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La conversión de mi hijo Eduardo

en Amor filial

Aquella mañana me desperté de mal humor, más exactamente muy enfadada y harta, notaba todavía la leche que me había metido mi marido en el coño cuando me levanté y fui a la cocina directamente, preparé la cafetera más grande que tenía, era del tipo italiano y la cargué lo más fuerte que pude, esperé dando vueltas por la cocina hasta que el café salía a borbotones, llené una taza y me senté en la mesa, no me puse ni azúcar, intenté tranquilizarme, ya había pasado muchas veces por aquella situación pero hoy no sé porque el vaso de la paciencia se había llenado.

Empecé a pensar, aunque soy bastante decidida no me gusta hacer las cosas sin meditarlas primero, me acordé de cuando me casé, mi marido se llama Eduardo y era muy atractivo y varonil, no me arrepentí de haberme casado con él, es una buena persona y trabajaba hasta matarse para que no me faltara de nada, los primeros años fueron de maravilla en todos los aspectos, no nos iba mal económicamente y en la cama no me podía quejar, trabajaba de camionero en una empresa de transportes internacionales y pasaba mucho tiempo afuera, el sueldo no estaba mal pero para el esfuerzo que representaba no compensaba, la solución se la dio la misma empresa, si quería ganar más “sólo” se tenía que comprar él la cabeza tractora del camión y ellos le darían el trabajo, además de lo que podía buscarse por su cuenta.

Cuando me lo dijo me espanté, no teníamos casi dinero pero con la ayuda de la empresa y de nuestros padres pudimos dar la entrada, me convenció que lo mejor era comprar un buen vehículo porque a la larga se ahorraba en averías, mantenimiento y demás, accedí y se compró uno de los mejores camiones que circulaban por la carretera, ya teníamos dos hijos, al mayor le llamamos Eduardo como su padre, me parecía un nombre más varonil y si se parecía a su padre físicamente iba a ser un buen mozo, luego vino la niña dos años más tarde, la llamamos Susa, mi marido se empeño que se llamara también como yo pero Jesusa no me gustaba nada por lo que le llamamos siempre Susa, a mi hijo también nos acostumbramos a llamarle Edu para distinguirlo de mi marido.

Ya tenía la taza vacía y la rellené, mi marido realmente empezó a ganar dinero rápidamente, devolvimos lo que nos habían prestado en muy poco tiempo pero esto tenía un precio, trabajaba de día y de noche, tenía varios contactos y cuando iba de ruta le llamaban para que acudiera después a otro sitio y hacer otro viaje por lo que no descansaba casi nunca y nos veíamos lo justo, comprendí cuando vi que cuidaba su camión como si fuera su casa, en realidad vivía más en él que en la suya, incluso le ponía todos los caprichos que le gustaban, luces por todas partes, equipo de música, emisora, una litera muy cómoda, frigorífico, en fin que parecía un palacio rodante, a mi en el fondo me gustaba, era la envidia del vecindario y de los demás compañeros pero en cambio para su persona no tenía tanta meticulosidad, se le notaba cansado y se descuidaba en su aspecto y físicamente, yo siempre lo achacaba a la falta de tiempo y cuando venía con la bolsa de la ropa sucia casi sin estrenar veía que la higiene no era su fuerte, me acostumbré a que viniera a la hora más imprevista, hecho un adefesio, agotado se tumbaba en la cama, yo misma le tenía que quitar las botas y desnudarlo, mientras ya estaba roncando.

Mi marido nunca ha sido detallista conmigo, en el sexo los preliminares para él era perder el tiempo y siempre iba al grano, me acostumbré a renunciar a mis necesidades y a acariciarme con cualquier cosa para tranquilizarme los nervios, yo estaba convencida de que en sus largas rutas alguna vez invitaría a alguna furcia para follarla en su litera pero me lo imaginaba obligándole a descalzarse y colgar la poca ropa que llevara para no mancharle su coche o sea por ese aspecto no me preocupaba, cuando venía lo primero que hacía era dar un gruñido como saludo y dejar un montón de billetes en la mesa, no habían nóminas, ni facturas, ni nada y la verdad si se gastaba algo en alguna puta pues… era un pecado venial.

Aquella noche había sido como todas, había venido tarde, apenas cenó sin casi hablar, estaba cansado y se le notaba que la cama lo llamaba a gritos, se acostó sin comer el postre y cuando me fui a acostar estaba sobre la cama como siempre vestido y sin zapatos, el olor que había en la habitación era horrible, no tenía ni idea de la última vez que se habría duchado y cuando le quité los pantalones salió una nube de sus calzoncillos que me echó hacia atrás pero aún tuvo lucidez para decirme.

