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Vacaciones con matrimonios amigos.

en Hetero: Infidelidad

Hay momentos y situaciones que se pueden enredar de una manera inesperada. Una mañana desayunando solo, apareció un compañero mío, Alfonso, con el que me llevaba bastante bien y se sentó conmigo, vio que estaba planificándome unos días libres y me pregunto. Le empecé a contar que como me gusta el senderismo, estaba buscando una casa rural donde pasar unos días, en naturaleza y con tranquilidad. Alfonso entonces me dijo que le gustaría ir el también, que seguro que a su mujer le encantaría. Me quede dudando el decir nada, cuando llego Juan otro compañero y pillo parte de la conversación, diciendo que él también se apuntaba. No fui franco del todo, les dije que es que no iba solo, que iba con un amigo también soltero y le tendría que preguntar a él también. Insistieron para que le llamara y no me quedo otra que llamar a mi amigo Pedro que es de mi edad. Su contestación, que por el sin ningún problema. Por lo tanto les dije que estaba bien.

Lo siguiente fue decirles los cinco lugares que había visto y estaba viendo cual elegir, porque me gustaban todos y al final entre los tres elegimos uno en Chinchón. Porque tenía habitaciones y apartamentos con cocina. Aunque lo dejamos abierto, ellos querían que sus mujeres lo vieran y esperar que coincidieran con nuestros gustos. Mas tarde me llamo Pedro para decirme que unos amigos suyos también irían. Con Pedro tuve más confianza y le dije, “Esto ya no me está gustando. Mi intención era estar unos días tranquilo. Tanta pareja, solo traerá problemas. Ya me estoy arrepintiendo y no hemos empezado”, Pedro me tranquilizo y me deje convencer. Ahora resumiré el resto. Al final, se disparó el número de personas a ir. Los únicos que íbamos solos Pedro y yo. También era el único de mi edad, porque el resto nos sacaban un mínimo de 15 años. Hice yo todas las gestiones y por eso, para mi escogí una habitación.

Ahora vayamos al inicio de los días de relajación. Nada más empezar, hubo unos primeros conatos de pequeños y sutiles enfrentamientos. Por lo que al final tanto Pedro como yo, tuvimos que actuar rápidos para que no llegaran a más. Se hicieron tres grupos, unos que se los llevo Pedro, otros que fueron a su aire y el tercero con los que yo estaba. Mi grupo nos quedamos en lo que eran las habitaciones. En un edificio de dos plantas, la segunda planta la ocupamos nosotros.

La composición de mi grupo era Alfonso (40) físicamente normal, salvo su altura que podía ser de dos metros o algo más. Un tío simpático donde los haya. Su mujer Carmen (41) 1.70 aunque junto a su marido parecía más baja. No muy guapa de cara, pero buen físico, un poco reservada de entrada. Rubia, buenas tetas y buen culo, todo en su justa medida.

Juan (39) 1.75, deportista, cabeza afeitada, sarcástico. Su mujer Pilar (39), físicamente del montón, nada destacable, exceptuando su gran simpatía. Morena de pelo corto.

Quela (40) compañera de trabajo, 1.68 Muy bien físicamente, buenas formas y guapa. Melena corta. Su marido Daniel (44) Extremadamente delgado, 1.75 y totalmente desconocido para mí, salvo que todos decían que comía como una lima, a pesar de estar tan delgado.

Miquel (41) 1.70 Musculado, melena, castaño, ojos claros. El más listo del grupo, siempre quería llevar la razón. Su mujer Laura (41) 1.70 Muy tonificada, deportista. Morena, melena larga. Pechos pequeños y culo respingón.

Neus (37) Compañera de trabajo. No llegaba al 1.60 la más bajita de todas. Sonrisa permanente, cara que sin sr la más guapa era la más agradable. Tetas pequeñitas, pero el mejor culo de todas. parecía la más frágil. Pelo castaño oscuro y melena larga. Su marido Marc (38) 1.72 El más descuidado de todos, un poco de tripa. Pelo casi blanco, que le hacía más mayor. Parecía serio, por lo menos en un principio.

Alex (38) 1.80 deportista, pelo muy corto. El más estirado de todos, no le gustaba dar confianzas y le costaba mucho abrirse, tal vez el que tenía una personalidad más cerrada. Demasiado serio para mi gusto. Lo conocía ya un tiempo y coincidía con el resto de mis compañeros que algo le penaba en su interior. Su mujer Helena (41) 1.72 no aparentaba su edad, era la que mejor estaba en todo. Físicamente casi perfecta, tanto de cara como de cuerpo, porque tenía un cuerpazo. Melena larga y su color de pelo era difícil de definir, porque era una combinación de un rubio casi blanco con unos toques oscuros, que la hacían aún más llamativa. Super simpática, aunque mantenía mucho las distancias.

Nos fuimos cada uno a nuestras habitaciones. Nos informaron que por la noche cerraban y había que marcar un código para poder entrar. Me di una ducha y me cambie de ropa, me vestí de lo más normal. No tarde mucho y me baje, ya había varios hombres que estaban esperando. Íbamos a la plaza mayor a cenar y luego a tomar algo. La intención no era la de acostarse muy tarde porque al día siguiente haríamos una ruta de senderismo. Ya estábamos todos los hombres esperando y fueron apareciendo las mujeres. Ninguna iba vestida lo que podemos decir normal, bajaron super arregladas y mis pensamientos se volvían “locos” ante tanta mujer guapa. Fuimos dando un paseo tranquilamente.

Desde la primera cena todo empezó a desmadrarse un poco, en lo que se refiere a las conversaciones. empezaba a alucinar y no se podía achacar a la bebida, que no habíamos bebido ni una copa de nada. El tema del sexo salió casi desde el principio y todos conversaban de forma animada, tal vez los más reservados éramos Alex y yo. Mi motivo era porque no quería, por lo menos de momento, decir algo, que algún marido sobre todo, considerara inapropiado, porque pensara que quería algo con su mujer y de Alex, supongo que era por su carácter. En los otros grupos habían dos parejas con las que había mantenido alguna relación, pero en este grupo con ninguna. Al estar desparejado y al tener que madrugar para irme de senderismo, me despedí de todos y varios hicieron lo mismo porque querían hacer lo mismo al día siguiente.

Al día siguiente todas las mujeres estaban para hacer la marcha, los hombres casi todos se quedaron durmiendo. Lo curioso es que todas a excepción de Helena llevaban pantalones cortos, algunos muy cortos y Helena llevaba una maya. El caso que a odas se les veían unos culos fenomenales. Durante la marcha hubo mucho cachondeo, muchas risas y muchos piques. Regresamos a la hora de comer. Cuando terminamos de comer, las mujeres mandaron a sus maridos a comprar bebida y como decían algunas de ellas a comprar otras “cosas”, ya que querían que la noche fuera más divertida.

Juan y Daniel dijeron que ellos se quedaban que querían hacer una cosas en el ordenador. Yo también dije que me quedaba, pero para no quedarme con todas las mujeres solo, dije que me iba a echar una siesta. Mi ventana estaba abierta y podía oírlas a todas hablando. Además eran un poco escandalosas, incluso cuando alguna decía bajar la voz no nos vayan a oír. Risas, carcajadas, algún que otro grito. Si por la noche estuvieron sueltas con la conversación de sexo, ahora estando solas eran peores, se notaba que eran todas conocidas, por el tipo de conversación que llevaban y por anécdotas que contaban.

Hablaban de las cosas que hacían, de lo que les gustaría hacer, de lo que no les hacían. Todas “criticaban” a sus parejas por algo y se despatarraban de la risa. Comparaban cuando empezaron con ellos y como estaban ahora las cosas después de tantos años. Mas risas y chistes que hacían a costa de ellos y de ellas mismas. Porque se metían entre ellas. Me costaba saber quién era quien, cuando decían cosas, porque no era fácil distinguirlas. Pero poco a poco, pude ir poniendo cara a cada cosa que dijeron interesante.

