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The Nanny o Simplemente la Nana: Capítulo 7

en Erotismo y Amor

Capítulo 7: Deseo A Nadja Pero No Es Una Chica Fácil

El hecho de que el “famoso teniente González” fuera como una mosca de molestoso, me tenía a muy mal traer, afortunadamente salimos a navegar a ejercicios de entrenamiento avanzado por dos semanas, y González iba conmigo (ten a tus amigos atendidos y tus enemigos aún más). Gracias a Dios al ser de otra guardia y puesto de trabajo distinto, solo lo veía en contadas ocasiones, pues ya su sola presencia me molestaba (¿Serán celos?). Si bien la navegación fue intensa y muy trabajada, en cada momento en que podía descansar o dormir, pensaba en mis tres mujeres preferidas, la primera Bego, la segunda… Nadja y ¿la tercera… Begoña?... ¿qué me pasa…?.., nunca Begoña había estado en tercer lugar ¿o sí?, no lo entiendo…. Bueno así transcurrió el tiempo sin darme cuenta hasta nuestro retorno.

Nuestra llegada a puerto inusualmente no fue nocturna, recalando a media mañana de un soleado día, cosa que ocasionó que a las afuera del muelle hubiese muchas familias que al ver arribar las unidades, se volcaran a la base a recoger a sus seres queridos. Esto sucedió porque usualmente se da franco a la llegada de la fuerza después de varios días en la mar; claro que no antes de una buena lavada con agua dulce al buque.

A eso de las once de la mañana salí con unos locos deseos de ver a mis chicas y para mi sorpresa ¡ahí estaban!, lo primero que vi fue la sonrisa de Nadja, que le indicaba a mi Bego, la que estaba en sus brazos que venía yo, ¡tal fue mi gozo! que apuré mi tranco de decididos pasos a casi una loca carrera. La verdad es que no medité ni un solo instante abrazándolas a las dos, después de besar con alegría a mi bebé, sentí como Nadja también cerraba tímidamente el abrazo con la mano que tenía libre.

  • ¡Hola mis nenas! ¿cómo han estado, me extrañaron?
  • Nadja: Sí, si lo extrañamos… por eso quisimos darle una sorpresa.
  • Claudio: ¿Cómo llegaron aquí?... pregunté después de los abrazos
  • Nadja: Nos vinimos en su auto…
  • Claudio: ¿Sabes manejar?... ¿Tienes carné?
  • Nadja: Sí, y sí, pero es Bieloruso ¿no creo que importe?
  • Claudio: A mi no me importa, pero no sé si la policía entenderá que es un carné de conducir Bieloruso, jejeje…. ¿Cómo entraron y cómo sabías que era aquí?
  • Nadja: Bueno la entrada me costó unas cuantas sonrisas y unas cuantas mostradas de carné del bienestar de la marina, y para saber cual era el lugar… bueno fue un poco de suerte y como dicen ustedes… preguntado se llega a Roma, jejeje.
  • Claudio: Claro vamos a casa, no sabes las ganas que tenía de verlas.
  • Nadja: Gracias por lo que me toca, jejeje…. ¿Maneja usted?
  • Claudio: Deja de tratarme como si fuera un viejo y dime Claudio
  • Nadja: Muy bien Claudio, lo haré.

De camino al coche me encontré con el “Viejo”, que saludaba a su esposa y una de sus hijas menores, los saludé y ellos hicieron lo mismo con mi “familia”.

  • Mi Suboficial, veo que lo vienen a buscar para que no se escape, le dije en tono festivo (licencia que nunca antes me había tomado), pero en ese momento desbordaba de felicidad
  • “Viejo”: Sí mi teniente, le presento a mi esposa Nuria y a mi hija mayor Nuria.
  • Esposa: Hola joven, mi marido vive hablando de usted, jejeje, me dijo con una sonrisa
  • Claudio: Espero que cosas buenas, jejeje, les presento a mi familia, Nadja y Bego, dije nuevamente sin reflexionar, gracias Dios por lo rápido que lo dije, Nadja solo entendió los nombres y saludó.
  • Esposa: Muy linda su familia, lo felicito, dijo sonriendo mirando con complicidad a su marido.
  • Nuria hija: Preciosa su niña, dijo, yo tengo una de su misma edad, dijo sonriéndole.
  • Claudio: ¡Ah, qué bueno!, tal vez puedan jugar juntas algún día.
  • Nadja: Sí, Bego debe estar con otras niñas de su edad…
  • “Viejo”: Por supuesto, pero creo que todos estamos cansados de navegar, por lo que sugiero que vayamos a casa y luego coordinan la reunión de bebés dijo guiñándome un ojo  

En el trayecto le hice todo tipo de arrumacos a mi bebé, por lo que me senté con ella en el asiento trasero, mientras conversábamos con Nadja, en eso recordé que pronto sería su cumpleaños, como buen hombre no me quedó más remedio que preguntarle.

  • ¿Nadja cuando estás de cumpleaños?
  • Nadja: En tres días más cumplo los 20 años, dijo con su sonrisa que me enamoraba cada vez más.
  • Claudio: ¡Ahhh!, alcancé a decir sin preguntar nada más.

Ese día almorzamos un plato cocinado por ella, que no supe de que se trataba, al parecer era como un guiso de cerdo con patatas y otras verduras, el cual estaba muy bueno, hablamos de todo y nada, luego dormí una reparadora siesta que después de una guardia de madrugada se agradecía.

Ya por la tarde más repuesto decidí que sería bueno salir a trotar para “botar el buque”, le mencioné eso a mi Nanny y sin darme cuenta ella al rato estaba en tenida de trote lista para salir con Bego en el coche, debo reconocer que sus pantaloncillos mostraban unas piernas torneadas arrebatadoras y su peto deportivo que apenas mantenían esas tetas enormes la hacía lucir apetitosa, especialmente embriagadora al mostrar esa tripita tan bella que era lo justo y necesario para que me volviera loco, por lo que dejé de mirarla para que mi incipiente erección se calmara.

Salimos con el sol que entibiaba todo, ella lucía radiante y mi Bego iba feliz mirando el paisaje, además de balbucear sus primeras casi palabras, y moviéndose con energía en su coche. Por un instante, me retrasé unos pasos solo por el morbo de verle el prieto culo a mi Nanny, la verdad que el movimiento de sus nalgas me hipnotizaba, pero como para agente secreto no tengo ninguna habilidad me sorprendió in fraganti.

  • Nadja: Vas muy cansado o algo te distrae, jejeje, dijo con algo que podría identificar como orgullo mezclado de burla, al sorprenderme.
  • Claudio: No…eh, solo es que me molesta una piedra en la zapatilla.
  • Nadja: ¿Derecha o izquierda?
  • Claudio: ¿Qué?...
  • Nadja: La piedra, jejeje
  • Claudio: ¡Ah!, en la izquierda dije parando y simulando sacarla de ahí, mientras mi cara se llenaba de calor y rubor, no precisamente por el ejercicio.
  • Nadja: Ya no me engaña…. Yo creo que fue una navegación muy larga, jajaja.

Después de eso me fui trotando casi en silencio delante de ellas, hasta que Nadja me dijo:

  • Vamos, no se apene, el que me mire es… no sé como se dice, pero me… alegra, jejeje, no se apene.
  • Claudio: ¿Llena de orgullo tal vez, te eleva el ego?
  • Nadja: Sí eso puede ser, claro que tiene que ser más disimulado, continuó jugando con mi vergüenza de ser descubierto.
  • Claudio: Bueno lo intentaré, pero creo que tu eres de la KGB, jejeje.
  • Nadja: En mi país ya no está la KGB, por eso me vine, jajaja

Siguió molestándome el resto del trayecto, pero descubrí que a ella realmente no le molestaba que la mirara, tanto que nuevamente me quedé un poco atrás para mirar ese portento de culo que se gasta y ella nuevamente me sorprendió.

  • No se cansa de que lo sorprenda, jajaja.
  • Claudio: La verdad es que… mirarte no me cansa, dije con más aplomo del que alguna vez tuve con alguna mujer, incluida Begoña.
  • Nadja: Mmm, necesita urgente salir con una chica, jejeje.

Volvimos a casa, y mientras ella se duchaba yo me encargaba de mi nena que venía con una olorosa sorpresa, casi se me había olvidado como se cambian los bebés, terminado esto, llamé a mi madre, la que se alegró de hablar conmigo.

