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IRENE, Una mujer peculiar

en Dominación

IRENE

Una chica distinta

                Hola, mi nombre es José, soy  una persona normal, estoy casado desde hace 30 años, soy padre de tres hijos de 32,30 y 27 años, todos independizados, mi vida sexual es plena y tengo una condición sexual  que poca gente tiene.

Soy amo.

Me gusta ser dominante en la relación, mi pareja es sumisa, por lo que nuestra relación es plena, ahora os contaré un encuentro que tuve hace poco, no sécómo describirlo, pero os aseguro que os excitará.

                Para entretenerme y para dar a conocer lo que es la verdadera sumisión, hace tiempo que escribo relatos en una página de internet creada con el objetivo de que personas como yo puedan publicar sus historias o sus vivencias, en mi caso ambas, esa página es todorelatos.com, en ella bajo el nombre de quiero, publico mis fantasías y mis vivencias.

                Todo empezó por un correo electrónico, estaba en el trabajo y mirando mi correo me llamó la atención uno en particular, lo remitía una persona con el nombre de Irene y algo más, no os diré el resto del nombre para mantener su intimidad, en ella me contaba  que le gustaban mis relatos, que habían creado un grupo para comentarlos, también me felicitaba por mi estilo de escritura, y por el desarrollo de los relatos, pero lo que más me llamó la atención era que padecía una pequeña discapacidad, tenía un problema serio de visión, que le dificultaba en cierta medida la lectura, pero esa discapacidad no le evitó completar sus estudios y terminar una buena carrera, me  comentaba que podía ver por su ojo izquierdo, que le encantaría mantener correspondencia conmigo y charlar de mis relatos, la verdad que me alaga  que a la gente le gusten mis relatos y que me lo hagan saber mediante correos electrónicos, en su correo también me contaba que vivía en un país de Sudamérica, que casualmente es el mismo donde nací yo, aunque resido en España desde los 12 años. Y mi vida la he desarrollado aquí.

                Decidí contestar a su correo indicándole que yo también nací en su país y que me marché muy chico, no volviendo por allí, pero que me gustaría volver algún día en plan turismo,  que claro que me estaría dispuesto a mantener charlas con ella por medicación de ese medio.

                Un día que estaba en casa escribiendo me llegó un nuevo correo de ella.

                - Hola soy Irene, no sé si te acordarás de mí, soy la chica ciega de ---------------  que te escribió dándote las gracias por tus relatos y que a consecuencia de ellos un grupo de personas como yo creamos unapágina para comentar tus relatos y otros por el estilo.

Lo leí con interés y decidí contestarle.

                - Hola, claro que me acuerdo de ti, me alegró mucho tu  correo, pues saber que mis relatos llegan a países tan lejanos me alaga, y más que a personas como tú le gusta su lectura, también me alaga que entre tú y otras personas crearais un grupo de lectura, pero lo que másme agrada es que con tu discapacidad tengas el suficiente valor para superar todas las trabas y terminaras tus estudios y te graduaras en la universidad, me encanta tu afán de superación, cuenta conmigo para lo que desees y sabes que tienes un amigo en la madre patria, como dicen aquí.

Le envié el correo y por la diferencia horaria, no obtuve respuesta al instante.

Al día siguiente lo  primero que hice fue abrir mi correo, y al encender el ordenador ya me sonó el aviso de que tenía correos pendientes de leer, fui saltándomelos hasta encontrar el de Irene, en él me contaba que estudió en la Universidad -----------, que sabe idiomas, dominando el inglés, el italiano y  francés, leyendo sus mensajes me fascinó su espíritu de superación, su sacrificio para llegar a conseguir sus objetivos, su decisión, pero lo que más me llamó la atención era que estaba dispuesta a experimentar, esa faceta me encantaba, si existe algo que me excite de sobremanera, es una persona con ganas de tener nuevas experiencias, de probar cosas nuevas, e Irene era una de esas personas, me comentaba lo difícil que era la vida en su país, lo complicado  que era llegar a fin de mes, vamos un caos, como en la mayoría de países de Sudamérica.

