Yo no suelo vestir demasiado provocativa pero me apetecía probarme algunas de las prendas. Fui seleccionando lo mas sexi, provocativo que fui encontrando y me dirigí a los probadores cuando me interceptó la vendedora. Pretendía mostrarme un estantería que se me había pasado desapercibida y que podía interesarme.
Era una chica guapa y simpática con un bonito cuerpo, algo rellenita y voluptuosa. Vestía un ajustado mono de lycra negro y aparte de las sandalias y el cinturón ancho sobre la cadera, no podía adivinar si llevaba algo mas. Los pezones duros competían con los míos algo menos marcados en mi camiseta de algodón.
-¿Que tal me sienta?
-Fantástico, me contestó, se ven preciosas tus tetas con eso y la espalda desnuda genial. Ahora el mini short.
Sin mas dejé caer la falda al suelo, dejándome el tanga que no tapaba gran cosa. Me excitaba sentirme observada allí casi desnuda en el pasillo de los probadores. Me enfundé el pantaloncito que casi dejaba al aire la mitad inferior de mis nalgas. Y el vientre por que era tan bajo de cintura que me llegaría a ras del vello púbico si no lo tuviera depilado por entero. Girándome ante la enorme luna del espejo me veia sexi con los largos muslos saliendo de aquella miniatura.
-Me estoy excitando,a ver si te lo voy a manchar.
-Bueno seguro que te lo quedas, te sienta genial.
Volví a sacármelo para colocarme una faldita tableada tan corta que si me inclinaba un poco nada mas se me veia el culo entero por culpa de mis nalgas respingonas. Completaba ese atuendo con una blusa blanca de gasa completamente trasparente y en vez de abotonarla me la até con un nudo justo bajo los pechos.
mas apasionado que me han dado nunca.
Una de sus atrevidas manos pasó a mi muslo subiendo la falda hasta que pudo apoderarse de mi nalga y apretarla con firmeza. Las mias fueron de inmediato por sus pechos enormes, algo caídos preciosos, sosteniéndolos con la palma y jugando con sus pezones con los dedos.
Pude sacar uno de sus pechos por el escote de su mono y apoderarme de el con la boca y recorrerlo por fin con la lengua. Inclinada le ofrecía asi mi culo al completo perfectamente expuesto y ella no se cortó. Me clavó un dedo en el ano y dos mas bajando un poco más acariciaban la entrada de mi coño, haciéndome suspirar.
La miraba acercarse con sus tetas saltando. Sonriéndola con descaro dejé caer la minifalda al suelo enmoquetado. Ella ya había dejado el cinturón por el camino y venia bajándose el mono descubriendo por fin su glorioso pecho al completo. Le costó mas sacárselo de su ancha cadera pero al fin quedó desnuda para mi sola.
Mis manos recorrían su piel sin impedimentos el cuerpo desnudo mientras las tetas se frotaban y nos apretábamos las caderas libres de vello. Tirando de mi me arrastró hasta la moqueta donde quedé encima. La comencé a besar por todo su cuerpo, el cuello fino, los hombros morenos los enormes pechos bronceados pues tomaba el sol en topless, la ligera curva del vientre. Hasta llegar por fin a su coño húmedo que abrí con la lengua mientras ella mantenía los muslos fuertes bien abiertos.
-Ahora túmbate tu que quiero hacerte disfrutar yo. ¡No! espera, mejor solo ven aquí sobre mi cara.
La dejé en el suelo suavemente y coloque mis muslos a ambos lados de su cabecita descendiendo despacio mis caderas sobre su cara. Podía mirarla a los dulces ojos azules entre mis propias tetas mientras seguía bajando mi pubis. Casi de inmediato su lengua se apoderó de mi coño.
-Así, le decía, comeme el culo, chupame bien, me estoy corriendo como una guarra, trágate mi orgasmo.
No suelo decir barbaridades mientras follo pero ella conseguía sacar de mi un lado salvaje que pocas veces asomaba. Amasando mis propias tetas y pellizcando mis pezones me corrí en su boca llenándola con mis jugos. Lo que pude apreciar al levantarme e incorporándola a ella besarla con mi sabor en sus labios.
