¡Soy la mami, enamorada de mi hija adolescente y de su amiga!
- TERCERA PARTE-
AMALIA SE ENTREGA A MI HIJA Y LE HABLA DE QUE ME DESEA
Hola me llamo Laura, soy la madre soltera de Ana, una chica de 15 años (ahora tiene 17 a.), y su amiga Amalia igual, pues se llevan 10 días de diferencia. ahora que tengo recien cumplidos los 32 años, esto pasó contando yo 30 años. Y aun seguimos, sin remordimientos; cada vez estoy más comoda. Y ellas, otro no se controlan y son adictas a mi naturaleza, no me reprimo y ni siquiera quiero hacerlo. Me quedé embarazada, por propia voluntad, teniendo 15 años, y la tuve con 16 añitos.
Es muy duro, eso controlarse en exceso, es volverse una amargada. Mi equilibrio y el de ellas, se fundamenta en dosis de sensualidad, recompensada. Vereis, deseaba tener a alguien mío; ya que mis padres no se preocupaban de mí, por estár imbuidos en sus ocupaciones y compartirme con un chico (Rodolfo, el hermano mayor, que me lleva 10 años), y con mis 2 hermanas, Raquel (me saca 8 años) y Mª del Mar, que me saca 5 años; efectivamente soy la menor, tenida algo descolgada del resto, y no me sentí querida jamás. Fuí atendida, sí; pero solo eso.
Soy delgada a, mis medidas son: 98, 61, 95, caderada y de busto prominente. De buena figura, ya que soy alta y de largas piernas, mido 179cm.,tengo el cabello de color castaño.Me llamo Laura.
Mi hija, mide 175 cm, es rubia natural y de pelo muy cortito; esbelta, piel blanquísima, piernas y brazos largos, ojos muy verdes, claros y traviesos. Sus medidas son 92, 58, 88.
Amalia, es de pelo moreno, muy largo y muy oscuro también. Ella, mide 172 cm y es de tez bronceada, dedidas 90, 59, 90. Mas apocada que mi hija, pero no mucho más; eso es porque su familia es más tradicional, la sobreprotegen. No la dejaban salir si era con un grupo de amigas conocidas, y ahora están más tranquilos, porque casi siempre está Ana (mi hija) que es de su entera confianza o conmigo.
Amalia, se deja tocar por mi hija y me cuenta las intimidades de ellas dos. Y también le dice a mi hija Ana, bajo mi consejo los detalles y exactitudes, de los tocamientos que las dos tenemos, las cosas que realizamos y lo que despierto en ellas, desde hace semanas.Amalia se entrega a mi hija, y le hagla de lo que siente y como me desea; se va soltando y calentando a mi hija, su íntima amiga.
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AMALIA SE ENTREGA A MI HIJA, SE ME DÁ A MÍ Y ENCENDIDA, ME AYUDA A SEDUCIR A SU MEJOR AMIGA.
Y se me aparece como deseable, divertida, guapa sin ninguna duda. Se llama Ana. Mi niña, ha sido criada y educada por mí en solitario. Yo la he hecho, de madre y de padre, porque el que la trajo al mundo es un mero instrumento, nada más. Yo la he enseñado a hablar, la amamanté, le di de comer y le limpie sus caquitas. Yo la ayudé a dar sus primeros pasos, y la hice sentir una señorita y una pequeña princesa (le dí todos los mimos que no tuve). Con ella jugué a muñecas, al escondite, le ensalzaba sus dibujitos y sus méritos, al hacer sus primeras letras y números.
Mi hija, me tuvo de amiga, de confidente y de enfermera. A mí me dirigía sus dudas y me revelaba sus descubrimientos. Y sí, sobre los 5 años, se percató de que no tenía padre, mís explicaciones la satisfacieron; y además, bien orgullosa estaba de verme acudir a las reuniones de la asociación de padres (y madres), y a las citas con sus profesores. Poco a poco, se empezó a sentir más y más orgullosa, más apegada a mí. Se ha comportado con naturalidad y no ha tenido ningún reparo en preguntarme sobre la gestación, sobre el sexo y sobre la masturbación. También recibió mis consejos sobre como maquillarse, que vestidos le sentaban mejor y ese tipo de cosas. Ella tiene confianza, soltura y un criterio propio; pero, estamos muy unidas.
