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Infidelidades consentidas y sin consentir.

en Hetero: Infidelidad

En los sucesivos días después de la noche de la terraza, parecía que tenía la peste. De los vecinos y vecinas que se quedaron a última hora, me saludaban a toda velocidad y desaparecían, eso sí directamente no se hacían los despistados y no saludaban. Hasta D. Julio se dio cuenta y me preguntaba qué había ocurrido la dichosa noche, mi respuesta era la misma, hacerme el sorprendido y decir que no pasó nada digno de reseñar. La conclusión de D. Julio podía ir bien acertada, “eso es que están celosos de un chico tan guapo, tan bien puesto y sus inseguridades los llevan a “proteger” a sus hembras”, hablaba como si fueran ganado, pero estaba acertado. Me sentí que sobraba en la terraza, veía demasiada tensión, me bajé a mi casa.

Al rato de estar en casa, empecé a oír voces de la casa de mis vecinos. Era como si estuviese en mitad de su salón. Discutían de las familias de cada uno, de dinero, de que él no la hacía caso, de que si estaban con otra, el que le decía que estaba loca, que siempre igual, etc. Sin embargo luego se les oía follar como animales, era ya una constante, como también era una constante que ella le decía que necesitaba más, que si era preciso se tomara “algo” que cada vez aguantaba menos. Eran de lo más entretenidos y seguía sin conocerlos.

Lo más raro de todo, era que cuando me encontraba ya fuera a Toño, Jacobo, Félix, Martin, Andrés, Antonio, etc., de los que estuvimos juntos la otra noche, me saludaban efusivamente, se enrollaban a hablar conmigo, eso sí, si iban solos, no entendía tanta tontería. En cuanto pude se lo comenté a D. Julio, se echó a reír diciéndome, “estos, que son imbéciles, seguro que les han prohibido a sus mujeres que hablen contigo, pero ellos quieren quedar bien y no tienen cojones, para no saludarte”, esta vez no estaba de acuerdo con él.

Por fin un a tarde coincidí con Valle en el ascensor. Le pregunte que pasaba, que no entendía nada. Ella con voz baja me confeso, “es que Toño no quiere que hable contigo que dice que no le has gustado y el resto lo mismo con sus mujeres, pero es cuestión de tiempo, ya se les pasara y cuando se les pase, continuaremos donde lo dejamos” y se abrieron las puertas en mi piso y había una mujer esperando. Valle al verla exclamo, “LOLA, que cara te haces de ver, cada día estas más espectacular”, Valle salió detrás de mí y se dieron dos besos. Como ella y yo no nos saludamos, valle nos preguntó si es que no nos conocíamos y al decirle que no, nos dijo que éramos vecinos de pared y se rio. Mire descaradamente, porque era para mirarla, Lola (+45) 1.75 pelo corto tipo chico, plateado. Piernas larguísimas, culo imponte y caderona, tetas de un tamaño importante. Ojos oscuros y mirada penetrante, embutida toda ella en un mono muy ajustado, donde se le marcaba todo, especialmente su culo y la raja de su coño, era algo exagerado.

Muy amablemente me dijo que si me hacía falta algo que lo que fuera y que si hacían mucho ruido, por los niños, la música o la televisión que se lo dijese. En eso tenía razón, el volumen de la música y la tele eran en muchas ocasiones excesivos. D. Julio acertaba todo, acertó lo de los maridos y cualquier cosa que se le preguntase. Lo que no me hablo fue de mi vecina Lola. No me iba estaba más que atento por si recibia alguna “señal” de mi vecina Lola, pero nada y encima me sueña el móvil de forma escandalosa. Era mi amigo Rodri y me tuve que despedir, que oportuno, me dije enfadado, le pregunte que si pasaba algo y me dijo que ese fin de semana, en concreto el domingo tenía el examen de su oposición que se celebraba en la universidad, que si me parecía bien vendrían a mi casa el viernes hasta el domingo, rápidamente le dije que por supuesto, pero fui más rápido en preguntarle por eso de “vendrían” y me dijo que iría con su novia Amparo.

Debió de percibir mi contrariedad porque me dijo, “no te preocupes que ya le he dicho que del tema de mi “novia” no se hablaba”. Le dije que perfecto, pero me daba igual. Mi distanciamiento con ella era muy grande ya. No soy de los que le dan mucha vuelta a la cabeza a nada. Esperaría a el viernes y así fue. En mi trabajo me llevaba bien con todo el mundo, con unos con más afinidad que otros, pero bien con todos. Con la persona que más congeniaba era con Alba, (36) ( 1.65, muy bien proporcionada, tetas de buen tamaño pero sin ser exagerado, culo perfecto, era lo más llamativo, melena ondulada, castaña, cara de vergonzosa, casada y sin hijos), teníamos bastante complicidad, pero solo eso. No me hubiera importado tener algo con ella, pero no me daba pie a nada. Aunque había siempre “bromas” por parte de algunos compañeros, algunas veces no los entendía. Cuando lo entendí fue el día que me fui al jefe de mi departamento, para decirle que si el viernes podría salir un poco antes. Su respuesta me llego cuando le iba a decir el motivo, me soltó un ¡NO! seco y rotundo.

