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The Nanny O Simplemente La Nana, Capítulo 2 y 3

en Grandes Relatos

Capítulo 2

La semana solo tuvimos mantención de la unidad en el puerto, un clima agradable, largos pensamientos acerca de mi Begoña, como también sueños con Nadja, aún no comprendía como no podía arrancarla de mi mente, también tuve largas conversaciones con Paula, a la que trataba de evitar, porque de solo verla me sentía como un canalla, claro que finalmente me fue imposible evitar verla en persona, pues a eso del miércoles, se presentó a mi puerta de improviso, pero contrario a lo que supuse cuando contesté el comunicador, llegó con su amiga, ¡sí esa que me quería presentar!, debo reconocer que Viviana era tan bella como me la había descrito, una rubia de 1,68 metros, ojos café claro, casi como la miel, me recordaron los de Kuky, sumamente curvilínea, “entradita en carnes” en ningún caso gorda, diría que era como una valkiria de abundantes pechos, tal vez de una copa G y sus medidas serían 110-70-100, o sea era la diosa abundancia personificada, toda una tía maciza, uno de los tantos secretos que no había mencionado Paula, es que la chica es de ascendencia Sefaradí y judía practicante, cosa que a mí no me molestaba en ningún caso, pero no siempre es fácil lidiar con eso de las religiones y diferencias culturales, ¡ya lo sabía yo!, como todas las amigas de Paula, también era un amor de agradable, hablaba varios idiomas, trabajaba como azafata de una gran aerolínea americana y a la vez estaba realizando el curso de piloto comercial, cosa que le envidiaba, pues yo lo intenté y fracasé por mi falta de habilidad para orientarme en las tres dimensiones, pese a que me dijeron que si uno tiene el suficiente tiempo y paciencia, hasta un mono podría aprender a volar, cosa que yo no creo, si no todos lo podrían hacer. La conversación fue de lo más animada, tanto que pasada las seis de la tarde se fueron un poco después de quedar en salir conmigo y un compañero al que aún debía definir, la idea era salir a cenar y luego bailar, por lo que me dediqué a encontrar un soltero simpático y bien parecido como me pidió Paula. En eso logré contactar a algunos de los “solteros codiciados de mi generación”, debo confesar que no soy muy amigo de él, pero “la necesidad tiene cara de hereje”, mi camarada Gustavo, llegó a eso de las 19:30 listo para salir a buscar a las féminas que nos aguardaban en casa de Paula.

La cena en el Club de Oficiales fue de lo más agradable, bien atendida y cordial, Gustavo de inmediato comenzó a cortejara a Paula, la que mantenía una permanente sonrisa y como también mantenía a raya los avance nada de disimulados de su pareja, yo por mi lado pese a que me sentía algo incómodo por la situación, creo que algo celoso también, conversaba con Viviana, debo decir que sin pretender avances mayores con ella. El punto de mayor convergencia fue todo lo de su vida relacionada con la aviación, cosa que nos apasionaba a los dos, pero pese a los maravillosos atributos de la chica, no dejaba de pensar en el próximo fin de semana y que llegaría Nadja y mi nenita, tanto se me notó que ella se acercó a mi oído y me dijo en un susurro

Claudio entiendo si no quieres liarte conmigo, pero animo que podemos pasarlo bien.
Disculpa, son momentos o lapsus en que me voy de la tierra, pero estoy dispuesto a que lo pasemos bien.
Salimos a bailar a una discoteca que pese a estar de moda se hallaba casi vacía por ser el día que era y aún no empezar plenamente la época de verano, la velada comenzó a mejorar, francamente lo pasé tan bien como en los días que bailaba con mi Begoña, claro que no fue exactamente lo mismo. A eso de la media noche, por tener que trabajar la mayoría de los presentes, regresamos a casa, Gustavo fue a dejar a Paula que a la postre lo mantuvo siempre a raya, cosa que de alguna forma me hizo feliz y yo a Viviana a su hotel, el cual quedaba muy cerca de mi casa, estábamos en eso cuando la bella valkiria aprovecha una detención en un semáforo y sin decir agua va me besa, me sorprendió los primeros segundos pero finalmente le correspondí el beso, a lo cual con una sonrisa me dijo….

