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Cuentos de hadas para adultos (4)

en Parodias

LA SIRENITA

En lo profundo del mar

no quiso estar la sirena

y, como una guapa nena,

fue un palacio a visitar.

Como estaba a todo dar,

es decir, requetebuena,

el rey durante la cena

no la dejó de admirar.

Después la invitó a la cama,

pues se la quería coger,

como a cualquier otra dama.

Ella se dejó querer,

y en la historia alcanzó fama

de que al fin se hizo mujer.

 

EL VALIENTE SOLDADITO DE PLOMO

Quería el Soldado Valiente

cogerse a la bailarina,

pero ella, dama fina,

no cedía, ni por asomo.

Él sólo pensaba como

podía clavar su vagina,

que imaginaba divina,

muy bien pegado a su lomo.

Al verlo tan insistente,

ella por fin accedió

y se le entregó ampliamente.

Pero, ¡eh aquí! lo que ocurrió:

que ella, estando tan caliente,

la verga le derritió.

ALI BABA Y LOS 40 LADRONES

Alí Babá había oído

las constantes narraciones

de los cuarenta ladrones,

que ninguno había vencido.

Él, estando convencido

de poder con los cabrones,

supo que eran maricones

y fue a ellos decidido.

Se cogió al jefe primero,

de tal manera oportuno,

que le encantó a su agujero,

y después, uno por uno,

les metió el lanzón entero,

sin perdonar a ninguno.

LA TORTUGA Y LA LIEBRE

La liebre a la tortuga

a una carrera retó,

quien, sin pensarlo, aceptó,

pues en nada ella se arruga.

Como preso que se fuga,

la liebre rauda corrió,

y un buen trecho aventajó

a la plácida tortuga.

Mas, una conejita hermosa

a la liebre conquistó,

dándole el culo, ganosa.

La liebre se la cogió,

saliendo cara la cosa,

pues la carrera perdió.

LA CIGARRA Y LA HORMIGA

La cigarra cantaba

viendo como la hormiga,

aguantando fatiga,

sin cesar trabajaba.

Si el invierno llegaba,

como muy buena amiga,

en su casa, una espiga,

a comer le invitaba.

Mas, no piensen que hacía

esto sin cobrar nada,

porque se la cogía.

Y con tanta ensartada

que le dio día tras día,

la dejó embarazada.

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