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1976 UNAS VACACIONES DIFERENTES, parte 3 y 4

en Grandes Relatos

Capítulo 3: El Inicio de Mi Tormento ¿O Será Placer?

Una vez en el departamento cenamos y con el cansancio del viaje, pronto nos vamos a dormir, allí comienza otro calvario para mí:

  • Claudio puedes salir al pasillo mientras me coloco el pijama, me pidió Ani.
  • No partas con eso de nuevo, creo que es más simple que te coloques el pijama en el baño y yo en el cuarto o al revés pero no me hagas salir.
  • Bueno yo en el baño y tú aquí, una vez listo me dices a través de la puerta listo y yo salgo.
  • Muy bien así lo haremos.

He terminado y mi primita sigue en el baño, estoy que me meo, pero aguanto hasta que por fin sale, entro con urgencia al baño pero así y todo noto lo linda que se ve sin maquillaje y en pijama, pese a ser muy simple y algo aniñado, mi erección ya comenzaba a sentirse, pero esta vez la urgencia urinaria puede más que mi incipiente calentura. Salgo y Ani me dice:

  • Claudio tengo frío
  • ¿Pero qué puedo hacer yo?, aquí no hay más mantas y menos una estufa.
  • Acuéstate un rato conmigo y me calientas los pies.
  • Bueno hazte a un lado,…creo que tu pijama es algo delgado para las noches de la costa
  • Si pero si calientas mi cama creo que dormiré bien,… todo está helado pues hace tiempo que no venía nadie a este cuarto.

Me acuesto presentándole mi espalda para evitar que mi “amiguito” despierte, e intento no pensar en nada que pueda ponerlo alerta, cuando ella me dice con voz tierna y suave:

  • ¿Me puedes abrazar?
  • Bueno si lo quieres.

Me giro y ella levanta su cabeza para que pase mi brazo por debajo de su cuello y me abraza, y yo cierro el abrazo pasando mi brazo libre por sobre el suyo, coloca sus fríos pies sobre los míos, son dos pequeños témpanos de hielo y me dice:

  • Que calentito eres y posa su cabecita sobre mi hombro.
  • Y tú que heladita, le respondo

Nos quedamos así quietos, cuidando especialmente no acercarle mi “amiguito” que está completamente despierto, luego de lo sucedido hoy, no sé si pueda controlarme; aún intento comprender como mis parientas, en menos de un día cambiaron de estatus de mujeres asexuadas, a ser los objetos de mis más bajos instintos con esos pensamientos y pese a lo reducido de la litera que es de una sola plaza -o sea en dos metros cuadrados estamos dos acostados- me baja el sueño y al igual que Ani me quedo dormido.

Despierto a alguna hora de la noche con mi brazo adolorido por el adormecimiento causado por la falta de flujo sanguíneo, Ani duerme profundamente y con mucho cuidado intento liberarme de ella, pero no es fácil. Con algo de esfuerzo logro liberar mi brazo atrapado quedando algo incomodo pues ella aún me abraza, logro salir y me levanto para ir a mi cama, cuando en eso escucho:

  • Hay ¿por qué te vas?
  • ¡Para que durmamos cómodos!
  • Pero me da frio sin ti.
  • Bueno me quedo pero sin brazo bajo el cuello
  • Bien, pero pégate a mí para sentir tu calor.

Ella se gira y hace cucharitas conmigo, por lo que siento sus tetas en mi espalda y el calor de su pubis en mi culo, lo que hace que mi “amiguito” nuevamente despierte, pero al final el sueño nos vence y volvemos a dormir. En la mañana despierto y nos encontramos casi igual, me duele todo mi costado, pues no he cambiado de posición en toda la noche, me giro lentamente para quedar de espaldas, Ani se reacomoda y accidentalmente pone su mano izquierda sobre mi “amiguito” el que ya había amanecido, pues es usual que lo haga antes que yo.

  • ¡Hay que es esto! exclama Ani.
  • Es mi… matinal
  • ¿Tú qué?
  • Que mi amiguito suele despertar alegre a esta hora y… debo ir al baño.
  • Bueno anda
  • Voy, levantándome rápidamente dándole la espalda todo el rato.