Sabía que yo no le caía muy bien, pero no hasta ese extremo. Hable con unos compañeros en el desayuno contándoles lo que me había pasado, porque no lo entendía. Hasta que el más mayor de mis compañeros me dijo, “al margen de que sea un completo gilipollas, que lo es. Tiene un ataque de celos contigo, te llevas demasiado bien con su mujer y si nosotros te hacemos ciertos comentarios, que crees que se le pasara a él por la cabeza” no sabía quién era su mujer hasta que a coro me dijeron todos, “ALBA” lo que me dejo muy sorprendido. Ahora empezaba a entender ciertas cosas y otras no. Las que no entendía era que Santiago (41) que así se llama, un hombre que físicamente estaba bien, (1.78-constitucion fuerte, con barba y un poco de melena), que era un guaperas y que había más de una detrás de él, tuviera celos de mí. Eso era lo que no entendía, pero lo que empezaba a comprender era la actitud de Alba, vergonzosa y en algunos momentos hasta temerosa. Habiendo todo tipos de comentarios del trato de él, hacia ella y ninguno era bueno.

Alba que se enteró rápida de lo que había sucedido, vino con bastante preocupación a decirme que ella hablaría con él, mi respuesta fue tajante, “de eso nada, que ya me pediré un día libre, que tengo derecho a ello y eso sí, ya me podías haber dicho, que el jefe era tu marido”ella seria me respondió, “de verdad déjame arreglarlo y si no te dije nada, es porque en el momento que la gente se entera, ya recelan de mí y de todas maneras, pensé que lo sabias, que te lo habrían dicho”, aclarado todo le repetí que no le dijera nada. Salíamos pasada las tres de la tarde y poco antes me llamo a su despacho. Me dijo que me cogiera las horas que me hicieran falta. Me lo dijo serio, forzado y no convencido. Como no me puede tirar del trabajo y sabiendo que no tiene capacidad para ellos, me envalentone un poco y le dije, “no me hacen falta favores, me pediré un día libre de los que me corresponden por ley y no sea tan amargado”, su cara casi explota pero mostro más prudencia que yo y esta vez de forma serena me dijo que me marchase.

Igual que se enteraron de lo ocurrido por la mañana y corrió como la pólvora, esto corrió más rápido. Eso ocurre por tener las puertas abiertas. Regrese a mi mesa con el pecho hinchado de orgullo, feliz, pletórico y ese momento tan “glorioso” que estaba teniendo, me lo quito el compañero mayor que hablo antes conmigo, lo vi que venía hacia mí y pensé que me “felicitaría” como hicieron otros, pero no, me dijo bastante serio, “te has equivocado de medio a medio, has sido más gilipollas e inconsciente que Santiago. ¿No te has parado a pensar como le puedes haber complicado la vida a Alba? Porque tú sabes igual que yo, que es ella quien le hizo cambiar de opinión”, la verdad que me dio un bajón tremendo, porque llevaba toda la razón.

Tenía que hablar con Alba, pero tampoco quería acercarme a su mesa y que se rebotara más su marido después de lo sucedido. La llame a su extensión de teléfono. Mi cabeza ya me decía todo lo que me diría. Le quise explicar lo sucedió, pero ya se lo habían contado. Le pedí disculpas y con un esbozo de sonrisa mirándome, me dijo por el teléfono, “lo único que me molesta, es no haberlo visto y oído yo, eso es lo que me enfada, no te preocupes que se lo merece, que siempre está igual y le vendrá muy bien”, me dejo muy tranquilo y no me espere esa contestación, la note muy relajada. Los siguientes días hasta el jueves, fueron muy normales y Alba estuvo más amable y cómplice conmigo que nunca, hasta hubo algún momento que sentía que “algo” había cambiado en su relación conmigo, pero nada malo, todo lo contrario.

Llegaron mis amigos y lo primero en lo que me fije fue en Amparo, venia vestida de lo más discreto, unos pantalones vaqueros y una blusa muy discreta, raro en ella. La forma de vestir que llevaba le pegaba más a Alba, que era super discreta en el vestir y no en Amparo, que le gustaba mucho hacerse “notar”, me extraño. Como no era mucho de cocinar, más bien nada, una vez en casa y después de enseñarles su habitación, les dije si comíamos fuera o comprábamos algo y lo traíamos. Amparo dijo que había visto un Rodilla (donde principalmente se venden sándwich) y que por ella con eso se conformaba. Me ofrecía a bajar yo solo por los sándwich y Rodri insistió en bajar conmigo. Si creía que hablaríamos de algo de lo sucedido el ultimo día que nos vimos, para nada. Todo iba en relación con su examen de oposición. Aunque estaba algonervioso, no mucho. Lo veía muy confiado. Le animaba y le decía que era muy inteligente, que seguro lo sacaba.

De regreso con la comida, iba tranquilo porque pensaba que todo se había olvidado. Mas que comer devoramos la comida y la sobremesa fue divertida, distendida, como siempre había sido en otros momentos. Hasta que llego el tema del sexo. Prácticamente rodo en torno a mi persona, porque soltero, con un buen trabajo, estando muy bien, seguro que “rompía” muchos corazones, principalmente todo lo decía Amparo y Rodri le daba la razón, diciendo a su novio que yo era un “peligro” cuando estaba suelto. No quise dar pie a seguir por ese camino.

