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El Legado de mi Opapa Capítulos 8 y 9

en Control Mental

Capítulo 8: Como juzgues serás juzgado y el mundo es redondo.

A mi llegada a la casa de mi apoderado, o sea el Director de la Escuela, estaba toda su familia reunida celebrando con champaña la brillante conclusión de tanto esfuerzo. Ante mi aparcición, mi adorada “hippie loca” se paró como un resorte  abrazándome delante de sus padres y unos familiares que no conocía, luego supe que eran tíos y primos, todos ellos eran gigantes. Ahora entendía de donde venían los genes de Ena, sus padres eran altos, pero sus primos y tíos eran mucho más; me sentía pequeño con mi 1,85 metros recientemente alcanzados, todo un gran centímetro en casi seis meses de ejercicio y comida sana en la escuela. Ena se encargó de las presentaciones, saltándose a su prima Berta de gran parecido a ella, pero en rubio, el color original de los teñidos cabellos de Ena, pude percibir algo de celos ocultos bajo un halo de distracción, también me volvió a presentar a su amiga Sofía, por si no la recordaba. Lo que quedaba de la velada fue distendida y coloquial, pronto el cansancio acumulado me venció, pero antes de ir a dormir, Herr Comandante me preguntó por mis planes

  • Pienso quedarme hasta el sábado en la mañana y viajar a casa para estar ese día y el domingo.
  • ¿Puedo ir papá?, saltó Ena
  • ¿Estás loca? dijo su madre, el irá para estar con su familia y tú solo molestarías.
  • Ena nunca me molesta, dije sin pensar.
  • Pero donde alojarías dijo Herr Comandante.
  • En casa de su ex novia dijo
  • ¿Qué?, exclamaron todos casi al unísono, incrédulos de lo dicho 
  • Ella es tu "ex", tu Opa y Oma te quieren ¿no es así?
  • Sí, pero creo que deberíamos preguntarle primero, dije yo intentando evitar tamaña locura.
  • Bien mañana les preguntamos, dijo con una fresca naturalidad.
  • Okey, mañana lo haremos dijo su padre.
  • Pero Herr Comandante ¿está de acuerdo?, le pregunté
  • Se nota que te falta conocerla, es mejor guardarse para otras batallas, esbozando una mueca de resignación.
  • ¡Sí, Ena es testaruda e incansable!. Bien todos a dormir, dijo Tante Ilse

Me acosté rápidamente, pues los parpados me pesaban, no sé qué hora sería cuando siento que alguien se apoderó de mi verga y la chupaba con frenesí, dadas las circunstancias pensé en Ena y en voz baja dije

  • ¿Ena que haces, estás loca?
  • No soy Ena, ella duerme Claudio.
  • ¿Sofía?....¿Estás loca?....
  • Si por tu vergota, me dejaste loca cuando me follaste la otra ves y solo he pensado en este momento desde que te vi.
  • Pero Ena es tu amiga, deja de mamármela, dije intentando apartarla de mi verga.
  • ¡No!, quiero que me la metas y me hagas polvo, no seas cobarde, no le contaré a nadie,….que el cerdo fascista se folla a esta linda marxista.
  • Pero tu partido no te dice que no hay que confraternizar con el enemigo.
  • No que yo sepa...

Se montó a horcajadas ensartándose en mi verga, en ese momento decidí que si quería ser follada así lo haría. Inicié mi "ataque" con furia, según yo, casi con violencia, ya que no se me da muy bien lo de ser un chico malo, le comencé a dar lo más duro que podía, ¡pero no sabía realmente quién le daba a quién!, le agarre su orondo culo y lo apreté, amasándolo con mis manos. El mete saca de ella era frenético, no le di ningún beso, pues según yo aún era "una puta marxista" y no lo merecía, además estaba traicionando a su amiga. Luego le tomé sus tetas y se las chupé con fuerza, le mordí sus areolas y jugué con sus pezones.

Pronto percibí que el dolor mezclado con el placer, la tenían al borde del orgasmo, y así fue. Yo en realidad no gocé mucho con el fugaz polvo, lo había hecho más por ser un desafío que por deseo, la desmonté sin decirle nada, colocándola en cuatro patas le envergué su enorme culo, comenzándola a culear sin piedad, Sofía no gritaba pese al dolor que le causaba con mis incursiones, mientras la sodomizaba solo el rítmico golpeteo de mi pubis en las nalgas de su culo rompían la tranquilidad de la noche. Noté que ella se dedeaba el coño, lo que pronto le provocó una nueva y abundante corrida, se podría decir que su flujo chorreaba por sus piernas, ¡lo podía sentir en mis cojones!, yo estaba por correrme, pero saqué mi erecta verga y se la metí en su boca, follándola literalmente, para correrme en su garganta, una vez hecho eso, la levanté y la eché de mi cuarto.

Pronto seguí durmiendo plácidamente sin mayor preocupación y bastante aliviado, por lo que al otro día y con renovadas fuerzas me levanté temprano, con ganas de trotar. Estaba saliendo por la puerta de la cocina que da al sendero que confluye en la puerta de calle, cuando Herr Comandante me saluda

  • ¿Cómo amaneció el Cadete?
  • Muy bien mi Comandante, con ganas de trotar?
  • Así veo, pero antes debemos hablar algo.
  • ¿Qué sería Herr Comandante?
  • Sé que te follaste a Sofía, la amiga de Ena.
  • Mi Comandante…. alcancé a decir si saber dar una respuesta adecuada.
  • Mira pardillo cabrón, acepto muchas cosas pero no quiero que dañes a mi hija, eso te lo advertí, me dijo con tono airado.
  • Pero es que….
  • Nada de peros,.. sé que ella fue a tu cuarto para que la follaras.  Entiendo que a tu edad es imposible resistirse a una chica con el culo que se gasta Sofía, lo sé porque yo también pase por tu edad;.... lo de ayer lo dejaré pasar, pero es la última vez que te follas a la putilla marxista, ¿está claro?
  • Sí mi Comandante.
  • Bueno ahora ve a trotar y de esto ninguna palabra a nadie.
  • Si mi Comandante

Salí bastante amargado, mi propia lujuria me había impedido no engañar a lachica que me gusta y creo que amo. Ahora entiendo lo que vivió Hana con mi actitud pasada; el doble estándar con que yo juzgaba al resto no resistía ningún juicio ecuánime. Por otra parte "la putilla marxista" me había tentado, es más, continuaba pensando que ella era la culpable de todo, intentando justificarme ante mi propio ego. Estaba sumido en un sentimiento de culpa con que había quedado, cuando una estilizada figura pasa a mi lado diciéndome

  • Vamos tortuga corre como yo, ¡era Ena!
  • Hola..... espérame un poco, dije intentando alcanzarla en su trote demasiado rápido para un cansado mortal como yo.
  • Miren el tortuguín pide piedad, jajaja...
  • No, pero si algo de consideración, dije poniéndome a la par de su tranco casi insostenible.
  • Bueno vamos a trote de conversación, dijo disminuyendo la velocidad
  • ¿Y tú amiga?, le pregunté, pensando que le había partido el culo
  • No es capaz de trotar como nosotros, además amaneció adolorida por la caminata del desfile, es mala para los deportes. 
  • ¿Y tú qué haces aquí?, le pregunté
  • Acompañarte, además es tan poco el tiempo que podemos compartir que lo aprovecho al máximo.
  • No afecta el acompañarme a tus estudios.
  • No, o sea casi nunca, pero necesito distracción....y tu eres una, jajaja....la semana la paso encerrada estudiando y los fines de semana cuando no salimos o no nos juntamos, también estudio, o sea estudio donde pueda y donde sea, hasta en el baño dijo riendo nuevamente. En todo caso los estudios se me dan bastante fácil.
  • Que bueno.
  • Ah, se me olvidaba, llamé a casa de tu Opa y ellos me recibirán encantados
  • ¿Cómo? Dije incrédulo, pues había esperado que declinara su osadía.
  • Por teléfono, dijo riendo al usar el mismo truco que yo había usado antes con ella.
  • ¿Pero con quién hablaste?
  • Con todos creo yo, ya que hablé con tu Opa, que hablo con tu Oma y ella habló con Hana y luego con tu Tante Heidi la que hablo conmigo, y todas estaba encantadas de recibirme.
  • Mmm, mira tú, dije siguiendo el trote en silencio mientras pensaba en el lío que se estaba metiendo y en la encrucijada que me ponía.

Al regreso, nos topamos con Sofía que se encontraba en la puerta con Tante Ilse, la saludamos mientras me di cuenta que tenía su bolso de viaje listo para irse, en eso Tante Ilse nos dice:

  • Uy como vienen de sudados, creo que es mejor que solo yo lleve a Sofía a su casa.
  • ¿Sofía ya te vas? preguntó Ena
  • Si tengo cosas que hacer y estudiar, pero claramente pude percibir que Herr Comandante le había dicho amablemente que mientras yo estuviera en su casa ella tenía prohibido estar en ella, de otra forma le diría a sus padres, a los que conocía de hace mucho, que su hija era una putilla que se acostó con el novio de su hija
  • Que te vaya bien Sofía, alcancé a decir, mientras ella mirándome pensaba: ¡mmm que rico me culeaste fascista de mierda!, la suerte que tiene esta tonta de Ena, se come la mejor verga que he probado, vi que pensaba que Ena ya tenía algo avanzado conmigo.
  • Otra cosa, tu padre salió a jugar golf, por lo que los dos se me portan bien, vuelvo en una hora.
  • Si Mamá
  • Sí Tante lo haremos.

Así nos dejaron solos, en ese momento pensé: dejaron al zorro con la gallina más linda de todo el gallinero, o será con el cisne más lindo, no lo sé. Todo tipo de pensamientos lujuriosos se me vinieron a la cabeza, los cuales se me desvanecieron cuando recordé la última conversación con Herr Comandante. Vimos como Tante se marchaba y me fui a duchar, estaba por entrar a la ducha cuando se abre la puerta y veo a Ena como Dios la echó al mundo diciéndome:

  • ¿Nos duchamos juntos para ahorrar agua?.
  • ….ehhh…ahh alcancé a decir.
  • Bueno si no quieres me voy
  • No…no...no te vayas, ¡ahorremos agua!, dije entusiasmado con la observación de la belleza que tenía en frente
  • Pero solo ahorro de agua, nada de sexo,...... ya que soy virgen, dijo en forma despreocupada.
  • Pero eso es como decirle al lobo que no se coma a la oveja.
  • Esa es la condición de la oveja para ducharse con el lobo.
  • Bien este lobo acepta las condiciones.
  • Mmm, pero el lobo sacó su gran colmillo, dijo mirando mi erecta verga
  • El lobo no controla ese colmillo, ¿me perdonas? 

No me respondió, solo se metió a la ducha, yo no me atrevía tocarla pese a que mi verga ya estaba en plena erección y mi libido en ebullición, no sabía qué hacer, cuando ella riendo me pasa la esponja y el jabón.

  • ¿Quieres jabonarme?
  • Encantado, pero antes debo decirte algo.
  • Ay aguafiestas
  • Sabes que me tienes bajo tu embrujo, lo único que sueño es estar contigo…
  • Pero….dijo ella.
  • Tu padre me advirtió que no te haga daño y yo no quiero hacerte daño
  • ¿Entonces? Me dijo mientras el agua la mojaba y yo me enfriaba al estar algo más lejos de su tibieza.
  • No quiero cometer un error que me haga perderte o te haga sufrir, no me lo perdonaría.
  • Entonces para que no nos enfriemos duchémonos y esperemos a ver qué pasa.
  • La verdad es que si te toco lo querré todo.
  • Pero yo no te daré todo, y como tú eres un caballero que sabrá comportarse, no nos haremos daño.
  • Bueno lo intentaré.
  • Para que lo sepas, yo soy virgen pero no fanática, ten por seguro que lo haremos algún día.

Dicho eso me besó y me paso la esponja con abundante jabón, la estreché pasándole la dichosa esponja por su apretado y respingón culito de atleta, creí desfallecer sobre todo cuando mi verga la tocó en su barriguita, nuestros pechos se tocaron por fin, creo que ni una hoja de bisturí podía separa nuestro abrazo, nos acariciábamos con suavidad y gentileza, obviamente le jaboné sus preciosas tetas, eran grandes pero no comparables a las que ya había tenido en mis manos, pero para mí eran las mejores del mundo. Doblé mis rodillas para pasar mi verga por su rajita del coño, pero ella me dijo.