Jesusa anda, chúpame la polla.
El suelo se abrió debajo de mis pies, al bajarle los calzoncillos aquella masa de carne arrugada olía a animal muerto por lo menos pero él se abrió de piernas y me cogió la cabeza y me la puso sobre su polla, creí morir pero me tapé la nariz y abrí la boca, no quiero acordarme del sabor, se la estuve chupando hasta hacerla crecer dentro de la boca, tenía que reconocer que Eduardo estaba muy bien dotado y se le puso la polla vertical y brillante de mi saliva, me hice la cuenta que me merecía un premio y sin pensarlo me ahorcajé sobre él y me metí la polla en el coño, hacía mucho que no lo hacía y ya estaba hasta de frotarme con los dedos.

Eduardo ni se movió, con los brazos y piernas en cruz, estuvo inmóvil mientras yo saltaba sobre él, me corrí a gusto aunque él no se enteró y seguí montándolo hasta que él se corrió dentro de mí, no dijo nada, sólo que cuando me salí se dio media vuelta y se puso a roncar, ahora con el coño goteando todavía estaba con la segunda taza de café vacía y con peor humor que antes.

Me puse a pensar en mis hijos, eran mi único consuelo pero eran tan diferentes… Edu era todo lo contrario a su padre con sus 17 años era el ejemplo de pulcritud, su habitación olía a salud, limpieza y a una buena colonia, todo bien ordenado, los armarios clasificados y en las paredes posters de actores y actrices la mayoría clásicos, también de sus cantantes preferidos, yo muchas veces me sentaba en su habitación como un remanso de paz y para coger ánimo para pasar a la habitación de Susa, a sus 15 años era todo lo contrario, todo por el medio, la ropa tirada, las bragas por debajo de la cama, libros volcados y por las paredes guerreros musculosos defendiendo a chicas con las tetas casi fuera por la presión de su tamaño, me volvía loca al no poder con ella.

Mi hijo apenas tenía amigos y si alguna vez venía alguno eran igual que él, vestidos con un gusto perfecto y una educación que no comprendía de donde la había visto, aunque iba a un colegio religioso casi nadie era como él pero era “el” remedio para mis males.

Yo tenía amigas, con el tiempo que pasaba sola tenía tiempo de salir, a veces íbamos a casa de alguna o a mi casa, yo con orgullo les enseñaba la habitación de Edu, la de Susa procuraba ocultarla, en alguna ocasión las oía cuchichear, yo estaba segura que me envidiaban pero un día le pregunté a mi amiga Elvira, acabábamos de merendar y tomar unas copitas de anís.

Elvira tú y yo somos amigas desde hace mucho por eso me atrevo a preguntarte una cosa que he notado, creo haber visto cuchichear cuando venís a casa, lo que me extraña que os calléis cuando aparezco yo, me gustaría saber si hago algo mal para corregirme.
No te preocupe Jesusa, no es nada sólo que a veces surge el comentario, nos extraña la habitación de Edu.
¿Qué tiene la habitación de Edu, es perfecta?
Siii pero… no sé, hay algo raro, parece todo tan perfecto…
Si es perfecto, mi hijo es perfecto, esa es la palabra, Edu es muy educado, limpio, cuidadoso, callado, lo tiene todo.
Si pero… hay algo, tal vez las fotos, los títulos de los libros… algo que no es normal.
¿Las fotos? Si son todas de actores de los que nos gustaban a nosotras, clásicos, y las actrices igual y los cantantes… ¿qué me dices de los cantantes?
Si sí tienes razón pero no lo acabamos de entender.
Pues yo si lo entiendo, tengo un hijo perfecto, no como otras.
Me empezaba a mosquear y dejé la conversación, desde entonces pasaba más rato sentada en la habitación de Edu intentando comprender lo que me decían, un día pasó Susa por allí cuando estaba adentro llorando, en mi cabeza no entraba más que perfección.

¿Qué te pasa mamá?, ¿te duele algo, te encuentras bien, ha pasado algo?
No Susa no es eso, lo que pasa que no pasa nada, miro y remiro la habitación de tu hermano y no veo nada, mis amigas dicen que hay algo raro y yo no lo puedo ver, deben ser envidias.
¿Qué va que pasar mamá, aún no te has dado cuenta? tu hijo Edu es gay.
¿Cómo que es gay, eso que quiere decir?
Joder mamá pareces tonta, que no le gustan las mujeres, que le gustan los hombres, ¡mamá que es maricón!
Tú estás loca Susa, ¡vete a tu habitación!
Me quedé como ida, miraba y no veía nada, eso era imposible, su padre sí, era un guarro, un insensible, un bruto pero un hombre de una pieza, me follaba o mejor dicho lo follaba yo a él y nos corríamos los dos, cada uno a su manera pero nos quedábamos a gusto pero Edu no podía ser gay o marica no, era imposible, sólo que era muy sensible y si se quiere un poco amanerado pero eso había sido desde siempre y no se le notaba “la pluma”, era perfectamente masculino, me habría dado cuenta.

