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La Apuesta: Capítulo 4

en Amor filial

Capítulo 4

Un poco más tranquilo nos fuimos a casa, un poco antes de lo usual ya que tenía que preparar todo lo relacionado con Fernanda, no es que debiese hacer mucho, pero pensaba que no me sería muy factible grabar un video con mi móvil ensartándola, por muy salida y putilla que fuese, por lo que se me ocurrió aprovechar el sistema de seguridad de casa e instalar unas cámaras que pudiesen hacerlo sin que mi objetivo lo notara. Así lo hice, compré cuatro cámaras inalámbricas en la casa del espía y las asocié al computador a cargo del sistema de video de seguridad de la casa, pasado lo anterior, a eso de las 19:00 llegó Fernanda, la recibimos con alegría, especialmente los niños, ya que su prima mayor los cuidaría, estábamos en eso cuando Maite nos dijo:

  • Claudio, podrías conversar con Fernanda para que prepares su tutoría en cálculo y lo demás…
  • Claudio: Buena idea corazón, ¿Fernanda preciosa, quieres que conversemos sobre eso un rato?
  • Fernanda: Claro tío se lo agradezco.
  • Maite: Bien los dejo conversando mientras me embellezco para salir.
  • Claudio: Bien linda en que estás fallando en la “uni”.
  • Fernanda: Mira tiito, tengo debilidad en los procesos de cálculo para definir volúmenes tridimensionales y también necesito apoyo en Series de Fourier.
  • Claudio: Perfecto, creo que te podré ayudar, si es posible mándame unas fotos de las materias de tus cuadernos por whatsapp así podré prepararte una buena explicación, ¿te parece que primero veamos un tema el viernes por la tarde y el otro el sábado?
  • Fernanda: Gracias tiito eres un amoroso, ¿el sábado puede ser temprano?
  • Claudio: Sí, no puedo negarme a enseñarle a mi sobrina más linda, le dije coqueteando descaradamente.
  • Fernanda: Gracias tiito, tú también eres muy lindo, contestó colocándose algo colorada por su osadía.

La dejamos con los niños prometiéndole que regresaríamos temprano para dejarla en su casa antes de las doce, como si fuera una cenicienta moderna, saliendo con mi Maite a cenar a un restaurante caro, pero muy caro. Mi maravillosa mujer vestía una falda roja corta que enseñaba sus bellas piernas, una blusa que le ayudaba a destacar lo mejor que tiene su escultural cuerpo, o sea las tetas, podía notar sus pezones que atravesaban la tela, no me cabía duda que iba excitada y deseosa de su recompensa. Tan solo al entrar mucho varones algunos discretamente y otros descaradamente la miraron, me sentí muy afortunado de andar con una mujer que despertaba las pasiones y envidia de los otros. La cena que nos sirvieron muy lentamente para mis deseos de premiar a Maite, ella dijo que  valió la pena, pero yo pensaba que no tanto como lo que esperaba tener después.  Pero el solo hecho de contemplar sus ojos gris azulados llenos de deseo, me hacía calmarme hasta conseguir el postre que yo realmente estaba esperando.

Salimos del restaurante, al subirnos al auto me besó fogosamente y me tanteo mi paquete, yo aproveché de amasarle las tetas, sus pezones prontamente afloraron a través de las telas que los cubrían. En las penumbras del estacionamiento más de un parroquiano que pasaba se quedaba alelado al ver nuestra fogosidad, por lo que para no seguir dando espectáculo gratuito, decidimos irnos rápidamente a un hotel para parejas recientemente inaugurado. La verdad que era muy simpático o entretenido, pues tenía varios ambientes especiales y las parejas por un módico precio podía rentar disfraces ad hoc a los ambientes, nosotros con Maite elegimos un ambiente de las Mil y una Noches, debo decir que al ver a mi odalisca vestida con su indiscreta tenida, mi verga dio un respingo de pura lujuria, por momentos creo que piensa y se manda sola.

  • Estás preciosa le dije al verla con un sujetador que apenas le contenía sus tetas y el diminuto bikini del que salían tules que cubrían su ya largas piernas.
  • Maite: Gracias aunque el sujetador me queda algo chico e incómodo mi Bello Genio.
  • Claudio: Eso tendrá una rápida solución dije tomándole sus tetas liberándolas por sobre las copas del sujetador.
  • Maite: Parece que mi Bello Genio quiere comerme las tetas, dijo con una libidinosa expresión.

En efecto tenía ganas no solo de comerle las tetas, si no que a toda ella, por lo que  comencé por las tetas de mi Maite asegurándome de pasar mis labios por cada centímetro de sus preciosas mamas, sus pezones estaban muy duros, su respiración se agitaba y de su boca salían gemidos de calentura, ella me abrazaba y comenzaba a mover mi verga con desesperación, le tome de las nalgas y la apreté contra mí, hubiese querido que fuésemos uno solo, que nos fundiéramos o algo así.

