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IRENE, una mujer peculiar 3ª parte

en Dominación

IRENE

Una ciega distinta

La pinza

                Después de que Irene le pidiera al Amo saber cuánto aguantaría sin llegar al orgasmo, este quedó satisfecho, sabía que no se equivocaba con ella, que sería una excelente esclava, las expectativas eran buenas.

Un día durante una de las muchas  conversaciones sobre las cosas de la vida que mantenían esclava y amo ella le planteó un tema algo espinoso.

                - Mi Amo, esta sierva, pide humildemente si mi Señor me contestaría a una pregunta sobre un tema un poco serio.

                - Si sabes formularla y a tu señor le apetece te contestará, haz la pregunta.

                - ¿Qué opina de la Eutanasia, el aborto y la homosexualidad? Mi amo.

                - Con mucho gusto te contestaré, sobre la eutanasia lo tengo claro, soy partidario de ella, me parece estúpido que a uno lo mantengan en vida de forma artificial, sabiendo que su enfermedad no tiene remedio y que su cuerpo sufrirá por muchos métodos paliativos  que se utilicen, verás, te voy a contar una historia.

                - Yo me vine muy joven a España, me vine a vivir con mis abuelos, a los meses de estar aquí le diagnosticaron a mi abuelo un cáncer de colon en fase terminal, en menos de dos meses el  cáncer lo consumió, pero lo más doloroso era ver el dolor que pasó el pobre en sus últimos días, y lo más doloroso era  que solo existía la morfina y algunos opiáceos para mitigarle el dolor, pero no se los suministraban, porque el médico que lo atendió decía que al sufrir  mi abuelo iría derecho al cielo, yo era muy joven para asimilar aquello, pero desde ese día, renuncié interiormente a mi condición de católico.

                - Con respecto al aborto, entiendo que es una decisión de la mujer, pero también entiendo que una mujer que es violada o que se sabe positivamente que el  feto padece una deformación extrema de la que si naciera viviría poco tiempo o aunque viviera mucho tiempo su calidad de vida sería mínima, entiendo que se aborte, pero te recalco que es  una decisión que debe tomar siempre la madre.

                - Con respecto a la homosexualidad, entiendo que no todos somos iguales en nuestras condiciones sexuales e identitarias, así como yo soy amo y tú sumisa, por que nacimos con esa condición, comprendo que existan homosexuales, lesbianas, travestis, bisexuales, y todas las formas de entender el sexo, porque uno nazca con un cuerpo masculino o femenino no tiene por qué sentirse hombre o mujer o solo desear a las personas del sexo contrario, de hecho yo me considero bisexual, aunque he tenido pocas experiencias con hombres, pero te aseguro que todas fueron constructivas y gratificantes.

                - Bueno, ya conoces mi postura al respecto, ahora me gustaría conocer la tuya.

                - Mi amo, prácticamente son iguales a las suyas, entiendo perfectamente lo del aborto, pues he visto a muchos niños con enfermedades cerebrales degenerativas y si para el niño es un sufrimiento, para los padres y familiares es un vía crucis, con respecto a la homosexualidad lo entiendo igual que el amo, en mi condición de sumisa, comprendo que existan otras formas de entender una relación, y respecto a la eutanasia, a mí me pasó lo mismo con un familiar que se lo llevó un cáncer de pulmóncon una agonía dolorosa.

                - Ves, mi niña sumisa, si tu amo cuando te decía, que nos complementamos no era de broma, coincidimos en más cosas de lo que tú te crees, me gusta que seas franca con tu señor, y le pidas permiso para preguntar, no tengas miedo en hacerle todas las preguntas que desees, el amo ya tiene una edad en que sabe más por viejo que por amo, además te aseguro que te contestaré con sinceridad al igual que tú respondes a tu amo cuando te pregunta.

                - Gracias mi amo, esta sierva le agradece que le permita seguir preguntando, pues desconoce ciertas cosas de la vida a la que la gente le cuesta contestar, pues se piensan que por el hecho de ser ciega, no puedo ver ni sentir, piensan que la ceguera además de ser física es también moral e intelectual y a veces no me responden, pues piensan dejémosla a la pobrecita que bastante tiene ya, ese tipo de personas me ponen mala, no las soporto, no se dan cuenta que tengo sentimientos y deseos al igual que los demás, es por eso que estoy tan a gusto con usted, mi amo no se corta en tratarme como a una persona normal sin tener en cuenta mi problema.

