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Mi colegiala

en Confesiones

Mi colegiala

La vi como siempre en las mañanas, pants obscuros de licra bien ajustados, una camiseta negra bien ajustada corriendo como todas las mañanas frente a mi casa, casi siempre coincidiendo con mi salida del trabajo. Era placentero ver ese culito moviéndose cadencioso, esos pechos subiendo y bajando, y ese rostro angelical. Ese angelito delgado de 15 años me enloquecía siempre, y era parte de mis fantasías.

Un buen día por la mañana me hablaron del trabajo al celular con la noticia de que por mantenimiento la oficina iba permanecer cerrada dos días. A punto estaba de volver a entrar a mi casa cuando ese angelito paso corriendo y se tropezó. Se llevaba las manos al tobillo y su rostro reflejaba el dolor que sentía.

Me acerque y le pregunte ¿Puedes caminar?, - me duele mucho ayúdeme a levantarme. La levante permitiendo que se apoyara en mi mientras yo la tomaba de la cintura. Al apoyar el pie soltó un pequeño grito de dolor y mejor decidí levantarla para ayudarla, - vivo enfrente, vamos a mi casa y ahí podrás descansar y llamar a tu casa si quieres. – Esta bien.

Puso sus manos alrededor de mi cuello, puse un brazo en sus rodillas y otro en su cintura y la levante cual recién casado a la novia y así entro a mi casa. La deje en un sillón y fui por un poco de agua para ella y le lleve una aspirina para que el dolor cejara un poco.

Después de eso empezamos a platicar :

¿No estas muy lastimada?

No afortunadamente, solo me duele el tobillo y ¡Hola soy Andrea!

Hola yo Carlos

Y dime, vives solo

Si, soy soltero y mis papas son de otra ciudad.

Gracias por haberme ayudado pues soy una desconocida

No lo eres

¿No?

No, diario te veo pasar corriendo a la misma hora

Si voy a mi escuela y siempre voy corriendo, solo que esta vez por estar pensando en que calificaciones tendré, me descuide y ya vez.

¿Y donde estudias?

En la ESCH – una secundaria privada – voy en 2do. Tengo 13 y tu

25, ¿Quieres llamar a alguien?

No – me acerque a ella muy cerca, de 13 años con ese lindo cuerpo y tan bella que no pude resistir y le di un pequeño beso que ella respondió fogosamente.

Abrázame – dijo de una manera suave que me excitó sin siquiera pensarlo

La abrace, y la comencé a besar, le subí su camiseta y le empecé a besar el cuello, los hombros y luego pase a los senos, pequeños pero firmes y bien redondeados, los empecé a besar y luego a lamerlos para disfrutarlos. Una mano mientras tanto me empezó a acariciar el pantalón mientras la otra me desabrochaba la camisa y me la quitaba, la tome de nuevo y la lleve cargada hasta mi cuarto. La acosté en la cama y le quite su ajustado pants, luego me quite mi pantalón y me acosté en la cama, ella se dio la vuelta de forma que su entrepierna quedo a mi alcance y mi pene al suyo.

Lo empezó a lamer y acariciar mientras su respiración se iba haciendo cada vez mas fuerte, sentía como su boca lo absorbía y lo succionaba con delicadeza, mientras con una de sus manos acariciaba mis testículos de una forma suave, mientras yo primero empezaba por saborear esa rajita sin pelo, me encanto ese sabor tan rico de su intimidad y mi lengua pugno por llegar lo mas adentro mientras mis labios acariciaban su entrada con la necesidad de devorarla toda.

De repente ella dejo mi pene y empezó a jadear cada vez mas fuerte, y de repente su fuente soltó una gran cantidad de sabroso liquido que me escurrió desde los labios mientras me tomaba lo mas que podía, todavía estremeciéndose se recostó, me puse entre sus piernas y me fui hundiendo en ella.

Fue increíble pues lo tenia apretadito apretadito y para mi sorpresa no era virgen. Empecé entrando y saliendo lento y poco a poco fui acelerando el ritmo hasta que no soporte mas y empecé a dejar mi semen dentro de ella mientras ella se retorcía por segunda vez clavándome las uñas en la espalda.

Eran ya las once cuando yacíamos dormidos en la cama cuando sentí su aliento de nuevo al estar manipulando mi pene con su boca y desperté completamente cuando ella misma me empezó a montar de una manera desbocada

Todo ese día se la paso en mi casa y me confeso que podía a mi casa llegar al otro día pues ya sabia que había pasado en mi trabajo y sus papas la dejaban salir todo el día mientras no llegara muy tarde.

Desde entonces a la hora de la comida me regreso de mi trabajo y me espera un delicioso plato en mi cama siempre con una fantasía por cumplir. Ella misma lo dice es un juego pero un delicioso juego a fin de cuentas o no.