La tendí sobre unas mullidas alfombras, le bajé las bragas del disfraz y comencé a comerle el coño, mi lengua invadía cada recoveco de su caliente entrada, podía sentir el sabor de su flujo vaginal que comenzaba a lubricarla, yo también estaba que hervía, por lo que le comencé a chupar su clítoris envolviéndolo con mi lengua y los labios. Estaba gordo e hinchado, a punto de caramelo, eso me infundió más deseos, ¡ya quería envergarla!, pero cuando se lo apreté suavemente con mi boca, gimió fuerte y sentí como se convulsionaba de placer, ¡era increíble!, podía sentir como se corría en mi boca.

  • Ahhhh…. ¿qué haces cabrón que me matas?
  • Claudio: ¿Te gustó como me comí tu coñito?
  • Maite: Síiii, estuvo maravilloso, ahhhh, sigue que aún me corroooo.

Continué con la deliciosa tortura, pero ella llegó a su límite, tanto que ya no quería que le envergara el coño, por lo que sin apiadarme de mi Maite realmente, la volví boca abajo para dejarla con el culo en pompas y culearla. En ese momento de lujuria un pensamiento me asaltó (Claudio, estás haciendo cosas que antes ni pensabas hacer, estas como liberado), luego noté que ella al principio quería evadirse, pero mi calentura y su libido obraron en mi favor. La hice que me mamara y ensalivara la verga, con el propósito de que la enculada no fuese muy dolorosa; mientras hacíamos eso, yo la estimulaba con mis dedos en su orto, cuando ya creí que podía iniciar mi “capricho de encularla”, se la metí sin mucha delicadeza, se molestó un poco pero a los tres minutos ella misma se estimulaba el coño para mejorar la dolorosa pero placentera experiencia. La cabalgué un buen rato hasta que me derramé en su esfínter, los chorros de mi simiente comenzaron a salir por las rugosas paredes de su anito. Maite solo gemía derrengada sobre la alfombra, por lo que le pregunté

  • Estás bien corazón.
  • Maite: Sí incluso me corrí cuando me diste la última lechada de tu amiguito, eres muy guarro.
  • Claudio: Y tu muy “rica”, estas para comerte y culearte todos los días, dejé escapar mi loca alegría por lo realizado.
  • Maite: Ten cuidado que te puedo cobrar la palabra…..mme parece que debemos irnos para continuar con el plan…
  • Claudio: Ah si el plan….tienes razón….otro día seguimos con el postre, jajaja.
  • Maite: Oye me estás diciendo que soy tu postre….jajaja
  • Claudio: La verdad es que eres todo para mí, diría la cena completa, jajaja.

Nos fuimos del lugar felices tomados de la mano hasta llegar a casa, era cerca de las 23:00 horas, la hora que debía dejar a Fernanda en su casa, afortunadamente no era lejos, al otro día continuaría con el plan, es decir con la primera clase.

Al llegar la saludamos y dejando a mi satisfecha Maite en casa y me fui a dejar a Fernanda. La chica es preciosa, incluso con su abrigo se veía linda, le abrí la puerta como un caballero, ella me sonrió agradecida y se subió al coche dejándome ver sus linda piernas, un poco delgadas por su juventud pero lindas. Una vez que partimos comencé a conversarle como si fuera una chico que quisiera hacerme el lindo con ella, ella obviamente lo noto.

  • Tiito, nunca había notado lo cariñoso que eres conmigo…
  • Claudio: La verdad es que yo tampoco había notado lo linda y cariñosa que eres.
  • Fernanda: ¿Crees que soy linda?
  • Claudio: Fernanda, el que diga lo contrario es un mentiroso, debes tener muchos pretendientes
  • Fernanda: Algunos, pero nunca me dicen cosas como las que me han dicho, solo se refieren a que estoy maciza, buenorra y cosas algo chulas.
  • Claudio: Probablemente su juventud no los hace apreciar tu belleza, le contesté.
  • Fernanda: Tiito, haces que me sienta halagada dijo colocando una mano sobre mi pierna.
  • Claudio: Mis halagos solo reflejan la verdad Fernandita, dije tomando su mano entrelazando sus dedos con los míos.
  • Maite: Gracias tiito, no sabes lo agradable que se escuchan tus palabras y créeme que tu opinión es muy valiosa para mi dijo al momento que estábamos detenidos en un semáforo, procediendo a darme un beso en mi mejilla muy cerca de la comisura de mis labios.
  • Claudio: No des las gracias Fernanda, el conversar contigo ya me alegra el día. Además seré la envidia de todos mis conocidos por tener una sobrina tan bella e inteligente como tú, dije atrayendo su mano cerca de mi entusiasmada verga.

Lamentablemente el trayecto llegó a su fin, pues vivíamos cerca, cuando llegábamos, me detuve en el estacionamiento para visitas, ella se giró dándome un piquito en los labios y se bajó diciéndome adiós; si antes en el viaje me había calentado ahora estaba a tope como si fuera un colegial, volviendo a casa mientras pensaba como le partiría el coño a vergazos, era una chica muy excitante.