  • Hola mamá ¿cómo estas tu y papá?
  • Mamá Berta: Bien mi niño, extrañándote, ¿Qué tal la navegación y tus mujeres?
  • Claudio: La navegación muy buena, todo salió bien, algo cansadora, y en cuanto a mis niñas, solo tengo una y está bien, jejeje.
  • Mamá: ¿Y qué paso con tu gallinita celosa?...
  • Claudio: Ay mamá, ¡lo dices por Nadja!, ella está bien
  • Mamá: Gracias a Dios, ya veía que tenía que traerme a esa criatura a casa.
  • Claudio:¿¡A quién!?
  • Mamá Berta: A tu hija mi pardillo lindo, a la otra no creo que la pueda separar de tu lado, jajaja.

Luego de la conversación con mamá, Nadja salió de la ducha y aún envuelta en la toalla tomó a mi Bego y se la llevó al cuarto que comparten, quedé paralizado, se veía preciosa, en eso se voltea y sonriendo me dice:

  • La ducha está libre, jajaja…
  • Claudio: Ah, gracias… voy (Estaba seguro que ella lo hacía adrede)

El resto de la jornada pasó tranquila; al día siguiente entré de guardia en mi unidad, pero lo poco que estuve con mis niñas lo disfruté.Cuando salí de la tediosa guardia, estaba casi desesperado por verla… perdón verlas, pero como era el día antes de su cumpleaños fui a comprarle un presente, no sabía que regalarle, pero al pasar frente a una joyería vi un precioso anillo de esmeraldas y sin meditarlo entré a preguntar cuánto costaba me di cuenta que era algo más de un mes de sueldo, por lo que apenado amagué salir… en eso:

  • ¿Para quién es el regalo?, preguntó la anciana dueña de la tienda.
  • Claudio: Para mi… novi… Nana
  • Dueña: Vamos joven, sé quién es usted, debe definir esa relación, jajaja
  • Claudio: ¿Cómo lo sabe?
  • Dueña: Tal vez porque esta es una ciudad muy pequeña y una vez nos encontramos en una plaza en la capital, me enseño a su bebé y la que pensé que era su esposa Bielorusa, luego lo he visto muchas veces trotando con ella por el frente de la joyería, jejeje
  • Claudio: Sí claro, ahora lo recuerdo, ¡Ahora se ve mucho más joven!.
  • Dueña: Eres un mentirosillo, jejeje… ¿Cuánto tiene para su regalo? yo le puedo hacer un muy buen precio.

Acordamos un muy buen precio por un pequeño anillo de una esmeralda rodeada de circones que se veía precioso y que con la sustanciosa rebaja estaba a mi alcance, lo envolvió y luego de hacerme prometer que llevaría a mi “Novia Nana” y a mi hija a la tienda de vez en cuando, salí a casa.  Pero antes pasé por la casa de un comandante que tiene una hija que hace de canguro o baby sitter, contratándola para la noche del cumpleaños de Nadja, pues en todo el tiempo que estuve de guardia, había decidido sacarla a un lugar bonito… algo que no fuese el club de oficiales.

Pasé por la panadería cercana a casa y compré una pequeña torta a mi gusto, pues no sabía que le gustaba a ella, finalmente llegué a casa. Pero ¡oh desgracia mía!, casi a la entrada del edificio estaban mis nenas acompañadas del pesado del Teniente González; mi sangre nuevamente hirvió, pero acumulando aplomo llegué y sin ningún miramiento primero lo saludé a él, luego con un abrazo y beso Nadja en la mejilla muy cerca de su boca, la que sorprendida correspondió a medias mi efusivo saludo y luego sin mirarlos dediqué mi mirada solo a mi bebé en el coche.

  • Teniente: González: Fue un placer Nadja… Teniente Married, hasta la vista
  • Nadja: Hasta la vista…
  • Claudio: Hasta la vista González.

Tomé el mando del coche de mi bebé y nos dirigimos a casa, cuando al entrar al ascensor ella me dijo:

  • ¿De qué se trató todo eso?
  • Claudio: Ah, perdón, me faltó el Feliz Cumpleaños y la volvía a abrazar.
  • Nadja: Es mañana.
  • Claudio: Verdad, que torpe soy, dije haciéndome el “loco”

Lo bueno que en el ascensor me correspondió el abrazo, uno que por primera vez casi nos fusionamos en uno solo y noté que le salían unas lágrimas de sus bellos ojos, con uno de mis dedos le enjugué la gota que rodaba por su mejilla

  • Claudio: Vamos que tenemos que celebrar, te traje un regalo, en realidad dos pero uno se me quedó en el coche.
  • Nadja: Pero aún no es mi cumpleaños es mañana:
  • Claudio: He decretado tres días de festejos, jejeje
  • Nadja: Me bastaba con que te acordaras de mi cumpleaños.
  • Claudio: Hice más que acordarme… Dejemos las cosas en casa y voy a buscar lo que falta
  • Nadja: Muy bien, te esperamos.

Puedo decir que bajé rápido y volví más rápido aún, al entrar y verlas a las dos, indudablemente son mi mayor tesoro, mostré la torta o pastel de cumpleaños y le comencé a cantar con mi para nada melodiosa voz feliz cumpleaños, ella reía y lloraba al mismo tiempo, lo primero por mi voz y lo segundo por sus emociones contenidas por tanto tiempo lejos de su familia. Encendimos una vela (no encontramos más) y nuevamente cantamos con Bego cumpleaños feliz, en medias lenguas, luego le pasé mi presente

  • Nadja: ¿Qué es esto?
  • Claudio: Mi presente por tu cumpleaños.
  • Nadja: Pero es mañana:
  • Claudio: es algo para que luzcas mañana, por eso te lo paso ahora.
  • Nadja: ¡Oh!...es bellísimo, le debe haber costado un dineral… no puedo aceptarlo.
  • Claudio: Gracias por lo de bellísimo, el gusto se lo debo a una dulce anciana dueña del local que desea verte nuevamente.
  • Nadja: ¿A mí, por qué?
  • Claudio: Porque nos conoció en la capital, no sé si lo recuerdas.
  • Nadja: Pero así y todo debe ser caro
  • Claudio: Vamos que no costó tanto, pues ella me reconoció y se acordaba de ti y me hizo un súper descuento y es un regalo, mi primer regalo y lo debes aceptar.

En resumen le conté lo de la compra, le anuncié nuestra salida para el día siguiente, lo que la dejó anonadada pues dijo que no tenía nada apropiado para vestir en un lugar elegante. Le dije que no se preocupara que dos amigas de Begoña tenían una boutique y nos podían ayudar, pese a sus reparos logré que fuéramos a verlas esa misma tarde.

En el lugar ellas junto con estar felices de conocer a mí tan linda novia, y volver a ver que mi bebé la que sin dudas estaba tan bien cuidada, después de los saludos me echaron para que diera una vuelta con Bego, que ellas se encargarían, que les diera una hora. Eso me permitió hacer una reserva en el restaurante de un amigo mío de correrías de adolescente que era además de bello muy caro (pero sabía que yo tendría un precio especial).

  • Claudio: ¿Puedo venir a tu restaurante mañana con una chica?
  • Carlos: Pero amigo, lo que faltaba me pidas permiso, siempre a tus órdenes pardillo, joder pero que pregunta es esa…
  • Claudio: No me gusta abusar y no puedo pagar mucho
  • Carlos: Si traes una chica aquí debe ser algo serio, por lo que encantado.
  • Claudio: Bueno, espero que algún día lo sea confesé.
  • Carlos: Perfecto, les haré un menú inolvidable… ¿Es por algún motivo en especial?
  • Claudio: Su cumpleaños…
  • Carlos: No faltaba más, confía en mí, tendrás lo mejor…
  • Claudio: Carlos, que no sea muy caro, pues le compré un regalo y estoy con lo necesario para una cena normal, sin muchas cosas estrafalarias como langosta y eso.
  • Carlos. Vamos hombre, que somos amigos de años, tu nunca me fallaste y yo no te fallaré y por la cuenta no te preocupes, te haré un súper precio especial, que ni a mi madre le hago, la cual por cierto siempre me pregunta por ti

Volví un poco pasado la hora indicada por las chicas y las encontré tomando café tras el mostrador de la tienda, pese a las risas que de vez en cuando flotaban en el aire, se veían que mis dos amigas sometían a Nadja a lo que me pareció más un interrogatorio que una conversación.