  • No seas malo, luego podríamos lamentarlo
  • Nunca lo lamentaría.
  • No quiero perder la virginidad en la ducha y por mucho que me gustes, aún no es mi hora para ello
  • Pero es que me excitas demasiado
  • Lo entiendo y hagamos algo que puede ser satisfactorio para los dos.
  • ¿Qué cosa?
  • Yo te muevo tu amiguito y tú me acaricias mi botoncito.
  • ¡Sí!!!, acepto dije besándola sin esperar una respuesta,

Ella me tomo mi enhiesta verga y la jabonó para luego comenzar a pajearla, yo estaba que deliraba, por lo que para no enfriar las cosas comencé a masajear su monte de Venus, sus labios mayores eran gorditos, casi no tenían bellos y los que habían eran de un color rubio oscuro, ella suspiraba tanto como yo, con mi mano libre le acariciaba las tetas, que como dije son mi fijación, nunca antes las había tocado con tanta libertad, ella también me acariciaba con dulzura, pronto descubrí el botoncito de mi chica, ella lanzó un gemido que me excitó aún más, estábamos alcanzando rápidamente el nivel previo a un orgasmo, en eso se me ocurrió establecer un enlace mental para amplificar nuestras sensaciones, noté de inmediato una ola de calor que me enceguecía como un flash, que se sumó a mi placer que ya estaba casi al tope, no alcancé a buscar más para llegar a la conexión total cuando un maremoto de energía y placer nos cubrió, llegando al nivel de que Ena se desvaneció y yo derramé mi leche a borbotones, afortunadamente la tenía sujeta con mi mano libre y la pude afirmar contra la pared de la ducha, mis previas experiencias con Olga, Hana y mi mamá, ya permitían que no me asustase.

  • ¿Qué me paso?
  • Te desvaneciste, pero veo que te estás recuperando.
  • Sí, fue maravilloso, nunca antes me había pasado algo tan…tan…no sé cómo explicarlo
  • ¿Grande?..¿Maravilloso?
  • Irreal, de otro mundo, no tengo palabras para describirlo.
  • Así son los orgasmos y tuvimos uno muy bueno, acoté.
  • No, esto superó a cualquier otro orgasmo que haya tenido.
  • Pero tú eres virgen.
  • Sí pero he jugado con mi botoncito de placer por algunos años y sé lo que es un orgasmo y esto fue algo infinitamente superior.
  • Será porque yo soy maravilloso le dije
  • Puede ser….en todo caso me tienes loca

Me besó y continuamos con la ducha por unos minutos más, exploramos nuestros cuerpos a conciencia en un marco de delicadeza y ternura, debo decir que Ena, era delicada para todo, pero nunca se sabe.

  • Tenemos que salir de la ducha luego, pues alguien puede volver y pillarnos
  • Tienes razón, salgamos respondí.

Cada uno se vistió en su respectivo cuarto, creo que de otra forma no nos hubiésemos vestido nunca, Ena se encontró conmigo en la sala y nos pusimos a hablar de lo recién vivido, ella estaba más linda que nunca, sus ojos reflejaban la felicidad de su alma, y sus pómulos sonrosados el calor que aún retenía, un compañero una vez me dijo: que si una mujer era bien servida en el sexo, siempre estaría con esa mirada, puede que tuviese razón. Al rato llegó su madre y un poco antes del medio día su padre, contento por su buen resultado en el golf. Para el almuerzo nos dividimos las tareas, me tocó ayudar a Tante Ilse a preparar el aperitivo, mientras los otros ponían la mesa, estábamos en eso cuando Tante Ilse me dijo

  • ¿Tuvieron sexo?
  • ¿Por qué pregunta eso Tante?
  • Porque soy madre y mujer y basta con ver la cara de mi hija para saberlo
  • ¡No!, para nada
  • No mientas pardillo, que yo no nací ayer y cuando tú vas yo estoy de vuelta.
  • Tante ella es tan virgen como cuando se levantó a trotar esta mañana.
  • Hay muchas maneras de tener sexo y no has negado nada, eres un muy mal mentiroso, ¡vamos dime!
  • Nos duchamos juntos dije apenado
  • ¿Y?
  • Nos masturbamos juntos, pero nada más lo juro.
  • Bien te creeré, pero te advierto que no le hagas daño, ella es una chica aún algo infantil y no está preparada para la vida adulta y menos para un embarazo… y tú tampoco, pese a lo grande y fuerte que te veas.
  • Gracias Tante, créame que siempre la cuidaré.
  • Así espero, pásame las aceitunas que están en ese gabinete.

La conversación fue tan repentina que ni siquiera la vi venir y menos pude intentar enfocarme para percibir algo en Tante Ilse, durante el placentero aperitivo, me dediqué a percibir los pensamientos de todos, incluso Ena, pues quedé algo nervioso, pero todos estábamos felizmente tranquilos, Tante Ilse muy feliz pues de alguna manera me prefería por sobre el “hijo de puta revolucionario”, Herr Comandante, también estaba feliz pues su plan para evitar al “hijo de puta revolucionario” había sido un éxito y él se identificaba conmigo cuando tenía mi edad, Ena estaba feliz.... porque simplemente me quería y hoy había sido un excelente día hasta el momento.

El almuerzo fue muy bueno, después de lavar todo y ordenar los padres de Ena se fueron a dormir, nosotros nos quedamos regaloneando en la sala de estar mientras veíamos una película cómica, por la tarde salimos a casa de una amiga de Ena y jugamos a las cartas, todo era armonía, estaba feliz,.... Solo me preocupaba lo que vendría al día siguiente y el consecutivo, como me verían las féminas de mi familia, como recibirían a su competidora directa por mi afecto, esa noche me porté muy bien, tanto que cerré la puerta con llave, al otro día con nuestros equipajes listos nos juntamos a tomar desayuno.

  • Hola Claudito, ¿Por qué dormiste con la puerta cerrada? Preguntó Ena cuando yo entraba a la cocina
  • Para no ser asaltado mientras dormía.
  • Pero yo iba a darte el beso de buenas noches.
  • Eres muy tierna, pero no sé si tu papá lo sea.
  • Estaba durmiendo.
  • Igual, ya fui advertido de que me debo portar bien....
  • ¿En serio? ¿Te leyó el reglamento interno para tratar a Ena?
  • Sí y me dijo las penas del infierno “si llegó a meter las patas”
  • En todo caso dormimos bien ¿o no?
  • Yo soñé contigo
  • Yo no sé, pero creo que si sueño, siempre será contigo.

Viajamos temprano, nos fueron a dejar con todas las recomendaciones del mundo y en el caso mío con las amenazas correspondientes, viajamos tomados de la mano, con furtivos besos que ambos nos robábamos pues yo iba de uniforme. Llegamos algo avanzada la mañana, ya nos esperaban en el terminal Tante Heidi y mi madre, ellas me saludaron con efusividad mientras Ena esperaba a mi lado, con ella fue un saludo bastante más parco.

  • Hola Ena yo soy Heidi y ella es Violeta la madre de Claudio
  • Hola Tante Heidi, hola tía Violeta, gracias por recibirme, espero no molestar mucho. Pude percibir los pensamientos y nervios de Ena, que repetía que les caiga bien, que les caiga bien…..
  • La novia de mi hijo no nos molesta, ¿no es cierto Heidi? Dijo pese a que sí le molestaba, pues lo percibí claramente
  • Totalmente cierto Violeta, también Tante Heidi tenía molestias causadas por los celos
  • ¿Usted es alemana?, preguntó Ena a Heidi
  • ¿Lo dices por mi bello acento? Mientras pensaba mocosa intrusa.
  • Sí, es algo notorio pero no tanto, en todo caso yo hablo alemán dijo intentando congraciarse. Hay en que me metí, pensaba Ena.
  • Muy bien, pero Violeta no lo habla, por lo que seguiremos sufriendo con mi acento, dijo esbozando una sonrisa. ¡No sé qué pasará entre esta pardilla y Hana!

El viaje a casa desde el terminal fue un interrogatorio en propiedad, yo intentaba apaciguarlo, pero era como si yo no existiese, mis peores temores se hacían presente, pero ya estábamos ahí, notaba la angustia de Ena, por lo que intenté algo nuevo, primero secreté un poco de feromonas y endorfinas, solo para excitarlas lo justo y calmarlas lo necesario, todo al mismo tiempo, comencé a percibir el efecto en las tres, al bajarnos no pudieron evitar rozarme bajo cualquier pretexto, eran un comportamiento de verdaderas zorras, pero las tres estaban más calmadas y se aceptaban de extraña manera, los celos no habían desaparecido, pero sus deseo de aparearse conmigo hacía que se enfocaran en mí y no en Ena. Por su parte, mi cuasi novia, ya no solo me quería con todo su corazón, me deseaba con todo su cuerpo, parece que el coctel químico lanzado en el auto, se había concentrado debido al encierro, algo que no había considerado, ahora tenía que lidiar con tres zorras calientes.

Al llegar y para evitar seguir con los problemas me abstuve de tratar de hacer algo a favor de la armonía, en la entrada de las dos casas, estaba el resto de la familia, las presentaciones fueron las esperadas, tal como sospeché el resto de las féminas también estaba celosos incluso Oma; pero se comportaron, la idea es que dejaríamos las maletas y luego en casa de Opa, haríamos una barbacoa, algo que Opa disfrutaba tanto como el té inglés.

Traspasé la puerta y mamá me da un tremendo beso francés, su lengua exploró casi hasta mi glotis, me abrazó y agarró mi verga, Olga miraba la ansiedad de mamá y me dijo mentalmente ¿qué le hiciste?, le expliqué mientras mama sacaba mi verga y me daba una tremenda mamada frente a ella, Olga tomó mi equipaje y me dijo fóllala para calmarla, está como yegua en celo. La levanté del suelo, le baje los vaqueros que vestía y la pegué contra la pared más cercana, le saqué un zapato para liberarla de una de las piernas del vaquero y le levante esa pierna penetrándola sin siquiera hablarnos, inicié un frenético mete saca, estaba en eso cuando aparece en la sala Tante Heidi que había entrado por la cocina y sin decir palabra me besa mientras yo perforaba a mamá, le agarre una teta y les dije que las liberara, mientras yo le sacaba las suyas a mamá, hecho esto Heidi besa a mamá y se baja sus vaqueros pidiendo que la envergue después de que termine con mamá, también hace su aparición Olga.

  • Veo que tienes a las señoras muy calientes, ninguna se cortó por lo dicho.
  • Sí, no sé porque llegamos tan putas, dijo mamá que estaba pronta a correrse.
  • Sospecho que es por el motivo que tienes entre las piernas dijo Tante Heidi en su divertido castellano.
  • Me corro, mmmme  corroooo gritó mamá, la afirmé un poco no quería que fuese a caer.

Luego le dije a Olga que nos miraba que se sentara en el sofá y que se sacara las bragas para que mamá le comiera su conejito, a su vez le dije a Tante Heidi que se tendiera y en la alfombra con un cojín en la cabeza para que le comiera el conejo a mamá mientras me la tiraba, las tres acataron, pese a que Olga no estaba bajo el influjo de mi coctel de feromonas y endorfinas, pero si percibía que estaba caliente por lo que había presenciado, me aventuré a establecer un enlace con ella y las maduritas, era súper extraño estar en tres mentes a la vez, ellas con la excepción de mamá no estaban limitadas por su capacidad humana, era una situación increíble, alucinante diría yo, Olga y Heidi que eran nuevas en estas lides me bombardeaban a preguntas que difícilmente les podía responder, para evitar entrar en diálogos extensos y sin sentido para la situación simplemente ensarté a Tante Heidi, y comencé a tirármela con suavidad, objeto que pudiese comer a gusto el conejo a mamá, lo mismo hizo mamá con Olga.

  • ¿Qué pasa, es como si estuviéramos todos unidos en mi mente?, dijo Tante Heidi
  • Ya te lo explicaré Tante, solo disfruta como te ensarto le dije acelerando algo el ritmo para que ella gimiera y no hablara.

Las sensaciones aumentaban minuto a minuto, podía sentir las lenguas que acariciaban los botoncitos de placer, también sentía como Olga se acariciaba sus tetas y jugaba con sus pezones como queriendo sintonizar una radio, a su vez Tante Heidi sobaba las nalgas de mamá mientras degustaba su conchita, pero una cosa superaba todo, el sentir los clítoris como propios, tal era el cúmulo de estímulos que las tres me compartían que los cuatro estábamos llegando rápidamente al anhelado orgasmo.

Como pude alcancé las tetas de Tante Heidi y sin parar de follarla, hundí mi cara en el culo de mamá para meter mi lengua en su orto, era lo más sucio que había hecho en mi vida, pero era el orto de mamá, valía la pena, claro que la posición era insostenible por mucho rato, de pronto sentí los espasmos de mamá primero y luego los de Tante Heidi, ambas alcanzaban un feroz orgasmo, salí de la incómoda posición alucinado por el cúmulo de sensaciones que había percibido e intercambiado con mis parientas. Eso sí, Olga no alcanzó a correrse, por lo que después de ayudar a mamá y Tante Heidi, me puse entre las piernas de Olga y le di duro, ahora fuimos mezquinos, el placer solo fue para los dos, mientras las otras miraban ya satisfechas de verga, claro que percibí a Tante Heidi, que nos escrutaba como de lejos, sus intentos no eran muy buenos por su falta de experiencia, pero sí tenía el don.