Quise saber más, me arrepentí de haberle hablado así a mi hija, entré en su habitación, cerré los ojos para no ver el desorden, parecía una lobera, iba en bragas con unos calcetines largos a rayas rojas y blancas y una camiseta que apenas le tapaban las tetas que ya me parecían demasiado desarrolladas para su edad, no le había dejado ponerse sujetador para que los chicos no se metieran con ella, todas sus amigas llevaban aun sin apenas tener dos bultitos, creí que me había equivocado con ella.

Susa perdóname, no debí hablarte así pero necesito que me aclares muchas cosas.
No te preocupes mamá. Te comprendo no todos los días una madre descubre que tiene un hijo gay.
¿Pero cómo puedes saber eso?, es ordenado y cuidadoso, fíjate, tiene posters de actrices y actores clásicos, cantantes modernos, es un chico educado.
Mamá… todos esos actores, actrices, y cantantes son o han sigo gay, ellas lesbianas y los cantantes maricas también, no sé como no lo has asociado.
¿Esos actores? Si eran mis ídolos, estábamos todas enamoradas de ellos.
Jajaja, pues ellos mientras se follaban a jovencitos imberbes.
¡Susa!, ¿qué manera de hablar es esa?
La verdad mamá y ¿qué vas a hacer, se lo vas a decir a papá?, se va a emocionar, jajaja.
Entonces caí en el verdadero problema mi marido, ya no me importaba si se follaba a las putas que quisiera en el camión, al fin y al cabo era cosas de hombres pero no me imaginaba a mi hijo besándose con otro, pensé rápido y me decidí, iba a decírselo a Susa pero preferí callarme por si acaso.

Quise averiguar hasta donde era gay, tenía la esperanza que tuviera dudas al no haber tenido ninguna novia, deliberadamente compré revistas eróticas, cada vez más explicitas, las ponía a su vista y siempre le echaba la culpa de que las compraba su padre, le decía de todo pero luego lo excusaba porque al fin y al cabo era “un hombre” y le gustaban las mujeres, las dejaba en el sofá abiertas con escenas de chicas metiéndose pollas gigantescas, a veces lo sorprendía mirándolas y yo me escondía espiándolo, las miraba y se iba a su habitación, luego le revisaba la ropa interior a veces notaba cómo se había hecho una paja y se había corrido en los calcetines limpios, yo estaba contenta, debían estar equivocados todos, una vez lo sorprendí y quise saber qué opinaba.

¿Has visto que guarro es tu padre, que cosas se compra?, chicas con todo el coño al aire como si nada.
Sí pero, te has dado cuenta que polla le están metiendo, que maravilla.
Si me hubieran dado un mazazo en la cabeza no me habrían dejado más KO, las pajas que se hacía mi hijo eran al mirar las pollas enormes que se hundían en aquellos coños perfectos. Debía cambiar mi estrategia, debía apretar los tornillos más, quise averiguar si el papel de las revistas no era suficiente para calentarlo y me puse a actuar por mi cuenta, me puse prendas que enseñaban cada vez más carne, empecé por los escotes las tetas siempre las he tenido muy bien aunque mi marido pasa de ellas, le enseñaba cada vez más, incluso me ponía a limpiar delante de él con blusas súper holgadas de escote sin sujetador, limpiaba con energía para que las tetas se movieran como campanas incluso a veces se me salían, ya hacía yo para que los tirantes se cayeran y quedara la teta colgando, él me miraba y su reacción era demoledora.

Mamá cámbiate de blusa que esa se ha quedado holgada, te vas a constipar.
¡Ah!, perdona Edu no me había dado cuenta, es que está tan sucio, ¿me has visto algo?
Claro mamá te he visto las tetas desde hacer rato, ¡ah!, se te conservan muy bien.
“Se me conservan muy bien” eso era toda la reacción de unas tetas preciosas en mi hijo.
No me rendí, arriesgaría más, a partir de ahora iba a jugar fuerte, serían los muslos, las nalgas y si fuera necesario el coño, quería saber cierto lo que me había dicho Susa y si podía reconvertirlo por lo menos como su padre, ya me conformaba con poco.