Y.- Pues estáis equivocados. De momento nada de nada. Todavía no conozco a gente, salvo la del trabajo y algunos vecinos. No me ha dado tiempo.

A.- Ya, ya, pero en el trabajo seguro que hay mujeres.

Y.- Si, pero casualmente todas las que conozco están casadas.

R.- JA, JA, no me puedo creer que estés en blanco todo este tiempo.

Y.- Pues sí, en blanco total.

A.- Pero será porque quieres. Que aquí tienes varios locales liberales, donde vas y pillas seguro. Se te rifarían.

Y.- Que exagerada que eres. Nunca he ido a un sitio de esos y a todo eso, ¿tu como sabes lo de esos locales? ¿es que habéis ido mucho?

R.- Nunca, no hemos ido nunca.

A.- Porque no ha querido, que le he dicho de ir alguna vez, pero solo por cotillear.

Zanjé la conversación diciendo que iba a echar una cabezada y les dije que pensaran donde ir esa noche. Los deje solos y aunque no era mi intención me quede dormido. Me despertó mi amigo, que ya estaba cambiado de ropa. Me aviso de que Amparo estaba terminando de arreglarse y me di una ducha, me arregle y salí antes de que ella lo hiciera. Salió y me quede embobado. Salía con una mini, mini, minifalda vaquera. Una camiseta blanca ajustada que dejaba claro que no llevaba nada debajo, porque aunque había que fijarse mucho se le trasparentaban un poco la oscuridad de sus peones, o era cosa de mi calenturienta imaginación, además de que se le marcaban un poco los pezones. Iba a ser el centro de atención seguro. Lo único que antes de salir se colocó una chaqueta que tapaba prácticamente su parte delantera.

Nos fuimos dando un paseo yendo ella entre los dos, agarrada de un brazo de cada uno. Volvía el buen rollo y nos íbamos riendo de todo. Durante la noche cada vez que Rodri tocaba el tema de su oposición, le cambiamos el tema, queríamos que se relajara y no penara en los exámenes. Después de la cena fuimos a tomar una copa relajadamente y Amparo volvió a sacar el tema de ir a un local liberal, a mí me daba igual, por ir y ver cómo era un sitio de esos no pasaba nada, Rodri dijo que no, que seguro que se nos hacía muy tarde. El caso que nos volvimos a casa temprano.

Ya en casa Amparo dijo de bebernos algo de forma tranquila y mientras ella se iba a poner cómoda, Rodri y yo hablábamos y preparábamos la bebida, pero sin ponerla, porque Amparo no bebía siempre lo mismo, dejamos el hielo y la bebida sobre la mesa para que ella dijese lo que quería tomar. Vi a Amparo y lo primero que pensé fue que porque estaba su novio, que era mi amigo, que si no. Se había puesto un vestido hasta los tobillos o una túnica. Que llevaba cuatro aberturas que llegaban hasta su cintura, por lo que al caminar se veían en todo su esplendor sus muslos y casi las ingles. No sabía si llevaba algo debajo. Si eso no fuera suficiente, llevaba una abertura frontal, que llegaba hasta la cintura, dejando ver parte de su tripa y sus tetas a punto de salirse.

Mire a mi amigo y encogió sus hombros haciendo un gesto gracioso de resignación. Se sentó frente a nosotros y daba igual como moviera sus piernas, lo que hiciera, que tenía mucha habilidad, porque no se le veía nada, un trozo de tela siempre tapaba lo justo, aunque eso sí, sus esplendorosas piernas y que decir de sus muslazos, quedaban para ser observados por nuestros ojos. Me hizo conectar el equipo de sonido y lo conecto con su bluetooth, empezó a sonar una música muy sensual, quería que pusiera una luz más tenue, pero la única forma que había era apagar la luz del salón y dejar solo la del pasillo. Así lo hice, primero bailo con Rodri, que se le veía un poco cortado, que se le paso rápido con los achuchones que le daba su novia. Yo mientras bebía y miraba, poniéndome muy cachondo, pero tratando de disimularlo y para ello cruce mis piernas.

Luego se sentó Rodri y me puse a bailar con ella. Hizo lo mismo que con su novio. Se pegaba a mí y yo a ella, mi erección estaba al máximo y ella no paraba. Cuando mis manos no estaban a la vista de Rodri, acaricie bien su culo, lo apreté contra mí y no detecte que llevara bragas, lo único que si note era el aumento de su respiración. Para no liarla la cosa más, me senté y bebí un poco. Ella siguio bailando sola y de pronto mi amigo dijo que iba al aseo. En ese momento ella vino bailando y se sentó sobre mí y muy sensualmente me dijo.

+ Sabes que esta noche me vas a follar, ¿verdad?

+ ¿Y Rodri?

+ Tu amigo Rodri, mi novio. Es un mirón, le gusta que me vista provocativamente, que me miren, que me digan “guarradas” y luego que se las cuente. Eso le pone muy cachondo y me folla de manera espectacular. Pero ya no se conforma con eso, ahora quiere ser un cornudo mirón y que mejor que con su gran amigo.

+ No sé si será verdad, pero si lo es, veras que no soy tan suave como mi amigo. Que a mí no me controlaras.

+ Eso es lo que espero y también quiero ver hasta donde es de cornudo.