El enlace nos hizo repetir lo que ya habíamos disfrutado con anterioridad, como dije las sensaciones, iban más allá de lo humanamente posible, Olga berreaba y gemía como una leona llena de placer por su macho, e indudablemente yo era su macho. Pronto estando completamente sincronizados me corrí en su interior mientras su conchita ordeñaba mi verga; percibí también la agitada respiración de Tante Heidi que se nuevamente se corría en silencio sentada al lado de mamá, parece que ya lograba cosas que no pensé que podría conseguir. Cansado también, me senté junto a Olga y al mirarnos las caras los cuatro comenzamos a reírnos, parecíamos estúpidos pero felices.

  • Me dejaste muerta dijo Tante Heidi
  • A mí también dijo mamá.
  • Puedo decir lo mismo dijo Olga, las zorras necesitadas de verga quedamos satisfechas.
  • ¿Qué pretendes con tu noviecita? Preguntó Tante Heidi
  • Ser feliz
  • ¿Y Hana? preguntó mamá siendo más directa que Heidi
  • Qué sea tan feliz como lo es Olga conmigo
  • O sea las quieres todas para ti.
  • Sí, creo que esa es la solución ideal para mi
  • Eres un fresco ambicioso….pero puede resultar, dijo Olga, a mi me encanta estar contigo.
  • ¿Pero ella aceptará que te folles a tus parientes?
  • No lo sé, esa es la parte difícil, pero no tengo apuro en descubrirlo.
  • ¿Sabes por qué ella está aquí?
  • Creo que para ver a Hana, conocerla y vencerla en la guerra del amor.
  • Difícil la tienes, dijo Tante Heidi.
  • Lo sé.

Nos vestimos para ir a la barbacoa que nos tenían como recepción, al llegar pude ver a Hana conversando animadamente con Ena mientras preparaban la mesa del comedor para almorzar, ellas al llegar me preguntaron por qué la demora, solo les dije que

  • Estaba  jugando un rato con Wolf que me extrañaba.
  • ¿Wolf? Preguntó Ena.
  • Sí mi perro
  • Claudio, nos pusimos de acuerdo con Ena para ir a bailar a la noche y divertirnos un poco,..... “entonces veremos quien luce mejor, este poste con tetas o yo” la percibí pensando.
  • Sí, me gustaría conocer “Le Club Chic” que está de moda, “ahí verá esta tonta como Claudio es mío, solo mío” pensó Ena.
  • Pero queda lejos, dije pensando una salida para evitar esta guerra de Elfas.
  • Opa nos presta su coche.
  • Bueno le puedo preguntar, comenté.
  • Ya lo hice, me dio las mismas recomendaciones de la vez anterior.
  • Y mañana iremos a casa de mi amiga Berta a juntarnos con algunos amigos después de almuerzo, mientras pensaba “donde jugaremos a la botella o algo mejor”.
  • Veo que tienes todo planeado, espero sobrevivir a todo me dije mentalmente.
  • Sí todo sea por que te debo aprovechar, pues te veo muy poco, dijo percibiendo sus celos contenidos, que no eran menores que los de las demás, incluyendo a la misma Ena.

El almuerzo fue bastante grato; como siempre sucede en las barbacoas, tanto Opa como yo comimos como leones, y obviamente después solo queríamos echar una siesta. Hana a eso de las tres y media, hastiada ya de tanta carne, invitó a Ena a ir a un centro comercial enorme que hay en un exclusivo barrio de la ciudad, Olga también enganchó y Tante se ofreció a ir con ellas en el carro de Opa, siempre que mi madre la acompañara para ir a diferentes lugares y no toparse hasta el regreso con las jóvenes: Así ellas formaron un panorama que a mí en particular no me interesaba, mi única preocupación era Ena, pero ella solita se había metido en las fauces de las leonas de la manada.

Las chicas se despidieron al rato mientras yo me quedé a dormir en el cuarto de Tante Heidi, pues me daba pereza ir a mi casa, como a la media hora de dormir profundamente siento que alguien se tiende a mi lado, miro y es Oma que está con un atrevido conjunto de lencería que deja ver sus tesoros a través de las transparencias.

  • Tú Opa me autorizó a un recreo contigo, pero si no te apetece o la chiquilla te tiene muy cansado no es obligación.
  • Intento percibir a Opa y puedo notar que está profundamente dormido, creo que Oma está jugando con fuego.
  • Siempre estaré disponible para ti Oma.

La besé con suavidad, pero ella no estaba para delicadezas, podía percibir que estaba caliente y deseosa de verga desde que me vio, como quería complacerla, generé mi ya consabido coctel químico, si ella estaba caliente cuando llegó a los segundos estaba enardecida. Se sacó las tetas del sujetador y me puso una en mi boca mientras me decía que la dedeara, le metí mi mano en su conchita, estaba al jugo, logré tomar el control de su clítoris e intenté establecer un enlace como lo había hecho con Tante Heidi, pronto me di cuenta que ella no tenía el don, puede ser que Opa nunca haya experimentado con ella,.... me bajé los pantalones y Oma se liberó para situarse sobre mí, con le propósito de realizar un sesenta y nueve, no tenía que leer su mente para adivinar lo que quería,.... Hundí mi cara en su húmeda conchita, ella suspiraba y recorría mi verga con ardiente pasión, se la pasaba por la cara, se la metía la boca, recorría mi tronco y chupaba mis bolas, cosa que era totalmente nuevo para mí, era algo extraño pero muy placentero, en una de esas logré capturar su clítoris y entre mis dientes y lengua la hice berrear de placer, ella se corrió dejando mi verga pegada a su cara intentando recuperar la respiración.

  • Eres un maldito chiquillo, me hiciste acabar
  • ¿Te gustó? preguntando solo para elevar mi ego, pues sabía la respuesta
  • Mmmm sí, pero quiero más.
  • Bueno, ponte en cuatro para darte, dije
  • No, te quiero cabalgar, quédate tal cual estas.

Ella se levantó y tomando mi verga se la ensartó con premura y comenzó una cabalgata frenética, podía percibir su ardiente calor, le agarré las tetas que saltaban casi fuera de control, las enormes masas de carne son mi perdición. Dios Mío, como me gustan y Oma las tiene grandes, algo caídas pero magníficas; siguió con su desbocada cabalgata hasta que de pronto sentí como su orgasmo se disparaba nuevamente, cayó rendida sobre mí, le agarré el culo y le dije al oído que 

  • Debes pagarme tanto placer
  • ¿Cómo?
  • Oma deme su culo.
  • Si quieres un culo de vieja gorda, adelante es tuyo.
  • Usted no es gorda y tampoco vieja, tiene un culo y tetas que son una maravilla.

La situé dando la cara al espejo de cuerpo entero que tiene Tante Heidi en su cuarto y luego de ensalivar mi verga en su boca, le escupí su anito y la ensarté, sentí su dolor, pero ella pensó que todo lo anterior valió la pena pese al dolor. Comencé a culearla viendo como sus pesadas tetas se bamboleaban, lancé mi coctel de feromonas y endorfinas para aplacar el dolor y calentarla aún más de lo que ya estaba. Ahora mi cabalgata se hacía más intensa junto con el aumento de sus deseos de que le partiera el culo. El erótico sonido que se produce al chocar con el maravillosos culo de Oma me hicieron llegar casi de inmediato al paroxismo del orgasmo, ella al sentir que me corría en su culo comenzó a correrse, pues de alguna forma le llegó mis oleadas mentales, ambos caímos derrengados. Terminada esta loca carrera orgásmica me dice:

  • De esto ningún comentario a nadie ni a tu Opa, está claro.
  • Sí Oma, entendido, buscaba la conciencia de Opa, pero seguía dormido a unos pasos de nosotros

Me lave por partes y luego fui a casa a jugar con Wolf, se lo merecía por ser mi coartada del anterior polvo que había tenido. Solo faltaba follarme a Hana y toda la familia estaría bien follada, me dije riendo mientras mi perro me miraba, también pensé en Ena, esperaba que sobreviviera a la salida. A eso de las siete todas llagaron enteras y felices con las compras, de inmediato me dediqué a percibir sus pensamientos, eran calmados, no percibía agresividad, mas bien felicidad por el buen rato departido, ahora notaba que Ena estaba calmada, mucho más de lo vivido desde que llegamos, ella me saludó con un piquito seguida de Hana que realizó lo mismo delante de ella, pero no percibí algún pensamiento hostil, nos pusimos de acuerdo que saldríamos a eso de las nueve, sin que pusieran mucha atención en mi, decidí marchar a casa para prepararme.

Llegando a casa, le pregunté a mamá como había estado la salida con Ena, ella me dijo que me remitiera a preguntarle a Olga para saberlo, pues ella estuvo solo con Heidi, ante esto me dirigí al cuarto de Olga, golpee la puerta y ella me dijo adelante, entré y la vi casi desnuda probándose un lindo conjunto de ropa interior.

  • Perdona puedo volver en un rato
  • Pasa tontito, ya me has visto y tocado entera, no te tengo que ocultar nada
  • ¿Te puedo preguntar algo?
  • Sí lo que quieras, pero sospecho que las preguntas vienen por Ena.
  • Sí eres adivina
  • Solo soy perceptiva e inteligente hermanito. ¿Qué quieres saber?
  • Como se portaron, o sea todo.
  • Gracias a mi muy bien
  • ¿Cómo gracias ti?
  • Sí fui una muy buena alumna del mejor profesor de sexo del mundo
  • ¿Quién?
  • Tú tontito, no he estado con nadie más que tú, pero me enseñaste muy bien, creo que después de lo que hice merezco un premio.
  • Te regalaré lo que quieras.
  • El premio será en carne, dijo riendo.
  • Bueno así será, pero dime.
  • Es largo de decir pero lo intentaré resumir
  • Inicialmente la tirantez se podía sentir, tanto que se me ocurrió invitarlas un café, con sorpresa
  • ¿Qué es eso?
  • Al café de cada una le escupí un poco de feromonas con endorfinas
  • ¿Qué?, ¿Cómo?
  • Algo que descubrí, como sabrás no solo se puede emitir tu coctel maravilloso vía aérea, también puede ser vía oral, algo así como un beso mágico, como no podía besarlas en público, disimuladamente las “ensalive con feromonas”
  • Eres increíble,
  • Pero hay más, las invité a probarse lencería y ropa sexi a mi ahora tienda favorita, mareamos tanto a la dependienta que en un momento nos metimos las tres al vestidor y si te enfocas en mí, te lo mostraré, como si lo estuvieras viviendo, en todo caso te informo que Ena y Hana también son de los nuestros.
  • ¿Cómo que de los nuestros?
  • Como tú, Tante y yo, ellas también tiene los dones pero más apagados en el caso de Ena. No sé explicarlo pero es como nosotros, ¡vamos enfoca!

La comencé a percibir y establecer el enlace, la veo como después de tontear con la vendedora, se meten al vestidor, Ena se ve como sorprendida, Hana le pasa un conjunto sexi y se comienza desnudar, Olga hace lo mismo, Ena se siente cohibida, pero entre las dos la alientan a que se coloque las prendas seleccionadas, el vestidor pese a lo grande que es, apenas permite el movimiento de las tres, noto como la temperatura de las tres se eleva, definitivamente estaban muy calientes, Olga le agarra las tetas a Hana y la obliga a juntarlas con Ena, pese a la diferencia de estaturas evidente, luego dice que es mejor que lo haga ella con las dos, se masajean las tetas entre las tres, Olga besa a Hana y luego a Ena, la que se resiste un poco diciendo que ella es heterosexual, Hana dice que ellas también, solo que están limando las asperezas, se comienzan a abrazar y tomarse de los bellos culos, los besos son cada vez más candentes, hasta que comienzan a tomarse los chochitos. Olga toma el de las dos chicas mientras Hana le toma el suyo, Ena solo se deja hacer, les dice que ella es virgen, por lo que solo le pueden refregar el botoncito del placer, Hana le comienza a chupar las tetas, cuando en eso lo dependienta las llama y pregunta si necesitan algo, el encantamiento se rompe por un momento.

Pero para mi sorpresa, la dependienta también se ve afectada por el influjo amoroso y se mete al vestidor, es una morena probablemente colombiana por su hablar, entre las tres la comienzan a manosear, ella se deja, le liberan sus tetas y las tres se dan el placer de chupar unos tremendos pezones más oscuros que su piel, le masajean el tremendo y perfecto culo, ahora solo cubierto por una minúscula tanga que se le mete entre los cachetes, Olga le mete un dedo en el orto y Hana en la concha mientras Ena la besa y le chupa nuevamente las tetas, repiten lo mismo turnándose hasta hacer acabar a la mujer, luego se visten y se van riendo.

Que les puedo decir, la visión de cómo mis parientes sedujeron a mi chica y a la dependienta me desquició, con la especial visión que tuve de lo acontecido quedé hirviendo, tomé a mi hermana y le saqué la ropa interior a tirones, pese a que alegaba que se la podía romper, y sin más miramiento la ensarté metiéndole un dedo en el culo, me la tiré con toda la furia de que soy capaz, que no mucha,.... Ella berreaba y me decía de todo menos lindo o guapo, la hice acabar muy pronto, luego la puse en cuatro patas sobre la cama y la culeé bien culeada, en eso entra nuestra madre y nos ve; se queda mirando hipnotizada como sodomizo a mi hermana y cuando comienzo a correrme, la invito a entrar y la siento al lado de Olga, con mi morbo excacerbado, les tiro los últimos restos de mi leche en la cara, como me hacen sufrir esta beldades.

