miprimita.com

Wilsilor (09: Manuela ya es mujer)

en Bisexuales

WILSILOR IX

Manuela ya es mujer.

Por Lor

Cuando llegué a mi casa el martes 14 de diciembre. Encontré a Wilsi y a Manuela preparando la cena. Eran ya casi las seis de la tarde. Manuela tenía puesto un short rojo y una franela blanca; Wilsi llevaba un pantalón y una camiseta blanca, como siempre y sandalias.

Fui al baño, me lavé las manos y regresé para ayudarlas. Yo tenía puesto un jean pescador, sandalias, una cadenita en el tobillo derecho y una franela corta de color azul, que dejaba ver seductoramente el pirecing de mi ombligo.

Estuvimos por una hora hablando tonterías sin sentido y ellas se lanzaban unas puntas y hablaban como en clave, lo que me hizo suponer que algo raro se traían.

-¿Y a ustedes que les pasa?- pregunté.

Ambas se miraron con complicidad y se echaron a reír.

-¿Y entonces? ¿Me van a decir?

-Está bien, Lor. Te lo diremos, pero tienes que prometer que no te vas a molestar.

-¿A molestar? ¿Qué hicieron?

-Promételo.

-Está bien: Lo prometo.

Ni siquiera hablaron. Allí mismo cerca de la nevera, Wilsi y Manuela se abrazaron tiernamente e inferí por donde venía la cosa. Segundos después, sus caras se unieron…, sus labios también y las vi darse una lata (un beso) delicioso. ¡Coño, estas carajas andaban en un peo de lesbianas también! ¿Y cuando? ¿Cómo?

Ni siquiera dije una sola palabra. Era la primera vez que alguien más se unía a nuestro juego y precisamente una carajita de doce años. ¿Sería que Wilsi la indujo a entrar en este camino? No lo supe entonces. Solo sé que ni siquiera terminamos de preparar la cena. Allí mismo en la cocina. Mi hermana y mi prima se basaban y se acariciaban de lo lindo aumentando cada vez más el ritmo y yo, no sabía si unirme o arrecharme.

¿Y por qué me iba a arrechar? Después de todo, no me desagradaba la idea de ver a mi hermana tirándose a la gochita. Coño, creo que hasta envidia me dio de no ser yo quien estuviese en su lugar.

Me gustó ver como Wilsi le sacaba la franela y dejaba al descubierto unos pechos bastante planos como con picadas de avispa y luego, lo mejor, cuando le bajó el short y ante mí aparecieron un para de nalgas bastante desarrollados sobre unas piernas flacas. Además ¿Manuela se depilaba? No sabía eso. Pero lo cierto es que me gustó ver su cuquita raspada y como mi hermana, de rodillas ante ella le daba una deliciosa mamada.

Wilsi estaba allí, arrodillada y se le veía el tatuaje entre el calzón y yo terminé de excitarme. Decidí que esa fiesta no me la iba a perder. Me acerqué y le di un beso suave a la carajita y ella me correspondió con la inocencia que aún le quedaba. Acaricié sus teticas y le tomé las manos para que apretara las mías sobre la franela. Me sentí tan bien.

Luego, me quité la franela y le metí una de mis tetas en su boca para que me la mamara. Estaba aprendiendo a mamar y eso me excitaba aún más. Mi hermana por su parte, tomó mi pantalón por detrás y lo haló con tal fuerza que no hizo falta desabrocharlo.

Enseguida lo tenía remangado en mis muslos y Wilsi me lamía las nalgas. En un minuto más, ya me lo había sacado y me dejó casi desnuda. Apenas quedé con pulsera de mi tobillo, los piercigns y zarcillos en mis orejas y el del ombligo, nada más.

Ahora, manuela y yo, estábamos pegadas contra la nevera y Wilsi nos mamaba a las dos. Un ratico a mí y le metía los dedos a manuela y, otro ratico me metía los dedos a mí y la mamaba a ella.

Yo, seguía haciendo que la carajita me mamara las tetas; de vez en cuando le daba un beso o le tocaba las nalgas. Aunque participaba activamente, se veía que estaba prendiendo y que mi hermana era quien la había iniciado, ¿Cuándo? Ni idea, pero la verdad es que ahí estábamos, dándole duro a nuestra promiscuidad familiar.

A media hora de goce, Wilsi se levantó y buscó en el congelador algo para masturbarnos. Vaya, me sorprendió al ver que sacaba un grueso salchichón y me dije que la íbamos a pasar bien.

Primero me acostaron a mí en el sofá de la sala y Wilsi me pidió que levantara las piernas. Lo hice como tantas veces y dejé que fuese la propia Manuela quien me mamara. Uy, fue rico, sentir es lengua chiquitica jorungarme la totona y lamerse toda mi leche, pero lo mejor, fue cuando Wilsi puso la punta del salchichón en mi culo y comenzó a empujarlo.

Verga, era muy grueso y ya yo tenía unos cuantos meses sin meter nada allí dentro. Confieso que me dolió, pero en unos minutos ya era adicta a esa barra entrando y saliendo de mi culo, aderezada por los lengüetazos torpes de Manuela en mi cuca. Creí que me iba a cagar de placer, pero resistí y solo boté y boté más leche para empapar la carita de nuestra nueva amante.

Un buen rato después, Wilsi me metió el salchichón en la cuca y me penetró con tanto salvajismo que creí que me la iba a reventar. Cuando yo ya no podía más, le pedí descansar y ella sacó la gruesa verga de mis terrenos divinamente ultrajados.

