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Demencia 5 (6)

en Grandes Series

Poco o casi nada se podría decir que hubiese sido de interés o que haya ocurrido en ese día viernes 1ro. de Abril del 2,345. Para casi la mayoría de la población del planeta, aquel día no fue nada más que una fecha en la que había que dejar que las primeras horas del día pasasen sin pena ni gloria, por lo menos hasta antes de hasta las 7 de la noche, hora en la que se desarrollaría la gran final terrestre de Lasserball profesional. De hecho, para la mayoría de los que recuerdan aquel día sólo les viene la memoria el momento en que, tras una programación anodina de fin de semana, pudieron ver es sus monitores el inicio de la presentación de la tan ansiada antesala deportiva en Terra-Channel.

Muy buenas noches tengan todos ustedes – comenzó a decir con perfecta dicción Steve Fine, el presentador –, yo soy Steve Fine, y los acompañaré esta noche. Terra-Channel, el canal de los deportes, tiene para todos ustedes una espectacular noche de transmisión deportiva: la final del Campeonato Mundial de Lasserball, División Superior entre los "Diablos Rojos" de la Academia Militar de Mega-York, versus los "Caballeros de Fortuna" de Miami-Megacity; partido también clasificatorio para representar a la Tierra en XVIIIvo. Campeonato de Campeones Caronte 2,345, a realizarse en los próximos días. En vivo y en directo desde el Domo Poli-Deportivo de Miami-Megacity, con capacidad para 200,000 personas. Acompañándome en la narración y comentarios de esta antesala y del partido por el campeonato, estará en breves momentos conmigo y con todos ustedes, amigos televidentes, una leyenda de este novedoso deporte que día a día, va ganando adeptos en toda la República- Steve agachó la mirada por un instante para ver en su pantalla portátil los datos de su ocasional compañero, demostrando así lo poco o nada que sabía del deporte que iba a comentar -,....conocido como el inventor de la maniobra del "rompehuesos", nada más y nada menos que el ex -ídolo de los "Kamikazes" de Tokio-Yokohama, Albert "Satán" Bocanegra,.....eh….que esperemos que llegue en cualquier momento.....

Steve tragó saliva, tratando de disimular la preocupación que le ocasionaba que el bruto ese que le habían asignado para la transmisión no aparecía para nada. Sabiendo su absoluta nulidad en deportes violentos, dado que sólo transmitía para la cadena mega-televisiva los odiadísimos y antediluvianos partidos de tenis que disfrutaba cierta audiencia cada vez más escasa. Maldiciendo el momento en que lo asignaron a esta tarea (luego de que una pelota de plasma había decapitado en el último partido al anterior comentarista), Fine pensó en ganar tiempo repasando en la antesala las principales reglas de ese deporte de animales (como él lo consideraba), y para de paso, tener con qué capear la eventualidad de tener que comentar el evento deportivo del año solo, y a ser posible, sin hacer el ridículo.

…Dado que tenemos unos minutos libres, repasaremos para nuestra audiencia las reglas de "el deporte de las multitudes"- agregó disimulando pésimamente que no creía para nada en lo que decía, mientras su equipo acompañaba su relato con imágenes de apoyo–, el Lasserball enfrenta a dos equipos de 16 jugadores, montados en modernas moto-drones modelo Spectrum. D-5000, por la posesión de una pelota de plasma, en un campo rectangular cerrado de dos kilómetros de largo por kilómetro y medio de ancho. El juego consiste en trasladar la pelota, hacia el campo del equipo contrario, con la finalidad de anotar la mayor cantidad de tantos posibles, atravesando con la pelota –que algunas veces alcanza velocidades de hasta 280 kilómetros por hora- la portería contraria, que consiste en un círculo marcado en paneles retráctiles de vidrio semi-blindado, ubicados, uno por cada equipo, a cada extremo del campo. Se juegan cuatro tiempos de 30 minutos cada uno. Los jugadores se hallan convenientemente protegidos por armaduras de titanio nanoreforzado, para protegerlos de los golpes y con dos guantes-garra para asir y lanzar la pelota,... bien, ahora veamos el reglamento: los jugadores pueden utilizar CUALQUIER método de defensa ó ataque; puesto que la principal regla del Lasserball es ¡QUE NO HAY REGLAS!,... salvo la de no portar armas. Lo cual a convertido a este joven deporte en.,...