Mas tarde  la noche para salir era óptima, no estaba muy helada nimuy calurosa, la Elfas se pusieron unas tenidas que me dejaron casi paralizado de asombro, por un momento sentí celos de todos los hombres que pudiesen mirarlas; las dos bellezas, sacaron partido de lo mejor de sí, además aún tenía muy fresca la visión que me entregó mi hermana, no sabía si estaba maravillado por la belleza de mis acompañantes o muy caliente....

Antes de salir recibí las recomendaciones de mamá y Opa, como también de Tante Heidi, es como tener dos mamás y un papá. El viaje ya tuvo un pequeño problema, ambas querían ir adelante, afortunadamente el auto de Opa es uno de esos americanos antiguos, grandes que sus butacas continuas son enormes y cabían las dos en una, yo me reía para mis adentros, pues la lucha comenzó al subirse al auto.

Fuimos al famoso recinto, afortunadamente el ir con mi uniforme de cadete y el carné de Ena, el portero nos dejó pasar, pese a que nos miraron bien mirados, increíblemente Hana se coló en un grupo grande y ni le pidieron identificación. El local era muy atractivo, los juegos de luces alucinantes, buscamos un buen lugar y nos juntamos en una pequeña mesa y pedimos unos refrescos. La casi ensordecedora música era espectacular, pronto Hana nos obligó a bailar; estábamos en eso cuando llegó un joven de unos veintitantos años a bailar con una de mis musas, ambas lo rechazaron y siguieron conmigo, ellas se esmeraban en lucir sus dotes en la danza, pero debo confesar que Hana baila mejor, Ena era más atlética que graciosa. Pero en fin, las dos me tenían loco y agotado, luego de varias piezas, nos sentamos “mas cansados que caballo de bandido”, conversamos a gritos lo que se puede conversar en estos casos

Estando sentados, cuando se nos acercaron dos tipos y sin mayor permiso se sentaron al lado de mis dos chicas, las que los rechazaron amablemente, uno de ellos se levantó para irse, pero el otro insistía que como podían estar con un chiquillo que apenas se podía sonar los mocos. Eso me enfureció pero Ena me calmó y le volvió a decir que se fuera, pero el pegote volvió a ignorarla y quiso sacarla a bailar, en eso me acordé de que podía espantarlo, por lo que generé feromonas espanta estúpidos, el efecto no fue del todo inmediato pero a los 10 segundos todos los hombres vecinos a nosotros se empezaron a ir del sector, parece que mi furia no me permitió controlar la dosis, seguimos bailando y divirtiéndonos, pero yo percibía que había una lucha entre las dos por quien se quedaba conmigo, todo parecía estar bajo control hasta que llegó la hora de los bailes lentos, especial para los enamorados, les dije si nos fuéramos a sentar

  • No, podemos bailar los tres dijo Ena, cosa que encontré increíble
  • ¿Como? si son bailes lentos, en ese caso bailo contigo le dije, demostrando mi preferencia por ella.
  • Y a mí me dejarás solita, dijo Hana mostrando cara de pena.
  • Es solo un rato,.... un baile.
  • Bueno bailemos un baile cada una dijo Ena. Yo primero eso sí.

Bailamos alternadamente cuatro bailes lentos y apretados, ambas chicas querían meterse dentro de mí, claro que era la envidia de muchos, como también la crítica de muchas. Para mí estaba claro que a Hana la quería y a Ena la amaba, pero no sería fácil seguir estado tranquilo con Dios y con el Diablo, luego de un rato decidimos irnos, por lo menos yo estaba agotado, ellas accedieron a regañadientes, así y todo el ambiente parecía tranquilo, pero en el auto Ena dijo:

  • Podríamos ir al mirador que Hana me contó, parece que es muy bonito
  • Pero es para enamorados
  • Y no estamos enamorados dijo Hana, yo de ti tu de ella y ella de ti.
  • Hana comprenderás que eso no es conveniente
  • No sea tonto no es terrible, dijo Ena, podemos pasarlo bien.
  • ¡Está bien si eso quieren! dije algo mal humorado

Efectivamente fuimos al dichoso mirador, nuestro viaje fue en silencio hasta que llegados ahí. Nos detuvimos cerca de otros coches en que percibía a parejas con su ánimo tan enardecido que me llegaba su excitación en oleadas, pero las bloqueé lo mejor que pude, y comencé a conversar con mis chicas, al principio cosas intrascendentes, tales como encontraron la discoteca, su opinión de los imbéciles..... y varias tonterías más. Lo único que deseaba era que nos fuéramos a casa y evitar una confrontación, pero Hana estaba decidida a hacerlo y Ena decidida a enfrentarla, era como ver que dos trenes vienen por la misma vía y todos se dan cuenta que van a chocar.

  • Ena, ya que estamos aquí te propongo un juego,.... hagamos una competencia para ver cuál de las dos besa mejor
  • Bueno acepto.
  • No, de ninguna manera, no es una buena idea, alegué yo.
  • Tú no puedes impedirlo, si no te besamos a ti, iremos por otro que si esté dispuesto, dijo Hana.
  • No podrán, aquí están todos ocupados, dije con una sonrisa entre dientes.
  • Créeme, encontraremos a alguien incluso puede ser una pareja, dijo Ena sin retroceder en la idea.
  • Okey, pero quien será el juez
  • Obvio que tu.
  • Pero no puedo ser juez y parte.
  • Sí lo serás dijo Hana, confío en que serás ecuánime y además no sabes mentir.

Pero aquí estamos muy incómodos dije, por lo que las hice pasar al asiento trasero del enorme automóvil, ellas ni cortas ni perezosas lo hicieron, dejándome a mial centro.

  • Bueno partamos dijo Ena.... Ella me besó con mucha pasión, nuestras lenguas jugaron un rato transmitiendo las sensaciones de placer que ya era habitual en nosotros
  • Uhm  uhmm, escuchamos un carraspeo de Hana la cual dice: ahora me toca a mí.
  • ¿Por qué lo dices contraataca Ena?.
  • Ya pasaron treinta segundos replica Hana
  • Okey, te tocan tus treinta segundos, aprovéchalos.
  • Okey, dijo dándome un beso que exploró toda mi boca, yo estaba atónito por esta competencia, pasado los treinta segundos Ena dijo
  • Listo terminado tu tiempo, ¿cual fue mejor Claudio?
  • Eh... necesito más besos para saber dije prolongando mi agonía.
  • Ahora me toca a mí pero será de un minuto
  • Muy bien dijo Hana tu minuto empieza….ahora, cronometrando el tiempo.

Ena se abalanzó sobre mí besándome con furiosa pasión, la tomé por la cintura y comencé a acariciarla, lo mismo que ella hacía conmigo.

  • Terminado tu minuto me toca a mí dijo Hana
  • Muy bien, tu minuto empieza….ahora.

Se repitió la acción, el beso de Hana no tenía nada que envidiarle al de Ena, yo a estas alturas me dejé llevar y cubrí con caricias a Hana, hasta que el tiempo se cumplió.

  • Listo me toca a mí pero serán dos minutos dijo Ena.
  • Muy bien dijo Hana aún con la respiración agitada….tu tiempo parte…ahora

Ena comenzó a besarme con caricias que iban más allá de ser simples complementos de un beso, metió su mano en mis partes privadas donde comprobó mi erección que pujaba por salir, yo a esas alturas le agarré el culo y se lo sobaba, alternando con una masajeada de tetas, aún por sobre las ropas.

  • Terminó el plazo me tocan mis dos minutos dijo Hana
  • Muy…bien dijo Ena, que respiraba y suspiraba agitada por su excitación, tu tiempo empieza….ahora

Hana se abalanzó sobre mí para aprovechar su tiempo, era como un pulpo que buscaba con ansia ganar la batalla, su manos recorrieron mi pecho y mi cabeza con cierta ternura, pero luego agarró mi verga por sobre el pantalón y comenzó a masajearla, yo la tomé de su culo y de una teta que casi queda al descubierto por el tipo de sujetador de media copa que usaba, mi temperatura estaba al borde de bajar mis últimas barreras de buen comportamiento

  • Listo me toca a mí pero serán tres minutos dijo Ena.
  • Muy…bien dijo Hana, que también respiraba y suspiraba agitada por su excitación, tu tiempo empieza….ahora

Ena se sentó a horcajadas sobre mí, dejando que su conchita estuviera pegada a mi paquete mientras me besaba, tomó mis manos y las puso sobre su culo para que la apretara contra mí, yo estaba más que excitado, pero comencé a recapacitar, pues todo estaba tomando un giro muy peligroso, ella refregaba su conchita imitando el coito, dejé una mano en su culo y la otra la metí bajo su blusa y corriendo una de las copas comencé a estimular uno de sus pezones, ella comenzó a gemir hasta que el tiempo se cumplió

  • Terminó el plazo me tocan mis tres minutos dijo Hana
  • Muy…bien dijo Ena, que respiraba y suspiraba agitada por su calentura total, tu tiempo empieza….ahora

Imitando a Ena, Hana se monta sobre mí besándome con pasión, le agarro su culo y la pego a mí, subo mis manos y le masajeo sus tetas, el corpiño se baja y sus tetas casi quedan al aire, juego con los pezones, en eso el tiempo expira y Ena así lo advierte, y digo:

  • Ena chúpale la teta
  • Pero...
  • Chúpala, ella duda un poco pero lo hace, mientras yo le chupo la otra
  • Ena sácate tus tetas que quiero hacer lo mismo contigo

Estoy loco de caliente, Ena queda con sus tetas expuestas y le digo a Hana que le chupe una mientras yo chupo la otra, nos besamos los tres, casi no puedo controlarme, les amaso las tetas a las dos entre suspiros, gemidos y palabras de cariño, ¡si palabras de cariño!, raro pero así fue.

  • Ena mi amor tienes unas tetas maravillosas igual que tu Hana cariñito mío, que ricas están.
  • Sí te gustan mi amor responde Ena, chúpamelas, son tuyas…mmmm
  • Yo también quiero chupártelas corazón dice Hana, están riquísimas.
  • Sí dale que luego yo te lo haré a ti.

Aplastaba esos manjares contra mi cara, me dolían las bolas de tanta calentura, por un momento pensé en follarlas en el auto, pero la cordura primó en mí. Además recordé las advertencias de Herr Comandante, por lo que les dije:

  • Bien, terminó la competencia de besos
  • Pe…ro como dijo Hana
  • Sí ¿por qué la terminaste? dijo Ena.
  • Por mi salud y si seguimos me las follaré aquí sin compasión y Ena tú aún eres virgen, mereces que tengas un lindo recuerdo de tu primera vez... no es una entrega cualquiera…. acoté yéndome de lengua, pero así pasó.
  • Paro vamos a quedar así….de calientes dijo Hana.
  • Sí, no se hable más, créanme que me gustaría darle a las dos, pero hoy, eso no sucederá, finalicé sin oír nada más.

Ellas cuando las paré de sintieron culpables e intentando justificarse me pedían perdón, no les hablé. Me pasé al asiento delantero dejándolas atras, se fueron llorando casi todo el trayecto de regreso, tanto que puse la radio a un volumen casi desagradable. Llegamos a casa y las fui a dejar en la puerta, Hana y luego Ena me pidieron perdón y que les puedo decir, las perdoné. Me iba yendo cuando Ena me dice

  • ¿Te vas sin darnos un beso de buenas noches? Esbozando una tierna sonrisa de su angelical carita.
  • Por supuesto que no y le di un cándido piquito
  • ¿Y el mío? dice Hana  imitando la cara de Ena
  • Okey también te mereces uno le digo dándole un piquito

Entré a casa y fui a decirle a mamá que había llegado, ella a diferencia de la vez anterior encendió la luz y me dijo:

  • Buenas noches hijo, me puedes hacer el amor
  • ¿Eso quieres?
  • Sí necesito más de tu verga
  • Como tú quieras mamá

Me acosté con ella y descargué toda mi calentura, la penetré por todos lados incluso le follé la boca, le pasé mi verga por su cara, por sus ojos, por sus orejas y nariz, luego le recorrí las tetas con ella, su culo y cada centímetro de su cuerpo, pasamos unas dos horas de sexo fogosos enmarcado en el amor que le tengo, como a eso de las tres de la mañana, la dejé durmiendo agotada, tan agotada como yo.

