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EL AMO, Elisa, la decision del amo

en Dominación

ELISA

2ª parte

La decisión del amo

 

                Ella se despertó con ganas de vomitar, le dolía todo el cuerpo, pero donde lo que más le dolía era su amor propio, se notaba hundida, sabía que la había cagado, que su comportamiento de la otra noche en la mansión no era el correcto, era por ese comportamiento por lo que se encontraba postrada en aquella cama, era por ese comportamiento por lo que le dolían los pechos, no sabía qué hacer, sabía que el amo se enfadó mucho con ellas, su manera de actuar en la mansión le sacó de sus casillas, el daño que se hicieron entre ellas le desagradó, le obligó a que las llevaran a la clínica para someterlas a tratamiento, para curarles las heridas, se volvió a dormir con esos pensamientos.

                No sabía exactamente cuántas horas transcurrieron desde la última vez, pero le parecieron muchas, seguía teniendo náuseas, le seguía doliendo el cuerpo, pero notaba una presencia, con la vista nublosa, percibió un cuerpo masculino a su lado, era uno de los hombres que la atendieron en la mansión, no sabía si era médico, pero sí que examinaba sus pechos, que los palpaba, notaba cierta sensación de dolor, pero también le gustaba sentirse tocada, de repente notó su voz, en su cerebro rebotaban las palabras y le costaba descifrarlas.

                - Hola, veo que todo cicatriza perfectamente, que no te quedaráninguna marca, esa era mi preocupación, la verdad os hicísteis mucho daño, pero llegamos a tiempo  y el trabajo de cirugía fue excelente, da gracias a que contamos con el mejor material y las mejores instalaciones, sino ahora tendría una fea cicatriz en esos hermosos pechos.

Elisa no terminaba de entender las palabras que escuchaba, cicatriz, pechos, de repente se dio cuentay recordó: el comportamiento de la otra noche en la mansión, se ruborizó y comenzó a llorar, recordaba las palabras del amo, el enfado de este, cómo las despidió, en ese momento deseaba no haberse despertado, sabía que su amo se había enfadado con ellas, y no sabíacuálsería su castigo, pero seguro que sería duro, pues a su amo le molestaba mucho que sus esclavas se inflingieran castigos demasiado dolorosos o que dejaran marcas, y ellas se marcaron y bien, notaba como las lágrimas llegaban a su boca y el sabor salado de  estas, no sabíadónde estaban María y Lucía, pero se imaginaba que al igual que ella se encontraría en la clínica, se dejó llevar por las palabras de la persona que la atendía en aquel momento.

                - Bien, esto va bien, creo que a la tarde la podremos marcar y anillar, tal como lo ordenó el jefe.

Elisa escuchó esta última frase y reaccionó.

                - ¿Marcar?, ¿anillar?, ¿qué me vais a hacer?, ¿dónde me vais a marcar?, y ¿dónde me anillareis?

                - Cállatey da gracias que tu amo solo nos ordene marcaros y anillaros, pues casi os repudia, ¿sabes lo que eso significaría?, que jamás lo volveríais a ver, que os mandaría fuera de la ciudad, seguramente a la isla, se olvidaría de vosotras y viviríais sin saber de él, solo hasta que supo que no os quedarían marcas, que no tendríais cicatrices, se decidió por marcaros y anillaros, y eso para vosotras dos debe ser un honor, os marcaremos al igual que a Lucía y os anillaremos los labios vaginales en señal de pertenencia a vuestro amo.

Elisa empezaba a comprender, se daba cuenta de que el ser marcada y anillada era una pequeña muestras de la paciencia de su amo, sabía  que para ella sería un regalo, ser de las primeras en ser marcada, tener sobre su cuerpo la señal de pertenencia a su señor, era lo máximo a lo que podía aspirar, agradecía esa distinción, se sentía satisfecha, se volvió a quedar dormida con esos pensamientos.

                - Despierta Elisa,, despierta mujer.

Elisa escuchaba estas palabras en su interior, notaba como rebotaban en su cerebro, como llegaban a sus neuronas y la obligaban a abrir los ojos, miraba entre tinieblas un cuerpo femenino, conforme sus ojos se adaptaban a la luz, se dibujaba una figura estilizada, un cuerpo hermoso, embutido en una bata de enfermera, de color tostado, le gustaba la forma de ese cuerpo.