De Helena me sorprendió, que con lo buena que estaba, decía que los tíos la huían. Y varias le dijeron que era por estar tan buena y que tenía cara de mala leche. También me enteré que el marido con el tiempo se había vuelto algo pasota en la cama, que follaba bien, pero que no era como al principio.

La que más me sorprendió fue Neus, que era las más pequeñita, la que parecía más frágil y con cara de niña buena, muy dulce. Cuando la preguntaron a ella dijo, que ella con lo que fantaseaba era con un tío, que la pusiera bien puesta, que la empotrara bien, sin miramientos y también dijo como alguna otra, que cuando estaba a tope, le gustaba que la azotaran. Y a la pregunta de que si a su marido no le gustaba eso, ello respondió, que ponía interés, pero que no era lo que ella fantaseaba.

Retomaron una conversación anterior, del ultimo día que coincidieron, por lo que deduje y Carmen conto su visita a un local de parejas liberales. Que se puso muy perra como ella decía, pero que al final no pasó nada porque su marido quiso marcharse. Fue cuando varias dijeron casi a la vez, que los maridos mucho fantasear con meter a un tercero, pero cuando llegaba la hora de la verdad, nada más que ponían pegas o condicionantes. Luego empezaron a hablar de un tío. Que si tenía un meneo según unas, un polvazo según otras. No sabía de quien hablaban, pero rápidamente lo supe, cuando Quela dijo, “Ese seguro que es gay. Todos los que estaban así o son gay o están pillados y como este no está pillado, blanco y en botella, GAY” tosas se carcajearon hasta que Laura dijo de eso nada.

Todas al unísono le dijeron, “Cuenta, cuenta” y ella bajando un poco más la voz, dando a la situación un punto de misterio dijo, “Lo sé porque dos amigas (dijo los nombres) se lo han tirado” a las dos que menciono, si las conocía yo y si había tenido sexo con ellas. Siguio contando a petición del resto, que querían saber cómo había sido, “Según ellas es como el Dr.Jekyll y Mr. Hyde, que igual era dulce follando, como era un empotrador nato, salvaje, perverso y muy morboso, pero que si follaba bien, no era nada comparable como cuando hacia el sexo oral, que según ellas las volvió locas” conto varias cosas más y lo que ahora era blanco y en botella es que hablaban de mí. Dude por un momento porque no daba ningún dato que sostuviera la afirmación de que esas amigas se lo hubiesen contado.

Hasta que hablo de tamaños, de mis gustos, de cómo hacia algunas cosas. Estaba claro que una de las dos le conto lo que habíamos hecho. Después de eso hubo comentarios muy subido de tono, pero eso, simplemente comentarios, envalentonadas por lo que decían unas y otras. Alguna dijo que ojala la empotrara, que yo tenía un buen revolcón, etc. y vino la sorpresa, también por parte de Laura, “Es un creído, un gran imbécil. Es antipático” ante esas afirmaciones, que ellas no entendían y yo tampoco, se las tuvo que aclarar y segunda sorpresa. “Pues que y esto que no salga de aquí, Miquel le propuso que viniera una noche a casa y tener un rollito los tres, ya me entendéis. Y el muy cretino no va y le dice que no le gusto yo”. Menos mal que todas coincidieron en lo mismo, o que su marido no me había dicho nada o no le había dicho toda la verdad, porque era evidente que Laura gusta a cualquier hombre.   

Me disgusto en parte. Porque era una verdad a medias, que suelen ser las mayores mentiras. Es cierto que me lo propuso y es cierto que dije que no, pero no por ella, si no por él, porque si bien al principio me gustó la idea, luego de hablar con él, se esfumaron mis ganas y fue lo que le dije, que era por él. Siguieron hablando y decían que me tenían que hacer bailar lento esta noche y se reían. Sabía que en grupo o solo hablando eran muy valientes, pero luego se cortarían como la mayoría. Pero me hacía gracia, aunque me intrigaba como actuarían cuando nos volviéramos a encontrar, mujeres maduras “contra” un jovencito, como ellas me definían. Recuerdo que lo que más gracia me hizo fue cuando a Laura la llamaron asaltacunas, por intentar tener algo conmigo y luego se reían. De todo solo me quedo una duda, decirle o no decirle a Laura que su marido no había dicho la verdad. En mi cabeza también se metió el “entrarle” a Laura, a helena o a las dos. Todo se vería según fuera su comportamiento.  

Hubo un pequeño rifirrafe entre los dos grupos y tuve que amansar a las fieras, costo un poco y al llegar mi amigo Pedro, logramos reconducir todo. Hablando con Pedro llegamos a la misma conclusión, que mayores que nosotros, pero tenían algunos comportamientos de críos, que una vez y no más, que la próxima vez a nuestro aire, como hacíamos siempre. Cenamos a base de tapas en un lugar cercano, ni a cinco minutos andando. Un vez que acabamos regresamos y nos fuimos a la zona donde estaban los apartamentos y nos sentamos fuera a tomar el fresco. Sacaron bebidas que habían traído, Carmen hizo una seña a su marido Alfonso y este de una bolsa saco varias cosas y pregunto, “Voy a hacer unos canutos, ¿Quiénes se apuntan?”

Casi todos dijeron que si, los únicos que no dijimos nada fuimos, Neus, Alex, Quela y yo. La bebida tomada hasta ese momento, no quitaba el sentido, pero si soltaba las lenguas. Carmen dijo, “Joder, que raras estáis, (refiriéndose a Neus y Quela) siempre os apuntáis y hoy estáis ahí calladas” y Neus sin dudarlo y sin cortarse un pelo le respondió, “Yo solo me fumo uno o los que toquen, si luego voy a follar, que es lo mejor y como no voy a follar esta noche, paso”, nos reímos todos incluso su marido y Quela dijo que a ella le pasaba lo mismo. Su marido Daniel, que no le sentó muy bien le respondió en plan chulo, “Que no lo hagas conmigo no quiere decir que no puedas hacerlo”, hubo mucho cachondeo y muchas provocaciones con ese comentario.

No lo he dicho antes, pero todas las mujeres habían bajado vestidas de infarto, según ellas de forma informal, que era cierto, pero sacando mucho partido a esa informalidad. La noche estaba siendo divertida y con muchos piques, sobre todo mucha indirecta en el terreno sexual. El bando de las esposa, contra el bando de los maridos y desde luego iban ganado las mujeres. La única persona que de momento se libraba era yo, aunque había miradas que cruzaba con algunas de las mujeres y no sé si por el efecto del fumeteo, esas miradas eran bastante provocadoras. A esa altura no me importaba tener sexo con ninguna de ellas.