Procuraba subir a limpiar lámparas o colgar cortinas para que me viera subida a la escalera, con o sin bragas, incluso me depilé el coño, me ayudó mi amiga aunque le dije que era para mi marido. Edu me miraba y seguía leyendo o jugando con la consola, ya no sabía qué hacer, abría las piernas y me apretaba los granitos de los muslos delante de él con el coño abierto, el clítoris se me endurecía pensando que un hombre me miraba pero a él no le pasaba nada, pensé que el respeto, el amor a la madre, todas esas cosas, no le dejaban reaccionar, incluso dejé “distraídamente” a la vista el consolador que me regalaron mis amigas en mi cumpleaños para apaciguar las largas ausencias de Eduardo.

Cuando cogió el consolador se me aceleró el corazón, pensé que se iba a sacar su polla y demostrarme que él la tenía más grande, no quise pensar en lo que haría yo luego pero no, lo miró desde todos los ángulos y lo dejó donde estaba.

La rabia me podía, habría dado cualquier cosa para que me hubiera empotrado contra la pared y me hubiera metido su polla a la fuerza, yo habría gritado, quejado, jurado pero habría disfrutado de lo lindo con él dentro.

Una nueva puerta se abrió a la esperanza, aunque no era lo que yo deseaba pero cuando iba con un amigo en moto de paquete se cayeron, mi hija me dijo que él iba detrás y que como iba abrazado al otro le cogió la polla perdió el equilibrio y cayeron, la versión oficial era que había pisado una mancha de aceite. El resultado una clavícula dañada y un esguince en el pie, lloré al ver a mi hijo imposibilitado en su cama pero algo me dijo que “no hay mal que por bien venga” y enseguida quise intervenir, lo hice con la mayor indiferencia por lo menos en apariencia.

Me ocupaba de darle de comer porque con la izquierda no se apañaba y le pasaba un paño por el pecho para limpiarlo, estaba deseando que llegara el momento de actuar más abajo y no tardó en llegar, lo llevé dando saltos al baño, con un pie en el aire y el brazo enyesado en mi espalda esperé a que se sacara la polla para mear, con la izquierda la buscó y lo hizo mal, se mojó el bóxer, yo le quité la mano “resignada” y me encargué de la tarea. Le cogí la punta de la polla, lo que había sacado pero estiré y me admiré de la cantidad de rabo que salía, el miraba al techo avergonzado pero yo estaba alucinada, blanda como estaba pasaba de mi puño cerrado con mucho, aproveché en retirarle la piel y descubrir el grande, lo tenía cabezón, más gordo que el tronco, por un momento se me cruzó la idea del efecto que le haría al que se lo metiera por el culo (si era verdad lo que decía Susa), pero lo dejé todo despejado, como Edu estaba cortado intenté agitarle la polla de adelante a atrás y ver si conseguía mear, una leve erección sí que pude conseguir, me animé bastante, ¡no todo estaba perdido!, le bajé el bóxer y le acaricié los huevos, él ya se quejó le parecía excesivo y decidí dejarlo para más adelante, iría lentamente.

Con la excusa de la limpieza me propuse acelerar el proceso, las heridas no eran tan graves y tenía poco tiempo, a cada momento con el argumento de que era tan pulcro lo lavaba y le ponía su colonia, olía a gloria, me daban ganas de tragarme aquella polla flácida y hacerla crecer, tan bien olía y tan limpia estaba que sólo acordarme de la de su padre cuando volviera a casa me daban nauseas, aproveché para limpiarle los huevos concienzudamente, la polla la descapullaba cada vez dejándole el glande como la Catedral de San Basilio en Moscú, hacía todas las caricias para ponérsela dura, si llegaba a eso se la habría chupado sin remisión pero no tuve suerte.

En una ocasión no había cerrado la puerta del todo cuando pasó mi hija Susa, no se detuvo pero cuando estuvimos sola me dijo.

Mamá no te esfuerces, contigo no se le va a poner dura, yo ya lo he intentado y no he conseguido nada.
¿Tú ya lo has intentado, cómo?
Cuando dormía se la sacaba y se la chupaba, sabe muy bien no pude ponérsela en forma, bueno si, una vez sola, estaba soñando y de pronto le empezó a crecer, empezó a nombrar a un chico y me cogió la cabeza y no me dejó hasta que se corrió en mi boca, con la polla que tiene y la leche que me echó casi me ahoga.
¡Susa! ¿Habrás sido capaz?
Claro mamá también tenía mis dudas, como las tienes tú ahora, ¿o es que si logras ponérsela dura no se la vas a chupar?
Calla nena calla… no sé cómo se te ocurre eso.
No pasará pero si pasa, ya me contarás cuando te ahogues en semen.
La mala suerte me llegó cuando un día estaba en plena faena de limpieza cuando vino a visitarle el amigo de la moto, quise hacer el experimento y seguí limpiándole la polla, al ver a su amigo empezó a crecer hasta el punto de que no me cabía en la mano tuve que abrazarla con las dos, tenía una polla inmensa, disimuladamente le puse el antebrazo para tomar una referencia, me lo cubría del todo y al capullo era como una pelota de tenis casi, el amigo abrió los ojos como si hubiera visto un caramelo de feria y se acercó y lo besó en la mejilla, el beso no fue demasiado de cortesía y sentí celos, a mí que ya le estaba pajeando todos los días no me hacía ni caso en cambio nada más ver a aquel chico se le puso la polla como un poste, me miré en el espejo, ¿no estaba yo buena para que me despreciara así?