En casa me encontré a mi Maite en el quinto sueño o más allá, y por más que intenté seguir con el postre para desfogarme de la reciente calentura, ella me dijo que había tomado un sedante suave para conciliar el sueño y no estaba para más sexo por el resto de la noche.

Al otro día al desayuno fue poco lo que pude hablar con Maite, pues los chicos que debían ir al colegio y desayunaban con nosotros estaban muy contentos contándonos lo bien que lo habían pasado con su prima, pidiéndonos que se repitieran las salidas para que ella los cuidara, especialmente el mayor que creo ya tenía sus instintos naturales más que despiertos a sus 14 años casi recién cumplidos y sin duda encontraba a su prima de comérsela con tenedor y cuchillo (pensé: este salió a Maite, pues yo no era así a su edad)

Me despedí de Maite con mucho entusiasmo, creo que seguía caliente de la noche anterior, pero debía ir  a trabajar y ella a dejarlos al colegio, pues hacía tuno con una amiga que le entregaba a dos de los suyos. Llegué a la oficina inusualmente temprano, miré a mi secretaria Paula, se veía estupenda con su blusa y falda de trabajo, tanto que sin pensarlo dos veces le dije que buscara un reemplazo por que debía dictarle una carta muy importante. Estaba en ese menester cuando llegó mí cuñado Andrés para decirme que:

  • Cuñadito, te venía a contar que ya cumplí mi tercer objetivo y te quiero mostrar la grabación.
  • Claudio: ¿Es la secretaria de Raúl?, le pregunté, pues el video no se podía notar mucho.
  • Andrés: Sí por supuesto, ¿quién otra si no?, acaso no le ves la tenida de las secretarias de la empresa.
  • Claudio: Mira Andrés, no es que quiera ser desconfiado, pero dado tu historial de querer hacer cualquier cosa para ganar, me gustaría verle la cara, por lo que de no verla, no la reconoceré como una victoria.
  • Andrés: pero que desconfiado, me ofendes, dijo riendo.
  • Claudio: Lo siento, pero no perderé la apuesta si las pruebas no son concluyentes.
  • Andrés: Okey muy bien, la grabaré nuevamente, en todo caso como te ha ido a ti.
  • Claudio: Bien dije enigmático como siempre, estoy por lograr mi primer objetivo.
  • Andrés: ¿Y quién es?
  • Claudio: Cuando lo logre lo sabrás. Punto aparte, la próxima semana iré a ver al cliente alemán, el que me han dicho que le gusta hablar en su idioma, por lo que iré con alguien que habla ese idioma.
  • Andrés: Pero no tenemos alguien que hable alemán, repuso.
  • Claudio: Descuida yo me conseguiré una persona, cargaremos sus remuneraciones al proyecto.
  • Andrés: Muy bien le diré a Raúl, no creo que ponga reparos, pues ese negocio será espectacularmente bueno.

Luego que se retiró Andrés, se asomó Paula con su reemplazante a la que le dije  "No quiero que nos molesten mientras trabajamos", la chica dijo entendido y Paula cerró la puerta de mi oficina, ella se acercó la abracé aprontándola contra mi verga, pude sentir sus tetitas pegadas contra mi pecho, me sonrió como una verdadera puta. Una de mis manos bajó hasta alcanzar su culo el que sirvió de guía para alcanzar su coño y su anito el que comencé a acariciar por sobre sus bragas, luego nos besamos profundamente, ella por su parte liberó mi ardiente verga de su encierro y con una mano comenzó a menearla, yo hacía lo propio con su coño.

La solté un poco para subirle su falda y bajarle las bragas, dejando caer mi pantalón mi verga lucía rígida como el acero dispuesta a perforar a Paula la cual retomó su meneo, le besaba el cuello el lóbulo de su oreja, definitivamente estábamos igual de calientes, tanto que ella me dijo:

  • No sabe lo húmeda que me puse cuando me pidió que dejara un reemplazo para que me dictara esta carta.
  • Claudio: Y tú no sabes lo caliente que he amanecido hoy y los deseos de partirte el coño que tengo

Ella se dio vuelta apoyándose en mi escritorio, le miré el magnífico culo que se gastaba, mientras ella me miraba la hiniesta verga, esperando por mi reacción. Me paré detrás y comencé a refregar mi verga por sobre su rajita del coño, podía sentir como me lo humedecía, le amasaba su culo y le liberé las tetas para jugar con sus maravillosos pezones. Paula deseosa de ser penetrada elevó su culo un poco e hizo lo imposible para que le envergara el coño, cuando la fui penetrando ella gemía como el ronroneo de una gata en celo, sin dejarle de amasar el culo comencé un mágico mete saca el cual ella acompaño con un dedo en su clítoris; no sé cuánto tiempo pasó pero ambos nos corrimos como burros, mi afiebrada calentura nos llevó nuevamente a los cielos.

