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Un encuentro Inesperado

en Erotismo y Amor

Un encuentro inesperado

 

Dicen que la vida da sorpresas, ahora casi al final de mi vida no puedo negarlo, pero primero vamos a lo básico, las presentaciones: Bueno, me llamo Claudio, soy un marino retirado con nietos y un bisnieto en camino, me propuse escribir mis memorias, pero este relato que les narraré no están en ellas, pues hay cosas que pese a vivirlas con alegría no son para comentarlas a gente que tal vez no las comprendiera. En ese sentido creo que el público que le pudiesen interesar mis memorias de marino, no sea el adecuado para aquilatar o apreciar este precioso recuerdo; es más no lo juzgarán como lo harán ustedes. Yendo a lo que les deseo narrar, le debo decir que el hecho en sí, ocurrió hace ya varios años, en la década de los setenta, para ese entonces, yo ya era un avezado oficial que estaba en mis treinta años recién cumplidos.

Con cierto orgullo puedo decir que dado mi muy buen desempeño fui designado para ir de intercambio a los EE.UU., según un acuerdo entre las respectivas marinas: Esta comisión de servicio la logré gracias a mi propio esfuerzo, ya que tenía una vasta experiencia embarcado en unidades de combate, además de un muy buen rendimiento en los puestos desempeñados, a lo que se sumaba mi más que aceptable dominio del inglés, pero también creo que el hecho de ser soltero también ayudó. Esto último se preguntarán ¿que mérito tiene?, en la realidad ninguno, pero creo que el ser soltero inclinó la balanza, pues en una +época de estrechez económica, era más barato trasladarme a mí que a una familia. Otro aspecto no menor estaba en mi ADN, pues puedo decir con orgullo que soy uno de los tantos de mi familia que ha servido a la marina desde los tiempos de Trafalgar, de hecho uno de mis antepasados estaba a las órdenes de Cosme Churruca en dicha batalla. Volviendo a la presentación se preguntarán cómo era para ese entonces, pues joven y creo que bastante apuesto, alto, cerca de 1,85 metros, ágil y fuerte por mi afición a las artes marciales y el futbol, tengo los ojos irisados de verde y café, lo que los hacen algo diferentes a la mayoría, en todo caso mis conquistas las conseguía principalmente por mi labia e inteligencia, rara vez solo por mi apariencia.

Otra cosa relativamente curiosa para el resto de los marinos es que era soltero en una época en que no era tan bien visto tener una vida algo disipada y carente de novias “estables en el tiempo”, yo era un “salido”, o sea un “tiro al aire”, en el fondo un oficial atípico, pues la mayoría de mi generación estaban casados con hijos, pero yo luego de una desilusión amorosa había decidido vivir mi juventud sin estar buscando “mi media naranja”.

En fin creo que lo que les narraré comenzó con mi llegada a Pearl Harbour en la isla de Oahu, archipiélago de Hawái, lugar donde me uniría a la unidad donde me estaban destinando para oficiar de oficial de navegación. El viaje fue extenuante, casi un día y medio entre vuelos y conexiones, a mi arribo me esperaba un oficial norteamericano que se presentó como el teniente Sam Smith o como supe después el muy conocido por muchos como SS y por los más osados el “Loco Sam” (a riesgo de que los apalease), casi una leyenda dentro de la flota americana del pacífico, cuya fama se inició cuando concurrió a la guerra en Vietnam. Mi primera impresión del sujeto, era que este oficial me parecía muy viejo para ser solo un simple teniente como yo, que ya estaba a solo un año y meses de ascender al grado superior.

Lo de la vejez de Sam posteriormente se me confirmó, al decirme que ya tenía casi una década en el grado y frisaba ya los cuarenta años. Que les puedo decir, el sujeto al poco andar me pareció que tenía una personalidad de “película de guerra de serie B”, donde el personaje principal es el típico oficial desadaptado al servicio naval pero que es capaz de hacer lo imposible para lograr el objetivo, siempre demostrando tener algo de pícaro y malandrín, pero que finalmente se hace querible. Esa impresión no ha cambiado hasta esta fecha, en que aún mantenemos correspondencia y una entrañable amistad. Nuestro primer encuentro fue algo raro, como les conté llegaba de Europa tras 27 horas de vuelos y escalas, pasando por New York, Dallas, Los Ángeles y finalmente Oahu (el vuelo más barato del mercado para llegar), cuando Sam me dice en perfecto castellano:

  • Bien venido a Hawái amigo, dejaremos tu equipaje en el cuartel de oficiales solteros y después iremos por “un par de cinco cervezas” para presentarte a unos amigos.
  • Hola gracias….pero me tendrás que dar unos minutos para una ducha y salir, eran las 2000 horas local, pero para mí eran las 0500 del día siguiente, o algo así.

Su castellano lo había aprendido en Manila con una chica filipina de una antigua familia que aún que hablaba castellano, ¡increíble! Dejamos las valijas y mi cansancio en la habitación y salimos a encontrarnos con sus amigos. En el trayecto este “gringo”, cambiando a su ingles nativo de algún lugar de Texas, me bombardeaba con datos y la agenda que tenía preparada para antes de la llegada del novísimo Destructor de la clase “Spruance” que finalizaba sus pruebas para entrar al servicio y que sería nuestra unidad por todo un año; con él iríamos al puerto de San Diego California, donde estaría basado. Era sábado por la noche y la unidad llegaría el lunes siguiente al medio día a un muelle aún por determinar. Fuimos a un bar en la playa, el típico bar deportivo, donde me presentó a sus amigos y amigas, comenzamos a beber, yo moderadamente, él como un cosaco previo a una carga de caballería, sus amigas eran unas bellas señoritas bastante lanzadas a la vida, de hecho comencé a conversar con una chica llamada Vaitiare, de una impresionante delantera, trabajaba en un bar que lucían su anatomía en bikinis. Según ella, lo interesante del local en que trabajaba, es que todas las meseras debían tener más pechugas que los pollos que vendían. En todo caso tengo que señalar que la chica se destacaba por sobre las otras, pues tenía grandes dotes para el puesto, y además de vender alitas de pollo con cerveza, me contó que se dedicaba a ser modelo topless.

Inmediatamente pensé que debía ser muy buena en el modelaje, innegablemente era una chica linda y realmente voluptuosa, de una mezcla étnica que diría casi perfecta. Por lo que me comentó, en sus venas circulaba nativo hawaiano, inglés, alemán y afroamericano, sus ojos rasgados también me indicaban ancestros asiáticos pese a que no lo mencionó. Su piel color mate claro le daba un especial toque a su azul mirar; respecto al culo, era hecho a mano por algún artesano maestro en alfarería, duro grande respingón, una obra de arte; en cuanto a las tetas se veían maravillosas y como descubriría después, coronadas por unos pezones café oscuro, grandes, abultados, como los llamados por mi colega Sam, “puffy nipless”. Creo que mediría un poco más de 1,7 metros, sin duda en ese momento me pareció muy, pero muy simpática, bailamos todo lo que pusieron, tomó todo lo que quiso y luego ella me invitó a su casa, acepté sin pensarlo dos veces, nos besamos desde la entrada hasta su cama sin detenernos, la desvestí tan rápido como pude y ella hizo lo mismo conmigo, me puse un condón, pero ella me detuvo.