 

Los dos se pusieron a hablar animadamente ignorándome a mí, ahora con la polla en plena erección yo la disfrutaba aunque sabía que no era por mí, ellos se reían y hacia bromas por cualquier cosa, no me hacían ni caso pero yo estaba concentrada en el capullo que se ponía cada vez más rojo, su amigo me vio y le dijo.

Que envidia de madre que tienes, ¡cómo te cuida! Ya quisiera tener a alguien que me cuidara a mí así.
Me dio rabia oírle, sólo quería a una mujer para que le lavara la polla.

Si quieres cuando termine te le puedo lavar a ti también.
Por mi…
Se lo dije con todo el veneno que pude para humillarlo, encima que mi hijo le ofrecía su erección a mi me ninguneaba y cuando terminé me puse delante de él y sin cortarme le dije.

Vamos a ver qué tienes para limpiar.
Me pierde la boca, siempre ha sido así y no cambiaré pero cuando el chico se bajó de un tirón los pantalones y los calzoncillos le salió una polla más corta pero más gorda que la de Edu.

¿Qué tal le parece el modelo, cree que podrá con toda?
Jajaja no me hagas reír, yo con eso no tengo ni para empezar.
Reconozco que me envalentoné demasiado pronto, el chico me dejó su polla y yo me propuse ponérsela dura, estaba segura que haría el ridículo pero al cabrón a la primera de cambio le creció de forma bestial, se duplicó en grosor y casi en longitud, me dio rabia que delante de mi hijo me provocara y la descapullé, ellos tuvieron la desfachatez de besarse y no en la mejilla sino un pico en los labios, yo me convencí en ese momento, tenía a dos maricones delante con dos pollas enormes y ninguna para mi, a mi hijo le respetaba pero a su amigo no y después de dos lamidas me la metí en la boca, él ni me prestó atención seguía haciéndole carantoñas a Edu, yo les miraba y cada vez me estaba cabreando más, ahora ya era amor propio, ya no miraba a Edu como mi hijo, sólo veía dos pollas, una en cada mano a cuál de ellas más apetecibles y que ninguna de ellas me hacía el menor caso, incluso sabía que estaban en ese estado no por mi precisamente.

Los dos chicos se estaban animando rápidamente, no sentían mi presencia y si lo hacían era por las caricias que estaban recibiendo mutuamente de unas manos que ni eran de ellos, yo aunque enfadada no dejaba de admirar la verga de mi hijo, no se me iba de la cabeza de polla de mi marido pringosa y maloliente comparada con aquella que parecía un pastel de merengue, su amigo aguantaba estoicamente mis mamadas, no me hacía caso pero su polla cada vez estaba más dura y más gorda, probé con la de Edu, en ese momento se estaban besando como yo lo hacía de recién casada, con todo el ardor que podía, y me tragué su capullo, no quería averiguar si la polla le crecía por el morreo que se estaban dando o por las lamidas que le daba yo en el frenillo.

Se separaron para respirar y descansar, se habían quitado los suéters y estaban los dos desnudos, no tenían ni un solo pelo, debían estar depilados o eran barbilampiños pero tenían unos cuerpos perfectos, con la polla de Edu casi entera en la boca oí a Manu que así se llamaba el amigo.

Edu te envidio, tienes una madre preciosa hace unas mamadas fabulosas, ahora te está chupando la verga como ningún tío me lo había hecho, ¿te importaría que me hiciera a mí una igual?
Gracias, mi madre es una maravilla siempre que me lava me hace una limpieza a fondo si fuera un tío ya me lo habría follado hace tiempo.
Pues una pena, yo me la follaría ahora mismo pero me da corte delante de ti.
No te preocupes, mi madre es muy comprensiva hoy es la primera vez que me la chupa y se está esmerando, reconozco que lo hace de maravilla.
¿Te parece bien que se lo agradezcamos los dos?
Bueno… es mi madre y ya sabes a mí las mujeres… como que no.
Venga anímate, puedo empezar yo y luego igual te animas tú.
No creo, no lo he hecho nunca con ninguna mujer.
Pues imagínate que es mi culo, esto sí que te gusta, ¿eh?
Mmm, me encanta y tu polla en el mío también.
Vale, yo empiezo pero, ¡anímate hombre! Sólo es un agujero más.
Manu era el más decidido, yo aún guardaba la esperanza de que Edu se animara y probara con una mujer, si tenía que ser conmigo adelante, lo más importante era que por lo menos probara, el amigo no era tan escrupuloso y me cogió la cabeza y me la llevó entre sus piernas, me puso el capullo en la boca y empujó, tuve que abrirla porque me aplastaba el glande contra la nariz y escondí los dientes para no hacerle daño, el glande entero entró llenándome el paladar, el chico le mostraba como me había tragado la polla sin problema, Edu asentía admirado de mi facilidad pero cuando me saqué la polla de Manu y quise cambiarla por la de Edu éste me esquivó.