Sí, también bromeamos y salimos a hacer cosas: compras, tomar pizza, comer en restaurante y de vacaciones. La acompañé a sus primeros bailes, estube cuando le iban mal los estudios, cuando se esforzaba y no le salía el examen todo lo bien que se merecía; la ayude a superar sus lagunas, por nerviosismo se quedaba en blanco, luego fué viendo que tampoco hay para tanto. Y noté como coqueteaba con chicos, bromeaba con chica y tubo 3 medio novios, o novios de paripé. Pero, tiene libertad para estar con quien le parezca.
Mi niña, está muy orgullosa de mí y yo de ella, que nadie me la toque o diga cosas que la ofendan, o se las verá conmigo. Pero ella tiene libertad, para entrar en mi cuarto y tomar lo que le parezca (lo hace algunas veces); aunque parecía preferir ropitas, de su elección, con diferentes estilos, pero combinadas a su modo y conforme a su personalidad, según su humor y en función de la ocasión.
Todo eso, incluye vernos vestidas, desnudas y a medio vestir. Ha entrado en mi cama, a pasar la noche o a hacerme confidencias... Además he visto a mi niña, jugar con amigas y amigos (más con las amigas), hay cosas muchas: la vi meterse de niña las manitas debajo la braga, y con sus dedines jugar con su vulbita, también la vi ponerse llena de tinta, con los retuladores y bolígrafos, la tengo en mente cogidita de la mano con sus amigas y hasta darse besos de niñas, jugando a médicos y enfermeras, imitando alguna escena de películas y yendo en vicicleta o de excursión. Recuerdo la primera vez que se pinto las uñas, los labios y en que se dió en exceso sombra de ojos. Y, como me trajo unas notas en las que el promedio era excelente, tras unos meses de malos resultados; que pasaron como por arte de magia, pero con ayuda de su madre amiga.
Mi niña, usa mi colonia, a veces y mis ropa íntima no se la pone (para salir), pero se la pone. Eso, es normalizar las cosas, no me sabe mál y ella luego deja las cosas en su sitio (sean mis pendientes, pulseras o broches). Ultimamente, toca mir prendas íntimas y revuelve entre mis prendas usadas. Y eso, me tendría que molestar pues no; me resulta motivo de gran orgullo.
Lo que Ana, mi hija no esperaba, es que su madre/amiga, se fijase íntimamente en su compañera. Ese hecho, la descolocó; fué una completa revolución, de sus esquemas mentanles, emocionales y la hicieron tambalear en sus convicciones. Se discutió, por 3 veces con Amalia; luego hicieron las paces, y siguen tan íntimas como antes. Y posteriormente, Ana ha llorado en su cuarto; se desespera y revuelve en la cama, pensando cosas y con una creciente curiosidad. Por ello, ha ido haciendo más y mas preguntas a su amiga/amante, a la que usa y creo que doblemente (como amante, y como sustitutivo mío; esto lo se por lo que Amalia me cuenta). Se ha ido, tornando más mordaz y socarrona en sus preguntas; y además, se toca cada vez más descaradamente, mientras Amelia le relata como pasan las cosas (entre nosotras 2, Amelia es mi amante).
Y simultaneamente, se empieza a comportar más cariñosamente, más obediente y más mimosa conmigo. Y, por eso de las cosas vuelve a pedirme, que si puede estar conmigo, para conciliar el sueño y comentarnos cosas. Esa fase, que fué más usada entre los 10 y los 13 años (cuando quería dormir conmigo). Noté, en algunas de esas veces que se apretaba a mí, me daba besos de hija/amiga, me tomaba de la mano, y sonreía o reía como por obra de algún desconocido sentir. La he notado, tocarme, sobre esa edad y no disimular; es como valorar lo que és y lo que será; y contrastarse conmigo. Yo no he rehusado eso, en absoluto; es una fase como otras. Para que negar, una cosa natural. Y ella también me ha tomado la mano y la ha puesto en su vientre o entre sus pechos; según comenta para que note su respiración.