  • Un momento marino… con calma.
  • Claudio: ¿Pasa algo?
  • Vaitiare: Vas muy rápido marinito, quiero disfrutar y no ser un simple depósito de leche, cálmate.
  • Claudio: Okey, iré calmado.

Pese a lo canchero que me consideraba ella claramente dominaba la situación, me di cuenta que también tenía experiencia y no se parecía en nada a las chicas que había frecuentado en mi país. Me sentó y puso sus tetas en mi boca juntando los pezones para que yo alternadamente me deleitara comiéndoselos, tomó una de mi manos y se la pasaba por su abultado Monte de Venus, incluso creo que era diferente a los otros que había tocado alguna vez. En fin todo en ella sugería erotismo y me dejaba jugar con ella al juego que ella sabía muy bien.

Por más que intentaba tener calma me era muy difícil, solo pensaba en tenerla ensartada, sin pensar aceleraba mis acciones, por lo que me paré nuevamente y la tomé por su culo refregando mi muy afiebrada y dura verga por la rajita de su coño, ella gimió y me dijo:

  • Vaitiare: Mmm, está muy bueno esto, pero espera un poco más
  • Claudio: Bueno tu mandas….pero te advierto que tú me tienes loco de caliente
  • Vaitiare: Mmmm que bueno…..Acaríciame por todos lados,….no te contengas
  • Claudio: Okey, contesté, comenzando a pasar mis manos y dedos por toda su suave piel, era como seda.

Pasamos varios minutos aprendiéndonos de memoria nuestros cuerpos, ella acariciaba como solo las sirenas de los lejanos mares lo pueden hacer, mi deseo por ella ya rallaba en la locura, hasta que me dijo sin mayor preámbulo:

  • Vaitiare: Métemela….dame duro

Así lo hice, aún de pie los dos le ensarté mi verga sin mayor demora, lo hice suave pero continuo, creo que lo disfrutó pues gemía suavemente a mi oído, la tomé del culo y la deposité en la cama sin dejar de tenerla ensartada, nuevamente comencé a acelerar mis envestidas y ella nuevamente me dijo que así me correría muy rápido y ella quería disfrutar. Ya estando más controlado, me concentré en ella, comenzando un lento y paciente mete saca, pero tendía a fundirme en la lujuria, pero ella con sus caricias y susurros al oído me recordaba que la noche era joven intentando controlarme. Claro que finalmente le hice caso pues tampoco yo quería correrme en segundos.

Nunca había estado en la cama con una chica con tanta experiencia y que les puedo decir, todo en ella sugería que ella era la mejor que yo en la cama, por lo que le hice caso, me parecía que aquél afortunado con que hubiese estado la enseño bien o así lo sentía yo. En un momento que me excitó de sobremanera, pensé que debía de asumir el mando de la follada, o eso pensaba yo; pero cuando ya me había decidido a follarla a lo macho, súbitamente inició un movimiento circular con su culo y pelvis que me llevaba a los cielos, indudablemente seguí en el juego que ella planteaba.

Para no correrme de inmediato comencé a pensar en mi vieja y arrugada profesora de inglés y en tonterías para retomar el control de mi amiguito, finalmente lo logré, permitiéndome seguirle su ritmo, profundizando mis estocadas, las que disfrutábamos los dos.

Comenzó a comerme el lóbulo de la oreja izquierda y a decirme palabras algunas dulces, algunas las entendía otras no, pero lo no le entendía lo suponía bueno. Desde  ese minuto nuevamente me concentré en darle todo el placer posible, pero sin sacar mucho mi verga, de otra forma sabía que me correría sin remedio, por lo que solo buscaba la profundidad de su coño en movimientos cortos, no sé cuantos minutos pasaron cuando ella me deja de besar y me dice al oído que se correrá que le dé fuerte y así lo hice.

  • Vaitiare: ¡Mmmme corrooo oh mi Dios, Oh mi Dios me corrooo ahahahah!!
  • Claudio: Yo también me corro… me corro

Me corrí en castellano y ella en inglés, pero mis sentimientos y sensaciones no requerían traducción, pronto descargué toda mi leche acumulada de días, ya que no lo había hecho desde ligué con una chica de mi puerto base de Cartagena. Vaitiare me estrujaba con su concha como queriendo ordeñar mi verga, el orgasmo fue brutal para los dos, yo no podía ni gritar, pero ella lo hacía por los dos, quedamos derrengados con la respiración agitada, ella me dijo:

  • Vaitiare: Ves, con calma y paciencia eres muy buen amante, me dejaste muy bien
  • Claudio: Gracias, dije pensando que ella tenía mucha más experiencia que yo, y haciéndome la pregunta ¿Cuántos habrá tenido?
  • Vaitiare: Ahora puedes hacerme lo que quieras.
  • Claudio: ¿Lo que quiera? Pregunté incrédulo
  • Vaitiare: Claro, pero sin hacerme daño ni matarme, dijo riendo

Pese a no haberme recuperado del todo comencé a besarla y recorrer con mi boca cada centímetro cuadrado de su piel, perdón, cada pulgada cuadrada de su piel, luego bajé mi cara para comerle la conchita, jugar con su botoncito de placer mientras con mis manos jugaba con sus formidables tetas, ella comenzó a calentarse gimiendo y suspirando de placer, era una Diosa Polinésica de visita entre los mortales, mi amiguito volvió a recobrar su vigor, mientras se lo pasaba por la rajita del coño, ella comenzó a acariciarlo para luego vestirlo con un nuevo condón que sacó de su mesita de noche, me miró y dijo:

  • Vaitiare: Son extra-lubricados por si quieres mi culito
  • Claudio: Buena chica y buen idea, nunca lo he metido en un culo.
  • Vaitiare: Ah eres virgen de meterlo por ahí, dijo riendo.
  • Claudio: Si lo ves de esa forma, sí.

Le besé los cachetes de su hermoso y gran culo, los separé y pasé mi lengua por su redondito orto, algunos pensarán que es asqueroso pero mi calentura me hacía saltarme todas las trabas que traía en mi cabeza, la ensalivé con abundante babita y colocándome detrás le levanté el culo y la penetré lentamente, gozando cada pulgada avanzada, mi verga no es ni gigante ni gruesa, creo que con sus 17,5 centímetros está dentro del promedio, pero esos 17,5 centímetros que penetré fueron de sumo placer. Vaitiare nuevamente gemía y decía cosas que no entendí, pero me parecía que eran buenas, una vez dentro comencé un pausado mete saca intentado tomarle sus tetas, ella me dijo que la afirmara de su cintura o algo así, pues hablo en un inglés rápido y con términos que no conocía. Comenzó a “dedearse” y gritar que le diera más duro, yo le obedecí pero sin volverme loco, quería disfrutar al máximo de la mujer más candente que había tenido en mi vida, de pronto nuevamente ella me gritaba:

  • Vaitiare: Oh mi Dios,…Oh mi Diós...me corroooo....Oh mi Dios....
  • Claudio: Vamos linda que yo también me corro

Vertiendo lo que me quedaba de energías en culearla, nuevamente alcanzamos el cielo, para luego ambos cayéramos derrengados sobre la cama, me acosté a su lado para recobrar fuerzas. De pronto ella me dijo que lo había disfrutado mucho conmigo pero sin mucha consideración me dijo que debía marcharme pues quería dormir. Gracias a Dios me permitió pedir un taxi desde su teléfono para que me fuera, así lo hice. El problema es que no tenía idea donde estaba alojando en la Base Naval de la Isla , afortunadamente el chofer un chico local me llevó a una de las puertas de la base y después de muchas conversaciones con la guardia y otras tanto con las diferentes residencias para oficiales solteros, dieron con Sam. Parte del problema se radicó en que mi nombre era casi imposible de entender para ellos, lo más cercano que llegaban era a Clay, bastante lejos de Claudio, por lo que cuando se comunicaron con Sam Smith, había pasado casi una hora, afortunadamente él les dijo donde debían dejarme, eran aproximadamente las 05:00 horas local, que les puedo decir, llegué a mi cama a eso de las 06:00 horas casi muerto.