                - Irene, yo te veo como una persona normal, como una mujer que se me ofrece por su propia decisión, que me acepta como soy y a la  que yo tomo tal y como es, jamás me pareció un problema tu ceguera, es más, sé que los ciegos desarrollan más el tacto que los demás, y en nuestra relación que tengas un tacto más desarrollado, nos ayuda a los dos en nuestros encuentros, a mí para describirte lo que tienes que hacer y lo que sentirás hacerlo y a ti a sentirlo con más pasión que otra persona.

Las conversacionessobre las cosas de la vida entre amo y sumisa eran constantes, los dos se encontraban a gusto, les encantaban conocerse cada vez un poco mejor, saber algo más el uno del otro.

                Una tarde en que ella estaba en su cuarto y durante una conversación sobre un tema de este tipo.

                - Mi amo, tengo ganas de sentir sus manos sobre mí a través de sus palabras, pero lo deseo de tal manera que esta noche si el amo no tiene que madrugar, podemos prolongarlo sin miedo a que nos molesten, sobre las doce de la noche hora española, nos podríamos conectar y disfrutar el uno del otro, si mi amo y señor lo desea.

                - Tu amo claro que desea que los dos gocemos de nuestros cuerpos, pero antes de esta noche te voy a dar unas pocas órdenes para que te mantengas caliente para tu señor.

                - Esta tu sierva, siempre está disponible para su amo.

                - Bien,¿podemos conectarnos por skype?

                - Sí, mi amo, estoy sola en mi cuarto.

Ambos conectaron sus cámaras y el amo pudo ver el hermoso cuerpo de su esclava, con su largo pelo rizado, con esos labios carnosos y ese lindo lunar en el medio de su labio superior, llevaba una blusa azul, con tres botones, estaba tumbada en la cama, con un muñequito en forma de foquita, en su cabeza.

                - No sabía que teníamos compañía.

                - Qué dice, amo, aquí no hay nadie.

                - ¿Y esa linda foquita que te acompaña?

                - Ah, esa mi amo, duerme  conmigo.

                - Ves, ella tiene más suerte que yo, ya me gustaría a mí dormir contigo.

                - Y a mí que usted durmiera conmigo mi amo, no sabe cuánto lo extraño por las noches, sentir su voz, sus caricias, sentir como me desflora con pasión, como me mima, como lo deseo mi amo, solo pienso en poder viajar cerca de usted, en estar cada día más cerca.

                - Tranquila mi sierva, seguro que algún día podremos conocernos más íntimamente, ser  los dos uno solo, pero mientras tanto tengo que seguir educándote.

                - Sí, mi amo educa a esta tu esclava que lo único que desea es aprender para poder servirle lo mejor posible.

                - Bien, mi sumisa linda, ahora tu amo desea que te desabroches los botones de la blusa.

Ella llevó sus manos a los botones y se soltó uno de una forma sensual, se detuvo, empezó a acariciarse la piel que quedaba a la vista.

                - ¿Así le gusta, mi amo?

                - Sí, me gusta el sostén que llevas de color blanco, como tu virginidad, sigue acariciándote, aun no te desabroches el resto de los botones, vamos a hacer esto más interesante, acaríciate por debajo de la blusa y por encima del sostén,  quiero que sientas tu piel a través de esa tela, busca tus pezones, acarícialos como te enseñé, en círculos, en sentido de las agujas del reloj, quiero que pienses  que como siempre es mi mano la que te acaricia, necesito que lo sientas de verdad, pues eso me complace.

                - Mi amo, siempre que me hablas pienso que estása mi lado, que realmente eres tú quien me acaricia, quien me besa, pues aunque mi amo no me lo diga, pienso que me besa queme susurra las palabras al oído, me excita pensar en usted a mi lado, diciéndome palabras soeces, me gustaría que me tratara como a su esposa.

                - Bueno, mi sumisa, si realmente quieres que te trate como a Reyes que ese es el nombre de mi esposa, tendrás que acostumbrarte a escuchar de mi  boca palabras que igual te resultan mal sonantes, pero a ella la excitan y no sabemos si a ti te excitarán, pero si de verdad lo deseas, tu amo no tiene ningún inconveniente en tratarte como la trato a ella.