Ahora, llora, viene y va. Pero, sobre todo está muy pendiente de mí. No dice ninguna parrafada, pero parece una perrita con la patita herida o una niña, que está creciendo (¿creciendo enamorada?). Y yo, tampoco le he negado que a veces quedo con alguien; un alguien que eran chicos y hombres, mayores que ella. No he dandado la puerta, del piso, ni la de mi cuarto... tampoco; para que, es natural y no he de ocultar nada, tampoco lo ostento. Y en un par de veces, he sentido como entra en la vivienda. Ella, tampoco oculta eso. Posiblemente haya oído algo, pues gozo o gozaba; que ahora siento poco, pues no me despiertan demasiado la sensualidad (me refiero a las caricias, de esos hombres).
Y entre todo eso, creo que Ana, puede que alguna vez con Amalia, me han sentido y tal vez, digo tal vez... se sintieran curiosas, y luego.... Llegaría, una manera de descargar su sexualidad y sus deseos, juntas o separadas; pero es evidente que se tocan. Por demás, su braga o tanga, me confiesa eso, con evidencias dibujadas en la tla del secante de sus prendas íntimas. Y algunas, palabras sueltas, dicen que sabe que soy activa entre las sábanas (en casa, suelo hacer el amor ahí; y en la mayoría de ocasiones, elijo eso, también cuando estoy con alguien). Y mi niña, ahora siente más..., por mí.... :-) ó ;-p. Pues bien, eso no me desagradas... sabeis, MI HIJA ME GUSTA Y YO.... LE..... GUSTO.
Yo soy su madre, quiero que Ana sea bien consiente, de como la toco cuando eso llegue, ha de ser plenamente deseosa y vividora de cada cosa que le haga. Deseo que, cuando piense en lo que ha sucedido, cuando hagamos el amor y cuando la haga mía, ella se sientaa necesitada y desee a toda costa que vuelva a pasar. Quiero volverla adicta a mi persona, pero conscientemente, que pronuncie una sola palabra en contra, que lo único que haga es elegir su ropita y desvivirse por sentir otra vez lo que su madre le hizo.
Quiero que mi niña me sienta, con desesperación y se haga a si misma aprender a como mejor acomodarse, como ponerse de distintas maneras, y cada cual mejor que la anterior, entregándome todo su cuerpo de la forma más completa, para facilitarme mi tarea amatoria.
Luego, quiero que ella me necesite y tenga deseos de mí como su amante y que aprenda a vencer su vergüenza, y que aprenda a humillarse y a venir a buscarme. Y quiero que desee, de una larga sesión de amor con su mami, y que sueñe con terminar y venirse en mi mano. Viví todo tan intensamente, que empecé a sentir como ese delicioso y exquisito liquido de mi cuchita, y desee que mi hija Ana quiera tener así, bien dentro de mi su mano.
Quiero hacerla masturbase, que llegue al punto de no retorno y que permanazca en el límite de rozar el orgasmo, para entonces enfriar un poco y volver a iniciar la excitación.
Quiero que ella me tome mi mano y se lo lleve a su boca, es un delicia que una chica de 15 o 17 años te desee. Y yo, no podía creer que estuviera le gustase a dos chicas. Pero, desde el día que vi a mi hija y su amiga hablarse íntimamente y tocarse, eso me cambió y me sentí mas excitada que nunca antes. Yempecé a idear como hacerlas mías, siendo más fácil con la amiga.
A partir de entonces, mi flujo se me volvía más espeso y abundante, de un sabor más salado, mi pasión a solas se derramaba y tenía unos orgasmos espectaculares. Y no obstante, mis ánsias no se apagagan y aun quería más. Y así surgieron los juegos con Amalia. Algo, que nos sorprendía a las dos: a ella por como se vió atraída por mi; y a mi, por ver como esa chica era receptiva, a todas mis inquietudes.
Tuve buen cuidado, por no asustarla y por no ir demasiado aprisa. Y eso daba sus resultados, y los dedos que deslice en ella la primera vez, fueron para sacarle sus prendas íntimas. Y esa sola acción, me puso a mil por hora, por notar su piel y sus braguitas en mi mano.
