DESAMOR
Yo, que te quiero tanto,
no tengo derecho a nada,
ni de acariciar tus manos,
ni de besarte en los labios,
ni de compartir tus sueños,
ni tus momentos más tiernos.
¿Porqué, al paso del tiempo,
no aceptas aún mi cariño,
no puedo entregarme todo
a ti, a quien quiero tanto?
Por siempre se me ha negado
ser de ti tu compañía,
el disfrutar los instantes
más gratos de nuestras vidas;
de comentarte mis cuitas
y de consolar tus penas;
estar juntos en la dicha
y unidos en las tristezas;
muy cerca para adorarte
y ofrecerte mi respaldo,
para que descanse tu alma
en mis cariñosos brazos.
¿Porqué, si te quiero tanto,
he vivido cada día
anhelando tus caricias,
la calidez de tu cuerpo,
ocultándome en las sombras,
guardando mis sentimientos?
¿Porqué, si tú eres mi vida,
se me da este sufrimiento?
¿Porqué, si a pesar de todo,
yo he de amarte por siempre,
no puedo tener siquiera
un momento de tu vida?
¿Porqué, si te adoro tanto,
me niegas la inmensa dicha
de amanecer cada día
junto a ti, en la misma cama?