Bajo por la calle, pensando en dos barquitos que se esperan
Bajo por la calle, y siento el frío y el viento arañándome lágrimas plateadas. Y mientras siento esa atenazante sensación. Mi mirada refleja el terciopelo de la noche y la ovalada cara de la luna, que se escribe en mí, me hace sentir que es la misma cara amable con la que te mira a ti, y que se pone de similar modo dentro de tus verdes ojos.
Me siento, en estos momentos como un caracol, que quiere correr y brincar para acercarme a ti. Si soy consciente de la distancia y de lo lejos que físicamente estoy d ella, pero más cerca estoy de ti, a cada pasito que doy, con cada una de tus pisadas; pues son los acercamientos, los que quieren promover nuestras miradas.
Nuestros corazones enamorados, saltan tiempo y distancias y quiero que sepas que los latidos con insistencia me repiten tu nombre, diciéndome que a mi vienes. Y si pudiera montar la silla de un corcel, lo haría gusto, de ser el doncel que recibe tu cariño y tu cuidado mimoso, calmoso y acelerado según la oportunidad. Pero, mi mirada es azul y comprendo, que azul y verde son los colores del mar.
Donde yo vivo hay un rió, y donde tu vives también; si los ríos van al mar, nuestros cariños e ilusiones se al mar de A-mar, que un bello mar es. Y, en esa infinitud y la vez en esa claridad, siento te mi mirada y la tuya, no se paran de buscar. Te quiero de mil maneras y tú me amas de mil formas más; quiero ir a compartirme y no perderme de ti ni un solo segundo más.
Soy asiduo de alimentarme de tus palabras, tan carcajadas de vivencias y sentimientos, que me esculpen mi corazón, si me cincelan las letras de tu nombre y me quedan ahí depositadas, para repetir incontables veces esas preciosas expresiones que tus verbos me hacen oír, no una vez ni cien, sino mil.
Tu manera de ser tiene una magia y un poder que me parte y me reúne y dentro de ti me sume y me hacer ser caricia en ti, abrazos contigo y besos enamorados. No ten tengo de cotidiano, pero en la mía propia siento tu mano, en mi aliento el tuyo; viva conmigo vas, doy yo estoy estas; porque más y más te me das.
En cada una de tus palabras me despiertas y me duermes, me
animas y me arropas, me das ánimo a comer y me apoyas a la manera de plasmar a
tus sentimientos.
Un beso continuado es estar contigo, tener conocimiento de las cosas que te han
pasado a lo largo del día y conocer de tus inquietudes y desvelos para aclarar
esas cosas que aún te atan a una realidad de vivir que cada vez se te antoja más
cargante. Tu manera de vivir, que antes te daba sentido y tenia contenido, ahora
se te ha vuelto una carga que te lastra y que te mantiene amarrada, a un puerto
que ya no te satisface.
Únicamente, sales con el yate de tu persona, para hacer unas cortas travesías y por los alrededores del puerto; y como máximo, en algunas otras ocasiones, realizas un viaje de unas horas y estás con personas que si significan bastante, pero también bastante menos de lo que habían significado, pues tienen sus vidas y sus propias aspiraciones y fines.
La realidad es que necesitas salir, realizar un viaje largo y vivir la aventura y esas aspiraciones que en tu corazón y en esa tu mente, cual una bitácora tienes anotadas. Tu brújula, te señala perfectamente el rumbo a tomar y los sextantes te indican pormenorizadamente, la acotaciones que en el plano de tu camarote, con reiteración repites y calculas, de tal modo que ya conoces los escollos y los pasos más peligros; pero a la vez, quieres con una insistencia que casi te angustia realizar ese desamarre del puerto conocido y cruzar el mar, arribar a ese puerto de mediterráneo y allí unir tu eslora a la de otro barco, con el que quieres ir por el resto de tus días.
Y, piensas eso y finalmente te lo dices a ti misma y me lo dices a mí. Por eso, necesitas afirmarte en ti misma y te parece tan injusto no poder vivir ya lo que realmente deseas, lo que quieres, lo que aspiras. Porque, ahora las tranquilas aguas o no tan tranquilas a veces, pero tan monótonamente conocidas te hacen pensar en surcar la alta mar de tus sentimientos y querencias. Y tu ser, se agita en esas amorosas vivencias, cuando el barco de tu cuerpo, es tomado por el timón de tus amores y sientes esos dulzores que tanto te hacer vibrar, gozar y sonreír.
Aún con la distancia, el amor puede ser, pero concuerdo contigo, que al hallarte con quien amas y estar en la proximidad, el amor es infinitivamente más pleno y el día a día se torna más placentero. El beso de existir pendientes uno de otro y compartirnos desde lejos, puede ser complementado y mejorado, de tal modo que el abrazarnos y alimentarnos con otros besos "físicamente realizables", eso nos llena nos tener la posibilidad que dar y recibir, y llenarnos con esas plasmaciones del amor.
Además de ese modo llegan las caricias y el entregarse y recibir en ti misma/o a quien amas te hace sentir estar escribiendo, en cada momento, la letra de un poema y a la vez haces que tu propia persona sea una vida de pareja, y tienes a otro cuerpo y otra mente tan dentro de ti, como si te fueran propios. Y a decir verdad propiamente tuyos son, porque yo mismo me siento y soy parte de ti.
Un marinero de la vida y un barco yo mismo soy, pero en ambos casos lo soy bien enamorado de ti que eres tú mi barquito andaluz.
Un beso para ti, desde este puerto del Mediterráneo.
Kharlo/`Ángel