Nuevamente siento ese dolor al orinar después de una tremenda erección, necesito acostumbrarme a ello. Regreso para acostarme en mi cama pero Ani insiste que me quede con ella, no sé que le ha dado conmigo, puede ser que lo que conversamos acerca de lo que hicimos en el auto y su posterior rechazo no sea tan en serio. Me vuelvo a acostar pero de espaldas, pues ya no puedo para el lado de toda la noche y hacia el otro me parece muy comprometedor.

  • Claudio yo también debo ir al baño
  • Pero ¿por qué no fuiste antes de acostarme de nuevo?
  • Porque me dio ganas ahora, déjame pasar.
  • Espera ya me levanto.
  • No es necesario, quédate quieto

Ella pasa sobre mí y sale rumbo al baño, siento sus tetas rozando mi pecho, su aliento sobre mi rostro y vuelvo a tener una erección, miro la hora y es cerca de las 06:30 muy temprano como para aparecer en el departamento un día de verano en vacaciones. Ella regresa y me hace señas para que me corra hacia adentro, quedando literalmente atrapado; se acuesta y me pide que la abrace pues nuevamente está helada, lo hago pese a la incomodidad de girarme para el mismo lado, pego mi culo a la muralla para no perforarla con mi erección. Pasan unos minutos y ya siento su respiración acompasada, la que me señala que duerme a diferencia de mi “amiguito” y yo, que con su calorcito y culito respingón tan cerca de mí, turban mi pensamiento, por lo que perdiendo nuevamente la cordura me dejo llevar por la situación y le planto mi amiguito entre sus cachetes del culo, así transcurre hasta las 08:30, no sé cuando me dormí, pero mi amiguito sigue en vela, abrazo a Ani y le acaricio sus brazos y cuello, sin mala intención, solo por el placer de tener en mi brazos una de las más bellas adolescente de la humanidad. A las 09:30, despierta por fin; ella no comenta nada de mi notoria dureza posada en su culito, pero me dice:

  • Creo que debemos levantarnos.
  • Sí, pero yo iré a trotar por la playa y luego me ducharé.
  • Te acompaño, yo también necesito descargar energías como tú.
  • En serio, ¿me acompañarías?
  • Si, vamos.

Salimos es un hermoso día, raro en la costa que suele amanecer nublado, ya a eso de las 10:15 regresamos a ducharnos para tomar desayuno, ella entra primero y debo esperar, estoy haciendo mi cama que prácticamente no usé y ordeno mi ropa que no es mucha, dejo todo listo para ducharme rápido cuando la siento gritarme:

  • Claudio se me quedó la toalla me la puedes pasar.
  • La tomo y le digo voy a entrar.
  • Cierra los ojos y pásamela.
  • Bueno ingreso en el pequeño baño estirando el brazo

Intento hacerle caso a su solicitud de no mirar, pero el morbo puede más y alcanzo a ver sus rotundas formas tras la cortina de baño que es semi-transparente. Más adivino que veo, pero igual me caliento, una vez que sale entro a la ducha y me hago una soberana paja para aliviar mis 24 horas de calentura.

Me voy a tomar desayuno, afortunadamente algunas de las “parientas” del departamento están levantadas tomando desayuno, me saludan preguntándome como he dormido, solo atino a decir que bien, pese a que en realidad no fue una noche tranquila para mí y mi “amiguito”.

Luego cuando ya por fin están todas listas vamos a la playa, mi tortura con el factor protector resurge nuevamente y con inusitada fuerza, siendo en este caso Catalina la que impone un nuevo desafío. La tortura se inicia luego que ya he embetunado las espaldas a mi madrina, tía Pilar, tía Cristina y Ani, yo muy estoy acalorado cuando ella me dice:

  • Claudio, quiero el servicio completo con una sonrisa encantadora y una mueca en su bella carita, bien podría jurar que era la cara de un “Ángel Malo”.
  • ¿Cuál es el servicio completo? pregunté inocentemente
  • Es obvio que por los dos lados.
  • Pero por el frente puedes tu misma,
  • Si pero estoy tan cómoda y tengo flojera ya que no estoy acostumbrada a dormir con mamá.
  • Si así lo quieres bien por mí.

