Se llama antonia, tiene 15 años y es insultantemente hermosa, simpática y como una invitación a desearla ya mismo.
Bajo por la calle, y siento el frío y el viento arañándome lágrimas plateadas. Y mientras siento esa atenazante sensación.
Mi voz estaba melosa y ella se sintió gratamente sorprendida, demoró la conversación y se acarició un rato. Me dijo que quería hacer y le dije que sí, que me parecía bien y yo también me toque, porque ella me gusta cada día más.
Adolescente mirona, le gusta mirarme y viene a mi rincón de playa, me espía, se turba y se masturba.
Es lo que pasó, hay sexo también, pero fundamentalmente hay amor. Virtualmente te conocí, virtualmente vives en mí; y realmente estás en mí. Te amo.
Dentro de ti acunadita se mece dentro de tu barriguita, Te hace sentir dichosa y te revela más bonita.
Dos jovencitas, en su encuentro lesbico.
Los momentos anteriores a la cita, transportan una parte de lo que íntimamente ambos esperamos vivir, lo que deseamos... Todo, se diversifica en el espacio, y tiene una evolución zigzagueante, con subidas y bajadas.
Te siento en mí, conmigo y las mariposas de tu sensualidad se elevan en el cielo del amor. Mis manos te sostienen, mientras te mueves, de un lado al otro. Así te mueves de un lado al otro, te siento cual si fueses tomada cual un obillo de cuerda, del que pende la cometa de tus vivencias y sensaciones. En mi vientre, siento una viscosidad del aleteo de mariposas, que se posan y elevan, ser rozan sus alas, cual te rozas a mí, cuando gozas conmigo. Tú, me haces sentir y sentir semejantemente a esas escamas, de purpurina de la eternidad.
Eres una chica mala, metes tu mano dentro de tu tanga, y tócate. tu manos se mueve otra vez y piensas en mí, estar conmigo ser mía, otra vez. no importa nada, ni tu familia, ni tu trabajo, solo ser mía. y tu mano, se mueve y empiezas a notarme, piensas arreglarlo todo para volver a disponer de unos días conmigo y ser toda mía..
No duermes bien y además cuando té despiertas, tu misma notas que ya estás pensando en mi. Has intentado quitarme de tus pensamientos, pero no solo no lo has logrado, sino que te sientes peor, por querer ir contra la corriente de lo que quieres. Recuerdas que, ni saliendo con algún amigo, de esos "otros chichos", con los que antes lo pasabas tan bien.
Lesbo-filial. Mi amante, Amelia se apasiona conmigo, a sus 15 años, accede a ayudarme a tener a mi hija, su amiga. Le cuenta como disfruta conmigo, a mi hija Ana. Ana, se conmociona y empieza a desarrollar deseos por mí, que soy su madres; una hija, que envidia ser mía.
Las mejores cosas, se hacen por alguien. Sí, por alguien a quien amamos. Ama, aun a contracorriente.
También noto que el deseo te hace cambiar, incluso en el matiz de tu voz. Esa expresividad, se trasluce incluso en las más tranquilas palabras y esa inflexión mínima, me es suficiente para que me cuente del latir de tus emociones.
Hay que la cotidianidad, con la persona amada, verdad que nos da otro sentido.
Lesbo-filial. Me gusta Mi hija Ana y su amiga amalia; son dos chicas de 15 años. Yo tengo 32 años, soy madre soltera...
Albergas mi esencia, en tí Me amasas y esparces por ti misma, por toda tu piel me sientes y me respondes con tus caricias balsámicas. Me transportas, con tu perfume, a un mar de olores.
Es un martirio desearte y no tenerte. Mis manos quieren sentir entre ellas a las tuyas, es un martirio desearte y tener esa inquietud por no tenerte, la desesperación me surge al no poder hablarte, en tus llamadas me indicas, entre susurros lo que mascuyas.
Un día nació un niño con cuatro dedos en cada mano, y el niño al ser consciente de ello, lloraba por que él no era como los demás. Después de consultar a muchos médicos, sus padres no escatimaron en frecuentar a varios especialistas y a algunos psicólogos infantiles. Debido a ese defecto, todos daban el caso por difícil de resolver, pues el niño no dormía bien. Y su físico, le afactaba negativamente, tanto que hasta le costaba comer.
Esa jovencita, de 15 años, la amiga de mi hija hace lo que le indico. La transformo lentamente, en una muñeca, pues está tan deseosa de sentir que me intereso y que pienso en nuevos juegos con ella. Yo tengo 32 años, ella 15.
Deseo poseerte entera, sentir como me devoras con tus dientes, siento cuando me muerdes y a tí me aprietas, y luego de arriba a abajo me lames.
Tú eres... mi sonrisa, que tan sensible eres en cada momento, en cada sonrisa y en cada palabra, y en el giro de tu mirada.
Si de repente me hablas te brillan tus ojos.
Queridísima criatura, desde antes de nacer hemos pensado en tí, a mí particularmente, me gusta imaginarte, sido incubado y nutrido por tu madrecita y por el cariño que ella y yo (tu padre) te queremos.