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1976 UNAS VACACIONES DIFERENTES, parte seis

en Grandes Relatos

Capítulo 6: Tía María Una Candente Suavidad

Luego de unos minutos de la salida del grupo y las correspondientes despedidas, continué conversando con mi tía, mirándola envuelta en su bata,  empecé a rememorar lo sucedido en el cine, si bien mi tía es toda una mujer, muy llamativa por cierto, ¡ahora encontraba que era una morena con un cuerpazo digno de la mejor película erótica!: pese a los despampanante de su físico, era de un carácter amable y dulce. En ese momento yo no podía comprender como mi tío Osvaldo se iba de cacería y no estaba tirándosela como mico, como tampoco podía entender que la tuviese abandonada sexualmente hablando. Con tanto pensamiento erótico bullendo en mi juvenil mente, mi excitación y verga llegaron a su máximo esplendor, por lo que de pronto me acerqué a ella por detrás mientras cocinaba y parándome a sus espaldas, le agarré las grandes tetas, las más grandes, sin mentir, eran como melones, comencé a magreárselas, besándola en el cuello mientras le punteaba el culo con mi endurecida verga.

  • Hay que haces, dijo su tía, no ves que tengo un cuchillo en la manos.
  • Nada malo tiita se lo aseguro, dije continuando con mi cometido, ella dejo lo que estaba haciendo para sentir mis lujuriosas caricias.
  • ¡Mmmmh!!!…no debes hacer esto, soy tu tía….¡ahhhh!!!

En ese momento mi tía María se encontraba solo con su bata y pijama, pues aún no se duchaba, sin siquiera preguntarle le saqué las tetas de su encierro y comencé a jugar con los pezones, luego me saqué mi verga y le levanté la bata comenzando a restregársela por sobre el pantaloncillo del pijama, ella se calentaba cada vez más; al no tener oposición le bajé los pantaloncillos y saqué completamente la bata,ahora solo la cubría la camisola del pijama que ya estaba media abierta por mi magreo de tetas, mi tía se giró quedándonos cara a cara, le metí mi verga entre las piernas sin poder penetrarla dado las diferencias de alturas, pero pensaba que ella lo quería, pues se empinaba y se la restregaba con pasión por la rajita del coño, mientras yo le sobaba y apretaba las descomunales tetas; ambos nos besarnos tiernamente en un inicio, para pasar a intercambiando nuestras lenguas, de pronto levanté a mi tía y la senté en el mesón quedando el coñito a la altura adecuada pero aún oculto a mi herramienta, por lo que ella intentó levantar las piernas para ponerlo a mi disposición, en ese momento le tomé los tobillos colocando sus piernas en mis hombros, su hermoso y cuidado coñito se mostró por fin, al ver el apetitoso blanco procedí a metérsela de un solo envión, ya que ambos éramos dominados por nuestros afiebrados deseos, comencé un rápido mete saca,…¿que molestó a María?.

  • No sea tan bruto, aún no me lubrico totalmente.
  • Perdón tiita, es que está muy buena y yo estoy desesperado por hacerla mía.
  • No tan rápido, te vas a correr antes de que yo llegue a algún lugar, dale suave, ¡cálmate!
  • Bueno, iré más despacio, siguiendo con un ritmo más pausado.
  • Si ahora está bien, sóbame más las tetas y chúpame los pezones con ganas que eso me calienta mucho.

La acariciaba entera y besaba sin descanso, esto finalmente provocó que se calentara a mi mismo nivel, pude sentir como comenzaba a moverse más rápido profundizando mis estocadas, iniciando el placentero camino al orgasmo, definitivamente ella era diferente a mi madrina, e incluso a Ani, en resumen, tía María era diferente pues le gustaba todo más suave.

  • Ahora puedes aumentar el ritmo, dame más rápido.
  • Bueno tiita.
  • Si así, sigue ya llego, dale… sigue…¡mmmmmhhh!!!.
  • Hay que rico tiita, se siente muy rica tu conchita.
  • Si está rico mi vida, dale más rápido, daleee….me corro,…¡me cooorrrooo!!!
  • Yo también tiita, me corro, ¡me corrrooo!!!

Ambos llegamos al orgasmo casi al unísono, yo me incliné sobre ella agotado por el esfuerzo, quedándonos abrazados en esta posición algo incómoda, pero yo estaba exhausto, me quedé sin moverme esperando recuperarme, sentía la agitada respiración de mi tía y como le latía el corazón al apoyar mi oreja sobre su acolchado pecho, ¡las tetas son enormes!

  • ¿Dónde aprendiste a tirar así? me preguntó
  • ¿Cómo así?
  • Con las piernas al hombro
  • No sé me pareció lo más cómodo para los dos.
  • Estuvo muy bien, nunca me habían tirado en la cocina y menos “Patitas al Hombro” dijo riendo
  • ¿Así se llama?, ¿Te gustó?
  • Me encantó,.. y sí, así creo que se llama,  pero ahora debo cocinar y tú ir a comprar tomates y perejil al almacén de la esquina.
  • Bueno tiita,…. a mí también me gustó.

Ella se lavó en la cocina sus manos y continuó cocinando, por lo que me preparé para ir a comprar lo pedido y también una caja de condones, pues no olvidaba la promesa de que Ani dejaría de ser virgen hoy si todo salía bien. Luego de lavarme la cara y las manos fui a la cocina vi a mi tía agachada buscando algo en un mueble, por lo que le puse mis manos en el culo, debo recordarles que es el tercer mejor culo de la familia y la tomé por las caderas para puntearla.