Por un momento pensé que no te gustaba
Eh…. Claro que me gustas, pero ….
No me digas nada te entiendo, podemos empezar lentamente lo que sea que empecemos, me dijo
Partamos por lo básico, ¿qué te parece nuestra amistad?, respondí.
Seremos amigos de todas formas, ya que eres un chico muy majo.
Y tú eres encantadora.
La dejé en su hotel quedando de vernos al día siguiente, debo confesar que mi trabajo fue poco productivo ese jueves, pues mi sueño mas el caos de pensamientos y sentimientos encontrados que tenía, me hacían estar distraído y algo errático en mí accionar, tanto que mi suboficial ayudante me dijo

Mi teniente, que le parece que vayamos a tomar un café a la sala de radares y me cuenta lo que le pasa
Eh.. pero no me pasa nada.
Mi teniente soy bastante mayor que usted y tengo mucha experiencia de vida, no me digo cosas que son evidentes, vamos.
Okey vamos.
Mi ayudante o “el Viejo” como le dicen sus subordinados siempre me pareció un hombre correcto y de toda mi confianza, pero siempre dentro del ámbito profesional y militar, pero por alguna razón me dejé llevar para conversar cosas que no había conversado con nadie, ni siquiera con mi familia, eran aspectos totalmente personales, pero ese hombre de 45 años, por algún motivo me pareció lo más cercano a mi padre, el cual como saben sufre problemas mentales. La conversación fue bastante larga, casi tres café y pasar frio con el aire acondicionado necesario para enfriar estos equipos que necesitan disipar el calor que genera su operación, finalmente luego de escuchar todas mis tribulaciones me dijo:

Mi teniente, se que nunca olvidará a su esposa, pero por el bien de su hija debe continuar adelante, claro que le recomiendo que no busque una madre para ella, busque una mujer para usted.
Pero debo velar por mi bebita.
Si encuentra una mujer para usted, conociendo como es usted; creo que encontrará a la nueva madre de sus bebita, créame, una mujer que lo quiera la querrá a ella también.
De alguna forma las palabras de mi ayudante me relajaron en algún sentido y me hicieron pensar con más calma acerca de mi situación y todo lo relacionado con mis “mujeres”, lo primero que pensé es que mi bebé por lo pronto estaba bien cuidada y era muy pequeña para darse cuenta de la falta de su madre, en cuanto a las mujeres de mi vida, Paula es una buena amiga y si bien disfrutaba de su compañía, no la amaba como amé a Begoña y no sé si algún día podría amarla, en cuanto a Kuky, la conocía bien, pero era muy joven y claramente nos sentíamos atraídos, pero no sé si eso se le puede llamar amor, creo que nuestra empatía y atracción se debía nada más que a sexo, pese a que nunca la había tocado más allá de la mano, en cuanto a Viviana, ella era demasiado atractiva para desecharla, pero no la conocía mayormente y finalmente Nadja….. no sé que me pasa con ella pero no la puedo arrancar de mis pensamientos, la conocí tanto o menos que Viviana pero la tenía inserta a fuego en mi mente.

En la tarde salí del buque y sin pensarlo más, llamé a Viviana, me dijo que estaba descansando en su hotel, pues Paula estaba aún trabajando, entonces le pedí que saliéramos a pasear, por lo que la recogería camino de mi casa donde me cambiaría para que saliéramos. Así lo hice, ella pacientemente me esperó en mi sala, no pretendí atacarla en el lugar como haría un desesperado y luego caminamos por el boulevard que rodea una conocida playa de la ciudad, tal como si fuéramos amigos de toda una vida, se veía preciosa y contenta, su compañía me alegraba, estábamos en eso cuando llamó Paula, ella le dijo que estaba paseando conmigo y que mañana la llamaría para quedar, a los dos minutos de colgar el móvil, me llama Paula y me dice

Veo que te gustó mi amiga, disfrútala y después me das las gracias, jajaja
Paula, eres una loca….
Sí por ti, pero estoy dispuesta a compartirte con ella pues es una buena niña y te hará bien.
Pero solo estamos…
No digas nada yo sé lo que nos pasa, sigue disfrutando, adiós
Colgó y nuevamente quedé con un mar de dudas y preguntas, que significaba lo que me dijo… ¿seré muy despistado?, o es mi sino, no poder entender lo que me dicen las mujeres, en todo caso al atardecer cenamos a la orilla del mar en un pequeño restaurante especialista en mariscos y pescados, luego fuimos a un mirador donde ella nuevamente toma la iniciativa y me besó, yo en esta oportunidad reaccioné con pasión y sigo con el magreo, estaba tan salido que comienzo a amasarle sus tetas por sobre el vestido, Viviana de pronto se paraliza y noto que “toda ella” se tensa como una espía de atraque de los buques.