A las 12:00 se presentó Sam a mi puerta a buscarme, no lo podía creer, yo estaba destrozado y este tipo aún quería cumplir con su planificación; logró sacarme a la media hora para almorzar algo en un pequeño restaurante de la base, luego me sacó a pasear por la bella Isla y me interrogó sobre como lo había pasado con su amiga, intenté ser discreto, pues un caballero no tiene memoria, pero Sam dista mucho de serlo y me preguntaba si ¿alguna vez había tenido un mejor culo que el de ella en mi vida? o ¿si me la había mamado?, cosas que no hablo ni con mis más cercanos amigos, pero Sam era de los tipos que follada no contada no es Follada. El a su vez me contó que la chica con que se acostó era como de goma, comentando su repaso del Kamasutra, que según pude entender era su libro de cabecera

De Vaitiare no volví a saber nada más, pero creo que hubo un antes y un después de esa oportunidad. Sam me llevó a todos lados consumiendo el resto del día en visitas a muchos lugares, paseando incansablemente hasta nuestra presentación a bordo del Spruance, el lunes al medio día, como corolario debo decir que la isla es muy bella. Mi impresión en el poco tiempo que tuve para apreciarla, creo que para un Americano era lo más parecido al Edén, todo está hecho para que disfruten su ya no tan natural naturaleza.

Como les dije, el lunes al medio día fuimos al lugar de amarre de la nueva unidad, la que recaló inicialmente a la Isla Ford cerca del Arizona Memorial, pues debía de “guardar una cuarentena” hasta que fuese revisado por las diferentes organizaciones estatales.

La semana que pasamos en el lugar sirvió para calificar en el curso de conocimiento de la unidad y los procedimientos normales y de emergencia que debía conocer antes de poder ser considerando un tripulante apto; todo aquello fue bastante exigente pero lo aprobé al igual que Sam. Terminado este curso, pasamos una semana más en entrenamientos y simuladores para finalmente zarpar de la inolvidable isla un domingo por la tarde.

La travesía fue bastante rutinaria, gastando casi 14 días en realizarla, en medio de numerosas maniobras y ejercicios, que finalmente aprobamos y nos permitían incorporarnos a una fuerza de tarea o flota según se requiriera. La recalada a San Diego fue sorprendente, el canal que conduce a la Base Naval, generado por el continente y la Isla Coronado es precioso, los innumerables muelles y el puente Coronado era algo que nunca olvidaría.

Toda la tripulación con la excepción de la guardia tenía unos días libres que yo pretendía usar para conocer las diferentes atracciones que tiene la ciudad y el gran estado de California, entre ellos Disneylandia, el Zoológico de San Diego, el Sea Aquarium y la no tan vecina ciudad de Los Ángeles, sus playas y parques, todo lo que se les pueda ocurrir. Pero mis planes cambiaron por la invitación que me hizo Sam cuando estaba a punto de salir, una invitación a la que no quería ir pero que a la postre cambió mi vida para siempre:

  • ¡Amigo!, te buscaba para invitarte a salir, un poco más tarde tenemos que ir a celebrar el término de la navegación con alguno de los oficiales jóvenes.
  • Es que pensaba ir a conocer la ciudad…..
  • Pero estaremos casi un mes aquí, puedes conocer la ciudad cuando quieras, pero hacer amigos y vivir la camaradería es lo más importante.
  • Bueno tienes razón….¿Dónde Iremos?
  • A mi local preferido aquí, que se llama “Oro Sólido”, donde están las mejores chicas de la ciudad, hay del tipo que te imagines.
  • No creo que esté la chica que yo busco, dije intentando zafar de ir a un bar de nudistas.
  • Te aseguro que sí, ¿cómo es la chica de tus sueños?.
  • ¿Para que quieres saberlo? ¡Si ella no existe!
  • Ahí existe, te lo aseguro pero me debes decir como es para encontrarla y presentártela.
  • Pero si no existe…..
  • Si no existe, o no te gusta la que te presente, simplemente te vas y te buscas una en otro lugar.
  • Okey iré, pero soy muy exigente.
  • Bien dime como es la chica que quieres…
  • Bueno primero debe ser Alta, como de 1,8 metros, que su cuerpo sea voluptuoso de unas medidas de a lo menos 105-60-95 aproximadamente, ojos azules cabello oscuro, inteligente, simpática y que hable castellano; dije seguro que aquella chica no existiría, pues conociendo a los “gringos” el solo hecho de hablar castellano ya era difícil, por lo que creía imposible cumplir mis requerimientos.
  • Muy bien, entonces a las 1900 horas nos juntaremos para salir a cenar y luego al “Oro Sólido” ¡Ahúa!!!

Salimos a cenar todos juntos para que la cerveza y licores del “Oro Sólido” no nos afectaran mucho, ya que todos los integrantes del grupo estaba deseosos de pasarlo bien y pretendían una noche de desenfreno luego de estar tanto tiempo en la mar, ellos lo deseaban mucho más que yo. En la cena Sam se me acercó y me dijo que tenía la chica que yo buscaba, que era todo lo que yo le había pedido y más, por lo que tenía que acompañarlos.

Aún no muy convencido llegamos al “Oro Sólido” cuando el show estaba en pleno apogeo, el local era impresionante, tanto por sus luces y colorido, como por los guardias de seguridad que eran unos tipos impresionantes de gigantes y se notaba que tenían buena forma, uno de ellos se nos acercó y nos dijo con mucha amabilidad:

  • Chicos, no queremos problemas, ¡por lo que se mira y no se toca!, si alguno quiere algo más con alguna chica, debe ser afuera del local, los bailes personales cuestan de cinco dólares para arriba y en esos caso si ellas quieren tocar pueden, ustedes solo lo que ellas acepten, ¿entendido?
  • Entendido dijimos casi en coro.
  • Hola Sam, ¿cómo has estado?
  • Bien Mike y ¿tú y tu esposa?
  • Oh muy bien, siempre me pregunta si has aparecido nuevamente por aquí.
  • Dile que la sigo queriendo y que cada vez que venga a San Diego vendré por aquí.
  • Le diré que viniste, tal vez quiera verte para recordar viejos tiempos.
  • Sería fabuloso Mike, te llevaste a una chica maravillosa.
  • Lo sé Sam, y gracias por abrirme los ojos, ella cambió mi vida.

En ese dialogo que me costó entender un poco se notó que Sam era un habitué del lugar, fuimos donde el nos indicó y nos sentamos en unas mesitas que unimos para que el corro de oficiales estuviésemos cómodos, luego pedimos unas cervezas y doritos con guacamole a una de las meseras. Cabe mencionar estas chicas también eran muy atractivas pese a no ser parte del show.

