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Concierto, ahora lo cuenta el chico

en Hetero: General

Me apetecía mucho ver a ese grupo. Ultimamente lo llevaba siempre puesto en el CD del tractor. Así que cuando me enteré que tocaban en la capital de la provincia hice mis planes. Dejé el tractor en la nave y vestido solo con el short vaquero y las playeras me fui a dar una ducha. De camino encontré a mi primo con el que había perdido la virginidad hace algun tiempo.

No quiso acompañarme pues habia quedado con su ligue actual, una chico del pueblo de al lado con el que se bañaba desnudo en la acequia por las noches. Tenía muy claro que era gay así que nos despedimos con un buen morreo y no sin que el metiera la mano por dentro de mis cortos pantalones para darle un buen achuchón a mi polla. Pero a mi también me gustan las chicas.

Ya en casa no perdí mas el tiempo para quedarme desnudo del todo y darme una buena jabonada y repasar el depilado. Pensando en si conseguiría ligarme alguna chica  me coloqué un tanga sexi y metí unos cuantos condones en el bolsillo y una camisa ajustada para marcar pecho y biceps. Cogí el coche y aparqué lo mas cerca que pude de la plaza mayor.

Las multitudes se encaminaban hacia el escenario y yo aprovechaba para no perder detalle de los escotes y minifaldas, piel femenina expuesta en la noche veraniega. Intenté colocarme lo mas cerca posible del escenario allí donde la multitud se cerraba mas para sentir el roce de los cuerpos calientes, chicos y chicas. Conseguí llegar casi hasta el altavoz donde me detuvo el culo fantástico de una morena.

La presión de la gente me obligaba a pegarme a ella que parecía ajena a todo lo que ocurría a su alrededor concentrada solo en la música. Bailaba todo lo que podía entre la gente. En uno de sus saltos aterrizó sobre mis playeras. No hubo daño pero por fin se dio la vuelta y pude contemplar su magnífica delantera. Los pechos perfectos, no muy grandes cónicos y firmes, y los pezones duros por la excitación marcados en la tela de su camiseta de tirantes.

No podía ver mas abajo por que me lo impedía la gente que me apretaba contra ella aunque ya había comprobado la dureza de sus nalgas. Ella si me dio un buen repaso de las playeras a la raiz del cabello. Tiene una bonita cara y una nariz respingona. Con los dos besos de rigor se presentó clavando sus durisimas tetas que se sosteníán sin necesidad de sujetador en mi pecho. Pidiendo mil disculpas por el pisotón del que ya ni me acordaba.

El resto del concierto lo pasamos juntos. Ella me arrimaba el culito prieto que tanto me había impresionado desde el principio a la bragueta. Cuando pasé los brazos alrededor de su cuerpo para cogerle de la cintura no protestó en absoluto. Viendo que mis avances no caian en saco roto incluso me atreví a dejar algún beso en sus hombros desnudos o en su cuello y cuando lo hacía ella se apretaba aún mas a mi cuerpo. Al terminar el concierto me arrastró de la mano hasta un discreto café donde conseguimos una mesa en un rincón solitario, ella me dijo que invitaba para disculparse del pisotón.

Por fin pude contemplarla a gusto, es algo mayor que yo pero está buena de verdad. Unos largos y ahusados muslos marcados en el estrecho vaquero, una fina cintura que había podido apreciar cuando la rodeé con mis brazos. Y sus pechos orgullosos e insolentes que me apuntaban. No podía dejar de mirarle el generoso escote. Acercó su cara a la mía y por fin pude besar sus rojos labios que casi de inmediato se abrieron para recibir mi lengua en el interior de su boca.

La suya reaccionó al instante cruzandose con la mia en un jugeteo muy placentero. Deslicé una mano lentamente de su cintura al pecho y apoderarme suavemente de su pezón, rozandolo con insistencia. Su boca dejó la mia para para pasear la lengua por mi oreja y meterla en mi oido, lo que me excita mucho y de lo que ella se dió cuenta de inmediato, mirando directamete mi bragueta. Al oido me dijo que si quería acompañarla a su piso y yo que en ese momento tenía una mano en su culo no pude, no quise negarme, tenía una ganas locas. La llevé en mi coche y alli mismo en el parking la besé de pie juntando nuestros cuerpos calientes.

Recorrí su espalda con mis manos amasando sus nalgas, ella no se quedó atrás en absoluto me acariciaba el pecho y devoraba mi boca con ansia rodeando mi cuello con sus brazos. Conduje hasta su casa para asi poder coger el coche en cuanto nos despidieramos. Subimos en el ascensor sin separar nuestros cuerpos ni un centimetro.