                - Hola Elisa, soy Eva, tu enfermera, la que ha estado cuidando de ti, estás mucho mejor, dentro de un rato llegarán Julio y Daniel para marcarte y anillarte, ambos decidieron haceros las dos cosas a la vez para que la recuperación sea más rápida, yo velaré por ti, pero debías saber que a vuestro amo no le gustó nada lo que habéis hecho, está muy decepcionado con las tres, ¿cómo se os ocurre dañaros de esa manera?, con el hermoso  cuerpo que tenéis, en fin menos mal que lo atajamos a tiempo, ahora te voy a desinfectar la zona del cuerpo donde vuestro amo desea la marca y también los labios vaginales para anillarte, María tu amiga ya está marcada y anillada, ahora está descansando, Lucía ya estaba marcada y anillada, lo único que tiene ahora es que recuperarse anímicamente, pues de las tres es la que peor lo está pasando, debe ser que como es de las primeras esclavas de tu amo, es la que más sufre por la falta de este, con ella está Mabel, la más tranquila de las tres que somos, la que más se adapta al problema de autoestima que tiene ahora la pobre, pero todas creemos que se recuperará, ella es fuerte y seguro que cuando vuestro amo os levante el castigo mejorará, de momento solo puede recibir cuidados y amor, notarás como un pinchacito, es el calmante muscular, Elisa sintió un ligero pinchazo, notaba como esa parte de su cuerpo se relajaba, se dejó llevar, aceptaba el regalo de su amo, deseaba agradarle, ser de nuevo suya, entregarse a él, ser de nuevo su puta, se relajó, dejó que el calmante hiciera su trabajo, de repente la puerta se abrió eran Daniel y Julio, traían todo lo necesario para anillarla y marcarla para el amo.

                - Buenas tardes Elisa, dijo Julio, ¿estás preparada para ser marcada y anillada?, tal como lo desea tu amo.

                - Sí, esta sumisa está lista para ello.

                - Bien, Eva por favor prepara todo para marcarla.

                - De acuerdo, ya tiene la zona anestesiada, hace como diez minutos, con respecto al anillado, iba a anestesiarla ahora mismo, pues ya está rasurada la zona.

Eva se acercó a Elisa, descubrió su pubis, agarró con sus dedos sus labios vaginales y le inyectó el calmante.

                - Listo, ya tiene todas sus zonas anestesiadas, ya pueden proceder a marcarla y anillarla.

Ambos hombres se acercaron al cuerpo de Elisa, Daniel se posicionó sobre sus labios vaginales, comenzó a agujerearlos e introducirle los anillos que el amo había elegido para ella, en uno llevaba el anagrama del conglomerado y en el otro la frase, “propiedad del amo”, mientras Julio le aplicaba sobre la zona la marca del logo con el nombre de la esclava y el lema: “Soy la puta del amo”.

Realizaron su trabajo con profesionalidad y cuando terminaron se retiraron de la habitación dejando a Elisa en compañía de Eva, pues esta se encargaría de cuidarla durante las primeras horas para que tanto la marca como el anillado seanperfectos, Eva se sentó al lado de la cama, agarró la mano de Elisa y la empezó a acariciar.

                - ¿Ves?, a pesar de portarte tan mal tu amo aun te hace el honor de marcarte con su señal y anillarte el coño para que sepas en todo momento a quien perteneces, agradécele a tu amo que sea tan generoso contigo, que si por mí fuera, ya estarías en la isla repudiada, no acabo de entenderte, tienes al mejor amo y las tres lo enfadáis por una tontería, la verdad que tienes que darle las gracias a Daniel y Julio, pues ellos intercedieron por vosotras, asegurándole a vuestro amo que no quedarían marcas sobre vuestros cuerpos y que seríais castigadas por nosotras, en cuanto estuviérais totalmente recuperadas y marcadas, o sea que iros preparando, pues en cuanto estéis recuperadasseréis nuestras, y tú, perra de mierda,serásmía, pues vuestro amo ha decidido que sea yo la que te castigue.

                - Estoy dispuesta a aceptar el castigo que me inflinjas, pues sé que me lo merezco, he sido una tonta, una sucia perra que casi destrozo mi cuerpo por una estupidez, por favor no tengas compasión de mí, me lo merezco, soy tuya si mi amo así lo ordena.

