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Así fuí descubierto por mi hermano (2)

en Amor filial

Así fui descubierto por mi hermano.

Ya les conté la primera parte de cómo mi hermano, por casualidad, de mis gustos por vestirme como mujer, cuando mi mujer viaja a su pueblo a visitar a sus padres. Antonio me viene a visitar sin aviso y descubre la ropa de Linda (mi alter ego) en el baño, ya que me tuve que cambiar de apuro por su interrupción a mi ritual de vestirme bien guapa. Cuando me vi descubierta, me cambié y me vestí para él y él me trató como a una puta callejera, violento y desesperado. Lo último que les quiero recordar es que la verga de mi hermano es la mas gruesa que yo haya visto en mi vida, apenas me entraba en la boca.

Todavía con la leche cayéndome de la boca, Antonio me pide que no la deje morir, así que con la mano empecé a masajearla.

- Dale putita, hacelo bien, no quiero perder mucho tiempo con vos.

Me puse nuevamente su polla en mi boca y lo lamí de todas las formas que se puedan imaginar y no es por hacerme la agrandada pero su pija no dejó de estar parada. Pero la pregunta era… ¿no pensará en penetrarme con esa vergota? Yo solamente había sido penetrada por Marcos que tenía una pija chiquita de 16 centímetros y si la comparamos con la de mi hermano tendría que multiplicar su ancho por dos o más. (Leer la saga de "Marcos mi amante virtual")

Me daba terror pensar que mi hermano se ponga violento y no entienda que ese porongo, no le puede caber a mi culo y casi a ningún culo de este mundo… pero mis miedos se hicieron realidad, sacó la pija de mi boca y se ubicó tras de mí, como para quererme penetrar.

- Pará, loco. – Le dije yo.

- Quiero probar tu culito, mi puta barata.

- No me vas a coger. Soy virgen. –Le mentí, como si eso lo hiciera recapacitar y me dejara de tratar así. Para que desista de perforarme, con ese taladro enorme. Aunque debo admitir que debe ser genial sentirse estaqueado pro semejante chota.

- Te voy a romper ese culo que tenés y te vas a acordar toda tu vida de esta noche. – Me tomó fuerte y nuevamente intentó ubicar su pija en mi hoyo.

Le di un empujón brutal y él trastabillo.

- No te hagas el boludo conmigo. - Le dije. – Que a mí me guste vestirme de mujer, no te da derecho a hacerte el malo aquí. Me encantó mamártela y si querés te hago acabar de nuevo… pero lo de la violencia no me va.

Antonio me miró avergonzado sin entender bien lo que pasaba, creo que él creía que estaba con un travesti pero no que era su hermano. Como que se había enajenado y se estaba volteando una puta callejera y eso le daba derecho a hacer lo que quiera. Creo que allí cayó que lo estábamos haciendo los dos.

Hizo un gesto de levantarse los pantalones e irse, pero yo lo paré.

- No seas estúpido, no te tenés que ir así es mas me gustaría que lo entiendas, vení. - Lo tomé de la mano y lo recosté en el sofá. Había subido su pantalón pero su verga semi parada salía por entre su bragueta. – No es para tanto, me gusta estar con Marcia y me gusta vestirme como Linda y poder gozar de una pija. Nada tiene que cambiar entre nosotros.

Antonio estaba reaccionando pero todavía no podía hablar. – Cuando yo estoy normal, miro las minas por la calle y e caliento, como lo haces vos, pero dos o tres veces al año, cuando Marcia viaja a San Francisco, me gusta volver a casa y vestirme con su ropa y la verdad es que me siento mujer. Primero con eso me bastaba, luego me hice unas fotos y hace unos días estuve con un hombre por primera vez… Hoy viniste vos y no me diste tiempo a cambiarme y por eso me descubriste. Quiero que sigamos siendo hermanos, como hasta hoy y que vengas todas las veces que quieras. Sos mi hermano y te quiero.

- ¿Marcia sabe esto?

- ¿Estás loco? No lo sabe ni nunca sabrá. ¿Me entendiste?

Antonio empezaba a hablar; se lo veía muy tranquilo y comprensivo.