Le contesté, le conté mi situación familiar, algunos detalles de mi vida, situación laboral, familiar, etc.

Con el paso del tiempo y los correos, un día me decidí a preguntarle su orientación en el aspecto de la sumisión, mi pregunta era directa, ¿Se consideraba ama o sumisa?, su respuesta me gustó, se sentía suich, que viene a ser así como una persona que se siente ama y sumisa, pero lo que predominaba en ella era la sumisión, luego estuvimos hablando de la vida en ambos países, pero por mi cabeza pasaban imágenes sugerente de Irene siendo sumisa conmigo y ama con algún amigo o amiga, eso me parecía indiferente, continuamos charlando durante un buen rato, de temas varios, ella una devoradora de libros, le encantaba la música de mi época, sus cantantes favoritos son artistas que tuvieron éxito en mi época joven y que hoy en día aun  tienen nombre, hablamos de más cosas. Y terminamos quedando para otro día, yo mientras tanto seguía escribiendo y publicando, la verdad es que me encontraba en una época en que los relatos fluían en mi cabeza continuamente, a veces trabajaba en varios relatos a la vez y con el aliciente de mi lectora incondicional, ponía más empeño en que resultaran más amenos y excitantes, un día escribiendo uno de mis relatos, me di cuenta de que podía convertir a Irene en mi cybersumisa, me prometí que la próxima vez que conversáramos se lo propondría, a mí me gusta ser directo, me gusta decir las cosas tal como las pienso, sé que a veces esa forma de actuar me  ha creado algún problema, pero es mi forma de ser y a mis años no voy a cambiarla.

Un par  de días después volví a tener correo de Irene, en ella me comentaba que tenía una página de Facebook, me dio los datos para entrar, continuamos hablando, ella me habló someramente de su familia, yo le hablé de la mía, y también me habló de un par de páginas en la que estaba interesado que viera, pero viendo su página de Facebook me di cuenta de su curiosidad por las cosas, su solidaridad, sus ganas de aprender y sobre todo sus ganas de enseñar, me encantaban sus conocimientos, sobre todo cuando explicaba palabras de poco uso o usadas con otros fines, en fin que me encantó su página, también miré unas pocas fotografías e Irene era guapa, tenía una belleza singular, era preciosa de cuerpo, tenía una cara expresiva, un cuerpo bien contorneado, vestía de forma sencilla pero elegante, en fin que me agradó lo que vi, y conforme hablaba con ella y miraba su cuerpo más ganas tenía de que fuera mi sumisa, durante unos días más seguimos charlando, y conociéndonos un poco más, por ella me enteré que antes vivía en otra ciudad, pero por temas de estudios se mudó a esta nueva con sus padres, que estaba contenta con el cambio, y que no era muy feliz, pues debido a su discapacidad le costaba encontrar empleo en su país, yo me ofrecí a si podía ayudarla en lo que fuera, a gestionarle papeles en España, o cualquier otro tipo de cosas, creo que a ella le agradó mi disposición a ayudarla, continuamos charlando y conforme hablábamos más convencido que era ideal para que fuera educada en la sumisión, quería tenerla a mis pies, me excitaba la idea, de poseerla en la distancia a través de mi voz y mis mensajes, mi imaginación trabajaba en ser lo más suave posible al principio para ir aumentando la dominación lentamente a su ritmo, quería que fuera una sumisa completa, que supiera el placer que proporciona sentirse dominada por un buen amo, que te enseña a obedecer,  a anticiparse a los deseos  de su amo.

Con estos pensamientos, me masturbé por primera vez pensando en ella, si la masturbación es una fuente de placer, en donde dejas volar tu imaginación y descubres nuevas facetas de tu cuerpo.

Durante unos días pensaba en mis intenciones con respecto a ella, buscaba la oportunidad.

Cierto día cuando estábamos charlando.

                - Irene ¿me permites una pregunta?

