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Enculator (3)

en Gays

Enculator III

Para subir al avión de Iberia, Enculator utilizó su técnica de hacerse transparente, para ello se metió en unos de los baños del aeropuerto, se deshizo de su ropa y sin nada que pudiera delatar su presencia, con facilidad evadió los controles aduaneros y de emigración y penetró en la aeronave. Como es lógico, no podía ocupar un asiento para evitar que ocurriera el accidente de que llegara el pasajero que lo tenía reservado, así que se colocó en una esquina por donde no debía pasar nadie y esperó pacientemente a que el resto de los pasajeros se sentara. Quedaron unos pocos asientos libres y de momento Enculator ocupó uno.

El avión despegó sin contratiempos y cuando la aeronave alcanzó la altura y velocidad de crucero, el capitán informó a los pasajeros que podían liberarse de los cinturones de seguridad. Enculator seguía transparente y estaba tratando de controlar sus deseos sexuales, pues había pensado que durante el vuelo lo mejor era pasar inadvertido. Pero cuando las aeromozas y los sobrecargos empezaron a servir la cena, uno de los sobrecargos pasó por su lado y captó la atención de él. El chico era un joven apuesto y bien formado, lucía una barba bien cuidada y desprendía un olor muy varonil, era un verdadero ejemplar del macho ibérico, se notaba muy masculino y estaba siendo la atracción de las damas que atendía y por que no, el sobrecargo se la estaba pasando muy bien. Enculator recordó en ese momento lo mucho que le habían gustado los culos vírgenes de los camioneros y pensó que el sobrecargo debía ser virgen. Trató de quitarse la idea de la mente, pero cuando terminaron de atender a los pasajeros vio que el chaval se dirigía al baño de caballeros y como a Enculator le quedaba más cerca, no pudo controlarse y se introdujo en el baño primero que el sobrecargo, se pegó suficiente a la pared, para que el chico no sintiera su presencia y cuando cerró la puerta y se desabrochó el cinturón y se bajó los pantalones Enculator dejó de ser transparente e hizo su aparición para el sobrecargo que recibió un susto de tres pares de cojones.

De momento comenzó un tremendo forcejeo, pero Enculator llevó la mejor parte y pronto lo tenía controlado, para evitar que sus gritos fueran escuchados por otras personas le introdujo un pañuelo en la boca y con el cinturón le aplicó una mordaza y comenzó a lamerle el cuello, mientras lo despojaba de su camisa y lo dejaba totalmente desnudo. El sobrecargo trataba de quitarse al aparecido de arriba, pero éste lo controlaba y le daba una chupada de tetillas que lo estaba dejando petrificado. Poco a poco el sobrecargo fue perdiendo su voluntad de lucha y Enculator empezó a rozarle el culo con su polla hasta que se corrió y fue su leche lo que le sirvió de lubricante para meterle su exagerada polla hasta chocar sus huevos a las nalgas del chico y ahí empezaron sus embestidas potentes y a un ritmo que hacía que el sobrecargo sudara copiosamente y mientras sus piernas le temblaban incontrolablemente. Le descargó un par de lechazos en el culo hasta que lo puso casi al borde del desmayo.

Afuera las embestidas de Enculator estaban haciendo vibrar intensamente la aeronave y el piloto estaba sumamente preocupado. En realidad el viento en el exterior de la nave no justificaba estas turbulencias. Pensó que podía ser, un fallo en algún motor del avión, pero todo estaba en orden. De todas formas por los altavoces indicó a los pasajeros que se pusieran los cinturones de seguridad. Cuando el sobrecargo salió del baño estaba en muy mal estado, muy nervioso y sudoroso. Una compañera lo sentó en un asiento, trataron de reanimarlo infructuosamente y de paso cesaron las extrañas vibraciones que tanto estaban preocupando a los pasajeros y a la tripulación.

Enculator pensó que debía tranquilizarse y no continuar en sus andanzas mientras estuvieran en el aire y volvió a adquirir su propiedad transparente y salió del baño. El sobrecargo no volvía en si y no podía explicar la extraña e inverosímil violación de la que había sido objeto.