Ya en el sofá me propuse desnudarla de la forma mas tierna que supe. Lentamente bajé los tirantes de la camiseta y repasé con lengua y labios la suave piel de sus hombros, de su escote buscando lentamente los pechos cónicos y duros. Levantó los brazos y pude liberarla de la incomoda prenda mientras lamia sus perfectas axilas depiladas.

Acaricié la suave piel lamiendola mientras ella me arrancaba la camisa. Me miraba y me empujó a un sofá donde  siguió sentada sobre mis muslos para seguir besandonos y sus pechos acariciaban el mío. Se movia sinuosa encima de mi cuerpo acariciandome con todo el suyo. Y eso que aun no nos habiamos quitado los pantalones.

Queria ser ella la que trabajaba y sujetaba mis manos para que no la tocara. Mientras sentia en la polla dura el calor de su coño a traves de las dos telas vaqueras. Solo se bajó de mi para descalzarme y sacarse las botas y los calcetines. De ahí continuar con mis vaqueros para lo que tuve que levantar un poco el culo del asiento. Su cara fue todo un poema al ver mi tanga mientras me acariciaba el pubis suavemente con su melena. Luego lo hizo con los pechos deslizando los pezones por mi piel, manejandolos con tanta seguridad como si fueran sus dedos.

Mi pene reaccionaba a cada toque con un leve salto. Se separó de mi para terminar de desnudarse y me pidio que desfilara para ella y le enseñara como me quedaba la prenda de la que se escapaba la punta del glande. Marché hasta el fondo de su salón y le mostre mi cuerpo sin pudor. Volviendo a acercarme a ella que sentada en el sofá me recibió con un beso sobre la poca tela que cubria mi polla. Con sus manos comenzó a bajarme la prenda sin dejar de tocarme.

Incluso metiendo una mano entre mis piernas para tocarme el culo y deslizar un dedo en la entrada de mi ano, algo que me encanta. Comenzó a besarme suave la polla para que no perdiera su dureza pero enseguida me dijo que era mi turno de usar la lengua lo que estaba deseando hacer sobre su cuerpo. Me hizo volver a tumbar en el sofá para sin timidez de ninguna clase sentarse sobre mi cara con sus suaves muslos a cada lado de mi cabeza. Su coñito chorreaba sus jugos de excitación de los que no perdí ni gota.

Abrí las nalgas con las manos dedicandome tambien a su culito sudado, besaba la cara interna de sus muslos o volvíá por el perinneo a su vulva en la que penetraba todo lo que podía con la lengua e incluso la nariz. O me dedicaba al clítoris hinchado oyendo sus gemidos de placer. Creo que conseguí que se corriera varias veces mientras mi pene se calmaba un tanto pues hasta ahí ella me había puesto a punto del orgasmo.

De pronto comenzó a deslizarse sobre mi cuerpo diciendome que parara que me quedara quieto, pero sin separar su coñito de mi piel donde dejaba su rastro de humedad. Así hasta que consiguió empalarse en mi pene sin que ninguno de los dos guiara el instrumento. La sujetaba de las caderas.

Inclinada sobre mi pecho me besaba  y lamia mi cara humeda todavia de sus jugos, de su propio sabor. Permaneció quieta unos segundos. mientras me besaba y y yo sentía como sus muslos apretaban mi polla. Luego empezó a moverse despacio. dejando que yo me acompasara con ella subiendo mi cadera cada vez que ella bajaba la suya consiguiendo asi penetrarla mas profundo. Mientra follabamos seguí recorriendo su suave piel con las manos, su delicioso cuerpo delgado y fibroso, sus cónicas tetas y su preciosa cara, el culo respingón y duro o la curva de su espalda.

O arqueaba la espalda para besar sus labios, lamer su lengua o comerme sus pezones. De pronto se levantó de mi, y se colocó de rodillas en el sofá mirando a la pared. No hacía falta niguna indicación y el glande volvió a buscar el solo la humeda entrada de su coñito. Ahora  podía tocar a gusto sus nalgas prietas y ensalivando uno de mis dedos acariciar a gusto la entrada de su ano e incluso deslizar la punta en su interior. Todo eso sin dejar de bombear en su vulva apretada. Parece que lo del culo le estaba gustando. Los dos gemíamos y bufabamos como locomotoras sudando en el calor de la noche.

Me pidió que me corriera dentro pues tomaba sus precauciones, mis condones seguian olvidados en el fondo de mi bolsillo. y con cada chorro de semen ella apretaba el coño como si quisiera exprimirme. Dispuesto a hacerle pasar la mejor noche de su vida le dije al oido que no se moviera y comencé a besar y lamer su piel empezando por la de la nuca para bajar por la espalda, siguiendo la linea de su columna buscando sus nalgas, el ano abierto y entregado a esas alturas, y el coño que rezumaba de mi semen y el sabor de su orgasmo.