                - Dime,José.

                - ¿Hasta dónde serías capaz de llegar en nuestra relación?

                - No te entiendo.

                - Verás, me comentaste que tenías alma de ama y sumisa, pero lo que más te excitaba, era ser sumisa, pero que siempre lo habías vivido a través de la literatura.

                - Si, de momento mi fuente de conocimiento es la lectura.

                - Bien, ¿No te apetece ir un paso más adelante?

                - ¿Quieres decir ser sumisa de verdad?

                - Exacto, eso es lo que te planteo, que seas mi cybersumisa, te prometo que jamás haremos algo que no te agrade, pero lo que te pido es que seas un poco abierta de mente, que antes de contestar negativamente, lo pienses un poco y que escuches mis razonamientos para esa prueba, sé que te será difícil al principio, pero creo que eres más sumisa que ama, y me gustaría educarte.

                - La verdad que me gustaría tener un amo de verdad,aunque sea en la distancia, y tú eres un hombre con experiencia y sabrás tratarme, una cosa, soy virgen, y hay ciertas cosas a las que no estoy dispuesta a someterme, castigos con sangre, no penetraciones con dildos.

                - Verás, soy amo, no un sádico, me gusta la sumisión que es cuando una persona se entrega a otra para  que ambas obtengan placer, el sadismo es cuando una persona obtiene placer haciéndole daño a otra y eso a mí no me gusta, eso no quiere decir que no existan castigos corporales, pero contigo iremos poco a poco, desde lo básico serían los pellizcos, hasta lo máximo que serían los azotes, en principio creo que con eso sería suficiente, si aceptas, te aseguro que gozarás como nunca antes en tu vida, preservarás tu virginidad hasta cuando tú lo desees y tendrás grandes orgasmos, pero antes tendrás que contestarme con sinceridad y espontáneamente a una  serie de preguntas, cuando tú quieras comenzamos.

                - Si es tal como tú dices que no sufriré daño físico y que el dolor que pueda pasar será el que yo soporte, estoy dispuesta a contestar a tus preguntas y ser tu cybersumisa.

                - ¿Estás dispuesta a obedecerme?

                - Sí.

                - Ves, ya estás cometiendo la primera falta, a partir de ahora, cuando te dirijas a mí, tienes que terminar tus frases en “Sí, mi Amo” o “Sí, mi Señor”, ¿lo entiendes?

                - Sí.

                - Otra vez, termina bien la frase o dejamos aquí mismo el tema, un amo es condescendiente hasta cierto momento y solo permito dos o tres fallos antes de aplicar un castigo, ahora te pregunto de nuevo ¿Lo entiendes?

                - Sí, mi Amo.

                Bien, eso está mejor.

                -¿Estás dispuesta a aceptar los castigos que tu amo te infrinja por tus desobediencias?

                - Sí, mi Amo.

                -¿Estás dispuesta a entregar tu cuerpo y tu alma a tu amo?

                -Sí, mi Señor.

                - ¿Entiendes que a partir de ahora, cualquier cosa que quieras hacer tendrás que consultarla conmigo antes?

                - Sí, mi Amo.

                - ¿Asumes que tu amo, marcará tu estilo de vida, desde tus peinados, hasta el tipo de ropa que debes vestir?

                - Mi amo, ¿me permites  una pregunta antes de contestar a esta pregunta?

                - Dime esclava.

                - ¿El amo sabe que vivo con mis padres y que no saben nada de lo nuestro?

                - Sí, el Amo sabe perfectamente de tu situación, pero también deduce que sobre tu estilo de vida y la ropa que llevas tendrás cierta libertad, jamás el amo te obligará a llevar en público prendas que tú no desees, otra cosa es en la intimidad, cuando estemos los dos solos, ahívestirás como yo lo desee, ¿lo comprendes y lo aceptas?

                - Amo, si es en esas condiciones, acepto.

                - ¿Comprendes que jamás podrás discutir una orden de tu amo, salvo que vaya en contra de lo que acordemos como máximo en nuestra relación?