  • Veo que aún tienes ganas, ¿es qué no te cansas?
  • No me puedo cansar de ti tiita.
  • Pero no te quedarán fuerzas para tu tía Silvia, dijo con algo de ironía.
  • Siempre quedarán algo de fuerza para ustedes, le contesté levantándole la bata y bajándole los pantaloncillos nuevamente.

Me agaché y le pasé la lengua desde el coño hasta el ojete del culo, ella dio un respingo, pero se dejó hacer, continué con mi cara entre los abundantes cachetes sin casi respirar, pensé -ya casi me puedo acostumbrara a estos nuevos sabores-  luego pasé mi cara por todas las tentadoras posaderas, ¡que culo se gasta mi tía!, era estar en el paraíso cuando de pronto ella me dice:

  • Que haces cochino
  • Algo que  pensé recién y debo confesar que me está gustando… y creo que a ti también tiita.
  • No te mentiré, no me lo habían hecho nunca pero está muy bueno.
  • Ya que le gusta seguiré
  • Mmmm.. sobrino así no terminaré de cocinar antes de que lleguen las otras de su paseo.

Si responder nuevamente le paso la lengua y le penetro un poco el ojetillo con ella, miro el mesón cercano viendo la alcuza tomo un poco de aceite de oliva y me lo unto en la verga que ya tenía afuera y tiesa como el acero, tía María ahora se apoyaba en el mesón, se sorprendió cuando sintió mi oleosa mano en su culo y aún más cuando se la pasé por su orto, empinó el culo para dejarse hacer con más caricias, suspiraba toda ella candente, de pronto le puse mi verga con su aceitada cabeza en el ojete comenzando a penetrarla suave pero continuamente.

  • Hay… ¿Qué haces?...sácala de ahí, nunca me la han metido ahí.
  • Pero tiita, te va a gustar le digo sin detenerme, llevaba ya la mitad, mientras pensaba que yo tampoco la había metido por ahí, pero la lujuria me dominaba y ella era bastante sumisa.
  • Hayyy, oye me duele sácala me dice pero sin moverse de su posición.
  • Ves que no es tan terrible, le digo cuando ya llevo tres cuartas partes de mis 19 centímetros de verga metidos, en un nuevo racconto, recuerdo la competencia de vergas de la secundaria, cuando obtuve medalla de plata escoltando al “Burro Muñoz” que ganó el oro.

Comienzo un lento mete saca mientras le masturbaba su clítoris con una mano y le sobaba las tetas con la otra, ella ya no se queja, solo gime y suspira, continúo dándole un palmazo en cada cachete del culo a lo que ella me dice:

  • Oye no me pegues que soy tu tía.
  • Bueno tiita, era solo un deseo oculto por mucho tiempo, pero no lo haré más.
  • Bueno, puedes repetirlo de vez en cuando, pero suevamente.

No lo podía creer, por primera vez en mi vida me estaba culeando a una mujer, luego de haber sido virgen hasta hace pocas horas, mi suerte había cambiado, me sentía más que afortunado, en especial si se considera que este es el tercer culo de mi ranquin mental  ¡que rico!, sentía su anito mucho más apretado que los dos coñitos probados, además el sonido de mi pubis golpeando el culo de tía María era como música para mis oídos, ella solo gime erótica y me dice:

  • ¡Más rápido!!, rómpeme el culo, dale más…¡así mmmhh que rico!!!!.
  • Bueno tiita, voy a romperte el rico culo que tienes.
  • Sí dale sobrino, la quiero toda adentro, lléname como nunca lo ha hecho tu tío.

Al rato mi tía comenzó a moverse frenética por lo que pronto sentí los espasmos de su ano en la verga, como también los de la vagina que “dedeaba” con la mano, ella solo gime fuerte y de repente se derrumba sobre el mesón de la cocina, pese a ello no se detiene y continúa bombeándome con el culo hasta que descargué toda mi leche en su ano, ahora sí, casi totalmente agotado me recuesto sobre ella, ambos estamos a punto de caer de cansancio. Una vez que mi verga se ha reducido se sale exánime de su esfínter, me doy cuenta que salió manchada y mal oliente, pienso que para la próxima vez se la meteré con un condón, entonces su tía le dice:

  • Tenemos que bañarnos antes de que lleguen del paseo.
  • Si vamos, fue mi lacónica respuesta.

Ambos nos metimos a la ducha donde nos jabonamos mutuamente, ella de pronto se inclinó y me besa la verga con sus sensuales labios, luego se agacha y la traga chupándola, mi cansada herramienta nuevamente cobra vida, mirándome a los ojos esboza una sonrisa con mi tiesa verga casi tragada hasta la mitad, dejándome ver lo feliz que estaba, al poco andar nuevamente me corro en su boca, yo estaba tan extasiado que  ni intenté advertirle que me corría, se lo tragó todo, mi simiente ahora era parte de ella. Tía maría se incorpora pasándome sus tetas por mi pecho, me besa,  nuevamente estoy sintiendo el gusto de mi propio semen, pienso “espero que no me quede gustando este sabor” y sonrío.

  • De que te ríes
  • De lo bien que lo he pasado, miento un poco.
  • Bien, tenemos que vestirnos por que en cualquier momento pueden regresar y debo terminar la comida. 

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