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Q.D.: Destrozadme el culo, con ganas y sin reparos

en Sexo Anal

Q.D.:Querido Diario

Por: Luz Esmeralda

 

 

Amigos lectores:

Como muchos sabéis, me dedico profesionalmente a pintar cuadros, con ello me gano la vida. Las fotos a que hago referencia en el resumen del relato no son expresamente eso. Simplemente son fotos de algunos cuadros que he pintado con temática erótica o pornográfica. Obviamente no representan momentos relacionados con la experiencia que narro en el relato, están basados en fotos que he tomado en otras experiencias, pero que igualmente ilustran el contenido. De esta forma, además de ofreceros mi afición por la escritura, os invito a conocer mi obra pictórica de una forma algo peculiar. Como Todorelatos no permite incluir fotos, os iré dejando el link a ellas a medida que avance el relato. Espero que os gusten y ayuden a calentar el ambiente.

Soy consciente de que algunos de vosotros solo estáis interesados en “ir al grano”, es decir, leer la parte picante y prescindir de la que conduce y justifica esta. Os invito a leer el relato completo pues creo que resulta interesante y ayuda a “calentar motores”. De todas formas, para quien lo prefiera, marcaré la introducción y la zona X, claramente, para facilitaros su localización.

También quiero añadir otra aclaración: En los otros tres relatos de esta serie “Q.D., Querido Diario” he solicitado, de forma cortés y amistosa, un mínimo de 50 comentarios para seguir publicando más relatos. Casi todos lo habéis acogido de forma comprensiva y os lo quiero agradecer. Alguno ha manifestado su descontento y repulsa contra esta petición. ¿Es un capricho mío? Podéis tomarlo como queráis, pero el hecho es que no me cuesta nada publicar un relato (igualmente los tengo escritos), pero sí es cierto que me lleva más trabajo que cualquier comentario que cualquiera pueda dejarme. Lo podéis tomar como una forma de mostrarme vuestro interés o cariño (quien lo sienta) o vuestro desinterés o desprecio (quien lo necesite). Pero una cosa tengo muy clara: De igual forma que muchos dejamos propina al camarero/a que simplemente nos sirve una consumición; o al taxista que nos lleva a donde queramos; o damos las gracias a la cajera del supermercado, a quien nos vende el periódico o a quien sea. Yo también (y en general cualquier autor que publique) merezco el mismo respeto y amabilidad. ¿O no? Si todos los autores lo hiciéramos así, TR sería algo muy diferente. Con ello, ni exijo ni invito a ningún autor a imitarme, esto es solo algo personal. No voy a ceder en este aspecto pues nada gano publicando aquí. Me da igual publicar o no (como veis soy clara y sincera), creo que mis relatos lo merecen y tengo otros tantos sitios para hacerlo y donde recibo, lo que aquí pido, sin solicitarlo. De vuestro interés depende. Cuantos más comentarios, mejores relatos.

Sin más que decir, os dejo con el relato ¡Gracias por vuestra atención!… espero que os guste.

 

“Q.D.: Destrozadme el culo, con ganas y sin reparos”

 

INTRODUCCIÓN:

 

Sevilla, jueves 18 de junio de 2.009.

 

Querido diario:

Hace un par de días que no tengo nada digno de mención que confesarte. Hoy sin duda es diferente pues ha ocurrido algo que me ha cargado las pilas de cara al fin de semana.

Esta mañana he recibido una llamada de Rodrigo, aquel chico que conocí en Málaga el verano pasado, el que hacía retratos rápidos a los turistas en el paseo marítimo. Para mí es un chico especial pues me atrajo con su forma de dibujar los retratos y las caricaturas. Tanto es así que, al siguiente día de conocerlo, follé con él en la playa, de noche, sin reservas. Reconozco que no es un chico muy guapo… más bien diría normalito. Pero de cuerpo está muy bien y supo seducirme con su arte, con su forma de hablarme mientras me hacia un retrato para exponerlo como reclamo para los posibles clientes. Al principio me mostré reacia a que me lo hiciera con ese fin, pero fue decirme que mi mirada era lasciva y que quería expresarla en el papel, para que me diera un subidón de autoestima y aceptara. Al terminar lo colocó apoyado en un banco y, al verlo, no pude evitar sentirme cachonda y con unas ganas locas de follarme a aquel pedazo de artista. No es que el retrato fuera superior al de otros artistas callejeros (casi todos suelen tener un nivel excelente), pero lo que me puso en ese estado de excitación fue verme de una forma que jamás me había visto: supo sacarme la esencia interior, la lujuria, la perversión y la picardía que me gusta que todos vean en mí cuando me miran o me hablan.  