.....¡EL MEJOOR DEPORTE DEL MUNDO, SIIII!!!!..... – tronó la voz del famosísimo Albert "Satán" Bocanegra mientras se abría paso hacia la mesa de conducción empujando a técnicos y camarógrafos, para pasmo y temor del petrimete de Fine, que se veía interrumpido así de tal manera.

Albert, caminó por la cabina de transmisión del estadio, sintiéndose dueño del mundo, para a continuación sentar su inmensa humanidad en una silla, al lado del aterrado Steve. Todo él exhalaba brutalidad y muerte. Su atuendo dejaba suponer –por la peste –, que había pasado la noche y el día anterior en una descomunal borrachera. Vestido con un raído pantalón militar, un polo sin mangas que llevaba estampada la insignia del equipo de sus amores, los "Kamikazes" de Tokio-Yokohama, y pesadas botas blindadas de Lasserball -salpicadas de sangre desde sabe el Único cuándo-, que dejó a vista de los espectadores al apoyar los pies impunemente sobre la mesa, una vez ya acomodado. Steve Fine, sin saber que decir, temblaba ante el hombrazo a su lado que se notaba, era capaz de matarlo varias veces con sólo un apretón de manos.

…Mu...mucho gusto, Señor "Satán" –despegó los labios finalmente Steve, tartamudeando notoriamente –, es un honor estar con usted en la conducción de este,... de este juego,...

¡NO HAY DE QUÉ, MOCOSITO!,… –respondió con voz fuerte Albert, a la vez que dejaba caer su inmensa manazo en el minúsculo hombro de Fine, en señal de saludo. El saludo fue tan fuerte que los lentes de Steve salieron disparados contra la cámara, sintiéndose también un sonido tan fuerte que el que menos, hubiese pensado que le había fracturado varios huesos -, ¡MANDO UN SALUDO ESPECIAL A TODOS LOS MISERABLES, MALNACIDOS, CHUPAPOLLAS QUE NOS VEN POR LA SEÑAL. LES PROMETO SANGRE, SANGRE Y SANGRE EN ESTA FINAL ¡....¡Y SI TENEMOS SUERTE, MORIRÁ HOY OTRO COMENTARISTA DEPORTIVO, JAJAJAJAJAJA!...

....Fue el comentario inicial del cinco veces campeón mundial de Lasseball, y una vez campeón de campeones, "Satán" Bocanegra,… -tragó saliva Fine, mientras su acompañante se sacaba suciedad de los oídos frente a toda la audiencia del Sistema – Señor "Satán",... ¿cuál es su pronóstico para hoy, ganarán los tri-campeones los "Diablos Rojos" de Mega-York, o campeonará por primera vez los "Caballeros de Fortuna" de Miami-Megacity?

…Mira,...eh,... ¡¿CÓMO TE LLAMAS TÚ?,… -,preguntó Bocanegra, recordando por un instante, dónde se hallaba.

Steve Fine,....el comentarista,… –, respondió temiendo decir algo que le molestara.

¡¡STEVEE!!...¡¿TE LLAMAS STEVE?!! –tronó la voz del ex –deportista -, ¡JAJAJAJAJA!...... ¡¿TUVISTE PADRES O TE PARIERON DOS TRAVESTIS?!,... ¡DE DÓNDE SACARON ESE NOMBRE DE MARIQUITA!,... ¡JAJAJAJA!!!,...

Casi de inmediato Steve Fine se puso más colorado que un tomate modificado genéticamente. Los asistentes, así como los cientos de billones de telespectadores soltaron al unísono, una sonora carcajada. Mientras Albert se desternillaba de risa, golpeando con el puño la mesa de conducción, su ocasional co–conductor se ensimismaba en el más absoluto silencio. Tras varias arcadas producto de la risa, Bocanegra alzó la cabeza y tras darle otro sonoro palmazo en el hombro, se dirigió a las cámaras.

....¡BIEN, AHORA HABLEMOS DE COSAS DE HOMBRES!,… –cambió de tono y se dispuso a hacer su trabajo -, ¡TENEMOS A DOS EQUIPOS DE MALDITOS FRENTE A FRENTE: LOS "DIABLOS ROJOS" HAN GANADO TRES AÑOS SEGUIDOS; SOY UNOS HIJOS DE PUTA, MUY DUROS, Y ESA MORGANA HARRISON ES TAN MALNACIDA QUE ME DAN GANAS DE ROMPERLE EL ANO, SÓLO POR DARME EL GUSTO!,.. - decía Albert, mientras el aterrado Fine, trataba con gestos de apaciguar al hombrón a su lado, en aras de mantener un "correcto" lenguaje en la transmisión -, ¡Y TENEMOS A LOS "CABALLEROS DE FORTUNA"!,... ¡ESOS MOCOSOS DE MIERDA HAN DERROTADO A TODOS LOS EQUIPOS FUERTES DE LA LIGA EN ESTE AÑO!,... ¡YO CREO QUE HOY LOS "CABALLEROS" SE VAN A LLEVAR EL CAMPEONATO!,...

