducha, sauna filandesa y unos amplios pasillos repletos de cabinas para hacer las “necesidades”. Mientras me duchaba, un tío de unos cuarenta años se puso en la ducha anexa a mi, y en cuanto vio ocasión intento meterme mano, como no me dio buen feeling, lo rechace educadamente... Se marcho disculpándose, diciendo que por lo menos, lo tenía que intentar.

 

 

 

Di un par de vueltas, probando las distintas instalaciones del establecimiento, pero aquello estaba muy vacío, demasiado quizás... Sólo tres o cuatro individuos... El aburrimiento me empujó a meterme en una cabina, donde caí embelesado durante más o menos media hora, que fue lo que tarde en volver a recorrer aquellos corredores. Ya había algunos ejemplares a los que se podía intentar echar el lazo. Pero lo de siempre, quien yo miro no me mira, y quien no miro me mira...¿ Porque será tan complicado el ser humano?

 

 

 

En fin, me metí en la piscina donde había un señor bastante gordo y con pinta de solitario, intenté amablemente, darle un poco de conversación, pero se ciñó a contestarme con monosílabos. En vista del éxito, me callé y me limité a disfrutar de las burbujas. Al poco rato, un tío de unos cuarenta y largos años, cincuenta bien llevados diría yo, se metió en el receptáculo. Lo saludé con la cabeza, después del fracaso anterior no me atreví a decir esta boca es mía, el individuo me respondió con un hola que pasa.... Charlamos de cosas banales durante unos pocos minutos, en los que el machote gallego, de manera casi imperceptible, se acercaba cada vez más a mí... Cuando estuvo a mi altura su mano acarició levemente mi pierna, como vio que no oponía resistencia, su mano hizo el trayecto hacia mi polla, la cual ya estaba firme y mirando hacia el techo. Le respondí de igual manera, pero cuando quiso seguir avanzando, le dije que no era el sitio correcto y le pedí irnos a una cabina.

 

 

 

Los ojos del gordito parecieron salirse de sus cuencas cuando nos vio salir de la piscina con la pinga tiesa, me tapé como pude, pero no había manera de esconder lo evidente... Cubierto con la toalla,paseé la empalmadera por todo el local, la piscina estaba en el lado opuesto de las cabinas... ¿Por qué me seguiré poniendo nervioso con estas cosas?

 

Cuando llegamos a la zona de las cabinas, mi acompañante seleccionó la que le pareció mas confortable (estaban prácticamente todas vacías ) y me invito con la mano a que pasara . Una vez dentro, incomunicados de las miradas externas, el gallego me hizo una directa y espontanea pregunta, la cual me sorprendió gratamente:

 

 

 

-¿ Te puedo besar?- sus palabras sonaban más a un ruego, que a otra cosa.

 

 

 

Yo no respondí, y agarrándome a su cintura, acerqué mis labios a los suyos, para terminar fundiéndolos en un apasionado beso. Mi lengua se mezclo con su lengua, en una desorbitada danza circular. Mis brazos bajaron hasta el final de su espalda a la vez que sus manos se aferraban a mi cuello....Nos tendimos en la pequeña camilla de aquel habitáculo, a la vez que nos desprendíamos de la pequeña molestia que representaba las toallas que nos cubrían. Mis dedos paseaban sin cesar por su peludo trasero, buscando el corte de su ano. Cuando lo encontré, masajeé su poblado agujero provocando un gemido de satisfacción en sus labios. Aquel tiaco me besaba y se abrazaba a mi como si en ello le fuera la vida.... Le aparte levemente los labios, y cogiéndolo por la barbilla lo miré a los ojos, estos rebozaban de satisfacción. Proseguí con el beso, con más pasión si cabe.

Deje de masajear su ano, para buscar su polla, esta no era muy grande, pero cuando pasee mis dedos por ella y percibí sus protuberantes venas,... ¡Que gusto, Dios mio!.....Me zafé de su abrazo para ver aquella maravilla, para segundos después dejarla entrar a ensalivarse en el interior de mi boca. Me la tragué entera, de golpe, y seguí chupando enérgicamente animado por sus entrecortados suspiros. Pero el también quiso probar el manjar de mi entrepierna, y antes de darnos cuenta estábamos sumidos en un apasionado sesenta y nueve. Sus labios se cerraron en torno a mi polla, al principio de una manera casi torpe,pero a la vez que su paladar se hacia a mi verga, la precisión de su mamada iba en crescendo.

