8 DE OCTUBRE DEL 2011
Lo peor de acercarse a los cuarenta es ver como la juventud se te escapa, nos volvemos nostálgicos y queremos revivir aquellos momentos que nos hicieron sentir bien. Uno de estos intentos de volver la vista atrás, son las reuniones de antiguos alumnos. Aquel Otoño hacia veinte años que habíamos terminado la E.G.B, y alguien con el suficiente tiempo y empeño, consiguió dar con la mayoría de los compañeros de aquel octavo.
( ¡Cuánto bien ha hecho Facebook, a estos eventos!)
La verdad es que este tipo de reencuentros tienen su encanto, volver a ver gente con las que has compartido tanto tiempo de inocencia, tantos descubrimientos... Pero sobre todo lo que más me gustó fue comprobar, como todos, por unas escasas horas; parecimos volver a la adolescencia...
A los populares los seguíamos viendo como los más guays, los frikis nos seguían dando un poco de repelús y los empollones,como yo, despertabamos un sentimiento de envidia-pena.
El caso es que para tales eventos, todos nos emperifollamos y sacamos nuestro mejor yo a relucir. Los que eran alguien en la época de escuela, para que no se notara su declive; los que eramos poco más que nada en aquellos días, para mostrarles a todos el maravilloso ser adulto en que nos habíamos convertido. Todo un acto de culto a esa religión social en la que el parecer, es mejor que el ser.
Para complacencia de mi ego, yo me había ataviado con un jersey de rayas, que sin ser ajustado, dejaba al descubierto todos mis logros en las interminables horas de gimnasio. Más de una antigua compañera alabó mi físico, y lo distinto que me veía de cuando era un crío. La verdad que era una imagen muy diferente a la del tímido empollón, que ellas recordaban. Alguna, en un acto de poca vergüenza, me llego a decir que con lo feo que era de niño; parecía mentira que me hubiera convertido en un tío bueno.
Pero por muchos halagos que recibiera mi persona, no era nada comparado con los que recibía Ramón. El magnetismo que irradiaba mi amigo, no tenía parangón. Y es que el don de gente se tiene o no se tiene. Y mi amigo, en este aspecto iba sobrado.
Los hombres lo miraban llenos de admiración, las mujeres con ojos, donde se pintaba el deseo. Y es que es un tío del que cuesta mucho decir algo negativo, excelente conversador, buena persona, siempre antepone las necesidades de los demás a las suya y de una forma natural, sin buscar reconocimiento. Todos los allí presente, recordaban deberle algún favor desinteresado y lo mejor era, que él parecía haber olvidado que existiera tal deuda.
Y si ese era su interior, lo que se mostraba a los demás, no podía ser más agradable: Una magnética sonrisa se pintaba en su rostro, emanando simpatía sin proponerselo. Y aunque no es guapo, es tanto su don de gente que esta carencia pierde importancia. Y luego esta su físico, tiene un cuerpo moldeado por muchas horas de deporte: unos hombros anchos, un buen pectoral, unas buenas piernas... ¡Si hasta su pequeña barriga cervecera le suma atractivo!
Aquel día iba radiante, se veía que estaba disfrutando con el reencuentro y sus ojos estaban cargados de un brillo especial; estaba feliz , a más no poder, y no podía disimularlo.
Todo el mundo se había puesto sus mejores galas para la ocasión y él con una chaqueta gris, unos pantalones chinos y una camisa blanca, hizo alarde de una elegancia que ensombreció a todos por igual. Su camisa era un decálogo para la imaginación y los pantalones se ceñían a su cuerpo, insinuando un culo de pecado y un mejor paquete.
Se convirtió sin querer el protagonista del momento de la noche. Éste fue, cuando la profesora de Matemáticas, una señora de sesenta y pocos años; se pidió bailar con él, como pago a todos aquellos exámenes en los que le paso la mano. Fue uno de los momentos más divertidos y emotivos de la velada.