Manu ya había roto el hielo y ahora había buscado debajo de mi blusa y me había despasado el sujetador, mis tetas cayeron colgando y las recogió Manu, el chico tenía arte la verdad, me pareció que no eran las primeras que acariciaba, no las estrujaba como mi marido que parecía que amasaba pan, no me supo mal la iniciativa de Manu pero pronto le supo a poco y se puso detrás de mí, yo intentaba desesperadamente que Edu a la vista de los progresos de Manu permitiera al menos que le chupara la polla o por lo menos unas lamidas tímidas pero él me esquivaba continuamente.

Manu no perdía el tiempo, con la venia de Edu me levantó la falda y como estaba de rodillas me bajó las bragas hasta el suelo, yo peleaba con las manos de Edu que apartaban mi cara de su entrepierna pero dejaba a su entera disposición a Manu mi trasero, el primer lengüetazo que me dio me produjo una descarga eléctrica por toda la espalda, me había recorrido los labios de arriba debajo de una sola lengüetada, con la segunda yo ya empecé a lubricarme y con la tercera en el clítoris separé sin darme cuenta las piernas, Manu no esperó y escupiendo en su capullo se acercó de rodillas también y me cogió de las caderas hundiéndome la polla de una sola vez, yo acusé aquella invasión inesperada y mi cabeza cayó entre las piernas de Edu, no lo lamentaba tenía el tronco de su polla pegado en mi mejilla pero yo ansiaba su capullo y eso era más difícil. Manu, estuvo quieto unos segundos mirando la reacción de Edu, mi hijo no dijo nada ni a favor ni en contra y Manu sacó lentamente aquella verga inmensa y la volvió a clavar sin compasión, la notaba presionando el útero forzándolo hacia adentro y consiguiéndolo meter más y más, ya se movía con regularidad cuando le dijo a Edu.

Venga Edu anímate ya tengo el agujero preparado.
Me sorprendió cómo se animó mi hijo, se levantó rápidamente yo me quedé apoyada con los codos en la cama y arrodillada en el suelo, Manu seguía entrando y saliendo con toda tranquilidad de mi coño y yo sólo esperaba que le dejara el sitio a Edu para que se estrenara conmigo, apoyé la cabeza en la sábana quería disfrutar de la desfloración de Edu y de paso de la polla tan grande que tenía, quería sentirla dentro de mí y esperé, unas metidas más de Manu y se quedó quieto, en mi imaginación veía a Edu haciéndose una paja preparando su polla al máximo para hundirla sin compasión en su madre, imaginaba que quería demostrar que mi coño era digno de su polla, la quietud de Manu no tardó mucho pues siguió metiéndola más despacio pero metiéndola y sacándola. Manu se inclinó sobre mi espalda y noté cómo empujaba, ahora lo hacía más fuerte y me gustaba.

Me volví hacia el espejo donde antes había comprobado que no tenía mal tipo para ser deseada por un hombre pero lo que vi me dejó helada, yo estaba de rodillas con las tetas colgando cogidas por Manu que me clavaba con regularidad su polla pero Edu a su vez le estaba metiendo a Manu la suya por el culo, comprendí eso de que, “ya tenía el agujero listo” se refería al de él, no al mío, aún así no perdí la esperanza y aguanté la follada de Manu, siempre había la posibilidad de que cambiaran y Edu se estrenara pero el orgasmo que tuve me fue quitando la idea, ahora me corría con una polla de verdad sin la necesidad de los dedos ni la “muerta” de mi marido no me importaba si Manu era gay, hetero o bisex el caso es que me estaba follando como un animal, me estaba corriendo como nunca y mi íntimo deseo era que mi hijo lo siguiera, me habría gustado correrme otra vez con la polla de Edu pero no, Manu aceleró las metidas, yo aguantaba el segundo orgasmo cuando se volvió y le dijo a Edu.