Obviamente no podía follármelo allí mismo, en ese preciso momento… a medio día, aquello era un ir y venir de gente. Estuvimos charlando un par de horas y quedamos a las nueve de la tarde para comer algo y tomar un par de copas. Por la tarde las ganas de follármelo habían remitido considerablemente pues simplemente había sido un subidón momentáneo. Mientras cenábamos hablamos de dibujo, de pintura y de gustos que teníamos en común. Reconozco que en el fondo, saber que también era de Sevilla y que podría enseñarme a dibujar caricaturas, me atrajo y animó a conocerlo mejor. Pero era esa forma tan particular de hablarme sobre sus dibujos, con su fuerte acento andaluz bastante más exagerado que el mío, lo que consiguió que de nuevo sintiera calorcito y humedad entre las piernas.

Tras terminar de cenar me pedí una porción de tarta de chocolate que terminó de encender el fuego que recorría mi entrepierna (como bien sabes, el chocolate es como pólvora sexual para mí). Tras pagar a medias la cena nos pedimos un litro de cerveza en un chiringuito y nos fuimos a la playa. Buscamos un rinconcito íntimo y allí mismo follamos durante un buen rato, sin importarnos que alguien pudiera vernos u oírnos.

Pero eso es otra historia, tú la conoces mi querido cómplice, pero quien lea este relato no y hay que situarlo sobre quién es Rodrigo y el por qué de lo que sigo relatándote. Como te decía, me ha llamado esta mañana para pedirme que fuera a su estudio, que tenía un negocio que proponerme. Aunque no me va mal económicamente, a un buen negocio no le hago ascos si me interesa. A las siete de la tarde he llegado a su estudio. Reconozco que desde que lo conozco apenas nos hemos visto seis o siete veces, pero aquel calentón que sentí el día que lo conocí no ha vuelto a surgir. A pesar de eso seguimos siendo amigos y el trato es cordial. Creo que lo que me motivó a no verlo con regularidad fue que se negara a enseñarme a dibujar caricaturas. Aunque para mis cuadros no sea de utilidad, sí es cierto que me daría una mejor destreza al dibujar.

Una vez dentro de su estudio ha ido directo al grano:

.- Esmeralda, sé que hace un tiempo trabajaste posando desnuda en una academia de arte. Yo me dedico últimamente a dibujar comics para una editorial japonesa que busca dibujantes por todo el mundo. Hace un par de meses que la modelo que solía venir me ha dejado tirado: “Que se había echado novio y que si se enterara de que posaba desnuda no le sentaría bien”, me dijo. ¿A ti te interesaría posar para mí? –me ha dicho sin preámbulos y con cierto nerviosismo.

.- Deduzco que te refieres a dibujos picantes, es decir… porno. –he respondido añadiendo lo que a él le ha dado pudor decirme.

.- Sí, eso es. Veo que sigues siendo directa y abierta como siempre. Pero el tema es que, de los dibujos que esta editorial recibe de todos sus artistas, apenas utilizan un 20% de cada uno. Por ese tema pagan bien pero no demasiado. Por tanto no es mucho el dinero que puedo ofrecerte. –me explica mientras voy adivinado lo que me va diciendo, como si leyera su mente.

.- Mira Rodrigo, me parece estupendo lo que me propones pero… esto es un negocio, como me has dicho por teléfono. Para mí no representa ningún inconveniente posar desnuda y que me veas así pero… déjame pensar… -le he respondido añadiendo algo de intriga al final.

Me he sentado en una de las butacas que tiene en su cuchitril de artista bohemio. Me he hecho un porro de marihuana y mientras lo hemos fumado me ha dado tiempo a pensar lo que quiero a cambio.

.- Está bien –he comenzado a negociar- acepto tu propuesta, pero no quiero dinero, quiero otra cosa… -he seguido diciendo.

.- Mientras no sea mi casa ni mi coche estoy dispuesto a discutirlo… jajaja… -ha respondió bromeando con severos síntomas de impaciencia.

.- Mi propuesta es esta: Por cada hora que pose para ti, quiero que tú me enseñes a dibujar caricaturas durante un tiempo equivalente… después de que tú termines de dibujarme o antes, me es indiferente. –le he propuesto mientras me desabrochaba tres botones de la blusa para ayudarlo a decidirse.

.- ¡Me temía una respuesta así! Ya te dije en su día que si no te enseñaba no era por otro motivo que la vergüenza que me da ejercer de algo que no me considero: De maestro, no me considero como tal. –me ha vuelto a revelar su motivo por segunda vez.

