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1976 UNAS VACACIONES DIFERENTES; parte 2

en Grandes Relatos

Capítulo 2 Por Fin Llegamos a la Playa

Por fin estamos llegado a nuestro destino, comienzo a pensar en el colegio y los profesores, tratando de desmotivar a mi “amiguito”, ya estamos en el estacionamiento del edificio, al igual que yo todas bajan sin problemas, mi tía madrina nos dice:

  • Ya tengo pensado como vamos a distribuirnos. Yo y Pilar en una de las camas de la habitación grande, en la otra Cristina y Catalina, en el sofá-cama de la sala María y Roxana y ustedes dos en la litera de la habitación de servicio.
  • ¿Y por qué no tu y Ani que son madre e hija juntas y Pilar con Claudio? Dice mi tía María.
  • Es que Pilar le tiene terror a estar en el cuarto de servicio.
  • ¿Pero si no va a estar sola? Opina Cristina.
  • De todas formas le tiene miedo, tal vez una de ustedes pueda quedarse con Claudio.
  • No gracias, creo que la distribución es la adecuada dice María, lo que es confirmado por las otras.

Bueno dijeron todas sin protestas o inconvenientes, pues no hay muchas alternativas, creo que es el momento conveniente para describirles como es el pequeño departamento de veraneo, cuenta con una habitación grande con dos camas tamaño matrimonial o Queen, un baño completo, una salón-comedor con un sillón, un sofá-cama y una mesa con seis sillas, todo unido a una cocina estilo americano, luego al otro lado del pasillo de acceso a los departamentos existen una habitación con baño para las personas de servicio de cada departamento que solo tiene vista a los estacionamientos y al cerro, hoy en día aún hay gente que sale con su personal de servicio, pero que en nuestro caso la habitación será para mí y Ani. Entro detrás de Ani la que me dice:

  • No creas que lo que pasó en el auto volverá a pasar.
  • ¿Por qué lo dices?, además creo que te gustó tanto como a mí, le respondo
  • Porque no está bien, somos primos y fue un momento de debilidad.
  • ¿Pero te gustó?
  • Sí, no lo puedo negar, pero no podemos hacer esas cosas, sobre todo que vamos a estar aquí por tres semanas.

No sé que me pasó pero me acerco a ella y la beso, me intenta rechazar pero su lucha por zafar mi abrazo es débil y abre su boca metiendo su lengua en la mía, que decir, es mi primer beso francés. Luego se separa y me mira:

  • No está bien, no lo hagas más
  • Si así lo quieres, así…así será

Ha pasado el rato, ya estamos instalados y planeamos ir a la playa, todos estamos ansiosos de retozar en la arena, Ani me deja fuera del cuarto de servicio porque se quiere cambiar de bañador, cosa que no entiendo, pues tiene uno puesto, tampoco puedo ir al departamento pues las otras “parientas” ya que están en lo mismo, así que camino por el pasillo, me encuentro con una muchacha de color con unos increíbles ojos verdes que me saluda -es bellísima- me parece que está al servicio de alguien por el delantal, la saludo y converso con ella por unos breves minutos, se llama Celeste y es caribeña, pienso que tal vez pueda conocerla mejor y “llevarla al monte”, este fugaz pensamiento desaparece cuando Ani sale por fin, vistiendo un irisado pareo de tonos azules, adivinándose al trasluz que viste un bikini de color azul a juego:

  • Hola ¿eres de aquí? dirigiéndose a Celeste en un frío tono.
  • Si estoy con los Pérez contesta la chica
  • Ah… los amigos de mamá, ¿estás de visita?
  • No estoy a su servicio.
  • Bueno que trabajes bien, girándose y me dice:
  • Estoy lista si quieres puedes entrar.
  • No es necesario, yo estoy listo desde casa, respondo.
  • ¡Entonces vámonos amorcito!
  • Vamos, contesto, pensando sorprendido que ha marcado territorio

Por fin estamos todos en la playa, las mujeres vestidas con distintas tenidas playeras se ven preciosas, es momento de realizar un análisis más detallado de mis “parientas”; como primera conclusión, todas son bellas, algunas más que otras pero definitivamente bellas; todas son tetonas cosa que me encanta, no sé por qué, pero de las mujeres lo que más me gusta son las tetas, luego el culo y después las piernas, los ojos en fin, en gustos no hay nada escrito, pero definitivamente mis “parientas” me gustan, pues la naturaleza y el ADN familiar hacen que sean tetonas, en eso debo incluir a mi madre ausente, claro que en cuanto a culo, algunas no han sido muy dotadas y al igual que yo tienen un culito breve, pero lo que no tienen en culo le sobra en tetas, en fin para mí son perfectas, por otra parte algunas son de piernas flaquitas y otras de piernas gruesas, pero tienen lo esencial –tetas-  asimismo, debo agregar que tía María pese a no ser pariente consanguíneo, también se gasta unas tremendas tetas y un culo para nada despreciable  –en otras palabras puedo incluirla en las preciosas “parientas”– por lo que creo conveniente hacer un ranquin mental en las categorías que he mencionado, donde en:

  1. Tetas en orden decreciente: tía María, luego le siguen, prima Catalina, tía Cristina, tía Silvia, prima Ani, prima Roxana y finalmente tía Pilar.
  2. Culo tía Pilar, prima Roxana, tía María, prima Ani, prima Catalina, tía Silvia, y tía Cristina.
  3. Cara en el mismo orden decreciente prima Ani, tía Silvia, tía Cristina, prima Catalina, tía Pilar, prima Roxana y finalmente tía María.
  4. En piernas tía Pilar, prima Roxana, prima Ani, tía María, prima Catalina, tía Cristina, y finalmente tía Silvia.

Pero que olvido más inaceptable, no les he contado como son mis “parientas”, pues solo he mencionado someramente como es Ani, la cual ya les describí al inicio de mi relato, debo agregar que Ani, además de ser un bombón, tiene 18 años, cabellos casi rubios y ojos verdes como una gata, es muy madura para su edad, algo mayor que yo, en el último tiempo se ha desarrollado hasta convertirse en una mujer exuberante por donde se le mire, mide 1,69 metros y su figura calza unos impresionantes 96-59-88 con una copa 32F, salió calcada a su madre o sea mi madrina Silvia de 37 años, casada con tío José, ella también es una mujer preciosa; simpática, querendona, yo la definiría como una Valkiria como mi madre, tal vez algo más baja, pues solo mide 1,64 metros, de un cuerpo delgado pero con unas tremendas tetas que no le gusta enseñar, pero tampoco puede ocultar, sus medidas son 106-60-88, es claramente e una mujer de pechos exuberantes, alcanzando una extraordinaria y apetitosa copa 32G, como mencioné -difícilmente ocultables- aún mantiene tonificado su cuerpo, el que adquirió en su juventud practicando gimnasia artística, por la cual llegó a representar a su colegio para tener que abandonarla porque le crecieron mucho sus tetas; ella es la primera mujer que conozco fanática de los deportes.

Luego está tía Cristina de 35 años, Casada con Mario, de pelo oscuro, donde resaltan los ojos verdes de la familia, cuerpo delgado como las demás, es algo más alta que sus hermanas con 1,67 metros; tiene una personalidad avasalladora y algo fría, no le gustan las bromas, es profesora de matemáticas –pobres alumnos– posee unas medidas similares al resto de las hembras de la familia con 104-61-86, detentando una apetitosa copa 34G; realiza Pilates y Yoga. Su hija Catalina de 17 años, también heredó las características familiares, es una perspicaz chica que siempre está atenta a lo que sucede a su alrededor, aún cuando es algo ingenua, es seis meses menor que yo, pero ya se gasta unas tremendas tetas, es más alta que su madre y una de las más altas de la familia con 1.69 y sus medidas son 98-58-86 con una copa 32F. Ustedes se preguntarán ¿cómo sé tanto de sus medidas?, ¡fácil! siempre acompaño a mi madre a la modista de la familia y una vez aburrido leí la libreta de notas donde figuran las medidas de las clientes y en la letra “G” figura el apellido familiar, en ella están todas y en cada una de mis parientas y sus detalles completos, por lo que le saqué una fotocopia en la librería que hay al lado del atelier mientras atendía a mi madre.

Por otra parte Tía María de 38 años, la única de las “parientas no consanguínea, está casada con tío Osvaldo hermano de mamá, simpática elegante y querendona, es una tremenda mujer, de ojos y pelo oscuro, siempre está contenta, no le gustan los deportes pero de alguna manera se las agencia para conservar su figura, es madre de Roxana que salió más parecida a mi familia que a la de ella, sus medidas son  1,67 metros, donde se reparten los 107-69-96, gastándose una generosa copa 36G o algo superior.