En la mañana eso de las 10:00 mi hermana entra a mi cuarto con una bandeja con el desayuno, acto que no tengo recuerdo que sucediese antes, le pregunté a que se debía tanta atención y ella simplemente me respondió que era por tenerlas felices a las dos refiriéndose a ella y mamá, agregando que sintió como dejé de contenta a mamá en la noche, ante lo cual le pregunté si la había dejado dormir, ella dijo sí y me dejó con mi desayuno. Al levantarme algo después, fui a su cuarto y la invité a ducharse conmigo, ella aceptó encantada y la jaboné por todos lados, tanto que la dejé sumamente satisfecha, y con su coñito chorreando de mi leche, fue una ducha que nuevamente nos llevó a ese Edén, ese al que solo unos pocos éramos capaces de alcanzar. Como al medio día aparecí por casa de Opa, mis Elfas, estaban levantadas listas para misa, a la cual las acompañé, todos teníamos pecados que expiar, lo raro es que Hana es Luterana, pero fuimos a misa católica

Estando en misa, en un momento de distracción comencé a focalizarme en ellas, percibiendo que ambas se soportaban, aún cuando aún persistían en su disputa por mí, no estaban arrepentidas de su proceder de la noche recién pasada, me preguntaba que estaban haciendo en misa, pero en fin nada podía hacer, luego regresamos y almorzamos, pasada las tres fuimos a casa de Berta la amiga de Hana, la que yo no conocía, pero Hana aseguró que era muy linda y simpática. Su casa quedaba cerca, por lo que fuimos caminando; al llegar nos abrió la puerta una chica peliroja de unos 16 a 17 años, muy mona, no muy alta, de 1,6 metros aproximadamente, luego de hacernos pasar a la sala nos invitó unos refrescos y comenzamos conversar. Nos contó que ella el próximo año debería entrar a la universidad y quería estudiar medicina coincidiendo con Ena que estaba en su primer año, todo estaba muy tranquilo hasta que sus padres dijeron que irían a ver a su abuela.

  • Berta, vamos a ver a tu abuela, atiéndelos como corresponde y pórtate bien, volvemos en la tarde dijo su madre también peliroja
  • Sí mamá los trataré bien.
  • Juguemos a algo interesante dijo Hana guiñándole un ojo a su amiga, cosa que vi con claridad.
  • Si juguemos a las cartas
  • Ellas incluida Ena dijeron que sí, eso debió ponerme en alerta, pero no hice caso a las señales de peligro.

La primera ronda fue de prueba y conocimiento del juego por mi parte, pero para la segunda Hana dice

  • Ahora apostemos.
  • Sí, dice Ena, así será más interesante.
  • ¿Pero qué? dice Berta
  • Ropa contesta Hana.
  • ¿Estás loca? Solté yo al ver sus intenciones
  • Ay aguafiestas, no seas aburrido
  • Sí, no sea aburrido, dice Berta.
  • No tengo intenciones de quedar en pelotas frente a ustedes, reclamé
  • No sea tonto Claudio, dice Ena, nadie aquí te violará.
  • ¡Está bien! como quieran.... pero despues no se enojen conmigo

Al ver que Ena también estaba de acuerdo con las otras chicas acepté, no sé hasta dónde nos llevaría este nuevo jueguito, pero el que juega con fuego se puede quemar y no sería yo el quemado me dije. Repartimos las cartas, los perdedores se debían desnudar, pero yo no jugaría limpio, me dediqué a ver las cartas de cada una de ellas, sabía cuando mi mano era superior a las de ellas, sabía que carta me servía proveniente de la mano que me antecedía en la jugada y proyecté mis pensamientos para obtener ventaja y evitar errores que me perjudicaran, pese a todo no fue fácil, apostamos, las primeras rondas volaron los chalecos, zapatos y esas cosas, perdí sin mayor problema, pero cuando quedaba lo principal, decidí ganar a como diese lugar, yo aposté mi camisa, ellas sus blusas, luego ellas entusiasmadas subieron la apuesta, todos apostamos los vaqueros, pero la ventaja estaba de mi lado, logré una ajustada primera victoria, por lo que les dije:

  • Bien, quiero esas blusas y vaqueros fuera, las puedo ayudar si quieren.

Ellas lo hicieron negando mi ayuda, al verlas me fijé en sus cuerpos, cada una en su tipo era bella y tenía algún atributo destacable, como sabemos Hana es una valkiria casi perfecta para mi, solo que no es muy alta; Ena es alta pero su culito no es muy grande pese a lo duro y respingón , Berta es bajita de un culo no muy lindo, pero lo que no tiene en culo o estatura lo tiene en tetas, se parecía a una bella colorina de la actualidad Tessa Fowler, realmente sus tetas eran un manjar.

Seguimos jugando, en esta mano fueron más cautelosas y solo apostaron los sujetadores, pese a que me demoré más que la vez anterior, mi completa certeza de sus  juegos me condujeron nuevamente la victoria, por lo que les ofrecí nuevamente mi ayuda, ellas volvieron a rechazarla, yo estaba tan caliente que esa calentura casi me hace perder, en esta oportunidad fue mi suerte la que me salvó, ya que mi concentración con tanta piel al aire se había perdido.

  • Muy bien gané, quiero ver sus tetitas
  • Miren al suertudo sinvergüenza dijo Ena
  • ¿No nos perdonas dijo Hana?
  • Mira si volvemos a perder te hacemos un striptease
  • ¿En serio?
  • Sí respondieron casi a coro.
  • Si están de acuerdo, por mi Okey

Volvimos a repartir, mi mano era buena, pero la de Ena era superior, por más que lo intenté, perdí y ella ganó, daba saltos de alegría, burlándose de mí, me despojé de mi camisa esperando que Berta y Hana se desnudaran, pues la ganadora era Ena, en eso Ena dijo

  • Chicas que les parece que le hagamos una apuesta a Claudio
  • ¿Cuál? dijo Hana deteniéndose justo antes de liberar sus tetas
  • Sí ¿Cuál? Dijo Berta, esperando una salida al entuerto.
  • Miren, si en la siguiente mano Claudio Gana, podrá hacer lo que quiera con nosotras, si pierde nos quedamos vestidas y él se pajea frente a nosotras.
  • Sí, jajaja.....que buena idea dijo Berta.
  • Es injusto pero acepto, me adelanté a contestar.
  • Si también acepto dijo Berta, seguida por Hana

Nos pusimos a jugar ahora la mano buena era de Berta, pero la pude inducir a errores casi infantiles desarmando su juego, ellas se pusieron nerviosas, mi victoria era segura. ¿Pero que les pediría?, no se me ocurría nada, por lo que comencé a ver qué es lo que querían cada una de ellas, lo más evidente era que Berta quería algo con Hana, Hana algo conmigo y Ena también, por ahí estaba la respuesta. Finalmente la victoria fue mía, ahora me tocaba decidir que les haría, me costó pero logré definir algo, no sé si lo mejor pero era una decisión.... Buena o mala, era una decisión, totalmente subjetiva, pero mi decisión.

  • Muy bien niñas, lo primero es que hagan un striptease que no hicieron hace un rato, lo más sexy que puedan, luego les diré lo que realmente quiero
  • Pero podemos darte otra cosa…una torta dijo nerviosa Berta, jejeje.
  • Sí, o tal vez un rico desayuno a la cama dijo Hana, jajaja.
  • No, una apuesta es una apuesta….comiencen que no tengo todo el día.

Comenzaron a danzar al compas de una canción de la radio y se sacaron los sujetadores y luego las bragas, Hana tenía gracia para el tema, Ena no mucha, pero su silueta compensaba todo, Berta por su parte lo hizo pésimo, pues estaba muerta de vergüenza y yo no era el que la motivaba.

  • Muy bien como estoy muy caliente haremos lo siguiente, Ena se sentará en el sofá con sus piernas abiertas magreándose las tetas mientras Hana le come el chocho y le masajea el culo, Berta se tenderá en la alfombra y le comerá el chocho a Hana mientras le masajea las tetas y yo follaré a Berta y le masajearé sus tetas, así todos contentos.
  • Pero… es muy guarro dijo Ena
  • Pero.... pero yo no te conozco como para tener sexo contigo, dijo Berta
  • ¡No sea tonta es magnífico!, lo sé pues lo viví y es magnífico, dijo Hana para la molestia de Ena.
  • Una apuesta es una apuesta y por mucho que ame a Ena y no conozca a Berta,..... se debe cumplir.
  • Por primera vez dije abiertamente mis sentimientos por Ena, ella se sorprendió y se alegró, lo que compensó su enojo ante lo declarado por Hana, para efectos de relajar el ambiente emití mi ahora depurado coctel de feromonas y endorfinas, calculado para el espacio en que estabamos o por lo menos esa era mi intención.

Ya calientes por mi ataque químico, las vergüenzas pasaron y la excitación acudió en mi ayuda, todos empezamos la faena, en mi caso tomé a Berta puse mi mano en su coñito por lo que dio un respingo pero se dejó hacer, pude sentir su humedad, acto seguido le metí mi verga lentamente, mientras miraba a Ena y le transmitía el pensamiento de que deseaba que fuera ella en vez de la peliroja. Una vez acomodada  mi verga, comencé un lento mete saca para que todos tuviésemos la oportunidad de gozar. Ena de alguna manera enganchó su pensamiento al mío, vi su cara de sorpresa y le dije mentalmente que no hablara, que se calmara que luego le explicaría, que disfrutara. Por su parte Hana de alguna manera también se metió en nuestras mentes, era extraño, ahora sentía físicamente a Berta, mentalmente el chocho de Hana y de Ena, así como las tetas de todas, era como tener seis manos y dos bocas además de mi verga.

De pronto otra sorpresa surgió, Hana y Ena de una forma inexplicable comenzaron a fusionar sus mentes sin mi intervención, era como hacer una película en que el director no podía dirigir a los actores, se generó algo así como una tormenta de sensaciones que irradiaba a los cuatro involucrados, donde Berta era la que iba a la deriva, mi excitación hizo que apurara mi mete saca, sentía como el lubricado coño de la tetona peliroja tocaba cada célula de verga. En un momento sentí como Ena se miraba a si misma a través de mis ojos, la vi sonreír; asimismo sentí como si le estuviera metiendo mi verga a ella, esa sensación fue el detonante de mi orgasmo que a su vez disparó las corridas de las tres chicas, no exagero si digo que fue la más grande de mis corridas, todos gritamos de inmenso placer hasta caer derrengados próximos a la pérdida de conciencia.

  • Fue….fue increíble dijo Berta
  • Tremendo orgasmo, casi igual de mágico como el que tuve contigo dijo Hana
  • Es cierto fue mágico….casi como tocar el cielo con las alas de los ángeles precisó Ena, lamentablemente aún no sé cómo será hacerlo con Claudio directamente, pero creo saberlo, de alguna manera me conecté a él.
  • Sí, no sé como sucedió pero fue de otro mundo terminé por acotar.
  • Descansemos un poco y seguimos, dijo Hana entusiasmada por su tremendo orgasmo, 
  • Pero los padres de Berta pueden llegar.
  • No, aún no, ellos llegaran pasado las siete
  • Y qué hora es, pues debo marchar a las seis treinta a más tardar para regresar a la Escuela
  • Son las seis, casi no podemos hacer nada.
  • Tengo una idea dijo Hana.
  • ¿Cuál dijo Berta?
  • Chuparle la verga y que se corra en nuestras tetas, dijo una desenfrenada Hana
  • Bueno dijo Berta, se lo merece por hacerme ver el cielo por primera vez.
  • Pero…alcanzó a decir Ena.
  • Si no quieres no lo hagas, dijo Hana sintiéndose casi vencedora.
  • ¡No, lo haré!,  pero yo primera, pues soy su novia y su amor, dijo marcando la última palabra.

Ena comenzó una mamada con más pasión que maestría, ante la atenta mirada de las otras dos, yo me dedicaba a masajear las tetas que me pusieran al alcance de mis manos, pasado dos minutos Hana dijo mi turno, arrebatándole a mi verga a Ena, así siguió por los siguientes dos minutos hasta que Ena le dijo, ahora es el turno de Berta. La peliroja tomó mi verga e intentó metérsela hasta el fondo, se notaba que tenía mucha más experiencia que las otras dos, pronto sentí la oleada de placer que me llegaba y les avisé, las tres se pusieron frente a mi afirmando sus tetas para que las pringara con mi leche, que no fue mucha, pues seré un "súper hombre", pero dada la intensa actividad desarrollada era lo que quedaba. Ena al terminar de derramar mi leche se metió mi verga en su boca limpiándola ganándole el "quien vive" a Hana que tenía la misma intención.

Regresamos a casa tomamos un bocadillo y luego nos fueron a dejar al bus, las despedidas como todas, fueron llenas de emociones encontradas, mi parientes se despidieron de Ena con cariño y afecto sincero, de alguna forma mi chica había logrado lo que creí imposible, ganar su aprecio. En el bus nos fuimos tomados de la mano robándonos tiernos besos, demasiado cándidos para lo recientemente vivido, increíblemente mi nuevo amor seguía virgen.