Con nosotros ya sentados el animador nos anunció que esta sería una noche muy especial, con invitadas sorpresa bajo el auspicio de una popular revista pornográfica de los EE.UU., la que tenía un concurso con las chicas que se presentarían para llenar sus páginas centrales, por lo que a los minutos de llegar el local estaba abarrotado de ansiosos espectadores. Aún no terminábamos nuestra primera cerveza cuando llegó Sam con varias chicas, las cuales fue presentando a los concurrentes dejando una a cada oficial según lo solicitado anticipadamente, dejando una para el final, se me acercó con ella y me dijo

  • Amigo te presento a Gianna, la mujer de tus sueños, jajaja
  • Hola me llamo Claudio le dije en castellano.
  • Hola Claudio un gusto conocerte, me respondió en un castellano con un fuerte acento argentino.
  • ¿Eres argentina?
  • No, pero aprendí allí el castellano y ¿tú?
  • Bueno soy español pero nací en Chile cuando mi padre era agregado naval a la embajada.
  • Ahh, tal vez fuimos vecinos de país, jejeje.

La chica físicamente era todo lo que le había pedido a Sam y tal vez más, su cuerpo era todo lo que alguien podía soñar de una valkiria o diosa del Olimpo, conversamos mucho, tomó cerveza a la par conmigo y lo pasamos muy bien, luego bailó para mí por 10 dólares, créanme que los valía y era un mar de simpatía.

Que les puedo decir, todo en ella despertaba mi lujuria y deseos, sus movimientos eran sensuales sin ser chabacanos, su figura contenida por la escasa vestimenta derrochaba erotismo, su mirada dulce y casi infantil no se condecía de sus vertiginosas curvas, me permitió tomarla de sus caderas mientras se sentaba sobre mi endurecida verga que luchaba por salir de su encierro, me tenía loco de caliente, pero como dijo el amigo de Sam; ella era la que permitía o no tocar. El resto de mis camaradas estaban en lo mismo, o sea cada uno en su mundo con una chica, como a eso de la las 2200 ella me dice que debe ausentarse por un rato, que no me vaya a otro lugar, sale y entra una puerta que yo suponía era para ir tras bambalinas, a los diez minutos el presentador  del local anuncia a la gran Gianna, que nos cantará sus canciones y mostrará todo su arte.

Gianna sale a actuar con una tenida de colegiala calentona acompañada por dos musculados morenazos, comienza a cantar una subida canción mientras sus acompañantes la comienzan a desnudar en cada estrofa para dejarla a poco en solo una tanguita y un sujetador que apena contiene sus voluptuosas curvas, ella una vez terminada su canción toma de los pantalones a sus coristas y de un tirón los deja como el “pato Donald”, con sus grandes y gordas vergas colgando, muchos rieron otros quedaron sorprendidos, la verdad es que no había visto vergas de ese tamaño antes, ni siquiera en la academia naval donde uno pierde total pudor en los vestidores y duchas.

Cantó dos canciones más, debo decir que tenía una bella voz, pero lo que realmente impresionaban eran sus curvas, revolucionó a toda la audiencia cuando en la canción final se sajó el breve sujetador y reveló sus tetas en todo su esplendor, eran un manjar digno de los dioses, realmente eran preciosas, abundantes y desafiantes de la gravedad. Pese a los frenéticos pedidos de la audiencia se retiró con elegancia para dar paso al siguiente show.

Tal como prometió después de su breve presentación volvió a sentarse a mi lado, vistiendo la tenida con que había iniciado su show, realmente me tenía hirviendo como una caldera, seguimos conversando un rato, bailamos en una pista cercana al escenario, pegó su cuerpo al mío y seguí sus sensuales movimientos, mi verga rozaba su culo o su coño en cada paso de baile, me tenía al borde del orgasmo, lamentablemente para mí el baile se detuvo y me dijo que debía sacarse fotos promocionales, por lo que nos dirigimos a un sector lleno de gente, me presentó a un productor y a dos fotógrafos, luego nos sacamos fotos para la promoción de la revista, me presentó a otras chicas que estaban muy bien, pero cerca de la media noche Gianna me dice.

  • Es tarde, mañana tengo que ir a trabajar, ¿quieres ir a mi casa?
  • Me encantaría, respondí sin dudarlo.
  • Espérame un poco que me iré a cambiar
  • Okey, no me moveré de aquí.

En cuanto llegó de regreso le dije adiós a Sam y al resto, lo que me gritaron de todo, parecían colegiales, por primera vez en mucho tiempo me puse rojo de vergüenza, pero ella no se cortó ni un poco. Salimos con Gianna conversando amigablemente entre risas  en dirección al estacionamiento, ahora vestía unos jeans ajustados y una camiseta que no ocultaba la rotundez de su busto; no podía dejar de mirarla. Al llegar donde estaba aparcado un coche Mercedes Benz último modelo se detuvo y lo abrió, me sorprendió que el auto fuera conducido por ella, me imaginé que podía ser el regalo de un admirador o amante, fue tal mi curiosidad que le pregunté.

  • Que maravilla de coche, ¿te debe haber costado un dineral?
  • Sí, gracias, y sí me costó mucha pasta, pero creo que me lo merezco después de mucho esfuerzo y dedicación en mi trabajo.
  • ¿Tanto ganas en este club?
  • No que va, aquí ya no vengo casi nunca, solo a saludar a algunas amigas o como me pidió Sam a acompañar a un buen amigo
  • ¿Entonces en que trabajas?
  • Ah, soy actriz pornográfica
  • ¿En serio?
  • Sí y soy de las que más gana dinero, ya he trabajado en la industria por cinco años y tengo como una treintena o más de películas a mi haber, además de haber salido en tres de las cinco revista pornográficas más importantes de los EE.UU., dijo con indisimulado orgullo.

Quedé sorprendido por decir lo menos, “mi chica ideal” había follado con cientos de tipos de todos los colores y tamaños que podían existir, pero eso no me amilanó, pues pensaba seguir pasándolo bien. El trayecto a su casa fue relativamente corto, contrario a lo que suponía, ella residía en una preciosa casita en la isla Coronado, en un tranquilo barrio familiar, lo que nuevamente me sorprendió.

  • ¿Aquí es tu casa?
  • Si, ¿te gusta?
  • Se ve muy bien, pero pensaba que vivirías en un piso algo más fácil de llevar.
  • Ves, te equivocaste nuevamente, me encanta vivir en una casa con jardín y perro.
  • A mí también me gustaría algo así pero no puedo, en España viví en un piso que era bastante cómodo y si perro pese a que me gustan.

Entramos a su casa conocí a su perro, un lindo pastor alemán de nombre Rocco, el cual estaba entrenado para cuidar y defender a su dueña, entramos a su sala y me ofreció algo de beber, le acepte una soda pues ya a esas alturas no quería mas cerveza o licor en general, ella eligió lo mismo y nos sentamos en el sofá. Que les puedo decir, estaba bastante nervioso, pues no sabía a qué me enfrentaba….bueno sabía, pero dada la diferencia de experiencia nuevamente me sentía cohibido, ¡no quería hacer el ridículo!, las dos chicas que había conocido en este país tenían muchísima más experiencia que yo, pese a que era un salido de primera. Estaba en esas cavilaciones cuando me recordé de las “lecciones” de Vaitiare mi anfitriona en Hawái, ya que de seguro que no podía competir ni en tamaño ni experiencia con los actores porno. Debía de seguir las lecciones aprendidas y que ella en su momento me dejó muy claro. O sea, debía hacer las cosas con calma con una mezcla adecuada de dulzura y fuerza, por lo que decidí comportarme como lo que no era, calmado, tierno, fuerte y seguro de mi mismo.