Mi prima Roxana de 16 años sin ser muy bonita, es una atractiva adolescente de 16 años, o sea algo menor que yo y Catalina, querendona más no poder, algo tímida y soñadora, siempre está leyendo sus novelas románticas, nos llevamos bien aun que piensa que soy algo loco, en todo caso ella conmigo se atreve a realizar cosas osadas que de otra forma no haría, siempre en los juegos ella intentaba imitarme, pese a que en algunas ocasiones los resultados no fueran buenos, es así que en una oportunidad en bicicleta se quebró un brazo; también salió de “raza mejorada” como digo yo, pues con su 1,72 metros es bastante más alta que el promedio nacional, su estatura le permite lucir espigada pese a sus voluptuosas medidas de 92-59-90 con una magnífica copa 32E.

Finalmente la última viajera es mi tía Pilar hermana de mamá, tímida, solitaria, y soltera; ella se sacrificó cuidando los últimos años de mi abuela por lo que no ha tenido novio a la fecha y con sus 27 años es una belleza inexplorada según mi padre, es la más escultural de mis tías, con 1,7 metros de alto y unas medidas dignas de la Venus de Milo o mejor según mi criterio, tiene unos esplendorosos 96-59-93 y una linda copa 34E.

  • ¿En qué piensas Claudio? preguntó Ani.
  • ¿Qué?
  • Tierra a Claudio ¿En qué piensas?
  • No en nada dije, pero me quedó mirando algo raro cuando en eso Roxana nos grita que vayamos a jugar al agua.

El mar de mi país estaba helado como siempre, por lo que todo en los hombres se reduce a su mínima expresión, pero en el caso de las mujeres produce un curioso efecto de endurecer los pezones, por lo que junto con nadar, comencé un nuevo ranquin, cual pezón de mis “parientas” se notaba más, pero luego de una acabada observación no llegué a distinguir alguna diferencia significativa, cuando en eso Catalina me dice:

  • Nos vas a gastar las tetas de tanto mirarlas.
  • ¿Estás loca? Contesto colocándome colorado.
  • No, solo soy observadora.
  • Bueno…si les miro las tetas, es porque están buenas, contesto con gran seguridad.
  • ¿Cuales te gustan más? Contraataca.
  • Todas son lindas, necesito mirarlas más para decidir, dando por finalizado el dialogo y saliendo de la fría agua.

Pienso que la “cabrona” de mi prima nuevamente me ha descubierto;… ¡parece que me lee la mente!, voy a tomar sol para recuperarme de lo fría que sentí el agua. Pasa un rato y mi tía madrina me dice que le ponga protector solar en su espalda, me acerco y arrodillándome comienzo mi tarea comenzando por sus delicados hombros siguiendo hasta llegar a la parte superior del bikini y le digo:

  • Listo madrina.
  • Pero no vas a completar toda la tarea Claudito.
  • Si tú lo pides, no es problema.
  • Si ya que estoy tan cómoda así.

Reinicio mi tarea, desde los tobillos hacia arriba llegando hasta la frontera con su reducido pero respingón culito, deteniéndome cuando tía Cristina interviene.

  • Pero que pardillo más tímido, dale y ponle en el culo a tu madrina que es lo que quiere
  • Hay que dices niña, no ves que mi ahijado es tímido y requiere de una autorización mía para hacer tal cosa…En todo caso continúa sin pasarte hacia arriba del bikini dice con picardía mi madrina.

Continúo por el contorno del bikini que no es exagerado y cubre bastante, pero eso no quita el morbo y hace que mi amiguito pese a los efectos del frío se recupere de su hipotermia.

  • Listo madrina misión cumplida digo tapándome mi incipiente erección con el frasco de factor protector.
  • Ahora me toca a mi dice tía Cristina,
  • Bueno tía voy por ti.

Pongo manos a la obra y mi erección toma fuerza, comienzo a pasar por toda la espalda y sin mayor reflexión paso la dichosa crema por los laterales de las fabulosas tetas de mi tía Cristina la que hace un amago de decirme algo pero guarda silencio, sigo por todos los lados de la espalda hasta llegar a las piernas y el contorno de su también respingón pero reducido culito, paso mis manos por lo poco de culito descubierto, pero me aventuro hacia el interior de las piernas sin llegar al coñito, me parece que si llego a su coño ella me montaría un espectáculo y no debo ser retornado a casa antes de completar el primer día.

El resto de mis parientas que estaban muy atentas a los acontecimientos, encontrando muy divertido todo y aprovechando las autorizaciones tácitas de mis tías mayores, me piden lo mismo. Por lo que ni tonto ni perezoso, sigo el mismo procedimiento con cada una de ellas, lo que me produce un calentón difícil de disimular, cosa que Catalina vuelve a notar pese a no decir nada.

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