Cada uno llegó a su realidad, yo a mi escuela ella a su casa, lo único claro que tenía y se lo dije antes de bajar del bus fue

  • Te amo, mi hippie loca
  • Y yo a ti, de otra forma no habría hechos las locuras de este fin de semana
  • Te creo y la besó

Capítulo 9: Con Ena en mi vida, el río de la vida vuelve a su cauce:

La semana se inicia con una intensa actividad en lo académico y deportivo, todo lo postergado por el desfile, es retomado, a lo que se suma el cierre del primer semestre con su correspondientes exámenes al término de los cuales, tendré mi primer embarco en un buque transporte donde iré con todos mis compañeros a navegar a lo largo del litoral. Como bien suponen, todos nos enfrascamos en nuestros estudios, como siempre ayudo a Juan en su avance en las matemáticas; afortunadamente cada vez se le dan mejor. El miércoles por la noche, no asistimos a la usual función de cine que se da a los cadetes para aprovechar de estudiar, en esta ocasión se encuentra de turno Blanca, una de las tres Bibliotecarias, es bastante atractiva; de hecho muchos de los Oficiales solteros y alguno no tan solteros la tiene en la mira, ella se deja “querer” manteniendo las distancias, como diríamos es una oveja muy astuta entre tanto lobo solitario, estabamos trabajando cuando ella me dice:

  • Usted es el cadete Claudio.
  • Sí, Miss Blanca, ¿pero como la sabe?
  • Miss María Helena me ha dicho que usted la ayudó a ordenar la Biblioteca y quería pedirle lo mismo, pude percibir como su colega le había contado lo bien que lo pasó conmigo
  • Por supuesto, pero lo tiene que autorizar el Cadete Perez que está a cargo de los que estudian aquí.
  • Ya lo hablé y me dijo que no hay inconveniente, recalcándome que usted no se acueste muy tarde, mientras pensaba que estaba muy necesitada de verga y solo deseaba sentir una en su coño.
  • No es problema, cuando termine el estudio le ayudaré.

Como siempre el estudio transcurrió casi en silencio, con las consultas habituales de Juan que ya eran bastante pocas, pues le había cogido el hilo al tema, al momento terminar el horario de estudios el Cadete Pérez me confirmó lo dicho por Miss Blanca. Rápidamente inicié el orden  mientras ella verificaba que no quedase ningún otro cadete al interior de la biblioteca, subió al segundo piso donde se almacenan libros y tienen una oficina. Terminado el orden inicial subí a ver a Blanquita, mi sorpresa fue mayúscula cuando la vi semidesnuda sentada en una silla abriendo sus piernas.

  • Entre cadete, póngase firme y bájesele los pantalones comenzó ordenando
  • ¿Está segura de lo que así lo desea?, Pregunté sabiendo la respuesta, ella deseaba mandar.
  • Sí, muy segura, mientras pensaba que necesitaba verga a sus órdenes. Había salido con uno de los oficiales de la escuela al cual había sometido, lo reconocí en su recuerdo.
  • A su orden, le dije siguiéndole la corriente
  • Usted a sido un cadete muy malo con mi colega, dijo.
  • Sí Miss, cual es mi castigo
  • Éste, dándome con una regla de madera en el culo.
  • Ayyy, me dolió y no me gustó, dije mentalmente, me encontraba frente a una loca que planeaba dominarme.
  • Arrodíllese y cómame el coño.

Le obedecí y le saqué la tanga descubriendo con sorpresa que lo tenía depilado y con una argolla de esas que actualmente llaman piercing. Tomó mi cabeza y la incrustó en su concha, comencé a chuparla y meter mi lengua, pero casi no me dejaba respirar, por lo que decidí en ese preciso instante que yo no estaba para ser dominado y contraataqué lanzando mi coctel de feromonas y endorfinas, más un enlace para intentar controlar sus pensamientos y someterla a mi voluntad. En un principio, conseguí calentarla a tal punto que su concha era un río de flujo vaginal, para controlar su intentos de asfixia, le tome de las muñecas y las aparté mientras le cogía su clítoris con los dientes y lo apretaba lo suficiente para que le doliera y gozara a la vez, proyecté pensamientos donde yo la violentaba mientras ella se resistía, sus sentimientos eran encontrados, era como intentar encausar un rio de lava de una erupción volcánica incontrolable, intentó sacar mi cabeza de sus piernas pero no se lo permití, luego me paré y sin dejar de juntar la piernas le dije:

  • Ahora bruja de @#$%U(*”@, cómeme la verga, ella la escupió y cerro la boca y sus ojos
  • No, yo soy la que mando aquí cadete, póngas…glups arghh, no la dejé hablar so riesgo que me mordiera el glande.

De alguna forma mi voluntad hacía que no pudiese cerrar la boca, comencé a follarle la boca mientras le sujetaba las manos y con una de mis rodillas impedía que se parara, ella intentaba hablar y cerrar la boca pero no se lo permitía, en cambio, casi podía llegar a su garganta, veía como le sobrevenían arcadas y los ojos estaban llorosos, pero como les dije, la violencia sexual no es lo mío, por lo que saqué mi verga y le abrí de piernas para clavársela sin misericordia, ella bufó para luego gemir mientras le iniciaba un frenético mete saca, le liberé las manos para acto seguido y de un solo tirón rompiéndole su sujetador, le dejé las tetas al aire.

Mentalmente le obligué a que me ofreciera las tetas para que se las chupara, ella pese a intentar resistirse lo hacía; le chupaba las tetas y se las apretaba, no eran un masaje o caricias, se las apretaba y podía sentir como le dolía, pues lo que ella sentía yo también, comenzó a correrse pese a no quererlo, pero el cuerpo no siempre obedece a la mente, salí de su mojada concha y le pasé mi verga por la cara mientras lloraba de impotencia, nuevamente se la metí en la boca, se la saqué y se la pasé por los ojos las orejas y la nariz, debía demostrarle quien era el que mandaba, la levanté y le hice apoyarse en el escritorio, la separé de piernas y se la mandé a guardar en su orto, chilló como verraca, mientras me la culeaba, le apretaba sus tetas de buen tamaño, que les puedo decir las tetas son mi perdición, volviendo al relato, les puedo decir que sus sentimientos eran confusos, por un lado se sentía vejada pero por otro le gustaba, me corrí en su culo abundantemente, le saqué mi aún erecta verga y se la metí en la boca ordenándole que me hiciera una mamada, la cual realizó sin que realmente la forzara, pese a lo asqueroso que encuentro lo que le hice ella no se quejó; la quedé mirando y con un lápiz marcador que había en su escritorio le escribí en sus tetas; “Soy” “Puta”, luego en su depilado chocho; “↓Meter Aquí↓”; y en su culo; “aquí me culearon”. En ese momento no pensé que lo hecho podría haber sido usado en mi contra en cualquier juicio, pero uno a mi edad no pensaba esas cosas.

  • Bien mi putita me debo ir, espero repetir y para que te quede claro, yo soy el que mando.
  • Eres una basura.
  • ¿Quién manda? Le dije tomándola de la quijada.
  • Tú Cadete Claudio…..
  • ¡Qué más!
  • Tu mandas Cadete Claudio
  • ¡Así es!

Al día siguiente no pasó nada, nadie me llamó ni nadie dijo nada del incidente, llegó la hora del estudio nocturno y fui con Juan a la biblioteca, y con sorpresa vi que Blanca estaba nuevamente de turno, y nuevamente se me acercó diciendo

  • He hablado con el cadete encargado del estudio y debe ayudarme a ordenar la biblioteca al término de este. Escruté en sus pensamientos y solo aprecié lujuria
  • No hay problema contesté
  • ¿Por qué siempre piden que tú te quedes a ordenar y a mí nunca? Preguntó Juan.
  • Porque soy más simpático al ordenar contesté sonriéndole

Pasó el tiempo y los demás cadetes se marcharon y comencé a ordenar y luego subí al segundo piso donde ella estaba vestida de diferente forma que hacía unos minutos, ahora usaba una minifalda muy corta y un top que apretaba sus tetas donde se dibujaban sus pezones.

  • ¿Cómo se ve tu putita?
  • Muy bien dije algo sorprendido

Avanzó para besarme pero se lo impedí, dándole un feroz lengüetazo en la cara y agarrándola del culo, le subí el top para dejar sus tetas al aire y grande fue mi sorpresa al ver escrito en sus tetas “Soy” “Puta”, comencé a comerlas y le metí mi mano en su concha que estaba al descubierto, por lo que metí un dedo sintiendo su humedad por lo caliente que se encontraba antes de realmente empezar, le dije que me sacara la verga y ella muy obediente me dijo

  • Debes leer el resto
  • Muy bien dije, que más escribió mi putita
  • Lee y veras; en su depilado chocho estaba la leyenda “↓Meter Aquí↓”; luego se giró y en su culo decía ; “culear aquí”
  • ¿Cómo te escribiste en el culo?
  • Miss María Helena lo hizo
  • ¿En serio?
  • Sí, yo fui, sentí decir a una voz a mis espaldas

Me giré y vi a doña María Helena, desnuda con las siguientes leyendas: “También” “Soy Puta”, “↓Meter Aquí↓”; “↓culear↓”, ella se acercó y me besó, a lo cual accedí mientras le agarraba sus tremendas tetas, las junté a las dos y me di un festín de tetas mientras las “dedeaba” en su chochitos. María Helena tomó mi verga y comenzó a pajearme lentamente, hice que apoyaran sus culos en el escritorio y abrieran sus piernas para comerles el coño en forma alternada, mientras una era comida la otra “dedeaba”, al cabo de poco tiempo inducidas por mi habitual coctel químico, se corrieron como yeguas en calor, gimieron y se sobaban sus tetas demostrando lo perdidas que se encontraban, me erguí y las hice mamar mi verga al mejor estilo cubano, siendo abrazada por dos pares de melones, unos algo más chicos pero melones al fin y al cabo, me corrí en sus caras y sus tetas, Blanca pensó que eso era todo pero la saqué de su error, ya que le dije que le comiera el coño a María Helena mientras la ensartaba.

Estaba tan sensible de la anterior corrida y por el efecto de mi coctel que volvió a correrse, por lo que la dejé de lado para continuar con la Bibliotecaria Jefe, a ella se la metí e inicié un frenético mete saca mientras gozaba de sus tetas, estaba tan caliente como yo, por lo que me corrí en su interior con abundancia mientras ella perdía el sentido debido a un enorme orgasmo que concurrió al sentir como yo la inundaba con mi leche. Le dije a Blanca que limpiara mi verga con su boca, ella obedeció y gracias a sus caricias y mi fuerza sobrehumana, logró que mi amiguito volviera a levantarse, les ordené que se afirmaran en el escritorio y comencé a culearlas alternando de culo en culo, pese a que ambas sentían algo de dolor su lujuria podía más, no pasó mucho tiempo más y volví a correrme en el culo de Blanquita, ordenándoles a las dos que me limpiaran la verga, pero para una nueva sorpresa, María Helena, hundió su cara en el culo de Blanca y le sorbió el ojete evitando que mi leche y otras cosas cayeran al suelo, Blanca que aún estaba en el cielo mientras era víctima de las caricias de su jefa, procedió a limpiar mi menguante verga. Me marché rápidamente prometiéndoles una nueva sesión de sexo en un futuro incierto, ellas se quedaron charlando y tal vez intercambiando comentarios de cómo lo habían pasado, yo no tenía tiempo para escucharlas pues debía cumplir con mi apretada agenda de cadete.

Gracias a Dios llegó el fin de semana y me quedé en casa de Herr Comandante, llegué y para mi sorpresa no había nadie, solo encontré una nota que decía que podía entrar a la casa y que la llave la tenía el Oficial de Guardia, volví a pedirla a la escuela y entré, en la mesa había las típicas instrucciones que hablaban que Herr Comandante estaba con Tante Ilse en una recepción en la Capital, que regresarían mañana y que Ena se encontraba en la universidad dando un examen, o sea me encontraba solo, por lo que tuve la idea de esperar a mi amor con la costumbre inglesa aprendida de mi Opapa, o sea un "te time", preparé todo y a eso de las 16:30 llegó mi Ena, venía contenta pues pensaba que aprobaría el examen, claro que aún debía dar otros como yo, pero me agradeció el gesto junto con darme una docena de besos que según ella le debía. Me extraño verla con un turbante o algo así, pero no soy entendido de modas hippie.

  • Ena si sigues besándome no podremos estudiar y menos tomar té, dije con total seriedad
  • Tienes razón, pero dejaremos algún rato para eso…..me lo prometes.
  • Prometido dije, pensando que yo también quería darle mimos y algo más.

Conversamos y disfrutamos de un té con bocatas y algo de torta, restos de una actividad social de Tante Ilse, luego a pesar de mis deseos de caricias, nos pusimos a estudiar hasta eso de las 21:00 horas momento en que me dijo que cenáramos, aún cuando extrañamente no tenía mucho apetito lo hicimos, pero cuando estábamos terminado de ordenar la cocina le dije:

  • Es hora de los mimos y caricias
  • No.
  • ¿Cómo que no? Le respondí
  • No, es hora de que me hagas el amor
  • Pero eres virgen y no tengo condones.
  • Pero yo sí y estoy preparada, dijo con una sonrisa.
  • Pero si llegan tus padres.
  • No lo harán, mi madre retendrá a tu Comandante hasta mañana y llegaran a eso de las 10:00
  • Como lo sabes
  • Hable con mamá y le dije lo que haríamos
  • ¡¿Le dijiste que nos acostaríamos?!!
  • Sí y tenemos su bendición.
  • No lo puedo creer.
  • Créelo, solo me preguntó si estoy segura y le dije que sí.

