miprimita.com

Mi hermano me ayudo a superar una violación.

en Amor filial

 Mi novio y yo habíamos intentado hacer el amor en diversas ocasiones pero no había tenido la oportunidad de quedarnos a solas. Por fin una tarde de diciembre llegó el día, los padres de mi novio se habían marchado para pasar el fin de semana en Madrid estaríamos solos todo un fin de semana entero. Al enterarme me alegre y luego el nerviosismo se apoderó de mi ya que a mis 15 años no había mantenido relaciones sexuales con nadie. Carlos (Que así se llama mi novio) a sus 19 años ya había estado con chicas.

Llegó la tarde, Carlos y yo fuimos a su casa, entramos al salón y Carlos comenzó a quitarme el cinturón. Me agarró por la cintura y me quitaba con dificultad el pantalón, metió su mano por debajo de mis bragas y mi pantalón e introdujo dos dedos en mi seca vagina y provocó que diera un sobresalto debido a que me lastimo.

- Para Carlos relajate un poquito que me has hecho daño - Dije algo molesta.

- Creí que querías hacerlo conmigo - Mencionó enfadado.

- Si quiero acostarme contigo Carlos, pero me has hecho daño ten más cuidado.

Volvió a cogerme por la cintura y volvió hacer lo mismo de antes pero siendo más brusco y provocando el doble de dolor.

- ¡Quita así no quiero! - Dije apunto de llorar.

- ¿Crees que puedes ponerme cachondo y dejarme así? 

- Me voy a mi casa Carlos - Fui a coger mi bolso cuando recibí un bofetada en la cara. Que hizo que cayera al suelo de culo.

- No, no te vas - La mirada de Carlos había cambiado por completo, no era la misma de siempre y eso hacía despertar mi miedo. Me levante del suelo y le di una patada en los huevos para poder salir de la casa tenía que pasar prácticamente por encima de él, salí corriendo y al no encontrar salida me encerré en el baño, llame a la policía mientras él daba golpes en la puerta del baño y me insultaba.

Presa del pánico y presintiendo que la presencia de la policía tardaría en llegar llame a mi hermano Sergio, presa del miedo entre llanto y gritos de pánico pude decirle...

- Sergio, estoy en casa de Carlos, Sergio me quiere violar - Dije más cosas pero estoy segura que debido al llanto mi hermano no lograría entenderme.

Mi hermano no artículo palabra, no dijo nada colge debido al gran silencio en pocos segundos después de eso Carlos logró abrir la puerta del baño rompiendola empecemos a pelear mientras él, entre el forcejeo arrancaba mi ropa, le golpee con una figura pesada que había en el baño le hice una brecha que soltaba mucha sangre pero eso solo lo cabreo más y me dio un fuerte golpe en la cabeza contra el suelo que me dejo atontada se deshizo con rapidez de mi ropa y se abrió la bragueta su polla estaba empalmada y contra mi voluntad me abrió las piernas y me penetro con fuerza el dolor que sentí era monstruoso a cada embestida que daba contra mi, mi parte más íntima sangraba y parecía que quemaba por dentro.

- Zorra tenías ganas de esto eh, esto te gusta. - Me decía con desprecio.

Escuchemos un golpe fuerte en la puerta, Carlos se abrochó el pantalón y fue a ver quien era, salí a la puerta del baño casi arrastrandome debido al gran dolor con la esperanza de que fuera la policía. Vi a mi hermano como se agarraba a golpes con Carlos. Fueron los dos al suelo y Carlos acabo debajo de mi hermano que tenía sus piernas sobre su estómago y dándole golpes en la cabeza. 

Carlos no se movía pero Sergio continuaba golpeando su cuerpo.

- Sergio... - Susurre desde la puerta del baño, se levantó con rapidez y bino donde me encontraba.

- Pequeña, estoy aquí, joder que te ha hecho - Dijo sollozando.

- Esta muerto - Pregunte asustada.

- Eso ahora no importa. - Dijo acariciando mi cara.

- Es aquí están aquí. - Una tercera voz desde la puerta de un agente de la ley.

Después de eso mi hermano a sus 20 años fue condenado a prisión por asesinato en primer grado, Carlos murió en el hospital debido a que le había roto las costillas, se le clavaron en los pulmones y murió ahogado en su propia sangre. Sergio reconoció ante El Juez su crimen y eso le rebajo la condena. Continue con mi vida aunque me costaba ir al instituto que los chicos se me acercaran me daban asco, el insomnio se apodero de mi y durante un año apenas comía. Mi hermano lo mandaron a una presión muy alejada de nuestra provincia asi que hablamos con él por teléfono, nos mandabamos cartas y solo podiamos verlo una vez al mes.