Como la cena se celebró en un pueblo cercano al nuestro, Ramón y tres compañeros más, sabiendo que yo no bebo,hicieron de mi su chófer.. Me argumentaron que una vez que se veían no iban a estar sin beber, y máxime libre de mujeres y niños....En fin que allí iba yo a las cinco de la mañana, (hora en que nos echaron del local donde se celebró la fiesta) cargado con cuatro compañeros de infancia que habían cambiado el balón por unos cuantos cubatas de más.... Todos estaban muy tranquilitos, ( medio dormidos, diría yo) salvo Ramón, que estaba revolucionado: no paraba de pedir tomarse la última, pero los otros tres hicieron caso omiso de sus peticiones y uno por uno los fui dejando en su respectivos hogares; cuando nos quedamos solos, mi buen amigo siguió insistiendo en ir a tomar una copa, pero esta vez añadió la palabra “puticlub”. Tenía ganas de echar un casquete; nunca había visto a Ramón de aquella guisa, y eso que más de una borrachera, ya la había dormido en mi casa.
Estaba pesadísimo con lo de las putas, entre eso y que era tarde, mi paciencia llegó a su límite.
-Ramoncito, sabes que si hay algo que soporte poco, es un pesado y un borracho,....¡Y tu estas siendo las dos cosas!-le increpe intentando llamarlo al orden
-¡A sus ordenes mi general!,- dijo llevándose una mano a la frente como los militares- pero sepa usted que estoy muy caliente, y como no eche un polvo esta noche me van a doler los huevos durante una semana ….¡ Anda enrollate, nos vamos y nos tiramos a las dos mejores putas... ! Si tú no le tienes que dar explicaciones a nadie.
Esto último me termino tocando los huevos, pero por el cariño que le tenía me calle...Pero su obstinación no tenía limite, y siguió erre que erre.
- ¡Joer tio,!que quiero echar un polvo..! andaaa! ¿ por qué no te vienes?
-¡ Porque me gustan los tíos, coño!-dije aparcando el coche en seco en doble fila.
El mundo pareció detenerse por unos segundos en el interior de mi coche, no sé quien de los dos estaba más sorprendido por mis palabras, si Ramón o yo....pero mi dicharachero acompañante reacciono con más prontitud. Su embriaguez pareció esfumarse y con una entereza impropia, me dijo:
-¿ Te gustan... los tíos?- sus palabras sonaron, como si se deslizaran a través de un túnel en forma de espiral.
-Si- conteste como al gato que han pillado con el pájaro en la boca
-¿ Yo te gusto?
-Si, un poco- ¡Mentira cochina! ¡Me gustaba muchísimo!
-Si quieres me alivias y todos contento- a la vez que hablaba se rodeaba con la mano su paquete de forma casi indecorosa
Acabamos en un escampado poco transitado, a las afueras del pueblo, la circunstancia rozaba lo kafkiano; dos colegas de toda la vida en un coche lanzándose de cabeza al abismo del sexo. Los nervios me apretaban el estomago; a mi lado tenía a mi mejor amigo desabotonándose los pantalones y no sabía que decir ni que hacer. ¡El corazón parecía que se me iba a salir por la boca!
-¿Me pajeas, me la mamas o prefieres que te de por culo?- era el alcohol el que hablaba por él, nunca lo había escuchado ser tan borde, ni tan bruto
No dije palabra alguna y tire del slip hacia abajo; aunque yo sabía que su miembro tenía dimensiones considerables, nunca lo había visto en su máximo esplendor y me sorprendí un poco ( con el tiempo descubriría que la borrachera había hecho merma en su virilidad, y tampoco aquella noche estaba al cien por cien). Ante mis ojos, tenía una de las mas enormes pollas que había podido ver. Un capullo perfecto, un amplio tronco sobre el cual se marcaban unas amplias venas moradas y colgando de ellas dos enormes bolas.
- Esto no me entra por el culo, ¡ni de coña!- pensé mientras acercaba aquella hermosa verga a mi boca , observé su gran cabeza durante unos segundos y sin mediar palabra me puse a succionarla.
-¡Joder tío! ¡No te cortas un pelo! ¿ein?...Aggg.... que bueno!- las dos ultimas palabras, fueron pronunciadas entre suspiros.
Paseaba mi lengua de forma circular por el capullo, en pos de proporcionarle placer y disfrutar yo también del momento. No deseaba que se corriera muy pronto, y bebido como estaba,¡ esto era harto difícil …! Chupaba aquel trozo de carne, muy despacio, ensalivandolo desde la cabeza hasta el tronco... mis babas resbalaban a lo largo de ella... Mi entrega apasionada repercutía en la dureza de aquella polla, que vibraba intermitente en el interior de mi boca. De vez en cuando, sin interrumpir mi tarea, alzaba la vista para ver a Ramón, estaba con los ojos cerrados con un gesto de total complacencia. Mis labios resbalaban por aquel cipote, sin contemplaciones, parando cuando la garganta hacia de tope... De vez en cuando me detenía dando golpecitos con su glande en mi lengua;chupaba su capullo, como un niño lame una piruleta; todo intentando evitar que llegara al orgasmo.