¿Viviana te pasa algo, fui muy osado?, pensé…
Calma Claudito, no eres tu soy yo…..(parecía casi un rompimiento)
¿Te sientes mal por tus creencias?…..
No, no es eso ni nada de lo que has dicho, me da vergüenza explicarlo pero te lo diré….
Por favor continúa.
Mi problema es mi busto….es que ….
¿Te pasa algo, estás enferma?
Es que desde pequeña mi busto comenzó a crecer antes que el de mis compañeras, me da vergüenza lo grande que es, tanto que he pensado hacer una reducción mamaria,…. siento que soy deforme que nunca le gustaré a ningún hombre.
Calma Vivi, a este hombre le encanta tu busto, es más me gustas toda tú, tal como estas.
Pero mis mamas son gigantescas….no sé si te gustarían.
Créeme, que me gustan a pesar de no haberlas visto aún en vivo y en directo.
La volví a besar acariciando sus enormes masas de carne, que se sentían suaves al tacto por sobre su ropa, Viviana, suspiraba y aún se notaba tensa, le susurraba al oído que se relajara y disfrutara como lo hacía yo, para distraerla un poco la tomé del orondo culo que era otro manjar extra grande y la atraje hacia mí, como vestía unos vaqueros ajustado que le calzaban como guante, me deleité abarcando toda su superficie, la temperatura del coche fue subiendo hasta que finalmente pude tener acceso a sus tetas, las que liberé y acaricié con pasión comenzando a comerlas “a piacere”, ella me daba caricias en mi cabello y cuello dejándose llevar hasta que en un momento me separó de mis golosinas y me dijo

Calma Claudito, si seguimos así te entregaré mi virginidad y aún no lo creo conveniente.
¿Eres virgen?, pregunté incrédulo
Sí lo soy, ¿te molesta?
No para nada, pero es que pensé que no lo eras, ¿qué edad tienes?
Lo soy y tengo 21 años, pero me entregaré a alguien que realmente ame y no al primero que se me cruce, ¿te sientes mal por eso?
No para nada, es más, respeto a lo que dices, mi Begoña me entregó sus virginidad después de un largo asedio dije sonriendo, jejeje.
Bueno, en todo caso me gusta ser asediada, respondió dándome un piquito y colocándose su sujetador y cubrirse adecuadamente.
Seguimos conversando un rato más hasta que la fui a dejar a su hotel, ahí me dijo que se marcharía en la mañana pues le habían cambiado su agenda y tenía vuelo a San Francisco, pero que esperaba volver a verme, le aseguré que así sería. Volví a casa a hacerme una descomunal paja pues había quedado más que caliente, “pero que le hace una raya más a un viejo tigre”, el solo recuerdo de haber disfrutado de esos gloriosos pechos e indescriptibles areolas me hacían menearla con desesperación, así y todo las imágenes en mi mente me hacía ir de mi Begoña a Viviana y Nadja, nuevamente aparecía la niñera, forcé mi pensamiento a ir a Paula e incluso incluí a Kuky, a cada una de ellas las imaginaba haciéndome una cubana, pero finalmente al correrme imaginé hacerlo sobre las tetas de Nadja…. ¡Qué horror, ella debe ser la niñera!