Juan en plan de cachondeo se metía con la mujer, el tono estaba claro, el único que no lo entendió fue Marc, que aprovecho para darle toda la cera del mundo a su mujer. Neus que parecía tan frágil, se puso más que colorada, al oír a su marido. Que a ese si le había soltado la lengua el fumeteo y la bebida. Marc nos quería hacer ver, que Neus no era tan frágil ni apocada, insinuaba cosas de sus momentos más íntimos y Neus ponía cara de enfado, pero en el fondo no le disgustaba oír a su marido. Algunos se quejaron de que les cortaba el rollo no veme fumar con ellos y fue cuando Neus pidió uno para ella, con la algarabía que montaron, diciéndole a Marc que esta noche le tocaba follar y Neus dijo, “¿Quién ha dicho que va a follar? Y ¿Por qué?”, Laura le respondió, “Como has dicho que tu solo te fumas un porro si vas a follar” y encendiéndose el porro dijo, “Y es verdad, pero quien dice que tenga que ser con mi marido. Y es más, lo mejor es estar montando y fumando, Jajajajaja, es un pasote”

Se vino a donde estaba sentado, me miro, abrió un poco más sus piernas y se colocó a horcajadas sobre mí y se sentó, llevaba un vestido de una pieza corto, que se le subió bastante, ahora se le marcaban los pezones y aunque sus tetas eran pequeñas, los pezones se veían grandes. Quería que fumara y no abrí la boca, algunas y algunos decían que ni con esas lo iba a lograr. Entonces se puso un punto mimosa, se acercó a mi oreja, me dio un pequeño mordisco y me susurro al oído, “Que sepas que no llevo nada debajo y es por ti”, mi rabo empezaba a despertar y no quería, me gire un poco y mire con cara de circunstancias, sobre todo a su marido Marc, que no le vi muy afectado y encogiéndose de hombros me decía, “Es pequeñita pero cabezona, hasta que no consigue lo que quiere no para”, entendí y supongo que los demás también, que se refería a lo de fumar el porro.

Ella giro su cuerpo, miro a todos, dio una calada profunda y se acercó a mí y me dio un morreo de película. Como besaba la mujer frágil, joder que morbo besando. Cuando me di cuenta que llevábamos un buen rato, pare y deje el morreo. Podía ocurrir cualquier cosa con Marc, mire y se veía tensión en su cara, pero no decía nada. Con mucho tacto hice que Neus se levantara y cuando parecía que todo se reconducía, Neus que se hacía más “tomada” de lo que en realidad estaba, soltó, “Ya tengo el candidato a follar, que besa muy bien y lo que he notado al estar encima de él, promete MUUUUUCHO”

Nos quedamos todos callados y Marc fue el primero en hablar, diciéndole a su mujer que se tranquilizara, ahora ya no estaba tan envalentonado como antes. Si todo lo que dijo y hecho antes Neus fue una bomba, ahora soltó el bombazo que dejo mudo a Marc y al resto de maridos. “Que hipócrita que eres, siempre fantaseando y diciéndome que me quieres ver con otro y ahora que lo digo yo… ¿Quién es el mojigato ahora?” y como veía alguna risita perdida entre el resto, se dirigió a ellos, “Ya me contareis de que os reis, que vosotros sois iguales. Que a todos os pasa lo mismo, solo tenéis eso en la cabeza, ah bueno y el hacerlo por detrás, que sois unos obsesos”, ahora las que se sonreían eran las mujeres y yo, ver, oír y callar.

Todo esto provoco que se abriera una conversación sobre las relaciones sexuales, reconociendo cosas, expresándose más libremente. Neus que se había sentado en su sitio, después de tomarse otro cubata, se encendió de nuevo un porro y se vino conmigo, sentándose de nuevo, pero esta vez dándome la espalda a mí. Se coloco muy bien, poniendo su hermoso culo, de tal manera que mi rabo quedara en medio de sus nalgas. Se sentó con tal naturalidad que fue como si nadie le diera importancia. Neus poco a poco, meneaba su culo y hasta que consiguió poner mi rabo a al máximo. Ahora no recuerdo ni en qué punto estaba la conversación, ni quien fue quien pregunto a Neus, “Neus y tú que dices” y esta con una frescura total y entre risas le respondió, “Que esta noche me lo voy a pasar de fábula y si mi marido quiere estar, pues cumpliremos su fantasía y lo pasara también bien”

Ya el ambiente estaba más “caldeado” y los silencios de antes, se volvieron risas y comentarios subidos de tono. Exceptuando Marc que tenía cara de circunstancias. Seguían las risas, tonteos entre todos, pero sin ir la cosa a más, simplemente los efectos de la bebida y el fumeteo. Pero mi rabo estaba como una piedra. Para no tener mis brazos colgando, los puse sobre su regazo, pero sin agarrarla y de una manera bastante discreta. Si seguía con sus movimientos, me la follaría allí mismo. Su marido hablaba con todos, pero tenía una mirada inquisitorial, no se le perdía nada. Quise cortar por lo sano y me levante diciendo que ya era muy tarde, que me iba a dormir. Me “abuchearon” me pitaron y se metieron conmigo. Antes de irme se me acerco Marc y apartándome de los demás me dijo, “Disculpa en el aprieto que te ha metido Neus, que es pequeñita pero matona y esta noche estaba particularmente…” no quise oír más tonterías y le corte diciéndole, “Particularmente cachonda y si me voy es por no armarla, porque me la hubiera follado delante de todos. La hubiera reventado”, se me quedo mirando sin decir palabra, pero no vi enfado en su mirada.

Estaba subiendo la escalera a la planta de arriba, cuando oí que alguien venia deprisa, era Neus y se le oía poco, porque traía en una de sus manos su calzado. Venia sonriendo y con una mirada llena de lujuria. Dejo caer su calzado y tomo un poco de impulso, agarrándose a mi cuello y colocando sus piernas alrededor de mi cuerpo. Instintivamente lleve mis manos a su culo y la mantuve. Luego sin darme tiempo a decir nada, pego su boca a la mía como si fuera una lapa, morreándonos dándonos igual si alguien pasaba y nos veía. De su escote saco la llave de la puerta de su habitación, porque era llave, llave, nada de tarjeta electrónica. Quise ir a mi habitación pero insistió y ya me daba igual todo, le hice caso.

Entramos con ella agarrada a mi cuello, no me dejo cerrar del todo la puerta, también me dio igual. Ahí me di cuenta de que no me mintió, no llevaba nada debajo, mis manos que la tocaban perfectamente, pudieron tocar su coño empapado sin problemas. Nos pegamos a la pared que tenia de frente, quedando yo de espaldas a la puerta. Ella me decía una y otra vez, que no me esperase, que se la metiese ya. me desabroche el pantalón con una sola mano y acerque mi rabo a su coño, cuando la roce apenas, ella se colocó bien para que mi rabo entrase con más facilidad. Según empezó a entrar mi rabo, ella me agarro de mi pelo con fuerza, me mordía el cuello, suspiraba con fuerza y decía, “Que salvajada, que gorda, eso no me va a entrar, uufff, sigue, sigue, ahora no te pares aunque yo te lo diga”, lo hacía despacio porque no sabía hasta donde entraría, pero joder con Neus, le entro el rabo completo, eso si bien apretadito, lo que me daba más placer.

La estoy follando, ajeno a todo, hasta que veo como mira por encima de mi hombro y dice, “Madre mía, es exagerado, esto sí que es una polla” me giro un poco creyendo que era Marc y veo que es Helena, mirándonos con cara de salida y entonces balbucea, “Neus Marc esta con la mosca detrás de la oreja, tener cuidado y acabar lo antes posible” y Neus, no sé si por el efecto de lo que había tomado o porque, le responde, “No te preocupes por mí, si sube… aahhhhh, joder Helena, que demasiado, buffff, lo que darías tú por ser yo, aaahhhhhhh” supe que se marchó porque Neus me dijo que lo hizo y llena de envidia.

Estábamos follando como locos, sus gemidos cada vez eran más sonoros y su lenguaje empezaba a ser el que me gustaba. De pronto se tensó, estiro sus piernas, esperaba su corrida, su cara era de vicio, puso una sonrisa muy perversa y dijo, “Es increíble, es flipante, me llena toda” quise girarme como hice antes y ella no me dejo, me dijo, “Sigue follándome, que vea lo bien que lo haces, que vea que eres un buen potro y tu acércate”, pensé que se estaba quedando conmigo, porque nadie se acercaba y no se oía nada. Hasta que de pronto noto a alguien en mi espalda y es Marc, que se besa con su mujer y justo en ese momento ella se corre, le daban como convulsiones. Se movió para que la bajara, una vez que estaba en el suelo, se quitó el vestido, quedándose desnuda, tenía un cuerpo que parecía frágil, pero de eso nada, se fue hacia la cama y se arrodillo poniendo el culo en pompa, nos provocó moviéndolo y era verdad, tenía un culo fantástico.   