Él los agradecía casi en silencio, con unos suspiros profundos que inflaban su pecho. Mientras tanto, yo seguía, lo mejor que podía, envolviendo aquel inmenso falo con mi cavidad bucal; de vez en cuando unas gotas de liquido preseminal eran saboreadas por mi paladar... Me detenía, me relamía, en pos de prolongar el momento.
Contuve lo inevitable, todo lo que me fue posible, hasta que en un momento de los labios de Ramón salieron un casi ininteligible “me corro”.... Mi boca se lleno de un espeso y abundante liquido blanquecino... Me lo trague sin pensar en la consecuencias...dejando bajar por mi garganta un sabor mezcla entre amargo y salado....Ramón, me miro, sin decir palabra, se subió los slips y el pantalón y se paso a la parte delantera del coche... Poco después, lo deje en su casa, pronunciando un “adíos” como únicas palabras en todo el viaje.
Llegue a mi casa, estaba cansado y los huevos me dolían, desistí de hacerme un pajote para aliviarlos, pues no me encontraba con ánimos... No terminaba de asimilar lo sucedido, había cruzado un puente sin retorno y todo lo que se me ocurría que podía acontecer, nada era halagüeño... Le había pegado una mamada a mi colega de toda la vida; colega que estaba casado y con hijos, el sabor que perduraba en mis labios, era señal de que él se lo habia pasado bien; pero después, ha callado; haciéndome sentir culpable... Un pitido del móvil, avisándome que tenía un mensaje, me saco de mis vagas cavilaciones.
Ramón:
M ha gstado mucho
habra q repetir
tu AMIGO
Las palabras que leí en la pantalla del teléfono, me dejaron perplejo, pero feliz.... ¡Creo que aún puede que me hiciera esa merecida paja¡ ¿ Por qué no? .
18 DE FEBRERO DE 2012
Las manos me sudaban, había mirado no sé cuantas veces el teléfono, y releeido otras cuantas más los mensajes subidos de tono, que nos habíamos enviado los últimos días... Pero el tiempo no pasaba más deprisa por mucho que yo quisiera, y como siempre un minuto era una sucesión de sesenta segundos, uno tras otro, otro tras uno... Cuando sonó el timbre, el corazón pareció, que quería salirse por la boca …¡ El momento tan esperado había llegado!
Cuando llegué al recibidor, me encontré a Ramón, él no estaba menos nervioso que yo... Su cara era igual que la de un estudiante que se presenta a un examen, sin haber estudiado lo suficiente... Un tímido hola, no ayudó para nada a romper el hielo,en cuanto se encontró en el interior de mi casa opte por meterle mano al paquete, ¡el tío traía la polla dura como una piedra... !Cuando apreté aquel hermoso aparato entre mis dedos, de sus labios reboso un quejido de placer... Busque su mirada con la mía, el deseo brotaba de sus ojos desmesuradamente, empujándonos a un precipicio copioso de placer... Tire de él, y lo lleve hacia mi cuarto... Me puse de rodillas ante él, y fui quitando uno a uno, todo aquello que impedían la comunión de mi boca con su nabo; primero el cinturón, después la botonadura de los vaqueros... el prominente trozo de carne, oculto bajo el blanco algodón de los slips, pareció cobrar vida propia, ante la cercanía de mi agitada respiración... Bajé de golpe, la cárcel de tela que oprimía aquel miembro, ante mis labios un mástil repleto de caliente sangre se esgrimía de manera provocadora. Lo observé por unos segundos, la cabeza era perfecta, las venas se marcaban a lo largo de su tronco que culminaban en dos peludas y enormes bolas. Chupé de manera provocativa el glande, mientras mis ojos ,en un apto de lasciva complicidad,buscaron la mirada de Ramón, cuando los ojos de éste me respondieron, introduje todo aquel enorme nabo en el interior de mi boca... En el momento que, el glande rozó mi campanilla, unas lagrimas resbalaron por mi cara, pero yo lejos de abandonar, proseguí con mi tarea, con más dedicación y empeño, aún si cabe......