Fui a mi cuarto me duche y me puse pijama limpio, pues pensé que para esto debía ser todo perfecto y lo menos rudo posible, fui al cuarto de Ena a buscarla y no la encontré pero en eso sentí que me llamaba

  • Claudio ven…aquí

El llamado provenía del cuarto de Herr Comandante, al entrar mi visión era fantástica, Ena se encontraba con un conjunto de transparencias y bata que revelaban lo hermosa que era, quedé paralizado de su belleza y su ¿rubia cabellera?, pero por primera vez la veía como era realmente, pese a que ya había visto fotografía con su pelo natural, en todo caso Ena es bella morena o rubia.

  • ¿Qué pasa estas deslumbrado de tanta belleza? dijo riendo
  • Sí eres la más bella del mundo.
  • Tienes suerte porque toda esta belleza es para ti, dijo de manera algo engreída.
  • ¿Lo haremos aquí?
  • Sí, mi madre me la prestó, con la condición de que dejemos todo ordenado antes de las 09:30

Me acerqué y la besé, nos abrazamos con ternura, recorrí sus formas y comencé un enlace mental desde el primer minuto, ella me desabotonó mi pijama y comenzó a besar mi pecho y me comió mis tetillas, era una sensación rara, nunca me lo habían hecho, la miré como para decirle algo pero ella se me adelantó:

  • Como a ti te gusta tanto hacer esto de comer tetas, quería experimentar, ¿Te gustó?
  • Es raro, pero sí me gustó, le dije… ahora  me toca a mi, liberándola del sujetador y engolosinándome con su tetas grandes, firmes y coronadas con unos pezones que estaban tan tiesos como mi verga.

La toqué con una de mis manos en su Monte de Venus, ella suspiró y abrió las piernas para dejar que yo la explorara sin dificultad, su respiración agitada y los latidos del corazón comenzaron a sincronizarse con los míos, ella acariciaba mis cabeza ensortijando mis cortos cabellos, pude ver que le divertía hacerlo, saqué mi verga y comencé a pasarla por su rajita hasta que me dijo:

  • Ponte esto me dijo pasándome un condón
  • Okey, mirándome mientras lo colocaba
  • Acostémonos en la cama
  • Bien

La seguí para acostarme a su lado y retomamos las caricias su coñito estaba empapado y mi líquido pre-seminal salía demostrando que ambos estábamos que bullíamos de excitación, entonces me pregunta:

  • ¿Me amas?
  • Sí mi amor y tú.
  • Sí ya deberías saberlo
  • Sí lo sé.

Me puse entre sus piernas y ella tomó mi verga para apuntarla en su rajita y con solo su azul mirada me dio la señal de que era hora, inicié el movimiento suave pero sin pausa, sentía cada célula de mi verga como cada centímetro de su vagina, percibía su felicidad y deseo de ser llenada completamente por mi hombría, en un momento sentí su himen y el dolor que le produje al rebasarlo, noté lágrimas en sus ojos, pero no eran de dolor, diría que de felicidad, mi placer aplacó en parte la rotura de su virginidad, ¡bendita sincronía de amor!, inicié un mete saca acompasado buscando maximizar el placer minimizando el dolor causado por la pérdida de la virginidad. Por lo placentero que ambos nos sentíamos creo que todo funcionaba bien, Ena comenzó de alguna manera a tomar el control del mete saca, cosa que de alguna forma me gustaba, pues me dejaba llevar por ella. No sé cuanto rato estuvimos en eso, pero fue largo rato, mis brazos pese a mi fortaleza estaban cansados de sostener mi cuerpo para no aplastarla, ella lo notó y haciéndome girar para dejarme de espaldas sin sacarse mi verga quedó a horcajadas sobre mí, diciéndome:

  • Mejor así para que mi nenita no sufra.
  • No soy una nenita dije sonriendo y comenzando a amasarle las tetas y a aumentar el ritmo.
  • Mmm es cierto, eres…. Todo un hombre mi amor….mmm como me llenas

La excitación iba en aumento en un minuto me sentí dentro de ella, me podía ver cómo le tomaba sus tetas y podía sentir el gusto de ser tomada, esta fusión que pocas veces había logrado lo estaba haciendo con Ena, ¡Olga tenía razón!, Ena tenía el don, no sabía manejarlo pero lo tenía. Pronto sentí las oleadas orgásmicas, que nos conducían al momento cúlmine de nuestra entrega, ella ahora me cabalgaba con mínimo dolor y mucho placer, gritaba y gemía lo que me encendía más y más, ya no podía extender mi aguante y como si lo hubiésemos ensayado, ambos nos corrimos perdiendo ella el sentido y derrumbándose sobre mí, afortunadamente la tenía tomada de los pechos y la recosté a mi lado, continué dándoles besos y caricias pero me detuvo, me dijo que no podía resistirlas que estaba como hipersensible, le hice caso y me dediqué a contemplarla.

  • ¿Por qué me miras así?
  • Porque eres mía y yo soy tuyo, además llegamos a una sincronía y fusión que pocas veces he tenido.
  • Lo sé, no sé cómo, pero losé, sentí como en algún momento éramos uno solo
  • Si, no se cómo, pero tú también tienes el don que me legó Opapa.
  • Qué bueno, pero hay algo que vi y ahora también me inquieta.
  • ¿Qué?
  • No sé cómo te vi haciendo el amor con tus parientes y como llegabas a la fusión que mencionaste con Olga, Heidi y Hana
  • ¿Qué viste qué?
  • Te vi haciendo el amor con ellas y las otras, es más te las puedo enumerar.
  • Pero mi amor…..son….. imaginaci….
  • No te disculpes, no sé cómo pero cuando me corrí, fue como leer toda tu vida y secretos, creo que fue como llegar al cielo y ver pasar la vida frente a mis ojos en este caso, tu vida y extrañamente no puedo culparte ni regañarte.
  • Eso viste y …
  • Sentí… era como sentir lo que tú sientes, sé que quieres a tu familia y como la quieres, es más estoy contenta porque sé que Hana no es competencia para mi, ya que soy la elegida y ella deberá contentarse con lo que yo esté dispuesta a que le des.
  • Pero eso….
  • Sí, la dejaré tener sexo contigo como también a tus parientes, pero no quiero más sexo con Sofía, Belén, La profesora o las Bibliotecarias sin mi aprobación y siempre en mi presencia, a tus parientes cuando yo no esté y lo quieran sí, pero estando yo, debe ser frente a mí.
  • ¿Pero eso como lo podrás controlar? Pregunté suponiendo la imposibilidad de tal control.
  • De la misma forma que ahora se lo que piensas, pues nuestro enlace no se ha roto y puedo leer lo que piensas sin esfuerzo.

Quedé atónito, de alguna forma en su genética estaba el don y en cuestión de minutos había logrado saber cómo usarlo, pienso que lo aprendió de mí por osmosis, pero no me di cuenta. Seguimos jugando y acariciándonos hasta que retomamos nuestra mutua entrega, en este nuevo encuentro aprendí de memoria su cuerpo, todas las sensaciones compartidas hicieron que tuviésemos dos nuevos orgasmos que se presentaron como maremotos de placer, quedando agotados después de cada encuentro. Ena era una parte de mí y yo de ella, las caricias eran totalmente compartidas en todo sentido. Cerca de la media noche agotados nos quedamos dormidos, al amanecer nuevamente nos entregamos al placer, era incansable, como si ella también fuese más que humana, diría un ser mágico, un hada tal vez o una Diosa del Olimpo de visita entre los mortales. Pero todo lo bueno termina alguna vez y a eso de las 08:30 sonó el despertador y me dice:

  • Debemos cambiar las sábanas que están manchadas y limpiar todo, si lo hacemos rápido podemos ducharnos juntos
  • Sí, y a diferencia de nuestra anterior ducha, ahora te disfrutaré por completo.
  • No sé si lo permita, estoy molida y mi conchita está algo adolorida.

Cambiamos todo, limpiamos y dejamos las sábanas lavando, luego preparamos nuestra ropa para vestirnos y nos fuimos a la ducha, ella entró primero y al hacer ingreso me pasa la esponja y el jabón, que les puedo decir, la jaboné entera, no existirá mujer más enjabonada que Ena por muchas décadas, ella hizo lo propio conmigo y mi amiguito, al que de pronto comenzó a mamar mientras el agua tibia caía en su rostro, creo que lo vio en mis pensamientos, pues nada hablamos, era como si cada uno supiera lo que quería el otro, ya imposible de estar más caliente la levanté y sosteniendo una de sus piernas la penetré con toda la suavidad que pude ser capaz, ella se colgó de mi cuello llenándome de besos y comenzamos un tierno pero cálido mete saca, en pocos minutos ambos nos corrimos, pero ahora yo estaba sin condón, creo que soy un irresponsable y ella también, pero la juventud y las hormonas pueden más. Nuestra corrida fue tan maravillosa como las demás, creo que ya no nos quedaban energías para algo más, nos secamos y vestimos pasada la 09:45, muy cerca de la hora de llegada de sus padres.

Herr Comandante llegó a eso de las 10:05 horas, como siempre con su puntualidad germánica, les ayudé a descargar el equipaje, pues él debe viajar con uniforme además de su ropa de civil, me saludaron con alegría y preguntaron lo típico:

  • ¿Cómo se portó el Cadete?
  • Muy bien mi Comandante, sin novedad el castillo, contesté sonriente demostrando lo feliz que me sentía.
  • ¿Hola Claudio y Ena? Preguntó.
  • Muy bien Tante Ilse, dentro de la casa desayunando y preparando su examen de huesos, contesté sonriendo.
  • No me digas que está con el osario que le entrega la universidad.
  • Sí Tante, es un desayuno algo espeluznante.
  • Ya le voy a decir a esta niñita que no puede andar con los huesos en todas partes.
  • Sí Tante dígale.
  • ¿Y lo pasaron bien? Me preguntó en voz baja.
  • Ehh….sí….muy bien contesté nervioso.
  • Qué bueno, vamos a desayunar.

Nos juntamos a desayunar, los padres de Ena la saludaron con afecto, especialmente su madre que la abrazó y le puso cara de pregunta, Ena le sonrió, como contestando que todo había salido bien, el único que nunca supo nada fue Herr Comandante, el cual pude percibir como tranquilo y feliz. Luego Ena y Tante Ilse se fueron a conversar al patio mientras yo estudiaba principios y fundamentos de motores navales, acompañado por los huesos del osario asignado por la universidad a Ena.

Mi curiosidad era mucha y traicionando mis propios límites, busqué percibirlos pensamientos de mi amada y de Tante Ilse, no me costó mucho encontrarlos, era una conversación seria de mamá e hija, sobre lo acontecido entre nosotros dos, la podría resumir como:

  • Entendí que te fue bien.
  • Sí mamá, fue maravillosos, entramos como en sincronía él y yo, casi mágico.
  • Qué bueno hija has tenido suerte, yo con tu papá tardamos meses en entrar en sincronía, mi primera vez fue casi un desastre, después de muchos intentos logré tener un discreto orgasmo. Debo decir que era demasiada información para mí.
  • Mamá sucedió algo muy raro,
  • ¿Qué te pasó?, note un grado de alarma.
  • Nada grave, al contrario, lo que me pasó es que en un momento era como si yo fuera él y estaba en su cuerpo, sentía como yo era parte de él….no sé como describirlo,….
  • ¿Tan bueno fue?, preguntó su madre tomando el tema en un sentido mas terrenal
  • Es que fue más que bueno, era como si nuestras mentes y nuestros cuerpos fueran uno solo……hay no sé cómo explicarlo.
  • Es el amor hija, hace que las cosas parezcan mágicas.
  • Si, mamá dijo Ena rindiéndose al ver que de ella no tendría una explicación a lo vivido. Lo último mamá, lo hicimos una vez sin condón.
  • Pero hija….como….tu sabes el riesgo…..
  • Sí mamá, pero ninguno de los dos lo pensó.
  • Bueno recemos para que las pastillas que te dio el doctor ya estén protegiéndote, si no tu padre nos matará a todos incluyendo al pardillo.

La tarde fue de estudio solo interrumpido por un mágico paseo por el jardín de la casa para ver la puesta de sol en el mar, privilegio que nos llenó de romance y caricias hasta que su madre nos dice:

  • Es hora de cenar para que tu novio se vaya para la escuela y tú sigas estudiando
  • Pero mamá déjanos un poco más.
  • Bien pero solo un poco. Mientras pensaba que éramos una linda pareja y deseaba que no la hiciéramos abuela antes de tiempo.