La conversación se cortó porque oímos que salía del aseo Rodri. Ella no lo veía al quedar de espaldas pero yo sí. Estaba claro que lo tenían preparado, porque su cara no denoto sorpresa. Se sentó frente a nosotros y no dijo nada. Amparo me miro y sonriendo cerro un ojo y luego dijo, “cari, ven y ayúdame a quitarme esto” se refería a su túnica, estiro sus brazos a lo alto y mi amigo diligentemente, se lo subió hasta quitárselo, quedando totalmente desnuda y en lo primero que me fije fue en sus empitonados pezones. Paso sus manos por mi cuello se pegó a mí y me metí uno de sus pezones en mi boca y la oía decirle a Rodri, “uy cari, menuda lengua tiene nuestro amigo y no te quiero decir lo duro que esta lo que noto contra mi bollito, me parece que me ha tocado el gordo de la lotería” y gemía mientras me acariciaba la cabeza.

Al estar haciendo lo que hacía no veía a Rodri, pero tampoco se le oía nada. Ahora echo su cuerpo para atrás y dejo un hueco para desabrochar mi pantalón, lo abrió un poco y mi capullo se salía por arriba de mi slip, lo bajo un poco y logro sacar todo mi rabo que estaba bien duro. Ella exclamo, “menudo vergón, tenía razón mi amiga, calzas muy bien, Rodri como lo voy a pasar, bueno como lo vamos a pasar, por fin vas a ver cómo me follan de verdad” la vi muy “salida” me gustaba verla así, me ponía muy cachondo. Mi amigo seguía sin decir nada. Lo vi cuando ella se bajó de encima mía y empezó a sacarme los pantalones y el slip. Después se puso entre mis piernas y empezó a hacer una mamada de fábula.

Al tener esa posición ahora si veía a mi amigo, que me miraba y la miraba, lo único que no podía ver cómo me la mamaba, solo podía ver el movimiento de su cabeza. Eso sí, él se tocaba su rabo por encima del pantalón suavemente. Yo está en la gloria, ahora empezaba a pasar de mi amigo, me recosté en el sillón y me relaje, cerré los ojos y me dedique a sentir el placer que me proporcionaba la zorra de la novia de mi amigo. Cuando abrí los ojos, mi amigo estaba a su costado viendo de muy cerca como la mamaba su novia. La cara de Rodri era irreconocible, era una cara de salido.

Amparo vio que la estaba mirando y me miraba con intensidad, paro de mamármela y dijo, “amor, pruébala ya verás que bien sabe, esta riquísima” Rodri se apartó como asustado y ella le dijo, “menudo cornudo de mierda, sé que lo estas deseando lo veo en tus ojos, pues tú te lo pierdes”

Me daba palo, ver así a mi amigo, pero recordé lo que me enseñaron y explicaron mis grandes “maestras” por lo que levanté a Amparo y esta se sentó, se colocó mi rabo y se lo metió de una sola tacada. Tal como la tenía, le azote el culo, aunque protesto me dio igual y mientras lo hacía le dije a mi amigo, “esto es lo que se merece la zorra de tu novia, menuda golfa esta echa”ella gemía si parar y mi amigo por fin hablo, “tienes razón Pelayo, tengo una puta por novia y tú eres buen amigo y me ayudaras, le harás lo que yo no sé hacerle” y mientras la follaba bien follada le respondí, “para eso estamos los amigos, ahora y siempre, incluso cuando os caséis” ella se echó a reír y se movía sin parar.

Al ver entrar a mi amigo en el “juego” me dejo de dar palo, me la follaría ahora y siempre. Incluso como les dije, cuando ya estuvieran casados, que para eso no les quedaba mucho. Rodri se fue desnudando y ya solo quedaba yo vestido de cintura para arriba, pero lo solucione rápido quitándome lo poco que me quedaba. Nos follábamos con mucha pasión y ganas, nos daba igual Rodri, estábamos a nuestro rollo. Pare de golpe y ella abrió los ojos de manera llamativa, como preguntándome que porque me paraba.

“Vamos Rodri, deja de ser por unos segundos un cornudo redomado y fóllate el culo de esta puta conmigo, vamos ni la mires, taladra su culo” la eche hacia mí, para que tuviera facilidades Rodri y según le metía su rabo por el culo, ella atrapaba mi lengua con su boca, la absorbía potentemente y también pasaba a mordisquear mis labios. Luego se abrazó completamente a mi cuello quedando su boca en mi oído, donde ella me decía, casi inteligiblemente, “madre mía que gustazo, ahora sí que soy una puta, me derrito, ya tengo ganas de que me folles tui el culo, va a ser la ostia” estaba desconocida y totalmente salida, su calentura estaba disparada al máximo.