                - Mi señor, esta su humilde esclava sería feliz si me tratara como a Reyes, si me dijera las mismas palabras que le dice a ella, quiero aprender y estoy dispuesta a escuchar cualquier palabra que salga de su boca, es más, seguro que me encantará escucharlas, pues todo lo que me dice el amo me excita y me pone a mil.

                - Bien mi perrita, vamos a comenzar desde este mismo instante a tratarte como te mereces como una zorra, como la esclava que eres, tu amo desea que termines de desabrocharte los botones de la blusa y no te los ordena arrancártelos porque no vives sola y porque no estás aquí a mi lado, sino te los arrancaría yo mismo de un tirón, se terminaron las buenas maneras si es tu deseo, asíserás tratada, vamos desabróchate ya esos puñeteros botones.

                - Mi amo, me gusta cómo me tratas ahora, creí que no soportaría este tratamiento, pero siento que me  excito aun más, por favor trátameasí siempre, lo único que te pido es que respetes el pacto que hicimos al principio, no nombrar nunca a mis papás, del resto me puedes llamar o decir lo que desees mi amo.

                - Así me gusta, esclava, sucia perra, si quieres ser una buena sumisa, debes comprender que el amo te insulta para que te hagas más fuerte, para que  cuando te aplique un castigo físico estés preparada para soportarlo, el insulto es una reacción psicológica al dolor, es por ello que te maltrato verbalmente, para que empieces a comprender que en la sumisión existe una parte de dolor que te llevará al máximo placer, pero si ves que no lo soportas tu amo dejará de insultarte.

                - No, mi amo, no pares, creo que me acostumbro a tus insultos, comprendo que es una parte más de mi educación, y como tal la asumo plenamente, mi mente piensa en el placer que debes sentir al tratarme así  y se siente dichosa, feliz, llena de amor.

                - Bien, zorra, ahora quiero que te aprietes con ganas ese pezón que tienes tan duro y que con la otra mano busques tu sexo, empieza a acariciar esos carnosos labios vaginales, pellízcalos suavemente, siente como te empieza a doler pero será de una forma momentánea, después de un segundo notarás como el dolor se convertirá en placer, un placer diferente al que has sentido las otras veces, un placer más intenso, más auténtico, notarás como tu deseo de seguir apretándote crece a cada nueva sensación, quiero que no lo reprimas, deseo que castigues con más fuerza ese pezón y cuando creas que el dolor se hace muy intenso pases al otro, debes acostumbrar a tus pezones al  dolor, pues el pellizco es solo el comienzo de tu educación para el dolor, de tu educación en la sumisión total, pues más adelante tendremos que utilizar utensilios más dolorosos para tu educación, pues tu amo desea que tengas placer a través del dolor, que es una de las facetas de la sumisión, de la que creo que tú como mi zorrita disfrutarás como pocas de mis sumisas lo han hecho.

Irene apretaba el pezón con fuerza, notaba que con cada apretón aumentaba el dolor, pero también subía de intensidad el placer, y también sentía curiosidad por saber su capacidad de resistencia al dolor físico, pues conocía por desgracia su capacidad para el dolor emocional, lo sabía porque en un breve espacio de tiempo en su vida, personas a las   que confió sus pensamientos más íntimos o sus sentimientos más amorosos la habían decepcionado, fueron demasiados palos seguidos, y eso la sumió en una profunda depresión de la que comenzaba a salir.

Pero cuando escuchaba la voz varonil de su amo, esa depresión desaparecía, se sentía cómoda escuchando su voz, se relajaba recibiendo sus enseñanzas, desaparecían todos los problemas, estaba convencida que la Irene sumisa, complementaria a la Irene contestataria, a la Irene con carácter, a la Irene inteligente, a esa Irene que a veces se decepcionaba de las personas, deseaba desnudarse emocionalmente delante de su amo, no solo sentía atracción física por él, notaba que podía contarle todos sus problemas que su amo la comprendería y la aconsejaría.

                - Mi amo, ¿me permite hablarle  con franqueza?

                - Me molestaría que no lo hicieras.

                - Verá, mi amo, sabe que soy virgen, pero deseo contarle que tuve mis escarceos amorosos y todos fueron decepcionantes, el primero con una persona ciega que conocí por internet, lo que sí tengo que confesarle que el hombre le hechó un par, vino desde Italia hasta Venezuela para conocerme, pero el tipo, solo deseaba tocarme y su conversación intelectual era muy pobre, solo conversaba de fútbol y  cosas por el estilo, y luego tuve otras dos relaciones decepcionantes, que me sumieron en una fuerte depresión.