.- En su día te respondí que entendía muy bien el motivo pero… aunque yo no tengo pudor para posar en pelotas, ese es mi precio. –he respondido mostrándome comprensiva pero también firme y decidida. –Si quieres poso una tarde y después tú me das clases. Si después de la primera sigues pensado lo mismo renegociamos el trato a cambio de dinero… ¿Te parece bien? –he añadido.

.- Conforme pero… no sé como decírtelo… -ha parecido vacilar al responderme.

.- ¿Decirme qué? –la intriga por su comentario inconcluso me estaba matando.

En ese momento se levanta, toma una carpeta que tiene sobre su mesa de trabajo y me muestra sus dibujos. Me explica que en la mayoría de las escenas representa a un chico y una chica follando. Añade que con la otra chica primero la dibujaba a ella en determinadas poses y que después hacia lo mismo con un amigo que también posa para él. Posteriormente acoplaba los dibujos convenientemente para que pareciera que follaban. Parecía nervioso al explicármelo pero ha continuado sin que yo lo interrumpiera.

.- ¿Tu tendrías inconveniente en posar con él adoptando las posturas que yo os indique? Por supuesto sin penetración, para mi es fácil “meter” la polla en el coño simplemente mientras dibujo. En realidad lo que hago son bocetos, más o menos detallados y rápidos, y cuando estoy solo hago el dibujo definitivo basándome en los bocetos. –ha terminado de desvelarme lo que tanto le ha costado decirme.

.- Jajajaja… -reconozco que no me esperaba algo así, realmente me ha sorprendido- … ¿No será una estratagema para calentaros tú y tu amigo a mi costa? O… siendo peor pensada… ¿No será un truco para follarme? –he respondido con cierto aire burlón.

.- No, no, no pienses eso… ¡Por favor! No es esa la intención. –ha confesado poniéndose rojo de vergüenza.

.- No te preocupes, ha sido solo una broma… jajajaja. Por mi parte no hay problema, es solo un negocio y me interesa. Pero siendo así, el trato es que me des clases sí o sí.

.- ¡OK! Conforme –ha aceptado poniendo fin a las negociaciones.

Una vez aclarados los términos del trato, me ha explicado que a las ocho llegaba su amigo y que disponíamos de algo menos de media hora para que me hiciera cinco o seis dibujos a mí sola. Me ha pedido que le ayude y juntos hemos desplegado el sofá, de forma que hemos dejado el respaldo en posición horizontal, formando una especie de cama con el asiento. Al estar colocado en el centro del estudio, él podía girar a su alrededor para tener vistas diferentes de mí.

Me he desnudado y, adoptando las poses que él me indicaba, ha comenzado a dibújame. Sin duda me he sentido muy bien, a pesar de que nunca había posado para que reprodujeran mis partes íntimas de forma tan peculiar y precisa: A cuatro patas, abierta de piernas, agarrándome las tetas, tumbada, etc. etc. etc.…

Aunque estamos a finales de junio, no había sentido tanto calor en todo el día hasta ese momento. A pesar de estar como Eva en el “Jardín del Edén” no he podido evitar que todo mi cuerpo sudara.

Poco después de las ocho ha sonado el timbre de la puerta. Con algo de retraso ha llegado su amigo que, sin dejar de mirar hasta el último centímetro de mi anatomía, me ha dado dos besos al ser presentados. Yo tampoco he podido evitar echarle un vistazo al tipo que iba a tener encima, debajo o como fuera durante un rato. Sin ser un adonis, me ha gustado: Delgado pero un poco musculado, algo más alto que mis 176 cm, mono pero sin pasarse, con rostro agradable, bonitos ojos y una voz que… ¡DIOS! Haría temblar a cualquier chica: Realmente tiene unos 27 años bien aprovechados. En ese momento he pensado que no iba a representar ningún sacrificio posar desnuda junto a él.

Tras una pequeña charla para romper el hielo ha comenzado lo bueno. Después de desnudarse y dejarme alucinada con las proporciones de su miembro (Nada descomunal pero precioso) hemos adoptado la primera pose: Ambos de pie, semi abrazados y simulando un beso en la boca. Sin querer no he podido evitar pensar en eso colgando a escasos centímetros de mi cuerpo. Tras cinco minutos hemos abandonado la pose para adoptar la siguiente. Al separarnos he comprobado que lo que antes colgaba ahora apuntaba como un misil hacia mí.

