miprimita.com

Las historias de Sara (1: mi despertar como mujer)

en Amor filial

NOTA DEL AUTOR:

Lo que aquí se cuenta es algo que tiene partes tanto de la realidad, como mucho de ficción. Si alguien se siente afectado por los contenidos de este relato, deje un comentario y veré si se puede arreglar. Espero que sea de su agrado; estoy abierto a sus críticas... así veré si puedo seguir así, mejorar, o dejarlo...

****************

LAS HISTORIAS DE SARA: 1 – MI DESPERTAR COMO MUJER

Era sábado, estábamos solos ya que padres habían salido a una reunión de adultos, yo estaba en la sala mirando televisión, vestida con bata de dormir y Roberto, mi hermano de 19, estaba en su cuarto. Era tarde, así que quise ir a dormir. Para llegar a mi cuarto tenía que pasar por el de mi hermano y al pasar, escuché como unos gemidos.

R: Uhhhh.... aaaahh.... asííííí....

Sentí curiosidad, así que entré sin avisar. Entonces pude ver que él veía fotos en la computadora y se masturbaba... me quedé allí viendo su pene... estaba grande y me asombré de ello, fue allí que él se dio cuenta de mi presencia y no sé si fue por la calentura del momento, pero me miró como si me deseara... no lo conocía así...

R: Si quieres puedes tocarlo...

Obedecí y se lo toqué, estaba muy duro y caliente, entonces él me besó en el cuello y me empezó a proponer cosas...

R: Sara... hermanita... estás buena... si quieres podemos tener sexo... pero no le digas a nadie...

Abrió mi bata de dormir y, como no llevaba brassiere, empezó a pasar su lengua por mis pechos, luego me quitó mi bata, y besó todo mi cuerpo, sentía una excitación de la que solo había escuchado hablar a mis amigas, o leído antes en alguna revista...

R: Acuéstate, Sarita... linda...

Me acosté en su cama, él abrió mis piernas y me quitó mi calzón, luego metió su cara en mi concha y sentí mojado cuando metió su lengua....

S: ¡¡Ahhh... Robertoooo!!

R: Sarita... qué rica... tu conchita... preciosa...

Sentí cuando terminó con sus chupadas... lo hacía delicadamente, teniendo en cuenta mi inexperiencia en esas cosas...

R: Muy bien... ahora, ponte de rodillas y chúpamela, niñita mía...

Así lo hice... empecé a chupársela suavemente, pero al rato, al parecer por la excitación, empujaba mi cabeza casi violentamente contra su pene y me asfixiaba... a pesar de como me estaba tratando, quise sentir su sabor, pero rápidamente, se lo sacó de mi boca...

R: Ponte en 4, preciosura... te tengo algo rico preparado...

Luego de un instante, yo ya estaba a 4 patas sobre su cama. Él se coloco atrás y chupó de nuevo mi concha...

S: Uhmmmmmmm... Roberto... mi amor...

Al rato, puso saliva en su pene y me lo metió suavemente por la concha, mientras acariciaba mi cuerpo con ternura. Ahí me dolió un poco, cuando rozó mi himen de niña virgen, que en ese instante estaba a punto de dejar de serlo...

S: Para un rato..., por favor, Roberto... me duele...

R: Ahhhh... no, Sarita... aguántate, bebé mía...

Él no se detuvo y, sin darse cuenta, me quitó mi virginidad. Mordí la sábana para silenciar el grito del dolor que me produjo eso. Él, mientras tanto, se movía fuertemente y sus manos ya apretaban mis pechitos con ansia... en eso, yo lloraba del dolor que me producían sus embestidas...

S: ¡¡¡¡AAAAAAAHHHHHHHHHHH!!!! ¡¡Me dueleeee!! ¡¡Detente por favoooor!! uuuuuhhh... ¡¡Robertooooooo!! ¡¡Para un ratito... por favooooooor!! uhhhuuu... uhhhhummm...

Mis llantos de dolor, en vez de hacerle suavizar su marcha, lo excitaban más... él aumentó su velocidad ferozmente... se había olvidado de que estaba teniendo sexo conmigo, con Sara, su hermanita de 13 años, su bebita...

S: ¡¡AAAAAYYYYYYYY BRUTO ANIMAL!! ¡¡Recuerda que soy Saraaaa... tu bebitaaa!!

R: Ahhhhhhh... sííííí... Sara... hermanita... discúlpame... pero estás riquísima... y tu conchita está muy apretadita... ahhhh...

Pero en ese momento volví a sentir mi conchita mojada... él siguió moviéndose cada vez más fuerte, pasó un rato, y rápidamente, sin decir nada, sacó su pene de mi conchita mojada y me dejó mis redondas nalguitas bañadas con mucho semen caliente y espeso que echó de su pene.

R: Ahhhhhhh... Sarita... has estado buenísima, bebita...

S: Gracias... Roberto... te amo, hermano...

Nos besamos y después fui al baño y allí vi como me había dejado mis nalgas, mi espalda y mi cabello todos manchados de semen, agarré una toalla y me los limpié. Luego de eso, nos acostamos juntos en su cama y nos abrazamos tiernamente. Allí nos prometimos que solo tendríamos sexo entre los dos. Sellamos esa promesa haciéndolo otras 3 veces más durante toda la madrugada... Bueno, ahora es costumbre para nosotros hacerlo una vez a la semana...

Eso, cuando nuestros padres tienen que salir y nos dejan solos, supuestamente para que Roberto y yo nos cuidemos entre nosotros (¡y qué bien cuidada me tiene!) pensando que nada malo nos podría pasar juntos...

P: ¡¡Sara, Roberto... los dejamos solos, regresamos en la noche!!

Apenas cierran la puerta, pasan unos segundos y ya tengo a Roberto sacándome mi blusita y apuntando firmemente su pene hacia mis adentros...

R: Sarita... dame todo de ti, preciosa... ahora es nuestra hora...

S: Roberto... ¡¡Síííííí!!... ¡¡¡Ooohhhhhh!!! ¡¡Más fuerte... más fuerte, mi amor!!

*********************

FIN (POR AHORA)