A Irene le costaba reprimir sus lágrimas, cada vez que recordaba esas experiencias tan decepcionantes, se deprimía, sus lágrimas asomaban por sus ojos, quería reprimirlas, pero no podía, deseaba llorar.

                - Mi niña, no llores, estate segura que  tu amo no te decepcionará, siempre estará cerca de ti, pues que sepas que para un amo, su sumisa es su mejor tesoro.

Irene, reprimió sus lágrimas, sabía que su amo tenía razón, que él la cuidaría, la mimaría, se sentía de nuevo dichosa, contenta, el momento de amargura había pasado, ahora se concentraba en  complacer a su señor.

                - Mi señor, esta su puta sierva, desea complacerlo en lo que me pida, está dispuesta a satisfacer cualquier necesidad que el amo desee, tómeme como la zorra que soy, lléneme con su semen, inunde mis orificios con su esperma, castígueme, estoy dispuesta  a soportar cualquier castigo que me infrinja, solo deseo ser feliz sirviéndole.

                - Esa es la actitud que quiero de ti, sumisa pero fuerte, valiente, decidida, que sepa lo que quiere, tu amo está orgulloso de su sierva, ahora solo desea darte placer, vamos  a seguir educándote, quiero que empieces por los ejercicios de los pechos, a partir de ahora a todo lo que te mande hacer y hasta que yo decida lo contrario lo llamaremos ejercicios, pues es parte de tu preparación para la sumisión total, tócate como tu amo te enseñó, pero esta vez quiero que tires más fuerte de los pezones, vamos a ir gradualmente aumentando tu capacidad para soportar el dolor.

                - Sí, mi amo, a esta puta le gusta lo de los ejercicios, así si lo hace mal el amo la puede castigar, como si estuviera en el colegio, ahora mismo empiezo con el primer ejercicio.

Ella empezó a acariciarse sus turgentes pechos, notaba como empezaba a excitarse, como sus pezones se ponían más erectos de lo que  estaban, como su respiración aumentaba de ritmovolvía a sentirse fuerte, dichosa, le gustaba complacer a su señor, sentirse perra, puta, a cada insulto del amo, su cuerpo respondía con un calambrazo de su cuerpo, le gustaba sentir esos calambrazos, le hacían sentirse viva, la espoliaban a ser mejor sumisa y persona, notaba que conforme avanzaba su relación con ese hombre que la dominaba, su autoestima crecía, aun no podía entender esa contradicción, pero sabía que su señor se lo explicaría a su debido momento, lentamente tomó uno de sus pezones con dos dedos y comenzó a tirar de ellos, sentía el dolor, hasta emitió un pequeño gemido de dolor, sabía que le dolía lo notaba, pero por debajo del dolor emanaba una sensación nueva para ella, ese dolor le era placentero, le agradaba, la llenaba, tal como el amo le ordenó, aplicómás presión sobre el pezón y la sensación de dolor aumentaba, pero ya se solapaba con la sensación de placer, ahora gemía de placer. Disfrutaba con la intensidad de dolor.

                - Mi amo, esta perra desea informarle que el placer que siente al  tirar  de sus pezones es superior al dolor que siente, también esta puta le agradece que la enseñe en el arte del masoquismo, a esta sierva de mierda le gusta sentir dolor, sabiendo que al amo le agrada.

                - Mi querida niña, no creas que me agrada mucho infringirte dolor, no diré que no me excita, pero tiene que ser un dolor controlable, pero este dolor es  parte de tu educación, es como si a una niña chica le enseñas las primeras letras, la coges de la mano y la guías con la tuya a escribirlas, pues eso es lo que estoy haciendo contigo, la única diferencia es que tú aprendes muy rápido y entonces tu educación es más acelerada, tu amo puede asegurar que de todas  las zorras que ha tenido como alumnas, tú eres la que más rápido asimila los conceptos, se nota que tu  coeficiente intelectual es alto y que tienes afán de aprender.

                Escuchar al amo como la alagaba le levantaba la moral, se sentía cómoda, feliz, era como una nueva manera de terapia, se daba cuenta que el trato que le daba el amo, la hacía feliz, que se encontraba más dispuesta a luchar por las cosas, a dar un paso más en su afán de independencia, ya tenía otro motivo para ser más autosuficiente, mientras sus pensamientos se concentraban en sus pezones, su mente divagaba con el momento del encuentro, tenía que ser romántico, sorpresivo, sensual, dios, cuanto deseaba estar en los brazos de su amo, creía que hacía tiempo que no deseaba tanto una cosa, si con solo oírlo hablar se sentía segura, lo que sería sentirlo a su lado, si su voz actuaba como un bálsamo para ella, que sería estar entre sus brazos. De repente pareció como si lo escuchara.