Su marido fue hacia la puerta y la cerro, mientras me desnude y me fui con ella a la cama. No sabía cómo era ella habitualmente, no sabía si ya habían hecho esto alguna vez, pero si era la primera, era increíble lo puta que era, para volver loco y cachondo hasta a los muertos. Me hizo tumbarme y se puso a comerme el rabo, nada de hacerlo deprisa, que va, se lo tomo con calma, hizo que su marido se colocara junto a mí y nos miraba a los dos, que zorra que era, su lengua recorría todo mi rabo y cuando me dio hasta escalofríos del gusto, fue cuando empezó a comerse mis cojones, se los metía en la boca y notaba como con mucha suavidad los lamia y los succionaba, era perfecta.  

Gire mi cabeza mire a Marc y no me pude aguantar, “Menuda zorra que tienes, como lo mama, es espectacular” el con cara de pervertido me dijo vanagloriándose, “Y eso que mi pequeña, no ha hecho más que empezar, ya verás lo puta que puede ser y eso que no quería, llevo dos años diciéndole de hacer algo así y me trataba de loco y mira lo puta que es ahora, como lo sabía”, estaba encantado de ver a su mujer así. Ya veríamos cuando se les pasase el pedete tan guapo que llevaban. Ahora sí, aunque le costaba se metía el rabo en la boca, que manera de mover la cabeza, se notaba que le gustaba chupar. Se quedo quieta, se sacó el rabo de la boca y le dijo a Marc, “Anda cariño, prepárame uno”

Marc se puso a liar un porro, de los más grandes que he visto. Ella ahora se colocó sobre mí, agarro mi rabo, se lo coloco en la entrada de su coño y haciendo algún aspaviento se fue sentando y le decía a su marido, “Es que no veas como se siente, parece que me están follando por primera vez, buf, que cachonda me pone” y Marc lo encendió y ella lo cogió, me miraba y se puso a fumárselo, según se lo fumaba, sin apenas mover el cuerpo, notaba como lograba mover mi rabo con su coño, era como magia, que habilidad. Con la mano libre, se acariciaba sus tetas pequeñitas y como se estiraba de los pezones, estaba muy cachonda, se le notaba en la cara. Según se consumía su porro, ella se iba poniendo más fiera.

Marc después de algunas caladas de ella, juntaba su boca con la de su mujer y se ponían los dos muy bien. Ahora agarre sus pezones, ella fumaba y me miraba con desafío, con mucha intensidad, empecé a estirar con suavidad de sus pezones, para hacer que se agachara y morrearnos, pero como he dicho estaba muy desafiante. Me retaba echándose hacia atrás, lo que llevaba a que sus pezones se pusieran tensos, se mordía los labios y de pronto se echó hacia delante morreándonos con mucha pasión, suciamente, luego se incorporó de nuevo, estaba como en trance y me sorprendió, primero con unos cortos y suaves, “Ah, ah, ah, ah” para pasar de golpe a unos escandalosos y largos, “AAHHHHH, AHHHHH, AHHHHH, CABRONAZO ME MATAS DE GUSTO, SIIIIIIIIII, DAME BIEN, SIIIIIIIIII, VAMOS CABRÓN, MARC, MARC, MARC, ME COOOOOORRO, JODER, JODER, JODER” nunca vi una corrida tan larga y prolongada, mientras eso pasaba Marc la animaba diciéndole a su oído que sí, que se corriera, que se ponía cachondo, oyéndola.

Una vez se corrió, cayó sobre la cama como si se hubiera desmayado. Se coloco de lado, dándome la espalda y mi rabo seguía empalmado, me había dejado a medias. Marc acariciaba su cara y su cabeza, me decía que eso le pasaba cuando se fumaba un buen porro, que se vaciaba. Yo le estaba tocando entre las piernas y su culo, que estaba muy duro, me moje un par de dedos con los jugos de su coño y me puse a “jugar” con su ano, sin recibir ninguna protesta. Una vez que vi que mis dedos entraban bien, la abrace con suavidad y pegue mi rabo a su culo.

Marc seguía acariciándola y le pregunto que como estaba, ella casi en susurros le respondió, “Agotada y muy relajada” y cuando le pregunto si quería que la dejáramos descansar, le dijo a su marido, “Descansaría pero hay alguien que quiere darme por mi culito y se lo merece que se ha portado muy bien, ¿No crees? ¿Te importa que me dé por el culito? (Y girándose un poco y mirándome a mi) es que siempre ha dicho que si hacíamos algo de esto, que por detrás nada, que eso solo seria para él”, sin dejar de acariciarla, Marc como buscando una excusa le decía que lo mismo mi rabo le haría mucho daño, que era considerablemente más grande que el suyo y que con él siempre se quejaba.  

A Neus le entraron dudas y para que no se enfriara dije yo, “Bueno no tiene por qué dolerle, es cuestión también de saber hacerlo y de que ella sea valiente” mientras decía esto, mi rabo estaba en la entrada de su culo y ya había metido la cabeza de mi rabo, sin que ella dijese nada a su marido. Pero en ese momento Marc estropeo todo cuando dijo, “Mejor dejarlo así por hoy. Que ella ya está que no se entera bien de nada y en ese estado no me gusta” ella quiso protestar pero su marido hablo por encima de ella y tuve que dejarlo y quedarme con el calentón. Me fui vistiendo y Marc aprovecho para decirme con cierta preocupación, “Espero que esto de aquí no salga. Si mañana te preguntasen, no ha pasado nada de nada. ¿Nos harás ese favor?” y le conteste que por supuesto. Me sonrió me dio una palmadita en la espalda y me fui a mi habitación, que estaba pegada a la de ellos.

Me estaba desnudando y sorpresa. Si yo les escuchaba con tanta claridad, nos tuvo que oír todo el mundo. Oía como Marc le decía a su mujer, “Ahora te vas a enterar so puta, te voy a destrozar el culo por ser putísima” se oía el rechinar de la cama, porque no lo he dicho antes, pero las camas eran de estilo antiguo y cabeceros de herraje. Neus le decía, “Joder Marc aguanta. No tenías que haber fumado, que cuando fumas no se te pone bien. Joder aguanta” se seguían oyendo ruidos hasta que se oyó maldecir a Neus, “Coño, cabrón te dije que aguantaras, te tengo dicho que tú no fumes si quieres follar, joder. Ahora me dejas a medias” luego se oyó a Marc, pero hablaba tan bajo que no se le distinguía, a la que si distinguí fue a Neus que le dijo, “Porque las piernas no me aguantan, si no me iba a su habitación a que hiciera conmigo lo que quisiera” y ya no se oyó más.