Todo vino como una cascada, se corrió Rodri, detrás se corrió Amparo, que se apretó a mí y no me aguante corriéndome con ella y destrozándonos la boca mientras nos corríamos. Que salvaje que fuimos. Mi amigo estaba de pie mirándonos y con su rabo goteando. Ella recostada sobre mí, recuperando la respiración. Le pidió a su novio pañuelos de papel y una vez que los tuvo, se los coloco para no chorrear. Se fue al aseo y al rato volvió con una sonrisa que llenaba su cara. Dio un sorbo a su bebida y nos dijo, “no se vosotros, pero ha sido pura gloria para mí, que rico me ha sabido y vosotros ¿Qué opináis?”,conteste yo antes de que lo hiciera mi amigo, “estoy contigo, me has sorprendido un montón, no te imaginaba tan fiera follando y lo único que me ha sabido a poco”, Rodri echo un par de carcajadas y me dijo, “si te ha sabido a poco eso tiene una solución muy fácil, porque ya no hay que ocultarlo, Amparo nunca tiene suficiente y me ha costado horrores no correrme nada más metérsela”

Seguimos bebiendo un poco y Rodri dijo de irnos a dormir, que había que descansar que mañana le tocaba repasar los temas del examen. Volvía la cosa a sus cauces y yo seguía con muchas ganas de continuar follando. No estaba dispuesto a dejarlo así, quise ser un poco gracioso, me levanté y abrí un cajón, donde tenía varios juegos de tapones de oídos, al igual que tenía varios juegos de auriculares. Le di unos, se me quedo mirando, porque no entendía y le dije sonriendo, “para que veas que pensamos en ti, para que puedas dormir bien sin oírnos follar como demonios”, Amparo fue la que soltó una tímida carcajada y él me dijo, “que cabrones que sois” le replique, “Rodri ten claro que no soy ningún cabrón, eres uno de mis mejores amigos, pero cuando estemos a solas, salvo que decidáis lo contrario, tu eres el cornudo sumiso, tu futura mujer mi puta y yo el corneador, ¿os parece bien o lo dejamos como estábamos antes?”

Fue a contestar Amparo, pero fue mucho más rápido Rodri, “Pelayo, eso mejor lo hablamos Amparo y yo a solas, me entiendes, ¿verdad? Que no es que no quiera hablarlo delante de ti, pero es mejor” como le entendí perfectamente no añadí nada más. La que si lo hizo fue su novia, “me parece bien que la respuesta la dejemos para otro momento y que lo hablemos a solas, pero ahora cari, voy a que este macho man me ponga otra vez bien a gusto”

Nos fuimos los dos a mi habitación y era verdad lo que decía mi amigo era incansable. Lo único que cuando me decía algo obsceno, fuerte, lo decía en susurros como para que mi amigo no lo oyera. Hasta que ya siendo casi de día, la coloqué a cuatro patas y me puse detrás, iba a follarme su culo. Una vez coloque mi capullo, no se lo metí, aunque sabía que ella estaba preparada para recibirlo, con mis manos hice como una coleta con su melena, la agarre con la mano izquierda y tire un poco de ella, al mismo ritmo que agarraba mi rabo y se lo iba metiendo en ese precioso culo. Aunque hacia un rato se lo había follado su novio, costaba que entrara, estaba muy apretado. Dio un pequeño quejido y fue suficiente, para azotarla con mi mano derecha. Me ponía cachondo como sonaban los azotes, los gemidos de ella que iban en aumento y como me pidió que se la metiera de una vez, que eso le encantaba.

Hice caso se lo enterré de una vez y me quedé helado. Tuvo o esa era mi impresión que hacerle daño. Lo único que dijo fue, “que gusto, lo he notado más que la primera vez, eres buenísimo, no pares, dame duro, tu sí que sabes darme lo que quiero” esta vez no lo decía susurrando estaba pletórica por su calentura. Estaba apoyada sobre sus manos, dejo caer su pecho sobre la cama, sin dejar de tener el culo en pompa y lo aprovecho para tocarse el clítoris. Contra más rápido y bestia la follaba más pedía y más gritaba, se corrió varias veces, hasta que al final, se dejó caer del todo en la cama y seguí follándola en esa posición, hasta que me agaché para morder su hombro y correrme dentro de su culo, que fue acompañado de otra corrida por parte de ella y prácticamente nos quedamos dormidos así.

En mi cabeza retumbo un sonido atroz. Era Rodri que con la tapa de una cacerola y una cuchara nos despertaba diciéndonos “A COMER”mire la hora y faltaban pocos minutos para las tres de la tarde. Amparo “suplicaba” silencio. Estábamos los dos completamente desnudos. Me levanté y fui directo a la ducha. Me fui a donde estaba Rodri. Había bajado a la calle a comprar unos pollos asados y alguna cosa más. Preparamos la mesa y calentamos la comida y llego Amparo, que dio un beso a su novio y a mí, me despeino dándonos los buenos días. Comimos rápido y con la excusa de que no había helado, me ofrecí a ir a comprarlo. Así les dejaría un tiempo para que hablaran.

En la heladería me encontré a unos amigos y me senté a tomarme un helado con ellos y a hacer tiempo. Paso un tiempo prudencial, compre los helados y regrese. Cuando lo hice, Rodri estaba estudiando en una habitación, Amparo viendo la tele. Lleve a cada uno sus tarrinas de helado y me quede en el salón con Amparo. Los dos nos mirábamos libidinosamente, estábamos otra vez con ganas de marcha. Me fui a cambiar y regresé con un pantalón corto y una camiseta. Por un parte del pantalón saque mi rabo y le unte parte de mi helado. Amparo se aguantaba la risa, pero se acercó y se puso a mamarme el rabo, hasta que consiguió que creciera a tope dentro de su boca. Rodri pregunto, “¿estáis despiertos?” con voz suave le conteste, “Sssshhhh, tu novia esta dormida”él me dijo que vale.