Nos miramos, ella me sonrió, debo confesar que su sonrisa era preciosa y adornaba muy bien su rostro angelical, me besó, le correspondí, pronto la atraje hacia mí y comencé a acariciarla con apasionada delicadeza o algo así, nuestras lengua se toparon a medio camino, no sé pero fue cómico, tanto que reímos y continuamos saciando nuestra sed de besos y caricias, pronto le amasé sus preciosas tetas por sobre la ropa, la tenía sorprendentemente firmes, Pensé que cuando me había confesado que como eran naturales me había mentido, o esa firmeza se debería al hacer un gran esfuerzo para tenerlas así.

Gianna comenzó a acariciar mi cabeza y cuello, la imité y nos volvimos a fundir en un beso lleno de pasión, seguí con calma metiendo mi mano en su monte de Venus el cual era deliciosamente abultado y pese a tener una diminuta tanga que nos separaba se notaba delicadamente cuidado, cuando finalmente lo pude ver, noté que estaba su rajita rodeada de bellos cortados en forma de corazón, le saqué su camiseta dejándola solo con el sujetador, por primera vez le comencé a comer sus tetas por sobre la tela, ella buscaba mi ya entusiasmada verga, las caricias y besos se sucedían sin parar

  • ¿Quieres ir a mi cuarto?
  • No, aún no, a no ser que te moleste que se pueda ensuciar esta bella alfombra.
  • No, no me molesta, ¿me harás cosas sucias?
  • Tan sucias como quieras.
  • Te advierto que cuides tus palabras y promesas te las puedo cobrar, dijo riendo mientras ya tenía mi verga en sus manos

Me incliné para llegar sobre la rajita de su coño y comencé a lengüetearla por encima mientras ella gemía y suspiraba, claro que eso no me lo creía, ¡Vamos que es una actriz porno!, ella liberó sus tetas del sujetador y le tomé una de ellas mientras con la otra mano exploraba su orto, me lo tomé con calma y suavidad pensando en que en todas las películas porno que había visto los actores eran como apurones y rudos; obviamente pensaba que con ellos no podía competir en esos términos. En ningún momento la deje que me mamara mi verga, pues ya estaba más que excitado y tampoco era necesario que ella la excitara como lo debía hacer con aquellos sujetos que se adormece la verga para durar más, solo cuando ella me dijo:

  • Por favor métemela….ya la quiero sentir adentro, entonces lo hice

Me puse mi condón y se la metí lenta pero continuamente, no le dije ninguna palabra solo la miré a la cara y le sonreí, ella me respondió de igual forma, comencé un mete saca suave pero continuo mientras le comía las rotundas tetas que se gastaba, cuando ya llevábamos varios minutos de ello, comencé a sentir algo que nunca había sentido antes, su vagina estrujaba mi verga como si la fuera a ordeñar, me estaba llevando al cielo, por lo que solo atiné a apurar mi corrida que ya la veía inevitable, pero instantes antes de correrme sin remedio, ella comenzó a gritar

  • Mmmmeee….corro,  oh mi Dios me corrooo….me corroo, dame más dame.
  • Ahh, yo también me corro grité en mi mejor castellano…..¡me corro!.

Una vez que los estertores de nuestros respectivos orgasmo lo permitió, me senté a su lado para besarla, cosa que ella hizo con una dulzura no antes experimentada entre nosotros y sonriendo me dijo:

  • Mmm estuvo maravilloso, hacía mucho tiempo que no me corría
  • ¿En serio pregunté incrédulo?
  • Sí, es muy difícil correrse realmente en una filmación, los únicos que deben hacerlo por obligación son nuestros compañeros….¿vamos a mi cuarto?
  • Bueno vamos

En el cuarto seguimos con nuestro encuentro, ya sin la presión que sentía, comenzamos a jugar con nuestros cuerpos, en un momento ella comenzó a luchar conmigo como si fuera una amazona contra un conquistador español, nuestros cuerpos se rozaban continuamente, tanto que a los diez minutos de nuestro anterior orgasmo, mi verga ya lucía enhiesta y juguetona. Gianna se apoderó de ella y en un rápido movimiento se la metió a la boca y se la engulló como quién se come un churro, me sorprendió la facilidad hasta llegar a mi pubis, me miró con su azul mirar y esbozó una sonrisa con toda mi verga adentro, ella estaba en control.

Se la sacó de la boca y se puso en cuatro patas y me ofreció su culo sin decir ninguna palabra, me puse en posición y luego de babear en su orto le metí mi verga, cuando iba por la mitad, Gianna se volteo a verme; su rostro lucia excitado, pero segura de sí misma, como queriendo demostrar que por allí ella era la experta, como indudablemente lo era, por lo que untando los dedos de una mano en su coño comencé junto con perforar rítmicamente su ano. Para no entregar el control totalmente le acariciaba y jugaba delicadamente con su coño, especialmente atento a su clítoris que lo tenía hinchado de pasión. Sin duda lo estaba disfrutando... Nuevamente me miró, su expresión de gozo me excito y sacando mi mano de su coño le di a probar de su propio flujo vaginal, para después comenzar a cabalgarla tomándola de las caderas, ella reemplazó mi mano que había jugado con su coño por una de las de ella. .

  • Ahhhh.... exclamo con la boca abierta, tragando aire y haciendo que su pecho creciera aún más, sus gemidos y suspiros solo indicaban lujuria y pasión.
  • ¿Estas bien?... ¿te dolió? lo puedo hacer más despacio... pregunté.
  • Auuu... no, no, está bien...mmmuy bien continua... ahh... dijo Gianna intentando recobrar su aliento.

La vi Bajar la cabeza al apoyar un codo, cerrando el puño y morderse un dedo para evitar gemir como lo estaba haciendo, parecía que ya no estaba tan en control, yo le acariciaba el culo a la vez que la arremetía con mi verga mientras ella en ningún momento abandonaba su coño... Empecé a disminuir el ritmo y retroceder lentamente...con la intención de metérsela por la concha, pero refunfuño demostrando su desacuerdo. No sé si le dolía o no, lo único que me quedó claro que quería seguir teniéndola adentro de su ano, siendo perforada por primera vez por mí y no por una gigantesca verga de un superdotado... le hice caso y rehíce mi camino... ahora sus gemidos se amortiguaban por las sábanas y almohadas, ya me estaba claro que le estaba gustando...

  • Ahhh... mmme estas matando. .. ahh...que bueno sigue.
  • ¿Quieres que te la meta por el coño? Me atrevía a preguntar
  • Sigueee... no pares... termina adentro de mi... me dijo con voz entrecortada.
  • Está bien... ¿cómo estás?
  • Bien, no pares… mmm, así sigue…. ahh

Comencé a acariciarle, el culo nuevamente, se relajo, al menos su ano no estrechaba tanto mi pene, que ya me comenzaba a doler...Escupí más baba sobre mi verga y su orto con cada ida y vuelta de mis caderas, ya estaba entrando hasta el tope de su anito y no me dolía, solo que estaba próximo a correrme

  • ¿No sé si pueda más? ¡me voy a correr pronto! le dije
  • No, espera un poco más...no, no... espera... las escuchaba quejarse mientras apuraba aceleraba su “dedeada” en el clítoris.
  • ¡No sé si aguante! le volvía  repetir
  • Está bien... dame más rápido….solo un poco más ... ufff... vamos... uhmmm... ouuuu... ya casi... ya casi estoy... me animaba.