Sentado en la mesa de centro seguía usando la lengua siguiendo el beso negro y bajando a su clitoris y volviendo a penetrar su vulva con mi lengua lamiendo sus labios y recogiendo mi lefa de alli. Parece que lo disfrutó hasta que deshaciendo la postura se tumbó en el sofá llamandome para un sesenta y nueve y asi como a mi no me habíá importado comerle el coño con mi semen en él. Ella se metió mi polla que habia perdido su dureza en la boca tal  y como estaba con mi semen y sus humedades.

Volví a atacar su dulce coñito, buscandole nuevos orgasmos. Mientras ella seguía lamiendo mi polla, tragandola flácida al completo metiendose mis huevos en la boca y lamiendo mi escroto. Ahora era ella la que ensalivaba uno de sus dedos y lo metia en mi ano acariciandolo suave y ello sin indicarle nada por su propia iniciativa. Me giré para volver mi cabeza con la suya. y volvió a besarme sin importarle tener su sabor en mis labios y lengua.

Nos acariciabamos tiernamente toda la piel que alcanzabamos, durante un rato mas. desnuda como estaba se dirigió a la cocina a preparar cafe y algo de cenar lo que nos permitiria reponer fuerzas y no dormirme de camino a casa. La segui hasta allí y volví a besar sus pechos mientras apoyaba el culo en el frio canto de la encimera. No podía dejar que un bomba tan caliente como esa se me enfriara. Desnudos sobre su alfombra cenamos o desayunamos.

Sin necesidad de tostadas extendí la mermelada sobre su piel para luego recogerla directamente con la lengua. Ella hizo lo mismo con mi pecho y mis pezones. Le pedí si podía ducharme y evidentemente ella se vino al baño conmigo deslizandose en la bañera a mi lado. Para entonces mi polla se había recuperado dispuesta a un segundo asalto. Me confesó que nadie le había prestado tanta atención a su hermoso culo y que el mio había sido su primer beso negro.

Me pidió que se lo estrenara. Usando su aceite de baño como lubricante y otra previa comida de su adorable ano para excitarla. me senté en el fondo de la bañera y sosteniendola de las nalgas dejé que ella misma se la fuera introduciendo. Como yo había tenido experiencias de ese tipo e incluso mi culo hacía años que había perdido la virginidad , creo que logré que ella lo disfrutara. Con paciencia, lubricando frecuentemente ella se movia despacio apretandome el pene con su cerrado ano. No lo dejó hasta que volví a correrme dentro de ella esta vez en un conducto diferente.

Terminamos de ducharnos y antes de marchar cambiamos los telefonos. Me pidió que volviera cuando quisisera. Desde luego su piso es parada obligatoria cada vez que bajo a la ciudad. Aunque la siguiente vez que la vi fue en el pueblo que le enseñé encantado. Sus rincones y los sitios en los que jugaba de niño. El calor y el breve vestido que lucia hizo que renovaramos nuestros juegos allí donde la fantasía nos dictaba. Cuando le enseñé las máquinas de trabajo aparcadas en la era empezamos a besarnos y acariciarnos. Mi mano se deslizaba bajo la falda para acariciar los muslos bronceados subiendo por detras agarrando las desnudas nalgas y bajar su tanga para metermelo en el bolsillo de mis shorts por los que su mano ya se habíá metido buscando mi culo.

Separé mi lengua de la suya para metersela en el oido y decirle: ¡quiero saborearte! Me tumbé en la hierba y ella se arrodillo junto a mi cabeza bajando lentamente la cadera sobre mi cara entre una máquina de sembrar y un arado. Orientada hacia mis pies en cuanto deposité un suve beso en los labios depilados de su vulva sentí como sus manos me abrian los pantalones cortos liberando el duro prisionero que allí se refugiaba. Lo masturbaba suavemente solo para mantener su dureza y permitirme a mi seguir con la tarea sin muchas distracciones.

En eso estaba deslizando la lengua  del clítoris firme pasando por sus labios finos introduciendose todo lo posible dentro de su coñito; paseandolo por el perinneo y penetrando el ano todo lo que podia. Yo estaba a oscuras cubierta la cabeza por la tela de su falda. Se inclinó hasta meterse mi polla en la boca clavandome aun mas si era posible el coño en la boca. Comenzó a tragarse mi pene apretando el glande contra su paladar mientras le daba un buen repaso con la lengua juguetona besandome el tronco y se estiraba un poco mas hasta meterse los testiculos en la boca.

Me hizo doblar las piernas y separarlas para poder levantar el culo que también queria lamer para entonces tenia el short enrollado en un tobillo. Yo tenía un dedo alojado en su ano. Pero ella no paraba con su lengua. No quería ni hablar de follar, quería mi semen en su boca y no paró hasta que mi corrida le llegó a la lengua. De inmediato se giró sobre mi cuerpo y me besó con mi propia leche que pude saborear de sus labios cuando mi lengua los traspasó para jugar con la suya.