  • Claudio: Hola chicas, ¿cómo va todo?
  • Silvia: Muy bien, Nadja es muy simpática y muy buena para escuchar consejos, jaja
  • Carmen: Sí, además se lleva un vestido precioso que le quedó perfecto, jejeje.
  • Claudio: espero que nada muy ostentoso, jejeje
  • Silvia: No te preocupes, que ya conocemos tus gustos, jajaja

Luego de dejar a mis amigas, compramos un par de cosas más que Nadja necesitaría para la cena, tales como medias del color adecuado, unos pinches para su pelo y otras cosas que no supe realmente de que se trataban, pues estaba más pendiente de mi nena en esta larga vuelta de compras. Hablamos de todo y nada, realmente me gusta hablar con Nadja, ya sea en alemán, o en su aún rudimentario castellano, en este último aprovecho de corregirle algunas cosas, pero se da a entender con la suficiente claridad.

Al regresar a casa me hice cargo de Bego que ya con sus diez meses ya intentaba gatear, por lo que le incentivaba su movilidad en la alfombra de la casa, estaba en eso cuando Nadja asoma por primera vez luciendo su vestido nuevo… ¡Qué les puedo decir!, quedé maravillado y eso que ella iba descalza y sin maquillaje.

  • Nadja: Venía a ver si estaban bien…. dijo algo nerviosa como queriendo una aprobación de su hermoso vestido negro de coctel.
  • Claudio: La verdad es que estamos bien, aprendiendo a gatear… ¡Te ves preciosa!
  • Nadja: Lo crees así, dijo colocándose roja como tomate.
  • Claudio: Sí, acertaste muy bien con el vestido dije, pensando que pese a lo desarrollado de sus tetas, y su precioso culo, ella se veía sexy sin estar destapada, era más lo que insinuaba que lo que mostraba, cosa que me derretía.
  • Nadja: Ah, te tengo una novedad… que no tuve tiempo de mostrarte… en realidad no es mía es de Bego…. Mira, dijo tendiéndole las manos a mi bebé, ella gateo como pudo para tomar las manos de su Nana y comenzó a levantarse. Por primera vez la vi erguirse y dar pasos tomada de las manos de Nadja.
  • Claudio: ¡Ostras!, es increíble… y yo enseñándole a gatear…
  • Nadja: Prefiere esto a gatear, comenzamos después de tu zarpe, pues ella intentaba pararse, jejeje, ¿no es cierto mi bebé?
  • Bego: Ah, da ta, Má.
  • Claudio: ¿Dijo Má?
  • Nadja: La verdad es que algo así, aún no sé si es solo balbuceo o así me llama, dijo con cierta modestia y orgullo a la vez.

Quedé encandilado por los avances de mi bebé, conversamos Nadja volvió a su atuendo normal y cenamos para ver una película en la televisión una vez que Bego se durmió, no sé cómo se dio, pero Nadja terminó apoyando su cabecita en mi hombro y tomó uno de mis brazos, yo deliraba por su ternura y mi calentura.

En la mañana del cumpleaños me levanté muy temprano, le hice un desayuno y fui a cantar “Las Mañanitas” a mi adorada Nana, El resto de la jornada fue solo risas y felicidad, para que al atardecer nos preparamos para “la cita”.

Estábamos en eso cuando llegó la chica que cuidaría a mi bebé, lo supe porque conversaba con Nadja, mientras yo me afeitaba en el cuarto de baño (quería lucir perfecto). El tiempo transcurrió rápido y mi asombro cuando ella finalmente salió de su largo proceso de embellecimiento (innecesario a mi juicio, pues ella es bella al natural), quedé asombrado, se veía realmente preciosa, tanto que nuestra “canguro”, le felicitó y me miró con cara de pensar ¡mmm eres un tipo con suerte!

Salimos e hice todo lo que el “Manual de Carreño” dicta para estas situaciones, le abrí la puerta de casa, del auto, las cerré, le alabé todo su atuendo, incluso le pregunté de donde había sacado la bella chaqueta de astracán; Ella me dijo que fue un regalo de su madre antes de partir de viaje, el que a su vez había sido regalo de su esposo cuando vivían en Moscú.

La cena fue fantástica, la verdad que mi amigo dueño y chef del restaurante, nos brindó unos verdaderos manjares (y solo me cobró la champaña francesa y refrescos); él nos acompaño unos minutos y luego discretamente se fue, dejándonos encargados a una bella y eficiente camarera. Al terminar fuimos a escuchar música de Jazz a un local cercano, donde incluso bailamos algunas piezas muy románticas. Yo estaba en las nubes, especialmente cuando pude sentir como su cuerpo se estremeció al primer contacto tan cercano. La verdad es que yo también me estremecí y porque no decirlo me excité de solo pensar en mi Nadja y sus atributos que estaban amoldados a mi cuerpo.

Como era día de semana regresamos temprano, pues nuestra canguro debía ir a la secundaria y yo a trabajar, pero hasta ese minuto la noche había sido mágica. Cuando llegamos a casa ella revisó que Bego estuviese bien mientras yo acompañaba a nuestra canguro a su casa distante solo un par de calles de la mía.

Al regresar Nadja estaba en la sala aún “vestida (para matar)”, como pensativa, pero al entrar ella me sonrió y nuevamente me derretí y casi me ahogo en su verde mirar, en ese minuto que para mí solo fue un instante, ella me dijo:

  • Gracias por la velada, fue maravillosa, no la olvidaré nunca.
  • Claudio: Yo tampoco la olvidaré y por ser tu cumpleaños no me debes agradecer nada, ya que yo agradezco que hayas nacido, jejeje
  • Nadja: Bueno, creo que debemos ir a dormir.

Cuando ella se levantó quedó a menos de un metro de mí y no pude resistir el impulso de besarla, al principio fue un beso tierno, casi casto, ella pese a la sorpresa de mi accionar, me correspondió el beso, luego se liberó delicadamente de mi abrazo y mis labios y me miró a los ojos, vi como unas lágrimas querían salir de sus ojos. Por un instante me asusté, llegando a pensar que mi beso no era correspondido por sus sentimientos

  • Claudio: Perdón, ¿te hice daño?
  • Nadja: No, es solo que estoy emocionada, pero… contenta y sentimental.
  • Claudio: Si te hice sentir mal…
  • Nadja: No, al contrario, dijo y luego ella se elevó y me besó con dulzura que se fue tornando en pasión, ahora era yo el sorprendido.

Nos besamos intensamente, era algo embriagador, cada instante quería algo más, después de unos segundos casi eternos nuestras lenguas se juntaron y luchaban por entrar en la boca de su “oponente”, mis manos junto con abrazarla comenzaron a recorrer su cuerpo, casi febrilmente buscaron acariciar el hermoso culito que tantas veces yo había mirado con lujuria, ambos estábamos locos de deseo, pero cuando la apreté contra mi hombría ella se puso rígida y me dijo:

  • Nadja: Soy virgen y no…. En realidad… es que.
  • Claudio: Tranquila corazón, nada debe ser forzado… es que te he deseado tanto
  • Nadja: Lo sé, yo también te miraba así, pero debo estar segura.
  •  Claudio: ¿Te puedo besar?
  • Nadja: Ya lo ha hecho y me encanta, pero no puedo darte más todavía.
  • Claudio: Con un beso de buenas noches me conformo.

No tuve que hacer o decir mucho más, ella me besó con una dulzura intensa y luego abandonó mis brazos diciendo que al otro día debíamos madrugar y que debíamos dormir cada uno en su cama… luego de eso se fue al cuarto que comparte con Bego.

No sé si soñé con ella, pero sí sé que me levanté con la erección de un burro, cosa que no me pasaba ya hacía unos años, luego de una rápida ducha me encontré con Nadja en la cocina y me dijo:

  • Perdón por no llevarte el desayuno, pero me quedé dormida.
  • Claudio: Espero que soñando con los angelitos respondí.
  • Nadja: Soñando mas bien con el diablito, jejeje.
  • Claudio: Y se puede saber quién es el diablito.
  • Nadja: Acaba de entrar en la cocina, jejeje volvió a sonreír.

Desayunamos con una conversación que revelaba cierta complicidad, y al irme a trabajar, sin más la besé en la puerta de entrada; beso que ella correspondió con pasión, pese a guardar la distancia de mi cuerpo y me dijo….

  • Veo que el diablito aún anda tentado, así que es mejor conservar la distancia, jejeje
  • Claudio: No puedes culpar a este diablo ante tan angelical belleza le respondí y me marché.