Eva se quedó mirando a esa puta que casi arruina su vida por una estupidez, sabía que ella no haría lo mismo, amaba al amo en secreto, le encantaría ser de su propiedad, pertenecerle, que usara su cuerpo como quisiera, que la azotara, le gustaría estar en el sitio de Elisa, ser anillada, tener la marca del amo, eso la haría muy feliz, no solo ella desearía ser propiedad del amo, también Mabel y Noa estaban deseando ser sometidas por el amo, pero ellas solo le podían llamar jefe, no tenían el honor de poder dirigirse a él con la palabra amo, y no comprendía cómo aquella zorra que tenía acostada a su lado podía ser perdonada por la locura que habían hecho, pero sabía que la mente del jefe trabajaba a otro nivel, mientras ellas y ellos pensaban de una manera , el jefe ya tenía planificado todo lo que tenía que suceder y como tenía que suceder.

                - Ahora perra, descansa, duerme durante una hora, pues después serásmía y de cualquiera de los que trabajamos aquí en la clínica, pero tú eres mía hoy, te castigaré como lo sucia perra que eres, no te mereces a tu amo, yo me entregaría totalmente a él, no tendría que arrepentirse de poseerme en todos los aspectos, sería una gran sumisa, una buena esclava, no como vosotras, que enfadáis a vuestro señor.

Elisa escuchaba las palabras en su cerebro y comprendía que jamás se lo perdonaría, a pesar de que su amo le perdonara, su mente le decía que había obrado mal, que no debería cometer tal estupidez y con ese pensamiento se quedó dormida de nuevo.

Cuando se despertó notaba como una mano tocaba sus labios vaginales, pero eran unas caricias terapéuticas, como si alguien deseara examinarla, Elisa terminó de abrir sus ojos y observó a Eva que examinaba su coño con ojos de profesional.

                - Veo que te has despertado de nuevo, esto tiene una pinta magnífica, se está curando perfectamente, dentro de una hora estará lista y pasarás a ser mía, mientras tanto te voy a relajar un poco, pues estás algo tensa.

Eva le abrió las piernas al máximo, acercó su boca al coño de Elisa y comenzó a lamerle los labios vaginales con delicadeza, Elisa empezó a excitarse, hacía tiempo que nadie la tocaba y estaba muy excitada, se tensó, sus labios se abrieron con una mueca de placer.

                - Oh Eva, por favor no pares, no sabes bien lo que extrañaba sentir placer.

Eva en cuanto escuchó estas palabras se separó de su coño y le abofeteó.

                - ¿Quién te ha dado permiso para hablar y más para pedir?, ¿no te das cuenta que por orden de tu amo nos perteneces?, todos los que  estamos en esta clínica podemos usaros como deseemos, tenemos autorización de vuestro amo, y ahora puedes hablar.

                - Lo siento mi ama, esta su puta le pide perdón y desea complacerla en lo que desee, considéreme suya,seré servil y dispuesta, por favor pídame lo que desee que yo lo haré con placer.

                - Bien zorra, esto está mejor, ahora vamos a probar los anillos de tu coño, te voy a colocar un pequeño peso en las anillas, te levantarás, te pondrás a cuatro patas y me seguirás por la clínica durante lo que  resta del día de hoy y no te preocupes, ya lo he consultado con Daniel y considera que ya estás preparada para ser  castigada.

Mientras Eva hablaba Elisa se imaginaba soportando esos pesos con sus labios vaginales y  comenzó a mojarse, le atraía la idea de ser sometida de nuevo, sabía que su mente necesitaba ser castigada, ser sometida, ser puta, deseaba convertirse en la perrita de Eva, obedecerla en todo.

                - Mi señora, esta su sumisa está dispuesta para usted.

                - Bien, ahora levántate, quítate el camisón y abre bien las piernas.

Elisa se levantó, al principio se sintió un poco mareada, pero transcurridos unos segundos se sintió segura, se quitó el camisón, se abrió de piernas y esperó, por su parte, Eva sacó de una bolsa unas bolas de plomo en cada una de ellas ponía el peso, Eva cogió dos bolas de 250 gramos y mediante la argolla que tenían cada una de las bolas la sujetó en cada una de las anillas que Elisa tenía en sus labios vaginales, al principio Elisa emitió unos gemidos de dolor, pero en breves segundos estos se transformaron en gemidos de placer, una vez que Eva quedó satisfecha se separó un poco de Eva y la observó.

                - Bien, creo que estás perfecta, las bolas se adaptan a las anillas perfectamente, tus labios se están estirando correctamente, ahora ponte a cuatro patas, mientras te coloco el collar.