 

Paramos cuando creímos que nos íbamos a correr, y no queríamos hacerlo tan pronto...Se puso en cuatro sobre la pequeña cama, y me incitó a que le comiera el culo... Sin pensarlo, hundí mi lengua en aquel velludo agujero, sus placidos y ahogados quejidos fueron prueba ineludible de cuanto placer le estaba regalando con ello. Cada poco, dejaba de lamerlo, para con mis manos apartar sus glúteos y así contemplar detenidamente aquella delicatessen cubierta de pelos... Y es que aquel hombre, a pesar de su edad , tenía un culo bien apretado, redondo y duro; el cual no podía evitar contemplar a cada poco, a la vez que hundía mi lengua en su frondoso hoyo.

 

 

 

Llegado un momento me pidió que me tendiera boca arriba, sin contemplaciones se sentó en cuclillas a la altura de mi cabeza y hundió su culo en mi boca, mi lengua penetraba abiertamente en aquella estrechez húmeda de saliva.... El velludo y fornido gallego se comenzó a masturbar a la vez que yo llenaba su trasero con mis jugos bucales, yo cogí mi dura polla y me pajeé como pude....

 

 

 

-¿Donde quieres que me corra?- me dijo con una voz entrecortada.

 

 

 

-En mi pecho- musité casi sin fuerzas

 

 

 

Las sacudidas de su peludo pecho, fueron mi única fijación durante unos segundos; a la misma vez que me corría, una gran lechada procedente de la venosa polla se derramaba sobre mi torax....El machote gallego se desplomó sobre mi, pringándose completamente de semen. Levemente agotado se tendió a mi lado... nos miramos tiernamente....

 

 

 

Si hay algo que me guste, más que un polvo, es el “post-polvo”; pasada ya la calentura la gente se descubre tal como es, y a veces esto no puede deparar sorpresas, el atractivo gallego fue una bastante grata... me contó que estaba casado, que algunos viernes iba por allí después del trabajo a echar una canita al aire y después se volvía para el pueblo... Además se veía un tío salado, como mi acento denotaba claramente que no era de allí, me pregunto jocosamente de que parte de Pontevedra era. Cuando le dije que era de Sevilla, su mirada se ilumino y me dijo que conocía la ciudad y que le gustaba mucho...Unos pocos besos después, nos duchamos y nos despedimos... La sesión sexual con el gallego, me dejo tan buen sabor de boca, que quise prolongar el momento; entre otros brazos, entre otros cuerpos.... Mire la hora, eran las cinco y media... Todavía había tiempo de más... Así, que decidí darme, otra vueltecita por el local …

 

 

 

 

 

 

Antes de volver a transitar por la sauna, fui a la habitación de las taquillas, para mirar el móvil por si habia tenido alguna llamada. Como no había nadie cambiándose en la sala, alimente mi ego mirándome en los distintos espejos; la verdad es que de cara no estaba mal, guapo no seré pero resultón un rato, el cuerpo sin ser el clásico musculitos de gimnasio, estaba en forma,buenos pectorales, buenas piernas, buen culo... ¡el haberme hecho la cera me había sentado de puta madre! Lo que quizás me falle sea un poquito la tripa, que no consigo tenerla plana, a ver si en Septiembre hago ya la puñetera y estricta dieta- pensé, mientras la encogía para disimularla un poco.

 

Con el amor propio por las nubes, me decidí a recorrer las instalaciones, más por curiosidad, que por calentura... Y es que los dos días que llevaba en Galicia, me podría quejar de cualquier cosa, menos de la falta de sexo... La fauna local estaba formada principalmente por dos grupos, gente muy joven y gente muy mayor...Pero de tíos entre los treinta y cincuenta años, que son los que a mi realmente me ponen, había poca variedad... Creo que el único apetecible me lo acababa de tirar....Visto lo visto me metí en la sauna finlandesa, estaba vacía a excepción de un señor de unos sesenta años que estaba tendido, como su madre lo trajo al mundo, sobre las tablas de madera; mi primer impulso fue irme, por aquello de que el señor se pudiera pensar que quería jaleo con él. Pero me apetecía un poco de calorcito, así que me quede. El tipo cuando me vio sentarme, se tapo para dejarme sólo, a los pocos minutos... Mi mente empezó a divagar intentando asimilar lo de la noche anterior con el ejecutivo burgales, si tan placentero fue, porque no podía evitar esa sensación de vació en el estomago. Sumergido en mis pensamientos estaba, cuando entró un chico moreno bastante joven, era bajito y delgado( muy delgado) , tenía barba y un vello negro y corto que le cubría prácticamente todo el cuerpo; a pesar de su juventud sus rasgos poseían el atractivo de la madurez, quizás fuera por su enorme mentón o por el misterio que emanaban sus negros ojos... Lo mire, como buscando ser correspondido, pero aparentemente, pareció pasar de mi. Cuando me disponía a irme, el muchacho se dirigió a mi y me hizo una espontanea pregunta:

 

 

 

-¿Tú no eres de por aquí?- aunque intentaba que su amaneramiento no acompañara a sus palabras, este era tan intrínseco a él, que era difícil de disimular.

