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Enculator (2)

en Gays

Enculator II

La llegada de Enculator a la tierra lo sumía en un sin fin de interrogantes. Estaba en un planeta totalmente desconocido y no sabía como comportarse adecuadamente. Tenía muy en claro la recomendación que le habían hecho sus superiores: Al lugar que fueras haz lo que vieras. Pero su mente estaba muy confusa, había escuchado de que en la Tierra los hombres trabajaban para ganar dinero y pagar las cosas que necesitaban para vivir. Pero en que podía trabajar. Tenía una sensación de aceptación por los terrícolas, a todos les resultaba atrayente y así fue que caminando por las calles de Miami encontró un sitio que se llama Azúcar y se presentó en busca de trabajo.

Y le dieron trabajo, nada más lo vio el dueño, se dio cuenta de que un hombre como este sería la atracción de los maricones de Miami, y pensó que tendría mucho éxito en su show de los viernes y sábados. Concretamente el primer trabajo de Enculator en la tierra sería en el show de media noche de Azúcar. Solo tendría que mostrar su cuerpo al compás de una música erótica durante unos pocos minutos, para ello no necesitaba mucho entrenamiento. Y lo contrataron. Le preguntaron cual era su nombre y se le ocurrió decir que José.

En su gala Enculator subió a la tarima en el medio de la función, comenzó a bailar al compás de la música. Cuando el público lo vio, inmediatamente despertó el entusiasmo de los presentes que parecían alucinar ante semejante ejemplar humano. Los movimientos de sus caderas derretían a los mariquitas que gritaban histéricos, como si no hubieran visto un macho en su vida. Y cuando Enculator comenzó a deshacerse de sus ropas, aquello se convirtió en una locura. Cuando quedó talmente desnudo y con sus manos acarició sus huevos, su polla se empalmó. Los guardias de seguridad a duras penas contenían a las locas que hacían lo imposible por subir al escenario. Lanzaban billetes de 20, 50 y 100 dólares, solo por que las dejaran subir y se permitió que unos pocos subieran al escenario.

Pero aquello estaba fuera del libreto y Enulator se dejó a acariciar por las locas, pero esto despertó su libido incontrolable y pronto abrazó a uno de los chicos y empezó a comérselo a besos. Con su lengua saboreaba el sabor de su cuello y lo fue desnudando. Lo puso en 4 patas en el piso, acercó su boca al culo del chico y le lanzó una escupida que lo preparó de inmediato. El chico lujurioso movía su culo como una perra lo hace para provocar a un macho y Enculator no esperó más, puso su polla en el ojete del chico, con sus manos aguantó su cintura y de un solo golpe metió su polla hasta que sus cojones chocaron con las nalgas del chico. El chico soltó un grito aterrador mientras que Enculator exclamaba su clásico Ahhhhhhhhhh de placer.

Y sin tregua comenzó a darle por el culo al chico que si bien disfrutaba la follada que le estaban dando sentía tanto dolor que sus lágrimas estaban mojando el piso del escenario. Pero Enculator seguía dándole por el culo sin la menor clemencia y como siempre no solo se corrió una vez, sino dos, tres y sin dar la menor tregua. El chico estaba al borde del desmayo, perdió sus fuerzas y se quedó en el piso. Pero Enculartor inmediatamente tomó a otro y así le hizo la misma faena a otros tres.

El público estaba enardecido, nunca se había visto a un tío dar con tanta intensidad por el culo a nadie, era como si tuviera una energía superior, Enculator estaba haciendo historia. Cuando terminó la función y recogió todo el dinero que le habían lanzado se dio cuenta que en una noche había obtenido una bonita suma.

Luego, en la cama del hotelito que alquiló pensaba sobre lo que estaba ocurriendo y se dio cuenta que el culo que más había disfrutado era el de aquel chico activo que se había follado a la fuerza en el bar de la calle Duval y se dio cuenta que follarse un culo virgen era lo más delicioso que había probado en la tierra y se dio cuenta que deseaba repetir eso.

Y así se le ocurrió tomar un taxi e ir hasta una gasolinera de la I-95, donde los camioneros se detienen a abastecerse de combustible y a descansar de los largos trayectos. Allí Enculator vio varios culos vírgenes, eran de camioneros muy machos y viriles. Su boca se le hacía agua por probar uno de ellos, pero sabía que la cosa no sería fácil, pues eso tendría que hacerlo a la fuerza.

Observó a uno al que le prestó especial interés, el tío era un hombre de unos 45 años, se veía muy masculino y estuvo dedicándole unos piropos a la chica de la cafetería y luego se dirigió a su camión para proseguir su viaje por carretera y poco antes de subirse a su camión Enculator lo abordó y le pidió que le hiciera el favor de dejarlo viajar con él unas millas más al norte. Bueno el camionero accedió, se presentaron formalmente, el camionero se llamaba Raúl y Enculator le dijo que se llamaba José, pero que le decían Pepe. Hicieron buenas migas y Enculator subió al camión y comenzó su viaje al norte. A las pocas millas Raúl estaba cansado y decidió aparcar un rato y tirarse a descansar un par de horas. Se quitó la camisa y se acostó en la cama del camión. A los pocos minutos Enculator entró en la cabina donde estaba la cama y se abalanzó sobre el camionero y comenzó de inmediato una pelea entre ambos. Raúl estaba como enloquecido, luchando contra aquel hombre mucho más fuerte que él, que lo besaba y lo abrazaba. Enculator pronto tenía dominado a Raúl que de ninguna manera correspondía a los besos que le daban, más bien a cada beso lo que se elevaba era su cólera, pero no podía hacer nada para impedirlo. Cuando Enculator comenzó a mamarle sus tetas, Raúl se enfurecía, pero sintió que su polla comenzó a empalmársele. Enculator se dio cuenta y se lo dijo: Ves como te está gustando y continuó mamándole las teta y de ahí siguió chupándole los huevos y la polla. Raúl no le quedaba más remedio que dejarse.