Noté una humedad y palpitaciones en mi panochita, y por un instante viví a mi persona con esa chica. Me quedé, sintiendo como yo jugaba con ella y a su intimidad entre mis dedos, bien abrazada a mí y luego tendida a mi lado. Y sentí el deseo de lograr, tener a sus labios y lengüita entre mis labios vaginales.
Y, noté como ella, tenía en parte temores y a su vez empezaba a desear ser tomada por mi. Y en dos ocasiones, pude apreciar, que Amalia se encendía y se excitaba y se le quedaba salidito su clítoris. Y yo, esas veces me moría por apretarla a mí y tocarla suave y fuerte.
Quería hacerla mía, de tantas formas como pudiera y necesitaba también sentir que ella necesitaba lamerme mis jugos y hacer que se mezclaran con los suyos. Es decir, quiero que ella quiera rozar su sexo con el mio y que explote en un orgasmo grandioso, las dos abrazadas.
Después, de esa miraba cada vez con mas ganas, a esas dos chicas. Me vestí cada vez más probocadoramente y con más clase, y todo era poco para hacer ellas me mirasen con deseo y que mi persona fuese a cada minuto mas deseable, que mi ser se les antojase apetecible para ellas y que ideasen estar a mi lado, íntimamente. Insistí en que me tratasen como su amiga, ambas y a que no les pareciera exclusivamente la madre de mi hija. Poco a poco cambió en la manera de mirarnos, las tres.
Con Amalia, eso fué má rápido, pues ella se entregaba y esperaba lo momentos, de nuestros juegos. Me empezó a buscas y a desear estar conmigo, incluso más que con mi hija. Primero noté esos signos con Amalia, la amiga de mi hija. Ella, con esa sesión de sexo adolescente, salio del mundo de la inocencia y empezó a tener deseos más calientes, tanto en vigilia como en sueño. Ella a solas, empezaba a quedarse con los pantalones bajados o la falda subida y se miraba entre las piernas, se tocaba un poco ahí abajo.
Amalia se desabotonaba la blusa o se subia la camiseta y se miraba sus pechos, con ropa externa; también con los sujetadores, y se recolocaba sus pechos, se levantaba un poco una copa, otras veces se tocaba por encima de la tela del suje y de la braga. Esa chica, se deletitaba con solo es, con repasarse las formas de tetas, aureolas y pezones; se pellizcaba en la ladera de las copas, entre la base de torax y los pezones.
Y también se pasaba ratos, a solas con sus dedos repasando los límites de bragas y tangas, y se tocaba sus labios y la abertura, del valle entre ellos; una rajita, que se iba aumentando. Y luego tenía sesiones con mi hija, ellas que ya que nunca volvieron a ser solo amigas.
Y mi hija se iba lanzando y tomando más partes de su amiga, haciéndola desear más y más. La toqueteaba con frecuencia, pero no la dejaba llegar a gozar; tampoco se dejaba orgasmar en presencia de su amiga Amalia. Y esta chica, descubiertos los placeres intensos, ahora no era capaz de soportar este racionamiento; pues las caricias cada vez le parecían más insulsas, solo que era todo lo que tenía.
Amalia se convirtió en el objeto entregado de mi hija, que le tocaba el culo con descaro, incluso en horarios de comidas. Yo fingí no darme cuenta, pero era evidente que Ana, le metia mano a Amalia. Mi hija hizo que su amiga empezase a ir casi obligatoriamente con faldas, para estar más asequible, y poder tenir via franca a los dedos de Ana.
Mi hija varias veces, le descorría de lado su braga o tanga, la tocaba un rato, y la miraba y cesaba; pero sin dejar que Amelia se cubriese íntimamente. Y cuando despues de 3 o 4, secuencias de caricias parecia que Amalia iba a explotar, le decía:
Ana-Si me quieres, no llegues a gozar. Tu retente y tendrás un premio.
Y Amalia, corrompida y adicta a todo lo que su enamorada, su antes solo amiga le decía y hacia accedía. Y mi hija, tomaba la mano de su amiga y se la metíra entre las piernas, se levantaba la falda o bajaba el pantalón y le permitía tocarla, en su cuchita. Y eso, hacía que AMALIA SE CALENTASE MÁS Y MAS.
