No esperé casi nada hasta que abrió la puerta, mientras yo sentía mi cuerpecito estremecido por completo por el miedo y la excitación; ¡cómo me había atrevido a hacer esto!, era eso lo que pensaba yo, mientras la puerta de su departamento se abría, haciendo que él me eche esa mirada, morbosa, enferma, casi acariciando mi cuerpo tembloroso y degustándose al verme, vistiendo mi uniforme.
Holaaa, -, me dijo con una voz grave y casi haciendo sonar su lengua de gusto al verme.
Hola, -, respondí yo con un hilo de voz, muy asustada.
¿Cómo te llamas. linda?,
María de los Angeles, -, le musité, apretando mis manos la una contra la otra, sin saber qué hacer.
No me dijo nada más: solo abrió la puerta completamente, para dejarme pasar. Mi respiración era cada vez más agitada; di apenas unos pasos e ingresé a su depa: estamos los dos solos y yo lo sé, ¡casi pude sentir sus ojos clavados en mí, recorriéndome!, mirándome de abajo a arriba, desde mis zapatos cuadrados, recorriendo desde atrás mis piernecitas, viendo medias caídas, . Mis piernas flacas, mi culito, mi faldita a cuadros, mi blusa blanca y mi corbatín, ¡pasé a su lado y casi sentí cómo me respiraba pesadamente, en la nuca!!! Apenas me volteé, vi su sonrisa: le complacía en exceso el verme, con mi carita lavada y mis trenzas: me siento extraña, ansiosa, temerosa, y sin saber qué hacer!!,
Eres preciosa, chiquilla,
Gracias,
Con un gesto, me señala el dormitorio a oscuras: sé que debo entrar y lo hago, a pesar que todo el cuerpo me tiembla. Estoy a punto de desistir, pero él no me dejó, ¡su mano recorrió en un instante mi culito, de arriba abajo, sobresaltándome!!! Azorada por esa imprevista, profunda y ruda caricia, recorriendo desde atrás toda mi intimidad, entré casi presurosa al cuarto a oscuras, quedándome parada frente a la cama: no lo puedo negar; sentí mi cuerpo hervir, hasta casi ponerme a sudar, por todas partes.
Su mano se posó en mi espalda y sin decirme nada, me obligó a apoyarme de manos en la cama: temblando yo al no saber lo que me haría, me apoyé sobre el borde.
Me alzó la faldita en un instante, hasta dejarme ante él enseñándole mis bragas blancas, ¡noooo: nadie me las había visto antes!; comencé a gemir agitada, aterrada, al sentir su otra mano cual garra, bajándome mis interiores hasta dejarlos colgando de mis rodillas; mis ojos se inundaron de lágrimas, mientras quería yo soltar a gritar: ¡NOOO, NO ME MIRE, NO ME MIREEEE!!!!
Pero no me dió ni tiempo para eso: ¡tenía yo las piernas clavas al suelo, paralizada de pánico, mientras oía el CLICK metálico y el sonido de su correa cayendo al suelo!!
¡No, por favor: NO POR FAVOOOR!!!, . ¡Aaaahhh!,
Descargó sus jadeos pesados e hirvientes con salvajismo contra mi nuca, mientras yo sentía cómo dolorosamente forzaba mi entrepierna, ¡AUGHHHH!!!, ¡NOOO: SOY MUY PEQUEÑAAA, Y ÉL ES MUY GRANDEEEEE!!!! Todo me daba vueltas, me prendía con desespero de las cobijas de la cama con ambas manos, con mi carita completamente descompuesta, y surcada de lágrimas. Un golpe seco, violento, inmisericorde y la sensación de un latigazo, me recorrió toda, desde dentro, desde lo más profundo de mi ser:
¡AAHHhhhh!!!!, . ¡ahhhhhh!!!!, .
¡ERA ENORMEE: LA CABEZA SU "COSA" SE ME ENTERRÓ POR COMPLETO, HACIÉNDOME GRITAAAR!!! Como un animal se prendió de mis caderitas, clavándomela hasta partirme por dentro, .. ¡AYYY!!!!, ¡NOOO: EMPEZÓ A METÉRMELA Y SACÁRMELA COMO UN POSEÍDO, UNA Y OTRA, Y OTRA VEEEEZ!!!; La cabeza parecía que me iba a explotar, sintiendo su enorme pedazo de verga machacándome las entrañassss, . ¡ahhhh!, golpeándome por dentro con locuraaaa!!, . Mmmm!!!, haciendo que mi raja se inunde sin controooool!!!,
Su sudor y sus jadeos de animal me enloquecieron y empecé a gritar:
¡SIIII, PAPITOOOO: DAME DUROOO!!, ¡AAAHHH!, ¡HAZME GEMIR COMO UNA CERDAAAA!!!!, ¡AAAHHH!!!, ¡AHHH!!!,
De golpe, pero sin sacar su verga de mi concha, él se paró de golpe y cortó así la divina cogida que me estaba dando:
.¡Carajo, Sofía!!!, . ¡¿cómo se te ocurre decir eso de: "hazme gemir como una cerda?!!!, ¡te saliste de la línea!!!,
Por un instante me desconecté, por la excitación; tras decirle "perdón, ", suspiré con fuerza y ya sin muchas ganas de seguir con el asunto ese-, retomé la perorata esa, esa pantomima, soltando gritos ya bastante falsos, mientras él se excitaba como un loco y me reventaba la blusa con salvajismo: " ¡Aaaaayyy, AAAayyy!, ¡por favor, señoooor, no me violee, . soy una nena!, soy una nenaaaa, ayyy, . Aaaay!, AAAAyy!, "
(Suspiro), ¡las cosas que debe hacer una, cuando tu novio no tuvo enamorada en el cole!,