 

-No- le dije de una manera un poco cortante.

 

-Ya. Es que no te he visto nunca , y con lo bueno que estas, me habría fijado.

 

-Eso es aquí, que hay poca luz... Fuera no dirías lo mismo- dije intentando salir del paso, ante el inmerecido piropo.

 

-Si quieres, vamos a una cabina, y te veo mejor...Y ya te digo...

 

 

 

Jo, no se cortaba el niño ni un pelo, como vio que su pregunta me cogió fuera de juego y no respondía, avanzó hacia donde yo estaba y en tono picaresco y pasando un dedo por mis pectorales me dijo:

 

-Esta oferta, caduca en dos minutos. ¿ Que me dices?- su tono insinuante y falto de pudor, me empezó a poner a cien...

 

Así que no pasaron ni dos minutos, para que nos encontráramos en el interior de una habitación enzarzados en una especie de combate sexual, nuestros lenguas se entrelazaron al igual que nuestros dedos....Con la misma ímpetu que el chaval empezó a besarme lo dejó de hacer y cuando quise darme cuenta, masajeaba mis huevos, mientras me propinaba una frenética mamada. A pesar de su juventud, su boca demostraba bastante experiencia... Desde donde estaba pude observar que su polla estaba flácida y por la actitud del chico, presupuse que así sería como estaría todo el rato. En cuanto tuve ocasión intente tocársela, pero lo evito de manera solapada.¡ Ya tenía claro cual sería mi papel! Pues el joven barbudo, no era pasivo, sino lo siguiente.

 

Le pedí que se incorporara para poder acceder con mi mano a su culo, él se levanto ligeramente, sin abandonar la tarea en la que estaba sumido, pues había cogido mi polla entre sus labios y no estaba dispuesto a renunciar a ella. Una vez conseguí tocar su hoyito, su boca respondió succionado con mas fuerza... Tenía un trasero pequeño y apretado, a pesar de tener los glúteos cubiertos de bellos, su agujero, de natural o porque se depilaba, apenas tenía pelos... Chupé mi dedo índice lubricándolo con mi saliva y tras unos breves masajeos circulares, este atravesaba su esfinter. El cual, no está mal decir, daba muestras de haber sido traspasado en múltiples ocasiones.

 

El joven peludo ni se inmutó, y seguía chupando mi polla como si en ello le fuera la vida. Como vi que un segundo dedo le entraba con facilidad, descarte la idea de ir por lubricante, la facilidad con la que ensanchaba el muchacho me dio un poco de envidia... ¡ Joder, con lo putas que yo lo paso hasta que dilato!... Cuando metí el tercer dedo, le pregunte que donde podía conseguir condones. Sin sacarse mi polla de la boca, alargo la mano hasta su toalla y de su interior, me dio un preservativo. ¿Dónde coño lo llevaba escondido?- me pregunté. Mientras me colocaba el profiláctico, el osito se puso a cuatros sobre la camilla; estaba tan abierto que le entro de golpe.

 

Me agarré con mis manos a sus tetillas y comencé a empujar mi cuerpo contra el suyo. Me demandó que le pellizcara los pezones, que eso le molaba taco; y tenía que ser así pues cuando lo hice, estos se pusieron duros y de su boca, escaparon gemidos suplicantes:

 

-¡Jo tío!..., ¡que bien lo haces!...., ¡no pares...!

 

-Relajate tío, esto acaba de empezar.-le contesté con un poco de chulería.