Elisa se puso a cuatro patas y alzó su cuello para que Eva pudiese colocarle el collar, este era nuevo ytenía una inscripción en una placa que pone:“Elisa”, “Propiedad del Conglomerado”, Eva se lo puso al cuello, la sujetó con una correa y tirando de ella salieron de la habitación, caminaban por el pasillo y Elisa a cada paso sentía una pulsación de placer por el movimiento de las bolas bailando sujetas a sus labios vaginales, deseaba correrse, pero sabía que no podría si no se lo permitía su actual ama, pero no se atrevía a solicitarle permiso, el placer era intenso, con cada paso entre el bamboleo y la fuerza de la gravedad Elisa se mojaba cada vez más, Eva se dio cuenta de lo que  deseaba Elisa.

                - Perra, te quieres correr, pero de momento tendrás que reprimirte, es muy pronto para que te  corras y además tenemos que ir junto a mis compañeras para sacaros a pasear.

Elisa no comprendía lo que Eva quería decir con pasear, pero su mente se concentraba en contener las ganas locas que tenía de correrse, de sentir un gran orgasmo, llevaba varios días sin sentir tanto placer, de repente entraron en una habitación donde se encontraba otra enfermera.

                - Hola Noa, ¿tienes ya preparada a tu perrita?

                - Espera Eva, me falta colocarle la correa.

Elisa permanecía con la cabeza agachada, esperando nuevas órdenes de su ama, por lo que solo escuchaba a las dos mujeres conversar.

                - La verdad que tiene muy buen gusto el jefe, estos collares son divinos, la pena es que los use con estas putas desagradecidas, pero su amo es muy generoso  con ellas, en la de esta zorra la placa pone “María” “Propiedad del Conglomerado”.

                - Lo mismo en la de esta perra, lo único  que varía es el nombre y el modelo, pero igualmente es precioso, bien vamos por la otra perra y saquémoslas a pasear, ya sabes que tanto Daniel como Julio han dicho que les conviene tomar el aire.

Elisa notó como un cosquilleo en su cuerpo cuando vio a su lado a María, estaba al igual que ella totalmente desnuda y con los pesos en sus labios vaginales, llevaba un collar al cuello sujeto por una correa que manejaba Noa.

                - Vamos perras, dijo Noa, que tenemos que recoger a la última perrita y sacaros a pasear, caminad delante de vuestras amas como buenas perritas que sois, pero no se os ocurra tirar.

Ambas comenzaron a caminar a cuatro patas como buenas perritas, iban una al lado de la otra, acompasando sus pasos, parecían dos militares desfilando, llevaban sincronizado los pasos, a las dos enfermeras esta situación les hizo gracia, caminaban por el pasillo con calma, charlaban entre ellas, mientras las dos perras no dejaban de emanar flujos por sus coños, estaban tan mojadas que iban dejando un reguero de líquido por el camino, fue cuando Eva comentó.

                - Tendremos que llamar a la limpiadora para que limpie este suelo.

                - No, lo limpiarán estas perras cuando terminemos de recoger a la otra perrita.

Llegaron a una nueva habitación, Eva y Noa tiraron de las correas y las dos perras se sentaron agachando la cabeza, fue Eva la que les dio las órdenes.

                - Bien perras, permaneceréis sentadas con la cabeza gacha, mientras entramos a jugar un rato y preparar a vuestra  compañera.

Las dos mujeres se quedaron sentadas con la cabeza agachada y con sus coños chorreando, solo el sentirse una al lado de la otra les excitaba, deseaban besarse, acariciarse y comerse todo el cuerpo a besos y caricias, pero sabían que debían obedecer, sus nuevas amas habían sido claras en las órdenes, permanecer quietas, sentadas, Noa y Eva entraron en la habitación cerraron la puerta  y dejaron a las dos perras solas en el pasillo.

Dentro de la habitación se encontraba Mabel con Lucía, la tercera perra, que ya estaba anillada desde el principio, y tenía su propia correa, en ella al igual que en las anteriores ponía “Lucía” “Propiedad del Conglomerado”.

                - Bien, esta perra ya está lista, dijo Mabel, supongo que tenéis fuera a las otras dos perras, pues si es así vámonos, coged una fusta y vayamos a pasear a estas desgraciadas que no saben apreciar lo que tienen.

Las otras dos mujeres asintieron y abriendo la puerta salieron.