Entiendo –agregó Fine, para luego preguntar -, ¿y su preferencia, no tiene que ver con que su hermano, Romeo "Rompehuesos" Bocanegra juegue hoy para los "Caballeros", Señor "Satán"?,...

¡Noo, "mamita", para nada! –respondió Albert -, ¡ROMEO ES DE LAS MEJORES PROMESAS DEL DEPORTE!,... ¡YO LE ENSEÑÉ "LA MANIOBRA ROMPEHUESOS" ANTES QUE ENSEÑARLE A MASTURBARSE!,... ¡ES MI SUCESOR, PERO YO HABLO POR TODO EL EQUIPO: LOS "DIABLOS ROJOS" ESTÁN VIEJOS, ACABADOS. LOS CHIQUILLOS LOS VAN A PASAR POR ENCIMA !!!,...

…¿Entonces la potencia de Harrison, Iván Kutussof y el "Kamikaze" Iro no son gravitantes?,…

¿GRAVI......., QUÉ?!!!! -se enfureció de pronto "Satán", tomando al comentarista de las solapas y alzándolo como un muñeco de trapo en el aire- , ¿¡QUÉ MIERDA ME HAS DICHO!?,... ¡RESPONDE, RESPONDEE!!,... ¡¿QUIERES MORIR,... QUIERES MORIIIR?!!!.....

La situación ocasionada por la ignorancia y la borrachera de "Satán" Bocanegra, hacía de las delicias de los fanáticos a través del Sistema Solar. La transmisión en vivo y en directo mostraba al enclenque comentarista siendo ahogado por la ex -estrella del deporte. En infinidad de bares y cantinas, los aficionados exigían a los apostadores que incluyan como opción en las apuestas sobre quién moriría primero en el partido, al desdichado Steve Fine. Mientras las apuestas aumentaban y el estadio se iba llenando lentamente, los técnicos asistentes de Terra-Channel se abalanzaban sobre el inmenso ex –jugador, tratando desesperadamente de salvar la vida del conductor. Tras unos instantes de esfuerzo infructuoso, apareció una conveniente tanda comercial en la señal de la cadena mundial.

Mientras todo el planeta quedaba paralizado paulatinamente por la inminencia de la final deportiva, en el interior del estadio, el Domo Poli-Deportivo de Miami-Megacity, en el camerino de los locales, reinaba un casi espíritu de fiesta. Los "Caballeros de Fortuna" se preparaban para la gran final. Mientras parte del equipo se duchaba alegremente, llenando de vapor el ambiente, el resto bromeaba mientras se calzaban las pesadas botas de titanio nanoreforzado, para luego ensamblar sobre sus cuerpos, parte por parte, la pesada armadura plateada que, junto a su habilidad de luchadores, sería lo único que les protegería de una muerte segura en el campo de juego. Algunos jugadores, ya uniformados, se ocupaban en poner a punto sus pequeñas, pero poderosos moto-drones: sus "caballitos de batalla". En medio del barullo reinante en el camerino, una figura regordeta se paseaba nerviosamente entre los jugadores, dando indicaciones y comentarios con la finalidad de insuflarles ánimos, ante la inminencia de la batalla.

¡Vamos muchachos, vamos muchachos!,… –exclamaba constantemente, en su forma de hablar motosa, Washington Ccuno, el pequeño gran magnate del gas de Miami Mega-city; un minúsculo latinoamericano que se había hecho así mismo, y que era el mecenas de los "Caballeros de Fortuna"-, ¡hoy no nos ganan!, ¡hoy no nos ganan!!!....¡Rocco, Rocco: hoy tienes que hacer muchos goles, ya sabes!!!!....

....Tranquilo, Don Washington,… -respondió Rocco Boruc, sentado en el suelo, sin parar de hacer rebotar una pelota de plasma contra la pared blindada, y que ya mostraba casi un centenar de abolladuras quemadas-, descuide, esos ancianos no saben jugar,...