Por fin es viernes, salgo del buque y regreso a casa, al ingresar me doy cuenta que ya las “visitas” están adentro, la pequeña sala está atiborrada de cosas, entre las tantas, el cochecito de mi Bego, doy un gran hola esperando respuesta, en eso asoma mi madre diciéndome:

Hola corazón, como te has portado
Claudio: Bien mamá, como siempre
Kuky: ¿Hola Claudito, como estas?
Claudio: Hola mi pequeña, yo estoy bien ¿y tú?
Kuky Feliz de verte.
Nadja: Buenas Tardes don Claudio, ¿cómo está usted? Me dice con una amplia sonrisa, parece un ángel.
Claudio: Bien pero no me trates así, dime Claudio, dije sonriendo.
Nadja: Es que usted es mi patrón contestó con sus ojos llenos de felicidad.
Claudio: Tú eres la Nanny de Bego, por lo que trátame de tú.
Nadja: No entiendo su lógica pero está bien.
Kuky: Si has terminado de hablar con Nadja, te puedo preguntar que tienes planeado para nosotras, dijo algo celosa al no entender mi conversación con Nadja.
Claudio: La verdad es que quiero pasar el máximo de tiempo con mi bebé.
Kuky: Pero algún rato tendrás para mí.
Mamá: Kuky deja que tu tío vea a su hija y después le exiges que te entretenga.
Kuky: Sí Oma Berta.
Capítulo 3

El tener a Kuky y Nadja en mi pequeño apartamento me tiene algo perturbado, además en cada movimiento de Kuky, noto segundas y tal vez terceras intenciones, mi estado de excitación es permanente, por lo pronto juego con mi adorada pequeñita que ya con casi siete meses hace muchas “gracias” y me entretengo sin siquiera mirar a las féminas que me rodean, mamá, me habla de todo y nada, me pone al día de toda la familia, me cuenta como mi hermana se recupera de su depresión y como mi sobrina ya camina, con solo algo más de 9 meses, estaba en eso cuando siento que me miran y al levantar la vista veo los claros ojos de Nadja, la cual al cruzar nuestras miradas se pone roja de vergüenza y mira para otro lado.

Mamá: Eres un caso perdido, jajajaja.
Claudio: ¿Por qué juego con mi hija y chocheo?
Mamá: Sí seguro…. Los dos son tan trasparentes….jajajaja
Kuky: ¿De qué se ríen? Pregunta entrando a la sala después de estar en la cocina
Mamá: De que tu tío quiere salir contigo a bailar y unas copas hoy mas tarde, y me está pidiendo permiso, jajaja
Kuky: Encantada tiito, ¿dónde iremos?
Claudio: La verdad que no estoy muy seguro aún dije perplejo por la situación.
Kuky: ¿Sabrás la hora?
Claudio: Temprano después de cenar en casa.
Kuky: Que bien aprovecharé de ir al salón de belleza, dijo tomando su bolso, agregando ¿será bueno el que está en la plaza?
Claudio: Creo que sí, pues Begoña iba para allá, aún cuando no lo necesitas.
Kuky: Lo sé pero quiero lucir más linda aún, dijo saliendo presurosa.
Me quedé con mi madre la cual me miraba y me sonreía divertida, en eso Nadja nos pregunta a donde salía Kuky, mamá casi como si fuera lo más natural del mundo que al salón de belleza porque yo la había invitado a salir, no puedo describir la cara que puso la bella Nana, de ser un ángel luminoso se transformó en un ángel lleno de pena y congoja, quedó muda sin, tomó a Bego casi arrebatándomela y se la llevó al cuarto de invitados. Su gesto me impactó profundamente y la pena me asaltó como si hubiese perdido algo tan valioso como….no lo quería reconocer, pero tan valioso como mi Begoña, mi madre me mira y antes que yo pudiera encararla por sus mentiras y manipulaciones me dice