Fue excitante ver a mi hermana meterle el salchichón en la boca a Manuela para que se lo chupara. Estaba chorreando mi leche y ella lo chupó y lo lamió hasta dejarlo limpiecito.

-Te va a gustar cuando crezcas- le dije a Manuela al verla en sus primeras prácticas de fellatio fetichista.

Poco después, yo misma acosté a Wilsi en el sofá y entre caricias y besos, le saqué el pantalón, dejándola solo en camiseta. Me hundí en su entrepierna y la mamé deliciosamente, luego, dirigí la cabeza de manuela hasta allá y entre las dos metimos la lengua en esas carnes henchidas y rebosantes de leche.

Le levanté las piernas y sin miramientos le introduje la verga en el culo y comencé a meterlo y a sacarlo con todas mis fuerzas. Wilsi siempre ha sido partidaria del sexo anal y goza más que cualquiera con algo allí. El salchichón tenía alrededor de 30 cms de largo y 10 o 12 cms de ø, es decir, bastante grueso, pero ella gritaba que se lo hundiera todo.

Sus berrinches eran cada vez más fuertes y desperados, así que hice lo de siempre. Esta vez le pedí a Manuela que encendiera la radio para ahogar los aullidos de mi hermana. Estaban cantando un vallenato y casi se le va la excitación a Wilsi.

-¡Pon otra emisora!- le exigí a Manuela.

Puso otra y estaban tocando un reguetón. Ahora sí que mi hermana se iba a desconcentrar. Entonces, nos conformamos al escuchar a Ricky Martin con la "Copa de la vida" y al ritmo del "¡Gol, gol, gol!", yo le metía y le sacaba la verga del culo de mi hermana. Y ella gritaba que la reventara, que se la metiera toda.

Sinceramente, me asombré cuando comencé solo a empujar y vi a mi hermana aferrarse a los cojines y a apretar los dientes. ¡Coño, por lo menos veinte y pico de cms entraron en su culo hasta sus entrañas!

Manuela estaba asustada pensando en su propio turno porque ella era más pequeña. Pero tendría que esperar porque con Wilsi nos echamos más de una hora sin sacarle la verga, por el contrario, me dediqué a mamarle la cuca también, mientras que manuela se sentó a horcajadas sobre su cara para recibir una desesperada y deliciosa mamada.

Antes de probar su turno, Manuela tuvo que mamar otra vez el salchichón, esta vez impregno de leche y de todo lo que pudiese haber encontrado en las entrañas de Wilsi. Lo cierto, es que la muy guarra, obediente, mamó como toda una experta. Definitivamente ya ella era toda una mujercita y, la iba a pasar muy bien con los chamos en el futuro.

Cuando le llegó la hora, la pusimos en cuatro patas sobre el sofá y yo misma, comencé a meterle suavemente el salchichón por su culito. No deseábamos desvirgarla con ese bicho, pero al menos darle un buen rato por detrás; sin embargo, solo pude meterle unos cuantos cms, en medio de un concierto de chillidos desesperados.

-¡Me duele, coño! ¡Sáquelo, sáquelo!

Pero no le hice caso y seguí con la cogida. La pobre carajita estaba a punto de desmayarse, pero aguantó como toda una mujer. Wilsi se puso bajo ella y la besó un rato, luego se volteó y comenzó a mamarle la cuca.

Yo, dejé de cogerla con el fetiche y le di un besito en su culo, y, como soy experta en besos negros, metí mi lengua y la arrullé de tal forma que ella entendió que era rico tener algo ahí, pero de a poquito porque aún no estaba acostumbrada.

Ya eran casi las 9:00 de la noche y decidimos detenernos para cenar. Antes, nos dimos una buena ducha y Manuela se acostó un rato. Wilsi y yo terminamos de preparar la comida, mientras me contaba como comenzó todo.

Me contó que manuela la sorprendió pajeándose la noche anterior y de cómo hoy, la depiló y terminó practicándole un cunnilingus tan rico que la carajita terminó dejándose hacer y luego, ambas terminaron en la cama, desnudas, besándose y metiéndose mano, y que, por supuesto, que decidieron darme la sorpresa de la mejor manera. Y vaya que fue una sorpresa porque la verdad, no me lo imaginé nunca.

Esa noche y los dos días siguientes, hicimos tambalear nuestra casa de tanto tirar. El viernes volvieron papá y mamá y aunque los recibimos con alegría, sabíamos que se nos había acabado la fiesta, claro, no en su totalidad porque esa noche, manuela se pasó a mi cuarto y el sábado le dimos una gran despedida que duró hasta bien entrada la madrugada.

La mañana del domingo, la acompañamos al aeropuerto y fue triste verla partir. Coño, la pasamos muy bien esa semana y ninguna olvidaría lo que hicimos, especialmente ella, porque se había iniciado en este camino con sus primas.

Hace seis meses que no la vemos, pero nos ha enviado fotos por Internet y se ve muy linda y aunque no ha tenido sexo con ningún hombre, nos envió también una foto donde aparece su novio. No sabemos aún si ella se va a definir tanto como nosotras, que somos bisexuales, pero por lo pronto, no olvidará que su primera vez fue con dos bellas mujeres.

Lor

Escríbannos a wilsilor@yahoo.com agradecemos sus comentarios