.- Jajajaja… has tardado poco en ponerte firme como un soldadito. –he bromeado con él al verlo empalmado.

.- Jajajaja… ¿Qué quieres? ¡Uno no es de piedra! –Ha respondido continuando mi broma.

En la siguiente pose he tenido que arrodillarme, agarrar con la mano la polla y tapar la mitad con mi cara, poniéndola delante desde la perspectiva de Rodrigo mientras, Sergio (Que así se llama mi compañero de “Trabajo”) permanecía en pie. Para que te hagas una idea, ha sido como cuando vas a Pisa, te colocas delante de la torre para hacerte una foto, a cierta distancia, extiendes la mano y creas el efecto óptico de que la estás sosteniendo. Al abrir mi boca parecía como si tuviera la polla dentro.

.- Un momento, chicos. –He dicho rompiendo la magia del momento- Si a ti no te importa, Sergio, yo no tengo inconveniente en tragarla, sin trucos de ilusionismo. Siempre y cuando Rodrigo no tarde demasiado en hacer el dibujo, no sea que se me duerma la boca. –he proseguido.

.- ¿Lo dices en serio? –ha preguntado Sergio algo sorprendido.

.- Jajajaja, cielo. No temas, que no será ni la primera ni la última que trague. Por mí no tengas reparo.

.- Ok, como quieras. –ha aceptado mi propuesta.

Rodrigo también se ha mostrado conforme y hemos vuelto a adoptar de nuevo la pose. Para quitar importancia a la situación he dado un par de lametones en el glande y finalmente he tragado la mitad de la manguera totalmente rígida he hinchada.

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Tras un corto ratito el dibujo ha estado finalizado y hemos cambiado. Rodrigo me ha pedido que me situara sobre la especie de cama, tumbada boca arriba, con la pierna izquierda flexionada y la derecha extendida. Sergio se ha situado sobre mí, sin apoyar su cuerpo en el mío, manteniéndose en el aire con la fuerza de sus brazos y colocando la polla en la entrada de mi coño. De esta forma, la panorámica que ofrecíamos a Rodrigo era perfecta al poder ver la fingida penetración, perfectamente.

A penas sentía el tacto de su capullo en mis labios exteriores, pero eso me encendía, deseaba pedirle que, en esta ocasión, tampoco jugáramos a hacer trucos de ilusionismo y me la metiera. Pero esto ya me ha parecido excesivo, más que nada por no tener que forzarlo a ponerse un condón (no en vano no le conozco de nada).

Después de casi una hora de poses ha llegado el momento de la última: En la que hemos fingido sexo anal. Para ello me he arrodillado sobre el mullido y cómodo sofá-cama, he apoyado las manos y, en la postura del perrito he dejado, a la vista de los dos, mi culo en todo su esplendor. Sergio se ha arrodillado detrás de mí, apuntando con la polla a mi ano y tomándome de las caderas. En esta postura apenas he sentido el tacto de su capullo en mi carne, pero Rodrigo me ha solucionado este inconveniente, sin ser consciente de ello, al proponer una última posición que le ha inspirado la que teníamos.

.- Una última por favor –nos ha solicitado- una en la que parezca que la penetración es total. Para ello colocaros erguidos, sin levantaros. Tú Sergio, te pegas a ella todo lo que puedas, de forma que el pene quede tapado entre las nalgas de Esmeralda. En esa posición la abrazas por la espalda y la coges de los pechos, levantándolos levemente. Finalmente finges que la besas el cuello… ¿Tenéis inconveniente? –nos ha explicado con todo lujo de detalles.

.- ¿Por mí como si me la mete hasta las entrañas? –He pensado- por mí no hay problema, Rodrigo. –he respondido sin manifestar mi verdadero deseo, sintiéndome como una autentica perra en celo.

Sergio se ha mostrado conforme y hemos procedido a colocarnos tal y como nos ha pedido esa especie de director de películas porno que ha terminado pareciendo Rodrigo. Al oprimir mi espalda con su pecho he sentido un hormigueo. Al apretar la raja de mi culo con la polla he sentido escalofríos, pero… al cogerme las tetas con sus manos ha despertado el volcán que guardo dentro de mi cuerpo. ¡Dios! Me he sentido tan cachonda que no he podido evitar deslizar mi mano por el vientre y comprobar, tras meterme dos dedos en el coño, que estaba más mojada que el campo con el rocío de la mañana.

.- Lo siento Rodrigo, pero estoy segura de que estás tan cachondo, al vernos así, como lo estoy yo. Si no nos dibujas en pelotas me levanto y me voy. Quiero que estemos en igualdad de condiciones. –le digo en tono amenazador y resuelta.