Hay mi niño, no te enojes conmigo, solo estaba comprobando mis sospechas.
Claudio: Se puede saber ¿cuáles son tus malditas sospechas?…
Mamá: Mira mi niñito, cuidado que soy tu madre y es simple, primero le gustas a Kuky, creo que ella tiene un amor adolescente contigo, si bien ella no te es indiferente, la que realmente te tiene loco de atar es Nadja y ella…..
Mamá: ¿Realmente lo quieres saber….?
Claudio: Sí mamá, lo quiero saber, pese a que con su mirada y posterior escape la respuesta estaba clara.
Mamá: Como ya te habrá quedado claro, ella tampoco es indiferente a ti y lo último que presenciaste fue un rapto de celos como no había visto desde que Begoña se enojó contigo por tu prima Celeste que te coqueteaba en el matrimonio de tu primo Tani.
Claudio: Pero mamá, ahora la Nana de tu nieta está enojada con el padre y quién sabe qué pensará o hará.
Mamá: Tranquilo pardillo mío, yo controlaré los “daños” dijo haciendo la mímica de las comillas.
Claudio: Mamá no sé qué tramas pero no te entiendo, estas igual que Paula, algo también trama pero no logro entender qué es.
Mamá: Tal vez lo mismo que yo, pero no estoy segura, en todo caso igual cuídate de darle muchas alas.
Claudio: ¿Por qué cuidarme de ella?
Mamá: Mi niñito eres tan adulto en algunas cosas y tan niño en otra, lo único que te diré es que eres un buen tipo, pero tan querible como no te lo imaginas, lo que mezclado con tu actual estado de “vulnerabilidad”, (volvió a repetir el gesto de las comillas), te hacen un candidato apetecible para muchas mujeres.
Claudio: Ay mamá, tú estás loca.
Mamá: Créeme, no lo estoy, ya te darás cuenta, ahora voy a hablar con la otra pardilla que tiene a tu hija, sal a dar una vuelta.
Claudio: pero quiero esta aquí.
Mamá: Es una orden, anda ve y regresa en una hora.
Así fui echado de mi propia casa por mi propia madre, anduve sin rumbo un buen rato, hasta que se me ocurrió ir al salón de belleza a espiar a Kuky, la miré a través de la vidriera, intentando no ser descubierto, solo podía ver como ella conversaba con una de las señoras del salón, se le veía muy alegre, de alguna forma me alegré de llamarle la atención, de sentirme apreciado por ella, ¿vanidad?, no lo sé, pero me gustaba la sensación que me provocaba, seguí con mi periplo hasta llegar a la playa donde me entretuve con unos chicos que surfeaban algunas olas no muy grandes, me puse a pensar en lo sucedido, creo que mamá intenta que me mantenga a distancia con Nadja, para que solo sea la Nana de mi Bego, por otro lado le da alas a Kuky pero me advierte que me cuide de ella, la verdad es que no logro comprender que está tramando, tras algo más de una hora de pensamientos y tribulaciones regresé a casa, abrió Kuky, se veía realmente linda, ya no parecía la adolescente que aún era, obviamente la saludé mencionando lo bella que se veía, ella se ruborizó un poco y empinándose me dio un gran beso en la mejilla por mi galanura.

Mamá no dejó de mirarme ni un instante como tampoco lo hizo Nadja, la cual tenía un poco de mejor cara que cuando salí, ella me saludó solo por cortesía, sin la alegría que demostró cuando llegó con mi Bego, creo que el plan de mi madre tuvo algo que ver en su comportamiento actual, pues ya no estaba encerrada en el cuarto y jugaba con mi nena, casi como si Kuky y yo fuéramos un mueble más, eso me molestó pues por algún extraño motivo solo quería que me mirara. Cenamos temprano y luego de prepararnos como corresponde salimos con Kuky, ella se veía y creo que estaba exultante de felicidad, cuando estaba en el umbral de la puerta mi madre me dice en alemán para que no entendiera Kuky:

Mi niñito, no hagas algo de lo que después te puedas arrepentir.
Claudio: Lo tendré presente mamá.
Mamá: Pásenlo bien y tu Kuky pórtate bien, para que considere traerte nuevamente.
Kuky: Sí Oma, como siempre.
Claudio: Adiós mamá.
Salimos con Kuky a un pub inglés donde tocaba una banda “Los Igualitos a los Beatles”, muy buena por cierto y bastante parecidos a los originales en cuanto a su voz, en físico, no mucho, pero tenían su toque, pedimos una copas, los escuchamos, conversamos de Bego, de ella, de mí, todo lo que puedan imaginarse, la velada era muy amena, terminada la banda, se corrieron algunas mesas y un DJ, comenzó a amenizar la noche, las parejas salieron a baila, Kuky me tomó de la mano y me sacó a la pista, pese a que no me gusta bailar, tenía que hacerlo, todo iba muy bien, mantenía mi distancia con la chiquilla, pero al décimo baile el DJ, puso una pista de bailes lentos para los enamorados, no alcancé a escapar cuando ya mi bella adolescente estaba colgada de mi cuello.