                - Sí, mi Amo.

                - ¿comprendes que tu amo te cuidará, y te obligará a cuidarte, para que siempre estés guapa y sexy para él?

                - Sí, mi Amo, lo comprendo y lo acepto.

                - Ahora establezcamos los límites de palabras soeces que admitas, ves que tu amo está siendo generoso contigo, pues te va a permitir censurar cierto tipo de palabras que te desagraden, pero el amo tiene un límite, el amo tiene palabras que bajo ningún concepto dejará de usar, si alguna palabra de las que usara tu amo, crees que son ofensivas en su contexto, terminamos nuestra relación amo-sumisa en este mismo instante y seguimos manteniendo nuestra amistad. ¿Lo entiendes?

                - Mi Amo, ¿me permite otra pregunta antes de contestar?

                - Dime esclava.

                -¿El amo, me mentará la madre o al padre?

                - No, tu amo respetará a tus padres por respeto a ti.

                - El resto de palabras tales como “zorra”, “puta”, “esclava” u otras que se me ocurran ¿las aceptas?

                - Sí, mi Amo.

                - Bien, estas son las preguntas básicas, conforme avancemos en tu educación, añadiremos más reglas, ¿Estás de acuerdo, esclava?

                - Sí, mi Amo, esta sumisa esclava desea comenzar su educación como sumisa lo antes posible, pues si el amo me lo permite, estoy mojadísima, solo con las preguntas de mi Amo.

                - Tu Amo y Señor lo entiende, pues ya se lo imaginaba, sé que tienes alma de sumisa y eso es lo que voy a usar para educarte y que seas una de mis mejores sumisas, te apetece que empecemos ahora mismo, o deseas tomarte un día para ir adaptándote a tu nueva situación.

                - No, mi Amo, si el Amo lo desea podemos probar con unas órdenes sencillas para que tu sumisa se haga una idea de lo que le espera.

                - Pues comencemos, ¿Estás sola?

                - Sí, mi Amo, mis papás están en otra habitación de la casa, pero está bastante alejada de mi.

                - Descríbeme la ropa que llevas puesta.

                - Mi Amo, tu esclava lleva una blusa blanca, unos jeans y ropa interior de color blanco.

                - Bien, ahora tu Amo quiere que te desaflojes los botones de la blusa y que te acaricies los pechos por encima del sostén.

Durante un breve espacio de tiempo Irene no escribió nada, estaba cumpliendo las órdenes de su amo, jamás tuvo uno y se sentía excitada, contestar afirmativamente a todas aquellas preguntas la fue calentando de tal manera que lo único que deseaba era poder tocarse, pero sabía que hasta que su amo se lo permitiera no debía hacerlo, pues podía engañarlo y masturbarse en ese mismo instante, pero quería ser  coherente, y ser una buena sumisa, notaba que reaccionar de esa manera le hacía bien, jamás llegó a sentir lo que sentía en ese momento, terminó de desabrocharse la blusa y lentamente empezó a acariciarse con una mano los pechos a través del sostén tal como le ordenaba su amo, la sensación era agradable, diría que hasta excitante, notaba como sus pezones ya de por sí erectos, se ponían más duros al contacto con sus dedos.

                - Amo. Ya me estoy acariciando por encima del sostén.

                - Cuéntale a tu amo, que es lo que sientes.

                - Mi Amo, esta esclava, siente placer, le agrada tocarse siguiendo sus estrictas órdenes, mis pezones están duros y me duelen, pero el dolor es agradable, mi sexo está mojadísimo, creo que nunca estuve tan excitada en mi vida.

                Eso agrada a tu amo, ahora quiero que busques por debajo del sostén tu pezón lo empieces a acariciar lentamente, con suavidad bordéalo, acarícialo abarcando también la aureola, despacio, rota alrededor de él como si fuera una noria, siente el placer de las caricias lentas, observa como tu cerebro te envía mensajes de placer, notas como los pelos de tu cuerpo se erizan, eso es porque estás cumpliendo una orden y te produce placer.