¡No hay que confiarse: hay que pegarles desde el inicio!,… – continuaba diciéndoles a todos el enano sponsor –, ¡"Sebas", "Sebas"! –se dirigió a un preocupado Sebastián Víctor, sentado en una banca-, ¡tienes que anotar desde el principio: si ganamos, vamos al Campeonato. Recuerda: mucha platita....mucha platita!!....

¡Si, claro Don Washington,.......claro.......- dijo con alegría Sebastian Victro, para luego entrar en crisis, apenas se retiró su mecenas-, ¡Voy a morir, voy a morir!!!,… –se quejaba de pronto Víctor, presa de una de sus habituales crisis de pánico previas a los partidos-, ¡voy a morir: sé que voy a morir en este partido!.....

¡Calla cojudo!,…- le increpó Marcus John a su lado, mientras terminaba de ajustarse la armadura-, ¡deja de hablar mariconadas: nadie se va a morir!,.... ¡no sé como mierda se les ocurrió ponerte los periodistas el apodo de "Matador": matador de ratones tal vez!.....

El resto del equipo se acercó a la banca donde estaba Sebastián y en cargamontón comenzaron a burlarse de él y a descargar golpes con toallas, cascos y con todo lo que tenían en la mano: lo hacían a la vez para quitarle de una vez la costumbre de hablar sobre la muerte (eso no se hace en un camerino de Lasserball), y en parte para inyectarle confianza. Todos sabían que, milagrosamente, desde que estaban en la División Superior, jamás habían tenido una sola muerte en ningún partido: todo un récord.

Washington Ccuno, el pequeño gran magnate del gas de Miami Megacity, se sintió un poco aliviado al ver el buen ánimo de sus alegres muchachos: desde que formaron el equipo, han sido la octava maravilla del mundo; han tenido un ascenso francamente fenomenal, desde la Tercera División hasta la División Superior Mundial en la friolera de ¡cuatro años!,.....¡y con una sola derrota!; pero lo que no dejaba tranquilo al sudamericano era que en éste partido había apostado todo lo que tenía: o se volvía mega-multimillonario o se quedaba en la calle, y ya era muy viejo para comenzar de nuevo. Sintiendo el peso del riesgo que corría, comenzó a buscar en medio del equipo y los asistentes a Rey Patton.

¿’Onde está Patton? –, le preguntó a Joao Caneira.

Está por ahí, poniéndose el uniforme, Don Washington,… –, respondió el jugador, mientras se ajustaba las botas.

Apenas dio dos pasos y Ccuno observó aliviado a su capitán ya vestido con su armadura completa. El mecenas sentía que el alma le volvía la cuerpo, luego de que se había enterado que lo habían metido preso, justo antes de la final. Verlo preparado y sonriente, le devolvió la tranquilidad.

¿Cómo estamos, Patton? –, le preguntó lleno de ansiedad.

No hay problema, Don Washington – respondió siempre sonriente, Rey Patton-, todos listos y preparados.

.....Dime la verdad, ¿tú ves que ganamos? –, insistió el enano "sudaca".

Por supuesto –se encogió en hombros Rey -, ¿cómo no vamos a ganar si somos los mejores?

Las palabras del joven tranquilizaban en parte a Ccuno. Rey Patton se acercó a uno de los vestidores automáticos del camerino y, tras pararse dentro de un anillo metálico en el piso, apretó un botón de la pared. Casi de inmediato el anillo se alzó levitando del suelo, arrastrando una delgadísima pero resistente película de plasti-tela negra que, conforme ascendía se adhería a su armadura, cubriendo la misma, hasta el cuello, y con los diseños ya preestablecidos del uniforme de los "Caballeros de Fortuna". Al frente en el pecho el escudo del equipo: una calavera pirata, cruzada por sendas bayonetas, rodeada por una gruesa cadena de metal con el lema escrito en un pergamino abajo: "Vivir venciendo o morir matando". En los hombros, a un lado el nombre del jugador (Patton), en el otro, su número (el 7); sobre ambas piernas el logotipo del auspiciador y en la espalda, un número 7 grande y arriba de él la palabra "Miami Mega-city". Una vez terminado el proceso, Patton se sentó en una banca frente al todavía ansioso Washington, que le seguía observando cómo se calzaba los guantes-garra retráctiles en las manos.

....Pero las apuestas, no nos favorecen...-, expresó con angustia Ccuno.