                - Zorra, Esclava, Joder Irene, te veo, pero no me contestas, ¿me escuchas?

Irene salió de su éxtasis y se dio cuenta que era su amo quien le hablaba pero a  través del sintetizador de voz, su cerebro le transmitió una orden. Contesta, estúpida.

                - Sí, sí, mi amo, es que sabe estaba pensando cómo sería nuestro primer encuentro y tan concentrada estaba que perdí la noción de la realidad, pero ya estoy con usted.

                - Escúchame esclava, entiendo que tengas sueños y desees verme, yo también lo deseo, pero no sabes que susto me acabas de dar, joder creí que te había dado algo, te vi caer sobre la cama y cerrar los ojos y no me contestabas, por favor no me des esos sustos que mi corazón no está para ellos, ahora por asustarme, te mereces un castigo, iba a dejarlo para dentro de unos días, pero  te mereces el castigo, ¿tienes la pinza de la ropa?

                - Sí, mi amo.

Irene estaba asustada, era su primer castigo, y no sabíacómoreaccionaría su cuerpo a él, tenía miedo de no estar a la altura de las expectativas del amo, tenía miedo de no soportarlo, tenía miedo de que fuera superior a su capacidad de sufrimiento, sabía  que mentalmente estaba preparada, que llevaba tiempo concentrándose en ese momento, su amo ya se lo advirtió,

                (-si un día tu amo cree que le desobedeces, te rebelas, o no le prestas atención, y esa acción no está dentro de lo acordado entre los dos, tu amo te castigará y dependiendo de la falta, así será el castigo.)

                Sabía que lo había asustado, que estaba nervioso lo notaba en su voz, lo notaba en su respiración, era agitada, rápida, su amo se debió de llevar un buen susto, interiormente sabía que se merecía el castigo, sabía que aunque al amo le hubiera agradado ese pensamiento, no era el momento o tendría que contárselo.

                - Bien, muéstramela.

Irene sujetó la pinza y se la mostró al amo.

                - No es lo que yo quería, pero valdrá.

Irene se puso más nerviosa, recordaba que el amo le dijo una pinza de la ropa, y ella cogió una pinza de la ropa.

                - Mi amo, permite hablar a esta puta.

                - Dime.

                - Esta su sierva recuerda que el amo le dijo una pinza de la ropa y esta es una pinza de la ropa, esta zorra no entiende porqué no le vale al amo.

                - Te lo explicaré, esta pinza es de metal, es muy dura, demasiada presión, lo mejor sería una pinza de madera o una de plástico, son más maleables y puedes prepararla para que sean más dolorosas o menos, agrandando el dispositivo de pinzamiento, pero tengo que castigarte y con esa pinza te aviso que te dolerá,  intentaré que podamos amortiguarlo lo máximo posible, es por ello que necesito que cojas un pañuelo o un trozo de tela, la funda de la almohada vale.

Ella sacó la funda de la almohada y se la mostró al amo.

                - ¿Esta, mi amo?

                - Sí, perfecto, ahora quiero que te cubras con la funda un pezón, el que creas que está más sensibilizado para soportar el dolor.

Ella cogió la tela de la funda y se cubrió su pezón derecho.

                - ¿Así, mi amo?

                - Sí, pero pon un poco más de tela sobre él.

Irene le dio un pequeño doblés y volvió a colocar el trozo de tela sobre su pezón, estaba asustada, pero también notaba que estaba excitada, era una forma de excitación nueva para ella, estaba mojada, sabía que iba a sentir dolor, un dolor que posiblemente sería insoportable, un dolor físico, pero a la vez estaba deseando  que el amo empezara a castigarla, que le ordenara que se aplicara la pinza sobre su pezón.

                - ¿Asíestá mejor, mi amo?

                - Perfecto, ahora quiero que te pellizques el pezón como te enseñé, pero por encima de la tela, pero esta vez utiliza mucha fuerza, necesito que realmente te duela, que te obligue a gritar.