Pero cuando Enculator lo viró boca abajo, Raúl reaccionó con todas sus fuerzas, pero Enculator lo controló de modo que le pudo abrir las piernas y comenzó a darle una desmayante mamada de culo. Raúl no tenía fuerza para resistir y por eso a Enculator le fue más fácil poder ponerle su polla en el culo y empujársela a lo más profundo de sus entrañas. Raúl se retorcía, gritaba, pero Enculator seguía follándoselo. En varias ocaciones le dio unas fuertes trompadas y le exigió que se portara bien. Las pegadas de Enculator eran muy fuertes y Raúl estaba acojonado y resignado a que lo violaran y así fue.

Enculator le descargó toda la leche de sus huevos en el culo virgen de Raúl que lloraba como un niño. Las enculadas fueron tan fuertes que Raúl se corrió. Cuando aquello terminó, Raúl estaba sin conocimiento, por lo que Enculator lo abandonó en busca de otro Camionero, pues Raúl le había gustado mucho.

Cuando Raúl despertó y se dio cuenta de la follada que le habían dado, estaba perplejo, el culo le dolía con cojones, estaba todo embarrado en leche y no sabía que hacer. Si llamaba a la policía y denunciaba la violación de la que había sido objeto, podía ser el hazmerreír de la gente, pero el hecho de que le hubieran roto el culo lo tenía muy deprimido. En ese debate se acercó un carro patrullero de la policía y de repente Raúl se vio prácticamente descubierto y no tuvo más remedio que denunciar la violación de la que había sido objeto. Fue llevado a la policía, se levantó acta de los hechos, se hizo la descripción del violador y para mala suerte de Raúl la noticia corrió como pólvora y llegó a la prensa y la televisión.

Esa noche se produjeron 4 violaciones de camioneros más en la misma I-95 y la noticia se convirtió en el terror de los camioneros de la Florida, había un violador de camioneros suelto. Y los camioneros, que generalmente habían presumido de ser muy machos se veían ante la situación de que su virginidad podía ser destruida por ese loco suelto. Bueno las gentes no podían imaginar un juicio para juzgar a un violador de camioneros.

Las violaciones de camioneros continuaron por varios días en las carreteras de la Florida, se hicieron cercos para capturarlo, incluso la policía puso una trampa y utilizó un policía encubierto como camionero y lo peor de todo fue lo que ocurrió. Enculator se encontró con el policía encubierto de camionero y le dio la peor de las violadas pues se lo folló por el culo y por la boca de tal forma que los jefes del policía no aceptaron sus justificaciones y lo echaron del cuerpo por maricón.

Los camioneros hicieron una huelga y no querían salir a las carreteras hasta que detuvieran al violador de camioneros lo que provocó una situación caótica con el suministro de alimentos y otros muchos productos. Hubo quienes pensaron en organizar caravanas de camiones protegidas por el Ejercito de los EEUU para evitar las violaciones de camioneros por Enculator. Se comenta que las víctimas a pesar de su indignación cada vez que se acordaban de la violación se empalmaban y terminaban pajeándose, por lo que muchos de ellos recibieron la bienvenida al mundo gay.

Las cosas para Enculator en la Florida se estaban poniendo malas. Las folladas de Enculator eran famosas y las actitudes eran muy diversas. Hubo mariquitas que alquilaron camiones y salieron a la I-95 con la esperanza de tropezarse con el violador de camioneros. En Miami las mujeres estaban aterradas ante el temor de que sus maridos fueran violados y al final eso le gustara y se convirtieran en Gay.

Ante esa situación, Enculator decidió que tenía que abandonar la Florida y empezó a acariciar la idea de marcharse de alguna forma de este lugar donde era perseguido constantemente.

Pero Enculator era muy difícil de capturar. Tenía una fuerza descomunal, podía convertirse en transparente. Podía atravesar una pared. En fin se podía escapar con gran facilidad de ser capturado y si lo capturaban donde lo iban a tener para que no pudiera escaparse. Y cuando decidía follarse a alguien tenía un magnetismo que lo hacía irresistible, algo que paralizaba a su víctima. Nada el caso era que cualquier hombre podía terminar siendo atravesado por la polla de Enculator.

Así, en la mañana siguiente, Enculator se dirigió en un taxi al Aeropuerto Internacional de Miami, montó un avión de Iberia y venga ... se marchó de la Florida rumbo a Madrid, dejándole el culo como un guante a miles de sus amantes en el sur de la Florida.