.- ¿Qué me desnude yo? ¿Para qué? –pregunta sorprendido, como si viniera de un largo viaje y no hubiera estado allí.

.- Sencillamente me incomoda que tu estés vestido y nosotros no. Esto que te pido no es negociable.

Tras un par de minutos de intercambio de opiniones ha accedido y ¡EFECTIVAMENTE! Estaba totalmente empalmado. Finalmente ha empezado con el dibujo y yo, echando mis brazos hacia atrás, he empujado el culo de Sergio contra mí para que ejerciera mayor presión. Han sido unos minutos gloriosos, me ha puesto como una moto la situación y, sobre todo, esa polla que oprimía mi culo. Tras terminar el dibujo hemos disuelto la unión corporal, nos hemos sentado y yo he buscado, como una desesperada, un cigarrillo dentro de mi bolso: Realmente necesitaba algo que calmara mi ansiedad.

 

ZONA X:

 

.- Voy al servicio que no puedo aguantar más –Dice Sergio mientras se levanta de la butaca donde se había sentado.

.- ¿No aguantas más? –Pregunto- ¿No iras a hacerte una paja? –Vuelvo a interrogar molesta por si tengo razón… -menudo desperdicio sería, si lo hiciera, teniéndome dispuesta a poco que me lo pida. –pienso.

 .- No, no… que va… es que tengo la vejiga que parece que va a reventar. –responde mientras sale del estudio.

En ese momento me levanto y me siento junto a Rodrigo que ya estaba poniéndose el pantalón.

.- Rodri, tengo ganas de follar. ¿Te apetece? Quiero que me falléis los dos… pero no me atrevo a pedírselo a Sergio pues no sé qué pensará... Después de todo no me conoce de nada.

Él se queda pensativo sin saber que responder o con miedo a decir que sí y parecer un oportunista.

.- No te preocupes amigo, no tengas reparo alguno pues soy yo quien te lo está pidiendo. Podemos hacer una cosa… cuando venga Sergio hago la propuesta y tú dices que sí… no te hagas el interesante porque sé que quieres, no lo niegues. –argumento intentando que se sienta bien.

.- Está bien… lo hacemos así y vemos como sigue el tema. –responde algo cohibido pero sonriente: sin duda es algo que viene deseando desde que follamos cuando nos conocimos en Málaga.

Cuando llega Sergio nos encuentra charlando. Rodrigo ya se ha puesto el pantalón y yo aun sigo en cueros. Nada más entrar en el estudio, me acerco a mi cómplice, me arrodillo frente a su entrepierna, me apoyo en sus rodillas con los codos y le hago la propuesta que ya habíamos acordado. El responde que sí y comienzo a palpar la erecta polla por encima del pantalón. Él se deja hacer y comienza a suspirar… realmente lo está deseando.

.- Bueno pareja, os dejo solos que tres son multitud. –Dice Sergio algo violentado por la situación.

.- No te vayas, puedes unirte a la fiesta si quieres. Para mí son mejor dos pollas que una y la tuya me gusta. ¡Quédate porfa! –me apresuro a decirle antes de que se enfunde la ropa y se vaya.

.- La verdad es que me apeteces mucho. Tenerte como te he tenido me ha puesto muy caliente… ahora iba a hacerme una paja en el primer lugar adecuado que encontrase. –replica con rostro de satisfacción por el desahogo que se le presenta ante las narices.

.- Entonces no hay más que hablar. Ponte cómodo que esto promete. –concluyo al tiempo que empiezo a jugar con más dedicación entre los muslos de Rodrigo.

Deslizo la cremallera de su pantalón, desabrocho el botón y se lo bajo cuando levanta un poco las caderas para facilitarme la labor. Se los ha puesto con tanta prisa que se ha olvidado de la prenda interior o… tal vez lo ha obviado para hacerlo más rápido. Cuando lo tengo completamente desnudo, tomo la polla con las manos y la acaricio con lentitud, deleitándome todo lo que puedo con su tacto. Finalmente acerco la boca a ella y juego con la lengua en el glande durante unos segundos, después la voy tragando con la misma lentitud, acompañando a la boca con una de mis manos, hasta engullirla todo lo que puedo.

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Durante unos minutos le dedico una mamada espectacular que consigue arrancar de su garganta sonidos de placer. Se retuerce como puede en la butaca, dedicándome caricias de agradecimiento en mi revuelta melena. Mientras lo hago no dejo de pensar en que Sergio debe estar comiéndose mi culo con los ojos y eso me enciende más aun. Tanto es así que dejo de jugar con la polla de Rodrigo, me levanto y, adoptando la misma postura, hago lo mismo con la polla de Sergio. Durante un ratito le regalo una mamada que también consigue robarle quejidos, suspiros y lamentos de placer.

