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EL AMO, la misma historia dos versiones, Maria 2ª

en Lésbicos

LA MISMA HISTORIA DOS VERSIONES

María 2ª parte

La clínica

                Ella abrió los ojos. Notaba una sensación de sequedad en su boca, pero no era eso lo que más le molestaba.Sus pechos estaban aprisionados y le dolían, pero ese dolor era distinto al que sentía cuandoel amo la pellizcaba o le ponía pesas, era realmente dolor, entonces se dio cuenta de dónde estaba y por qué estaba allí. Conforme recordó, su cara cambiaba de color, torturada por las imágenes.

                - Joder, ¿qué he hecho?He enfadado al amo, ¡la cagué! Se nos fue de la mano el tema de las cañas… Está claro que por lo menos yo, no conozco mis límites. ¡Ojalá el daño no sea muy grave!– dijo María en voz alta, y de repente se dio cuenta que no estaba sola en la habitación; a su lado estaba una de las personas que la atendió en la mansión.

                - Buenos días, puta.– la saludó - Menuda liasteis ayer en la mansión de vuestro amo, menos mal que los daños no son irreparables. Hemos tenido que daros unos cuantos puntos, pero son superficiales e invisibles. Vuestro amo ha estado esta mañana aquí y no lo tenéis contento, sinceramente, creo que al salir de aquí os dará un buen castigo y no será de ese que os gusta, más bien al contrario; a alguna le va a salir cara la broma.

                - ¿Sabes qué tipo de castigo nos piensa aplicar el amo…? – vaciló ella.

                - Mejor que no lo sepas.

                - ¡Por favor! – saberlo siempre era mejor que la duda dando vueltas con su imaginación. El médico sucumbió.

                - Veras, no sé a quién de vosotras, pero hablaba de repudiaros. De mandaros a un sitio lejos y prohibir todo contacto entre vosotras y el resto de la gente.En fin, que lo lleváis crudo.

                - ¡Dios, eso no!¡Sin el amo no soy nada, me volvería loca! Tengo que hablar con él.

                - Eso va a ser difícil, dejo instrucciones claras: nada de llamadas, nada de contactos con él. Hasta que él decida permaneceréis aquí. además, tendréis que quedaros un par de semanas de todos modos para haceros las curas y vigilar esos puntos, el jefe tampoco quiere que os queden marcas.

                - Por favor, cuídanos bien, debemos estar presentables para el amo. Aunque no lo volvamos a ver en el resto de nuestra vida, queremos seguir siendo hermosas para él.

                - Esa es nuestra obligación. – sonrió - Pero también tenemos la potestad de usaros a nuestro gusto; el jefe nos dio permiso para castigaros y usaros a nuestro antojo, tanto Julio, las enfermeras como yo disponemos de vosotras tres. Durante estas dos semanas nos pertenecéis.Ahora duerme, el descanso te viene muy bien.

María noto que en sus venas entraba un líquidocálido que la sumía en un profundo sueño y su último pensamiento antes de caer dormida fue para su amo.

*  *  *  *

                Ella notaba de nuevo esa sensación desagradable en la boca y su estómago, pero la opresión en el pecho era menor y el dolor también. Cuando abrió los ojos vio una figura de color celeste, parecía tan hermosa como un ángel.Su cerebro aún estaba abotargado después de tres días dormida por las drogas, pero poco a poco sus ojos se adaptaron a la luz, y la figura celeste se trasformo en una bella mujer, no tendría más de 20 años.Se movía por la habitación con habilidad, desenvoltura.

                - Buenos días, bella durmiente.

                - Hola, ¿quién eres?

                - Mi nombre es Noa, soy tu enfermera. Llevo 7 días cuidando de ti. – sonrió.

                - Gracias, ¿sabes si las heridas cicatrizan bien?

                - Sí, ya casi estáis listas, pero permaneceréis aquí hasta que el jefe diga; esas son las órdenes que tenemos tanto nosotras como los doctores.

                - Me imagino que esto será parte de nuestro castigo…

                - Supongo que sí, Daniel ya nos contó lo que hicisteis con vuestros cuerpos y, sinceramente no me extraña que vuestro amo os tenga castigadas, yo haría lo mismo.

