Es un martirio desearte y no tenerte.
Mis manos quieren sentir entre ellas a las tuyas,
es un martirio desearte y tener esa inquietud por no tenerte,
la desesperación me surge al no poder hablarte,
en tus llamadas me indicas, entre susurros lo que mascuyas.
Las noches encubren nuestra pasión,
unidos el gozo nos traspasa abrazados,
nuestras manos reconocen al ser amado,
nuestros corazones así juntos se tornan latires acompasados.
Deseamos estar demorar y proseguir así unidos,
tomarnos sin las limitaciones ajenas a nuestro querer,
tus manos cincelan perfilando mi persona.
Mi ser desea juntarse contigo,
compartiendo el calor de nuestros cuerpos,
tu cara rozando la mía y nuestros ojos clavados,
vivimos inflamados de pasión y mimos.