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Q.D.: 24 horas de sexo anal (continuación)

en Sexo Anal

Q.D.: (Querido Diario)

Por: Luz Esmeralda

 

 

 

Antes de continuar con el relato, me gustaría contestar o comentar algunos de los comentarios que me habéis dejado en la primera parte. Si lo hago aquí es con la esperanza de que lo leáis pues poca gente vuelve a la sección de comentarios después de haber dejado el suyo.

-          Mi aspecto: El que lo desee puede saber más de como soy, pienso o lo que sea a través de mi perfil.

-           Mi regreso: En su día me prometí no publicar más relatos debido a la falta de respuesta por parte de los lectores. Algo en mi vida ha cambiado y he decidido volver. Espero contar con vuestro apoyo y solidaridad. He vuelto con ganas, ilusión y mejorada bajo mi punto de vista.

-          Mi personaje: Para mí no hay mejor personaje que una misma. Conozco más de mí que de cualquiera. Por tanto mis relatos son reflejo de mis experiencias, forma de pensar, actuar y sentir.

-          Groserías: Realmente que alguien tenga ganas de romperme el culo, o lo que quiera, no es ofensivo si se hace con buen gusto y de forma amistosa. Por ello acepto incluso este tipo de comentarios bajo estos términos. Es más, me ponen super cachonda y los agradezco. ¡Gracias a quienes me los habéis dedicado!

-          Riqueza de detalles: En mis relatos me gusta adornarlos con todo tipo de recursos que les den la mayor fidelidad, claridad y sentimientos. Quiero que el lector tenga una idea exacta de lo que quiero transmitir y de cómo me siento en cada momento.

-          Duplicidad de comentarios: Simplemente ¡Gracias! me llena de alegría que alguien haya usado ese recurso para incrementar el número de relatos y que envíe el siguiente. Demuestra gran interés y eso me complace. Pero tampoco hay que abusar de ello… jajajaja.

-          Especial gratitud: Sobre todo para quienes no tienen costumbre de comentar y que en mi caso han hecho una excepción. También para quienes me tienen como autora favorita o, en su defecto, alguno de mis relatos. Finalmente para quienes han creado una cuenta nueva para comentarme. Y en general para todos.

-          Saludos: Para quienes me leéis por primera vez. Espero y deseo que poco a poco lean los más antiguos. Creo que disfrutaréis con ellos.

-          Licencias literarias: En general debéis tener en cuenta que los relatos son eso, relatos. Si en ellos se folla con condón o no es irrelevante pues, gracias a Dios, tengo cabeza para pensar y decidir en qué momentos y con quien debo o deseo hacerlo sin esa protección. Si el relato requiere omitir o hacer desaparecer un condón lo hago pues el erotismo o morbo de no mencionarlo beneficia al relato (del mismo modo que los nombres no son reales, salvo que el interesado me manifieste su consentimiento para poner el verdadero). Normalmente tengo sexo con mis amigos más queridos y que conozco muy bien. En esos casos lo hago “A pelo” pues tengo plena confianza. Con los desconocidos tengo más cautela y no arriesgo lo más mínimo. En el caso de este relato, todos los de la fiesta forman parte de mi grupo íntimo y son de confianza. Rafa no del todo, pero al ser admitido en el grupo es porque goza de la confianza de la mayoría y de la mía (suelen ser amigos, compañeros de estudios o de trabajo… en resumen: Han pasado por una serie de filtros durante algún tiempo. Pero no solo respecto a la prevención de enfermedades, también prima la confidencialidad de lo que hacemos y quienes lo hacemos y por tanto no admitimos a cualquiera). Espero zanjar este tema que tanto te inquieta, querido amigo.

-          La fiesta: Realmente este tipo de fiesta la puede celebrar cualquiera, solo es cuestión de crear un grupo, durante un tiempo, de personas afines que compartan gustos, criterios, pensamientos y libertad. Animo a quien le interese formar un grupo a que lo haga. En lo que os pueda colaborar o asesorar no dudéis en contactar conmigo, gustosa os atenderé.

-          Satisfacción sexual: Me agrada leer que alguien se masturbe leyéndome, me pone cachonda, y más si folláis gracias a la inspiración por lo leído.

