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La familia y uno más (4): MADRE-HIJA Y LA SORPRESA

en Hetero: Infidelidad

No volví a llamar a mi amigo, no por nada si no porque quería que ella fuera la que pidiese más. Al margen de quedarse embarazada o no. En esa misma semana me llamo mi jefe de departamento y me comunico que tenía 20 días para incorporarme en mi nuevo destino en Madrid a partir del próximo lunes. Se enrollo conmigo y me dijo que ya podía disponer de esa semana también y que esperaba verme pronto de vuelta, que si necesitaba algo ya sabía dónde estaba y esas cosas que se dicen. Me dedique toda la mañana a despedirme de la gente, muchos tíos se sintieron aliviados y entre las mujeres hubo de todo. Lo primero que hice fue en empezar a ver a través de internet, pisos en Madrid para alquilar, próximos a donde iba a trabajar, casi me da un infarto, el precio de los pisos eran prohibitivos. Hablaría con conocidos que conocían mejor Madrid para que me informaran.

Esa tarde fui a mi otro trabajo, hable con Pilar informándola de todo, su cara fue de tristeza absoluta y acariciándole la cara le dije que más de un fin de semana estaría de por aquí, ligera sonrisa y me dijo que antes de irme me querían dar una fiesta o más que una despedida, ya que no le gustaban las despedidas. Erica y su cuñada también pusieron cara mustia. Fui a Madrid que quede con un amigo de la oposición, me tranquilizo y me dijo que no me preocupara, él vivía junto a 3 más en un piso de 4 habitaciones, estaba bien situado, pero para ser un alquiler por una habitación, resultaba algo caro, pero me ahorraría el trasporte si viviera en localidades limítrofes. Fui a ver el piso y la verdad que era grande y la habitación muy espaciosa. La única condición es que nadie se traía “líos” a la casa, ya fueran serios o pasajeros. Le di la mano y todo quedo cerrado. Un problema menos, ese mismo día regrese a mi casa y nada más llegar llame a Juan Carlos para quedar con él al día siguiente y quedamos en que pasaría por su trabajo a mitad de la mañana y así lo hice.

+ ¿Te pasa algo? Por qué no es normal en ti venir a verme, es la primera vez porque siempre soy yo el que voy a tu trabajo.

+ No, no me pasa nada, ¿Es que me tenía que pasar algo?

+ Hombre como desapareciste y no has llamado ni nada. Pensé que os había pasado algo a mi mujer y a ti, algo que yo me perdí, porque está muy rara desde ese día.

+ He estado muy ocupado y por eso te he llamo. Necesito que me hagas un favor. Me voy a Madrid a trabajar y quiero que te quedes con las llaves de mi casa, lo pondré a alquilar y quiero que seas tú quien decida. Lo que tu hagas bien hecho estará.

+ ¿¡QUE TE VAS A MADRID!?

+ Si, menuda sorpresa, eh.

+ ¿Pero para siempre o para volver?

+ En el momento que pueda volveré.

+ Oye y si Amparo no se ha quedado, ¿Qué hacemos?

+ Vendré a menudo por aquí y si no, me hacéis alguna visita algún fin de semana.

+ Eso me parece bien.

No le pude sacar nada de su mujer a excepción de lo único que dijo sin nadie forzarle. Lo mismo el no tener noticias era lo mejor para todos. Me llego un wasap de Pilar donde me decía que ese sábado a las 9,30 de la noche, había cena en su casa, que fuera puntual, me decía que estarían todos. Nos mensajeamos varias veces, yo poniendo excusas para no ir porque no me apetecía ver algunas personas y ella insistiéndome una y otra vez. La negociación fue cenar y me marchaba.

Llegue a la cena bastante desganado, pero no quería ser descortés y quemar ningún puente. Me recibió Erica, que llevaba una camiseta de colores ajustada y lo que ella se creía que era una falda, que tenía esa falda menos tela que un calcetín. Se veían sus torneadas piernas desde el mismo inicio del culo. Me abrazo y me dio un piquito. Me cogió de la mano y fuimos para el salón, vino la madre a saludar y vaya como venía. Pilar traía lo que se suponía que era un vestido, pero parecía más una blusa o camisa larga, porque le ocurría como a su hija. Pregunte que cuando llegaban los demás y cuando me dijo Pilar que ya estábamos los que teníamos que estar, al oír eso me desapareció la desgana. Mas que una cena se trataba de un escaso refrigerio, algo que no me importaba, ellas además ya habían empezado a beber, porque se las notaba alegres.