Ese día comenzó un periodo extraño, donde vivía con mi “Nana-Novia, la cual si bien me quería y yo a ella, solo nos besábamos mientras nos intentábamos conocer. La entendía, pues mi relación con ella era por decirlo “al menos especial”, pues era su patrón, quería ser su novio y amante, vivía lejos de su familia, ambos queríamos a “nuestra bebé”, ¿qué pasaría si lo nuestro no funcionaba?

Por otra parte, los apasionados besos que nos dábamos solo contribuían a que mi libido se incrementara a niveles astronómicos, tanto que el solo ver a mi amada, hacía que me pasar muchas películas eróticas en mi mente y viviera excitado, tanto que ahora evitaba salir a correr con mi nenas, pues ver a mi Nadja en tenida deportiva me trastornaba. Es así que en uno de esos días ella me preguntó

  • ¿Por qué no podemos ir a trotar contigo como antes?
  • Claudio: La verdad es que no puedo resistir verte lo linda que eres…. Y no puedo…
  • Nadja: ¿Es que te excito demasiado?, preguntó ruborizada
  • Claudio: Sí, la verdad es que verte tan bella, desearte tanto, me tiene loco…
  • Nadja: Por un lado me alaga que suceda pero por otro me da pena que estés así por mí…. Veré como ayudarte.
  • Claudio: Gracias, si quieres salir a trotar, te espero.
  • Nadja: Sí espérame cinco minutos

Tardó un poco más de cinco minutos, al verla salir de su cuarto, no me quedó otra cosa que reír, pues su indumentaria usual ya no se veía, ahora estaba cubierta por un buzo deportivo que le quedaba grande y la tapaba por completo; lo reconocí de inmediato, era el que yo usaba en la Escuela Naval, cuando yo tenía varios años y kilos menos.

A la mañana siguiente, ella llegó con mi desayuno a la cama como hacía antes de que viviéramos esta nueva situación, pero su pijama le tapaba todo y con unos “cachirulos” o como se llamen que la hacían verse casi ridícula y sin una gota de maquillaje, de mi asombro pasé ala risa.

Salí de costumbre a trabajar, a pesar de los aditamentos que usaba para afearse, la besé con pasión, era imposible que se viera fea. A mi regreso su pelo liso ahora se veía ondulado (feo según ella, precios según yo), seguía sin maquillaje (contrario a lo que era su costumbre), nuevamente debo decir que se veía preciosa, su ropa era como extraña en ella, pues vestía unos jeans anchos (no sé de donde los sacó, pensé en el supermercado, sección de vestimenta de seguridad) a lo que se sumaba un “polerón” que impedía ver lo curvilínea que era.

La besé con pasión y casi la aplasto contra la pared del corredor de entrada, ella continuó con el apasionado beso llevándome a que la tomara de sus caderas y parte de su culo y la apreté contra mi verga que ya se endurecía (esta mujer me enloquece). Por primera vez no intentó escapar y seguimos acariciándonos si siquiera cerrar la puerta de calle, en eso un colega y su familia pasó por el frente de nuestra entrada y su mujer, una chica muy risueña, nos comenta:

  • ¡Ostras!, ya quisiera que mi marido me recibiera así, felicidades Claudio, vas por buen camino, jajaja
  • Marido: ¡Joder macho!, que envidia, me alegra por ti que ahora estés tan feliz, ya se les pasará como a mí, jajajaj
  • Claudio: Hola Maricarmen, José, niños… es que….
  • Maricarmen: No te preocupes del edificio esto no sale, jajaja.
  • Nadja: Hola… (no dijo más pues estaba roja de vergüenza).

Después de cerrar la puerta, yo me reí de pura felicidad y ella aún roja de vergüenza esbozó una sonrisa y salió corriendo a refugiarse en Bego, que nos esperaba en su andador en la sala a solo unos pasos de mi apasionado encuentro con su Nana.

Como era nuestra rutina salimos a trotar en familia, mi amada Nadja con su nuevo y horrible atuendo y yo con mis deseos por ella casi sin control, tanto que pese a no enseñar nada, yo me retrasaba para admirar su retaguardia y su cola de caballo color trigo maduro y que asomaba del feo gorro que cubría su pelo.

Pasamos tres semanas en lo mismo, lo único que rompía esta rutina eran nuestras salidas de paseo los fines de semana, las guardias mías, y dos navegaciones cortas  para control de pesca ilegal. Nuestros besos al regreso a casa, cada día se volvían más apasionados, tantos que en uno de ellos, pese a que cerramos la puerta, un vecino (no sé cual) aplaudió diciendo:

  • Muy bien majo me gusta lo que escucho, felicitaciones, jajaja.

Un miércoles antes de entrar de guardia, mi Nadja me llevó el desayuno a la cama, mi nena aún dormía, pese a que usualmente a esa hora estaba despierta; Nadja se sentó en la cama con la bandeja, la que tomé. Mientras ella me decía lo de costumbre, que era algo así como, que no me preocupara, que Bego estaría bien, que las vecinas la apoyaban mucho… en resumen lo típico.

Sin pensarlo demasiado, dejé la bandeja al lado y tomé su cara para besarla, ella me correspondió, con la única diferencia que por primera vez le tomé una de sus portentosas tetas, ella abrió los ojos, y algo sorprendida me dijo:

  • La niña puede despertar.
  • Claudio: Espero que no y seguí besándola y magreando su teta que se endurecía tanto como mi verga
  • Nadja: Mmm…. es que tiene que desayunar e irse a su guardia…
  • Claudio: Mmm no tengo hambre…
  • Nadja: Por favor… no soy de acero…

Ante tal súplica me separé y a regañadientes desayuné con Nadja que me hablaba desde la puerta de mi cuarto, continuando con la conversación sobre Bego, la cual despertó a los pocos minutos.

Mi guardia fue tan monótona como todas las guardias de puerto, lo único bueno es que ya sería fin de semana y podría disfrutar de mis nenas. El jueves por la tarde, al entrar a casa estaba decidido a disfrutar de lo que había quedado inconcluso el miércoles, por lo que luego de cerrar la puerta tomé a mi Nana y la besé apretándola contra mi erección que ya me acompañaba desde la bajada del coche. Nadja nuevamente me correspondió el beso y no rechazó mi abrazo al sentir mi erección, le amasé sus cachetes del culo que me trastornaba, sin dejar de acariciarlos con una mano, subí por sus caderas hasta alcanzar una teta, ella seguía mi beso y suspiraba de vez en cuando. Con total premeditación metí mi mano bajo el “polerón” y desabotonando su blusa logré alcanzar un duro pezón que estaba cubierto solo por su sujetador, yo estaba loco y creo que ella también, pero todo este erótico ambiente se rompió al escuchar el llanto de mi Bego que al sentirse sola pidió de esa forma nuestra atención.

Ese día salí a trotar solo pues mi Bego estaba algo “moquillenta” y no queríamos que pasara a mayores y Nadja supo que estuvo a punto de que todo el autocontrol se nos fuera de las manos. El trote fue largo, creo que casi hago una maratón completa, pues troté casi dos horas. Pensé que era necesario para volver lo más cansado posible, de otra forma mi Nana pagaría las consecuencias de mi calentura.

El viernes salí temprano a trabajar luego de unos cinco minutos de morreo y todos tipos de caricias mías en el culo y tetas por sobre las ropas de mi Nadja, la que intentaba controlar mis avances con cierta determinación pero con dulzura. Así y todo me las ingenié para dejar sus tetas al aire y por primera vez tomé uno de sus pezones sin ningún recubrimiento, ya que bajo su pijama estaba sin sujetador, creo que aluciné, estaba tan caliente que ella finalmente me echó a empujones de la casa. En ese momento pensé que de hoy no pasaba y trabajé más pensando en ella que en mis deberes.