                - ¿Cómo sabes que somos sumisas?

                - Esta clínica es para atender a las sumisas del jefe y para colocaros lo que vuestro amo desee; de entrada, creo que Elisa y túseréis anilladas y marcadas por orden del jefe.

                - ¿Tal como está Lucia?

                - Sí, exactamente. Creo que Julio os marcará hoy y os anillará mañana. Aparte de Lucia, vosotras dos sois las únicas, pero el jefe dijo el otro día que nos preparáramos, que tendremos mucho trabajo durante estos meses, pues viendo vuestro comportamiento ha decidido que os marcará a todas, y anillara a las que él crea más rebeldes, si eso se puede decir de vosotras.

                - ¡Qué castigo más hermoso! ¡Tener la marca del amo, ser anillada para él…!

                - ¡Eh, escúchame, zorra!¡El marcado y el anillado, no son un regalo, ni tampoco tu castigo! Es una muestra más de vuestra pertenencia al amo.¡No te hagas ilusiones, el jefe estámuy enfadado con vosotras tres! Seguramente no lo veréis en mucho tiempo y mientras tanto,seréis nuestros conejillos de indias.Disfrutaremos de vosotras tres, y ensayaremos algunos castigos que el jefe quiere que aprendáis, o sea que relájate todo lo que puedas, que dentro de un par de horas te tocará ser marcada.

                - ¿Por qué me tratas así? – se sorprendió la mujer.

                - ¿Aun lo preguntas?Lo que deberías preguntarte es ¿por qué te destrozas ese hermoso cuerpo así? Os destrozáis el cuerpo entre tres mujeres guapas y no lo hacéis por vicio, ni por hacer feliz a vuestro amo, ni por obtener placer, pues vuestro placer es hace feliz a vuestro amo si no sólo por celos, celos estúpidos, pues vuestro amo no os ama.Él os quiere, os cuida, os respeta, pero no os ama, eso lo tenéis que saber.Vuestro amo saca placer de vosotras, pero,¿amaros? Eso no es posible. Él amará a una mujer en su momento, pero a vosotras sus esclavas, no. Y lo que más odia es que tres zorritas como vosotras os hagáis daño por unos celos estúpidos.

                Noa estaba enfadada, no podía entender a esa mujer que tenia tumbada en la cama: era sumisa, tenía el mejor amo posible y no parecía entender el juego, y se había permitido dañar su propio cuerpo, ¡algo que era del amo, y no suyo! La enfermera estaba satisfecha con su trabajo y respetaba al jefe; la clínica la montó éste para cuidar a sus sumisas, para atenderlas y también era para marcarlas, para anillarlas… pero sobre todo para cuidarlas. Se estaban dotando de lo último en tecnología sanitaria para cuidar a las esclavas del jefe, no se reparaba en gastos, Julio y Daniel tenían total libertad para dirigir la clínica, comprar lo necesario, y ambos eran excelentes profesionales y tenían sentido del deber. Se preocupaban por la salud de todas, incluidas las tres técnicas sanitarias que Daniel trajo consigo. Las tres trabajaban con él, y cuando les ofreció esta oportunidad no lo dudaron. Metieron cuatro cosas en sus petates y llegaron un día después a la ciudad. Cuando ambos le contaron el sentido de la clínica, al principio les pareció raro, pero cuando le explicaron un poco más lo entendieron perfectamente. Comprendieron que aquéllas mujeres deseaban ser sumisas por propia decisión y que a veces se autolesionaban, o su amo deseaba marcarlas o ponerles algún adorno en su cuerpo, y el jefe decidió que tendrían lo mejor.

                Noa salió de la habitación se encaminó al despacho de Julio, para informarle que María ya estaba lista.

                - Gracias,Noa. – contestó él.

                - Dime, ¿dónde le harás la marca?

                - El jefe quiere que todas lleven la marca en el mismo sitio. - Julio se levantó de su silla y se acercó a Noa. – Veo que tienes cierta curiosidad.¿No será que empiezas a comprender a esas mujeres, que te intriga su entrega a un hombre tan joven? ¿…Que empiezas a entender que una madre como María se entregue de esa manera a su propio hijo?