Comienzo como con todas mis otras “parientas”, dándome cuenta en ese instante que el bikini que luce hoy es más una tanga brasileña que un bikini, pero no me amilano y me dedico a lo encomendado con pasión, paso mis manos por su espalda, laterales de sus inmensas tetas, cachetes del culo, no debemos olvidar que si bien es la quinta en el ranquin de culitos, no está nada de mal. Veo como mi prima Roxana me mira con cara de asombro y algo más que no se interpretar. Luego de magrear el durito culito de Catalina, sigo con sus piernas, terminado esto, ella se gira y mirándome a los ojos espera que la embetune de la “gloriosa” crema protectora.

Comienzo por sus piernas, pasando mis manos por el interior de ellas sin llegar al coñito, que ganas tenía, pero soy “más cobarde que caliente”, y salto a su estómago y caderas, para recorrer las grandiosas tetas, más que mal ella es la segunda en ese tópico en mi ranquin, haciendo una aplicación de factor protector rigurosa y detallada en la inmensa cantidad de carne y piel que tiene al descubierto, finalizo luego con los brazos y su cara, viendo una expresión de satisfacción y desafío. Por otra parte Roxana dice que ella quiere solo su espalda, que ella es capaz de proteger su delantera sin problemas.

Capítulo 4: El Cine

El resto del día pasa sin mayores sobresaltos dedicándonos a disfrutar de la playa y paseos, fue en el paseo antes de la puesta de sol, que vemos que en el cine cercano hay una oferta especial de día lunes, es una función sorpresa de dos películas a mitad de precio. Mi madrina dice:

  • Miren que buena oferta, pagaríamos cada película a un cuarto de su costo
  • Deben ser un bodrio dijo tía Cristina.
  • No lo creo, aquí siempre dan buenas películas, la rebaja debe ser porque los lunes y nadie va al cine
  • ¿Tú crees? dice Cristina
  • Si y si consideras que somos ocho, saldrá súper barato.
  • ¿Qué opinan? Dijo mi madrina dirigiéndose a todos.
  • Si vamos dijeron todas sin siquiera considerar mi respuesta

Dejamos todas nuestras cosas en el departamento, nos duchamos y esa misma tarde fuimos todos al cine en que exhibirían la función sorpresa con dos películas, la sorpresa no fue menor, pues estas resultaron ser las versiones repuestas de dos clásicos del cine Italiano, la primera “Malizia” (Malicia), y la segunda “Peccato Veniale” (Pecado Venial), ambas con Laura Antonelli, debo reconocer que ahora esas películas son mis favoritas, todos entramos juntos para sentarnos en una de las plateas laterales, la primera en ingresar fue tía María luego casi empujado por mi madrina yo, sentándose ella a mi lado y después mis primas, cerrando la fila mis tías Cristina y Pilar. Apagaron las luces y la primera película comenzó, debo agregar a mi confesión que la protagonista era una mujer preciosa, –una diosa- para que decir que me sentía plenamente identificado con el joven coprotagonista, acumulando calentura minuto a minuto mientras transcurría la película, mi “amiguito” pujaba por salir de su encierro, casi deliraba de excitación; el punto culmine de mi paroxismo llegó cuando el joven le mete la mano entre los muslos a su “parienta” hasta llegar a su coño y calentarla en el trayecto de regreso del funeral, debo decir que para mí es una obra maestra del erotismo.

La calentura empeoró con la segunda película, haciéndome desear a cada una de mis parientas; ya en el tope de mi afiebrada excitación, le pongo mis manos en las rodillas de mis dos “parientas” cercanas, es decir a tía María y mi madrina Silvia, no las miro, no deseo ver sus caras de reproche, ellas no reaccionan en absoluto, su inacción sumada a mi calentura hacen que de un nuevo paso, comienzo a subir mi mano por sus piernas, mi tía María, se deja hacer, mi tía Silvia, me detiene con su mano sobre la mía, yo continuo con las caricias sobre las piernas de ambas sin avanzar más arriba, mi tía María acomoda su abrigo por sobre sus piernas, por lo que sigo subiendo mi mano cada vez más arriba, ella se hunde en el asiento dejando descansar su cabeza en el respaldo, mi madrina coloca también su abrigo para tapar mi incursión, momento que aprovecho para subir un poco más arriba, igualando casi los dos avances que he logrado con mi incursión, mi madrina reacciona, tomando mi mano e intentando bajarla, pero soy más fuerte que ella y continuo con mis caricias.