 

Sus pezones se ponían más duro cuanto más lo pellizcaba, al cabroncete, esto le gustaba tanto o más que el que me lo follara. Decidí cambiar de postura, y le pedí que se sentara sobre mí... Pude comprobar que pesaba poco, deje que acomodara su polla en su interior y cogiéndolo en volandas me levante para seguir penetrándolo... El brusco movimiento se reflejo en la cara del chico que mostró una ligera mueca de dolor... Dolor que cambio por placer, cuando de manera acompasada mi pelvis empujo mi verga a su interior... El muchacho se abrazo a mi espalda con sus piernas y se agarro como pudo a mis hombros, mientras se zarandeaba al ritmo que marcaba mi pelvis...Para mantener el equilibrio, apoye mis manos contra la pared de aquel cuartucho; ¡cuanto placer Dios!,siempre había deseado follar de aquella postura, pero nunca había encontrado alguien que fuera tan manejable. No sé cuanto tiempo estuvimos así, cuando las piernas me comenzaron a temblar , lo tendí boca abajo sobre la camilla, y se la clave salvajemente hasta que me corrí.

 

Cuando el muchacho fue consciente de que había llegado al éxtasis... se zafó de mi cuerpo y con un breve beso se despidió.....

 

Mientras me recuperaba, me dije para mí mismo” Al cabrón este le va a faltar tiempo para agenciarse otra polla”. En fin, es lo que tiene la juventud, impulsiva y pasional a todas horas... Lo peor que es una enfermedad de la que todo el mundo se cura ...Cansado como estaba del trajín del día, al que había que sumarle el de la noche anterior, que me quedara dormido, parecía de lo mas evidente......

 

 

 

No sé cuanto tiempo estuve descansado. Todavía adormilado me encaminé hacia las taquillas, pues era el único sitio donde había un reloj. Era temprano. No eran las siete todavía. …

Me pegué una merecida ducha y di un paseo por el lado de las cabinas a ver que me encontraba, al pasar por una, vi que en el interior había dos tíos, su aspecto era un tanto peculiar; eran del tipo oso, musculados y con la cabeza rapada; eran tan parecidos, que era difícil distinguir uno de otro. Los tipos se encontraban enfrascados en un duelo sexual, se escupían en la boca y se pellizcaban por todas partes del cuerpo, era una mezcla de placer y dolor un tanto insólita ... Sus cuerpos danzaban como si de dos bestias en celo se trataran..Cuando fueron consciente de mi presencia, me invitaron a entrar, con un gesto... Yo decline su invitación poniendo píes en polvorosa, pues mi curiosidad estaba saciada y de largo y además, aquellos dos practicantes del sexo duro, más que excitarme, me dieron un poco de miedo...

Caminé un poco por aquellos pasillos, pero como no vi nada interesante me fui a la pequeña piscina. Estaba vacía, la mayoría de la gente estaba dedicada a libidinosos menesteres ya fuera en la zona de los cuartos oscuros o en la de cabinas. Me dejé seducir por el calor y las burbujas del agua, y me quedé un poquito embelesado.

Me despertaron unos casi silenciosos chapoteos, los causantes eran dos tipos que entraban en el agua a hacerme compañía ..Los saludé con un leve movimiento de cabeza, ellos me contestaron con un casi mudo hola. Los individuos aparentaban tener entre cuarenta y largos o cincuenta años. El mayor de ello, estaba rapado y era regordete, tenía pinta de ser un culturista que había tenido tiempos mejores... Todos los pelos que no cubrían su cabeza, poblaban el resto de su cuerpo... Poseía una cabeza grande, la cual debido al reluciente afeitado, parecía más enorme. Aunque no era guapo, tenía ese morbo que desprenden los chicos malos. Y su porte y manera de comportarse, lo descubrían como un macho, muy macho.

 

 

 

Su atractivo acompañante era menos corpulento que él, sus cabellos morenos pintaban unas incipientes canas, su cuerpo tostado y velludo le daban apariencia de hombre de campo... Si te fijabas bien en él, podías intuir que de más joven, había sido un tío de belleza aniñada, pues a pesar de pasar los cuarentas, todavía quedaban huellas de ella en su rostro.

 

 

 

Nada más se acomodaron, comenzaron a besarse, primero tímidamente, esperando mi reacción... después, cuando vieron que sus arrumacos no me hacian sentir incomodo; le pusieron más pasión a su preludio sexual. Lo que ellos ignoraban es, que desde el mismo instante en que los atisbé, había sopesado la idea de un encuentro sexual con ambos ; no sabía si querían tema o si no, así que como buen estratega, preferí dejarlas venir y que fueran ellos los que movieran ficha.

 

 

 

Como constataron, que su pasión no me perturbaba, avanzaron en la acción de hacerla más patente, y sin ningún tipo de sigilo, el calvete se levantó y puso su empinada verga a la altura de la boca del que tenía pinta de agricultor para que se la chupara por unos breves segundos; breves segundos que bastaron para que mi flácido miembro se espabilara, pues si excitante era el enorme miembro que se gastaba el calvorota, lo era más aún, ver como su acompañante, lo engullía desde la cabeza hasta el tronco, regándola a su paso de una abundante y transparente saliva.