.- Ahora quiero que me folléis como si fuera la única mujer en el mundo. Quiero que os olvidéis de todo lo que os distraiga la mente y os entreguéis a mí. Tened en cuenta que, aunque a veces lo hago, no me gusta suplicar… por lo tanto no tengáis reparos que acepto casi todo. –les digo mientras me levanto y me acerco hacia la improvisada cama que ahora representa el sofá.

Ambos asienten con la cabeza en señal de que conformidad. Me recuesto de lado, mirando hacia ellos, pido a Rodrigo que se coloque junto a mi cara y me entregue la polla para que pueda tragarla de nuevo. Cuando lo tengo bien cerca, ordeno a Sergio que se tumbe detrás de mí y me folle.

.- Antes de nada, mira en mi bolso que hay una caja de condones y te pones uno. –le ordeno por razones obvias.

Siempre me gusta llevar mis propios preservativos, pues los prefiero bien finos, para que el placer sea más intenso, pues apenas siento que lo tengan puesto cuando me follan con ellos. Tras enfundarse la polla con uno de ellos, se coloca en la posición que le había indicado, apunta con el glande a la entrada del coño y, sin más indicaciones, la va metiendo. Al sentir el placer que me proporciona la penetración, meto la verga de Rodrigo en mi boca y la chupo con ansias. A los pocos segundos noto como el otro me folla a conciencia el coño, lo que acelera la felación que propino al que me folla la boca. Y así es: Debido a mi postura, apenas puedo mover la cabeza con agilidad y por tanto es Rodrigo quien me la folla.

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No tardo demasiado en retorcerme de placer, facilitando las acciones de los tres. Sin demorarme demasiado consigo el primer orgasmo: Es tal la calentura que siento hace un buen rato, que no me cuesta conseguirlo con facilidad.

.- ¡Vamos Sergio, fóllame con ganas el coño! –le suplico tras sacar la polla que ocupaba mi boca, para poder jadear y respirar de forma acelerada mientras termino de orgasmar.

Noto que la polla entra y sale con soltura de la vagina al ser bañada por los fluidos que manan de su interior. Durante los instantes que ha durado mi orgasmo, Rodrigo no ha dejado de intentar metérmela de nuevo en la boca sin lograrlo: Debido a mis movimientos le ha resultado imposible conseguirlo. Al terminar de correrme vuelvo a tragarla y juego con la lengua en ella.

.- Vamos a cambiar de postura –les pido después de invitarles, con gestos, a sacar sus artefactos de mis dos orificios. –ponte un condón Rodrigo, ahora quiero que me folles tú.

Nos incorporamos y me siento en el borde de la improvisada cama. Abro las piernas y mi nuevo follador se arrodilla frente a mi coño, quedando ambos órganos sexuales a la misma altura. Me tumbo e indico a Sergio que se siente sobre mi pecho, mirando hacia mí, para poder chupársela con facilidad y comodidad.

Tras hacerlo, noto como Rodrigo me taladra el coño con violencia y sin esperar indicaciones por mi parte. Es hora de tragar la otra polla y lo hago con complacencia tras retirar el condón que cubre la polla de Sergio. Es tan cómoda la postura que me entrego al cien por cien a los dos. Ellos me corresponden y deleitan durante un rato más de intenso goce.

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Rodrigo no para de jadear, Sergio no cesa de suspirar y yo, pues yo apenas puedo articular palabra, respirar o expresar sentimiento alguno pues la polla que trago, una y otra vez, no deja que lo haga.

Al dejar la posición, Rodrigo, no ha conseguido que me corra, pero el placer ha sido igual de intenso: Su polla es más delgada que la de su amigo pero aun así ha sabido deleitarme.

.- ¡Bueno chicos! Esto sólo ha sido el aperitivo, el plato fuerte viene a partir de ahora. –les digo una vez libre de ambas vergas y mientras intento recuperar el aliento.- ahora quiero que me destrocéis el culo como si os fuera la vida en ello, con ganas y sin reparos. Es lo que más me gusta y estoy segura de que no quedaré defraudada.

.- ¡Eso me mola! –Exclama Rodrigo- aquella vez que follamos me quedé con ganas de metértela por ahí. –añade ilusionado como un niño.