Ambas queríamos más pero se había hecho la hora de comer y estábamos desfallecidas.
No podíamos evitarlo. Incluso sentadas a la mesa noté su mano juguetona escalando por mi muslo hasta acariciar mi vulva por encima del húmedo tanga. Yo me tomé cumplida venganza pellizcando sus pezones con disimulo hasta que amenazaron con perforar la delgada tela que los tapaba.
Calientes como hornos de una fundición volvimos a la tienda. Hasta el fondo, sin poder separar las manos del cuerpo de la otra y los labios de la boca que nos devolvía el beso.
Sentí su lengua experta explorando mi boca hasta la garganta cruzándose con la mía que le ofrecía a sus juegos. Mis manos se perdieron por su abundante anatomía acariciándola por encima de su asustada ropa.
-te doy cinco segundos para cerrar la puerta.
Y creo que volvió en menos que eso. Para volver a besarme de forma salvaje. Cuando sentí sus manos por debajo de la falda acariciando mis muslos desnudos.
Yo pude acariciar su cuerpo lleno y voluptuoso por encima de su ajustada prenda y empezar a sacársela de nuevo.
Cuando quise darme cuenta la microscópica falda estaba en el suelo y el tanga me quemaba en el coño.
Esta vez agarró mi culo descubierto, jugaba con la gomita del tanga poniéndome aun mas nerviosa. Yo tampoco paraba quieta y le quité el ancho cinturón que llevaba sobre la amplia cadera, pudiendo así descubrir mas de su piel, pude deslizar mas abajo la lycra sobre su cuerpo.
Ansiosa me ayudó a desnudarla del todo levantando los muslazos. Se arrodilló a mi lado dejando sus enormes pechos al alcance de mi golosa boca.
Aproveché la ocasión para seguir lamiéndolos, mordiéndolos y comiéndome los enormes pezones.
Separó las rodillas y en mis dedos su humedad, mientras separaba sus labios buscando el clítoris. Ella también me acariciaba entre los muslos y notaba mis jugos escurrir hasta mi culo. Sus dedos jugaban con habilidad con los labios de mi vulva, mi clítoris e incluso el interior de mi vagina.
Ya tenia dos de ellos dentro de mí haciéndome suspirar. Pasé una de mis piernas entre las suyas. Aceptó la sugerencia y sentó su culo muy pegado al mío.
Nuestras vulvas encharcadas se juntaron casi con violencia, con fuerza. Ambas depiladas y suaves mezclando nuestras humedades.
-Estoy deseando lamerte, besar tu coño.
Fui yo la que se levantó y me arrodillé dejando su cabeza entre mis rodillas, mirando hacia sus pies, bajé la cadera despacio sobre su cara. Haciéndolo largo, deseándolo un momento mas. El contacto de su lengua en mis labios fue algo eléctrico, una corriente que recorrió mi espalda hasta clavarse en la base de mi cráneo.
Ella echó las dos manos a mi culo manejando mi cadera para poder alcanzar con su lengua todos mis rincones.
Con lo que notaba en mi cadera me volví loca y recorrí su xoxito hasta lo mas hondo que alcanzaba con la lengua. Metí su gordo clítoris entre mis labios besándolo ensalivándolo acariciándolo sin tocarlo con los dedos. Que tenía abriendo sus nalgas y deslizando el índice directamente en su ano.
Empecé a notar en la boca el sabor de sus orgasmos, uno detrás de otro.
Tuve que rendirme yo y buscar su boca con la mía compartiendo el sabor de ambos cuando nuestras lenguas jugaban. Jugué sucio y en ese momento le clavé dos dedos en el culo provocándole otro orgasmo. Y lamiendo sus gemidos.
Ni que decir tiene que me quedé con todas las prendas. Y convertí esa tienda en una de mis preferidas para futuras compras aunque aparte de ligeros escarceos no volvimos a follar en el pasillo de los probadores sino en nuestras cómodas camas.