Al fin una condena de 8 años que por buen comportamiento se le quedarón en 4 firmando todos los días uno, regreso a casa. Yo tenía 19 años mi cuerpo había cambiado mucho desde lo sucedido estaba por completo desarrollada pero el de mi hermano también se modifico su musculatura había cambiado y tenía un tatuaje que ocupaba todo se brazo izquierdo y la parte izquierda de su pecho. Sus abdominales se veían marcados en su camiseta y las piernas se veían mas musculosas en el vaquero.

Llegó en casa con mis padres, me encontraba en el salón cuando mi hermano entró...

- ¡Pequeña! - Sergio me abrazó elevandome del suelo con facilidad, debido a su estatura de 1,85 y a la mía de 1,65.

- Sergio, que bien que ya estes aquí. - Dije sin parar de abrazarle.

La tarde transucrrió con mucha alegría en casa mi madre estaba contenta al igual que mi padre y después de cenar. 

- Vamos no te quedes ahí como una vieja vistete que nos vamos a tomar un copa no todos los días me dan la libertad. - Me dijo mi hermano.

- Vale, espera que me arregle - No había salido por la noche desde lo sucedido pero era diferente este era un motivo de mucha alegría.

Me puse un pantalón blanco con una blusa en verde mona sin llamar mucho la atención, Sergio iba con camisa y baquero pero su cuerpo moldeado hacía que llamara la atención de muchas chicas.

Fuimos a un Pub y pedimos unas copas nos sentamos en una de las mesas del fondo, había un muchacho que no paraba de mirarme continuamente y eso me incomodaba pero disimule no quería que Sergio se enterara de nada.

- ¿Como has estado en este tiempo? - Preguntó Sergio.

- Pues como te he ido deciendo en las cartas ¿Y tú?

- Mejor de lo que esperaba - Yo sabía que si Sergio lo había pasado mal nunca lo me lo diría.

- Vamos a bailar. - Dijo con una sonrisa

- No me apetece Sergio - Me costaba encontrarme en mitad de un montón de gente.

- Eh, estas conmigo, no voy a dejar que te pase nada. -Dijo congiendo mi barbilla y sonriendome.

Fuí a la pista de baile con él con inseguridad y comenzamos a bailar, mi hermano me agarraba de la cintura lo que provocaba que pensaran que eramos una pareja y los chicos no se acercarán. Llegó la madrugada y aun nos encontrabamos de fiesta logre el olvidarme de todo y la verdad que fue muy divertido. A la hora de regresar a casa.

- Vamos a mi casa, que nos pilla más cerca - Mi hermano antes de entrar a prisión se encontraba pagando una hipoteca que pudo mantener con un trabajo que consiguio en prisión.

Entremos a su casa y me quite los tacones de inmediato, la casa de mi hermano continuaba atendida porque yo y mi madre nos encargabamos de limpiarla e ir pasando por allí.

Mi hermano se quitó la camisa y los zapatos dejando solo el pantalón sobre su cuerpo. No pude evitar mirarle tenía un gran atractivo su pelo negro y su piel morena acompañaba lo que se había combertido en un cuerpo escultural.

- Dejame una camiseta tuya para domir.

- Mira esto pequeña, sabes mejor donde estas las cosas que yo, eres tú quien se a encargado de la casa. 

- Y mamá también se ha encargado.

- Anda ves a por la camiseta. - Dijo con una sonrisa.

Me cambie en el cuarto, la camiseta de mi hermano me quedaba como un vestido deje solo debajo de ella mis bragas. Cuando salí al comedor mi hermano había puesto la televisión y no había rastro de él por la casa. Después de buscarle me di cuenta de que no estaba a los diez minutos se abrió la puerta de la casa traía pastelitos, con chucherías y demás dulces. 

- ¿Donde estabas?

- He ido al 24 horas ¿Te apetece? - Dijo mientras dejaba todos los dulces sobre la mesa del salón.

- Si - Empezamos a comer dulces sobre el sofá con las piernas entrelazadas, el reloj marcaba las cinco de la madrugada. 

- Prueba este - Dijo mientras acercaba un pastel de chocolate a mi boca.

- No puedo más, quita - Dije resoplando.

- Vale, vale - Respondió riendo Sergio.

- Te extrañado mucho Sergio. - Le dije mientras le miraba sonriendo.

- Yo a ti también.

- No habido ni un día que no me acordara de lo que estabas pasando por mi culpa, lo siento.

- Eh nena, lo único que siento de aquel día es no haber llegado antes. - Cogió mi cara con ambas manos. - Tu no has de sentirte culpable por nada. Mi respuesta fue una sonrisa llena de ternura hacia él.