¿Qué te parece si sincronizamos?
Me parece estupendo, tú mandas.
No acabe de entender pero me era igual, Manu empezó a moverse más rápido y yo notando cómo me iba a venir el orgasmo de un momento a otro, las tetas se balanceaban al ritmo de los empujones cuando de momento Manu paró, me quedé como cuando le quitan un caramelo a un niño.

Edu, ¿Qué te parece si hacemos la cadena?
Lo que tu digas por mi estoy ideal.

Eso de la cadena me sonó raro pero los chicos sabían de lo que hablaban sin duda y no me extrañó que Manu sacara su polla de mi vagina, la tenía a punto de correrse y estaba más hinchada y grande que nunca, yo también destilaba jugos en abundancia y Edu imagino que no estaría mal pero, siempre me quedaba la esperanza que ahora que había salido Manu entraría él y me llenaría de carne dura.

Noté que me pincelaban los labios del coño de arriba abajo, no quise ve que capullo era, siempre tenía la esperanza de que fuera Edu con una sorpresa y esperé, el glande era grueso como el de Edu, tenía hasta ilusión pero de momento entró en mi vagina sólo el glande.

¿Preparado Edu?
Listo, cuando quieras Manu.
Por el tacto en mis tetas supe que era Manu el que se inclinaba sobre mi espalda y por deducción quien presionaba mi coño, Edu estaba detrás de él todavía cuando Manu mojó de flujo su glande y la puso en mi culo.

A la de tres Edu.
Edu contó tres y sentí un dolor terrible, más moral que físico Manu me había metido su polla en mi culo sin dilatar siguiera solamente lubricado y con mis flujos pero lo peor era saber que mi hijo Edu le había metido su redondo capullo en el culo de Manu, lo noté porque me apretó las tetas aguantando el primer empujón, los dos siguieron metiendo, Edu empujaba a Manu y el por inercia a mí, los dos llegaron al fondo al mismo tiempo, creí notar la polla de Edu a través del cuerpo de Manu tal era mi obsesión.

Ya perdí toda esperanza, había quemado el último cartucho. Manu se había beneficiado de mi con la frágil ilusión de que mi hijo fuera al menos como su padre ahora notaba cómo Edu se corría dentro de Manu, lo oía gemir, no como el bruto de su padre sino como lo hubiera hecho yo, ahora añoraba los gruñidos de Eduardo mientras Manu descargaba dentro de mí su leche caliente que debía ser de Edu, me llenó el culo de semen, nunca creí que podía producir tanto, eran oleada tras oleada de leche que llenaba mi recto.

Mi hijo no tuvo ni la delicadeza de salir al baño y lavarse la polla, se tumbó a mi lado con la polla todavía goteando leche, la leche que había llenado a su amigo y que debía ser mía, me tuve que conformar y aguantar hasta que Manu quiso terminar, el chico no era de correrse y salir, siguió con la polla dura y volvió a correrse, yo tuve que disimular ante mi hijo pero tuve otro orgasmo por el culo, lo tuve que soportar como pude hasta que Manu quiso sacarla y aún la tenía dura, me la enseñó amenazante, creí que aún me follaría el coño o me haría chupársela pero lo dio por terminado me dijo gracias y me dejó salir de la habitación de Edu.

Estaba destrozada, anímicamente sobre todo y empecé a llorar, mi hija salió de su habitación, me cubrió las tetas que se me salían por todos lados y me llevó otra vez con ella.

¿Te has convencido mamá?
Si querida, si.
¿Ha valido la pena?
Lo he intentado.
Yo sabía que no lo lograrías.
¿Cómo lo sabes?
Lo he visto todo, os habéis dejado la puerta mal cerrada y he visto todo lo que has tenido que hacer pero desde un principio sabía que no lo lograrías, cuando se le puso dura al ver a su amigo con todas las cosas que le habías hecho tú antes, perdí toda esperanza. ¿Qué vas a hacer ahora?
No sé, imagino que callar, me tendré que acostumbrar, Edu sigue siendo mi hijo igual,
Claro, no me refería a eso.
¿Entonces a que te referías?
A Manu, ¿crees que no volverá a venir a follarte mientras Edu se la mete al culo a él?
Susa… ¿Qué dices?
¡Qué inocente eres mamá, a partir de ahora vas a tener que follar con Manu y conformarte si no corre la voz y acuden más amigos bisexuales de Edu para follarte mientras él les mete la polla en el culo y tú lo tendrás que ver en el espejo.
Dios mío, ¿será capaz?
Ya lo verás, te lo digo por experiencia.
No me digas que a ti te hacen lo mismo.
No, a mi me lo hace el novio de una chica que creí que era lesbiana y era bisexual, ahora follamos los tres juntos.
Por Dios Susa, no me digas esas cosas, yo que creí que tu padre era el raro en la familia.
Pues hazte a la idea ahora follarás con el guarro de tu marido y los “limpios” de los amigos de tu hijo.
Por favor… por lo menos que no se corra la voz.
Fin.