Por la mañana me levante sobre las nueve y baje a desayunar. El lugar del desayuno era una habitación pequeña en la planta baja y estaba llena, porque no había mucho espacio. En vez de esperarme me fui al centro del pueblo, a la Plaza Mayor y me senté en una terraza a desayunar. Mientras me fijaba en lo bonita que era la plaza, sus soportales. Donde por lo que me dijeron, montan un aplaza de toros allí mismo. Estaba absorto cuando aparecieron y me preguntaron si se podían sentar, Miquel y Laura, que iban con Helena y Alex. Nada más sentarse. Miquel dijo, “Lo pasasteis bien anoche, menudo escandalo montasteis” poniendo cara de no saber le respondí, “No tengo ni idea de que me hablas, ¿Qué es lo que paso?” y entonces fue Laura y Alex, que dijeron a la vez, “Venga no te hagas el tonto”, seguí en mis trece y puse gestos y cara de no saber. Ya con más duda, Miquel me pregunto, “¿Cuándo te fuiste a dormir no viste a Neus y luego a Marc?” y muy serio conteste, “Les vi la última vez, como a vosotros, cuando di las buenas noches. ¿Por?” y Alex dijo, “Porque tuvieron una noche de órdago y todos pensamos que al final tu estabas con ellos, pero seguro que por lo menos si los oíste” y sin cambiar mi rictus le respondí, “Pues no me entere de nada, lo mismo porque tenía los cascos con música”

No me preguntaron más y la única que me miraba con complicidad y no hizo ningún comentario fue Helena. Lo que quería decir que no había contado nada. Alex y Miquel dijeron que los esperaremos que iban a comprar una cosa y volvían. Laura rebuscaba algo en su bolso, murmuraba entre dientes y luego decía que echáramos un vistazo a su bolso que iba a comprar tabaco. Nada más quedarnos solos Helena inicia una peculiar conversación conmigo.

- Si no os hubiera visto ayer, me habrías convencido hasta a mí. Te va a crecer la nariz como a pinocho.

- Lo mismo me crecen otras cosas, pero no la nariz.

- No te pases.

- me defraudaste mucho ayer noche.

- ¿YO? ¿Por qué? (Perplejidad)

- Porque me hubiera gustado que te quedaras y participaras.

- JA, tú estás loco. Como puedes decir eso.

- No te molestes, pero en tu cara vi mucho deseo y una mirada muy “sucia” como las que me ponen a mí.

Fue a contestar cuando regreso Laura y pregunto de que hablábamos y yo le respondí, “Que me contaba Helena que fue muy escandaloso lo de anoche” Helena abrió los ojos mirándome con ira y Laura se animó a contar como lo habían vivido ellos, cuando acabo, me lamente de haber tenido los cascos puestos, para añadir, “Pero vamos, para salir de dudas no hay nada mejor que preguntar directamente a los interesados” Helena con cierta mala baba me respondió, “Eso de preguntar es muy relativo, porque te pueden contestar con una mentira o no contestarte” a lo que yo añadí, “O contestarte la verdad. Lo mismo si te miente alguien es porque puede perjudicar a terceras personas, pero vamos, yo suelo contestar a todo, sin problemas, lo que no quiere decir que siente bien la respuesta”

A Laura se le puso una sonrisa maligna y me dijo, “Pues vamos a ver si es verdad, porque de ti hay muchos rumores y es curiosidad, ¿Cuánto te mide?” me eche a reír y Helena se puso blanca, roja, amarilla y miro a su amiga con cara de incredulidad. “Pues mira nunca me lo he medido y quienes me lo han medido no se han puesto de acuerdo”, Laura con cara de disgusto me dijo, “Eso ha sido escaparte, mucho decir, pero luego, te escapas. Porque podías haber dicho cuanto el mínimo y cuanto el máximo”, entonces sonriendo le respondí, “Entre 24 y 26” y Laura sorprendida soltó un “No jodas, no me lo creo. ¿No crees que te has pasado? Y ya puestos ¿De grosor?” Helena le dijo que ya valía que se estaba pasando. Pero siguio insistiendo y le conteste “Hay que dejar algo de misterio pero te daré una pista diciéndote que proporcionado el grosor a la longitud” su cara era de escepticismo con una mezcla de curiosidad y lujuria.

Helena después de oír mis respuestas, con mucho disimulo, se tocaba la nariz, haciendo un gesto de que me crecía la nariz, me sonreía y meneaba la cabeza, sin decirle nada. Tardaban en llegar los maridos y se preguntaban donde se habían metido. Al final los vimos llegar con un par de bolsas. Helena no se anduvo con rodeos y miro la bolsa que llevaba su marido, puso cara de extrañeza y saco un montón de cuerdas y miro a su marido preguntándole, “¿Esto para que narices es?” los dos riéndose dijeron que era para hacer un juego. Esta vez miramos los tres extrañados. Entonces Alex nos hizo una pequeña introducción, era para ir atados por parejas, que se formarían al azar. Las dos mujeres pusieron cara de no gustarles mucho.

Fueron apareciendo poco a poco el resto de los matrimonios. Todos venían con la misma cantinela, metiéndose conmigo. Hasta que se iba aclarando todo. Estaba claro que habían oído lo que habían oído, pero esta vez siendo algo raro en mí, había estado sumamente silencioso. Los últimos en llegar fueron Marc y Neus. Cuando aparecieron, hubo aplausos, le llamaban torero y a ella fiera, etc. Luego les contaron el error que habían tenido conmigo y la cara de Marc fue de alivio, la de Neus era de pasotismo total, estoy convencido que a ella le daba igual. Comimos en una de las terrazas y después de estar tomando copas nos subimos. En un supermercado próximo a nuestro alojamiento compraron cosas para picotear por la noche. Nos tocó a los hombres preparar todo. Luego bajaron las mujeres, que lo hicieron de forma informal, pero muy sugestivas.

Yo había preparado todo para el juego, siempre que pudiera jugar, porque era el único que no tenía pareja. Pero por si acaso lo prepare todo, para que me pudiera tocar Helena. Nada más bajar ellas, quisieron hacer el emparejamiento, pero las mujeres pusieron varias pegas. Que si yo participaba, quedaría alguien fuera. Quien haría el sorteo. Si alguien tenía que ir al aseo, como se hacía. Yo esperaba que contestaran Miquel o Alex, pero no, fue Alfonso. “Participamos todos, los tres últimos irán atados juntos. Serán los que depare la suerte. El sorteo ya lo hemos hecho hace un rato. Y al que le toque ir al aseo se tiene que apañar o no mirando o con la luz apagada, como ellos quieran” a mí me preguntaron si había estado en el sorteo y dije la verdad, que no. No vi ningún sorteo y había estado todo el tiempo allí.

Entonces las mujeres saltaron como fieras y lo único que discutieron fue lo del sorteo, no querían saber ni cuales eran las parejas y ahora mismo no se quien fue, quien dijo que lo hiciera yo, sé que fue una mujer y las demás las secundaron. Los tíos quisieron protestar y aunque protestaron, ellas dijeron que si no, no había juego, por lo menos con ellas. No me daba tiempo para poder estar atado a Neus y Helena, al final decidí que fuera Helena. Con la mano inocente de Carmen realice el sorteo, quedando emparejados Helena y yo. Vi como cuando salieron nuestros nombres, dio como un respingo y su cara era indeterminada. Los nudos los hicieron de tal manera que la única manera de soltarlos era cortando la cuerda. Las manos quedaban bastante juntas. Alex quedo con Pilar y no le hizo mucha gracia y no lo disimulo. Además desde el principio no nos quitaba ojo, a su mujer y a mí. Estaba resultando gracioso, porque la sincronización sobre todo al empezar no era nada buena, a todos nos ocurría lo mismo.

La bebida y el fumeteo de algunos, hacían que al ir atados, hubiera más roces no siendo muchos de ellos nada inocentes. Se palpaba en el ambiente muchas ganas de traspasar algunas líneas prohibidas. Se notaban las ganas, más en ellos que en ellas, o por lo menos ellas lo disimulaban mejor. Helena que en un primer momento estuvo bastante tensa, se fue relajando y actuaba con más normalidad. Por lo que decidí dar un paso más. Le dije que necesitaba ir al baño, como el tono que use fue de lo más normal, Alex su marido lo oyó y se levantó tirando prácticamente de Pilar, él también quería ir al baño. Las dos mujeres protestaron un poco.