 

 

 

Después de esta señal inequívoca, hice ademán de irme, con la única intención de pasar por su lado para así provocar más la situación. Al pasar por su lado, el calvo sin cortarse un pelo, me pego una débil cachetada diciendo:

 

 

 

-¡ Vaya pedazo de culo que tienes!

 

 

 

Como única respuesta cogí su mano y la lleve a mi paquete, quería dejar claro que no era ninguna “niñita” a la que follarse.... Sus dedos rodearon mi polla, y la apretaron desencadenando un leve quejido de mis labios. Tiro de mí y me llevo con ellos... En unos segundos, había pasado de la soledad, a tener dos cuerpos que tocar y cuatro manos que me magreaban.... El pene del regordete era de dimensiones considerables, el de su amigo, algo más pequeño, pero muy grueso... Al palpar la polla del regordete, esta se me antojó como una exquisita vianda y agachándome un poco me la llevé a la boca, a la vez que comencé a masturbar el pene de su peludo compañero. La mamada se vio interrumpida por un joven bastante grueso, que sin esperar a ser invitado, quiso tomar parte de la pequeña “celebración”. Nos miramos y comprendimos que aquel era el momento idóneo de largarse en pos del anonimato de una cabina.

 

 

 

Una porción de tiempo después, los tres nos encontrábamos en el interior de uno de los cuartos adosados del largo pasillo. El calvo nada más entrar, para mayor regocijo del más joven, se puso detrás de éste y comenzó a restregarle el nabo por las cachas Sólo con ese acto comprendí, cual era el rol de cada uno dentro de la pareja: el calvo fuertote parecía ser el activo y el guapito, adoptaba el papel de pasivo.

 

 

 

El más corpulento de los dos hombres, se acomodo como pudo en la camilla, invitándome a que siguiera donde lo habíamos dejado; poco después los pliegues de mis labios se aferraban al enorme cipote que se agitaba como una pequeña bestia dentro de mi boca. Cuando más centrado estaba en mi tarea, siento en mi polla una sensación húmeda; era el otro tipo que me proporcionaba el mismo gozo que yo estaba regalando. Seguimos unos intensos minutos ...Intentamos cerrar la pequeña cadena que formamos con nuestros cuerpos, pero no se pudo; aquel espacio era demasiado pequeño... El pequeño impedimento, nos cortó un poco el rollo, y decidimos cambiar de postura.

 

 

 

El calvorota, una vez comprobó que la camilla resistía su peso, se subió a ella y se colocó de espaldas a donde yo estaba.

 

 

 

-¡ Comeme el ojal, mamoncete!- me dijo, encorvando un poco la espalda y sacando un poco el pompis hacia fuera. La visión de un tío de sus dimensiones, adoptando aquella postura y profiriendo aquella frase, me pareció tan excitante, como grotesca.

 

Me quedé con lo morboso de la imagen y me agaché para acceder al abultado trasero. Antes de hundir mi lengua en él, decidí observalo con atención, los glúteos estaban completamente cubierto por un vello risado y duro, a pesar de su tamaño cuando mis manos lo magrearon abiertamente, no estaba nada blando, justo fruto de los años de entrenamiento. Busqué con mis dedos su agujero, peludo e inmenso, pase mi lengua por él, deleitándome de manera pecaminosa en ello. Al igual que antes ocurriera cuando se la estaba chupando, su amigo me hizo disfrutar del mismo placer, comenzó a regar mi hoyo con su saliva, pausadamente al principio, para hacerlo de una forma casi compulsiva al final... sus actos se evidenciaron en los mio, que llegué hasta morder un poco los glúteos del calvorota. Éste acostumbrado a llevar la batuta en las relaciones sexuales, me propinó un pequeño y cariñoso pescozón, como pago a mi osadía.