Mantengo la posición de mi mano sobre mi madrina y continuo con las suaves caricias, esperando que ella se relaje, cambio mi objetivo y avanzo sobre la pierna de tía María, en un momento puedo jurar que siento el calor de su coño, ataco a fondo y le toco la rajita por sobre sus bragas, siento como ella da un respingo y abre sus piernas, paso mis dedos por los labios mayores y toda la rajita, su Monte de Venus es ahora un volcán, ella comienza a respirar excitada y lanzar suaves y casi silenciosos suspiros, noto como su humedad moja lentamente sus bragas, mantengo posición en el terreno ganado, cambiando de blanco reanudo mi acometida sobre tía Silvia, avanzo lentamente, centímetro a centímetro, la acaricio suavemente más aún cuando siento que ella aprieta mi mano, pero eso no me amilana, creo estar los suficientemente arriba como para cejar en alcanzar mi objetivo, subo un poco más sintiendo el calor emanado por su coño y al mismo tiempo ella me clava sus uñas, siento mucho dolor, pero el premio lo vale, por lo que sin siquiera respirar, me lanzo a por ella, toco su coño pese al dolor que me causan sus uñas, ella se inclina hacia mi oído y me dice en voz baja:

  • Saca tu mano de ahí, eres mi ahijado, joder.

Yo ni siquiera le respondo, comienzo a pasar mi mano por su Monte de Venus pese a tener las piernas cerradas a más no poder, alcanzo su rajita, ella deja de clavarme las uñas y lentamente afloja las piernas, dejándome conquistar su coño, ahora igualo las caricias entre los dos coños, estoy que me corro sin siquiera tocarme, que placer tocar mis primeros coños. Mi madrina también se hunde en su asiento para facilitar mis caricias, corro las bragas de mi tía María y le meto dos dedos en su agujero vaginal, ella vuelve a revolverse en su asiento, abriendo aún más sus piernas, dejándose llevar por el placer; ahora le toca mi madrina que se encuentra suspirando y agitada por mis caricias, le corro sus braguitas y meto mis dedos pese a que ella toma mi muñeca e intenta evitar mi incursión, pero solo es un acto sin convicción, casi una rendición, continuo masturbándolas sin misericordia, ellas están hirviendo y mojando mis manos con sus flujos vaginales, comienzo a sentir un aroma a hembra que me embriaga y me enloquece, descubro una protuberancia en mi madrina, creo que es su clítoris, al cual con suavidad y usando sus propios fluidos masturbo, sacándole un pequeño gemido que incluso le llama la atención a Ani que está a su lado.

  • ¿Qué te pasa mamá?
  • Nada es solo un estornudo contenido, sigue viendo la película.

Ahora incursiono con el mismo objetivo sobre tía María, ella suspira y gime en silencio, tomando mi mano y empujándola contra su monte de Venus, hasta que ya no puede más y se corre, se me acerca al oído y me dice en voz baja:

  • Basta, ya no puedo más.

Sin contestarle retiro mi mano y ella relaja la suya, la tomo y la pongo sobre mi verga, tapándola con mi casaca, ella usando sus dedos, soba mi dureza causándome un placer casi infinito, luego siento como mi madrina Silvia se corre silenciosamente a mi lado, ella saca mi mano de su coño y la deja en su pierna, solo la siento respirar agitadamente, el resto de la película transcurre si mayores cambios o incursiones de mi parte. Para no correrme y salir todo pringado, retiro la mano de tía María, la cual me mira de reojo y luego fija su vista en la pantalla, yo coloco mi mano en su pierna pero sin tocarle el coño. La función termina, y prenden las luces, miro a mis tías, las cuales aún tiene su cara colorada, ambas me miran, una con cara de agradecimiento según yo y la otra con cara de furia asesina, comenzamos a regresar al departamento, en el trayecto me baja el nerviosismo, pues casi las violé con mis manos, claro que a una de ellas le gustó y estoy seguro que no hará un escándalo, pero en cuanto a mi madrina, creo que no está nada contenta, espero que no le cuente a mi madre o me eche del departamento y me regrese de las vacaciones, lo sé, lo eché todo a perder, pero ¿Qué podía hacer?, mi “amiguito” no me dejó pensar.