Fue Alex el que dijo como hacerlo. Con la luz apagada, así no se vería nada y todos más tranquilos. El pasillo estaba a oscuras y el aseo igual, solo un poco de luz venia de fuera, iluminando algo el pasillo, pero prácticamente nada. Alex fue el primero en entrar al aseo y Pilar pegado a él, ella se nos quedó mirando, mientras él nos explicaba lo sencillo que era, no nos lo decía ni a su mujer y a mí, pero era como estar diciéndonos, lo tenéis que hacer así y no os paséis, que os vigilare. Cuando termino, pilar dijo que ya que estaba allí, aprovecharía y se puso a orinar, como se oía, decía que era un cortazo y nos dio la risa a todos, fue el único momento en el que vi a Alex relajarse.

Salieron del aseo y se encendieron un cigarro, solo un cigarro. Entre primero yo y Helena pegada a mí. La verdad que no tenía nada de ganas de orinar. El rabo lo tenía bastante a punto, pero sin llegar a estar empalmado, digamos que a medias. Mientras hablaba con Alex de una cosa trivial, agarre la mano de helena y la puse sobre mi rabo. Quiso resistirse y continué moviendo su mano con la mía. Mi rabo empezó a crecer y solté mi mano, Helena ya continuaba sola. Suavemente y apretando mucho, lo hacía con intensidad. Ya estaba bien, no era cuestión de llamar la atención y cuando dije que yo ya había acabado, fue helena la que dijo que ahora le tocaba a ella. No me metí el rabo dentro del pantalón, lo deje fuera y me acerque a la cara de Helena, aunque no veía una mierda, mi rabo toco su cara y ella no se hizo de rogar, lo cogió y se lo llevo a la boca. Aproveche para tocar sus tetas, no las tenía durísimas, pero eran de un buen tamaño, no exagerado, pero buen tamaño y los pezones eran gordos y estaban muy duros.

Paro cuando Alex dijo que ya estaba bien y ella decía que le costaba por estar todos ahí, recibiendo el apoyo de Pilar, que dijo que a ella le paso lo mismo. Pero paramos y ya salimos tranquilamente. Helena estaba muy cachonda hasta el extremo que cuando salió, le pellizco a su marido la cara diciéndole mimosamente que era un protestón y le dio un morreo. Luego me miro a mí y me sonrió, menuda cara de puta que puso. Habíamos tardado como unos 10 minutos, no creo que fueran más y parecía una eternidad, cuando llegamos a donde los demás, estaba todo en penumbras y vimos que se habían soltado las ataduras, estando varias parejas dándose la “paliza” pero he de decir que eran parejas intercambiadas.

Solo había tres apartados de los demás, Juan, Daniel y Quela. Que se encogieron de hombros al vernos y Alex decía que luego se arrepentirían. A Daniel le dijo, “Habéis hecho lo correcto, que la bebida trae cometer errores y luego vienen los arrepentimientos y malas historias” la respuesta de Daniel lo dejo seco, “Que va, no ha sido por eso, es que tengo la tripa descompuesta y no es plan de ponerse a hacer nada y que te de la cagalera, que si no, ya te diría yo lo que haría”, Marc y Neus estaban también dándose el festín, pero entre ellos, mirando a los demás.

Alex con gran enfado dijo que se iban a dormir, entonces helena su mujer le dijo, “Oye, si quieres irte a dormir vete tú, que yo no tengo sueño y tampoco me va a escandalizar ver a estos”, Alex se alteró un poco y entonces tanto Daniel como Quela, lo apartaron un poco y se pusieron a hablar con él. Bueno y Pilar también porque todavía no se habían soltado, Juan se levantó le dijo a Helena que más le daba irse a dormir para que Alex se quedara tranquilo y se fue con un cuchillo a soltar a su mujer. Helena me miro y me dijo con cara compungida, “No sé qué hacer, si le he dicho eso, porque me cansa que decida siempre por mí, no sé qué hacer, pero bueno para que no se haga más gorda me tendré que ir a dormir” y en tono bajo, le respondí, “Haz lo que quieras hacer, pero ya te aviso que si te quedas pienso follarte y como he visto que eres muy cachonda, me correré en tu boca para que luego le morrees mejor”

Se quedo mirándome como si me quisiera matar y me respondió, “Que guarro que eres, no te cortas nada, pero ni lo sueñes. No te creas que eres tan irresistible nene, que no eres para tanto”. No nos dijimos nada más y se acercó Pilar, que nos resumió lo que hablaban, trataban de convencer a Alex de que no iba a pasar nada, que se fuera si quería que Daniel le daba su palabra de impedir cualquier situación comprometida. Marc y Neus se acercaron también y la mirada de Neus estaba totalmente encendida por su calentura. Se acerco Alex más tranquilo y se puso a hablar en voz baja con su mujer, al final, creyendo que se irían juntos, oímos como Helena le decía, “Eres un puto celoso. Y si lo eres ya sabes porque es, no por mi si no por tus indecisiones y por tu pasotismo. Pues me voy a quedar aquí, mientras tu estas en la cama pensado que estaré haciendo”

Alex nos dio un buenas noches rotundo y se marchó. Neus ya tonteaba descaradamente conmigo, delante de todos. Me decía al oído con voz muy cachonda, “Mi culito está preparado para ti, me he puesto hasta cremita, para que sea más fácil” me puso el rabo a tope. Helena mientras hablaba con los demás no dejaba de mirarnos a Neus y a mí. Me gire hacia Neus para provocar a helena y le dije al oído, “Claro que quiero follarte el culo, que ayer me quede con ganas, pero tengo el capricho de que Helena nos vea, que este con nosotros”, Neus soltó una gran carcajada que hizo que todos nos miraran y me respondió también en el oído, “Que cabronazo que eres, menudo pervertido, quieres que follemos los tres, que guarrote. Nunca lo he hecho con una mujer, pero reconozco que Helena está muy buena y que debe llevar sin correrse bien mucho tiempo, lo podemos intentar, tu déjame a mi”

Lo primero que hizo Neus, porque la oí, fue decirle a su marido, “Amor esta noche duermes solito, mi culito y yo tenemos una cita, pero luego seré toda tuya” se dieron un pico y no se dijeron nada más. Poco después Neus le hizo una seña a helena y se fueron a otro lado, era excitante verlas. Aunque una era muy alta y la otra más bajita, daba gusto ver a las dos. Estaban las dos para comérselas enteras. Helena no paraba de hacer gestos con su cara, poco hablaba, quien llevaba la voz cantante era Neus. Cuando terminaron de hablar, supe que Helena no estaría con nosotros esa noche. Le pregunte a Neus y me respondió, “Se ha escandalizado, ha dicho una y otra vez que no, pero ya te digo que nos la follaremos esta noche, está loca por la música y sé que se ha puesto más cachonda que yo, ya verás como acierto”

Todos estaban muy “contentos” de ánimo subido, los únicos que no nos habíamos pasado con nada éramos, Helena, Daniel, Quela y yo, aunque Neus y su marido estaban bastante centrados. Neus se fue desorejando, porque se sentaba en mis piernas y empezaba a hacerme carantoñas. Me mordisqueaba el cuello y hacia ruidos con la boca mientras me mordía. Dije de ir a estirar las piernas, Neus que rápidamente me entendió dijo que ella también he invito a Helena a que se viniera. Antes de que contestase Helena, Daniel decía que si Helena se venía el iría, que había dado su palabra, pero que hiciéramos el favor de quedarnos, que como tenía la tripa no le venía anda bien, ya que cada dos por tres, tenía que ir al aseo corriendo.