Y al cabo, de unas horas, tras lapsos de interrupción viendo un video o jugando las dos al ordenador (imagino que chateando en canales subidos de tono), reían y se miraban. Y luego, Ana la hacía estar mirándola y masturbarse a su amiga sometida, la hacía tocarse durante ratos superiores a los 3/4 de hora, y así le decía:
Ana- Vamos tocate el chochito, y correte. Y Amalia, como recibiendo un regalo se corría dos veces casi siempre, con poca separación de tiempo. Y luego, Ana la obligaba a comerle su concha, haciéndola tumbarse boca arriba o de rodillas, y haciéndo lamerla toda la abundante cantidas de flujos. Si eso hacía Amalia, cada vez más caliente y se corría esta chica, intentando coincidir con los orgasmo de mi hija.
Y a la vez, empezó a hablarle a mi hija, de mí como su objeto de amor. Le empezó a decir cosas de mí, de lo guapa que le parecía. De que, no podía evitar mirarme. Y Ana, en principio se sintió sorprendida y se quedo paralizada. Pero, empezó a ir aceptando esos comentarios como cosas de su amiga. Y empezó a considerarme con otros ojos. Primero, como deseada por su amiga; pero empezó a tener celos de ella, y a ser más atenta conmigo. Empezó, a desear quedarse conmigo y a mirarme con ojos de mujer, pero el deseo empezó a llamar a las puertas de su corazón. Los comentarios de Amalia, la empezaron a hacerme ver en sus fantasias.
Y empezó, a contestar a los comentarios de su amiga. Se excitaba y cuando gozaba, pensaba en mí. Hasta noté que me empezó a rebuscar entre mi ropa usada y especialmente en la cesta de ropa sucia. Como, se pondría que un día encontre una de mis tangas bajo su alhomada. El paso habia sido dado, y tendía puentes al amor hacía mí.Todo lo que ella le hacía a Amalia, empezó adesear sentirlo conmigo. Hasta, la descubri mirándome las piernas y bajo la mesa (de cerca y desde lejos, sentada ella en el sofá).
Y un día decidí, ponerme falda y bromear con las dos. Ana, volvió a sus costumbres y me miró entre las pierna. Y yo, las separé y las mantuve así. Ella, se impresionó y miraba. Resistió un rato, pues estábamos solas. Pero, luego se metió en su caurto y se empezó a tocar. Lo se, pues entré un mas tarde; tras llamar a la puerta, y esperar un poco la fuí a ver. Hablamos un rato y no pude dejar de apreciar ciertos detalles.
Ana, a medida que Amelia le va contando los detalles, de sus encuentros conmigo, se va excitando y se le notaba que cada ves estaba más acalorada, mas nerviosa y pese a ello o precisamente por eso Amalia se torno más abiertamente obscena; incluso me ha dicho que le excita que, ahora Ana se masturba mientras ella (Amalia), le cuenta lo que le hago. Y ha dado un paso más, le ha pedido a su amiga, que le deje ponerse mi tanga o braga. Le dice a Amalia, que ella tiene mucha suerte y que yo su madre (Laura) no he tenido nunca ese tipo de atenciones con ella. Se diría que se está volviendo celosa, abiertamente expresa sus deseos de estar con las dos; pero, queda claro que desearía cambiarse por Amalia, para recibir esos tratos.
Yo por mi parte, le he hecho saber, por medio de Amalia que para que llegue eso, debe empezar a manifestar su obediencia hacia mí: realizando labores doméstica rutinarias, por propia voluntad (bajar la basura, limpiar el aseo, ocuparse de la ropa, sacar a la perrita que tenemos). Ana, ha dicho que sí, se ha puesto a realizar esas cosas, e incluso recoge su cuarto y las cosas que se me quedan fuera de sito. Ana a empazado a cortejarme, ya se ha iniciado en tener ciertas atenciones conmigo, como: ofrecerse a arreglarme el pelo, a presentarme la ropa, para que elija que ponerme y que tome el cuidado de hacerle ver que ropa, exterior e íntima me gusta mas verle puestas.