Cuando ya mi corrida fue inevitable empujé mi verga hasta la raíz, ella se desmorono; sus codos y su cabeza presionando la cama, sus manos haciendo puños... soportando mi última arremetida...

  • ¡Asiii, asii... ay que reviento... acábame....me corro, acábame todo mmmm sí!
  • Me corro, ahhh me corro, yo le decía, sintiendo que mi torrente de leche próximo a salir.
  • Saqué mi verga y en un último y profundo empujón se la enterré hasta el fondo, ella arqueó su espalda y se contrajo toda, con sus dedos apretando las sábanas, fue entonces cuando mi verga se derramó por completa en su orto.
  • Ohhhh.... y bajó su apretado culo escapando de mi verga.
  • ¿Te corriste? Me atreví a preguntar
  • ¿Qué si me corrí?....jajaja… por tu mano aquí dijo llevándola a su vagina, ¡realmente estaba inundada!
  • Has batido todo un record, hoy ya me he corrido dos veces contigo, parezco una adolescente, has sido muy considerado al preguntarme en cada momento clave, me has dejado muy satisfecha.
  • ¿Te gustó?... aún incrédulo me atreví nuevamente a preguntar.
  • - Síii... me encantó... respondió aún súper excitada.

Tendido a su lado mis manos dibujaban caricias sobre sus sinuosas curvas en agradecimiento al haber disfrutado de ellas, era realmente un monumento de mujer, ella me acarició la cara y me besó con dulzura y suavidad, ahora era ella que se dejaba llevar por mi naturaleza. Mis manos tomaron su cintura y la atrajeron hacia mí y ella luego las condujo a que apretaran su voluminoso trasero contra mi ingle, ella me besaba sin parar mi lacia verga descansaba en el triángulo que formaban sus tonificada piernas y su coño. La miré cuando en un instante me dejó de besar, su rostro aún encendido y lleno de placer me miraba con felicidad y ternura.

La miré maravillado de su belleza y de esos ojos azules que chispeaba con la luz de las lámparas del cuarto, realmente su rostro era bello y para que decir su cuerpo de pecado, no podía pedir más realmente Sam había cumplido con lo pedido. Esa noche hicimos el amor un par de veces más, como a eso de las 07:00 horas sonó el despertador, ella lo apagó y se comenzó a incorporar, la miré, no podía creer que tanta belleza pudiese dedicarse a la pornografía, pero era así, ella sonriendo me dijo:

  • ¿Te quieres duchar conmigo?, pero solo ducha, ya que debo ir a la universidad y después a trabajar
  • Sí me encantaría, ¿vas a la universidad?
  • Sí, debo avanzar en preparar mi tesis.
  • ¿Qué estudias?
  • Ingeniería Electrónica.
  • ¿En serio?... es…. difícil
  • Sí, pero siempre me gustó, desde que desarmé mi primera radio y ayudaba a papá a reparar televisores en su taller.
  • ¿Tu padre es ingeniero?
  • No, el era técnico de la marina, reparaba sistemas de misiles y aparatos electrónicos en el garaje de la casa donde estamos.
  • ¿Falleció?
  • Sí, junto a mamá, en un accidente automovilístico, después de eso debí trabajar ya que no tenía a nadie que me ayudara, pues intenté vivir con una tía a la que su marido le gustaba meterme mano, por lo que cuando pude salir de ahí me fui.
  • Debe haber sido duro.
  • Sí lo fue, pero ahora pese a todo no me arrepiento.
  • Me imagino que tu vida con un sujeto así no fue agradable.
  • Tienes razón, es preferible coger por dinero que por obligación, claro que preferiría hacer el amor con mi hombre.
  • Claro, eso es mucho mejor, le dije sin dejar de mirar su bellos ojos.
  • ¿Nos duchamos juntos? O si prefieres puedes hacerlo por separado.
  • ¿Tú que crees? Dije sonriendo.

Respondiendo mi sonrisa me tomó de la mano y me llevó al baño, Obviamente nos duchamos juntos repartiéndonos algunas caricias y jabonándonos mutuamente, pero si  intentar algo más, ya que ella debía ir a trabajar, nos vestimos igual como nos secamos, con más besos y caricias, se le veía feliz, finalmente desayunamos y me dijo que si me preguntó si me dejaba en algún lugar, yo le pedí ir a la ciudad para partir conociéndola, así nos despedimos.

Inicié mi visita a la ciudad, el sector antiguo que en algún pasado estuvo iluminado por luces a gas era precioso, como lo era también sus tiendas y restoranes, busqué información turística y comencé a visitar los lugares que consideré de más interés, cuando estaba en eso encontré un local de arriendo de autos muy económico, ya que no eran coches del año, pero sí en buen estado, lo que me facilitó mis desplazamientos, al atardecer regresé a mi unidad. Apenas puse un pié a bordo, apareció Sam a interrogarme, yo solo le contestaba lo mínimo posible, pero él, ¡bueno es muy insistente!, diría insoportablemente insistente.

  • ¿Amigo, como estuvo todo, la chica es lo que querías?
  • Todo muy bien y sí era como la pedí.
  • ¿Y disfrutaste de ese monumento de mujer?, ¡a que sí!
  • Pero solo sí….dame detalles.
  • No, no me gusta dar detalles….
  • Vamos hombre eso solo lo dicen los que tienen la picha floja, pero por lo que supe tú no eres de esos.
  • ¿De dónde sacaste eso?
  • Bueno de Vaitiare y ahora de Gianna que me llamó hace poco de su trabajo para pedirme tu ubicación.
  • Vamos estas exagerando
  • No para nada, ella quiere verte nuevamente.

En un comienzo había creído que Sam era un tipo poco confiable, pero por lo dicho por todos y como lo habían demostrado los hechos no lo era, por lo que me alegró de saber que había satisfecho a mis dos chicas de los EE.UU. aún cuando no las viera nunca más. Luego cada uno siguió con sus propios asuntos.

A eso de las 19:30, un poco después de la cena a bordo de mi unidad quería ir a conocer algunos bares y lugares de diversión por si caía alguna chica en mis redes y si no, nunca es malo ir por cervezas y tapas como nosotros hacemos usualmente en España. Estaba en eso, cuando me llaman por parlante requiriéndome en la guardia, inmediatamente pensé en el Loco Sam, por lo que fui preguntándome ¿qué tontería quería de mí?, pero al llegar me llamó la atención que en la guardia había un gran alboroto y estaba llena de marinos, cosa inusual a esa hora en que solo está los de guardia y no hay trabajo. El cabo de guardia me saludó marcialmente y me dijo que una señorita me requería en el muelle, tal fue mi sorpresa al ver que abajo estaba el Gianna esperándome con la ropa que la había visto al despedirnos en la mañana, al verme ella me saluda agitando los brazos y las manos, todos los hombres que estaban presentes gritaron saludándola, ella les sonrió y los saludó nuevamente despertando la algarabía de todos. Bajé rojo de vergüenza, no me esperaba tal sorpresa y menos que todos a bordo se pasaran la voz de tan insigne visita para mí.