.- ¿También te gusta el sexo anal? –Pregunta Sergio algo sorprendido- ya es raro que una chica lo prefiera con el entusiasmo que tú lo haces. –añade.

.- ¡Pues sí, cariño! Ningún orificio me proporciona tanto placer como el ano. Es más, me gusta follar así cuando tengo más de una polla para mí solita. –termino de informarle.

Sin más preámbulos me arrodillo en el borde, con el culo mirando hacia ellos, flexiono ligeramente las piernas, dejo mi cuerpo caer sobre la superficie acolchada hasta posar la mejilla y espero a que el primero tome posesión de mi recto.

Sergio se pone otro preservativo, deja caer saliva sobre mi agujerito, la reparte por toda la abertura, coloca la polla en mi puerta trasera y va entrando con parsimonia, como si no quisiera hacerme daño.

.- No tengas miedo, que no es tan frágil como la porcelana de la abuela –le digo bromeando un poco para que me pierda el respeto y me destroce la retaguardia sin reparos.

Sin apenas tiempo para asimilar mis palabras, termina introduciéndola de un golpe seco que me hace gritar al no esperar una reacción tan rápida.

.- ¡Muy bien, amor! Así está muyyyy bien, no te cortes ni un pelo. –le digo agradecida por su pronta respuesta.

Pido a Rodrigo que se coloque frente a mi cara, le acerco a mí mientras soy enculada con desesperación y violencia, le quito el condón y trago de nuevo su verga dura y caliente. Me gusta tener una polla en la boca mientras me follan porque, de esta forma, mis expresiones de placer quedan ahogadas y eso me pone a cien.

Noto como Sergio abre, una y otra vez, las paredes de mi recto. Como me arranca descargas de satisfacción que recorren mi cuerpo. Como su glande se abre camino en mi interior a medida que entra, con embestidas rápidas y acompasadas con mis movimientos torpes. Con ambas manos me toma de las caderas, con fuerza, para evitar que mi cuerpo ceda ante sus envites. Sin duda me está destrozando de gusto y se lo agradezco contorneando el trasero bajo su atenta mirada.

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.- Me encanta ver como entra y sale en tu agujerito, Esmeralda. Realmente eres una maquina sexual, niña. –me dice Sergio, entusiasmado con la escena y sin dar crédito al giro inesperado que ha dado la tarde-noche.

Al escuchar sus palabras me pongo más cachonda aun, deslizo la mano derecha por mi vientre y me dedico una leve paja en el clítoris que ayuda a que me corra con desesperación.

.- Sigue, cabrón, que me matas de gustito! –le ordeno complacida por las sensaciones que invaden mis entrañas. –no te corras dentro, por favor, sería una pena desperdiciar tu leche dentro de la gomita.

Me tranquiliza afirmando que aún puede aguantar un poco más. Pocos instantes después decidimos intercambiar las posiciones entre ellos. Ahora es Sergio quien invade mi boca y Rodrigo quien castiga mi dilatado recto. Poco a poco éste se contrae para adaptarse a la polla que igualmente, de forma magistral, me folla con ganas por detrás.

Pasado un buen rato siento que me falta el aliento: Es demasiado esfuerzo tener una polla en la boca que apenas me deja respirar y jadear. Deshacemos la pose para buscar una que nos permita disfrutar de igual modo y que me deje expresar el placer que me proporcionen.

Pido a Rodrigo que se tumbe, me siento sobre su miembro enfundado y lo meto del todo dentro del coño. Me tumbo sobre su pecho, oprimiéndolo con los míos, y dejo el culo preparado para ser invadido por la polla de Sergio. Éste, al verme en tal posición, no lo piensa dos veces y vuelve a perforarlo repetidamente. Tengo tan relajado el conducto trasero que no ofrece resistencia alguna y los tres comenzamos a movernos a ritmo.

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Apenas han pasado diez minutos cuando Sergio me indica que se va a correr. Le pido que salga de mí y se coloque frente a mi cara para decorarla con su leche. Se incorpora, se acomoda a mi derecha, se quita la gomita y comienza a masturbarse a escasos centímetros de mi cara. Finalmente me anuncia la llegada de su torrente blanco con gestos violentos y jadeos continuos. Abro la boca para acoger el néctar y veo como un chorro espeso y abundante salpica mi mejilla, los labios y se desliza por la barbilla hasta el cuello y finalmente las tetas. Un segundo chorro me vuelve a salpicar y para recibirlo acomodo la boca para que caiga dentro de ella. Termino por tragar el glande y, succionando, le ayudo a soltar la tercera y última descarga caliente y menos abundante. Me gusta el sabor que impregna la punta de su polla y me deleito saboreándolo con la lengua y los labios. Termino de recoger la última gota con varios chupetones y succiones, apretando todo lo que puedo los labios.