                - Si, Julio. – admitió la enfermera - Creo que lo empiezo a entender, y te diré que me excita, pero lo que no entiendo es que se hagan daño entre ellas.

                - Por eso tienen amo, porque no saben controlarse. – sentenció Julio. - Necesitan al amo para que las eduque, por eso aparte de la clínica va a montar la academia. Para preparar a sus sumisas y adiestrar a algunos jóvenes como amos, pues con el ingente trabajo que le queda, y la cantidad de siervas que tendrá, necesitará tener jóvenes que sean sus esclavos pero que puedan realizar la función de amo en algunos lugares y con algunas sumisas, para que no pase lo que pasó en la mansión.

                - Si, ya lo entiendo, y creo que dentro de míhay una sumisa, pues la mera idea de ser sometida, me excita.

                - Noa, todos llevamos dentro a un sumiso, pero el tema es saber si esa faceta humana es preponderante o si, como en el caso de la personalidad del amo, hace que esa característica sea recesiva.A ti te pasa que al ver a esas mujeres crees que tu también lo eres, pero te aseguro que sólo serias sumisa del jefe, pues la personalidad de ese hombre es increíble. Yo mismo seria su esclavo si me lo pidiera, tiene una facilidad de convencerte de que te entregues que me tiene fascinado, pero te aseguro que tú no eres sumisa. No en el sentido estricto de la palabra.

                - ¿Cómo sabes que no soy sumisa? Nunca lo he probado.

                - Vamos, mujer; en toda tu vida nunca tuviste la necesidad de ser sometida, dominada, de tener sobre ti a una persona con un fuerte carácter. Noa, te aseguro que tu sólo serías esclava del jefe y si este lo quisiera. Ahora, concentrémonos en el trabajo.

Noa se quedó con una duda interior que la carcomía, pero Julio tenía razón; tenían mucho trabajo hoy, y Daniel quería que todo estuviera listo para mañana poder anillarlas. Los dos salieron del despacho y se encaminaron a la habitación de María, al entrar la encontraron medio dormida, pero despertó del todo al verlos.

                - Buenos días, doctor, ¿cuándo me quitara estas vendas?

                - Veras,María, esa es una decisión de Daniel que es el médico. Yo solo soy un técnico.

                -  Pero una idea si tendrá.

                - Está bien; creo que esta tarde.

                - Gracias.

                - Bien, ahora te voy a anestesiar una parte de tu cuerpo y te voy a marcar. Vuestro amo quiere que todas llevéis la marca en el mismo sitio, así que entre Noa y yo te preparáramos esa zona, la anestesiaremos y te marcaremos con un producto químico. Luego te pondremos un apósito y en unas horas estarás lista.

Julio acercó una mesa con ruedas y comenzó a manipular la zona de la marca, la desinfectó, la rasuró bien y saco el molde de la marca. Le aplicó un anestésico sobre la zona y empapó el molde con el producto químico, lo acercó a la zona a marcar y con un gesto rápido lo aplicó.María se quedo sumamente quieta, no quería que la marca le quedara borrosa, deseaba que su amo estuviera orgulloso de ella. Julio colocó unas gasas sobre la zona y la cubrió con un apósito.

                - Bien,María dentro de dos horas vendré a quitarte el apósito y podrás verte la marca con un espejo, te aseguro que ha quedado muy bien.

     Julio miro a Noa, ésta estaba admirada de la reacción de María, de su actitud, cómo ella se quedó quieta para que la marca fuera lo más perfecta posible y su cara de felicidad al sentirse aún más esclava. aNoa la alucinaba y en ese instante sintió admiración por esas mujeres. Entendía que eran mujeres decididas, valientes, con cierto carácter, que estaban dispuestas a hiciera, cualquier cosa que les pidiera su amo. Noa deseaba conocer a ese hombre que conseguía que las mujeres se entregaran de esa manera.Sabía que tenía 16 años, pero que tenía un carácter muy dominante; lo vio el día anterior hablar con Daniel y Julio y le pareció guapo, pero no tanto como para volver loco a una mujer. Pero se le veía decidido.