                - Mi Amo, esta tu esclava desea tener un orgasmo.

                - No, esclava, de momento tienes terminantemente prohibido llegar al orgasmo, ese es un placer que hay que ganárselo y de momento no te lo mereces, solo estamos empezando, sé que estás muy excitada, pero si me obedeces te aseguro que tendrás un bonito orgasmo, ahora quiero que te quites la blusa y el sostén, deja libre esos pechos erectos, duros y continúa acariciándolos, quiero que sigas sintiendo esa sensación tan nueva para ti, porque estoy convencido de que nunca llegaste a tocarte tan sensualmente, seguro que comenzabas acariciándote lentamente pero pasabas rápidamente a tu sexo, y descuidabas tus pechos y esos pezones, estate tranquila, disfruta, te dejaré un rato que disfrutes por ti misma de tus caricias.

                - Gracias Amo, la verdad es que esto es nuevo para mí, pero me resulta agradable, me siento bien, sabiendo que tú estás al otro lado.

Irene se despojó de la blusa y de la prenda que oprimía sus pechos duros, con los dedos índice y pulgar de su mano comenzó a acariciar su pecho, lentamente, empezando por la parte más alejada de su pezón y como si fuera una caracola, realizando un recorrido en sentido contrario a las agujas del reloj, deseaba llegar a sus pezones lo antes posible, pero seguía las instrucciones de su amo y le agradaba, la sensación era de calidez, sentir como sus dedos recorrían todo su pecho era una sensación nueva, estaba tan excitada que se olvidó por un instante de su amo y comenzó a pensar que lo tenía delante, que eran sus dedos los  que recorrían su  pecho, esto la excitó aún más, estaba deseando correrse, pero comprendió que su amo tenía razón, cuando le permitiera correrse sería bestial, siguió pensando en su amo, en como llegó a esa nueva faceta de su vida y volvió a pensar en lo que haría su amo si estuviera delante y quiso saberlo.

                - Mi amo, desearía hacerle una pregunta.

                - Dime zorra, creo que es el momento de pasar a otro nivel en nuestra relación de amo-sumisa, te recuerdo que cuando tú lo desees paramos.

                - No, mi Amo está bien, comienzo a entender que esas palabras forman parte de mi aprendizaje y me excitan, la pregunta es si lo queme estás ordenando sería lo que me harías si estuvieras delante mía.

                - Desde luego, te acariciaría como te lo estoy ordenando, pero también te susurraría al oído palabras y frases que te excitaran aun más.

                - Mi Amo, me gustaría que me dijera esas frases mientras me toco, no se corte en las palabras excepto los de mis padres, por lo demás creo que estoy preparada.

                - Bien, pasemos a otro nivel, ahora quiero que te pellizques el pezón, pero muy suavemente como si fuera una caricia, aprieta lentamente mi putita, siente como mis dedos abarcan ese botoncito y lo aprietan con delicadeza, siente como cada vez se cierran un poco más como tu pezón intenta escapar de la presión y no puede, notas como sientes un ligero dolor guarrita mía, ese dolor no es nada comparado con el placer que sentirás cuando acabe de acariciarte tus pechos, mi niña, mi esclava, mi bella sumisa, comprendes ahora lo que sentirás si sigues mis órdenes sin pensarlo, déjate ir, disfruta de mis palabras, cierra los ojos y escúchalas, pues me comentaste que tienes como una especie de lector, escucha pues mi voz aplícale una cierta gravedad en mi tono y relájate.

                - Mi Amo, no aguanto más, creo que voy a estallar en un orgasmo como nunca en mi vida, se lo ruego, permítame correrme, no me gustaría decepcionarlo, pero no aguanto más.