Kuky: Que buena música, no sabes como me encanta bailar contigo.
Claudio: Sí, ha sido estupenda y el conjunto de los “Igualitos” excelente
Kuky: No quiero parecer osada o lanzada pero ¿te puedo preguntar algo?
Claudio: Sí lo que quieras
Kuky: Te gusto.
Claudio: ¿Cómo qué? dije buscando escabullirme de la pregunta.
Kuky: Como podría ser, como mujer.
Claudio: La verdad, es que te encuentro bella, simpática, inteligente pero algo menor para pensar en algo más, dije intentando ser sincero.
Kuky: Casi tengo 18 años, en un mes y medio los cumplo y soy muy madura, además tuno eres mucho mayor que yo.
Claudio: Sí pero tengo una hija…..
Kuky: A la cual adoro y he cuidado muchas veces.
Claudio: Pero debes ir a la universidad y estudiar, no a cuidar hijas ajenas…
Kuky: Aquí hay excelentes universidades, existen salas cuna y todo tipo de apoyo para las estudiantes y a Bego la siento casi mía.
Claudio: Ay mi chiquitita, no vayas tan rápido, me gustas es cierto pero no apures tanto el tranco, aún tengo muchas dudas sobre mi vida y sentimientos.
Kuky: Con lo que acabas de decir me conformo, puedo esperar, soy muy paciente, jejeje.
Cerca de la medianoche, nos marchamos de regreso, cuando estábamos bordeando el camino costero, ella me pidió ver la ciudad y la bella luna que se cernía sobre el mar, tonto yo que acepté, nos paramos en un mirador y ella sin decir agua va, se gira sube sus rodilla al asiento del copiloto y me besa invadiendo mi boca con su juvenil lengua, no puedo negar que me gustó, es más mi verga se encendió e hizo caso omiso a mis órdenes de guardar compostura, aún con cinturón de seguridad puesto, atiné a abrazarla, dejándome llevar por el mar de besos y caricias que Kuky me brindaba, ella con mucho entusiasmo se subió su faldita para montarse a horcajadas sobre mí, lo que ocasionó que con su hermoso y rotundo culo tocara la bocina, creo que asustamos a muchos concurrentes al lugar.

Claudio: Creo que vamos algo rápido.
Kuky: Depende del punto de vista, para mí está bien, además besas muy bien.
Claudio: Pero no tengo claros mis sentimiento, tu familia, mi hermana esperan…
Kuky: No seas aguafiestas, son solo caricias sin compromiso, déjate llevar.
Así lo hice, segundo o tercer error en esa noche, no lo se, ella comenzó a restregar su coñito contra mi evidente erección y sin más puse mis manos en su suave y duro culito, al principio por sobre sus bragas, pero el continuo roce hizo que mis manos buscaran la tersa piel que ocultaban su casi infantiles bragas. Ella abrió mi camisa y acariciaba mi pecho dándome besos en el cuello, labios cara, ojos, me tenía literalmente loco, tanto que sin pensarlo le tomé sus mágicas tetas y comencé a acariciarlas, ahora ambos estábamos afiebrados por recorrer nuestros cuerpos, tanto que ella en un momento sin saber ¿cómo y cuándo? liberó mi verga del pantalón y mis bóxer para tomarla en la mano.

Mmm. que grande y gordita.
Claudio: No deberías estar haciendo esto.
Kuky: ¿Por qué no, si me encantas y yo te gusto?
Claudio: Pero eres menor de edad
Kuky: No sea anticuado, mamá me da anticonceptivos desde que tuve mi primer novio el año pasado.
Dejé de hablar con ella y le liberé sus tetas y comencé a comerlas, ella se sentó en el asiento del copiloto y abriendo las piernas me llevó como un inocente cordero que va al matadero, ya sin siquiera pensar, le hundí mi verga hasta los cojones, claro que suavemente, fue simplemente genial, pero muy estúpido a la vez, ella gimió al sentirse llena, pero sus caderas me incitaban a que la follara con más determinación, mientras le comía sus lindas y muy bien formadas tetas, que al igual que su culo eran grande, ¿Qué le dan de comer a las chicas hoy en día?, así seguimos hasta que ella comenzó a gritar que se corría, sin mentirles, no se guardó ni un decibel de estridencia, lanzó su gozo a los cuatro vientos, al sentir sus contracciones sobre mi verga, me corrí en su interior sin ningún miramiento, ahora pensándolo bien, doy gracias a Dios que me dijo la verdad sobre las pastillas anticonceptivas. Agotado por la faena y lo estrecho de mi coche, volví a mi lugar, casi inmediatamente me arrepentí de mi proceder.