                - Noa, baja de la nube. – dijo Julio - Ahora te quedaras con María, estarás pendiente de que no se lleve la mano a la cicatriz y que duerma un rato. Dentro de una hora volveré, ahora voy a marcar a las otras dos.

                - Julio no tengo sueño, ¿puedo estar despierta y charlar con Noa?

                - Claro mujer, puedes charlar con Noa. Pero prohibido tocarse la marca hasta que yo te diga.

                - De acuerdo.

Julio salió de la habitación y nada más cerrar la puerta, María miro a Noa, y le dijo:

                - Creo que ya me entiendes, ya sabes por qué mi vida pertenece al amo y eso que aún no lo conoces. Cuando lo hagas te entregaras a él como nos entregamos nosotras, estoy segura que formareis parte de nuestro grupo. Cada día somos más, el amo tiene grandes planes y desea iniciar amás personas en la sumisión, sobre todo aquellas personas que realicen trabajos muy próximos o importantes para él, y creo que vuestro trabajo es uno de los más importantes. Cuidar de nosotras es una de sus prioridades, educarnos y cuidarnos,¡ese debía ser su lema!Estoy segura que seréis sus sumisas y sabrás lo que es el placer, el sentirse dominada por un gran hombre como él.

                - Creo que me gustaría ser dominada por tu señor – admitió Noa - Creo que sería una experiencia increíble, ¿tú crees que realmente nos pedirá que nos entreguemos a él?

                - Estoy convencida. Vosotros sois el primer paso de su vasta obra. Yo pienso que lo que nuestro amo quiere, es conseguir que su conglomerado sea el más importante del mundo, que nuestra ciudad sea una referencia a nivel mundial en todos los aspectos y que nosotros seamos parte de esa idea que tiene para el futuro. Creo que cada paso que da, nos llevará a cumplir sus deseos y espero que siga contando conmigo. Ya que le he decepcionado de una manera inimaginable, quiero ser suya y demostrarle lo que valgo, que no me vuelva a rechazar como hizo en la mansión. Ahora sé que mi actitud no fue la correcta, que me dejé llevar por celos estúpidos. Pero ahora comprendo que el amo no tolera esa forma de ser, sé que no nos ama de la manera que nosotras creemos.

                - Entonces,¿tú crees que vuestro amo tiene grandes planes para todos nosotros?

                - Estoy convencida de que siempre tuvo en mente esos grandes planes y puedes estar segura de que los veremos realizarse. – Noa permaneció pensativa unos segundos.

                - Ahora me voy – dijo al fin – Descansa; dentro de un par de horas te quitaremos el apósito y podrás ver cómo te queda la marca.

Noa se retiró y fue al despacho de Daniel.

                - Adelante.

                - Buenos días, Daniel.

                - Dime.

                - Veras,he estado hablando con María. Una mujer extraña, pero increíble; me estuvo contando cosas, y si se cumplen la mitad de las cosas que cuenta, el jefe tiene mucho trabajo por delante y nosotros también, ¿de verdad crees que conseguirá todas esas cosas?

                - Noa, todo lo que se propone el jefe lo consigue.

                - Otra cosa:María dice que es muy seguro que todos nosotros seremos sus sumisos, a mí personalmente no me desagrada la idea.Hablando con María me he dado cuenta que no es tan malo… Veo los ojos de esa mujer, con qué pasión habla de su amo, cómo defiende el castigo, cómo se martiriza por desobedecerle, y yo también deseo ser suya.

                - Todos pasaremos de alguna manera a ser suyos, su carácter nos conducirá a ello, pero sí: a algunos de nosotros nos ofrecerá y nos pedirá que formemos parte de su vida de una forma más directa y estoy seguro que nosotros por el trabajo que desarrollamos para él, seremos pronto sus más fieles sumisos. Yo creo que está esperando a que la clínica se asiente un poco más para seducirnos. Desde luego Julio y yo lo estamos deseando, ambos amamos a ese joven desde el primer día, su pasión por las cosas nos atrajo hacia él.