  • Hola Gianna dije apresurándome a saludarla.
  • Hola Claudio, respondió colgándose de mi cuello besándome, al instante estallaron los gritos de la casi multitudinaria platea que había en el buque.
  • Mmm… parece que tienes a todos locos.
  • Así parece, desde que pregunté por ti el público aumentó, jajaja,… ¿quieres salir por unos tragos?
  • Me apetece unas tapas y unos tragos.
  • ¿Unas qué?
  • Ah, chica las tapas son unos bocadillos, verdad que tú hablas argentino, jajaja….
  • Bien vamos.
  • Okey ¿vamos en mi coche?
  • ¿Tienes coche?
  • En realidad uno que arrendé por un mes.
  • Me gustaría tu oferta pero no puedo dejar mi auto aquí, a la intemperie del mar.
  • Ah tienes razón, vamos en el tuyo y luego me cojo un taxi.
  • No de ninguna manera, te vengo a dejar.

Salimos y disfrutamos de un local de ostras, luego de uno de langostas y finalmente un local de alitas de pollo y cerveza donde bailamos o en realidad intenté bailar los bailes vaqueros que a Gianna le gustan; según ella no lo hacía tan mal, algunos parroquianos la reconocieron pero no hicieron nada más allá de solicitarle algunas fotos y autógrafos. Cerca de las 2230 ella me dijo que al otro día debía de trabajar por lo que me invitaba a su casa a dormir, yo le dije que no era necesario, que no deseaba molestar ante lo cual me dijo.

  • ¿Qué clase de marino eres que no aceptas la invitación de una chica?
  • Uno que sabe que la gente trabaja y debe descansar,
  • Okey, pero antes de dormir me gustaría que me hicieras lo que me hiciste ayer aún cuando no sea tan largo.
  • ¿En serio te gustaría repetir?
  • ¿Qué crees?, te fui a buscar a tu buque, salí a comer contigo y ahora te invito a mi cama.
  • Bueno es cierto.

Desde la entrada a su casa hasta su cama nos fuimos besando, dejé mi ropa y la de ella regada por todos lados, ella me besaba con dulzura y deseo, no me dejaba llevar por lo impaciencia, creo que esa lección la tenía bien aprendida. Para no ser insistente en relatarles los pormenores solo les puedo decir que nuevamente exploramos nuestras sexualidad, yo disfruté de sus conocimientos y ella de la pasión con ternura, por lo que los dos disfrutamos de tres increíbles orgasmos, solo a eso de las dos de la madrugada nos dormimos, a la mañana siguiente hicimos lo que ya habíamos experimentado anteriormente con la única diferencia que ahora me dejó en el muelle frente a mi unidad.

  • Claudio, no quiero ser insistente, pero mañana tengo la mañana libre…..pensé que tal vez podríamos cenar algo en casa a eso de las 19:00 ¿te apetece?
  • Claro ¿qué te llevo?
  • Solo tú…adiós dijo sonriendo.

Al subir a bordo, los pocos testigos de mi despedida de Gianna me miraba con indudable envidia, nuevamente Sam se juntó conmigo para interrogarme, pero como debíamos trabajar luego del “merecido descanso de dos día”, no tuvo muchas oportunidades de hacerlo, pero para el interrogatorio a la hora de almuerzo fue inevitable, y nuevamente me acosó, nunca había conocido un hombre que le gustara tanto el cotilleo. Tuve que darle alguna información para calamar sus ansias de información, otros de los oficiales se le unieron, la situación fue calmándose en al medida de que expuse mi “aventura porno”, claro que la mayor parte que les narré era de una película prono que recordaba.

Salí temprano del buque, apenas terminó la jornada laboral, pasé a una tienda de flores y un supermercado, donde compré chocolates suizos que me encantan, de ahí me fui a casa de Gianna, ella me esperaba, por lo que apenas aparqué el coche salió a recibirme con su perro Rocco, ella contenta me besó con la dulzura acostumbrada, me hizo pasar agradeciendo mis presentes, en ese minuto la miré y comencé a darme cuenta que estaba llevando mi aventura demasiado lejos, pero no lo dije. Cenamos y ella me propuso ver televisión, cosa que me extraño al no incitarme a que tuviésemos sexo, sin cortarme ni un poco le pregunté:

  • ¿No quieres tener sexo?
  • Me hubiese encantado pero no puedo, hoy en la mañana me toco hacerlo con dos negros de vergas descomunales y me duele todo…. ¿me perdonas?
  • No tengo nada que perdonarte, es tu profesión y no somos nada más que amigos.

A ella le cambió la cara y se puso a llorar, me sentí podridamente cruel, fue como si yo le hubiese dañado sus cavidades y algo más, lo último era lo peor, le había dañado el corazón, no sabía que hacer, ante lo que ella me dijo.

  • Tienes razón no somos nada.
  • No quise decir eso… perdóname, pero
  • Te perdono, tienes razón, no somos nada, eso es exactamente lo que soy para ti.
  • Me equivoqué, perdóname no quiero dañarte….claro que somos amigos.
  • Sí seamos amigos… ¿puede un amigo dormir con su amiga para pasear mañana todo el día ya que no puedo filmar y estoy libre.
  • Sí, también había pedido el día libre para pasear por la ciudad.

El resto de la velada fue tranquila y dominada tanto por su inquietud como por el cariño que nos intentamos dar mutuamente, pero indudablemente yo había roto algo en esta relación. Al otro día paseamos y disfrutamos como niños, fuimos al zoológico recorrimos su barrio en la isla Coronado y al atardecer a un pub muy agradable con música en vivo, al anochecer la dejé en su casa y me marché a mi buque.

Pensé que ella se había desilucionado de mí por lo que no la vería nuevamente, pasaron varios días sin verla, hasta que el sábado temprano me vuelven a llamar de la guardia. Como en cualquier lugar los sábados no trabaja más que la guardia y más si es muy temprano. Eran como a eso de las 0830, acudí sin premura, pensando que sería alguno de los oficiales que quería invitarme a algún lado, pero estaba equivocado era Gianna.

  • Sorpresa… pasaba por aquí y me acordé de ti.
  • Hola Gianna, ¿Cómo has estado?,  ¿ya no te dueles….?
  • Bien… no, ya no me duele, jajaja
  • ¿Qué te trae por estos lados? Me atrevía preguntar cuando ya un corro de marinos madrugadores para ser sábado salían a cubierta para mirarla.
  • ¿Pensaba si deseabas ir a Los Ángeles a conocer?
  • Si de hecho estaba en mis planes antes de que el lunes salgamos a navegar por la semana.
  • Entonces soy afortunada, vamos en mi auto.
  • ¿Por qué no en el mío?
  • Es muy feo, jajaja.

Se veía preciosa, pese a que iba vestida como cualquier chica normal, unos jeans, como dicen los argentinos con una remera holgada zapatillas deportivas lentes oscuros y un jóquey para evitar el sol. El viaje se inició con un inquietante silencio que me atreví a romper al sugerirle que compráramos unas provisiones en el Navy Exchange de la Base para el largo viaje a los Ángeles.