Yo le conteste que el problema suyo, que yo no había dicho a nadie que viniese conmigo ni que no viniese, Daniel se pucho un poco plasta y su mujer Quela se ofreció a venirse con nosotros. Daniel se quedó más tranquilo y dijo que en ese caso él se iba a la habitación. No nos molestamos ni en salir, nos fuimos directos para mi habitación. Quela se extrañó más, Helena se hizo la sorprendida y nos subimos aguantándonos la risa para que nadie nos oyese. Quela que estaba también muy bien, era más baja que Helena, pero más alta que Neus y en lo que más se parecían Quela y Helena es en que tenían un par de buenas tetas, por lo menos lo que se intuía. Yo me senté apoyado sobre el cabecero de la cama. Neus se sentó junto a mí, apoyada en el cabecero y recostada sobre mí. Helena se puso en los pies de la cama sentada y Quela se sentó en una silla que había.

La que no se cortó e inicio las “hostilidades” fue Neus. Se puso a horcajadas sobre mí, empezó a quitarme el polo y una vez que me quede desnudo de cintura para arriba, me lamia, mordisqueaba y chupeteaba mis pezones. Yo fui desnudándola y se quedó solo con el tanga. Me fijaba en las otras dos mujeres, que no nos quitaban ojo, no decían nada y parecían estatuas. Nos morreábamos y Neus aprovechaba para desabrochar mi pantalón con sus hábiles manos. Cuando lo logro y bajo la cremallera, vio que mi rabo sale por arriba de mi slip y entonces se le escapo un gemido potente. Estaba más cachondo que nunca. Eso de tener a dos mujeres mirándonos, reconozco que me ponía muy cachondo. Pero sabía que al estar dos sería más complicado, pero no imposible que Helena participara.

Colabore para que mis pantalones desaparecieran en las manos de Neus. Me dejo desnudo. Se aparto y se puso a comerme el rabo, se colocó de tal manera que nuestras invitadas pudieran ver todo muy bien. Cuando llevaba un rato comiéndome el rabo, estiro su brazo para agarrar el de Helena, que se lo dejo coger, pero cuando Neus estiraba hacia ella, Helena se resistía, aunque según tiraba su resistencia iba desapareciendo. Hasta que se puso pegada a Neus y esta no lo dudo, agarro la cabeza de su amiga y la llevo hacia mi rabo. Hacia como todo al principio, hacía que se resistía o no quería, pero en cuanto empezaba que bien lo hacía. Neus se apartó pero no se fue, se dedicó a desnudar a Helena, dejándola solo con la ropa interior. Una vez que lo consiguió se fua hacia Quela, que nos miraba casi extasiada.

Una vez más me quede sorprendido, porque sin historias raras, sin aspavientos, nada más juntarse se empezaron a morrear. Mi impresión es que no era su primera vez y me saco de dudas la propia Neus que al verme mirarlas me dijo, “Que te creías que eras tú el único vicioso que había, jajajajaja, no nos vas a enseñar nada nuevo, jajajaja” y entonces Helena miro y las vio enrollándose, para Helena sí que fue una gran sorpresa, su cara lo decía todo. Ahora la fui quitando lo poco que le quedaba y buenas tetas tenia, además bastante bien colocadas y los pezones muy apetitosos, tarde nada en tenerlos en mi boca. Mientras los lamia, ella me acariciaba la cabeza suavemente y empezaba a solar pequeños gemidos. Helena ya no ponía reparos a nada, se había quitado toda la tontería de encima. Estábamos haciendo un 69 perfecto y muy caliente. Sonó un móvil y ni ella ni yo nos inmutamos. Oía a Quela, “Si, estamos aquí al lado, sentados en unos bancos, vale, vale, ahora voy, lo que tarde en llegar” y a continuación seguí oyendo a las dos en plena batalla, se vinieron a tumbarse junto a nosotros.

Al rato vuelve a sonar el móvil, Quela maldice y contesta, “Coño Dani, que ya estoy llegando, hablo así porque voy asfixiada de ir deprisa para llegar, si en 5 minutos” se levantó cabreada se vistió y dijo que en cuanto pudiese volvía. Nos quedamos al final Neus, Helena y yo solos. Nosotros seguíamos haciendo nuestro fabuloso 69 y note las caricias de Neus sobre mí y pude ver como llevaba sus manos al cuerpo de Helena, que rehusaba a ser acariciada por Neus. Aunque Neus no cejaba y se la veía muy suelta, como quería verlas me moví, quedando Helena comiéndome el rabo y dejando el camino libre a Neus. Que cuando vio que me quite fue a saco a por su amiga, Helena quiso protestar, pero no la deje, me miro como preguntándose qué hacíamos y su cara cambio ante las caricias de Neus, volviendo a comerse mi rabo, con mucha más ganas.

Neus hundió su cara por detrás de Helena y esta gimió con fuerza, ya no protestaba, notamos que Helena estaba a punto de correrse y la cabrona de Neus, dejo de comerle el coño, se alzó me miro y con su cara mojada por el coño de su amiga, vino y me morreo. Sabia deliciosa y Helena nos miraba y quería más, se le notaba. Me quite o mejor dicho la quite, la tumbe boca arriba y menudo cuerpazo que tenía, me encantaba ver esas tetas tan fabulosas, con esos pezones tan en punta. Me miraba como esperando que me decidiera. Cogí sus piernas, las levante y las puse sobre mis hombros, agarre sus caderas y la atraje firmemente contra mí. Pase mi capullo varias veces por su raja y su cara se descomponía, hasta que con voz suave me dijo, “Venga, no seas así, empieza” y Neus con más ímpetu se cachondeo diciendo, “Que fina la calientapollas esta, no seas cursi, dile que te folle de una puta vez” ella no decía nada y yo no me la follaba, seguía jugando con mi rabo en su coño, pero sin metérselo.

Tan cachonda estaba que gemía y la cortaba, ya no impedía que Neus le comiera las tetas, es más, le gustaba y se aceleraba. Trato de morrearla y aparto la cara al lado contrario. Así unas cuantas veces, hasta que al final se morrearon y cuando acabo el morreo, me miro con intensidad, con rabia y me dijo, “Venga ya, fóllame ya, no esperemos más, quiero correrme, lo necesito, ¡YA!” y ahora si, en ese momento la coloque en su coño, nos miramos fijamente y fui metiendo mi rabo, sin ningún problema y viendo la cara de placer en sus expresiones y cuando mi cuerpo choco con el de ella, suspiro muy fuerte.

Estaba follándomela con suavidad al principio, viendo como respondía y su respuesta era que la follara con más fuerza, así lo hice cambiando de ritmo. Nuestros cuerpos cada vez estaban en mayor sintonía. Tenía los ojos cerrados, s mordía los labios y Neus no quería perderse nada, así que cambio de postura, puso sus piernas a ambos lados de la cabeza de Helena y cuando Helena abrió los ojos y la vio, aquí sí que quiso parar todo. Neus la agarro con fuerza la cabeza, se gacho un poco pero Helena se movía para evitarlo, hasta que Neus con sus pequeñas manos, agarro los pezones con mucha rabia y le decía, “Déjate de tontería, puta, que vas a comerte mi chocho si o si”. No sé cómo Helena no gritaba con el tirón que estaba dando a sus pezones, yo seguía follándola sin descanso, de pronto Neus se dejó caer del todo sobre la boca de su amiga.

Mientras Neus y yo nos morreábamos y a una seña mía, preguntándole si helena hacia algo, ella me dijo que no pero a continuación, volvió a apretar los pezones uno de los pezones de Helena y con la otra mano tocaba su clítoris. De pronto Neus dijo, “Así muy bien putita, que bien lo vas haciendo, uuuhhhmmmmm, sigue así, así, uf, como me estas poniendo”, ya funcionábamos los tres a la perfección, en ese momento llego Quela que dijo, “Que cerdos que sois, no habéis esperado” en segundos se había quedado desnuda. Me morreo a mí y luego morreo a Neus, pregunto, “¿Qué tal se porta?” se refería a Helena y Neus le dijo, “Lo hace de maravilla, me está dejando rota del placer” en ese momento a Neus se la oía gemir con fuerza, a helena se la oía menos por estar como estaba, pero estaba al mismo ritmo que Neus y yo que estaba burrote, pues estaba como ellas. Quela se puso a comer las tetitas de Neus y provoco que se corriera con mucho ruido, porque sus gemidos y grititos eran espectaculares.