-          Mi cambio de estilo: Realmente no he cambiado. Lo cierto es que en mi anterior serie pretendía darme a conocer, mostrar mi evolución en torno al sexo y que llegarais a comprender el por qué de mi forma de ser, de actuar y de sentir. El título lo dejaba claro “De niña a mujer”. A partir del decimo relato tenía previsto dejar un poco de lado la paja e ir al grano puesto que de eso se trata en esta WEB, de ir a lo caliente y dejar de lado lo que no es relevante.

-          Diversidad geográfica: Me complace ver que mis lectores son de todos los países de habla hispana… incluso aunque me comenten en ingles… jajajajaa me ha hecho reír ese en especial.

-          Mi recomendación: Para escribir los relatos suelo ambientarme con algún tipo de música que me inspire y predisponga para hacerlo de la mejor forma posible. Por ello os invito y animo a imitarme. En este caso me puse varios discos de Status Quo que tienen una música muy animada y alegre. También lo hice en el momento de releer el relato para efectuar las correcciones pertinentes.

 

Y tras responder a los comentarios del anterior relato os doy las gracias y os dejo con la continuación. Recordad que para un próximo relato preciso del ánimo que dan 50 comentarios. Como habéis observado no cuesta nada.

¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS! Que tengáis paz, prosperidad, salud, amor y sexo a raudales. La historia continua así…

 

“Q.D.: 24 horas de sexo anal (continuación)”

 

La fiesta discurre de forma satisfactoria, al menos para mí. Pasado un rato, vienen a mí Teresa y Paco, ambos con la moneda en la mano. Entre ellos han pactado previamente que ella quiere que le coma el coño un buen rato y él arde en deseos de correrse, piensan que diez minutos serán suficientes para ambos. No me puedo negar, pero la idea me excita. Vamos a mi dormitorio y vemos que “milagrosamente” está libre. Sin perder tiempo nos desnudamos y Teresa se acomoda en la cama, recostada contra el cabecero y con las piernas bien abiertas, dejando bien visible su depilado coñito. Me pide que comience cuanto antes y la complazco. Me tumbo boca abajo con la cara frente a su entre pierna. Abro el coño con los dedos de ambas manos y escarbo con la lengua dentro del orificio.

Paco parece pensar como quiere o puede follarme debido a mi postura. Le indico que se siente sobre mi culo y me penetre el agujerito. Le parece buena idea y, arrodillándose a ambos lados de mis muslos que permanecen muy juntos, me va introduciendo su instrumento de placer. Mientras vuelvo a ser enculada, proporciono una serie de lametones en el clítoris y labios vaginales de Teresa que los recibe con jadeos y algarabía. Para los tres la postura es muy cómoda lo que invita a sentir verdadero placer.

Tras unos minutos noto a Teresa moverse con violencia y siento que se corre como una perra. Los jugos que salen del coño de una mujer son algo que me vuelve loca por lo que los recibo con sumo placer. Cuando ha terminado de correrse siento que alguien entra en la habitación, no hago caso y sigo deleitándome con la sodomía que Paco me proporciona y con el coño de Teresa. Al instante termino corriéndome sin poder moverme debido al peso del cuerpo de mi maravilloso fornicador. En los primeros segundos de mi orgasmo escucho lo siguiente:

.- ¡Joder Rafa, que bien follas! –Dice la voz de quien creo es Ana. Pero al escuchar el nombre “Rafa” mi cerebro se altera y lo que podría ser un orgasmo normal y corriente, se convierte en uno muy intenso.

Me siento tan excitada que dejo de lamer y succionar el coño de Teresa y me dedico a sentir el placer que Paco me proporciona por detrás. Apenas hace dos minutos que me he corrido, pero los jadeos y gritos que Rafa arranca de la garganta de Ana me están matando por dentro. Finalmente Paco termina de correrse y, sacando la verga de mi ano, eyacula sobre él al tiempo que yo me corro de nuevo como una loca, masturbándome el clítoris pues la polla que antes llenaba mis entrañas ya no lo hace. Noto como la leche se introduce por el ano, caliente y espesa, lo que hace que me corra con más energía.