Kuky: Me hiciste ver estrellas, nunca me había corrido cuando me follaron.
Claudio: Kuky, lo que hicimos no debió de ocurrir..
Kuky: Tú sí que sabes ser romántico, nadie te dijo que a las chicas que recién follaste, le debes decir cosas lindas y prometerles el cielo y la tierra, aún cuando después lo olvides.
Claudio: Eres maravillosa, como las hay pocas o ninguna, pero como te dije, no estoy listo aún para nada.
Kuky: Eso estuvo mejor, pero debes practicar más, dijo lanzando una risita algo nerviosa.
Volvimos a casa en silencio, me sentía como el peor gusano del mundo, por un lado acababa de intimar con mi sobrina menor de edad, que pese a ser un bombón angelical, no erala mujer de mis sueños, en casa tenía la mujer de mis sueños pero aún mi luto por el amor de mi vida estaba presente y no quería confundir más mis sentimientos, que ya de por si eran caóticos. En el ascensor Kuky me besó, le correspondí, pero ya su embrujo estaba roto y me miró con tristeza en sus ojos, su belleza era incomparable pese a que la embargaba la pena, antes de entra al apartamento me dijo

Claudito de mi corazón, ahora me doy cuenta que aún es muy pronto para nosotros, perdóname, déjame ser tu amiga y si el tiempo y los sentimientos dicen otra cosa, seremos algo más.
Claudio: Kuky, no fue mi intención que esto acabara así, pero siempre tendrás mi amistad y cariño y si el tiempo cura mis heridas y mis sentimientos por ti son más claros créeme que te lo diré.
Kuky: En todo caso esta noche no la olvidaré y si alguna vez necesitas de mi consuelo de esta forma, estoy dispuesta a repetir, pues me dejaste viendo las estrellas, jejeje.
El sábado en la mañana antes que todas las féminas que estaban en mi casa despertaran incluyendo a mi Bego, salí dispuesto a trotar, pero como no deseaba torturarme más, pasé por la casa de mi compañero de trotes, un comando de la Infantería de Marina que le gusta ir conversando en sus turné diarias, afortunadamente para mí a él le gusta pasear a la velocidad que yo troto, si comprenden lo que digo. Bueno, llegué y toqué su puerta, para desilusión mía el ya había salido con otros muchachos, su esposa insistió que pasara que lo intentaría ubicar por móvil, dada la insistencia acepté, llamó varias veces sin éxito, dado el caso cuando me iba a levantar de la silla de la cocina donde estábamos me detiene de los hombros y sentándose a horcajadas sobre mí me dice

Lucía: Sé que aún no ha pasado mucho tiempo de tu pérdida, pero lo que necesites solo pídemelo.
Claudio: Gracias, pero no necesito nada y no deberías estar así sobre mí.
Lucía: No te gusto, siempre me fijé como mirabas mis tetas y mi culo.
Claudio: Sí es cierto que las miraba, pero en el mirar no hay engaño.
Me levanté, provocando la caída de Lucía, que les puedo decir se dio un culazo, pero si algo tenía claro es que en relaciones con chicas debía cumplir “ni en la oficina, ni en la cocina y tampoco con la vecina”, por lo que a mí concierne ella era casi vecina y su marido era casi parte de mi oficina, por lo que la ayudé a levantarse y salí al escape de su casa, apuré mi trote y tomando un atajo al circuito usual, me encontré con su marido, lo saludé al igual que a los otros camaradas y me uní a su marcha, claro que le comenté mi pasada por su casa y los llamados de su esposa, a lo que el me dijo,