Le he dicho a Amalia, que si Ana quiere algo más personal, debe de vencer su timidez y escribirme una carta. Y Ana, ha tardado 2 días, en redactarla. Y es como sigue:
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<< CARTA DE Laura:
Hace unas semanas, que pensaba en tí, de un modo muy personal e íntimo. Pero, me he enterado de que a tí, parece ser que te atrae mi amiga Amalia. Y, eso me ha resultado un duro golpe, para mi ego personal. Si, se que por Amalia sabes que entre ella y yo hay algo personal, no lo voy a negar; hay algo, pero tu significas mucho más. Yo, hace tiempo que pienso en tí y nunca creí que te interesases por las chicas; menos aún por mi íntima amiga Amalia.
Me está resultando muy duro, saber que ella te gusta más que yo. Y, he sufrido y llorado lo indecible; especialmetne porque estoy dispuesta casi a caulquier cosa, con tal de que dediques un poco de atención. A mí, me gustaría que me vieses como una amiga y no como "nada más familiar". Te, tengo que pedir que me llames por mi nombre y no por otro apelativo (no me llames niña o nena, o hijita); sobre todo, por favor, no uses esos nombres estando Amalia o alguna de mis amigas o compañeras de clase. Me paso muchas horas, tanto durante el día, como a solas en mi cuarto imaginandome a tu lado; como algo más de lo que somos actualmente, y alguna vez me entra nostalgia y envidia de no ser yo la que está contigo, en vez de Amalia.
Si, te es posible Laura, piensa en mi de otro modo a como lo has hecho hasta ahora, por favor. Te pido eso, y que también me eligas que prendas tomar y que ponerme. Con la mitad, de las cosas que le dedicas a Amalia seré feliz; si soy de tu agrado. A veces, creo que me ves como desfavorecida. Y quisiera arañarme toda, como hago a veces; en la soledad de mi cuarto. Si, me araño y me doy fofetadas; rabiosa, por no haber sabido atraerte. Creo, que algo en mí no va bien; porque desde que se que te gusta Amalia, lo paso muy mal.
Si te ofende lo que te digo te pido perdon, y aceptaré un castigo por ser descarada contigo. Pero, no me eludas y no me dejes con la duda: "Puedes aceptar lo que siento, mis sentimientos, mi afecto y mi amistad de amiga; tal vez, mis sentimientos superan a la amistad, y pudes definirse con como una amistad acabada en ..or. El sentimiento del amor, es un motor de las más bellas cosas, y creo que queda claro que lo siento por tí. Perdón si te he ofendido, pero como soy incapaz de decírtelo en persona lo pongo por carta.
Soy parte de tí, eso ya lo sabes; pero tu también eres parte de mi, en otra forma. Y necesito saber, si has sentido o almenos si toleras, que te demuestre lo que siento. Ah, probablemente, tu am-i-ga te haya dicho que, yo le he pedido usar también tus prendas. Y no quiero, dejar de hacértelo saber, por mi misma. Y además, esas cosas, me hacen tener la ilusión de que puede haber alguna cosa más.
Me gustaría vivir, en una ciudad o pueblito, que no nos conocieran. Y allí, dada la poca diferencia de edad, que con el tiempo aun será menor; allí, sería posible una mayor naturalidad en nuestro trato, sin tener que ocultar nada. Digo eso, como una posibilidad, si soy de tu agrado claro. Y quiero que sepas, que soy un manojo de nervios, a tu lado. Y que, no se si resistiré mucho tiempo si no me haces caso. Te quiero, te pido que como mínimo me dejes poder empezar a hacer algo de lo que hace Amelia.
Esto es muy duro para mi, pero no te veo como mi madre, a lo sumo te vi así hasta los 10 años. Como mucho, por tu edad puedes aparecerte como mi hermana, no como mi madre. Lo siento, pero es que no estaba preparada, para que una niñata, mi amiga por más señas, me robe a la persona que más quiero.
Porque, no me dices cosas como a ella; sueño con algunas de esas tardes o mañanas que tienes con Amalia. La haces vestirse y desvestirse, en tu presencia. Y hasta, algunas de esas veces te desvistes tu y dejas que ella se ponga esas prendas íntimas que te acabas de sacar. Si, se las pone con tu calor y se que a veces están impregnadas de parte de tu persona. DEJAME SE COMO ELLA; NO PIDO MÁS QUE ESO. POR FAFOR, NO ME VEAS MAS COMO TU NIÑA. MIRAME CON LOS MISMOS OJOS QUE A ELLA.