Paco y Teresa se levantan, se visten y salen de la habitación. Yo quedo tendida, sin moverme, extasiada y celosa, muy celosa de Ana que parece gozar como nunca antes la sentí hacerlo. Termino por levantarme y sentarme en una butaca, frente a ellos que están en el borde de la cama; él sentado, ella sobre su polla y abrazando las caderas de Rafa con las piernas y su cuello con los brazos. Sin duda está gozando como una loca. Pocos instantes después entra Clara en el dormitorio reclamando su turno, el tiempo de Ana ha terminado y la pobre parece querer más. Le propone continuar y abonar la penalización de cinco Euros por hacerlo. Rafa le indica que primero está Clara y que después se ha comprometido con Rebeca. Ana se retira resignada pero mantiene su oferta para remplazar a la última cuando termine con ella.

He de reconocer que mi cara refleja una gran decepción al pensar que, para tener la opción de estar con él, deben pasar al menos 15 minutos. Por un momento creo que no podré soportarlo y salgo de la habitación, observada por los ojos de quien ha resultado ser todo un semental. Decido en un par de segundos que ya no quiero nada con él. Ahora sé que fue una rabieta pero salí de allí con ganas de desahogarme. Para ello me dirijo al salón donde encuentro a Carlos y Santi hablando por un lado. Le doy una moneda a cada uno y les pido que esperen allí. Me dirijo a la cocina y encuentro a Tomás y Roberto, también de charla. Del mismo modo les entrego la moneda y les pido que me acompañe.

Una vez tengo a los cuatro en el salón, les pido que se desnuden y yo hago lo mismo. Seguidamente ordeno que se siente uno de ellos sobre el sofá y, tras hacerlo Tomás, me siento sobre él e introduzco la polla semi erecta en el coño, no puedo esperar a que se ponga dura del todo. Comienzo a cabalgarlo y consigo que se ponga tan dura como un bate de baseball.  El resto de los presentes miran anonadados como me esmero y presienten que estoy enfurecida. Aplasto mis tetas contra el pecho de Tomás y ordeno a Carlos que me folle por detrás. Sin rechistar obedece y puede que excitado por la situación me dedica un par de minutos de autentico sexo anal. Le pido que salga de mí y que otro le remplace.

El lugar lo ocupa Santi que, de igual manera, me dedica una enculada de autentico lujo. Se siente tan excitado que por un momento temo que me arranque el pelo de un tirón. Me taladra el ano como si tuviera un martillo percutor entre las piernas.

Mientras pienso que el pobre Tomás no aguantará mucho más tiempo debajo de mí, noto que Santi abandona mi cada vez más ensanchado orificio y Roberto lo ocupa casi de inmediato. Se muestra algo torpe con las embestidas pero del mismo modo me proporciona un tremendo placer. Echo de menos la polla de Carlos que con tanto frenesí me ha enculado minutos antes y le pido que repita de nuevo. Tras cederle el puesto Roberto, Carlos entra en mí como una fiera, con embestidas potentes y profundas, lo que provoca que en apenas un minuto me corra gritando muy fuerte para que en el dormitorio me oiga bien el que tanto deseo. Al instante, el pobre Tomás no aguanta la excitación y el baño de jugos que mi coño ha dejado en su polla y termina corriéndose, con movimientos torpes, mientras mi ano no deja de ser castigado por la violencia de Carlos.

A pesar de que Tomás se ha corrido le pido que permanezca dentro de mí, mientras noto como su miembro pierde dureza y tamaño. No me importa, el hecho de sentirla dentro es suficiente para mí.  Santi releva a Carlos y vuelve a encularme mientras me como los morros de Tomás. Estoy tan caliente y enojada que no quiero que esto pare. No quiero pensar que Rafa está proporcionando placer a otra y tengo que mantenerme distraída y receptiva. Pido a Roberto que se ponga junto a Tomás en el sofá y trago su verga mientras Santi me destroza por detrás. Le proporciono una buena mamada y consigo que se corra dentro de mí garganta. Succiono bien el falo y trago hasta la última gota, gustosa, sumisa y complacida.