Pero los ojos de Enculator se fijaron en otra persona, ahora era un pasajero que viajaba acompañado de una dama muy hermosa, al parecer eran recién casados y viajaban a Madrid para su luna de miel. Enculator empezó a detallarlo, su nueva presunta víctima era un hombre muy interesante. El señor eran un hombre velludo, que tenía puesto un pantalón corto, lo que le permitía lucir unas hermosas piernas de deportista. Enculator se lo estaba devorando mentalmente, pero no veía la forma en que pudiera disfrutarlo. Pero el tío cometió un error imperdonable y se le ocurrió ir al baño a orinar. Enculator de le adelantó y entró antes que él y cuando cerró las puertas volvió a hacer su aparición. El hombre se asustó enormemente, pero no hizo resistencia pues en realidad del susto pasó a sentir una gran atracción por este hombre que había salido de la nada. Cuando Enculator intentó besarlo el hombre le correspondió y se fundieron en un beso en que sus lenguas se frotaban con lujuria. Si Enculator estaba empalmado y chorreando sus líquidos seminales el tío estaba como al explotar.

Los chupones de tetillas fueron muy fuertes y Enculator le mordía los pezones de forma implacable. Y cuando Enculator le puso de espalda y le presentó su polla está entró muy fácilmente en el culo de su víctima, tan fácil penetró la tremenda polla de Enculator que se dio cuenta que estaba equivocado y que su elegido no era virgen. Esto provocó un desencanto en Enculator y como respuesta comenzó a darle unas embestidas que hacían retorcerse de placer a su enculado de turno. Enculator le subió un pie y lo puso sobre el inodoro, para poder penetrarlo con mayor profundidad. Sus embestidas eran tan potentes que cuando Enculator se corrió el chico descargó su chorro de leche. Pero Enculator continuó follándolo como si no se hubiera corrido y ahora el chaval, perdida la calentura comenzó a sentir la tranca de Enculator con mayor intensidad y Enculator no le daba tregua y continuaba follándoselo. El tío lloraba, gemía, suplicaba pero Enculator seguía dándole caña. La leche le corría por las piernas, pero la polla de Enculator seguía entrando y saliendo como un disparo de cañón. Enculator empujaba su polla y apretaba sus caderas con fuerza para sentir que su polla entraba hasta lo más profundo de las entrañas del chaval. La mente del chico empezó a nublarse, no podía aguantarse en pie, pero Enculator lo sujetaba y continuaba dándole por el culo y solo lo soltó cuando notó que había perdido el conocimiento. Salió del baño y lo dejó solo. Allí lo encontró una aeromoza que rápidamente pidió ayuda para llevar al pasajero hasta un asiento e intentar que se recuperara. Le esposa estaba muy alarmaba por la cantidad de leche ensangrentada que corría por las piernas de su pareja. Nadie podía explicarse que había pasado. Las extrañas turbulencias habían cesado de nuevo y ya eran dos los casos de personas que al salir del baño lo habían hecho en un estado deplorable.

De que habían sido violados en extrañas circunstancias todavía no se habían percatado, pues las víctimas aún no habían pronunciado ni siquiera una palabra. Pero algunos pasajeros estaban sobre la pista, pues se habían repartido la última edición del Miami Herald y en ella se hablaba en titulares de famoso VIOLADOR DE CAMIONEROS del sur de la Florida. La histeria cundió rápidamente en la aeronave que en estos momentos estaba en medio del Océano Atlántico, bastó que un osado lanzara la hipótesis de que el Violador de Camioneros era un pasajero de este vuelo para que se produjera una crisis de nervios incontrolable. Entre los pasajeros se miraban de forma intrigante queriendo descubrir quien era Enculator, pero nadie pensaba que Enculator los miraba a todos desde su protectora propiedad de transparencia. Ante el terror, hubo pasajeros que querían lanzarse en paracaídas en medio del océano y otros comenzaron a hablar de lo peligroso que era ir a los servicios sanitarios del avión. Las aeromozas repartieron vasos desechables para que los pasajeros que tuvieran necesidad de orinar lo hicieran ahí y luego le entregaran el vaso con orine y ellas lo vertían en los fregaderos, porque nadie se atrevía a entrar en los servicios sanitarios del avión.

El resto del vuelo fue dramático y aunque Enculator no tuvo oportunidad de poder follarse a más nadie, debido a las medidas de precaución de los pasajeros, si pudo sorprender a una aeromoza que estaba recostada al respaldo de uno de los asientos y meterle un dedo en el culo, lo que provocó que la chica soltara un grito de terror y saliera corriendo por el pasillo para ponerse a buen recaudo. El Capitán de la nave, llamó a la torre de control del Aeropuerto de Barajas y explicó la dramática situación que estaban viviendo en el vuelo y que era muy probable que el Violador de Camioneros viajara con ellos. La idea se reforzó más cuando al llamar a Miami se conoció que no se habían reportado nuevas violaciones de camioneros desde las últimas 8 horas. La llegada a Madrid se efectuó bajo estrictas medidas de seguridad. Un batallón de la Guardia Civil se desplazó hacia las dependencias del aeropuerto. La noticia no se pudo mantener en secreto y fue dada por el Telediario de una de las cadenas de televisión y de repente las organizaciones de mariquitas de Madrid se pusieron en pie de guerra y se fueron hacia el Aeropuerto de Barajas para darle la Bienvenida a Enculator.