 

 

 

Se volvió, dejando de nuevo a mi alcance, aquel enorme carajo, lo chupé hasta donde pude, mi calentura iba en aumento como consecuencia de las lamentadas de su compañero en mi ojete. Intenté que me cupiera por completo en la boca, pero unas pequeñas arcadas, me recordaron mis límites... mis babas resbalaban desde la punta hasta los huevos... Me hizo parar, pues no quería terminar todavía... alargo su mano hasta mis posaderas, buscando mi agujero, cuando lo encontró, intentó meter un dedo, se lo impedí argumentando que no me gustaba (¡mentira, cochina! Es que no eran ni las personas adecuadas, ni el sitio). Sin mostrar contrariedad, y volviendo a dirigir la orquesta sexual, hizo subir a su compañero a lo alto de la camilla; haciéndome indicaciones para que le comiera el ojete. Él, por su parte, se agachó y procedió a hacer lo mismo conmigo.

 

 

 

Poco después el fuertote le pidió a su amigo que se pusiera en cuatro patas y me comiera la polla, éste acostumbrado a obedecer sus ordenes, se introdujo mi nabo en la boca.... Desde mi posición pude ver como el calvorota escupía en su mano e impregnaba el ano de su atractivo amigo con su saliva, para a continuación, de golpe y porrazo, meterle su miembro en todo su esplendor... No sé si eran pareja o no, ni las veces que aquel tío se habia tragado aquel mastodóntico nabo, lo que sí pude comprobar, es que el dolor que sufrió con las primeras acometidas lo obligaron a sacarse mi pene de su boca... Prosiguió un poco más tarde, esmerándose más esta vez, lo cual aumentó mi placer, pues en mi polla repercutían, la fuerza de las embestidas que le estaban pegando, cuanto más vigorosa era la penetración, mejor me la chupaba.... La cara de quien propinaba las arremetidas, era una mezcla de placer y crueldad. El rostro del calvorota, evidenciaba claramente,la satisfacción que le proporcionaba dominar a su compañero; más quizás, que el propio acto sexual en si..... Al poco, soltó un incontenible quejido, a la vez, que todo su cuerpo se estremecía de manera violenta.

 

 

 

-Te acabo de preñar cabrón- dijo apoyándose bruscamente, sobre la zona lumbar de su compañero y sin sacar la polla de su esfinter.

 

 

 

Su servil compañero siguió chupando mi nabo a la vez que se masturbaba.... Me corrí sobre su cara; a los pocos segundos él alcanzaba el placer también....Nos tendimos agotados sobre la camilla, como vi que no había sitio para los tres, me despedí con un beso y los deje acurrucados el uno junto al otro.

 

 

 

Me había corrido a gusto. Pero mi cuerpo estaba lejos de cualquier sensación agradable. ¿Cuantas veces, había fantaseado con un trío con dos tíos como con las que acaba de estar? Pero a veces, cuando las fantasías se hacen realidad; el desengaño es de mayor envergadura. Pues, aunque no me lo había pasado mal del todo, hubo un momento en que la química entre los tres se marchó, para no volver jamás. Y lo que podría haber sido un polvo de pelicula, terminó siendo un simple polvo más.

 

 

 

Es curioso, como a medida que avanzó la tarde; la calidad del sexo fue decreciendo. Si me hubiera marchado tras el primer polvo, me hubiera llevado un mejor recuerdo... ¡Pero y sobre todo, no habría llegado tarde a mi cita con JJ y Paco!

 

 

 

Cuando fui consciente de la hora que era, me pegue una ducha y me vestí lo más rápido que pude. Pero ya por mucha prisa que me diera, la jodienda no tenía enmienda: Llegaba tarde, y no un poquito... bastante

Mire el móvil tenía tres llamadas perdidas de Juan José.

 

 

 

Cuando llegué al hotel (menos mal que estaba cerca), me encontré con Paco y mi amigo esperándome; y con cara de estar hasta los huevos de hacerlo.

 

 

 

-Oye,¿Tú de donde vienes?- me dijo en su tono jocoso habitual, intentando disimular su pequeño enfado.

 

 

 

-Yo del parque de Yellowstone- contesté imitando la voz del Oso Yogui y levantado las manos en son de paz.

 

 

 

Nota del autor: Apreciado lector. Acabas de leer el segundo acto de la serie “Sexo en Galicia”. En él, he recopilado cuatro relatos previamente publicados por mi en esta página.( Por eso la ® del titulo) Los relatos son: “Sexo,viagra y.. (segunda parte y última)” “El parque de Yellowstone (Yogui,...)” “...Bubú...” “y unos osos montañeses” Confío en que te hayan gustado...

 

 

 

Si comentas el relato. Sabré lo que piensas, sobre el. Y como siempre, gracias por leerme.

 

 

 

Si te gusto y quieres saber más de las historias de JJ y Mariano. En su momento publiqué una Guia de lectura, que puedes consultar en mi perfil... Gracias.