Al apartar la cara de la polla de Roberto e incorporarme un poco, me giro para alentar a Santi para que me dé el máximo.  Al hacerlo observo que Rafa se ha unido a las ocho personas que observan la escena y eso me tranquiliza y excita más si cabe.

Faltan pocos minutos para cumplir los veinte y quiero correrme otra vez, necesito que Rafa vea en mi cara el deseo y mirarlo a los ojos cuando tenga mi orgasmo. Para ello me levanto retirando a Santi, ordeno a Tomás que se levante y me tumbo en el sofá mirando al techo. Con ambas manos levanto las piernas hasta tocar los pechos con las rodillas, pido a Carlos que me encule en esa posición y que se corra conmigo. Se acomoda de rodillas entre mis piernas, apunta con la mano al orificio anal y la mete sin mediar palabra ni orden por mi parte. Santi observa la escena y no deja de masturbarse, ansioso por correrse, lo noto en su rostro desencajado. Le pido que se siente sobre mi cuello, apoyo la cabeza en el brazo del sofá, inclinando la cabeza hacia delante y le pido que me folle la boca y se corra sobre mi cara. Lo hace, y en apenas dos minutos consigue correrse, desdibujando mi rostro desencajado, con su leche casi líquida y abundante. Finalmente la introduce de nuevo y termina de echar el ultimo chorro, poco abundante pero delicioso.

Noto como Rafa no ha perdido detalle y sonríe alucinado por mis ganas de gozar. Cuando Santi se retira de mi cara Carlos me anuncia su inminente corrida. Me concentro para coincidir con él sin lograrlo. Sin poder resistir más tiempo, mi campeón ahoga mi recto con su elixir. Me hace daño en los brazos con sus manos, fuera de sí y sin poder evitarlo. Cuando ha terminado de jadear, gruñir y llenarme de semen termino por correrme.

.- Carlos, no pares por favor, no pares que me corro.- Le suplico casi llorando de gusto, dejando las piernas muertas que caen por su peso y abrazando a este follador magistral contra mi pecho. –no pares por favor, no pares que me siento morir. Métemela en el coño y fóllalo como tú sabes hacerlo. Prolonga mi placer todo lo que puedas –vuelvo a suplicarle al oído mientras clavo mis ojos en los de Rafa.

Casi de forma automática obedece y me la clava en el coño, arrancando mis últimos gritos de placer. Durante casi medio minuto he sentido uno de los orgasmos más placenteros de mi vida y por poco el más largo. Sin dejar de abrazar a Carlos o que salga de mí, miro a Rafa y con los labios, sin producir sonido alguno le digo: “Este orgasmo te lo dedico”. El parece entenderme pues sonríe y me regala un gesto de gratitud. Puede que verme así le haya producido más placer que cualquiera de las chicas a las que se ha follado, al menos mentalmente.

Al levantarme me sorprendo con los aplausos que todos me dedican, en broma, pero que agradezco profundamente pues imagino que el espectáculo ha debido de ser digno de recordar. Casi son las cinco de la mañana y aun se escuchan pequeños gritos femeninos y jadeos que proceden de las habitaciones o sepa Dios de dónde.

Pasado un rato me acerco a Rafa que está fumando un porro. Le pregunto que si me da unas caladas y amablemente me complace.

.- ¿Qué te ha parecido la fiesta? Hoy la cosa se ha desmadrado un poco pero suelen ser intensas. –le digo tratando de saber su opinión.

.- La verdad es que aun estoy sorprendido por la intensidad que ponéis todos y por lo bien avenidos que se os ve. Pero he de decirte que me gusta vuestro grupo y que he disfrutado como nunca antes lo había hecho. –responde con claros síntomas en el rostro de aprobación y satisfacción.

.- yo también lo he pasado genial y he gozado como una zorra, lo reconozco y no me avergüenza decírtelo. Me gusta el sexo, me encanta vivirlo de la forma más intensa que pueda y, si por mí fuera, estaría el día entero follando. Pero como es lógico el cuerpo tiene sus limitaciones y no es factible. Por ello, si tengo que recurrir a hacerlo con varios chicos no tengo problema alguno. ¿Tú cuanto tiempo eres capaz de aguantar teniendo sexo de forma continuada?