Irene obedeció, con dos dedos de su mano izquierda agarró el pezón a través de la tela y apretó, al principio con miedo.

                - Aprieta fuerte, zorra, no seas mojigata, quiero que te duela, joder, te mereces el castigo y tengo que aplicártelo, así que obedece y as las cosas bien.

                - Sí, mi amo, esta puta le pide perdón por hacerlo mal.

Irene comenzó a aplicar más presión sobre el pezón, notaba como el dolor empezaba a invadir su cerebro, pero no paró, el amo le dio una orden tajante, se notaba que estaba enfadado, una vez le dijo que no le gustaba castigar, que prefería que las cosas fluyeran por sísolas, pero que si tenía que aplicar un castigo, no dudaría, el dolor comenzó a hacerse insoportable, pero seguía apretando, dios, como le dolía, pero no se detenía, tenía que demostrarse a sí misma que podía soportarlo y demostrárselo también a su amo, que los días de práctica, cuando le ordenaba que se tirara de los pezones, que se los castigara, iban en serio, que era una buena alumna.

Dios, el dolor era casi insoportable, en su cara se  dibujó una mueca de dolor.

                - Vamos zorra, un poco más, sé que crees que no puedes soportar más dolor, pero tu amo sabe que si hiciste bien los ejercicios que te ordenó y te aplicaste, cuando no te miraba, aun puedes aguantar un poco más.

A Irene se le caían unas lágrimas, pero se armó de valor y apretó un poco más, era un dolor insufrible, pero en un rinconcito se encendió algo, que la decía que faltaba poco que un poquito más y llegaría esa sensación que tanto le agradaba, era el placer tras el dolor, y efectivamente en cuanto apretó un poco más gritó, pero era un grito de triunfo, lo consiguió, apretó fuerte y zas,el dolor se convirtió en un pinchazo de placer, Joder, tuvo un orgasmo, sí, su primer orgasmo producido por el dolor, le seguían cayendo lágrimas por la cara, pero no le importaba, el dolor era terrible, pero no le importaba, si el amo en ese momento le ordenara que se lo apretara hasta rasgarse el pezón, no lo dudaría, apretaría hasta que le saliera sangre, dios, qué placer, dios qué dolor, Irene nunca creyó que eso fuera posible, sí leyó mucho sobre la sensación que le producía a las protagonistas de los relatos ese dolor, pero no se podía definir, ella se lo imaginó muchas veces, pero era imposible no había forma humana de imaginárselo, había que sentirlo y ella lo sentía, realmente le dolía, por una parte deseaba acabar, pero su mente le pedía más, dios que placer, sus pelos se erizaban, su respiración era agitada, sus fosas nasales se hinchaban como un balón, su cerebro le pedíamás oxígeno, su corazón bombeaba como nunca en su vida, joder,otro orgasmo y esta vez más fuerte, emitió un grito de dolor y a la vez de placer, si el amo le preguntara en ese momento que sentía, Irene creía que le sería imposible encontrar la palabra para describirlo, pero de repente pasó una palabra por su mente, sumisión, sí, eso era ser sumisa, obedecer ciegamente a tu amo, saber que todo lo que te hace es por tu bien, que cuando te castiga es por tu bien, que cuando te acaricia es por tu bien, que todas sus órdenes solo tienen un fin el placer de los dos, Irene comprendió en ese mismo instante que su vida era la sumisión, estaba hecha para servir ciegamente a su amo, a prestarle atención, a aprender cada día, pero sobre todo comprendió que el amo, la quería, la amaba, y eso le provocó un nuevo orgasmo y esta vez fue de una intensidad máxima.

                - Amo, ahora lo entiendo, comprendo lo que es la sumisión, lo que es entregarme en cuerpo y alma a ti, en obedecer ciegamente, en ser tu más fiel perra, en convertirme en tu puta y la puta de quien mi amo desee, mi amo, he tenido tres orgasmos, sé que puedo soportar más dolor y que ese dolor me proporcionará más placer del que nunca he tenido, ahora comprendo todo, estaba destinada a pertenecerle, sé que el amo no cree en eso, pero desde que leí su primer relato, supe que tenía que contactar con usted, que usted me cambiaría, que me enseñaría el camino de la sumisión, oh, mi amo, lo deseo, pero lo deseo físicamente, mentalmente, amo creo que me he enamorado de usted.