Me lo mamo hasta que le di en la cabeza indicándole que me iba a correr, su respuesta fue mamármelo hasta que me corrí y ella churrepeteo todo el rabo, volviéndose a su sitio y haciéndose la dormida. Al final nos quedamos dormidos cada uno en un sillón, hasta que nuevamente nos despertó Rodri. Que había hecho un alto y quería hablar con alguien un poco. La conversación fue por distintos derroteros hasta que Amparo volvió al tema del día anterior, quería conocer como era un local liberal. Rodri dijo, “esta noche imposible, me tengo que quedar a estudiar si o si, no puedo dejarlo. Ahora ahí tienes a Pelayo, no dice que es el corneador, pues que decida el dónde vais, como te vistes, etc. Ahora eso sí, nada de enrollarse ni hacer intercambios con nadie, solo a ver, ¿estáis de acuerdo?” Amparo salto de alegría se acercó a él, lo abrazo le beso y le prometió que si a todo lo que él dijo. Yo se lo deje bien claro, “tu no me dices, lo que tengo que hacer, soy yo el que manda, eso si lo que quedes tu con tu novia, es problema vuestro” mientras le decía eso, Amparo se fue a su habitación a ver la ropa que se pondría.

Al darse cuenta de que nos habíamos quedado solos, más serio me dijo, “es todavía muy joven, en esos sitios seguro que hay mucho buitre, ella aunque parezca otra cosa es muy inocente, cuídala” alucinaba oírle decir todo eso, porque de inocente tenía poco y aunque era joven era muy inteligente. Quise tranquilizarlo, “vamos Rodri, que será joven pero ya mismo seréis marido y mujer, por lo que tan, tan, no es, aunque sigo sin entender como nadie se puede casar tan joven”, con cierto enojo me dijo, “joder, ya sabes porque es, sus padres se van durante un mínimo de cinco años fuera de España y no quieren dejarla sola, así que ella y yo hemos tomado esa decisión” no quise seguir con esa conversación y le dije que estuviera tranquilo, aunque no sabía que quería decirle con eso.

Estaba pensando hacerla ir vestida muy zorra, que no pasara desapercibida, pero cuando llego al salón, me di cuenta al igual que se dio cuenta Rodri, que era imposible ir mas provocativa. Se volvió contenta a la habitación y se volvió a vestir como estaba. Cenamos en forma de picoteo y con sobras de la comida. Durante la tarde había seleccionado un local que parecía el mejor de todos. Nos iríamos a las once de la noche. Nada más acabar de cenar ella se fue al baño y nos dejó solos. Poco después me fui a vestir yo, que no tarde mucho y volví a hablar con Rodri, que esperaba al igual que yo la aparición de Amparo. Sin palabras, cuando la vimos. Una chica joven de 20 años, 1,70, tacones, piernas larguísimas, minifalda que sin agacharse a penas, se le vería todo, tetas exuberantes y sin sujetador, que se le notaban los pezones que parecían que atravesarían un jersey fino con botones que llevaba y que parecían que las tetas adquirían vida propia y romperían toda la ropa.

Llame a un taxi para que nos recogiera. Estábamos en la calle esperando y ella me dijo que estaba muy nerviosa. Llego el taxi y como fue ella la primera que se metió, el taxista alucinaba, le debió de ver todo sin ningún esfuerzo. Todo el camino fue mirando al retrovisor, que lo había bajado. En lo que fue la entrada al local, seré muy breve, nos lo enseñaron, nos explicaron el funcionamiento y las normas básicas del trato. Todas las parejas que había eran bastantes más mayores que nosotros. La minoría estaban bien y la mayoría no eran de nuestro estilo, nos quedamos en la barra y hablábamos de lo que habíamos visto. Uno de los camareros se puso a hablar con nosotros y nos dijo que a partir de las 12,30 se pondría mejor, que habría más gente.

Efectivamente empezaron a aparecer parejas algo más jóvenes, pero mayores que nosotros, pero con muy buena pinta en todos los sentidos.

En otra parte del local, dejaron entrar a varios chavales jóvenes, bien cuidados. Que ellos no podían interactuar directamente con las parejas pero las parejas si podían hacerlo con ellos. Amparo que siempre se mostraba muy segura, decidida y lanzada, estaba bastante cortada. Estaba como en pez fuera del agua. Aunque según la miraban, se iba sintiendo deseada y se puso mimosa conmigo, como si fuéramos pareja. Poco a poco, supongo que también influenciados por el alcohol, nos fuimos relajando y empapándonos del ambiente tan “excitante” lleno de erotismo.

Ya estaba bien lleno el local y decidimos dar una “vuelta” nosotros solos. Por donde pasamos la gente estaba desnuda y enfrascados entre ellos, se veía como follaban, como había mujeres manteniendo relaciones entre ellas, mientras los hombres miraban. Acariciaba el culo de Amparo por encima de su microfalda, se dejaba, se la notaba super excitada. La veía de perfil y su mirada era fija en esas escenas y estaba llena de lujuria. La provoque diciéndole si le apetecía que nos fuéramos a desnudar para luego mezclarnos con esa gente. Su respuesta fue un tibiono, añadiendo luego mas firme, “no, que le prometí a Rodri que no haría nada, que nos limitaríamos a ver, observar y luego a la vuelta, era otra cosa”, sabia que trataba de autoconvencerse ella misma, pero se moría por meterse en medio. La prueba del algodón fue cuando metí mi mano entre sus piernas, menuda “mojadera” que llevaba la muy cachonda.