.- Pues no sé, nunca lo he tenido en cuenta ni cuantificado, pero calculo que unas tres horas. Todo depende del momento y de la chica, eso está claro. –Explica sin saber que decir.

.- Pues si quieres quedarte a dormir conmigo lo podemos comprobar… si te apetece. El juego ha terminado a las cinco y a partir de esa hora no tenemos obligación de aceptar ninguna propuesta. Desde ahora yo me tomo un descanso y solo lo haré contigo… si tú quieres. –le digo con los ojos inyectados en deseo y con una expresión de pervertida que pocos conocen de mí.- ¿Cuántas veces te has corrido en toda la noche?- Termino por preguntarle ansiosa de que hayan sido pocas y tenga suficiente gasolina.

.- Me encantaría quedarme contigo. Reconozco que al principio he pensado de ti que solo eras una calentorra y que eras de las que presumen mucho pero después de un polvo se rinden –responde sin tapujos y mostrando sinceridad.

Me río con su respuesta y me muestro gustosa por saber que acepta mi oferta. Hasta las siete de la mañana no nos separamos, a pesar de las proposiciones que ambos tenemos de otros amigos y amigas. En esas casi dos horas no hemos dejado de charlar y conocernos. Obvio que también nos hemos comido la boca o manoseado durante todo ese rato, pero con calma, dejando lo mejor para cuando todos se vayan. De todas formas, no he podido resistir la tentación de ver el miembro del que todas han hablado durante la noche. Para ello hemos ido, sobre las seis y media, al cuarto de baño donde lo he sacado de la jaula que lo guarda, lo he admirado ilusionada por los placeres que puede proporcionarme y, ¿Por qué no? También le he proporcionado una corta mamada para hacerme una idea de lo que eso puede suponer para mi frágil cuerpo.

A eso de las siete y media todos se han terminado de ir, excepto María que se queda también a dormir, ya lo habíamos previsto días antes y no podía volverme atrás. Los tres hemos permanecido en la cocina, tomando chocolate caliente y charlando cerca de una hora. Estábamos desvelados y ansiosos por seguir la velada. Viendo que María aun tenía ganas de sexo he decidido tener una charla con ella. Para ello nos hemos excusado he ido al cuarto de baño a asearnos y charlar.

.- ¿Tienes aun ganas de follar María?- le he preguntado sin tapujos y para que confirmara mis sospechas.

.- Sí amiga. Pero tranquila, sólo quiero que juguemos un rato los tres. El resto del tiempo te lo cedo para ti solita. –responde conocedora de las ganas que tengo de estar con él y mostrándome el deseo que también tiene de estar conmigo.

Mientras nos aseábamos, hemos trazado el plan a seguir y hemos fijado el tiempo para ejecutarlo antes de que ella desapareciera. Finalmente nos hemos maquillado un poco para estar guapas y hemos ido junto a él, desnudas: El calor que hacía en ese momento era sofocante.

Al entrar en la cocina, como dos gatas en celo, desnudas y con la mirada lasciva, él no ha podido evitar sorprenderse, pero lo ha agradecido con una sonrisa. Yo me he sentado sobre él, de lado, y lo he besado al tiempo que María acariciaba mis pechos. Rafa ha buscado la entrada de mi coño y le he facilitado el acceso abriendo las piernas generosamente. Durante escasos minutos hemos permanecido así, hasta que levantándome le he tomado de la mano y lo he invitado a seguirnos.

Al llegar al dormitorio he sacado las sábanas de la cama y la he cubierto con una manta de piel muy suave y cómoda. María y yo lo rodeamos proporcionando besos a cada trozo de carne que queda al descubierto mientras lo desnudamos. Al quedar liberada la polla ambas nos miramos, ávidas de deseo y sintiéndonos como gatas en celo. La tomamos con las manos y jugamos unos segundos con ella. El glande es realmente descomunal y le calculo unos cinco cm. Sea como sea no hay duda de que nuestros culitos sufrirán un poco al principio. Una vez desnudo, María lo empuja y Rafa cae sobre la cama, quedando sentado en el borde.