Llegó la última semana antes del embarco, una semana muy atareada con los últimos exámenes semestrales, el tiempo era escaso, pero así y todo pese a las órdenes de Ena, tuve un encuentro con Miss Priscila, la cual estaba deseosa de verga, tanto que ella en clase me entregó un papel y un punto de encuentro, a la hora de estudio me dijo que fuera a una de las esquinas más alejadas de los estacionamientos, cosa riesgosa para los dos. Así que le dije Juan que me perdonara pero tenía que ir al baño, pues me sentía mal por algo que comí, el me dispensó pues no eran temas de matemáticas el examen del día siguiente y él se las podía apañar muy bien solo. Caminé por detrás de la biblioteca pegado a la sombra que proyecta un muro perimetral del camino que rodea la escuela hasta el estacionamiento; las oscuras tenidas de cadete ayudan a la invisibilidad, pero al llegar al estacionamiento que está iluminado, la cosa cambia, pues no hay otro obstáculo más allá de los mismos automóviles, afortunadamente parte del trayecto estaba tapado por un gran camión que por algún motivo estaba ahí. Me detuve un rato a la protección de los últimos arbustos que me podían cubrir y reconocí el terreno para ver si había moros en la costa, pasado unos tres minutos no detecté movimientos algunos, de todas formas, hice un sondeo buscando pensamientos de gente cercana, lo más cercano fue la biblioteca y algunas alimañas que estaban en sus propios asuntos.

Caminé serenamente al auto de Miss Priscila que estaba en las sombras, si corro y alguien me ve, sospecharía algo turbio, si me ven sereno, me tomarían por alguien que debe estar ahí. Llegando al auto, la puerta trasera se abre y Miss Priscila me hace entrar.

  • Te demoraste
  • No es fácil llegar hasta aquí
  • Mmm…que bueno, no sabes lo deseosa que estoy de todo
  • Lo imagino dije tomando sus tetas con fuerza.
  • Mmmm veo que estas tan caliente como yo.
  • Sí, quiero disfrutar de usted Miss.

Le saqué sus tetas y se las comencé a devorar mientras ella buscaba mi verga, ¡parecíamos unos pulpos!, le subí la falda y bajé sus bragas para apoderarme de su Monte de Venus con una mano, sin dejar de libar de los exquisitos melones coronados por sus inmensos pezones, ella abrió sus piernas y me dijo:

  • Métemela, ya no aguanto más.
  • ¿Le gusta mucho mi verga?
  • Como no te imaginas.

Se la metí y ella comenzó un movimiento pélvico como si quisiera ordeñarme, sentía como aprisionaba mi verga para buscar su satisfacción, le agarré el culo para profundizar mis acometidas, ella suspiraba y gemía sin parar, pidiéndome más y más, estaba como afiebrada, cuando sentí una voz en mi mente que me decía:

  • Ay corazón en qué quedamos, si quieres tirarte a una de tus concubinas, debo estar presente.
  • ¿Ena?
  • Sí.
  • ¿Pero cómo?
  • No lo sé, pero lo siento, siento como entras en su concha, como le comes las tetas y como le agarras su culo, es más, es como si me lo estuvieses haciendo a mí.
  • Pe…pero eso es maravillosos.
  • No si estas intentando estudiar….¡pero igual es rico!….pero hazlo rápido.

Me enlazaba con Ena sin saberlo y menos sin poder evitarlo, lo que había logrado iba más allá de lo dicho por Opa Klaus, claro que la distancia que nos separaba con Ena eran solo unos pocos cientos de metros, pero era increíble si piensan que hay cientos de mentes alrededor y muchas entre nosotros.

Me seguí tirando a Miss Priscila, ella estaba pronto al orgasmo el cual intensifiqué todo lo que pude con un coctel para ello, una vez que se corrió y en cuanto pude la giré con la intensión de culearla, pero en eso Ena me dice:

  • ¿Te vas a culear ese gran culo sin mi permiso?.
  • Pero Ena….
  • Hazlo, tienes mi permiso, pero se suave, ya que soy virgen por ahí.
  • Pero a ella ya no le duele mi verga por ahí, solo disfrútalo.
  • Bien, pero ya sabes con cuidado.

Se la metí con suavidad y comencé a culear a mi querida profesora, ella se “dedeaba” mientras sentía como su arrugado y dilatado anito hacía presión sobre mi verga, era una delicia, además el sentimiento de dominio que me causaba el sodomizar y apretar las tetas de Miss Priscila era inexplicable, era diferente incluso al experimentado con Miss Blanca, pasado unos minutos, ella comenzó a bufar y suspirar pidiéndome que la penetrara más rápido y profundo, hasta que dos gritos resonaron en mi mente, uno era Miss Priscila y el otro de Ena en su casa, espero que nadie la haya escuchado. Miss Priscila me limpió la verga y continuó chupándola hasta que me corrí en su boca, era hora de volver, pero antes me despedí de ambas

  • ¿Ena, te gustó?
  • Sí y debo decir que tu profesora está chupando mi verga muy bien.
  • ¿Qué?....tu no tienes…..le contesté mentalmente
  • Pero, la sentí y también grité cuando se corrió, tanto que mamá entró y me vio estudiando con las piernas abiertas y colorada y sudando, por lo que tuve que darle raras explicaciones que no sé si se tragó. Además sentí tu corrida en su boca.
  • Miss, debo irme, ¿pero le gustó?
  • No sabes cuánto, claro que yo lo sabía, pero no se lo podía decir.

Seguí el mismo procedimiento de la venida para la salida, afortunadamente, los últimos profesores en la escuela aún no terminaban sus obligaciones o tutorías; como de costumbre llegué a la biblioteca donde Juan preguntó por mi salud, diciéndole que luego de vomitar ya me encontraba bien, una mentirita piadosa, afortunadamente ninguna de las bibliotecarias que me había tirado estaba de turno, hoy estaba Caty la que le pidió a Juan que le ayudase, lo vi feliz por tal honor, no me arriesgué a aconsejarlo.

Terminada la semana, hable con mamá y le dije que no quería ir a casa pues luego me embarcaría y quería estar con Ena, ella me entendió y accedió a que me quedara, el sábado en un frío día de lluvia, salí rumbo a casa de Herr Comandante, llamé a la puerta y ¡oh sorpresa!, me abrió Hana, sí Hana, quedé estupefacto

  • ¿Hola buscas a alguien?
  • Ehh… si …¿pero qué haces aquí?
  • Estoy invitada por tu novia ya que no quisiste ir a casa
  • ¿Ena?
  • Sí Ena ¿o tienes más de una?
  • No por supuesto.
  • Hola pardillo loco me dice Ena asomando de detrás de la puerta
  • Hola hippie loca salude a Ena

Las abracé a las dos, luego saludé a Tante Ilse y tomamos té con un strudel de manzana, la conversación fue grata hasta que Tante dijo que debía ir a ver el bebé recién nacido de un oficial de la escuela, por lo que iría con Herr Comandante, quedándonos al fin solos, o casi solos, ya que estaba Hana. En eso Ena me dice:

  • Ahora es el momento para tener sexo y te autorizo a follarte a Hana
  • Pe…pero ..¡Ena!
  • Ay mi niño, quién te entiende, quiero ver cómo te la tiras en frente de mi y luego quiero que me hagas el amor, no te demores pues la visita no será más de dos horas entre ir y volver.
  • Pero Hana….ella.
  • Si lo quiero tontito, quiero que me tires frente a ella dijo Hana.

Hana se levantó y besó a Ena introduciendo descaradamente su lengua en la boca, luego le agarró las tetas por sobre el vestido y se las magreaba, esa escena me calentó al máximo, por lo que saqué mi erecta verga de su encierro y la puse entre sus bocas, ellas me miraron y como dos lobas sobre un cordero empezaron a saborearla, les acariciaba sus cabezas mientras ellas compartían el delicioso bocado, inicié una conexión mental que fue bien recibida por las dos, podía palpar mi verga con sus labios y lengua, sentía la calentura de mis dos mujeres, sin decir palabra alguna con solo desearlo se sacaron sus tetas de su encierro y las pasaban por mi lubricada verga, yo estaba cada vez mas enardecido, solo quería poseerlas, ellas lo sabían y jugaban con mi profundo deseo, prolongando mi agonía, de alguna forma ellas se comunicaban sin poder saber que se decían entre ellas, habían avanzado más que yo en el tema, no sé cómo, pero me superaban.

Las levanté a las dos para sacarle los vaqueros que entalladamente lucían, le magreaba sus lindos y duros culitos, mientras Ena se agachaba un poco para restregarse las tetas entre ellas, no pude contenerme más y puse a Hana en cuatro sobre el sofá de la sala y le clavé mi verga sin contemplaciones mientras continuaba libando de las tetas de Ena, un alimento imaginario solo destinado a los hombres que van al Valhala. Los tres sentíamos como el placer inundaba a Hana que ya se encontraba pronta a correrse, de pronto ella gritó con su voz y pensamientos.

  • ¡Me corro, mi amor mmmme corroooo!!!!
  • Yo también tesoro le dije al sentir que las contracciones que sufría por el buscado orgasmo sobre-estimulaban mi ardiente verga.
  • Miren a los pardillos se corrieron como bestias dijo Ena.
  • Sí dijo Hana sudada y cansada.
  • Límpiale la verga a mi novio y déjala en condiciones de uso para que me haga el amor le ordenó a Hana y esta obediente lo hizo.

Pasado un rato mi verga recobró su rigidez para continuar la faena, tomé a Ena y la senté en el sofá y sin decirle agua va, se la mandé a guardar, ella me miró con ojos de ira pero le dije a las dos:

  • Aquí el que manda soy yo, y si bien respeto sus deseos, me las follaré de la forma que me plazca y cuando me plazca, si alguna no quiere verga, alguna otra querrá.
  • Pero mi amor alcanzó a decir Ena.
  • Amor mío, tu eres mi mujer y ellas son mis parientes, la única diferencia contigo es que contigo quiero ser feliz y tener mis hijos y a ellas solo quiero tenerlas felices.
  • ¿No quieres tener hijos conmigo? dijo Hana con cara de pena
  • También, pero ella es la elegida, no sé cómo explicarlo.
  • No me lo expliques, lo entiendo pardillo dijo riendo, aún no quiero ser madre y menos de ti, pues saldrían pardillos como el padre.

Tanto dialogo hizo que mi pasión se viniera abajo, pero Ena con unos movimientos pélvicos que me recordaron a Miss Priscila, comenzó a elevar la temperatura, Hana le comenzó a comer las tetas mientras yo le magreaba el culo sin dejar de tirarme a mi novia, las sensaciones nos invadían llegando como olas de tormenta a los roqueríos, pronto me corrí en su interior desatando un orgasmo en ella y en Hana. Algo más tarde y ya recuperado nos duchamos los tres juntos, pero me fue imposible penetrarlas en tan reducido lugar, además que no cooperaban mucho con su plan de cachondeo, eran más risas y puyas que deseos, pero no puedo negar que lo pasamos bien.

En la noche fuimos a bailar y comer unas tapas, no hubo incidentes ni grandes novedades, seguimos pasándolo muy bien, era como si las dos fuesen amigas de toda la vida, que les puedo decir, llegamos a dormir como a la media noche. Los besos de buenas noches se prolongaron dejándome del todo excitado, mis manos recorrían las curvas de mis chicas como si mi vida dependiera de ello. Hasta que Tante Ilse se asomó en la puerta y luego de apreciar el espectáculo nos ordenó acostarnos, pensando que tal conducta se debía al licor y no a nuestra permanente calentura.

El domingo en la tarde paseamos y disfrutamos de una gélida playa y de largas conversaciones, les prometí amor eterno a las dos, ellas se reían de mis confusas declaraciones e intentos de explicar que significaban ellas para mí, luego fuimos a dejar a Hana al bus de regreso a su casa y retornar mas tarde a la escuela. Así transcurrió el tiempo y mi vida como marino.

Epílogo:

Pasé los años de cadete entre los amores de Ena y Hana, sin dejar de atender a mis parientes, me gradué como Guardiamarina, conocí a otras bellezas en aquél viaje, pero ninguna como mis dos mujeres, cumplí servicio en una base lejana y siempre tuve una hembra a mi lado, pero siempre volvía al redil, a los 26 años y recibido de Ingeniero Naval, me casé con Ena que ya era médico del Hospital Naval, pero al poco tiempo llegó a vivir con nosotros Hana, recién graduada de abogado, prestando servicio en la Procuraduría Naval, tuve lindos cinco hijos con Ena y cuatro con Hana. Asimismo, Olga después de casarse y divorciarse a los tres años y con una linda hija en los brazos, llegó a mi casa donde pasó a integrar plenamente el cuadro familiar, con ella después tuve un hijo, que afortunadamente salió normal.

Como ustedes saben la gente siempre piensa mal al ver la felicidad ajena y situaciones que escapan de lo normal y pese a no vivir en una población Naval, muchos murmuraban de mi situación, pero nunca nadie se atrevió a acusarme de algo en específico; claro que por esa vida tan especial y al momento de reconocer como míos lo hijos de Hana mi carrera se terminó, claroque no me arrepiento. En cuanto a mis parientes, siempre que las visitaba les hacía algún cariño, para que estuvieran felices. Hace poco Opapa falleció de muy avanzada edad, me legó su libro y he comenzado a leerlo, descubriendo muchas cosas sobre mis dones y la parte oculta de su vida que se las relataré en un futuro cercano.

Fin

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