Seguimos mirando en otras salas y habitaciones. Hasta que llegamos a lo que se conoce como el cuarto oscuro. Nos metimos a “bailar” que sonaba una música suave. No se veía nada, solo se oían ruidos propios del “folleteo” y toda esa sala era de un olor intenso a sexo. Ella estaba agarrada a mi cuello, estaba prestando atención a lo que se oía y de pronto pega un respingo y me dice de forma impresionada y en voz baja al oído, “me están metiendo mano” y yo no la digo de momento nada, ni tampoco me muevo del sitio donde se suponíamos que “bailábamos”, hasta que oigo el aumento de su respiración, que es cuando le pregunto, “pero ¿te acarician bien?”, ella con voz temblorosa me dijo, “no se si es el ambiente, pero nadie me toco igual, me tiene al borde del abismo”, baje mi mano y enseguida me encontré unos finos dedos, era la mano de una mujer claramente y se lo dije a Amparo, le pregunte si quería que nos fuéramos y por respuesta, se me agarro fuertemente al cuello y pegando su boca a mi oído, oí la explosión que tuvo con esa corrida.

En ese momento quiso salirse y así lo hicimos, nada mas estar en el pasillo, se apoyo en la pared y mirándome me dijo, “uufffff, ha sido increíble” tenia hasta rubor en sus mejillas y en eso sale una pareja que vimos antes, eran mayores que nosotros y ella estaba bastante bien de él no diría lo mismo, ella miro a Amparo descaradamente y se lamio los dedos, para luego seguir andando.

Para rematar la excitación de Amparo, la lleve hacia un sitio que se oían expresiones muy fuertes. Había un hombre atado a unas argollas de la pared, mientras la que rápidamente asumimos que era su mujer, lo trataba de cornudo, mientras dos chavales jóvenes la follaban de una manera exagerada y de vez en cuando le daban a el con una fusta. La pareja pasaba los 50 años, pero cuantas mas barbaridades decían, el tío estaba mas empalmado. Teníamos calores en todos los sentidos y nos íbamos hacia la barra cuando vimos una habitación pequeña vacía, algo raro. Lleve a Amparo allí quería tener un rato sola con ella, como se dio cuenta de lo que buscaba, “protesto” diciéndome, “Pelayo, vamos a dejarlo para cuando estemos en tu casa, recuerda lo que le hemos prometido a Rodri”, pase de ella, cerré la puerta y había un taburete bajo, hice que se apoyara sobre él, levante la minúscula tela de su falda y le azote el culo diciéndole, “yo no he hecho ninguna promesa, tu harás lo que yo diga”al 5º o 6º azote, Amparo me decía que sí, que hiciera lo que yo quisiera.

Me saqué el rabo y se lo metí de golpe, estoy follándomela con muchas ganas cuando oigo que dice, “¡JODERRR!” no sabiendo porque lo había dicho, hasta que veo que por un agujero grande hay un brazo que ha salido por el y toca a Amparo. Le levante la blusa que llevaba quedando sus tetas al aire y el tío que fuera lo aprovecho rápidamente, porque se puso a tocarle las tetas. Seguí follándola con más fuerza, me ponía cachondo como me obedecía, porque se quería ir, pero le ordené que se quedara quieta y sentía como lo disfrutaba. Por el brazo sabia que era un brazo de alguien joven y musculado. Me dejo cortado cuando quito el brazo, no lo entendí, hasta que mirando el agujero veo aparecer un buen rabo.

Antes de que ella pudiera decir nada se lo dije yo, “menuda suerte tienes putita, otro buen rabo y no como el que tiene el cornudo de tu novio, ¿sabrás que hacer con él?” ella no decía nada, solo había echado la cabeza para atrás y eso que en la posición que había estado, era imposible que tocara su cara, le dije que empezara y me decía que no con la cabeza, de manera insistente, deje de follarla. Le pregunte, “que pasa, ¿tengo que darte otro castigo en tu culo?” vi un brillo en sus ojos, no podía ser, le gustaba. Empecé otra vez a “castigar” su culo y al rato estaba lamiendo ese rabo, menuda zorra que era, volví a follarla y mamaba el rabo muy bien, lo confirmaba la voz del tío, que aunque no lo veíamos si lo oíamos. Algunas veces se atragantaba Amparo, porque me entusiasmaba y la follaba un poco bruto, empujándola mas de la cuenta y cuando menos se lo esperaba, deje de follarla y el dije que nos íbamos, su cara fue de decepción.

Salimos del local y regresamos en taxi, la diferencia de la ida, que Amparo iba cachonda al máximo y yo también. Nada mas llegar a mi casa y cuando subíamos en el ascensor, quiso besarme y le dije que de eso nada, que primero se lavara la boca, me miro apenada, me gustaba verla así, no lo “chula” que era con mi amigo. Enseguida salió Rodri al oírnos. Me pregunto por su novia y le dije que en el aseo. Nada mas ver a Amparo le pregunto que como había ido todo.