Durante un ratito le dedicamos un espectáculo lésbico que vaya poniéndolo a tono. No deja de mirarnos y de tocarse el mástil. Finalmente terminamos por indicarle que se siente en el centro de la cama y nos precipitamos sobre la polla como aves de rapiña. La palpamos, acariciamos, besamos, mordemos y chupamos durante un pequeño periodo de tiempo, alternándonos, o las dos al mismo tiempo. Una vez que la tiene en todo su esplendor, María le pide que se tumbe y sin pensarlo más tiempo se sienta sobre ella y la hace desaparecer dentro de su coño. Durante unos instantes observo excitadísima hasta que, finalmente, me dedico a comerme la boca de nuestro amante. Apenas le dejo jadear y eso provoca que se entregue con más pasión. María lo agradece en sus entrañas al experimentar el orgasmo que tanto rato anhelaba.

Cuando se separan, María me invita a tumbarme sobre la cama, de lado. Me indica que flexione ligeramente las piernas y termino en posición fetal. Indica a Rafa que se coloque detrás de mí, apoyando su pecho contra mi espalda. Lo hace y siento que se acerca el momento de gozar con esa polla dentro de mí. La tiene a la altura de mi culo y la siento latir en las nalgas. María la toma con las manos, se inclina sobre ella y la introduce en su boca, a modo de despedida. Toma un bote de crema lubricante, impregna la polla de Rafa con ella y después mi ano. Finalmente la dirige a mi entrada trasera y coloca el glande justo en el agujero. Apenas puedo respirar, me falta el aire. María indica a Rafa con la mirada que comience a empujar con sus caderas. Este lo hace y noto como el esfínter se va dilatando a medida que el ariete se esfuerza por perforarme. Contengo los ligeros síntomas de dolor y levanto un poco la pierna para facilitar la apertura. María me acaricia el clítoris y la raja del coño para relajarme. Cuando finalmente ha entrado del todo, Rafa comienza a mover la cadera metiendo y sacando ese trozo de carne que comienza a proporcionarme un placer desconocido para mí hasta ese momento: Algo tan grueso nunca había invadido mi cuerpo.  Pasados unos minutos mi cuerpo lo acepta como un objeto amigo y deja de ofrecer resistencia. En este momento María siente que está sobrando y se despide de ambos, proporcionándonos un tierno beso en los labios a cada uno.

Las paredes de mi recto siguen sintiendo algo de incomodidad pero realmente me está gustando. Ya no puedo reprimir los jadeos y las palabras obscenas que le suplican que aumente la velocidad y potencia de las acometidas. Durante diez gloriosos minutos me perfora el recto de forma acompasada al tiempo que con la mano disponible me aprieta mis menudas pero duras tetas. Pellizca los pezones sin saber que es algo que enciende todo mi cuerpo. De este modo comienzo a producir movimientos contrarios a los suyos para sentirlo en lo más profundo al encontrarnos.

La postura es cómoda, pero no permite mucha movilidad. Estiro las piernas y le pido que ruede ligeramente conmigo, sin sacarla, para quedar tendidos boca abajo, el encima de mí. Estimo que esta postura es cómoda para ambos y ofrece mayor margen de maniobra. Efectivamente es así y él comienza a levantar sus caderas y destrozarme el recto al dejarse caer, una y otra vez. Con sus pies separa mis piernas y se coloca casi de rodillas, obligándome a mantener las piernas muy abiertas. Casi siento dolor al abrirlas demasiado, pero es tanto el placer que experimento que no me importa. Al sentirse más ágil, las enculadas son más veloces y agresivas, casi consigue desencajar mi cuerpo. Finalmente termino por correrme debido al despiadado ritmo que ha impuesto.

.- No tengas piedad amor, no dejes de matarme de placer. –imploro para, acto seguido, terminar mordiendo la manta y ahogar los gritos que sin duda hubieran despertado a todo el vecindario. Cuando él nota que he terminado de correrme dice:

.- Esmeralda, busquemos una posición más efectiva para mí. –me pide.

.- ¿Cómo que más efectiva? –pregunto sin saber lo que me quiere decir.

.- Veras cielo, al ser el colchón acolchado y elástico, mis penetraciones hacen que rebote y los golpes no son secos. Si no tienes nada debajo de tu cuerpo que evite esto pierdo eficacia… ¿Entiendes? –me explica.