Tuya, tu amiga y esperanzo tener lugar para "un poco de amistad especial". Recibe un besazo, con mucho cariño Laura.
Te quiero, mucho más de lo que yo creía.
<<<<<Ana.>>>
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La carta está manuscrita, sobre un papel muy cuidadosamente elegido, doblado y perfumado (de su perfume). Y incluía, un estampado, de sus labios con un lapiz labial inconfundible, de mi "amiga Ana".
Era una declaración, clara y sin ambigüedad y con cierta desesperación. Se notaba que estaba sufriendo, y que pensaba en mí muy sentidamente. Y eso me conmovió, más que su belleza. Ana, estaba insegura, enamorada y se creía perdida y relegada, por ser la segundona, tras su amiga. Y ese sentimiento, la hacía estar dispuesta a casi cualquier locura. Y me gustaba, que no eludiera decir lo que sentía.
Además, colocó el sobre bajo mi almohada. Me había hecho primorosamente mi cama. El edredón, y la cama estaba estirada y toda la habitación emanaba limpieza, dedicación y un cierto olor. Mi niña, digo amiga Ana, habia perfumado mi cuarto con su caro y preferido perfume. Y puso un poco también en el sobre, como si eso la acercase a mí; y en cierta forma, si la hizo más mia.
Luego la he visto, mirarme interrogativa. Esperando que le diga algo. Pero, yo no le voy a decir nada, en unos días. Eso sí guardaré la carta como un tesoro. Y haré, que mi hija, me vea vestida con la ropa que mejor me sienta (tanto para salir, como en casa). Y, dejaré que pueda apreciarme, con poca o ninguna ropa. Eso puede pareceros, y lo es un pocu cruel, pero es aleccionador, y debo dejar claras las cosas: "Yo dicto las normas, con Ana y con Amelia; ellas, han de acatar eso, a base de desearme más y más. Pero, les iré dando dosis de sensualidad, de mimos y de sexo; pero sin colmarles su apetito, sino despertando máyores ganas y hasta una inusitada glotonería y una fijación, recurrente hacía mí (como madre y amiga, de Ana;y como madre de la amiga y una chica mayor que Amalia).
Y, si quieren... hay lugar entré las sábanas, pues mi cama de de un ancho de 140 cm. Creo que cabremos, una u otra, serán las elegidas. Pero, Ana va a ser invitada, a tumbarse en la cama, a un lado y ser soy una mirona, de lo que hacemos su amiga y yo su madre. La tendre sin dejar tocarse, y luego si dice algo, le diré que me gustaría una cosas suya...
Que cosa, tenerla con las muñecas atadas, con su suje y braguitas puestas. Pero, se irá calentando y moviendo, lo que me orientará, para tomar la decisión de actuar, sobre ella y entonces con cierta afectación, le bajaré la braguita y la oleré, soplaré por su cuerpo, mientras ella, es tocada por Amalia, desde las puntas de los dedos, de sus piers, ascendiendo por sus pantorrillas, acariciada en sus gemelos, en las rodillas y en sus muslos; pero sin poder ser tocada porencima de sus ingles (ni en la distancia de 2 dedos por debajo (2 ó 3 cml). Eso, la calentará mucho, y la hará fijarse el objetivo de tener más. Claro, que siendo dos chicas, tan aridientes... ES POSIBLE QUE SE CORRAN, NO CREEIS.
YO, NO VOY A PERSEGUIR ESO, VOY A ENERVARLAS MÁS Y MÁS, Y SI CORREN. LES HARÉ VER LA EVIDENCIA DE SU FLUIDO ÍNTIMO.
Y eligiré una de ellas para dormir, a mi lado; digo dormir, nada más, pero eso es mucho para estas chicas y siendo cuidadosa, igual ellas se tocan hasta llegar en algún momento, tal vez temiendo ser descubierta en algún momento no os parece. Y eso es más perverso, pero más intenso, para ellas y uuuuuummmmm para mí. QUE HÚMEDA ESTOY; PERO resistire o no NO....
Laura :-)