Paula una vez corridos ambos, se arrodilló y abriendo lentamente su boca se introdujo mi morcillona verga, la que entraba y salía pausadamente de su boca, no solo la limpiaba, si no que quería prolongar mi éxtasis. La chupaba exquisitamente, produciéndome tanto placer que mi verga renació en su boca, que manera de chuparla tenía la chica, sin saber cómo, me había resucitado la verga, luego me sentó en una de las sillas y se montó a horcajadas sobre mí, envergándose para buscar su solo placer. La besé metiéndole mi lengua hasta las amígdalas si eso es posible, ella gemía quedamente siguiendo su propio ritmo de follada, sacó mis manos de su culo y las puso en sus tetas diciéndome:

  • Amáselas duro jefe que quiero sentir sus manos en ellas
  • Así corazón le dije sin ahorrarme palabras que solo usaba con Maite.
  • Sí así jefecito

Nos acariciamos mutuamente y le comí sus tetas mientras le amasaba el culo con gran pasión, ella estrujaba mi verga con cada movimiento circular que hacía con su coño, era la primera vez que hacía lo que ella quería hacerme, no puedo negar que lo disfrutaba, pues es lo más parecido a lo que me gustaba hacer con Maite… en un momento me sentí como…. ¿una rata traidora?, intenté dejar ese pensamiento perturbador, pero me era imposible, esa reacción mía hizo que nuestro mete saca se prolongara mucho, tal vez demasiado, tanto que ella se comenzó a correr nuevamente, y los espasmos que sentía en mi verga me arrastraron a su orgasmo, me corrí profusamente en su coño, fue un polvo de antología, lo había gozado tanto como lo hacía con Maite, nuevamente me sentí como una rata traidora.

Ya recuperados, nos levantamos de sofá vistiéndonos en silencio, mientras ella arreglaba su ropa yo la miraba, era una chica encantadora, con un cuerpo y belleza de infarto, pero no era mi Maite, el problema es que dudaba poder dejarla después de terminada la apuesta…..Antes de salir de mi oficina le pedí que llamara a Mary la prima de Maite…

  • Paula: Don Claudio la Señora Mary en línea,
  • Claudio: Gracias Paula……Hola Mary, ¿qué es de tu vida?
  • Mary: Hola Claudito, muy bien, ¿Cómo está mi prima?, ¿te has portado bien con ella?
  • Claudio: Mas o menos no más, casi como siempre, jejeje.
  • Mary: Tú y tus payasadas, jejeje….¡pero qué sorpresa tu llamada!
  • Claudio: Mary, sé que estás sin trabajo, pensando en que actualmente necesito alguien que tenga tiempo y domine el alemán, me acordé de ti…bueno si te interesa trabajar para un payaso
  • Mary: Claro Claudito, me interesa trabajar para un payaso, jejeje.
  • Claudio: Podríamos almorzar juntos y te explico, yo pago a no ser que quieras cocinar tú y voy a tu casa.
  • Mary: Mmm…. prefiero que pagues tú…. me gusta la comida francesa internacional, jejeje.
  • Claudio: Si puedes llegar tipo 13:00 horas sería genial…
  • Mary: Claro iré.

Por algún motivo nuevamente me puse nervioso, era mi primer objetivo complejo…. ¿caerá en mis redes?, espero que sí, si no mi querida Maite no tendrá su premio y yo perderé lo que más quiero en el mundo. La mañana fue bastante atareada, me la pasé analizando proyectos, además de coordinando y estudiando el tema que me llevaría a Alemania con Mary si ella aceptaba.

Unos minutos antes de la hora fijada Paula me comunica que Mary había llegado, la hice pasar para que me esperara unos minutos antes de salir a nuestra reunión almuerzo. Al verla entrar la encontré preciosa, sus alegres ojos azules son un bálsamo de felicidad para mí, es una mujer la mar de agradable y bella. En cuanto a su cuerpo es bastante normal pero bien conservado, su único defecto es que es un poco baja para mi, ya que con su 1,56 metros nos vemos algo desproporcionados uno al lado del otro, ya que mido casi 1,9 metros; pero un amigo una vez me dijo: en la cama todas las mujeres están a la altura correcta. El otro punto que me hubiese gustado más de ella, son sus tetas, ya que solo tiene de pecho 86 centímetros con copa B, claro que está acorde a sus 58 centímetros de cintura y 88 de culo.

  • Mary: ¡Hola Claudito!!, me saludó sacándome de mis pensamientos y análisis de sus atributos.
  • Claudio: Hola encanto, ¿me esperas un par de minutos para salir?
  • Mary: Claro bombón.

Finalmente salimos a almorzar a un restaurante francés cercano a la oficina, ella me hacía sentir muy bien, como dije anteriormente, si la hubiese conocido un poco antes que a Maite, tal vez otro gallo cantaría, dado que su personalidad me embrujaba. Comenzamos con lo típico, conversar de la familia, la vida, su despido etcétera, evitando de alguna manera ir al fondo de la invitación, hasta el momento del postre, el que ella no se saltó como yo.