Volví a ponerme los pantalones pero no le devolví el tanga. La llevé al regato donde nos bañabamos en verano y nos metimos desnudos en el agua donde volvimos a acariciarnos. Aunque el agua estaba fria ante su magnífico cuerpo y sus jugueteos mi polla volvió a ponerse en condiciones y dentro del agua me hizo follarle el culito lubricandolo solo con el agua. Yo sentado en una piedra y ella sobre mi clavandosela con suavidad. Menos mal que aun era temprano y no fue nadie por alli. Una vez limpitos la llevé a la nave de una amiga pastora que tenia el aprisco cerca de allí.

Nos fuimos a charlar tumbados en su pajar. Los presenté y de inmediato parecieron caerse bien compartiendo una botella de refresco le contamos nuestra historia; primero lo mio con la pastora y mi primo con los que compartiamos baños desnudos en el regaro. Luego con Sonia cuyos muslos largos desnudos salian del vestido recogido casi hasta enseñar el tanga que ya se había puesto. Mi amiga tambien lucia sus largas y morenas píernas saliendo de un pantalón de deporte ajustado y aun mas corto que mi short que era lo unico que tenia puesto. Una camiseta recortada de la pastora que nos mostraba la parte inferior de sus pechos estando recostada en esa postura. Todo eso era nuestro atuendo pues todos estabamos ya descalzos.

Sonia riendo le dijo a la pastora que puesto que yo me habíá acostado con las dos lo justo era que ellas hicieran el amor. La sonrisa de mi amiga denunció que la idea no le desagradaba y fue ella la que se aproximó a la chica de la capital para tumbarse sobre ella.Comenzaron a besarse suavemente Yo agradecí el descanso que me ofrecian ademas de disfrutar del espectáculo. Sonia metió la mano por debajo de la camiseta de mi amiga buscando sus pechos.

En cuanto se hizo con sus pezones estiró el cuello y soltó un gemido profundo. Sonia aprovecho que habian separado el beso para sacarle la camiseta y apoderarse de sus tetitas con la boca. La lengua recorriendo sus pezones. Mi pastorcilla disfrutaba de esas caricias hasta que se decidió a actuar bajando los tirantes del vestido para besar y lamer los pechos de la visita.

Siguió bajando para levantar su falda y atacarla justo entre sus preciosos muslos. Levantandolos y abriendolos y besando primero por encima del tanga apartandolo justo para lamer sus labios. Entonces se lo quitó y se dedicó a comerle sin mas estorbos el completamente depilado coñito.

Ahora le tocaba el turno a Sonia de suspirar y gemir mientras ella misma se acariciaba los pechos y retorcía los pezones. Mi amiga en una pausa para tomar aire le dijo: ¡espera, termina de desnudarte! mientras se incorporaba y se sacaba el vestido. Directamente fue a por el coño de la pastora que esta vez quedó debajo tumbada de espaldas en la paja.

Tirando de los muslos de su nueva amante se la colocó encima en un sesenta y nueve del que salian un monton de suspiros y gemidos de placer. Estaba claro que mis amigas se lo estaban pasando bien juntas y con el espectaculo y el descanso yo estaba empezando a reaccionar. Fue la pastora la que me hizo señas para que me acercara y le ayudara. Me puse a comerle el culo a Sonia mientras ella seguia lamiendole el coño. Me saqué el short y me puse para follarla.

La pastora cogió mi rabo con la mano y lo guió hasta la vulva de su nueva amiga y cuando la tuve ensartada del todo siguió usando la lengua sobre mis testiculos y el clítoris, los muslos de ambos y toda la piel que pudo alcanzar. Yo, de rodillas no podía mas que dedicarme a lo que tenia entre manos, o mas bien ensartado. Hasta que a mitad de faena nos obligó a separarnos y me hicieron tumbar a mi de espaldas en la paja. Se pusieron ambas a comerme la polla a dos bocas, cruzaban las lenguas con su sabor sobre ella.

Me dejaron sus preciosos culitos al alcance de las manos para que siguiera acariciadolas y masturbandolas hasta que mi pastorcilla se decidió a subirse encima de mi polla y cabalgarme Sonia durante un rato mas le estuvo lamiendo los pechos hasta que se volvió a sentar sobre mi cara mirando a nuestra amiga a la que se puso a besar con pasión y acariciar.

Como conocía el gusto de mis amigas por el semen las avisé de cuando iba a correrme  y volvieron a lamerme la polla para recoger mi semen que luego compartimos en un beso a tres. Por supuesto Sonia invitó a la pastora a su casa cuando fuera a la ciudad. y a su vez fue invitada a juguetear entre la paja cuando quisiera. La monté en el tractor y volvimos a mi casa donde volvimos a follar.