Sentadas exhibían unos buenos muslos. Pregunte por Tristán y quien contesto fue la hija, “mi madre que se ha deshecho de mi padre, seguro que lo ha mandado al bingo” y Pilar sonrió con malicia. Estaba mirándolas y decidiendo si empezar yo o esperar a ver qué es lo que tenían pensado. Decidí lo segundo y esperar mi momento. Pilar se fue por hielo y nada más irse, le dije a Erica que estaba para devorarla, se echó a reír y me dijo, “lo mismo mi madre se marcha al bingo con mi padre crucemos los dedos” y ahora el que sonreía con malicia fui yo, porque le dije, “¿Eres inocente o te lo haces? No ves que tu madre se ha quedado para follar y lo hará contigo o sin ti, espabila” su expresión era de lo imaginaba. Vi que quería decirme algo, pero no le salían las palabras y ya regreso su madre, por lo que se quedó sin poder decir nada. Hice que Pilar pusiera música y no hizo falta decirle de que tipo, porque la puso lenta, especial para un momento de esos.

Me levanté y le dije a Erica que bailáramos, se quedó encogida sin saber qué hacer, hasta que repetí lo de bailar. Desde el primer contacto nos pegamos el uno al otro. Puse mi cara junto a la suya, podíamos oír nuestras respiraciones. Le hable al odio, muy suavemente, “lo que viste la otra vez, esta vez lo haremos contigo, nosotros tres solos, tengo ganas de veros, tengo ganas de follarte delante de ella” y ella me contesto, “no me digas nada, no quiero saber, que me da mucha vergüenza y me bloqueo, no sé si podre, pero bueno, que pase lo que tenga que pasar” ya no le dije nada más para quitar nerviosismo. Lo que si hice, fue llevar las manos más debajo de la cintura, que al tener sus brazos abrazando mi cuello, el culo le quedaba al aire prácticamente. Mis manos acariciaban su culo y su coño. Metí las manos por el lateral de sus caderas y baje las bragas que llevaba, cuando estaban por el muslo, ella me beso y movió sus piernas hasta que se las quito del todo.

Pilar que nos veía con mucha atención, había colocado una pierna por el reposabrazos, quedándole abiertas la piernas y podía ver que se acariciaba con una mano. Al principio se sintió un poco cortada, pero se le paso muy rápido, nos besábamos con mucha pasión y estaba ya todo encaminado. Nos rozábamos con fuerza y vi como Pilar se levantaba y se acercaba, estaba a un palmo de la espalda de su hija y creía que nos íbamos a abrazar los tres, pero que va, Pilar se acercó con lago en sus manos, era un antifaz rojo, se lo iba a colocar a su hija y esta quiso poner alguna pega cuando su madre le dijo mandándole silencio y con mucha dulzura, “chss, tranquila que vas a ser muy feliz esta noche y no la olvidarás nunca” Erica se dejó colocar el antifaz y después su madre la cogió de la mano, dándole un beso antes en la mejilla y nos fuimos en dirección a su habitación. Me miro y se puso un dedo en la boca para que estuviera callado.

Abrió la puerta de la habitación y directamente flipe en colores. Vi a su marido y padre de Erica, a Tristán, en pelotas y atado de manos y de pies, bien atrapado en su propia cama y boca abajo. Tenía también una mordaza con una bola que estaba metida en su boca, miraba con cara de cabreo, la imagen era impactante y más con esa correa negra y la bola roja en su boca. Nos fuimos desnudando Pilar y yo, estaba gloriosa, se la notaba con una satisfacción fuera de lo normal. Una vez nos quedamos desnudos, ante la pregunta repetida de su hija de, “¿Qué pasa? ¿Qué sucede? ¿Qué hacéis?” nos acercamos a ella y entre los dos la empezamos a desnudar. Su excitación era más que palpable. Su madre la hablo “hoy cariño lo vas a disfrutar, te vamos a hacer de todo y lo que es más importante, te vas a liberar y a desquitar” Erica extrañada pregunto, “¿Qué quieres decir con liberar y desquitar?” fue justo en ese momento cuando le dijo que se quitara el antifaz. Erica se lo quito y se quedó impresionada la ver a su padre de esa guisa.