  • Claudio: Mary lo que te quiero proponer es que seas mi asistente en un proyecto que tenemos con una empresa alemana, te necesito por tu dominio del idioma.
  • Mary: pero yo soy periodista, no sé nada de ingeniería.
  • Claudio: No lo necesitas, ya que yo soy el ingeniero que no sabe alemán y no soy muy buen relacionador público.
  • Mary: En ese caso mi huraño amigo aceptaría dependiendo de las condiciones.
  • Claudio: Nunca tan huraño como tu marido, a su lado yo soy el hombre del “Millón de Amigos”. Jajaja
  • Mary: Es cierto que no es muy amistoso pero es un buen hombre.
  • Claudio: Claro que debe ser un buen hombre, dado que tiene a la mejor mujer de toda la familia.
  • Mary: ¡Oye ten cuidado que eso incluye a tu mujer!
  • Claudio: Que es tan linda, buena y tierna como tú, eso sería un empate ¿o no? (nunca me había puesto tal lisonjero)
  • Mary: Mira que lisonjero estás hoy
  • Claudio: Solo es un acto reflejo ante tanta belleza.
  • Mary: Gracias pero me vas a avergonzar de tantas loas.
  • Claudio: No quiero avergonzarte, Mary solo quiero que te unas a mí en el proyecto
  • Mary: Bueno ¿qué tengo que hacer?.
  • Claudio: Eso te lo explico en la oficina en un rato, además deberás viajar conmigo este domingo para unas reuniones que sostendremos hasta el próximo Jueves que retornaremos en la tarde.
  • Mary: pero eso es algo apresurado, no sé si pueda hacerlo.
  • Claudio: Ay Mary, te necesito, no sea malita, eres mi salvación, además te daré un buen sueldo y mi eterna gratitud.
  • Mary: Bueno, lo haré.

Pasamos la tarde viendo los diferentes temas, ella se llevó una carpeta con los antecedentes necesarios para su buen desempeño y yo me quedé con la esperanza de poder cumplir con mi objetivo. Terminada la jornada laboral, Paula entra a mi despacho y me dice

  • Jefecito le gustaría que fuésemos a un “Happy Hour” al bar cercano, con los otros.
  • Claudio: No puedo Paula, debo de hacer clases de cálculo a una sobrina.
  • Paula: Pero después del bar…. podríamos hacer algo más.
  • Claudio: No, lo siento Paula, ya tengo un compromiso.

Estoy notando que esta apuesta está alterando mi forma de vivir, ahora mi secretaria me invita descaradamente a que me la folle después de la oficina, para colmo debo ir a follarme a mi sobrina.

Llegué a la casa como de costumbre, ya se encontraba Fernanda la cual estaba jugando videos con mi hijo mayor, el cual la miraba más a ella que a la pantalla, en fin las hormonas a esa edad están más que revolucionadas, los saludé a todos y nos instalamos en el comedor con Fernanda mientras Maite iba al cine con los chicos para que no nos molestaran.

Comenzamos la clase, el tiempo y las explicaciones se sucedían, el tenerla a mi lado después de todas las películas que había fabricado en mi imaginación, estaba muy nervioso o tal vez excitado. A medida que la tutoría transcurría, la tensión sexual aumentaba tanto de mi parte como la de ella, yo le rosaba sus tetas con mis codos, notando como sus pezones se erizaban elevándose hasta casi atravesar su sujetador y camiseta. Fernanda a su vez, se volteaba cada cierto tiempo restregándose en mi brazo y clavándome sus pezones, de vez en cuando colocaba su mano izquierda sobre mi pierna y me acariciaba casi imperceptiblemente, así transcurrió la sesión hasta que llegó mi familia a cenar. Tan solo al entrar mi Maite me miró con la típica cara de pregunta como diciendo ¿te la follaste?, a lo cual con solo un pequeño gesto le dije que no. En eso mi mujercita le dice a Fernanda:

  • Fernanda cariño, dado que tienen que estudiar mañana, te puedes quedar con nosotros en el cuarto de invitados si te apetece.
  • Fernanda: Claro tiita, así no tengo que levantarme temprano, ¿puedes llamar tú a mamá para que no crea que es idea mía?
  • Maite: Claro cariño.
  • Fernanda: Tiito entonces ¿podemos empezar tipo 10:00 de la mañana?
  • Claudio: Claro Fernanda.
  • Maite: Y yo puedo salir con los niños a algún lugar o al centro atlético a nadar…

La propuesta de Maite fue rápidamente aceptada por Carla, por lo que después cenamos todos y los jóvenes se quedaron jugando con el Play Station hasta casi las 23:30 horas, yo por mi parte estaba muy excitado por toda la tensión acumulada con mi sobrinita. Ya cerca de la media noche solo Maite y yo estábamos aún levantados, podía follarme a mi querida esposa como era mi deseo. Eso sí, antes nos cercioramos que los otros ya estaban en sus camas, luego fuimos a nuestro cuarto y acercándome a ella la besé con ternura pero como estaba muy caliente tomé una de sus pesadas tetas en mi mano acariciándola con suavidad, su pezón reaccionó rápido, asomando en la redondez de su tremenda ubre, ella suspiró y me tomó de la mano tratando de evitar mis caricias.