                - Bien, esclava,córrete, tu amo te lo permite, pero solo porque es la primera vez, deja escapar  tu placer, siente como tu amo te ha proporcionado tal placer que te has corrido sin llegar a tocarte el sexo, imagínate más adelante, cuando lleguemos a tu clítoris y ahora ten ese orgasmo, déjate ir, luego quiero que lo plasmes con palabras.

Irene no aguantómás, se dejó ir,cerró los ojos y apretó el pezón con más fuerza,sintió un dolor agradable y se corrió como nunca, notaba como mojaba los jeans, como su braga se empapaba de sus jugos, abrió la boca y dejó escapar un gritito de placer, sabía que no podía gritar muy fuerte pues aunque alejados, sus padres podrían escucharla y asustarse, se llevó la otra mano a la boca y se la tapó, necesitaba gritar, necesitaba dejar escapar cada suspiro, cada calambrazo de placer, sentía que el dolor en los pezones no era producto de la presión de sus dedos, sino por el inmenso placer que la embargaba. Se relajó, ahogó el último grito de placer y se levantó. Se dirigió a la cama y se dejó caer, jamás en su vida se imaginó que tendría un orgasmo así, lentamente se fue recuperando, se levantó de la cama y volvió a ponerse delante del ordenador.

                - Mi Amo. ¿Sigues ahí?

                - Sí, mi zorrita guapa, tu amo sigue aquí, pero tu amo comprende que estabas gozando de este momento tan especial para ti, seguro que te has tenido que tapar la boca para reprimir tus gritos de placer, que has empapado tus braguitas y tus jeans,  que el dolor de tus pezones se convirtieron en un placer indescriptible, que has tenido que tumbarte en algún sitio, seguramente en la cama y que estás toda sudada.

                - Mi Amo, parece como si estuvieras aquí, eso es exactamente lo que ha pasado, dios, qué orgasmo, y sin tocarme el sexo, solo con tus palabras y las caricias, Amo, soy tuya, estoy dispuesta a servirte ciegamente, no quiero pensar cuando me hables así, solo deseo gozar, sentirme tuya, ser poseída por tu voz, rodeada por tus versos libres, sentir tus palabras en mis oídos, mi Amo, mi Señor a ti, me entrego desde este mismo instante.

                Bien, Irene, esta ha sido tu primera experiencia, pero no será la última, ahora te  dejaré descansar y te ordeno que pienses en lo que hemos hecho y si deseas realmente continuar, te dejo con tus pensamientos, pero  con una orden, quiero que el próximo día que conectemos tengas ropa interior más sexy, un tanguita estaría bien y sin sostén, ahora descansa,  que aunque no lo creas estás agotada, son muchas sensaciones nuevas para el primer día.

                - Gracias Amo, la verdad es que estoy un poco cansada, además dentro de un rato vendrán a avisarme para cenar, y tengo que arreglarme un poco y cambiarme de ropa, pensaré en ti hasta la próxima vez que nos escuchemos, adiós mi amo.

Irene apagó el ordenador, se levantó, cogió la blusa y el sujetador, los depositó sobre la cama, se quitó el jeans y las bragas y por primera vez en su vida se las llevó a la nariz, las olió y le gustó el olor, bajó su mano a su sexo, mojó un dedo y se lo llevó a la boca, le gustaba el sabor de su sexo, aunque era la primera vez que lo probaba, se sentía nueva, abrió el armario, cogió ropa nueva, se vistió y antes de que la avisaran para cenar se tumbó en la cama, cerró de nuevo los ojos y repasó mentalmente todos los acontecimientos de los últimos días, llegó a la conclusión de que su nueva situación le agradaba, le gustaba sentirse dominada, ser la sumisa de un hombre maduro, con experiencia, seductor en su forma de escribir, solo deseaba que llegara el próximo día para demostrarle lo obediente que era, estaba pensando que ropa se pondría para la próxima cita, sabía que tendría que ir de  compras, pues aunque tenía tanguitas, quería estrenar ropa nueva delante de su amo.

                Escuchó unos golpes en la puerta de su cuarto y abrió los ojos.               

                CONTINUARÁ