  • No puedo comprar en tiendas de la marina, pues no soy funcionaria de ella.
  • Pero yo si puedo comprar, ya que si lo soy.
  • ¿Puedes siendo extranjero?
  • Sí, ya que actualmente tenemos completa reciprocidad en el intercambio que estamos realizando.
  • Okey, hace siglos que no entro al Navy Exchange

Hicimos las compras, un par de tipos le pidieron un autógrafo, uno quiso propasarse con ella pero antes de que yo interviniese ella lo manejó de tal forma que solo fue un mal momento y no pasó a mayores (siempre hay un idiota), compramos agua embotellada galletas y chocolates y emprendimos el viaje, para no seguir mudos le pregunté por su tesis y por asuntos de ingeniería electrónica materia que me gusta pese a ser especialista en otras áreas, cuando en eso ella me pregunta:

  • ¿Te molesta que sea actriz porno?
  • ¿A qué viene esa pregunta?
  • Me preguntas sobre muchas cosas pero no sobre mi trabajo el que me da de comer.
  • La verdad es que mi mente debe luchar contra paradigmas que llevo insertos en ella de toda mi vida, por lo que debo de responderte que sí, eres la chica perfecta, pero indudablemente me gustaría que solo yo fuese el que te folla y no tus colegas.
  • Ah entiendo, pero podemos seguir siendo amigos.
  • Por supuesto.
  • Pero si yo fuera a tu país como amiga ¿me recibirías?
  • Claro, por que no.
  • ¿Me presentarías a tus amistades?
  • Creo que sí.
  • ¿A tus padres?
  • ¿A dónde va esta conversación…?
  • Solo quiero saber si te avergüenzo.
  • La verdad es que andar por la calle contigo no me avergüenza, presentarte a mi círculo social como amiga y a mis padres tampoco, pero me molesta que otros se sientan en posición de tocarte.
  • Piensas que solo debería ser tuya.
  • Algo así creo yo, tal vez no sea muy racional pero eso es lo que pienso.
  • ¿Te gusto?
  • Me encantas pero tu profesión me complica.
  • Bueno a mucha gente le complica… pero eres el primero que me toma como persona y no como una muñeca inflable.
  • No lo eres, pese a tu acento argentino eres encantadora, jajaja.
  • Y tu acento de no se donde no es mejor….
  • No te enojes, tengo un par de amigos argentinos y son buena gente, solo que su acento es difícil de entender.
  • Tu inglés no es mejor….
  • Vamos que no quiero que peleemos.

Nos detuvimos en Anaheim porque ella quería ir a Disneylandia, cosa que a mí me encantó como idea, dado que era algo tarde, tomamos una habitación en un motel de ruta y luego fuimos al parque hasta que llegó la hora de cerrar, disfrutamos como niños, hicimos el máximo de cosas posibles pero nos faltó tiempo, llegamos a la conclusión de que regresaríamos al día siguiente y veríamos lo que nos faltó, dejando Los Ángeles para otra ocasión.

Pese a lo cansado que llegamos al motel, no dejamos de follar ¿o hacer el amor?, el tema se me iba de las manos o de mi razonamiento, pero era un extranjero de paso, por lo que decidí disfrutar todo lo que durara, no quería limitar mis expectativas, la noche una vez más fue mágica, ambos disfrutamos de nuestros cuerpos como si el mundo fuera a acabar. Al otro día nos levantamos temprano y estábamos en el parque apenas lo abrieron, la jornada fue maravillosa, hasta nos sacamos fotos con los personajes más conocidos de la familia Disney, cansados una vez más almorzamos en el lugar y después de recorrerlo con más calma decidimos regresar a San Diego, llegamos de noche, como el lunes temprano debía salir a navegar me dejó en el muelle y se marchó después de un candente beso, por primera vez no hubo más testigos quela guardia.

La semana de navegación fue variada y cansadora, el viernes a eso de las 0200 de la madrugada retornamos a puerto, los movimientos del buque por ser lo último en tecnología militar era muy reservados y usualmente se hacían en horarios donde los ojos indiscretos fueran menos, pero así y todo a eso de las 0230 me llaman de la guardia a mi camarote donde yo dormía plácidamente después de las agotadoras jornadas anteriores.

  • Hola, teniente Claudio.
  • Sí que pasa.
  • De la guardia mi teniente, hay aquí una señorita que pregunta por usted
  • ¿Qué?
  • Mi teniente, Gianna XXX pregunta por usted.
  • Ah, voy en cinco minutos.

Pese a que solo unos minutos antes me había dormido, me levanté como si fuera zafarrancho general de combate y salí rumbo a la guardia, estaba entre dormido y confundido por la aparición de Gianna.

  • Hola Claudio, pasaba por aquí y pensé en darte la bienvenida.
  • Jajaja, pasabas por aquí, ¿Cómo supiste que este buque que acababa de llegar era el mío?
  • Fácil, soy hija de marino, se diferenciar los buques y el número DD-963 es inconfundible.
  • Ah si, jajaja y se puede saber ¿cómo te diste cuenta que estaba recalando a las dos de la mañana?
  • Miré por la ventana de mi casa, ya que vivo en la isla y mi habitación da al mar.
  • ¿Estabas desvelada?
  • Sí y para ser sincera tengo conocidos de mi padre que me informan muy bien, jajaja, por lo que se que tienes tres día libres y no estás de guardia. ¿vamos?
  • Me tienes que dar unos minutos.
  • Te espero.

Bueno finalmente y pasado los años debo decir que no me casé nunca con mi bella Gianna, pero no me liberé de ella, pues seguimos viéndonos mientras estuve de intercambio, ella se graduó de ingeniero, por lo que comenzó gradualmente a cortar sus nexos con el porno, llegó la fecha en que me volvía a España y nos despedimos en el aeropuerto de Los Ángeles, sus lágrimas me partieron el corazón, tanto que yo también lloré.

Un día estaba yo saliendo franco de mi unidad la Fragata Baleares donde me desempeñaba como oficial de comunicaciones y de puente, cuando me llaman a la guardia, extrañado pues no había quedado con nadie para ir a trotar o jugar frontón que era lo que usualmente hacía a esa hora, por lo que fi lleno de curiosidad

  • Hola Claudio, pasaba por aquí y pensé en visitarte.
  • Hola Gianna y como supiste que esta era mi fragata.
  • Fácil, soy hija de marino, se diferenciar los buques y el número F-71 es inconfundible.
  • Ah y también tienes conocidos de tu padre en la Armada Española
  • Sí y para ser sincera tengo conocidos de tu padre que me informan muy bien, jajaja, por lo que sé que tienes tres día libres y no estás de guardia. ¿vamos?
  • Me tienes que dar unos minutos.
  • Te espero.

La verdad que ella me esperó toda la vida, tanto que aún me espera todas las tardes cuando regreso de mi trabajo muchas veces junto a nuestros cinco hijos, dos hombres y tres chicas, y sus siete nietos. En cuanto a mis padres, nunca me reprocharon el pasado de ella, pese a que nunca aceptaron que me casase con Gianna; bueno eran chapados a la antigua y eso no cambió hasta la muerte de mamá, como tampoco con la llegada de papá a mi casa, donde Gianna lo mima y cuida como si fuera su propio padre, finalmente ambos quisieron a sus nietos al igual que los a hijos de mis hermanos.

Por lo que sé, Gianna nunca me engaño o quiso en su cama a alguien que no fuera yo, con una única excepción, nuestros hijos que en las mañanas de domingo llegaban en masa y regaloneábamos en familia. Además siempre me dice que yo fui el único hombre que la tomó como lo que era: ¡una mujer!, por lo que yo soy y seré su único hombre hasta que me muera…. Espero no hacerlo muy pronto.

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