Pilar mientras su hija no reaccionaba porque tampoco entendía mucho, se acercó a su marido, le quito la mordaza y cuando fue a hablar, Pilar le soltó un guantazo nada suave y le mando callarse. Miro a su hija y le dijo, “¿Lo ves? ¿Lo viste? Ya no es tan macho, le gustaba putearnos, hoy va a recibir de su misma medicina. Porque tenemos un nuevo semental, mucho mejor y más guapo, con una polla increíble y sabe cómo hacer gozar, ¿Verdad hija? Mira cómo le mira la polla a nuestro semental, ya no es ningún machito, va a ser nuestra muñequita” Erica seguía sin decir nada y Pilar se fue a traer una bolsa, de ella saco un par de fustas, un plug anal y un arnés con un buen consolador, no tan grande como mi rabo, pero casi. Dijo que lo primero era dejarle el culo en condiciones, que había que darle todos los azotes que ella había recibido, su hija no se movía, todo cambio cuando la madre le dijo, “lo sé todo, que este cabronazo lo grababa todo y ahora se tiene que dar cuenta que todo ha cambiado en esta casa” creía que iría a por las fustas, pero me equivoque, cogió dos cinturones, seguro que de Tristán y le dio uno a la hija, ella doblo el suyo, quedando doble y le dijo a la hija que hiciera lo mismo.

Pilar era la que llevaba la voz cantante no era yo y eso no me gustaba. La primera que lanzo un buen zurriagazo contra el culo de Tristán fue su mujer, no sé si le dolió o exageraba cuando se quejaba, pero el ruido fue bien sonoro. Erica se cortaba no se atrevía, a pesar de los ánimos de su madre. Cogí una de las fustas y le di en el culo a Erica que la pillo desprevenida, se giró y antes de que protestara le dije que hiciera lo que su madre le decía y ella me dijo, “es que le tiene que haber dolido y no veis que quiere que le soltemos, ¿Es que no os dais cuenta? Y luego se cabreará mucho, lo estáis enfadando” me acerque a ella y con un tono suave le replique, “te estas equivocando, tu padre ya no es el gallo del corral y ahora te lo demostrare, tu padre es una gallinita más” me acerque al cabecero de la cama, le acerque mi rabo empalmado ante la mirada de espanto de Erica y la mirada maliciosa de su mujer, no me hizo falta ordenarle nada, estiro todo lo que pudo el cuello hasta que atrapo mi rabo entre sus labios.

Su hija enfureció y empezó a azotar a su padre, bastante más fuerte que su madre y con mucha saña, apretaba los labios del esfuerzo que hacía. Tuve que tomar cartas en el asunto y agarrar su brazo para evitar que siguiera dándole a su padre. No tenía medida la muchacha. Lo más alucinante era que el padre estaba en la misma gloria, Pilar le repetía una y otra vez a su hija, “ves lo puto que es, a que no te lo imaginabas” y después de reírse las dos, su madre enarbolo el arnés con el rabo de látex puesto y preguntó “¿Quién va a hacer los honores?” y Tristán miraba como podía y ponía cara de susto y cara de placer, una mezcla. Como su hija no contestaba ella estaba más que dispuesta, porque hizo amago de colocárselo. Entonces tome yo la iniciativa. “De eso nada Pilar, seremos tu hija y yo, los dos a la vez, tú lo que tienes que hacer como buena madre es preparar el culo de tu hija”

Ni rechisto, se fue por un bote gigantesco que tenia de lubricante, olor y sabor a fresa. Coloque a su hija junto a su padre, mirándose los dos de una forma muy particular. Pilar empezó a lubricar el culo de su hija y menuda cara de vicio ponía. Erica cerraba y abría los ojos, igual que apretaba de vez en cuando la boca, al recibir los toqueteos de su madre. Me acerqué a Pilar le cogí el tarro y se lo di a Erica, que me miro expectante y le dije que hiciera lo mismo con su padre. No puso ningún reparo, se unto bien un dedo y sin miramientos se lo metió a su padre, que dio un respingo y lo saco metiéndole dos y de la misma manera, hasta el fondo y con una dosis de violencia. Parecía una maquina perfecta con un engranaje bien engrasado, Pilar atacaba el culo de su hija con un ritmo y ella hacia lo mismo con su padre.