.- Ahora entiendo lo que quieres decir. Busca la solución que quieras que me amoldaré a ella. –respondo ansiosa por seguir gozando.

Nos incorporamos y miramos en todas direcciones, buscando algo que nos sirva para lo que él propone. Finalmente repara en el mueble-tocador que tengo pegado a la pared, junto a la puerta. El espejo cuelga de la pared y por tanto no corre peligro de romperse. Sin duda la rigidez de la madera y una pared que frene los envites es lo que buscamos. Tomo un cojín para ponerlo bajo mi cuerpo y que las aristas no me produzcan lesiones.  Me coloco frente a éste y apoyo el vientre, inclino el cuerpo hasta topar con la cara en el espejo y arqueo la espalda todo lo que puedo. Saco el culo al máximo y espero ansiosa.

.- ¿Prefieres por el coño o por el culo? –Pregunta para conocer mis preferencias.

.- Por detrás, prefiero por el culo si no tienes inconveniente, experimento mucho más placer aunque las primeras penetraciones me duelan, es soportable. –respondo al tiempo que le hago gestos para que me sodomice sin piedad. – ponte un poco más de crema y haz de mi lo que quieras, mi culo y todo mi cuerpo son enteramente tuyos. –termino de suplicar al tiempo que noto como la clava sin remisión dentro de mí.

.- Realmente me impresiona tu predisposición para el sexo y la naturalidad con que entregas tu cuerpo. Empiezo a pensar si tendrás límites. –replica sorprendido por mis respuestas y comentarios.

.- Los límites los pone el mal gusto. Todo lo que sea de buen gusto y placentero me interesa, por sugerente o extravagante que sea. –explico dando por finalizada la pequeña charla.

Dicho esto se anima más si cabe y folla mi recto con tal violencia que retumba la pared con cada envite. Me estaba matando de placer y no quería que aquello terminara. Aquella polla tan gruesa tenía algo que me ponía muy cachonda. Al poner sus manos en mis caderas y sujetarme tan fuerte para frenar mi balanceo, mis sensaciones se acrecentaban, sentía que me partía en dos el culo o que me sacaría la polla por el vientre.

.- ¡Fóllame cabrón, dilátame el ano lo que quieras y lléname de leche! No temas por mí que tengo demasiado aguante –le suplico animándole para que me dé tan fuerte como quiera.

Durante más de quince minutos no deja de demostrarme el gran aguante que tiene y yo no paro de gemir, maldecir, implorar y desear que aquello dure todo el tiempo que sea necesario. Pero finalmente termina por correrse; sacando la polla de mí la oprime con fuerza y lanza un chorro que llega hasta la mitad de mi espalda, mientras gime y suspira como si llevara mucho tiempo sin respirar. Seguidamente masajea la polla para producir otro chorro caliente y espeso que también termina en mi espalda. Finalmente opta por meterla de nuevo y terminar de eyacular en el recto. Me siento feliz al oírlo bramar como si fuera un animal y noto como todo mi cuerpo tiembla, las piernas parecen perder fortaleza y toda la zona comprendida entre las caderas parece desencajada. Sin duda esa polla descomunal es un gran descubrimiento para mí.

Cuando ha terminado sale de mí y se retira dejando que me incorpore. Apenas puedo controlar el ritmo respiratorio pero me giro para tomar tan placentero regalo entre mis manos y besar sus labios con ternura y agradecimiento.

.- Eres espectacular, Rafa. Tienes una polla que me gustaría tener dentro de mí todos los días. –comento sin ocultar mi fascinación.

El me lo agradece y dedica un cumplido similar. Me limpia la espalda y el culo con una toalla y le propongo tomar otro chocolate caliente para reponer fuerzas. Permanecemos en la cocina como media hora charlando, con la puerta cerrada para no molestar a María. Ambos seguimos desnudos y su polla, aunque algo flácida, aun mantiene un grosor considerable. Propongo ir al dormitorio para estar más cómodos en la cama y, asintiendo con la cabeza, se levanta y abandonamos la cocina.

Fin de la segunda parte.