- Tengo sueño Sergio, vamos a dormir porfa.

- Vamos - Me cogió en brazos y fuimos hasta su cuarto, me echo sobre la cama y puso su cabeza sobre mi estómago y me rodeó con sus brazos.

Empezó a besarme el estómago y acariciar mi cadera con sus manos.

- Sergio... - Le dije en lo que fue un suspiro.

- Pequeña - Se acostó a mi lado y me abrazo. - Te quiero. - Me susurro al oído.

- Y yo a ti Sergio - Pase mi pierna por encima de su cintura y pegue mi nariz a la suya. - Sabes una cosa, no he podido acostarme con ningún hombre en este tiempo, no he deseado a ningún hombre hasta ahora. - Le dije entre susurros.

- ¿Estas segura de esto? 

- Si - Respondí con seguridad pero estaba algo nerviosa.

Mi hermano flexionó su piernas sobre la cama dejándome boca arriba y empezó a besar mi vientre, mi respiración era agitada debido a mis nervios y parecía que el corazón se iba a salir de mi pecho.

Sergio se puso frente a frente conmigo y entre beso y beso me susurró...

- Tranquila... Te quiero... Ya veras como consigo que te sientas bien.

- Estoy tranquila - Le dedique una sonrisa y la mirada de mi hermano me decía que sabia que le estaba mintiendo.

Volvió a besarme nuestra saliva y nuestras lenguas se encontraron, los besos que nos dábamos eran muy cálidos y dulces. Mis manos parecían un cinturón en la espalda de Sergio, mientras que las de él acariciaban mis pechos y mostraba mucha delicadeza en mis pezones que los había puesto muy duros. Pronto sus manos subieron la camiseta dejando solo mis bragas sobre mi cuerpo.

- Eres preciosa - Sergio empezó a lamer mis pecho y a succionar mis pezones, esto me provocaba mucho placer y me respiración se aceleró un poco esta vez por excitación.

Sergio continuo bajando y aparto mis bragas con delicadeza, sus labios no tardaron en besar mi parte más íntima. Mis piernas quedaron sobre su espalda y su lengua empezó a lamer mi rajita. La punta de su lengua se encontró con mi clítoris y comenzó a poner empeño en esa parte poco tarde en empezar a lubricar y a manchar la boca de mi hermano. Su lengua empezó a penetrarme y a pasearse por todo mi coño, mi cuerpo se revolvía de placer mis gemidos se extendía por toda la habitación y llegue al clímax, que en lugar de apartar a mi hermano aun se pego más a mi coño y bebió mi liquido. Continuo con su tarea y logro volver arrancarme otro orgasmo, mi cuerpo esta sudoroso, agitado y completamente excitado.

- No aguanto más pequeña. - Mi hermano se quito los calzoncillos y dejo a relucir un miembro viril que aumento mi excitación, se podían ver claramente todas sus venas marcadas y palpitantes.

Puso su cabeza a la entrada de mi vagina y sin meterla echado sobre mi, me beso y volvió a jugar con mis pezones. Notaba su cabeza en la entrada de mi rajita rozandome, no pude más y yo fui la que levante mi cadera y metí la mitad de aquel mástil dentro de mi...

- Aaaaaaaaaaaarg.... - Gemimos los dos por el placer, Sergio pego su cadera a la mía y me introdujo todo su miembro dentro de mi. Notaba sus huevos presionados y una vez toda su polla dentro de mi comenzó hacer movimiento circulares que provocaban que me mojara muchísimo, después de eso comenzó a meterla y a sacarla, así continuo hasta que volví a explotar en un increíble orgasmo momento en que Sergio aprovecho para cambiar de postura, se coloco detrás de mi de costado y levanto mi pierna por encima de su hombre y volvió a penetrarme mientras que con la mano acariciaba mi clítoris en la habitación se escuchaba el chapoteo de sus huevos contra mi coño, fue otra orgasmo el que se apoderó de mi cuerpo pero esta vez mi hermano me susurro al oído.

- Aguanta un poco pequeña, correte conmigo - Dijo sin parar de penetrarme y con la respiración entre cortada.

-Aaaaag... Mmmmm... No aguanta más Sergio. - El ritmo de Sergio se volvió mas frenético y notaba su polla dentro de mi como se hinchaba, la metió dejándola ahí dentro y llenandome de chorros de su semen mientras se me corría.

La dejo dentro de mi y la fue sacandola con suavidad, sobre la cama cayó el semen que se resbalaba de mi coño.

- ¿Te ha gustado? - Me pregunto entre suspiros.

- Me ha encantado Sergio. - Se abrazo a mi el sudor nos tenia pegajosos a ambos y nuestra respiraciónes empezaban a calmarse muy poco a poco...