                - Mi zorrita, es posible, no lo pongo en duda, yo también te amo, pero tu señor ama a todas sus sumisas, es cierto que hace tiempo que te amo mucho más de lo que creía, pero es que eres tan buena, tan zorra, tan puta, te me ofreces sin esperar nada, sabes que tardaremos mucho tiempo en estar juntos , si algún día llegamos a estarlo, pero así estás cómoda, no piensas nada más que en este momento y en todos los momentos que hemos vivido, y los que viviremos a través de este medio, yo sabía que sería especial, que te entregarías totalmente, pero sinceramente no esperaba que fuera tan pronto, aprendes  rápido, pero lo más importante es que asimilas más rápido, tu cuerpo está hecho para soportar, para gozar a través de las caricias y del dolor, eres una entre un millón, ahora mi niña viene el castigo, coge la pinza y aplícala sobre el pezón, si ves que duele, métete en la boca un trozo de tela, te aseguro que te dolerá y mucho, gritarás muy fuerte.

A Irene le temblaba la mano, entre los nervios y el placer que acababa de tener, sus brazos no le respondían, pero había recibido una orden, se metió un buen trozo de tela en la boca lo mordió y acercó la pinza al pezón, la abrió y lentamente la dejó cerrarse sobre el pezón, conforme la pinza ejercía presión sobre el botón rosado, la invadía un dolor horrible, cuando la soltó del todo gritó de una forma bestial, creía que no lo soportaría, quería cogerla y quitársela, pero recibió una orden, ahora sí que lloraba de placer, pero un segundo después la sensación cambió, le seguía doliendo, pero su coño decía que era bueno, sintió un pinchazo de placer y se meó del orgasmo, durante 5 segundos permaneció la pinza sobre su pezón, ella mordía la tela, creía que la iba a romper, fue cuando escuchó al amo.

                - Ahora, mi zorrita, quítatela despacio, con calma, sé que estás deseando arrancártela, pero hazle caso a tu amo, quítatela despacio, muy despacio.

Irene agarró la pinza, deseaba tirar de ella, pero recibió una orden, muy lentamente empezó a hacer presión sobre la pinza, su pezón notaba la sensación de libertad, era agradable, con cada milímetro de pezón que liberaba del castigo, mayor placer sentía, iba lentamente, le gustaba esa nueva sensación, liberar su pezón le estaba proporcionando tanto placer como aprisionarlo, cuando terminó de liberarlo, soltó la tela de la boca y sonrió, se llevó un dedo al pezón, lo tocó y tuvo un nuevo orgasmo.

                Ahora, mi niña quiero que lo masajees lentamente, que la sangre vuelva a circular, que se relaje, aplica la palma de tu mano sobre el pezón, masajéalo con calma, no ejerzas presión, sol o acarícialo con la palma de tu mano, suavemente, deja que el pezón recupere su forma por sí mismo, despacio, sigue así durante un buen rato.

Mientras se masajeaba el pezón Irene notaba como lentamente, pero muy lentamente el dolor remitía, pero en lo que más pensaba era en lo sucedido, no entendía muy bien como fue capaz de soportar ese dolor tan intenso, lo de pellizcar o apretar con los dedos lo entendía, pues era ella quien se marcaba el ritmo, sí, a través de las órdenes de su amo, pero lo entendía, y que le gustara también lo llegaba a entender, pero lo que había ocurrido hace escasos segundos, le costaba entenderlo, se daba cuenta que el dolor era insoportable, que fue capaz de aguantarlo y llegaba a entenderlo, aunque con dificultad, ella, una mujer analítica, a la que le gustaba entender el porqué de las cosas, ahora no entendía su reacción al inmenso dolor que acababa de pasar, lo único que sabía era que se meó del placer, que tuvo unos orgasmos tan intensos, que la tenían cansada, que la sensación que tuvo, no la había tenido jamás en su vida, notaba como el pezón con el masaje de la palma volvía a su posición original.

                - Escúchame puta, durante unos días el pezón te dolerá, aplícale una pomada tópica, de las que usáis para la piel, y al lavarla masajéalo, será durante un par de días, pero cuando los masajees te gustará, sé qué estás pensando, como fui capaz de aguantar tanto dolor, como me pude correr de tal manera que me orinara, de que tuviera varios orgasmos seguidos, yo a eso no sé responderte, pero sí te diré que eres la mejor sumisa que he tenido nunca.

Al escuchar estas palabras del amo, Irene tuvo un nuevo orgasmo.

CONTINUARA