Llegando al departamento, todos fueron a cenar algo liviano antes de dormir, ya era tarde tras la comentada función doble, cuando en eso su madrina le dice a Claudio:

  • Claudio tengo que hablar en privado contigo
  • Bu….bueno tía adivinando que se le venía un vendaval.
  • Usemos tu cuarto…. ¿nos dejas Ani?
  • Sí mamá lo que tú quieras respondió Ani extrañada.
  • Vamos entremos al cuarto apuró Silvia.
  • ¡Sabes lo que me hiciste degenerado! me impetró ya al entrar
  • Es que tía la película me excitó y yo estaba muy pasado y no pensé nada.
  • Eso es cierto no pensaste, no puedes hacer lo que hiciste, me recriminó.
  • Pero tía madrina yo creo que igual le gustó le dije acercándome a ella.
  • ¿Cómo se te ocurre que algo así me puede gustar?
  • Yo creo que lo disfruto le repitió acorralándola contra la puerta de entrada.
  • ¿Qué haces?
  • Continuar con lo que quedó pendiente le dijo Claudio abrazándola y luego bajando sus manos al culo de su tía.
  • No tenemos nada pendiente so cochino.
  • Si tiita, vamos a terminar de disfrutar.

Silvia intentó separarlo con sus brazos, pero el chico era más fuerte, ahora Claudio le intentaba robar un beso mientras le magreaba el culo pero ella se resistía, por lo que él, le tomó una teta por sobre el vestido para poder besarla, logrando su objetivo, pese a que su tía cerraba sus labios con todas sus fuerzas intentando separarlo sin éxito, el chico le bajó los tirantes del vestido y se lo bajó hasta la cintura, dejando al descubierto a las magníficas tetas solo confinadas por la delgada y transparente tela del sujetador, ella se resistía empujándolo pero no lo golpeaba, por lo que Claudio continuó con el beso logrando entrar su lengua a la boca de Silvia so riesgo de perderla, pero eso no sucedió, continuó magreando las tetas mientras punteaba a su tía con su “amiguito”, le subió el sujetador si desabrochárselo dejando al descubierto las hermosas tetas y comenzó a chuparlas pese a que Silvia le tiraba el pelo y lo empujaba, pero la fuerza empleada menguaba cada vez más y no impedía que le comieran las tetas, el chico junto con chuparlas las amasaba y apretaba sin dejar de puntear a su madrina, sus pezones estaban duros y suspiraba tanto por el esfuerzo como de su calentura, en un momento el chico metió sus manos bajo la falda y le bajó las bragas a Silvia para luego sacarse la verga y comenzar a pasarla por sobre los labios mayores y la rajita de su tía, la que ya casi no lo empujaba y había dejado de tirarle el pelo; sin saber como abrió las piernas de su madrina y de un golpe la empaló arrancándole un gemido.

Silvia retomó su defensa con renovada fuerzas… él no se amilanó y manteniendo a su madrina contra la puerta comenzó un mete saca mientras le agarraba las nalgas a Silvia y la volvía a besar con lengua, su madrina dejó de luchar y por primera vez intercambió su lengua con la del chico.

Claudio seguía copulando con su tía, alternando sus manos entre las tetas y culo de Silvia, la cual ahora lo acariciaba y se entregaba con rítmica pasión al mete saca del que era receptora; pronto sintió que un nuevo orgasmo más intenso que el sufrido en el cine, le llegaba como una riada sin control, comenzando a decirle a su sobrino en voz alta:

  • Me corro….me coooorrroo y le tiraba del pelo pero sin tratar de hacerle daño.
  • Vamos madrina, yo también me corro, es usted maravillosa.
  • No me digas nada…mmmm eres un demonio
  • Qué le da placer…me corrooo
  • ¡Qué rico….. dame todo dame más!!

Claudio descargó su simiente en el encharcado coño de su tía madrina, los potentes chorros llenaban la caldera que alimentaba la lujuria de Silvia, ella se movía con frenesí, hasta que ambos agotados y sudorosos se separaron, había sido un polvo grandioso. Casi sin mirarse la pareja inició un dialogo inesperado para la situación que acababan de vivir:

  • Es hora de vestirnos, las demás deben estar esperándonos dijo Silvia.
  • Sí, dijo Claudio sin mirarla a los ojos, sintiendo algo de remordimiento por haberla forzado.
  • A nadie debes decirle que pasó aquí…entiendes
  • Si madrina, confié en mí, no le diré a nadie.
  • No confío en ti,… por lo que te repito a nadie.
  • Perdón tía pero estaba muy caliente y no me pude controlar.
  • Te perdono ya que debería haberte detenido y no lo hice, dijo algo apenada Silvia
  • No se eche la culpa, soy más fuerte que usted.
  • Pude haber gritado pidiendo auxilio o haberte golpeado tus bolas y no lo hice, la culpa es mía.
  • ¿Le gustó?
  • No me preguntes eso.
  • Porque no le gustó.
  • No,…no es eso, en el fondo si me gustó de hecho hoy me corrí contigo dos veces, cosa que hace años no sucedía, pero me siento una verdadera puta al haberlo hecho contigo.
  • Tiita usted nunca será una puta para mi, siempre será mi querida madrina

Claudio se guardó su disminuida verga e intentó ayudar a su tía que tenía su sujetador algo roto y no podía arreglarlo, pero ella no se lo permitió

  • Tía déjeme yo la ayudo
  • No, dudo que me quieras ayudar realmente
  • No le haré nada, pero creo que debe quitarse su sujetador y ponerse solo el vestido, ya que está algo roto y no creo que lo pueda solucionar sin una aguja e hilo
  • Solo me quieres ver las tetas
  • Para que le voy a mentir me encantan sus tetas, pero creo que es mejor que se quede sin sujetador
  • Bueno ayúdame, dijo resignada

Claudio la ayudó desabrochando el sujetador y a ponerse bien el vestido, ella se subió las bragas mientras él la miraba, sintiendo algo así entre, pena, arrepentimiento y cariño; ya había pasado la calentura y con ello su razonamiento lo comenzaba a torturar por su irracional comportamiento, soltó una lágrimas que estimularon similar respuesta de su madrina, ambos se abrazaron llorando Ella lo miró a la cara y le dijo: 

  • Para de llorar, no podemos ir con los ojos rojos a cenar
  • Bueno tía perdón nuevamente.
  • No me pidas perdón, la culpa fue de los dos, eso sí no debemos repetirlo.
  • Bueno madrina vamos a cenar, dijo Claudio si referirse al tema de una eventual repetición.
  • ¿Por qué se demoraron tanto? preguntó Cristina al verlos entrar
  • Teníamos mucho que hablar dijo Silvia mientras desde la cocina americana los miraba María.

Terminada la cena todos se fueron a dormir, pero antes de salir al cuarto de servicio, María llamó a Claudio y le dijo:

  • Sé que en el cine le hiciste a Silvia lo mismo que a mí.
  • ¿Por qué lo dice tía?
  • Porque no soy tonta y ella te llamó para conversar en privado.
  • Si es cierto.
  • ¿Qué te dijo?
  • Que le gustó pero que no lo hiciera nuevamente.
  • ¿En serio?
  • En resumen eso fue lo que dijo y ¿a usted le gustó?
  • Debo confesar que sí, pues tu tío Osvaldo hace tiempo me tiene abandonada por su secretaria.
  • Mi tío es un imbécil le dijo besándola en la boca, metiéndole la lengua.
  • Sí, pero debes irte ahora, pues Roxanita debe estar por salir del baño.

Claudio regresó al cuarto cuando Ani se encontraba en el baño cambiándose por lo que el realizó lo mismo en el cuarto, el chico aún podía notar el olor a sexo en el ambiente, lo que motivó que recordara como había perdido su virginidad con Silvia, su “amiguito” volvió a asomar y levantó una significativa carpa en su pijama cuando de pronto se abre la puerta y sale Ani del baño, el chico tiende a girarse para ocultar su erección.

  • Veo que estamos contentos, ¿fue acaso la función doble o es que me espiaste?
  • Tal vez las dos cosas
  • Bueno lávate los dientes para que nos acostemos dijo Ani.
  • No creo que sea conveniente estar juntos en mi actual estado, dijo sinceramente Claudio.
  • Tranquilo, no te tengo miedo y se cómo controlarte pardillo, dijo sonriendo.
  • Insisto que sería mejor que me acueste en mi cama dijo Claudio yendo a lavar los dientes.
  • Me da miedo y frio estar abajo sola.
  • ¿Miedo de que?
  • De que entre alguien y quiera aprovecharse de mi dijo con toda sinceridad.
  • Pero si estoy yo arriba de ti.
  • Pero igual

Continuará.....

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