Mas de machirulo

El Blues del autobús

Mr Oso encula a la travestí gótica

Hombres calientes en unos baños públicos (2 de 2)

Hombres calientes en unos baños públicos (1 de 2)

Desvirgado por sus primos gemelos

Un camión cargado de nabos

Cruising entre camiones

Mi primera doble penetración

Un ojete la mar de sensible

Un nuevo sumiso para los empotradores

Once machos con los huevos cargados de leche

Un buen atracón de pollas

Por mirar donde no debía, terminó comiendo rabo

Aquí el activo soy yo

Estrenando un culito muy delicioso

El mirón de las duchas

Una doble penetración inesperada

Amarrado, cegado y follado hasta la extenuación

Polvo rápido en el baño

La duquesa del coño insaciable (4 de 4)

La duquesa del coño insaciable (3 de 4)

La duquesa del coño insaciable (2 de 4)

La duquesa del coño insaciable (1 de 4)

¡Pero qué buenos están estos dos hermanos!

Una doble penetración inesperada

El mecánico siempre descarga sus cojones dos veces

Son cosas que pasan

Sexo grupal en el vestuario

La fiesta de las Coca-colas

Un casquete después de la siesta

Pepe se lo monta con sus primos gemelos

Serrvirr de ejemplo

Comer y follar todo es empezar

Con mi ojete preparado para un rabo XL

Al chofer del bus, le sale la leche por las orejas

Mamándole el ciruelo a mi mejor amigo

De cruising en la playa de Rota

Cinco salchichas alemanas para mi culo estrechito

Un mecánico con los huevos cargados de leche

El descomunal rabo del tío Eufrasio

Follado por su tío

Meter toda la carne en el asador

Míos, tuyos, nuestros… ¡De nadie!

Encuentros furtivos en el internado

Antonio y la extraña pareja

Fácil

Bolos, naranjas y bolas.

Vivir sin memoria

El libro de la vida sexual

Reencuentro con mi ex

Punta Candor siempre llama dos veces

Hombres Nextdoor

Mundo de monstruos

Dejándose llevar

Guía de lectura año 2017

Dejar las cosas importantes para más adelante

Una proposición más que indecente

¡No hay huevos!

Ignacito y sus dos velas de cumpleaños

El chivo

La mujer del carnicero

Iván y la extraña pareja

El regreso de Iván

Guerra Civil

Las tres Másqueperras

Toda una vida

Objetos de segunda mano

Follando con el mecánico y el policía (R) 2/2

Follando con el mecánico y el policía (R) 1/2

Ni San Judas Tadeo

La invasión Zombi

Seis grados de separación

¡Arre, arre, caballito!

La más zorra de todas las zorras

Un baño de sinceridad

Barrigas llenas, barrigas vacías

No estaba muerto, estaba de parranda

Dr. Esmeralda y Mrs. Mónica

Yo para ser feliz quiero un camión

Tiritas pa este corazón partio

Corrupto a la fuga

Un polaco, un vasco, un valenciano y un extremeño

El de la mochila rosa

La jodida trena

Tres palabras

Hagamos algo superficial y vulgar

Pensando con la punta de la polla

Quizás en cada pueblo se practique de una forma

Gente que explota

Guía de lectura año 2016

En unos días tan señalados

Desátame (o apriétame más fuerte)

De cruising en los Caños

Putita

Sé cómo desatascar bajantes estrechos

Este mundo loco

Como conocí a mi novio

No debo hablar

El secreto de Rafita

¿De quién es esta polla cascabelera?

Me gusta

Me llamo Ramón y follo un montón

Doce horas con Elena

El pollón de Ramón

Dos cerditos y muchos lobos feroces

El ciprés del Rojo

Follando por primera vez (R) 2/3

Follando por primera vez (R) 3/3

Follando por primera vez (R) 1/3

Estrenando un culito muy delicioso

El mirón de las duchas

Orgia en el WC de los grandes almacenes

Once pollas para JJ

Prefiero que pienses que soy una puta

Homofobia

Adivina quien se ha vuelto a quedar sin ADSL

¡Terrible, Terrible!

Bukkake en la zona de descanso

Mi primera vez con Ramón

Tu familia que te quiere

Si no pueden quererte

Mía

Infidelidad

Dos adolescentes muy calientes

Ocho camioneros vascos

Parasitos sociales

El pollón del tío Eufrasio

Violado por su tío

Talento

Somos lo que somos

Sexo en Galicia: Dos en la carretera

Tres pollas y un solo coño

De amor se puede vivir

Duelo de mamadas

¡Se nos da de puta madre!