Pasé la lengua por entre los pliegues de su capullo, dejando que su aroma desbordará mis sentidos, mi cabeza se movía vertiginosamente, ante aquel cincel de hinchada carne. Era tan frenética la mamada, que la uretra de aquella sabrosa polla, respondía rebozando líquido preseminal; el cual mis labios degustaron como si de maná se tratara. A cada caricia que mi lengua le regalaba, el hermoso falo respondía, irguiéndose más , demostrando con ello, algo que parecía imposible . Saboreé cada centímetro, hurgué con mi paladar en cada arruga, cada vena... mi cuerpo estaba ensanchado por el gozo... Aquella asta sexual, se perdía en el interior de mi boca... mientras de mis labios goteaban una mezcla de saliva y precum... Quejido secos desertaban de los labios de Ramón, mientras su rostro palpitaba de gozo.
En un momento las manos de mi amante, agarraron mi cabeza empujándola contra su pelvis... Sus toscas y fuertes manos, se clavaron contra mi cráneo, como si quisiera soldar mi boca con su carajo.
Poco después, en un rudo arrebato, me quitó aquel delicioso manjar de mi boca, diciendo:
- No, no quiero que hoy sea así- su voz no sonaba de forma imperativa, más bien era un ruego.
Lo mire, como con cara de cordero que va al matadero, sabía lo que quería y sabía que no era algo fácil de complacer, miré aquel erguido cipote como intentando calibrar su tamaño con la mirada. Era preciosa, como tallada en mármol... ¡ pero era enorme!
-Ramoncito, es que lo tuyo no es una polla... ¡ Es mala leche!
-23 centímetros sólo...
-¡ Te parecerá poco! ....Pero aún así,a mí no me preocupa lo largo, me preocupa lo ancho...- observé yo, cargando mis palabras con una pizca de pánico.
-¡No ves , en eso no me he entretenido nunca... ! ¿Tienes un metro?- dijo con completa despreocupación.
Parecíamos dos colegiales, yo allí agachado, midiendo la tiesa polla de mi amigo; era una escena casi surrealista....
-Pues si de largo,es eso … un poquito más de veintitrés... Veamos ahora el ancho... Casi siete centímetros- mientras decía esto, mi polla respondía como una bestia hambrienta dentro de mi calzoncillo y mi ano se expandió como si respirara.
-Si, ves que te voy a hacer daño... no lo hacemos... me la mamas como la primera vez...y ya está.
-Lo podemos intentar...y si no se puede... pues te pego una mamada...
-¡..de campeonato !ja ja ja
-Si, como tu polla... ja ja ja ... de campeonato.
Poco después, con mi culo bien lubricado y su pene envuelto en el látex de un profiláctico, intentaba introducir aquel desmesurado trozo de carne en mi interior; primero lo intentamos tendiéndome boca arriba sobre la cama, levantado las piernas hacia arriba, dejando libre el camino a su pene hacia mi agujero... Pero no sé,si por la inexperiencia de él, en este tipo de orificios, o por el miedo, a hacerme daño, el resultado fue infructuoso...
La postura del perrito no funciono tampoco... Estábamos a punto de darnos por rendido, cuando una idea paso por mi mente.
-¡Siéntate, en la cama por favor...! vamos a intentarlo así
Mientras Ramón,(al cual la desilusión, había dado un par de brochazos en su rostro) se sentaba en la cama. Yo busque algo que tenía, en el escondite secreto de mi mesilla de noche.
-¿ Qué es eso?
-Popper... Sirve para que el cuerpo se relaje plenamente... Lo compre el otro día, por si no había más remedio... - dije yo mientras desenvolvía el plástico del virginal frasquito, mis palabras estaban cargadas de una seguridad impropia de mí, eran los nervios los que hablaban- ¡Si no lo conseguimos con esto, lo dejamos por imposible!
Me puse en cuclillas sobre él, busque con mi mano su esplendido miembro, lo coloque a las puertas de mi lubricado hoyo; acto seguido pegue una esnifada del isobutyl nitrito del frasco y una oleada de éxtasis, acampo por mi ser, propiciando que mi ano se abriera plenamente, ante el empuje de el ancho cipote; una vez pasó el capullo, el resto se deslizó con facilidad.... Mi mente no sabía discernir, que placer era granjeado por la relajante droga y cual, por el miembro que se internaba a través de mi esfinter. Mis sentidos, no gobernaban mi cuerpo y me dejaba llevar, hacia un precipicio de satisfacción. La dicha también se asomaba al rostro de Ramón, que suspiraba de manera descompasada... , si el cabrón estaba disfrutando la mitad que yo ¡Se lo estaba pasando de puta madre!