  • Maite: Cuidado Fernanda puede despertar y nos puede descubrir
  • Claudio: No lo creo, los jóvenes duermen como lirones….

En fin, no le hice caso, pues creo que ella estaba tan deseosa como yo y tenía absolutamente claro que su reticencia era una débil señal de pudor y miedo a ser descubierta por la invitada, pero no pasaba de ser solo “un saludo a la bandera”. Mis caricias la fueron calentando, por lo que me abrazó apasionadamente, la tomé de su hermoso culo y la subí a la cama en vilos, ella me sonreía desnudándose rápidamente, yo por mi parte saqué mi verga y le puse mi glande justo en medio de la rajita del coño, el que aún estaba cubierto por su tanguita. Ella suspiró mientras volvía a amasar las pesadas tetas ahora desnudas para mí. Mi Maite estaba tan deseosa de ser penetrada que levantó un poco sus posaderas y corrió la braguita a un lado para sentir mi verga directamente en su coño y entre suspiros me dijo:

  • Un momento mí amito, no es bueno que nos desvelemos, pues en unas horas más debes darle duro a tu sobrinita, dijo en un rapto de cordura.
  • Pero Maite solo una rápida y nos dormimos

Comencé a presionar contra el cerrado coñito, el que se abrió dejando entrar a mi hinchada verga, ella suspiró y gimió en mi oído, dándome besos en el cuello; esa fue la señal para que sin más, iniciara un frenético meta saca, no sé si antes había dicho que las tetas de Maite me embrujaban y me calientan perdidamente, es cierto, por lo que las comencé a comer y chupar a placer. Maite se dejaba hacer de todo, solo suspiraba, acariciando mi espalda y cabeza, mientras sentía su vagina llena de verga, yo estaba tan caliente con mi escultural mujer, que no me di cuenta como Fernanda estaba parada en la oscuridad del pasillo mirándonos, solo pude notarlo por el crujir de una tabla del piso que está suelta, no me inmuté y seguí amasándole las ubres a mi Maite mientras la follaba. Debo decir que el morbo de ser observado me incitaba a partirle el coño a mi mujer a vergazos, por lo que la acaricié por todos lados mientras la follaba a lo bruto, la vergüenza de Maite, y mi cariño por mi mujer se vio opacado por el placer sexual, pues ya no nos cuestionábamos lo de la visita, la reserva de fuerzas para mi sobrina o cualquier cosa referente a la apuesta.

No sé cuantos intensos minutos pasaron cuando le anuncié mi próximo orgasmo a Maite, ella me pidió unos segundos más, pues también estaba por correrse, comencé a bombear con mayor intensidad en el coñito de Maite, mientras le estrujaba sus deliciosas tetas mirando su bello rostro congestionado por la pasión, e iluminado por sus ojos gris azulado, pronto los dos explotamos en una riada de flujos.

  • Maite: Ay corazón que rico me follaste, pero última vez que no me haces caso.
  • Claudio: Perdón Maite, pero creo que te gustó que te la metiera, refuté con picardía.
  • Maite: Mmm, sí pero Fernanda está en el cuarto de enfrente y nos podría haber descubierto o escuchado.
  • Claudio: Las dos cosas, nos está observando desde el pasillo, le dije al oído. Es más aún está en el pasillo, le contesté en voz más baja aún.
  • Maite: ¿En serio?
  • Claudio: Sí, ahora iré a la cocina para sorprenderla.
  • Maite: Nooo, no puedes.
  • Claudio: Sí, si puedo, dije incorporándome

Me levanté rápidamente descubriendo como mi adorable sobrina se escabullía al interior del cuarto de invitados, me reí mentalmente, fui a la cocina tomé un vaso de leche y regresé a dormir, cuando llegué Maite ya estaba que se derrumbaba de sueño y no quiso seguir de juerga, pese a mis tiernos besos, la verdad es que yo tampoco estaba para más acción, lo hacía solo ¿por vanidad tal vez?

Al otro día en la mañana todos desayunamos tarde, serían cerca de las diez, mi mujercita arreó al piño de niños con mucha paciencia, especialmente con el mayor que quería quedarse. Recién cuando los chicos salían con Maite apareció Fernanda, se notaba con sueño, que era resultado de que nos estuvo espiando hasta pasada la medianoche y como saben los adolescentes duermen más que los adultos. Los chicos la saludaron con alegría mientras Maite los apuraba, finalmente se despidieron de nosotros dejándonos solos.