La primera en salir fue Lucía con su collar y sujeta por una correa, al igual que las otras dos perras llevaba unas pesas en los labios vaginales pero los de esta eran de 500 gramos, pues ya estaba educada en soportar más peso, se puso al lado de las otras dos, sentándose y con la cabeza gacha, fue Eva la que habló.

                - Bien perras, ahora vamos a ir al patio, fijaros en los carteles indicadores, pues tenéis que memorizar ese recorrido para que sepáis a donde ir cuando os saquemos a pasear durante estos días.

Las tres se pusieron a cuatro patas, y comenzaron a caminar, Lucía era la que dirigía el grupo de perritas ella se fijaba en los carteles y marcaba el paso, las otras dos le seguían como si siguieran a la perra dominante de la manada, mientras esto sucedía, las tres mujeres empezaron a darle fustazos a las nalgas de las perras para que aumentara el castigo, estas por su parte empezaban a emitir sonidos de placer, y sus efluvios ya empapaban el suelo, fue Mabel la que habló.

                -  Vosotras seguid mojando el suelo que después tendréis que limpiarlo con vuestras lenguas.

Descargando un fustazo sobre su perra y tirándole de la correa para marcarle el ritmo, llegaron a una puerta que tenía un cartel indicando que era la salida para el patio, Eva lo abrió mientras soltaba la correa de su perra, las otras dos mujeres la imitaron y se sentaron en un banco, fue Noa la  que les habló a las perras.

                - Ahora quiero que tú, Lucía, te tumbes en el suelo apoyando tu espalda y que vosotras dos le comáis una las tetas y la otra el coño, mientras tanto, cada vez que algo no nos guste nos levantaremos y os daremos tantos fustazos como sean necesarios para educaros.

Lucía se tumbó sobre la hierba apoyando su espalda en esta, se estiró lo máximo que pudo, abrió sus piernas para facilitarle la labor a sus compañeras y cerró los ojos, mientras María se dedicaba a lamer sus tetas y Elisa le comía el coño, ambas se esmeraban en agradar a sus nuevas amas, fue Eva la primera en levantarse y ledio un fustazo en las nalgas a Maríay le dijo.

                - Perra, usa bien esa lengua que no noto como se excita el coño de la zorra de Lucía, no pares de lamerle esas tetas y de vez en cuando mordisquéale los pezones, pero con delicadeza, no quiero que os hagáis daño, pues de lo perras que sois no sabéis controlaros.

Eva se sentó al lado de Noa y comenzó a besarla, estaba excitada viendo a esas perras lamerse necesitaba besar y ser besada, Noa le correspondía, mientras se besaban Mabel dejó deslizar sus manos sobre las piernas de las dos hasta llegar a su sexos, apartó las bragas y le metió un dedo en el coño a cada una.

                - Vamos niñas, seguiros besando mientras yo os masturbo, me excita cuando os ponéis tan cachondas y la verdad que el espectáculo no podía ser más morboso, tres perras lamiéndose y dos putas como vosotras besándose.

Mientras hablaba Mabel les metía y sacaba los dedos de sus coños estas dejaron de besarse y empezaron a gemir de placer, se acariciaban mutuamente los pechos, les gustaba sentir esos dedos en sus coños, las excitaba, además Mabel era una experta en acariciarles el coño, no era la primera vez que llegaban al orgasmo a través de sus caricias, fue Noa la que se dirigió a Mabel.

                - Mabel cariño, danos placer con tus dedos, me muero por tus caricias, mi coño está tan mojado de la  situación tan excitante que estamos viviendo que deseo correrme, y Noa también desea correrse, castíganos el coño con tus dedos, queremos corrernos y que luego esas perras se beban nuestros fluidos.

                Al escuchar a Noa, Mabel aumentó el ritmo del movimiento de sus dedos sobre los dos coños y al cabo de un rato ambas se tensaron llegando a un espectacular orgasmo, fue Eva la que llamó a su perra para que le limpiara el coño.

                - Tú, perra, ven contu ama a limpiarle el coño.

Elisa abandonó las caricias sobre Lucía y a cuatro patas se acercó a Eva y acercando su boca al coño de esta  comenzó a lamerlo, sorbiendo todos los líquidos, lamía con avidez, se encontraba tan excitada  que deseaba agradar a su ama y que le permitiera correrse, lo estaba deseando, su coño era un volcán a punto de estallar, Elisa besaba, lamía, succionaba y mordisqueaba el coño de Eva, deseaba darle un nuevo orgasmo, para que le permitiera a ella tener el suyo.