Volví a casa raudo para abrazar a mi amada, quería acariciarla entera, internamente tenía la esperanza de que Bego durmiera temprano, pues yo quería dormir con su Nana (en realidad más que solo dormir). Entré a casa como de costumbre abrazando y besando con pasión a mi Nadja, cuando en eso escucho:

  • Ay tenías razón Nadja, este hombre necesita desfogarse, jajaja
  • Claudio: ¿Kuky?
  • Kuky: Sí vengo en auxilio de Nadja, jajaja
  • Claudio: ¡Pero que sorpresa!, ¿no estabas ya en la universidad?
  • Kuky: Sí, pero cuando se trata de ayudar a mi familia favorita, vengo desde donde esté, jejeje.
  • Nadja: Sí, yo la invité, es que tú necesitas bajar tus ansias y yo aún no estoy lista…
  • Claudio: ¿Pero cuál es la idea? Pregunté extrañado.
  • Nadja: Bueno sé por Kuky que ustedes ya se habían entendido muy bien… ella es mi amiga y confío en ella… y como fuiste su primer hombre, ella está feliz de repetir.
  • Claudio: ¿Qué?... ¿¡su primer hombre!?… ¿¡repetir!?
  • Kuky: Sí tiito, o no lo recuerdas hace unos meses, ¿no notaste tu pantalón manchado de mi sangre?
  • Claudio: ¿Era eso?
  • Kuky: Sí, y desde entonces solo deseo estar con mi primer amor, jejeje y ahora tengo la oportunidad autorizada por la dueña de su corazón, jejeje
  • Claudio: ¿Pero están locas?, no sé si lo sabes Nadja pero te quiero a ti.
  • Nadja Lo sé, pero tú estás como un lobo en celo y eso no es bueno para ti.
  • Kuky: ¿Y a mí no me quieres ni un poquito?, dijo imitando las cara de pena de mi Bego.
  • Claudio: Sí Kuky, siempre te he querido, en un principio como mi sobrina preferida, luego como mujer, Aunque no puedo convencerme que me entregaste tu virginidad… te aseguro que estas en mis plegarias, en mi pensamiento y es… es algo que atesoraré toda mi vida, pero amo a Nadja.
  • Nadja: Lo sé y quiero estar contigo pero no estoy lista y tú necesitas algo más que besos.
  • Kuky: Vamos que no es tan terrible, me encantará ayudarlos…
  • Claudio: Pero yo no te amo como a ella, dije reconociendo nuevamente mis sentimientos.
  • Kuky: Lo sé, pero debes esperarla, y si bajas tus deseos conmigo estaremos felices los tres, solo hasta que ella esté segura y entregue su virginidad, como yo te entregué la mía.
  • Claudio: Ya ves que es entrega no fue lo mejor para ti…
  • Kuky: Si lo fue, pues eres maravilloso y pese a mi poca experiencia, eres el mejor amante que alguien pudo haber tenido, y tanto por ti, como por Nadja estoy dispuesta a sacrificarme, jejeje… en realidad no es sacrificio, jajaja… Vamos dame un beso y un abrazo para que me demuestres que quieres a tu sobrinita, jajaja

La abracé para no dejarla con sus brazos extendidos y ella me besó profundamente pese a mi inicial renuencia de que nuestras leguas se unieran, después de eso entramos a ver a mi angelito inocente de la barbaridad que ocurría.

Salimos con Nadja a trotar mientras Kuky se quedaba al cuidado de su prima sobrina, en esta ocasión Nadja salió con la tenida deportiva que me volvía loco, la verdad es que ella hacía todo lo posible para que mi humor mejorara y mi lujuria aumentara, debo reconocer que muchos de los transeúntes se volteaban a ver a Nadja. Durante el trayecto le dije:

  • Nadja, te das cuenta que quieres que me acueste con Kuky y no contigo.
  • Nadja: Sí lo sé, ¡es más!, eso me pone de mal humor, pero no puedo impedir que tu sientas deseos de hombre, y prefiero que sea ella la que descargue tus deseos, pues sé que te quiere, a que alguien sea una puta o una de tus amiguitas como Paula o Viviana.
  • Claudio: Pero podría esperarte, no estoy tan desesperado.
  • Nadja: Vamos que eres hombre y muy apuesto, hay muchas mujeres que están a tus pies.
  • Claudio: No sé de qué mujeres me hablas y no las quiero a ellas.
  • Nadja: Tal vez no te des cuenta, pero son varias y te repito, quiero que seas feliz y yo ser feliz contigo, y eso será cuando me sienta realmente lista para dar este paso tan importante.
  • Claudio: No te puedo entender…
  • Nadja: Afortunadamente para ti yo si entiendo la naturaleza humana, ya que la que estudié en la universidad, y tu no debes ser distinto a los hombres de mi país o los que viven aquí, prefiero que le rompas el culo a Kuky que sé que te quiere, y no a otra furcia que te puede hasta pringar de algo grave.

Comentarles el resto sería volver a repetir más de lo mismo, solo me queda decir que mi discusión acabó cuando le di la razón y regresamos en silencio de nuestro trote. El resto de la tarde fue más de la rutina acostumbrada de una familia con niños chicos, que muchos de ustedes ya saben de que se trata. Terminada la cena y con Bego en los brazos de Morfeo, nos sentamos a ver una película los tres en el sofá, ustedes pensarán que una de amor o divertida, si acertaron pero la dichosa película era bastante osada y de alguna manera reflejaba lo que Nadja y Kuky querían que pasara.

Hacia el fin de la película, yo ya estaba que caminaba por el techo de caliente y sin más besé a Nadja en un vano intento de convencerla de que quería estar con ella, pero mi “sobrinita” se inmiscuyó. Cuando mis manos se deleitaban en acariciar los melones de mi Nana por sobre su ya usual polerón, Kuky comenzó a masajear mi dureza sin miramientos mientras me decía al oído:

  • Están buenas esas tetas, las mías no son tan grandes pero están disponibles para lo que tú quieras…. Como me gustaría que estés tan desosó por mí como por ella.
  • Nadja: Mi amor, no me tortures más, ya seré tuya, ahora desfógate con la putita de Kuky, terminó por levantarse y dejarnos solos en la sala.

Finalmente, mis hormonas que estaban en pie de guerra triunfaron sobre mi razón y conciencia, sumergiéndome en Kuky que hacía solo meses atrás había cumplido sus 18 años, y era un verdadero bombón sexy, como ya dije en alguna oportunidad, no es muy alta, pero realmente bella y sexy:

Desde que Nadja nos dejó a solas le acariciaba sus cabellos castaños claro, la miraba con pasión y me sumergía en esos alegres ojos entre café y verdes, que ahora se veían dorados como la miel. En otras palabras pese a que no era mi Nadja, mi cuasi sobrina era un sueño de mujer; una que estaba dispuesta a entregarme su cuerpo un cuerpo que llama a la lujuria.

Ahora que la miro, creo que desde que la desvirgué sus tetas han crecido, y sus curvas en general están más sinuosas, tal vez porque ha ganado unos kilos (pensé que esto era debido a que estudia todo el día), la sentía deseosa de sentirme. Kuky suspiraba ante mis caricias que buscaban calentarla aún más pese a que yo solo actuaba para calmar mi lujuria y satisfacer el tiempo de abstinencia, que a mis casi 25 años, parecía casi un siglo.

El acariciar su culo por sobre la ropas, era una delicia, me parecía hecho a mano por algún artesano maestro en alfarería, duro grande respingón, una obra de arte; en ese momento pensé que Nadja lo tenía parecido, en cuanto a las tetas que como dije creo le han crecido, prontamente las liberé, se veían maravillosas y por primera vez reparé que sus pezones rosado oscuro, eran grandes, abultados, como los llamados “puffy nipples”, ¡“juventud divino tesoro”!

Mentiría si después de esos pensamientos volví a pensar en Nadja o en mi recordada Begoña, la verdad es que era imposible. Desde ese momento toda mi atención estaba en Kuky, nos besamos con pasión, la levanté del sofá y en brazos la llevé a mi cuarto, donde con cuidado la deposité en mi cama sin dejar de besarnos, luego la desvestí tan rápido como pude y ella hizo lo mismo conmigo, me puse rápidamente un condón que saqué de mi mesita de noche, pero ella me detuvo.

  • Un momento marino… con calma.
  • Claudio: ¿Pasa algo?
  • Kuky: Vas muy rápido marinito mío, quiero disfrutar y no ser un simple depósito de tu leche. Sé bien que desearías que fuese Nadja, pero te pido que te calmes.
  • Claudio: Okey, iré más calmado sobrinita linda.

Pese a ser yo mayor y creerme más experimentado (desde que enviudé), ella claramente sabía lo que quería e imponía su propio sentir, también me di cuenta que había ganado experiencia en los meses que no nos habíamos visto, ahora ya no se parecía en nada a la quinceañera que me había dado su virginidad (según su reciente confesión), ¡es más!, era toda una mujer… y muy segura de lo que quería.

Fue Kuky la que me sentó en la cama y se subió a horcajadas y puso sus tetas en mi boca juntando los pezones para que yo alternadamente me deleitara comiéndoselos, luego tomó una de mis manos y se la pasaba por su abultado Monte de Venus. Con esta actitud, incluso creo que no solo estaba diferente a cuando lo había a había tocado por primera vez, si no que ya no era la dulce niña de 18 años, ahora era toda una mujer y bastante osada por decir lo menos. En fin todo en Kuky sugería erotismo y deseo, claro que me dejaba jugar con ella al juego que ella quería.