  • Claudio: ¿Mucho sueño Fernanda?
  • Fernanda: Sí bastante tiito….pero ya estaré lista para las clases, no te preocupes.
  • Claudio: Tal vez te quedaste despierta hasta muy tarde.
  • Fernanda: Sí, eso fue.
  • Claudio: ¿Qué te entretuvo?, le pregunté conociendo el motivo real del trasnoche.
  • Fernanda: Bueno extrañe mi cama…
  • Claudio:¡Ah! eso debió ser, te espero en el comedor para que estudiemos ahí.
  • Fernanda: Claro tío me tomo mi café con leche y voy…

Nos sentamos como el día anterior, nuevamente el solo hecho de pensar en ella gatillo mi deseo de poseerla, la tensión sexual volvió a estar presente en el ambiente, ella escuchaba mis explicaciones y me miraba a los ojos mientras yo le tomaba la mano que puso sobre mi pierna, me distraje mirando el canalillo de sus tetas, se rió por mi descaro

  • Fernanda: ¿Qué estas mirando tiito?, jejeje
  • Claudio: Ehhh….para que preguntas si lo sabes….tus atributos comenté
  • Fernanda: ¿te gusta lo que ves?
  • Claudio: Ehhh…sí eres preciosa, intentando sacar mi mirada de sus tetas y proseguir

Mi excitación y poco deseo por seguir con la clase me llevaron a adelantar un poco mis planes, lentamente mis manos comenzaron a rodear su pequeña cintura, aún así intentaba disimular mi calentura, mis manos llegaron al borde de su sujetador, podía sentir el roce de sus tetas contra mi mano... de pronto Fernanda ansiosa giró hacia mí, me miro con lujuria y deseo... nos besamos... no me rehuía, al contrario me buscaba con pasión.

El contacto con su silueta fue elevando la temperatura de mi sangre y mi verga comenzó a crecer, no lo pensé dos veces, le tomé la mano y la puse sobre mi endurecida verga. Ella después de sobarla un poco me bajó el cierre y sacó mi entusiasmado amiguito. En ningún momento se asustó o intentó retirar su mano, parecía saber lo que yo quería y estaba preparada para ello; con rapidez se desabotonó su pantaloncillo pescador y levantando el culo se lo sacó junto con bragas...

Fernanda muy decidida se paró un poco, montándose a horcajadas sobre mi falda y con su coñito recorrió todo el largo de mi pene. Dejó escapar un suspiro y me besó con pasional fuerza, ahora nuestras lenguas jugaban un juego prohibido. Estaba tan excitada que no sabía qué hacer para metérsela. En cambio mi experiencia me decía que la calma y paciencia siempre dan sus frutos, la acariciaba intentando calmarla. Pero Fernanda impaciente y casi sin pensar, buscaba como apoyarse mejor y levantando su culito se restregaba sobre mi verga. Estaba tan ansiosa que presurosa buscó empalarse en mi amiguito, pero falló en dos oportunidades, frustrándose por solo sentir como mi verga resbalaba en sus labios vaginales. Mi linda y dulce sobrina era como dijo mi mujer, ¡una verdadera putita!

  • Claudio: Tranquila, más despacio... le decía pero no me hacía caso, Fernanda estaba ansiosa por ensartarse.
  • Fernanda: Mmm… tiito es que te quiero sentir

Sujete sus nalgas por debajo, levantándola un poco más, ella a su vez me ayudó apuntando mi verga a la entrada correcta, cuando ya estaba seguro de la ruta la deje caer lentamente sobre mi verga,... sus labios se abrieron dejando entrar a aquel nuevo visitante, ella se estremeció con mi incursión; seguí bajando su cuerpo contra el mío, hasta que al fin llegué al fondo de su coñito. Fernanda lanzaba sus primeros quejidos:

  • Ahhh... auuu.... lo tienes muy grueso... más grueso que mis dedos y los de mis novios...
  • Claudio: Tranquila con calma, deja que tu coñito se adapte a mi…

Y en efecto parecía que lo único que había profanado aquel agujero no había sido más que los dedos de unos chicos, ya que su agujero se abría con dificultad ante la entrada de mi verga. Nuevamente se levantó y con mi ayuda procedió a bajar lentamente, pero cuando ya tenía la mitad metida, Fernanda se movió intentando levantarse, lo hizo quizás por ansiedad, dejándose caer nuevamente sobre mí, sentí como su vagina apretaba mi verga completamente, entrando de lleno con muy poca lubricación

  • Fernanda: Oucchhhh... ayyyy… ayyy... auu... exclamo adolorida mi sobrina.
  • Claudio: Ayy… cuidado repliqué por su movimiento (pensaba que mi verga quedará como una coliflor si sigue así)

Intento subir, pero sus fuerzas se vieron afectadas por el dolor y volvió a caer, recorriendo casi toda mi verga. Repitió esta operación con mi ayuda, la deje actuar porque me excitaba ver como ella sola quería más y más, era como si quisiera escapar de la tortura de mi penetración, pero volvía para terminar nuevamente clavada, rendida al placer, hasta que apreté sus muslos contra mí, apresándola para que no subiera nuevamente.

  • Claudio: Quédate quieta… acostúmbrate a sentirla, le susurre al oído.
  • Fernanda: Si,... lo que tú digas tiito... ahhh… auuu... respondía obediente.

