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Victoria

en Parodias

VICTORIA

No dejes de chuparme la cabeza,

ni de lamerla con tu rica boca,

para darle a mi verga gran firmeza

al dejarla tan dura como roca.

Apretado te encuentro el remolino

y tenerlo ensartado es lo que ansío,

será un rico derrame, bien divino,

que rodar puede hacernos por el suelo.

Penetrar lo más hondo de tu entraña

puedo, con mi carajo, largo y duro,

y dándome al coger una gran maña,

del coño, acariciar, el vello oscuro.

La puya del placer pronto me avispa,

y el pito, que hasta el suelo tieso arrastro,

se parece al de un toro y hasta crispa,

cuando invade tus nalgas de alabastro.

No ha de temer por nada tu capullo,

que a meterla muy lento ahora accedo,

ya verás que al ratito, hasta el murmullo

dejarás placentero oir, de un pedo.

Si la sientes muy grande y quieres, puja,

si cogiendo al moverte te me igualas,

harás que de placer cachondo ruja.

¡Oh, éxtasis divino, como calas!

Erguida está mi verga todo el día,

queriendo en tu coñito hallar la gloria;

una y mil veces yo te jodería,

hundiéndome hasta dentro, con euforia.

Cogiéndote, prodigo mis afectos,

y mi verga, que en cualquier hoyo se sume,

se clava por los coños y en los rectos,

aunque, fuerte, le impregnen su perfume.

Tu coño lo han cubierto pelos de oro,

y está tan apretado que degüella;

por eso, vida mía, yo lo adoro

y a tu rica vagina que es muy bella.

¡Empezar a joder! ¡Coño encendido,

que en tu fuego sexual yo me consuma!

La leche brota si bien se ha cogido,

y se derrama como blanca espuma.

Los pocos pliegues que aún conserva tu ano,

no han de salir de esta refriega ilesos;

hay vergas que entierran su banano

y no lo manchan, ¡mi carajo es de ésos!

Ya pon el coño, que mi leche fluye,

disfruta mi lanzón sobre la cama,

y embriagada de dicha, a gusto mama,

para que, al derramarse, se me arrulle.

Confórmate mujer, ya te has venido

y mi verga está fuera de combate,

espera nada más que haya dormido,

¡para buscar los dos el desempate!

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