La aeronave fue llevada hasta un lugar remoto del aeropuerto, el batallón de la Guardia Civil tomó posiciones entorno del avión pero todo este operativo resultaría infructuoso. Cuando la nave se detuvo, Enculator traspasó una de sus paredes y saltó a la pista y pudo estar fuera del cerco antes de que este se montara. Así las cosas, Enculator observaba todas las medidas que se tomaban para su captura. La aeronave fue registrada meticulosamente y no se pudo encontrar ni el más mínimo rastro del famoso personaje. Finalmente se produjo el dictamen oficial de los hechos, en el cual se explicaba que en la aeronave no había ocurrido ninguna situación real anormal. Se explicó que el sobrecargo y el pasajero que se suponía habían sido víctimas de la voracidad sexual del Violador de Camioneros de la Florida, había sido solo imaginación de unos pasajeros lunáticos y aterrados. Pues los individuos no querían reconocer que habían sido el placer del deseado y temido personaje. Los mariquitas que estaban dando la bienvenida a Enculator se retiraron decepcionados y Enculator finalmente cuando le pareció se retiró caminando por la pista y entró a los salones del aeropuerto por una de las puertas en que se reciben las maletas y finalmente se fue por los pasillos de la instalación hasta la estación del metro y se perdió por las calles de Madrid.

Enculator viajó en el Metro de Madrid hasta que llegó a la Estación de Autobuses del Sur. En la estación tomó algunas ropas prestadas de unas de las tiendas que están allí y luego se introdujo en el baño para vestirse y salir a la calle como una persona normal.

Cuando Enculator se vistió, observó algo extraño en ese baño. Todos los urinarios estaban ocupados y los hombres que estaban utilizándolos parecían estar echando unas meadas interminables y no tardó en darse cuenta que unos tíos se miraban a los otros y no sacaban la vista de sus respectivos paquetes. Uno de ellos se decidió y tocó la polla del otro y pronto se agachó y comenzó a mamásela. Esto provocó el interés de Enculator que rápidamente se acercó al tío mamador y le mostró su polla y enseguida este soltó la polla que tenía en su boca y se tragó la deliciosa polla de Enculator. Enculator se bajó los pantalones y el tío le comenzó a dar una mamada de huevos a Enculator que lo tenía extasiado por el placer que estaba sintiendo.

Cuando Enculator se corrió descargó toda su leche en la boca del mamador y este se retiró satisfecho a saborear su deliciosa leche. Pero como la polla de Enculator no dejaba de estar empalmada, pronto estuvo en la boca de otro experto mamador del sitio. Y de repente Enculator sintió algo que nunca había imaginado, mientras el nuevo mamador le estaba chupando su polla con pasión otra lengua empezó a lamerle el culo. La sensación que sintió fue tan placentera que Enculator abrió más sus piernas para que su culo quedara al alcance de la lengua del tío que se lo estaba mamando, que pronto empezó a penetrar su lengua hasta las profundidades del culo de Enculator. Nuestro personaje se volvió a correr y otro chaval se apoderó de su tranca y continuó mamándosela, mientras el culo del Enculator estaba tan dilatado que su mamador alternaba sus lengüetazos con la introducción de sus dedos, dándole un masaje prostático que hacía que las piernas de Enculator temblaran y de pronto, el tío sacó su polla y se la presentó al ojete de Enculator, le sujetó las caderas y se la metió hasta los mismos cojones. Enculator trató de impedirlo pero las embestidas del otro eran tan deliciosas que prefirió seguir dejando que se lo follaran. La fiesta en ese baño fue histórica.

Cuando uno acababa en el culo de nuestro héroe otra polla entraba en su culo y cuando su polla acababa en la boca de un mamador otra boca se apoderaba de su polla. Y por primera vez en su vida en la tierra tanta leche le sacaron a Enculator que se sintió que estaba perdiendo fuerzas, que necesitaba descanzar y pidió suplicante una tregua. Necesitaba reponerse de la mamada – follada que le habían dado y no le fue difícil allí mismo encontrar quien estuviera dispuesto a llevárselo a su casa para que descansara, se alimentara, se bañara y durmiera unas cuantas horas. En la cama Enculator pensaba que su experiencia del baño de la Estación Sur le estaba acercando en la tierra a desear hacer el amor con un terrícola y no a violarlo en contra de su voluntad.