La mantuve así un rato mientras una de mis manos amasaba sus endurecidas tetas. Fernanda afirmada de mis hombros me dejaba obrar a gusto, estaba más preocupada por mi verga enterrada en su coño que de sus tiernas tetas que finalmente liberé...

  • Fernanda: Ahhh... me estas partiéndooo el coño, siento como se estira.
  • Claudio: ¿Fernanda eras virgen? Me atreví a preguntarle dado lo traumático de todo.
  • Fernanda: Sí tiito…. ¿Es un problema?
  • Claudio: No en lo absoluto, intentaré ser más delicado
  • Fernanda: Se agradece la consideración, ahhh…auuuu

Mi sobrina podría tener fama de putita, pero yo le estaba quitando su virginidad, parece que nuestra ficha falló…. (En realidad la investigación de Maite falló pensé)

Comencé a subirla y bajarla lentamente, esta fricción era agradable, sentía su húmedo, cálido, y estrecho coñito abrirse; pero la posición era cansadora para ambos, así que decidí llevarla al sofá, Fernanda me siguió, me senté, y ella se paró frente a mí, le dije que montara a horcajadas. Así lo hizo nuevamente, tomó a mi amiguito y lo guió a su agujerito y lentamente se metió mi verga. Sufrió bastante menos que la primera vez al poder poner sus rodillas sobre el sofá, comenzó un pausado mete saca ayudado por mí, mientras la besaba en el cuello y tetas.

  • Fernanda: Uffff... que grande la tienes... aaahhhh... comenzaba gemir.
  • Claudio: Ahora estábamos cómodos los dos; le dije y con mis manos bajo sus muslos comencé a subirla y bajarla, ella se colgaba de mi cuello.
  • Fernanda: Mmm... Claudio... nunca había sentido esto... aaahhhh… decía excitada.
  • Claudio: ¿Te gusta?... me atreví a preguntarle.
  • Fernanda: Siii... sigueee por favor… sigueee... uhmmm….Ohhhh... soy tuyaaa... uhmmmm.... gemía completamente entregada a su goce.
  • Claudio: Fernandita parece que tenías este deseo desde hacía tiempo, le dije mientras ella me miraba febril y con algo de dolor, pero seguía pidiendo más.
  • Fernanda: Ahhhhhhh... asiiii, asiii, tiitooo... uhmmm… exclamaba loca de placer.

Me parecía injusto que sus preciosas tetas, no recibieran su merecido... intente prenderme de ellas pero con su excitación se me hacía difícil, solo conseguía lamerlas a la pasada. Decidido a comerlas, la afirmé de los hombros y me prendí de uno de sus pezones y seguimos cabalgando

  • Fernanda: Sigue... sigue... ella presa de la pasión, se adaptó para no ofrecer resistencia a mis deseos.
  • Claudio: ¿Cómo estas corazón?
  • Fernanda: Bien pero ahhhh... mas despacio... que reviento... aaahhh…no sé… me viene…

Y en efecto se vino o como usualmente decimos se corrió, Fernanda reventó en un tremendo orgasmo, que hizo que yo también me corriera... pero al derrengarse sobre mí no pude sacar rápido mi verga y derramé mi leche en su interior

  • Ahhhh... ahhh... uffff... exclamo Fernanda satisfecha.

Permaneció un rato sobre mí, lucia como si le hubieran dado una paliza... cuando al fin se pudo mover, se sentó a mi lado, me tiró hacia ella, buscando mis labios y me beso. Le devolví el beso, me abrazo del cuello y me susurro al oído:

  • Fernanda: ¿Por qué demoraste tanto?... ayer podrías haberme desvirgado, me confesó con una voz dulce.
  • Claudio: ¿En serio?, le pregunte mirando mi verga que mostraba que la había convertido en mujer.
  • Fernanda: Si... tal vez...yo creo que sí, pero no te rías... me dijo aun avergonzada.
  • Claudio: ¿Cómo fue que te animaste a que sucediera esto?... le pregunte.
  • Fernanda: Ay tío era obvio que me deseabas y yo quería que el mejor se llevara mi virginidad e investigué un poco….
  • Claudio: ¿En serio?
  • Fernanda: Síp….me dijo con un tono orgulloso.
  • Claudio:¿Quieres seguir?
  • Fernanda: Me gustaría, pero estoy adolorida y debemos terminar la tutoría, jejeje.
  • Claudio: Okey está bien, pero creo que antes debemos ducharnos

Nos duchamos juntos, ella exploraba mi cuerpo y yo el de ella, creo que no hay como la tersura y la dureza de un cuerpo juvenil, tanto que a los pocos minutos me entusiasmé y mi dura verga fue sujeto de sus atenciones orales, tal vez Fernanda había sido virgen hasta hoy, pero mamaba como la más experta. Nos vestimos y seguimos con el estudio, debo confesar que me era difícil guiarla en las matemáticas teniendo mi mente lo recién realizado con ella y…. su madre (pensaba como sería follarme a las dos en un trío…..debo estar desquiciado.

Continuará…….

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