No me había dado cuenta con tan buena y amena conversación con estos tenientillos que me acompañan.
Me puse a pensar que mamá tenía razón acerca de que de alguna manera mi éxito con las mujeres se debía a mi condición de “hombre heterosexual vulnerable”, ser que usualmente no existe en la naturaleza en forma “pura” y solo se da en casos trágicos como el mío, me reí para mis adentros de mi propia conclusión. Terminado nuestro trote me despedí de todos frente a la casa de Lucía, la cual me miró desde la ventana con cara de furia, tal vez por mi rechazo, creo que me tendré que cuidar de ella.

A mi regreso, ya la actividad de mi apartamento era casi frenética, mamá estaba con mi Bego y Nadja preparaba el desayuno mientras Kuky estaba en la ducha, por lo que tuve que esperar todo sudado, pues el agua caliente se enfría con dos duchas encendidas. Aproveché de conversar con mamá, la cual me preguntó

¿Cómo estuvo la salida con Kuky?
Claudio: Entretenida, diría que muy buena.
Mamá: ¿Pasó algo entre ustedes?
Claudio: Sí, pero finalmente quedamos como amigos.
Mamá: Tú crees eso realmente.
Claudio: No del todo, pero fui sincero con ella y le dije que no estaba preparado para una nueva relación y que mi corazón aún estaba de luto.
Mamá: Ay mi niñito, nunca aprenderás a manejar a las mujeres, no lo hiciste con Begoña que te manejaba a su antojo y ahora dejas las puertas abiertas a que Kuky insista en conquistarte.
Claudio: Pero no lo hice, le dije que si bien me gustaba como era yo aún estaba de luto.
Mamá: No se está de luto toda la vida… además esa chica es muy perseverante no te dejará de perseguir nunca.
Claudio: Bueno tendrá que ser así. Dije algo ofuscado.
Mamá: Además, están tus sentimiento con Nadja, ¿Qué harás con ella?
Claudio: Mamá, no siento nada por nadie, por favor déjame en paz.
Me marché a la ducha apenas sentí que kuky salía de uno de los cuartos de baño, me duché pensando más en ellas que en mi difunta esposa, de alguna manera el luto se acababa, pero no mis dificultades. El resto del día lo aproveché en estar con mi Bego y pasear con las “chicas”, en ellas incluyo a mamá, las miradas de Kuky como las de Nadja las interpretaba de mil maneras, me sentía perseguido, creo que estaba algo paranoico, finalmente el día transcurrió sin mayores cambios, el domingo fue igual hasta la hora de regreso de las visitas, la pena al momento de despedirme me embargó y abracé a mamá que me consoló como lo hacía en mi niñez, luego abracé a mi bebita que se veía feliz al no comprender como este casi extraño estaba tan apenado por su partida, luego Kuky me abrazó diciéndome al oído que recordara que ella siempre estaría disponible para mía, ya sea como amiga o como algo más, ¡parce que mamá tenía razón!, finalmente, Nadja se acercó para despedirse y empinándose un poco me besó en la mejilla, que les puedo decir, fue como si un ángel me hubiese tocado con sus alas, algo tan tenue pero que me erizó mis vellos de la nuca y me ruborizó como no me pasaba hacía mucho tiempo, nos miramos y no sé como describir ese intercambio de miradas pero creo que no lo olvidaré nunca, pero la magia fue interrumpida por mamá, que dijo entre risas

Vamos chiquilla, deja al pardillo tranquilo, que en casa te daré una foto de él.
Nadja: Sí Frau Berta….eh…lo de la foto…
Mamá: No digas nada ya hablaremos, vamos, vamos y tú cuídate ya te mandaré fotos de Bego con ella.
Claudio: Adiós mamá
La salida de mis chicas me dejó en la soledad mas completa, nuevamente los fantasmas de la pena me asaltaron, “lloré como Magdalena”, una vez más calmado me puse a pensar (creo que nunca había pensado tanto en mi vida), pero increíblemente, solo podía pensar en mi hija, en mamá y pese a tratar de evitarlo en Nadja, no dejaba de venir a mi mente ese pequeño momento mágico en que nuestras miradas se cruzaron.

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