Por más que intentaba tener calma me era muy difícil, solo pensaba en tenerla ensartada, y sin pensar aceleraba mis acciones, ¡estaba muy caliente! Ella me besaba a su antojo y para mi mayor sufrimiento puso mi verga de tal forma que rozaba su monte de Venus sin lograr penetrarla, ¡me tenía loco!, por lo que la tomé por su culo levantándola, y me paré nuevamente, aprovechando de refregar febrilmente por la rajita de su coño, mi ya muy, pero muy dura verga, ella gimió y me dijo:

  • Kuky: Mmm, está muy bueno esto, pero espera un poco más mi marinito
  • Claudio: ¿Desde cuándo soy tu marinito y no tu tío?
  • Kuky: Desde que fui y soy toda tuya…
  • Claudio: Bueno tu mandas….pero te advierto que amo a Nadja pese a que me tienes loco de caliente
  • Kuky: Mmmm, lo sé, pero me gusta ser tuya y no quiero que eso cambie, pese a que tu amor sea para mi mejor amiga. Solo pido que tu verga sea también para mí, jejej… ¡Ahhh! ¡qué bueno esta esto!…..Acaríciame por todos lados,….no te contengas
  • Claudio: Okey contesté, comenzando a pasar mis manos y dedos por toda su suave piel, la que como recordaba seguía siendo como la seda.

Pasamos varios minutos aprendiéndonos de memoria nuestros cuerpos con las manos y la boca; Kuky me acariciaba como solo las sirenas de los lejanos mares lo pueden hacer, mi deseo por ella estaba próximo a la perdición, hasta que me dijo sin mayor preámbulo:

  • Kuky: Mmmm ¡ahora métemela….dame duro!
  • Claudio: Así lo haré mi niña linda

Efectivamente así lo hice, aún de pie al ser liviana la acomodé y le ensarté mi verga sin mayor demora, casi me muero el sentir como mi amiguito se deslizaba por las paredes de ese lubricado y caliente coñito; lo hice suave pero continuo, aún que por lo cansador de la posición la afirmé contra la puerta de mi cuarto y sin más preámbulo le di profundamente. Creo que lo disfrutó como nunca, pues susurraba y gemía suavemente a mi oído, no sé cuanto aguante en eso, pero fue bastante, luego aún tomada de su precioso culo, la deposité en la cama sin dejar de tenerla ensartada.

Aún estaba ansioso y caliente como al principio, pues aún no me corría, como tampoco ella, por lo que ahora en una posición más descansada, casi sin pensar comencé a acelerar mis envestidas, pero Kuky me dijo que si seguíamos así, yo me correría muy rápido y ella no, ¡y ella quería disfrutar de mí!, pues aún no estaba ni cerca del cielo (según sus palabras).

Bajé mi ímpetu dedicándome a profundizar y excitar su clítoris con cada pasada de mi verga, solo me concentré en ella, comenzando un lento y paciente mete saca, sentía como ella se elevaba en busca del “cielo”. Cada pasada hacía que mi excitación se incrementara  e hiciera más difícil no correrme, en ese momento solo deseaba fundirme para siempre en su vientre, realmente ¡Kuky me tenía en su poder!. Cada tanto en tanto yo tendía a dejarme llevar por la lujuria, pero ella con sus caricias y susurros al oído me recordaba que la noche era joven intentando calmarme; logré controlarme y no correrme como mis deseos y lujuria exigían, realmente lo estaba pasando demasiado bien y creo que Kuky también.

Según recordaba nunca había estado en la cama con una chica con tanto control sobre mí, ni Begoña ni las pocas que había conocido a la fecha, ¡increíble! Si consideramos que Kuky había sido mía siendo virgen y eso había sido solo unos meses atrás. ¡Que les puedo decir!, algo en Kuky había cambiado o alguien la había cambiado, y fuese quien fuese ese alguien, lo había hecho de maravilla, me parecía que aquél afortunado con que hubiese estado le enseño bien, o así lo sentía yo.

Continuamos con la “faena” pero no podía dejar de pensar que otro hombre la educó como una diosa del sexo y ese pensamiento me excitó de sobremanera, aún cuando también me provocó unos celos tremendos por la “propiedad” de mi sobrina. Luché con esa extraña sensación mientras ella acompasaba a su antojo la follada, por lo que más celoso me sentía, más de lo que me había sentido alguna vez.

Obsesionado por esos extraños pensamientos, decidí que el que gobernaría este coñito sería yo, y solo yo, por lo que debía de asumir el mando de la follada, o eso pensaba. Pero cuando ya me había decidido a follarla a lo macho, súbitamente inició un movimiento circular con su culo y pelvis que me llevaban a los cielos, esos de que ella me habló, indudablemente no pude contra eso y seguí en el juego que ella planteaba.

Para no correrme de inmediato comencé a pensar en mi vieja y arrugada profesora de inglés y en otras tonterías, en un casi vano intento de retomar el control de mi amiguito. Finalmente lo logré, permitiéndome seguirle su ritmo, profundizando mis estocadas, las que disfrutábamos los dos, sentía como su coño estrujaba mi verga como nunca alguien lo había hecho, esta mujer es un demonio o una bruja adolescente (de adolescente ya no le quedaba nada, tal vez solo la edad). Mis pensamientos y celos finalmente asomaron un poco antes de correrme en su cálida matriz.

  • Claudio: Mmm Kuky estoy que me corro, eres maravillosa,… eres embriagadora… pero ¿cómo aprendiste esto…?
  • Kuky: Ahh, aunn… aunque no lo creas,  lo aprendí… de ti, mi marinito lindo, de ti, ahhh… yo también me correré si no te calmas….
  • Claudio: ¿De mí?, ¿pero cómo?
  • Kuky: De lo bueno, tierno, cariñoso…ahhh… y condenadamente “rico que me dabas”, ahhh,  solo que lo perfeccioné.
  • Claudio: ¿Con alguien especial?...
  • Kuky: ¿Ccoo moo dices? ahhh
  • Claudio: ¿Si lo perfeccionaste con alguien… essspeciall?
  • Kuky: Mmm, no sé si decírtelo, jejeje mmm
  • Claudio: Puedes decírmelo, no me molestará ahhh.
  • Kuky: Con Mario….ahhh
  • Claudio: ¿Quién es Mario para felicitarlo corazón?... ahh en realidad no sé si matarlo o felicitarlo.
  • Kuky: Mmmm que rico….ahhh, no lo puedes matar, aahhh, pues es el dildo de mamá, jejeje.
  • Claudio: ¡¿En serio!?, jajaja
  • Kuky: Sí, jajaja

La risas que soltamos luego de ese revelador diálogo impidió que nos corriéramos en ese instante, aunque reímos sin parar de follar, los estertores de la risa de mi bruja hizo que su coño apretara de tal forma a mi amiguito, que logró lo impensado solo instantes antes, pues no me corrí, por lo que terminadas nuestras carcajadas, nuevamente nos concentramos en nuestro placer.

Ya calmados, Kuky comenzó a comerme el lóbulo de la oreja izquierda y a susurrarme muy bajito palabras dulces, algunas las entendía otras no, pero lo no le entendía las suponía buenas, pues no siempre la escuchaba bien. Desde ese minuto nuevamente me concentré en darle todo el placer posible, pero sin sacar mucho mi verga, de otra forma sabía que me correría sin remedio.

Me dediqué a buscar la profundidad de su coño en movimientos cortos, su estrecho coño estaba inundado por ríos de flujo, pero no nos rendíamos (o corríamos), no sé cuantos minutos pasaron para cuando ella me deja de besar, y me dijo al oído que se corría, que le diera fuerte, y yo  sin miramientos y así lo hice.

  • Kuky: ¡¡Mmmme corrooo!! ¡oh mi Dios, Oh mi Dios me corrooo!! ¡ahahahah!! (gritó tan fuerte que temí que despertara a Bego)
  • Claudio: Yo también me corro… me corro dije sin gritar, solo pensaba por primera vez en todo el rato en Nadja y Bego, probablemente la primera debió de escuchar a la bruja de mi sobrinita.