Agradezco sus valoraciones y comentarios.

 

 

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El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (16)

EL PACTO. (54) y FINAL

El pacto. (53)

13 - mis primas de la capital.

El pacto.

El pacto. (51)

El pacto. (50).

El pacto. (49).

Me hicieron creer que era afeminado. (41)

El pacto. (48).

El pacto. (47).

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (15)

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (12). Editado y corregid

El pacto. (46).

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (11) Editado y corregido

El pacto. (45).

Me hicieron creer que era afeminado. (40)

El pacto. (44).

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (10). Editado y corregid

El pacto. (43).

El pacto. (42).

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (9). Editado y corregido

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (14)

El pacto. (41).

Me hicieron creer que era afeminado. (39)

El pacto. (40).

El pacto. (39).

El pacto. (38).

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (8). Corregido y editado

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (7). Editado y corregido

El pacto. (37).

El pacto. (36)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (13)

Me hicieron creer que era afeminado. (38)

Mis primas de la capital. (6).

El pacto. (35).

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (5) Editado y corregido.

El pacto. (34)

Me hicieron creer que era afeminado. (37)

El pacto. (33).

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (12)

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL. (4). Editado y corregido

El pacto. (32)

Me hicieron creer que era afeminado. (36)

El pacto. (31)

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL (3) Editado y corregido.

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (11)

El pacto. (30)

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL (2) Edición corregida.

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (10)

Me hicieron creer que era afeminado. (35)

El pacto. (29)

El pacto. (28)

Me hicieron creer que era afeminado. (34)

El pacto. (27).

MIS PRIMAS DE LA CAPITAL (1) Edición corregida

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (9)

El pacto. (26).

Me hicieron creer que era afeminado. (33)

El pacto. (25).

El pacto. (24).

Me hicieron creer que era afeminado. (32)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (8)

El pacto. (23).

El pacto. (22).

Me hicieron creer que era afeminado. (31)

El pacto. (21).

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (7)

El pacto. (20).

El pacto. (19).

Me hicieron creer que era afeminado. (30)

El pacto. (18).

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (6)

El pacto. (17).

Me hicieron creer que era afeminado. (29)

El pacto. (16)

Me hicieron creer que era afeminado. (28)

El pacto. (15).

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (5)

El pacto. (14)

Me hicieron creer que era afeminado. (27)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (4)

Me hicieron creer que era afeminado. (26)

El pacto. (13)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (3)

Me hicieron creer que era afeminado. (25)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (2)

El secreto mejor guardado, mi vida sexual. (1)

El pacto. (12)

Me hicieron creer que era afeminado. (24)

El pacto. (11)

El pacto. (10)

Me hicieron creer que era afeminado. (23)

El pacto. (09)

El pacto. (08)

Me hicieron creer que era afeminado. (22)

El pacto. (7)

El pacto. (6)

Me hicieron creer que era afeminado. (21)

Me hicieron creer que era afeminado. (20)

El pacto. (5)

El pacto.(4)

El pacto.3

El pacto (1)

El pacto. (2)

Me hicieron creer que era afeminado. (19)

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Viaje de un jubilado a La Argentina (50) FINAL

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Cada vez me encanta más la Navidad

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El divorcio de mis padres me hizo feliz

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Una Nochebuena especial

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Mis primas de la capital (30) y FINAL

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Mis primas de la capital (27)Estaba muy agradecido

Mi timidez y mis tías (46)

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Mi coño conquistó New York. (2)

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Mi coño conquistó New York.Cuando decidí labrarme

Para un concierto lo mejor es un trío… o más (3)

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Mis primas de la capital (11)

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Mellizos y gemelas, de gavilán a paloma.

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Para un concierto lo mejor es un trío, o más.

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mi ahijado, su hermano y su madre

Mis tetas decidieron mi destino por mí.

Entre mi padre y mi tía me quitaron mis complejos.

Mis primas de la capital (9)

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Ayudando a mi mamá

Mis primas de la capitál (7)

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Mis primas de la capital

Dos que valen por tres.

Al conocer mi adopción encontré la felicidad

El chat me ayudó con mi sobrina (Continuación 2)

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Mi gran desgracia mi polla Final

Mi gran desgracia mi polla continuación

Mi padre y mi tio tienen los mismos gustos

He tenido mas corridas que km. en mi carrera

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Me casé con una miss

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Bienvenida mi jubilación

Tengo una familia atipica pero con mucha memoriT

Bienvenida mi jubilacion tomo 2

Mi primer viaje en avión

Desde el balnerario con amor

El chat me ayudo con mi sobrina