                - Joder niñas, como  chupa esta perra, me está dejando el coño seco, pero a la vez me está poniendo de nuevo cachonda, creo que quiere que le dé permiso para correrse, es por eso que se esfuerza en darme mayor placer, llamad a vuestras perras y que también os coman los coños, así tendremos la posibilidad de corrernos las tres a la vez.

Mabel y Noa llamaron a sus perras para que les comieran el coño, estas acudieron rápidamente a complacer a sus amas, y al igual que Elisa estaban deseando que sus amas les dieran permiso para correrse, se esmeraban en contentar a sus amas, lamían, besaban y comían todo el coño de sus amas.

                - Joder, dijo Mabel, creo que me voy a correr otra vez, esta perra me está comiendo el coño como hacía tiempo que no me lo comían, vamos niñas que yo no aguanto más, corrámonos juntas.

 Y las tres saltaron al unísono en un gran orgasmo, mientras las perras les comían los coños, bebían todo el líquido  que sus amas soltaban por sus coños, estaban tan perras que metían sus lenguas para que no se les escapara ni una sola gota, cuando las tres mujeres decidieron que ya estaban bastante limpias, separaron a sus perras y las ordenaron que se tumbaran en el suelo, las tres acercaron sus coños a las bocas de las perras y se orinaron en ellas, mientras meaban Mabel les ordenó.

                - Vamos perras, tragaros nuestros orines y podéis correros.

Las tres perras abrieron al máximo sus bocas para que no se les escapara ni una gota de aquel líquido caliente que les entraba en la boca y que mojaba sus tetas y el resto de su cuerpo, cuando las tres mujeres terminaron de orinar, las tres perras se dedicaron a lamerse las unas a las otras para dejar sus cuerpos limpios, se lamían como verdaderas perras, sus lenguas no dejaban ningún rincón de sus cuerpo sin lamer, parecían desenfrenadas, se besaban, acercaban sus labios a sus tetas, succionaban sus pezones, fue María la primera en correrse y la acompañaron las otras dos, cuando las tres enfermeras decidieron que pararan, las sujetaron con las correas y mediante un tirón las separaron, fue Noa la que habló.

                - Bien perras, os habéis portado bien, ahora mientras volvemos a vuestras habitaciones iréis limpiando con vuestras lenguas todo el líquido que dejásteis por los pasillos.

                Las tres perras se limpiaron sus coños con las manos lamiendo todos los líquidos hasta dejarlos totalmente secos, Noa les abrió la puerta y comenzaron a limpiar con sus lenguas todo el pasillo, a mitad de camino se encontraron con Daniel, este de una manera de lo más natural se bajó los pantalones, agarró a María por la cara, le acercó la polla a la boca y le ordenó que se la chupara mientras hablaba con las tres enfermeras.

María se metió la polla en la boca y comenzó a chuparla con pasión, hacía demasiado tiempo que no tenía una polla en la boca, su excitación comenzó a aumentar, notaba como la polla crecía en su boca y eso le agradaba, le encantaba sentir como una polla crecía dentro de su boca, la excitaba sobremanera.

                - Veréis chicas, el jefe me acaba de llamar preguntándome por estas perras, le he dicho que ya están curadas y me ha mandado prepararlas para que mañana las pase a recoger un coche y las lleve a un sitio que él llama la tienda, pues la academia le falta unos días para que esté lista, o sea que tenemos esta noche para hacer con ellas lo que deseemos, yo en principio me llevaré a María y tú,Noa como su enfermera me acompañarás, tendremos nuestra orgía particular, me apetece hacer un trío y sé que a ti te encanta mi polla.

                - Vamos Daniel, córrete ya sobre esta puta y vallamos a follar, tengo ganas de tener una polla dentro de mi coño, mientras esta puta me come el culo, luego la follarás delante mía mientras me come de nuevo el coño.

                - Vosotras cuatro iréis con Julio, pues tiene ganas de probar a esas dos perras y también de rememorar la última fiesta que tuvísteis los tres.

Daniel no pudo terminar la frase, sintió como su cuerpo se tensaba y de su polla brotaba una cantidad ingente de semen que la perra se bebía con locura, se notaba que necesitaba probar una buena polla y beberse todo el semen.

                - Todos se fueron a sus habitaciones para pasar una noche de locura, antes de entregar a las tres perras.

Fin