Le digo que no pasa nada, a ver –se volteó Rey hacia el resto, buscando a Romeo-, ¡hey "Galán"!,¿cómo van las apuestas?....

.....A ver,…- dijo Romeo Bocanegra mientras revisaba una pantalla portátil-, está 10 a 3 a favor de los "Diablos".....

¿Ya ve?, no pasa nada – comenzó a tranquilizar al mecenas –, no se trata de que apuesten más por nosotros: uno gana cuando nadie cree en que vamos a ganar. Ya se lo expliqué.

¿Pero me prometes que ganamos?,… –, insistió Washington.

¡Claro, Don Washington! – respondió Rey, mientras que palmeaba en el hombro al preocupado, tratando de insuflarle confianza-, ¡incluso todos nosotros hemos apostado por nosotros!, ¿no es así, "Galán"?

......Esteee.....- se rascó la cabeza Romeo, mientras explicaba-, es que todavía no lo he hecho,...

....¿Y qué esperas?!!!- se indignó Patton -, ¡anda y llama a tu corredor!, ¿o quieres esperar a que acabe el partido, idiota?!!!

Romeo levantó un pulgar y se incorporó para hacer la llamada. Patton sostenía por el hombro a Ccuno tratando de que no vaya a cambiar de opinión en ese momento.

¿Ya vé, Don?,.... ¡todo resuelto!-, exclamó Rey, mientras acompañaba, asido de su hombre, al pequeño magnate, hacia la puerta.

Pe...pe….pero,… -, balbuceó Ccuno.

Ningún pero, Don,... vaya a la tribuna, júntese con los platudos y déjenos a nosotros el resto. Tranquilo.

En el momento en que la puerta se deslizó, una maraña de reporteros y camarógrafos trató a gritos de conseguir una exclusiva. Washington Ccuno se vió de pronto ocupado en reaccionar al caos de falsees y preguntas. Rey se apresuró a cerrar la puerta para tener algo de paz antes del partido. Cuando volteó se encontró de cara a cara con Robinson, el androide-paramédico que Ccuno había comprado para dar los primeros auxilios al equipo durante los partidos. Dos pasos atrás de él estaban dos mocosos con armadura.

¿Qué pasa Robinson?- preguntó Rey - ¿está todo listo?,…

Señor- respondió el androide-, estos jóvenes son los suplentes que el Señor Ccuno ha contratado para el equipo.

¿Suplentes? –se fastidió Rey -, ¡le dije que no contrate a nadie si yo no lo aprobaba primero!...

El Señor Ccuno consideró que era bueno tener suplentes por si hay bajas en el partido, Señor.

¡Si ya veo! –exclamó con molestia Rey, como para que todos escuchen-, ¡ya veo cuánta confianza nos tiene ese enano!,… a ver, ¿cómo se llaman?

¡Yo soy Stuart Boyington, de los "Petroleros" de Alaska! –exclamó como militar uno de los muchachos, mientras ambos se ponían firmes, tiesos frente a Rey Patton-, ¡ y él es Enzo Russo, de los "Cazadores" de Buenos Aires, Capitán!!

¡QUEEÉ! –exclamó casi maldiciendo Patton-, ¡y para remate nos mandan dos criaturas de la Segunda División!!,...

¡No nos van a durar ni cinco minutos! –agregó "Animal" Voronin, rascándose s melena corta y revuelta-, dime hijito, ¿alguna vez has matado a alguien en un partido?

…¡Nooo! - se escandalizó Boyington-, es falta para expulsión.

....Imagínate,… - , le dijo "Animal" a Rey Patton, soltando un suspiro.

¡Señor!- exclamó Enzo Russo, algo asustado -, ¡quiero que sepa, que es un honor para nosotros pertenecer a los "Caballeros de Fortuna" y que vamos a dar todo de nosotros para ganarnos un lugar. Señor!

¡Escuchen los dos! – comenzó a decir Rey Patton, mientras regresaba a su casillero, seguido por ambos-, les voy a ser sincero: dudo que hoy vayan a jugar, y si en caso juegan con nosotros, les doy tres consejos: primero, no se hagan los héroes; los tipos allá afuera son peligrosos. Segundo, si juegan, apóyense en sus compañeros. Y tercero......

....Si se orinan de miedo, no lo hagan contra el viento –, agregó Marcus riendo.