Traté se limpiarle una marca de rouge, que le había hecho cuando nos abrazamos, en el cuello. Él hizo un gesto y atrapó mi mano con su hombro. Yo hice fuerza, sin hacer, para liberarme pero a la vez para seguir con la mano allí y él me miró, liberó mi mano y me ofreció todo su cuello para que se lo acariciara… Se acercó y nos dimos un beso… tranquilo, suave, profundo. La mano que me quedaba libre, buscó su piel entre los botones de su camisa y el beso se hizo mas hondo. Sus manos recorrían mi espalda dándome caricias fuertes de macho. Antonio es mucho mas varonil que Marcos y eso se siente en cada uno de sus movimientos, mucho mas decididos y calientes, no sé si lo siento así porque es un tipo que se coge todas las chicas o porque es mi hermano. Su olor es más fuerte y bien de macho, además tiene pelos en el pecho y su axila expelen un perfume de sudor que me embriaga. Y así embriagada le desprendo la camisa y lo huelo todo. En un acto intuitivo muerdo su axila y su gusto me queda en la boca. Esto lo excita mucho y sus manos buscan mi cola, juegan en la raya con mi tanga y me pongo a mil. Bajo por su torso y vuelvo a lamer su pija. Ya no me parece imposible tener ese mástil dentro y mi cabeza buscaba estrategias. Me acordé de un frasco de vaselina que había comprado hacía ya varios años y que si no me equivocaba estaba en el armario del baño. Si con eso no entraba, nada lo haría posible; así que se lo dije y me fui a buscar el pote. Por suerte lo encontré.

- Vamos a mi cuarto, en la cama va a ser mas fácil.

Yo me había tendido en la cama, solo llevaba puesto un corpiño negro, relleno de algodón y mi tanga preferida, el ya estaba completamente desnudo y su reloj lo dejó en la mesita de luz. Abrió la vaselina y tomo una generosa porción y me la untó por el ano… estaba re fría. Con una delicadeza que yo se puede creer, me fue dilatando el esfínter creo que me metió dos dedos dentro y me acariciaba dándome mucho placer. Si no me penetraba no importaba ya que con sus dedos hace maravillas.

Embadurnó su potente herramienta y se ubicó detrás de mí. Sentí su verga e a orillas de agujero y yo estaba a mil, capaz de mancarme cualquier cosa. Hizo fuerza y su chota resbalaba por la raya de mi culo. Esto lo impacientó un poco y embistió con más dureza sobre mi culo y mi ano cedió. Antonio dejaba caer su peso sobre mí y esto hacía que su pene fuera resbalando sobre mi canal interior, partiéndome en dos. Yo mordía la almohada y las lágrimas caían de por mis ojos. Estaba llorando de dolor y él con mucha sutileza, no dejaba de entrar en mí. Su pija era muy grande para mí.

- Pará, pará, me estás matando.

- Si todavía no hice nada. – palpe mi cola y era verdad parte de su cabeza estaba todavía fuera de mi ano.

- No puedo mas, sacala.

- No seas mala, dejame intentar un poco mas, luego se te va acostumbrando y verás.

No contesté y accedí. Dio un golpe y su cabeza se introdujo. Grité como nunca. Creo que él se asustó, pero el tenía experiencia en tratar de meter ese cañón en otros culos y sabía que lo peor ya había pasado, pero yo no. Me moví para sacarla pero él presionó aun más y sentí como su cabeza entera se abría camino por mi interior, abriéndome a mí también.

- Que lindo culito tenés nena.

- La puta que te parió.

Debo admitir nuevamente que ya el dolor me había anestesiado la zona.

Mi hermano estaba inmóvil dejando que me acostumbre a sentirla dentro, sabía muy bien lo que hacía. (Nada que ver con Marcos.)

Cuando pasaron los segundos y traté de acomodarme un poco mejor, él lo interpretó como que ya podía comenzar su faena y comenzó a sacarla y meterla despacio. Yo quería que acabe de inmediato ya que el dolor era intenso y lo alenté, con movimientos más violentos. Esto lo puso a mil y ya no tuvo miramientos, me empezó a taladrar hasta explotar dentro mío…

Sentí que litros de su leche inundaba lo poco que podía guardar mi cuerpo exhausto.

Quede sin poder moverme y él la fue sacando ya casi muertita, pero se ve que le daban espasmos y hacía movimientos como si fuera a empezar de nuevo.

La sacó. Pero yo sentía que la tenía dentro. Me ardía todo el culo y la leche y el aire exterior me dio un alivio. Llevé la mano al ano, como para evitar que la leche me haga un enchastre en la cama, pero ya era tarde, debajo de mi cuerpo había un charco de leche y sangre. Me asusté muchísimo.

Antonio fue hasta el baño y volvió con un algodón con crema humectante y me lo pasó por la zona, con un cuidado que me dejó pasmado. ¿Este era el mismo tipo que me quería violar hacía una hora? Me tranquilizó diciéndome cosas lindas y otras de humor negro… pero bien.

Esa noche se quedo a dormir en casa y al despertarme ya no estaba.

Al medio día me llamó para decirme que estuvo muy buena la noche.

Dos días tardé en recuperarme de la verga de mi hermano.

Todavía no lo volví a ver, la que volvió, dos días después fue Marcia. Esa noche cogimos como locos y volví a ser su marido… Y a amarla como siempre.

Mi email es sixbarral@yahoo.com.ar escribime si te gustó mi historia o si querés compartir alguna experiencia similar… Linda

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