Una vez aquel vigoroso dolmen se acomodo en mi interior, comencé a deslizar mi ano a lo largo del cipote de Ramón, como si simulara cabalgar un potrillo. Observé fijamente la cara de mi amigo, su expresión se revolvía en muecas de doloroso gozo, como si fuera incapaz de contener todo el placer que le embargaba. Acerqué mi cara a la suya, mis labios suplicaron un beso, el cual me fue negado delicadamente....
-Si te cansas... ah... de esta....ufff... postura.. oh... me lo dices....
-Si, me uff, gustaría metertela... ah.. a cuatro patas ufff.
Me puse sobre la cama, con las rodillas formando un ángulo recto , empujé mi trasero hacia atrás y agarré mis glúteos con mis manos, dejando entrever de manera provocativa mi caliente y ya dilatado agujero.
-¡ Joder tío! ¡ Que pedazo de culo!- dijo Ramón, con un tono que denotaba que estaba ya, completamente fuera de sí- ¡Te la voy a meter hasta los huevos!
Me agarró bruscamente por la cintura, y dejando la delicadeza olvidada no sé donde, me la clavó de golpe... El dolor y el placer visitaron mis sentidos... Una parte de mí me empujaba a expulsar a aquel cuerpo extraño, que se introducía dolorosamente en mis entrañas y otra en cambio quería que se quedará a vivir en mi interior... Poco a poco el dolor fue cesando, y solamente sentía oleadas de satisfacción... su cuerpo entraba y salía de mi cuerpo una vez y otra., a la vez que percibía, como sus huevos chocaban contra la parte baja de mi ano.. De vez en cuando, sus manos se agarraban fuertemente a mi cintura, como si con ello, fuera capaz de prolongar la follada .
-Mariano ufff que rico culo tienes ca-brón... Me llevaba asi ahh toda la vidaaaa..... aggg...no puedo más... lo siento... ahhhh
Sentí como sucumbió, a la culminación del placer , en cada uno de los espasmos y contracciones que dio su cuerpo, agitando su vigorosa polla en mi interior. El mundo pareció detenerse por una indefinida porcíón de tiempo,momentos, en los que mi follamigo se recuperaba y desprendía del ajado preservativo.
-¡Oye! ¿¡tú no te has corrido!?- dijo sorprendido- Ya te pasó, la otra vez.
-Sí, pero no te preocupes, ahora me corro. Aunque me hubiera gustado hacerlo con tu polla dentro.
- Pues lo siento....¡No te muevas! - dijo con un deje de solemnidad- No va a ser lo mismo pero creo que te va a gustar.
Desde donde estaba pude ver como impregnaba sus dedos del líquido aguoso que anteriormente había usado para dilatarme, poco después sus dedos acariciaban mi agujero... De golpe y sin ninguna ceremonia, me metió dos dedos los cuales entraron con facilidad, un tercer dedo se unío a la fiesta y como si de un ritual se tratara, empezó a sacarlos y meterlos de forma frenética.
-¿ Te gusta así?
-Si... offf... así... así... así.... Ahhh....siiiii
Cuando mi cuerpo, derramó todo el placer que le sobraba, me desplomé como un muñeco roto sobre las sabanas... Ramón acariciaba mi espalda, en espera de que me restableciera.
-¿ Te ha gustado?- me preguntó tímidamente
- Si... ¿ Y a ti? - dije con un pequeño hilo de voz
- Mucho... ¿ Te he hecho daño?
-Un poco... pero ha merecido la pena.
-¿Sabes? Desde que me pegaste la mamada en el coche... No he hecho otra cosa, que pensar en cómo sería penetrarte.
-¿ Y que te ha parecido a toro “pasao”?
-Que habrá que repetir....- dijo poniendo cara de tonto. -Si no te importa... Que el culo es tuyo....ja ja ja .
FIN
Querido lector, ante todo, gracias por leerme . Estas dos historias autoconclusivas que acabas de leer, son un extracto ( por eso la (E) en el título) de dos episodios pertenecientes a la serie “Historias de un follador enamoradizo”, concretamente de “ Follando con dos buenos machos: Iván y Ramón” y “Las amistades peligrosas”. Espero que te hayan gustado, esta forma distinta de presentarlas.