                Sin decir palabra, Noa se acercó a Daniel y se desabrochó la bata mostrando un conjunto de lencería de color carne. Daniel se levantó, agarró a Noa de la cintura y comenzó a besarla; empezó por su cuello y fue recorriendo su cara hasta encontrarse con sus labios. Los labios de los dos se unieron en uno solo, sus lenguas se buscaron saciando la tensión sexual de muchos días. Ambos estaban desbocados. Las conversaciones con María y la confirmación de que algún día seria propiedad del amo tenían a Noa excitada, su coño estaba húmedo, su vagina pedía una caricia, un beso o una polla dentro de ella. A Daniel por su parte la conversación con Noa le había puesto lo suficiente como para desear penetrarla.Con delicadeza le quito el resto de ropa.Noa, una vez desnuda, le quitó la bata a Daniel, le bajó los pantalones y desesperadamente busco su polla. Esta, aunque un poco flácida, ya tenía un tamaño aceptable, pero en cuanto sintió los labios de Noa lamiendo su glande, creció de forma exagerada. Lentamente Noa la metió en su boca y comenzó a succionarla, a tragarla, a chuparla. Deseaba esa polla, era algo  que sabía desde que conoció a Daniel, pero hasta que llegaron a la ciudad nunca tuvo oportunidad de gozar de ella.Ahora casi todos los días mantenían un encuentro sexual, Daniel era un excelente amante, y ella era muy activa sexualmente, y con los pensamientos que inundaban su cabeza esa mañana su calentura era aun mayor; no solo deseaba ser follada por Daniel, ese día quería mas, de repente se sacó la polla de la boca, se acerco a los labios de Daniel y le susurró:

                - Daniel, estoy súper perra hoy, me gustaría que nos folláramos a María. Sé que tienes permiso del jefe para que hagamos con ellas todo lo que queramos y lo que quiero ahora es follármela… Comerle cada pedazo de su cuerpo, sé que sus pechos ya están curados y que la cicatriz de la marca ya está lista, ¿por qué no vamos a su habitación y montamos una pequeña fiesta con ella? Seguro que le apetece, lleva todo el día insinuándose.

                - Noa, lo mismo te iba a proponer ahora; estoy muy cachondo, me apetece follarte delante de ella, que sepa que es nuestra mientras permanezca en la clínica.Vamos a su habitación, pero sólo pongámonos las batas, para estar máscómodos y poder follarla con más libertad.

Ambos se vistieron únicamente con las batas, se acercaron a la habitación, María estaba despierta y al verlos y con las batas medio abiertas se percató a lo que venían los dos y se excito.

                - Por fin te decides Noa, y vienes acompañada. – sonrió - Me preguntaba cuando tardarías en venir a gozar de mi cuerpo.Llevo desde que te vi deseando que me poseas, que disfrutes de mi cuerpo… Todos los días cuando te vas me masturbo pensando en ti, en que me tomes de una forma apasionada, que consigas que me corratantas veces que mis pechos reventaran de nuevo. Y por fin aquí estas, acompañada de Daniel. Aunque te vi solo una vez en la mansión, te reconocería entre un millón de personas, eres muy guapo; bueno, los dos sois hermoso. ¡Por favor, folladme, estoy súper caliente, hace mucho que no tengo un cuerpo follándome!

María apartó las sabanas que la cubrían y dejo a la vista un cuerpo hermoso, bello, de pechos grandes a los que no se le notaban las cicatrices de la cirugía. Daniel se acercó más, observo los pechos con mirada profesional y se dibujo en su cara una sonrisa, era un trabajo excelente. Estaba orgulloso de conseguir que no se notaran las cicatrices, pero pronto se olvidó de su condición de médico y su cara se transformó por el placer en cuanto sintió la mano de María agarrar su miembro hinchado.Noa se situó por el otro lado de la cama y comenzó a besar a María. Esta reaccionaba con pasión a los besos, Noa buscaba los pechos de María para acariciarlos y sentir su tacto, al igual que Daniel, necesitaba sentir esos pechos a los que tantas curas realizó. Bajó sus labios y comenzó a lamerle el pezón mientrasMaríagemía de placer.

Su cerebro estaba buscando ese momento desde hacia tiempo, su excitación era máxima y aunque estaba educada para resistir mucho tiempo sin correrse, apenassintió los labios de Noa sobre sus pezones sensibles, se corrió sin remedio.