Dos hermanos

¿Dónde está la oveja de mi hermano?

¿Por qué lloras, Pepito?

El MUNDO se EQUIVOCA

Todo lo que quiero para Navidad

Como Cristiano Ronaldo

Identidad

Fuera de carta

Los gatos no ladran

Su gran noche

Instinto básico

TE comería EL corazón

La fuerza del destino

La voz dormida.

Como la comida rápida.

Las amistades peligrosas.

El profesor de gimnasia.

Follando: Hoy, ayer y siempre (R)2/2

Follando: Hoy, ayer y siempre (R) 1/2

El ser humano es raro.

La ética de la dominación.

¡Ven, Debora-me otra vez!

La procesión va por dentro.

Porkys

Autopista al infierno.

El repasito.

José Luis, Iván, Ramón y otra gente del montón.

El sexto sentido.

Cuando el tiempo quema.

Mi mamá no me mima.

La fiesta de Blas.

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Sin miedo a nada.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

¡Qué buena suerte!

El rumor de las piedras.

Dios odia a los cobardes.

Tres palabras.

Guía de lectura segundo semestre 2.014.

Como un lobo.

Solo Dios perdona.

El padrino.

Perdiendo mi religión.

Adiós Francisquito, adiós.

Pequeños descuidos.

La sombra de una duda.

Mis problemas con JJ.

Unos condones en la guantera.

La voz dormida.

Follando con mi amigo casado.

Si pudieras leer mi mente.

Bésame, como si el mundo se acabara después.

Si yo tuviera una escoba.

Guía de lectura primer semestre dos mil catorce.

¡Cuidado con Paloma!

La lista de Schindler.

Nos sobran los motivos.

La masticación del tito Paco.

Viviendo deprisa.

El blues del autobús.

¿Y cómo es él?

¡Voy a por ti!

Celebrando la victoria.

Lo estás haciendo muy bien.

Vivir al Este del Edén.

Hay una cosa que te quiero decir.

Entre dos tierras.

Felicitación Navideña.

37 grados.

El más dulce de los tabúes.

Desvirgado por sus primos gemelos

Las pajas en el pajar

Para hacer bien el amor hay que venir al Sur.

Tiritas pa este corazón partio

Valió la pena

1,4,3,2.

Sexo en Galicia: Comer, beber, follar....

¡Se nos va!

En los vestuarios.

Lo imposible

Celebrando la victoria

La procesión va por dentro.

El guardaespaldas

El buen gourmet

Mariano en el país de las maravillas.

Tu entrenador quiere romperte el culo(E)

Retozando Entre Machos.

Culos hambrientos para pollas duras

La excursión campestre

¡No es lo que parece!

Mi primera vez (E)

Vida de este chico.

Follando con mi amigo casado y el del ADSL? (R)

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón

Trío en la sauna.

Nunca fuimos ángeles

Desvirgado por sus primos gemelos (E)

Como la comida rápida

La misión

Follando con mi amigo casado

La churra del Genaro

Uno de los nuestros

2 pollas para mi culo

El cazador.

Los albañiles.

Jugando a los médicos.

Algo para recordar

Mis dos primeras veces con Ramón (E)

A propósito de Enrique.

Guia de lectura y alguna que otra cosita más.

Culos hambrientos para pollas duras

En los vestuarios (E)

Celebrando la derrota

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (Epilogo)

No quiero extrañar nada.

Punta Candor siempre llama dos veces.

4,3,2,1....

2 pollas para mi culo

Adivina quién, se ha vuelto a quedar sin ADSL

Follando con 2 buenos machos: Iván y Ramón (R)

El MUNDO se EQUIVOCA

Historias de un follador enamoradizo.

Living la vida loca

Sexo en galicia con dos heteros (R)

¿Por qué lo llaman sexo cuando quieren decir amor?

Comer, beber... charlar.

Los albañiles.

¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

Regreso al pasado

Follando con mi amigo casado (R)

“.... y unos osos montañeses)”

El padrino

... Bubú.....

El blues del autobús (Versión 2.0)

El parque de Yellowstone (Yogui,....)

After siesta

Sexo, viagra y ... (2ª parte) y última

Before siesta

Sexo, viagra y unos pantalones anchos (1ª parte)

El bosque de Sherwood

El buen gourmet

Como la comida rápida

Pequeños descuidos

¨La lista de Schindler¨

El blues del autobús

Celebrando el partido