Nada más correrse, se quitó de encima de Helena y ella y Quela se pusieron a comer las tatas de helena y esta no paraba de mover su cuerpo, hasta que se movió más rápido corriéndose más salvajemente que Neus, aunque al principio trato de guardar las apariencias, hasta que no pudo más y le dio todo igual. Me corrí con ella y mis voces se juntaron con las de ella. Nos quedamos muy a. Aunque Quela nos decía que no nos relajáramos que no habíamos acabado. Helena se tapaba la cara, se reía vergonzosamente y decía, “Madre mía, que vergüenza, como nos vamos a mirar a la cara” nos reímos todos y añadió “¿Y ahora qué?” lo decía en un tono como si todo hubiera acabado ya. Quien la respondió fue Neus que dijo, “¿Y a hora que? Pues de momento mi culito tiene una deuda que va  a pagar gustosamente” con incredulidad Helena no se podía creer que hablar en serio y le decía que eso, refiriéndose a mi rabo, no podría entrar en un culo tan pequeño.

Neus con cara de desafío y con un toque chulesco le dijo a Quela, “¿Me ayudas?” y se pusieron a comerme el rabo, que en nada, se puso de nuevo durísimo. Una vez que lo lograron, Neus desafiante le dijo a Helena, “Mira y aprende”, se puso en pompa, con ese delicado culo y me dijo, “Marca tú el ritmo, pero que sepas que nunca me entro nada así, ni parecido” me embadurne el rabo con lubricante y ante la mirada de las amigas, fui follándome ese culito. Era increíble, lo apretado que estaba, pero como me había dicho tenía el culo bien preparado con algún tipo de lubricante. Era precioso y excitante ver, como mi rabo entraba, como ella aguantaba.

Quela y Helena se pusieron delante de ella a mirar su cara y eso ponía a Neus más cachonda, se sabía el centro de atención. No me pude resistir cuando vi que mi rabo ya está dentro hasta la mitad y ante un leve quejido de él, le azote el culo, no muy fuerte pero si sonoro. Helena y Quela me miraron a punto de decir algo, pero después de varios azotes quien hablo fue Neus, “¿Con esas manos no eres capaz de darme como merezco?, que no me voy a romper” era la más puta de las tres y los azotes eran ahora más fuertes, tenía que dolerle bastante, pero la muy zorra aguantaba chula delante de sus amigas. 

Si ya me tenían cachondos, ver como se empezó a tocar helena mirándonos, me puso como un mulo. Empecé a empotrar a Neus, era como una pluma entre mis manos. Mi rabo entraba hasta dar mis cojones contra ella. Neus aguantaba y mucho más, porque me pedía que fuera más fuerte, que aumentar mi ritmo. Pare un momento y sin sacar mi rabo, me gire quedándome apoyado en el cabecero de la cama y ella ensartada sobre mi rabo, dándome la espalda. No le pregunte si quería o no, le ordene a helena que el comiera el coño y ella esta vez no lo dudo. Se lanzo a comérselo y los gritos de Neus no se hicieron esperar. Pero Quela no quiso quedarse atrás, se puso detrás de Helena y empezó a comerle el culo y el coño, veía también como follaba el coño de Helena con sus dedos y Helena hacia lo mismo con Neus.

Neus fue la primera en correrse y no exagero cuando digo que se quedó como si hubiera perdido el conocimiento. Que exageración al correrse. Sin ningún problema la quite de encima y cuando la deje en el lado de la cama, Helena se había enganchado a mi rabo haciéndome una super mamada. Quería verlas a las dos y les dije que se pusieran un rato ellas dos solas, que quería verlas. Estaban muy animadas y no pusieron ni la más mínima pega. Era un placer de dioses ver a esas dos mujeres tan perfectas, tan iguales y a la vez tan distintas dándose todo el placer habido y por haber. Se pusieron a hacer un 69 después de haber estado besándose y acariciándose. Quela quedo arriba y su culo era una tentación.

Me puse a follarla y no se quejó, le gusto, cuando tenía bastante lubricado mi rabo. Se lo saque y fui a follarme su culo, cuando se dio cuenta quiso moverse y la que me sorprendió fue Helena que la agarro bien y le dijo, “Antes su puta era yo, pues ahora tú serás su puta, vamos pártele el culo” me puso muy cachondo y a Quela también le debió de poner cachonda, porque su resistencia fue mínima. La verdad que una que me puse a follar el culo, no entendí su reticencias, porque era evidente que ese culo estaba muy estrenado ya. Me duro poco, porque se empezó a correr sin apenas haberle follado el culo, no lo saboree lo que me gustaba. Las deje haciendo el 69 y me fui a duchar. Ya me estaba des enjabonado cuando apareció Helena, se metió en la ducha conmigo y me dijo, ten cuidado que hace mucho que no lo he hecho y se dio la vuelta. 

Empecé y fui con cuidado, no estaba tan apretada como Neus, pero tampoco resultaba tan fácil como con Quela, pero era un delicia. Agarrarme a esas tetazas y follar ese culo a la vez. Mientras me la follaba, casi entre susurros me dijo, “Me ha gustado mucho como se los has hecho a Neus, me ha puesto mucho” sabía lo que quería y le dije, “Como has dicho a Quela si eres mi puta ahora, pídeme lo que quieras” y con cierta timidez me dijo, “Quiero probar que se siente cuando azotas” y nada más terminar de decirlo ya tuvo el primer azote y se le escapo el primer “AY” y luego un segundo y un tercero, los AY se fueron transformando en gemidos sonoros. Hasta que nos corrimos al unisonó, fue una corrida bestial, que nos hizo temblar a nuestras piernas. Y me sorprendió lo que me dijo, “Estaba falta de buen sexo y ya me estaba acostumbrando, pero después de esto, ya no sé, buf, que lio” mi respuesta fue decirle que me tenía a su disposición, se dio la vuelta me sonrió y nos dimos un profundo y morboso morreo. Cuando terminamos, me agarro la cara con sus dos manos y me dijo, “Si es que hasta besar sabes, como me pones besando”

Se fueron y la verdad que estaba bastante cansado. Al siguiente día fui de los últimos en levantarme y se habían ido todos al pueblo. Al llegar estaban todos de risas, tomando unas cervezas y había buen rollo y Alex estaba de lo más normal. Helena cuando me vio me sonrió dulcemente y cuando nadie se dio cuenta me paso un papel. Fui al aseo y leí el papel, “LE HE CONTADO TODO A ALEX, BUENO CASI TODO, SIN TODOS LOS DETALLES. DE FORMA MUY LIGHT, PERDONA, PERO NO SE LO HE PODIDO OCULTAR, NO DIGAS QUE TE HE DICHO NADA, POR FAVOR Y GRACIAS”, bueno por lo menos había tenido la delicadez de avisarme, que no es que me importara que se lo hubiera contado, pero en este tipo de situaciones prefiero saber por dónde me puede venir el enfado de alguien.

Alex en cuanto pudo pilarme a solas, con buena cara e ignorando que ya lo sabía me dijo, “Oye me gustaría que nos viéramos en valencia con tranquilidad, almorzando o comiendo, como te venga mejor” con el mismo buen rollo le conteste, “Cuando quieras, sin ningún problema, eso sí, avísame con un día de antelación a ser posible” nos intercambiamos los nro. de móvil y seguimos con las cervezas. El futuro dirá.

DEDICADO:  A la bellísima Sandra, simpática, intrigante y con un “trasero” digno de los dioses.

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