      La cama donde estaba acostada no era una cama normal de un hospital, era una cama de matrimonio grande, tanto queNoa y Daniel estaban prácticamente acostados con ella mientras la acariciaban. Ambos terminaron de desnudarse y se acostaron con ella. Daniel se entretuvo en sus pechos, mientrasNoa bajaba muy despacio con su lengua a través de su vientre, buscando ese sexo húmedo y lleno de flujos. Cuando llegó a la altura de sus ingles, se detuvo en acariciar sus labios vaginales mientras besuqueaba su entrepierna. La sensación que le producía besar aquella parte del cuerpo era indescriptible para Noa, siempre le excitaba acariciar y besar esa zona tan cercana al coño de las mujeres, casi le producía tanto placer como cuando era penetrada. Se sentía feliz, estaba terminando de besar esas ingles cuando sintió una mano en su sexo y no sabía distinguir si era de María o de Daniel, lo único que sabía era que le gustaba, que le encantaba. Los dedos de aquella mano empezaron a entrar dentro de ella ygimió de placer.

María buscaba con ansia la polla de Daniel, necesitaba sentirla en su boca.Cuando al fin la tuvo cerca de sus labios, la beso con suavidad y despacito se la fue tragando hasta que la tuvo toda dentro de su boca. En ese instante sintió una lengua en su coño y bajó una mano para sujetar esa cabeza,hundiéndola un poco más en su coño; deseaba que esa lengua llegara a lo más profundo de su sexo, que lamiera todos sus jugos, que desatara en ella todas las pasiones que tenía, que disfrutara de todos los orgasmos que tenia reprimidos desde que salieron de la mansión. Deseaba que Noa supiera lo que era el placer dado, que se diera cuenta que dándole placer a ella, recibiría ese mismo placer multiplicado.Por ello con la otra mano buscó el sexo de Noa para acariciárselo, para que sintiera unas manos hábiles trabajándole el clítoris.María comenzó un movimiento de rotación alrededor de ese botoncito yNoagimió de placer en cuanto sintió los dedos de María tocar su clítoris.Sabia donde tocar, donde sus dedos eran recibidos con mayor agrado y al cabo de pocos minutos Noa se corrió entre ronroneos de placer. Daniel tenía su polla dentro de la boca de María y estaba a punto de correrse, hizo intención de retirarse, pero María se lo impidió ejerciendo más presión con sus labios sobre la polla enrojecida y Daniel reventó en una explosión de semen.María se bebió casi todo, pero recordó dejar un poco en su boca, busco la de Noa y le traspasó el semen que guardaba en la suya. Ambas se quedaron besándose con deleite mientras Daniel se bajaba de la cama se ponía la bata. Dejó a las dos mujeres acariciándose, salió de la habitación y volvió a su despacho.

                Noa se separó de María, y la contempló, era realmente guapa, pero sobre todo era un volcán de placeres. Acercó su boca de nuevo al sexo de María mientras ponía el suyo al alcance de la boca de esta y ambas comenzaron un 69 frenético; se buscaban sus clítoris, lamian sus labios, se bebían sus orgasmos… María, entre gemidos, le pedía a Noa que le mordiera los labios, que la castigara, que buscara con los dedos sus pezones para pellizcarlos, pero Noa solo le castigaba el coño. Tenía miedo de hacerle daño en los pechos, pero le mordía con ganas los labios vaginales y María no paraba de gozar, tenía un orgasmo detrás de otro.Ambas estaban excitadas, parecían dos criaturas sedientas que hacía tiempo que no tenían un orgasmo, lo cual era cierto. María desde la automutilación y Noa desde la mudanza, por lo que los orgasmos y los gritos de placer las inundaban y no sabían parar.Al cabo de media hora, Noa tuvo un terrible orgasmo acompañado de mareos y por fin se dejó caer junto a María. Ambas se abrazaron estrechamente.

                - Serás una excelente esclava – sentenció María - Tienes madera para esto, no tardaras en sentir el placer que te proporciona el amo.Noa, acostúmbrate a decir esta palabra, pues será la que más pronuncies dentro de poco.

     Abrazadas, se quedaron dormidas.

FIN