TREMENDOS CONFLICTOS DE UN AUTOR
EN VÍSPERAS DE SU NACIMIENTO.
Era oscura la noche,
muy oscura y tenía
puesta una negra bata
de mago medieval.
Las estrellas no brillaban,
parecía
que necesitaban una pulidita
con limpiador de metales.
En un enorme charco de petróleo,
como gigantesca tortilla,
estaba la luna.
La luna pálida,
tan pálida,
tan pálida,
como el hombre invisible.
Muy negra era la noche,
se notaba,
a pesar de estar oscuro,
que era una noche algo Antillana,
de padre y madre del Caribe,
y de abuelos
extremadamente africanos.
Tal vez
su árbol genealógico
fue utilizado
para hacer carbón.
Y en esa bruna noche,
oscura noche,
negra noche,
lo que era claridad se me ocultada,
yo quería ver algo
¡y no podía!
Hasta que al fin,
mi subconsciente, compadecido,
me dijo:
"Tonto, ¿cómo quieres ver algo,
si tus ojos,
los tienes bien cerrados?"