Me corrí casi en silencio y ella a gritos; pronto descargué toda mi leche acumulada de días, ya que no lo había hecho desde mi última vez con Paula… ¿o sería Vivi?, no lo recordaba con seguridad. Eso ya no me no me importaba, ahora era Kuky la que me estrujaba con su coño, era como si quisiera ordeñar mi verga. Qué les puedo decir, el orgasmo fue brutal para los dos, yo no podía o no me atrevía a gritar mí corrida, pero Kuky lo hizo por los dos, quedamos derrengados con la respiración agitada, cuando aún no nos reponíamos ella me dijo:

  • Ves, con calma y paciencia eres el mejor amante del mundo, me dejaste más que muy bien, como nunca en mi vida
  • Claudio: Gracias, dije pensando que lo que ella decía no reflejaba la declaración de su “poca experiencia”. Es más mis celos me asaltaron  nuevamente, y sin dudarlo le pregunté ¿Cuántos has tenido desde que te desvirgué?
  • Kuky: ¿Celoso?, ¿acaso importa?....jajaja.
  • Claudio: No es que importe, pero…
  • Kuky: No te preocupes, tu único rival desde entonces y desde siempre ha sido Mario, jajaja, aclarado eso, ahora puedes hacerme lo que quieras.
  • Claudio: Gracias a Dios mi sobrinita no es una furcia como llegué a pensar…
  • Kuky: En serio llegaste a pensar eso, jajaja.
  • Claudio: Es que has cambiado.
  • Kuky: ¿Tanto?
  • Claudio: Es el mejor polvo de toda mi vida, eso no te dice nada.
  • Kuky: Gracias, me llena de orgullo haberte follado tan bien, jajaja
  • Claudio: En todo caso me dijiste ¿lo que quiera? pregunté algo incrédulo aún
  • Kuky: Claro, pero sin hacerme daño ni matarme, jajaja
  • Nadja: ¿Estás bien Kuky? dijo asomando su cabeza de tras de la puerta
  • Kuky: Uy, perdón Nadja, ¿grité mucho?
  • Nadja: Sí bastante, nos despertaste a las dos, pero afortunadamente Bego se durmió casi de inmediato.
  • Kuky: Perdón amiga, es que tu novio es maravilloso, deberías probarlo, jejeje.
  • Nadja: No es mi novio dijo en un tono que denotaba celos, luego agregó, perdonada y no creas que no lo he pensado, dijo y se fue.

Pese a no haberme recuperado del todo y sentirme mal por la aparición de Nadja, comencé a besarla y recorrer con mi boca cada centímetro cuadrado de su piel, luego bajé mi cara para comerle el coñito y jugar con su botoncito de placer, mientras mis manos jugaba con sus formidables tetas. Kuky comenzó a calentarse nuevamente gimiendo y suspirando, era una Diosa del sexo de visita entre los mortales, mi amiguito volvió a recobrar su vigor, mientras se lo pasaba por la rajita del coño, ella comenzó a acariciarlo para luego vestirlo con un nuevo condón que sacó de mi mesita de noche, y mirándome me dijo:

  • Kuky: ¡Ahh! que sorpresa, son extra-lubricados, tal vez podamos usarlos nuevamente, jejeje
  • Claudio: Mmm buena chica y puedo mejorar tu idea metiéndote mi verga por tu culito, jejeje, claro que no grites tanto.
  • Kuky: Pero mi culito es virgen…. Ni siquiera Mario ha entrado por ahí
  • Lo haré con suavidad y verás que no duele, así no gritarás, jejeje
  • Kuky: ¡Ah no quieres que Nadja sepa que eres un sátiro y deseas su culito también!
  • Claudio: Si lo ves de esa forma, sí, no quiero que se asuste, porque la quiero envergar por todas partes y tenerlo solo para mí.
  • Kuky: ¿Y yo?, También puedo ser solo para ti… y Mario
  • Claudio: Sí así lo quieres, puedo ser para las dos, dije sin meditar en mis palabras.

Le besé los cachetes de su hermoso y gran culo, los separé y pasé mi lengua por su redondito orto, algunos pensarán que es asqueroso pero mi calentura me hacía saltarme todas las trabas que traía en mi cabeza, la ensalivé con abundante babita y colocándome detrás le levanté el culo y la penetré lentamente, gozando cada centímetro que avanzada.

Mi Kuky gemía de placer y dolor, para aliviar su sufrimiento le amasaba sus tetas, le acariciaba su rajita colocando una de sus manos en su ya hinchado clítoris, ella se dejó llevar y así mi verga ingresó en sus entrañas lentamente. No fue fácil pese que no es ni gigante ni gruesa ya que con sus 18 centímetros está dentro del promedio, el orto de Kuky se notaba sin uso previo para esto, pero le cupo toda. Gocé la penetración en el rugoso conducto que se oponía a ser dilatado, aún así, cada uno de mis 18 centímetros que introduje fueron de sumo placer.

Kuky nuevamente gemía y susurraba cosas que no entendí, pero por su cara me parecían buenas, una vez dentro comencé un pausado mete saca intentado tomarle sus tetas, ella me dijo que la afirmara de su cintura o algo así, no lo recuerdo exactamente. Comenzó a “dedearse” y gritar algo más bajo, decía que le diera más duro, yo le obedecí pero sin volverme loco, quería disfrutar al máximo de la mujer más candente que había tenido en mi vida (increíblemente era mi sobrinita de 18 años), de pronto nuevamente ella me gritaba:

  • Kuky: ¡¡¡Oh mi Dios,…Oh mi Diós...me corroooo....Oh mi Dios....!!!
  • Claudio: Shhito linda, que despiertas a todas, mmm ahh yo también me corro, dije en voz baja

Vertiendo lo que me quedaba de energías en culearla, nuevamente alcanzamos el cielo, para luego ambos cayéramos derrengados sobre la cama, me acosté a su lado para recobrar fuerzas y sin darme cuenta nos dormimos. Desperté a eso de las cuatro de la mañana por el frío de la madrugada, la moví para taparnos y seguí durmiendo haciendo cucharitas con mi verga en su adorable culito, que hacía solo un rato al igual que su coño había sido mío.

No sé a qué hora desperté, pero Kuky seguía durmiendo desnuda a mi lado, la miré ahora con mi mente despejada de lujuria y con mi libido calmada y me di cuenta que si bien la quería, solo amaba a mi Nadja y por un momento me sentí como un gusano. Estaba en esos malos pensamientos cuando entra Nadja con una bandeja de desayuno y me dice:

  • Les traje desayuno… ¿cómo durmieron?
  • Claudio: Nadja…. Bien, gracias, pero Kuky aún duerme.
  • Kuky: Uhmmm, no ya desperté, Uhm que rico gracias Nadja, eres un amor.
  • Nadja: Les preparé tostadas huevos, jugo, para que se recuperen, jejeje.
  • Kuky: Pero ven y toma desayuno con nosotros dijo sentándose y mostrando sus apetitosa tetas al aire.
  • Nadja: No quiero importunarlos.
  • Claudio: Te quiero aquí a mi lado…
  • Nadja: Pero Bego está en su corral y me necesita.
  • Kuky: Entonces vamos para allá, pero antes besa como corresponde a tu hombre.
  • Nadja: es que no sé si será oportuno.

La tomé de la mano y la besé sin levantarme de la cama y de un tirón la senté a mi lado, ella se sorprendió e intentó escapar, la abracé entre las risas de los tres. En ese instante, Kuky la tomó de los hombros y luego le abrió su pijama casi arrancándole los botones, por primera vez veía esos melones con total claridad, pálidos gordos redondos coronados por unos pezones rosados.

Miré a los ojos de mi Nadja la que además de reflejar la sorpresa me miraban con un ¡no se qué!, la volvía a besar mientras Kuky la mantenía sentada, pero mi Nana no tenía intenciones de escapar y continuó con el beso, esta señal o falta de ella, me indujo a tomar tan preciados bocados y amasarlos suavemente. Aún ante mi atrevida acción, ella no forcejeo, siguiendo fundidos en el beso, pero luego un rato me tomó la cabeza, y me separó con suavidad de ellos.

  • Nadja: Vamos a desayunar y no dejar sola a Bego
  • Kuky: Sí, me pongo algo y vamos.
  • Claudio: Claro, vamos….

La mañana la pasamos entre juegos con Bego, aseo de la casa, paseos y preparación del almuerzo por parte de “mis dos chicas”, mientras yo jugaba con mi ya no tan bebé Bego, debo decir que cada día se veía más linda y más listilla. A la hora de la siesta de mi Bego, la dejamos en su cuna y Kuky me tomó de la mano y la de Nadja, llevándonos a la sala, no sabíamos que tramaba pero la seguimos, nos sentó en el sofá y me dijo:

  • Bésala
  • Claudio: ¿Qué pretendes?
  • Kuky: Que la beses… vamos hombre besa a tu amorcito.