.- ¡Gracias amor! Me gusta como follas –le digo tras escupir en el suelo el semen- ¿Te falta mucho cariño? –añado dirigiéndome a Roberto que, como un campeón, no ha dejado de taladrarme el coño.

.- No Esme, no me falta mucho –responde entre jadeos de placer y suspiros.

Al escuchar con satisfacción la respuesta me saco su polla, le pido que se retire, me tumbo boca arriba y le ordeno que se siente sobre mi vientre. Al hacerlo le ofrezco el canal que hay entre mis pechos, él sabe lo que quiero y coloca la verga en medio, la oprimo con las tetas y le invito a que me haga una cubana.

.- ¡Date prisa en correrte y báñame las tetas, los pezones! –suplico poniendo carita de niña complaciente.

Apenas dos minutos después cumple con mis expectativas, regalándome un par de chorros abundantes y muy calientes que inundan mis suaves y sudosos montes de carne deseosos de sentirlo. Tras correrse, esparzo el semen por toda la superficie pectoral, con los ojitos semi cerrados y deleitándome con las sensaciones que me produce sentir su leche.

.- ¡Gracias, chicos. Habéis estado más que bien! –les digo agradecida y muy satisfecha.

.- ¡Gracias a ti! Eres una de las chicas más insaciables que he conocido. –me responde Sergio.

.- Lo mismo te digo, Esmeralda. Ya tenía ganas, hace mucho tiempo, de follar de nuevo contigo –añade Rodrigo.

Durante media hora, más o menos, hemos permanecido charlando y tomando algo de líquido. En todo ese tiempo no he podido evitar ver que la verga de Sergio conservaba una aceptable erección ¡Todavía! Tanto es así que he propuesto…

.- Rodrigo, si te apetece, puedes hacernos un par de dibujos follando de verdad… claro está, si a Sergio le apetece y tiene fuerzas.

A ambos les ha parecido buena idea y durante un buen rato hemos probado con varias posturas, mientras Rodrigo se ha dedicado a manejar el lápiz.

Para el final he querido dejar la postura que tan cachonda me ha puesto mientras nos dibujaba por primera vez: De rodillas, erguida y con Sergio detrás de mí.

De este modo, cuando me estaba sodomizando, a cuatro patas, me he incorporando sin que la polla de Sergio saliera de mi culo, él me ha abrazado acariciándome las tetas y pellizcando los pezones ha seguido abriéndome en canal el ano. El último orgasmo que me ha proporcionado ha sido épico: Largo, intenso y más placentero que los anteriores. Durante más de un minuto he seguido sintiendo sus coletazos y gritando como poseída.

.- Ahora, si no os importa, puedo hacer un dibujo que represente una corrida en la cara. –ha propuesto Rodrigo.

A Sergio y a mí nos ha gustado la idea y hemos aceptado. Para ello me he tumbado, él se ha colocado sobre mi cara y, después de un corto ratito, se ha corrido sobre ella, maquillándola de nuevo con su leche. Durante un par de minutos hemos permanecido inmóviles para que Rodrigo tuviera tiempo de dibujar la escena. Al terminar, he sentido la necesidad de succionar los restos que quedaban sobre el capullo de Sergio. Realmente me ha gustado mucho saborearla pues no es tan amarga como la de otros chicos a quienes he probado.

Link foto nº7

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Y eso ha sido todo, querido diario. El resto carece de importancia pues simplemente hemos pasado un rato charlando y tomando decisiones. Entre otras, hemos decidido que las próximas sesiones sean reales, con penetración o lo que sugieran las poses que Rodrigo nos ordene. Por mi parte me resulta muy difícil tener a un tío empalmado, caliente y a mi disposición sin aprovecharlo. Ya veremos cómo resulta el experimento.

Fin.

 

Esto ha sido todo, amigos. Como estoy segura de que alguien me preguntará ¿Qué sucedió a partir de aquel día? y, como no tengo ningún relato más sobre este tema, os lo resumo:

 Ese mes apenas nos vimos un par de veces. En julio y agosto estuve de viaje y, en septiembre, seguí con el “Negocio” casi hasta las navidades en que mis preferencias cambiaron y dejé de ir a posar. Esto no quita que después de aquello nos hayamos visto varias veces, juntos o por separado. A día de hoy son dos buenos amigos y amantes esporádicos. Un beso.