A.- Pues un lugar muy interesante. Es muy morboso, tenemos que ir un día con más tiempo.

R.- Y, ¿Cómo ha ido?

A.- Como te había prometido que seri “buena” pues no paso nada, aunque vengo muy “guerrera”

R.- Si que sois escuetos, poco me decís.

Y.- Rodri yo te cuento. Tienes una novia muy cachonda, a la vez que muy puta y eso es bueno, porque te lo pasaras muy bien y me lo pasare muy bien. Pero algo “mentirosilla”, una tía le ha hecho una paja y se ha corrido de una manera bestial. Luego un tío le ha tocado las tetas mientras me la follaba y le ha comido el rabo, que era mas grande que el tuyo. Pero ni se ha corrido en su boca ni yo tampoco me he corrido. Por lo que ahora me va a comer el rabo para correrme en su boca, claro, siempre que tu no te opongas.

R.- Joder amigo, es que nunca te cortas, pero me gusta lo sincero que eres. Y lo que tu digas, como me voy a oponer.

Y.- Pues vamos putita ven a comer el rabo de tu señor, que lo vea el cornudo.

Se acerco con un contoneo muy sinuoso, ahora si se agacho para besarme ya que estaba sentado. Cuando terminamos de besarnos le dije dos cosas al oído. “Zorra que vea tu novio como te desnudas y cuando me corra en tu boca, vas y le das un beso, compártelo con el” inmensa sonrisa por su parte y me respondió al oído, “si que eres un buen corneador, me has leído la mente”

Le hizo una autentica exhibición pegado a el y cuando estaba del todo desnuda, se paso dos dedos por su coño y luego se los puso en la boca de Rodri, quien los lamio con lujuria. Mientras lo hacia que se tomo su tiempo, nada de prisas, yo me había estado haciendo una paja, quería estar a punto, quería correrme en su boca rápido y ver luego como reaccionaba mi amigo. Ella vino para mi con mirada deseosa y se puso a hacerme una mamada increíble, mientras yo le decía a mi amigo lo puta, zorra, mamona, golfa que era su novia. Esto les excitaba a los dos y a mí también lógicamente. Cuando estaba para correrme le dije a mi amigo, “voy a llenar la boca de tu novia con mi corrida, que me tiene cachondo toda la noche, ¡AAAAHHHHH! ¡SI ZORRA!” fue un grito exagerado el que di y ella se levanto rauda, se fue hacia mi amigo y menudo morreo le dio en la boca, no vi una milésima de segundo de rechazo por parte de mi amigo.

Amparo soltó, “mierda Rodri, me has pringado” se había corrido y la había dejado bien pringada. Se fue a limpiar y ahora mi amigo si estaba cortado, le costaba mirarme, se produjo un silencio absoluto. Al ver a Amparo regresa me levante y cuando ella llego, le di la mano, me acerque a Rodri, le acaricie la cabeza y le dije, “disfruta siendo un cornudo y no te avergüences conmigo, que desde este fin de semana seremos mas que amigos” su cara se relajo y añadí, “ahora sigue estudiando o te unes a nosotros, pero me voy a follar toda la noche a mi puta”el no me contesto nada y nos fuimos a follar. Acabando al amanecer.

Ella se quedo dormida y yo hice el esfuerzo de no dormirme. Me levante pasado un rato, fui a la cocina, prepare café y unas tostadas para mi amigo y para mí. Hablamos del examen le animé todo lo que pude. Aunque me corto diciéndome que no quería hablar de la oposición que se pondría mas nervioso y a mi pregunta de qué quería que habláramos, me contesto.

+ Tu no te cansas de follar, es como un deporte. Es increíble. Lo había imaginado muchas veces por lo que había oído, pero eres incansable.

+ No te equivoques, todo depende de las circunstancias y de la compañía. Amparo es fantástica porque tiene lo que mas me gusta en una mujer, que es la intensidad que pone y como le gusta el sexo. Tiene follando tanta imaginación como yo.

+ Eso ya lo sabia de Amparo, pero me ha sorprendido porque le gusta mas aun de lo que pensaba. Y de ti me ha sorprendido la tranquilidad de como ves las cosas, las situaciones. El morbo con que lo vives y lo que sabes de este mundo. Por eso te voy a hacer una pregunta, ¿Qué le dijiste al oído antes de desnudarse?

+ Le dije que se exhibiera ante ti, que te provocase con su desnudo y que cuando me corriera en su boca, lo compartiera contigo.

+ ¿Y eso por qué?

+ Porque una vez que lo compartiese, se te quitarían todos los prejuicios que pudieras tener y todo iría de cine a partir de ese momento.

+ ¿Y si me hubiese negado o me hubiese enfadado?

+ Pues seguro que no estaríamos hablando tan tranquilamente ahora.

+ Sabía que si quería que Amparo estuviera conmigo, tenía que darle lo que le faltaba y quien mejor que tú.

+ Pero que sepas que yo no quiero un compromiso, ¿me entiendes?

+ Claro que te entiendo.

Nos dimos un abrazo de muy buenos amigos y se marcho a examinarse, mientras me iba a la cama.

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