Si más comencé a besar a Nadja, ella algo nerviosa correspondió mi beso, nuestras lenguas se fundían en una sensual lucha de cual invadía la boca de la otra, estaba en eso cuando Kuky tomó una de mis manos y la puso sobre el pecho de Nadja para que yo se lo amasara, ella miró de reojos pero se dejó hacer, luego la pequeña bruja me ayudó a abrir los botones de la blusa de mi Nana, la cual intentó poner algo de oposición pero sin mucho esfuerzo, por lo que seguimos besándonos mientras mis manos ya tomaban posesión de las mejores tetas del mundo (según yo).

Con algo de cooperación de mi Nana, por fin pude saborear los pezones de sus tetas, estaba que deliraba de felicidad y calentura, cuando de pronto mi pequeña bruja abrió mi pantalón y se apoderó de mi verga, la que ya estaba en pleno apogeo, lo sentí pero no quise ni mirar, solo me concentré en comer lo melones de Nadja, saboreando cada rugosidad de sus pezones, lamiendo cada centímetro de su sedosa piel.

Luego sentí que mi sobrinita se metía mi verga en su boquita (todo en ella es acorde a su tamaño), me la comía con cierta rudeza a causa de su inexperiencia, pensé que “Mario” no la había educado en estas lidas de comer verga, pero luego de algunas quejas mías, mejoró su desempeños. De pronto Nadja interrumpió sus besos, pues mi sobrinita no solo me mamaba mi verga, si no que con una de sus manos acariciaba las piernas de mi amada. Al darme cuenta de la situación tomé una de las manos de Nadja y se la dejé en la cabeza de Kuky, ella sonrió nerviosa, pero continuó con tímidas caricias en la loca cabecita de mi sobrina, cuando estaba por correrme, Kuky detuvo su mamada y se hincó frente a nosotros, tomando la mano que segundos antes estuvo en su cabeza y la puso sobre mi verga, Nadja instintivamente la tomó, Kuky le hacía que la moviera hasta que yo derramé mi simiente en ella y mis pantalones, más el tapete de la sala y la mesa de centro.

  • Nadja: ¿Qué es esto?
  • Kuky: La simiente de tu novio… para que sepas de como lo puedes ordeñar cuando esté muy deseoso, jejeje
  • Claudio: Perdón es que…
  • Kuky: Vamos que ella estudió enfermería y debe saber de esto, y si no sabe debe aprender para cuando yo no esté, o sea toda la semana de lunes a jueves.
  • Nadja: No tienes que pedir perdón, es que me sorprendí, eso es todo.
  • Kuky: Ves marinito mío, ahora ella ya será capaz de pajearte cuando lo necesites.
  • Claudio: Es que no sé qué decir.
  • Kuky: Tú no, es ella la que debe decir algo, jejeje.
  • Nadja: Puedo hacerlo, pero debemos ser precavidos si no se ensuciará todo, como ahora que tus pantalones están pringados y casi toda la sala, jejeje

No pasó nada más, pues al poco rato mi Bego despertó de su siesta y salimos de paseo, ya por la tarde como era mi costumbre me preparé para mi trote habitual, cuando estaba en eso me llevé la sorpresa que Kuky se unía al trote que ya era habitual también en Nadja. Debo reconocer que ahora no solo me distraía el culo de Nadja, si no que se unió a mi lujuriosa preocupación mi sobrinita, la cual con un atuendo parecido al de mi Nana, despertaba reacciones y miradas de los transeúntes varones.

No sé como se unieron a mi trote otros camaradas que hacía tiempo guardaban distancia de mis salidas con Nadja, creo que esperaban sacar algo de mi nueva acompañante, la cual muy coqueta ella se dejaba admirar y porque no decirlo “chamullar”. Era tan evidente, me causaba risa y algo de celos, pero no podía evitarlo.

Llegamos a casa a eso del atardecer y les dije a mis chicas que se ducharan primero, mientras cuidaba de Bego que dormía como era habitual en ella con este tipo de paseos, pero Kuky cambió mi propuesta:

  • ¿Por qué mejor no nos duchamos juntos los tres?
  • Nadja: Porque Bego puede despertar y asustarse al no estar yo o Claudio.
  • Kuky: Vamos Nadja, podemos dejar la puerta abierta y escuchar si se despierta, y si lo hace alguno de nosotros sale y la ve.
  • Claudio: La ducha es muy pequeña para los tres…
  • Kuky: Eres un gallina, no te atreves a ducharte con nosotras, jajajaja
  • Nadja: El no es un gallina, solo se preocupa de Bego.
  • Kuky: Uy la noviecita sale en defensa del marinito gallina, jajaja.
  • Claudio: Okey, vamos a la ducha, te demostraré que no soy gallina y no necesito que Nadja me defienda.
  • Kuky: Bien vamos…. Nadja ven tú también.
  • Nadja: No vayan ustedes yo me quedo con Bego…. No demoren.

Así terminé en el cuarto de baño con la pequeña bruja, que era una manipuladora de primera.

Abrimos la llave y dejamos correr el agua mientras nos desnudábamos, el ver como Kuky se sacaba su sujetador deportivo y sus hermosas tetas botaban causó una rápida erección en mí, por lo que me metí bajo la regadera antes que ella se diera cuenta o eso pensé.

No pasaron cinco segundos cuando mi sobrinita entró y me abrazó por la espalda pegando sus tetas a mí, para afirmar mi erecta verga, diciéndome:

  • La voy a dejar muy limpiecita, jejeje
  • Claudio: Vamos sobrinita, déjame descansar un poco, jejeje
  • Kuky: No, me voy mañana después de almuerzo y debo dejarte sin ganas de follarte a Nadja… solo cumplo con mi deber, jejeje

Comenzó a pajearme lentamente enjabonándose sus manos y lavando mi hinchada verga con pasional intensidad, la verdad es que estaba que me mataba, por lo que liberándome de sus amables manos, me giré y tomándola por el culo la levanté y la ensarté por el coño sin miramientos, ella dio un grito intenso (como ya sé que le gusta hacer) y comencé a darle. Creo que el grito alertó a Nadja que entró alarmada al baño y miró al interior de la ducha, la miré como diciendo que me gustaría que fuese ella la ensartada, luego Kuky la miró y le dijo:

  • Lo voy a dejar seco sin ganas de follarte, pero no sabes lo que te pierdes corazón.
  • Nadja: Ehh, sí gracias, luego se retiró con la cara roja (no sé si de vergüenza o rabia)

Me follé a Kuky por todos lados, creo quela cuenta del agua y el gas me va a subir como nunca, jajaja. Terminado el encuentro, fuimos a vestirnos a mi habitación mientras Nadja se bañaba con la puerta entreabierta (como era su costumbre para sentir a Bego), contrario a mi forma de ser, salí de la habitación dejando a Kuky seguir con sus cosas y sin meditarlo mucho, cual voyerista fui al baño y comencé a mirar a Nadja, solo podía verla parcialmente a través de la cortina semi transparente de la regadera, su silueta era grandiosa y a pesar de haber tenido sexo con mi sobrinita, nuevamente mis deseos por ella se despertaron, de pronto ella comenzó a jabonarse su coño más tiempo de lo normal y sentí un profundo suspiro y como mencionaba mi nombre, era claro que ella me deseaba y estaba caliente por lo vivido.

Luego de la cena fue más de lo mismo, pues Kuky deseaba cumplir con su deber y yo me dejé seducir por este huracán de sobrina que me gasto, nunca me hubiese imaginado que una chiquilla tan dulce y amorosa, en su interior era una diosa lujuriosa, creo que lo único criticable es que sus felatios no son muy buenos, pero como dicen la práctica hace al maestro, y ella lo practicaba conmigo. En resumen, nuevamente en la noche y al amanecer me folló como gata en celo, es más diría que se aprovechó de mi… sí ríanse, pero así me llegué a sentir.

Todo fue relativamente normal hasta la hora de su partida, donde en la parada del autobús, se despidió de mi con un impresionante morreo que escandalizó a más de unos de los pasajeros que esperaba viajar a otra ciudad, finalmente se terminaba un loco fin de semana, aún me quedaba un futuro algo incierto con Nadja, luego de lo acontecido con ella y el Huracán Kuky.

Continuará....

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