La carcajada general invadió el recinto. El buen humor y le positivismo invadió a todo el equipo de nuevo y comenzó a contagiar a los jóvenes refuerzos. Rey Patton y los demás comenzaron a acercarse a los recién llegados y les palmearon en la espalda como signo de bienvenida. Rey continuó hacia donde se encontraba su casco cuando de pronto, recordó algo.

Billy, ¿dónde está Romeo? –, preguntó.

Aún no ha vuelto de llamar a su corredor de apuestas –, respondió Billy Simunik.

¡ANDA Y ENCUÉNTRALO, RÁPIDO! –gritó ordenando, Rey Patton-, ¡NO VAYA A SER QUE ESTÉ OTRA VEZ APOSTANDO A LOS CONTRARIOS!!!....

El inmenso Domo Poli-Deportivo de Miami –Megacity se podía considerar casi tomado por asalto; hordas y más hordas de fanáticos se apretujaban en inmensas masas compactas pugnando por ocupar los mejores asientos, conforme la noche comenzaba a asomar en la inmensa metrópoli. En grupos vestidos de negro o de rojo, los seguidores de los dos equipos a enfrentarse se azuzaban los unos a los otros, como modernas tribus en son de guerra, mientras ingresaban al estadio, bajo la atenta y nerviosa mirada de miles de policías con el dedo en el gatillo de sus armas. Mientras el fragor de los gritos y lemas de la fanaticada retumbaba en el recinto haciéndolo vibrar, incontables pantallas y monitores dentro y fuera del Domo y en todos los hogares a lo largo del Sistema, pasaban imágenes de los mejores partidos y jugadas de los contrincantes a lo largo de la campaña, y que les habían permitido llegar a estas instancias. La voz en off que las acompañaba, dramatizaba más cada golpe, cada gol anotado, haciendo gritar de furor a los espectadores que poco a poco atestaban el recinto deportivo:

.....¡Los "Diablos Rojos" llegan a la gran final tras una campaña espectacular: !10 victorias, tres de ellas por goleada, 3 victorias por "muerte súbita" y 2 abandonos. Sus resultados fueron: 10 – 2 contra los "Cosacos" de Crimea como locales, y luego 7 - 1 de visitantes. 8 –7 de local contra los "Kamikazes" de Tokio-Yokohama, y luego ganaron 3 – 0 de visita.......

Conforme continuaba el relato, las imágenes mostraban la brutal eficacia del juego de los "Diablos Rojos"; Morgana Harrison, alumna de la Academia Militar de 4to. Año, aparecía una y otra vez saltando en su moto-drone sobre las defensas enemigas, lanzando con el brazo la pelota de plasma a velocidades asombrosas, ingresando perfectamente en medio del círculo de las porterías contrarias, dejando un rastro de vidrio derretido, y a veces, destrozando el cristal por completo.

.....Su juego agresivo y muy letal, se pudo observar una vez más, cuando masacraron a los "Stukas" de Mega-Berlín por un escandaloso 29 a 0 de local y 18 –1 como visitantes. Su último partido no fue menos espectacular: ¡Los "Diablos Rojos" ganaban 21 a 0 a los "Elegantes" de Mónaco cuando éste equipo tuvo que abandonar al morir todos sus jugadores,...

En esta parte del especial, las imágenes llenas de sangre invadieron las pantallas, ante el atronador júbilo de sus parciales: el "Panzer" Iván Kutussof y el "Kamikaze" Nakatoshi Iro no sólo se mostraban como fenomenales anotadores, sin también destrozando piernas, brazos y cabezas de los defensas contrarios. Las imágenes de partidos pasados los mostraban haciendo volar a los contrarios y estrellándose contra el muro del campo. Asimismo, el público enfervorizado miraba a la defensa de los "Diablos Rojos" con la maniática Bárbara "Muerte" Torres a la cabeza; una militar desquiciada que si no jugaba Lasserball, el Alto Mando del Ejército prefería mantenerla en una prisión militar. Torres, a la cabeza de su defensa, disfrutaba de realizar sendas acciones defensivas suicidas, lanzándose en grupo para estrellarse contra los rivales. Tras una pausa de semejante festín de destrucción, en la señal de Terra-Channel aparecieron de nuevo, en la mesa de conducción Albert "Satán" Bocanegra y milagrosamente vivo, un algo golpeado Steve Fine, luciendo un pequeño parche sobre una ceja. La audiencia mundial al verlo lanzó una exclamación conjunta de fastidio: muchos perdieron al apostar que "Satán" lo había despachado ya a la otra vida.

(CONTINUARÁ,…)

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