Quise poner a Pilar en su sitio y la amarre junto a su marido y en la misma posición. Protesto pero obedeció. Le pase una fusta a Erica y ella sabía lo que tenía que hacer, mientras mi boca comía su cuello y la acariciaba ella azotaba tanto a su madre como a su padre, aguantando mucho mejor la madre que el padre los azotes. Erica estaba hasta con los muslos chorreando, estaba excitada al máximo. Tuve que pararla de nuevo, como se excitaba y como se animaba, es que cogía un ritmo frenético. Hice que comprobara como estaba su madre y tímidamente acerco sus dedos a su coño, lo toco de refilón y entonces le cogí la mano y se la hice pasar para que lo tocara bien, en cuanto Pilar lanzo aquel gemido tan potente, Erica se animó y lo toco bien tocado, con muchas ganas. Me enseñó varios dedos empapados, cogí su mano y la coloqué entre su boca y la mía, los lamimos y nos besamos.

Estuvimos un buen rato morreándonos los dos ante la mirada de sus padres, ella se había colocado mi rabo entre sus muslos, para que su coño me hiciera una paja deliciosa. Tenía miedo a que follara su culo y me entretenía, hasta que le di un buen azote en el culo y le dije que se colocara el arnés, que sería ella quien desvirgara a su padre, me mostro sus dudas, porque no sabía si sería capaz, la apoye sobre la cama y con la misma fusta que había castigado ella a sus progenitores, empecé a azotarla, no era como su madre, gritaba a cada azote, pero en lo que si eran iguales era con la satisfacción que lo aguantaba. Hasta que ya dijo que lo haría.

Le costó colocárselo y tuve al final que ayudarla un poco. Quería lubricar el rabo de látex y se lo impedí, diciéndole que el culo ya lo tenía bien lubricado, que así lo notaria mejor. Mientras ella se intentaba follar el culo de su padre, yo me ponía un condón y veía como no lo lograba y como su padre hacia fuerzas para evitarlo. Pilar al ver la torpeza de ambos les dijo, “espera un momento hija, tu Tristán, relájate que será más fácil, si quieres sopla un poco y ya verás como tu culito se relaja, hazme caso, que la que tiene experiencia en eso soy yo, una vez que te entre la puntita, el resto ira muy bien y Erica, no seas bruta, que aunque se lo merece, se prudente y no vayas con prisas”

Erica no lograba concentrarse, me coloque detrás de ella, le fui indicando y vi como había encajado un poco el rabo de látex y como su padre le suplicaba que fuera despacio. A mi indicación otro pequeño empujón, muy leve y entro un poco más. Tristán soplaba como le había ducho su mujer, se le oía perfectamente y su hija estaba en la encrucijada de no saber si meter más o sacárselo. Me puse detrás de ella y empecé a colocar mi rabo en la entrada de su culo, que gracias a la buena lubricación que el hizo su madre y al condón que estaba bien lubricado también, no me costó nada meter el capullo en su culo, con solo un leve quejido.

En poquísimo tiempo tenía más de la mitad de mi rabo en su culo, la hice colocarse bien encima de su padre y de un solo estoque metí lo que quedaba en su culo, ahí si le dolió un poco más o simplemente no se lo esperaba, el resultado, que ella se echó hacia delante clavándole a su padre todo de una vez. Empecé a follármela sin darle un respiro, lo que hacía que su padre fuera follado de la misma manera. Estire un brazo, para agarrar una de las correas de Pilar y soltarla, al poco ella se había soltado del todo y desde detrás de mí, metía mano a su hija, tocándole su clítoris y dándole una masturbada de película, Erica gritaba y gemía de place, ahora acompañaba mis embestidas para follarse mejor a su padre. El cual fue el primero en correrse gruñendo como un cerdo.

Pare de follarme el culo de Erica para que dejara a su padre y poder dedicarme a ella por completo. Le quite el arnés y ella desencajo el rabo de látex y a continuación se lo metió a su padre en el culo, le dio a la vibración y se lo dejo metido. Luego se colocó en la cama a cuatro patas y me pidió que continuara, metí de nuevo mi rabo en su culo y ahora ella se movía mejor, gemía que parecía que le daba un ataque de asma, le hice una seña a su madre y se metió entre sus piernas, hice que agachara un poco la cintura, para que su coño se pegara a la boca de su madre, no tuve que hacer mucho esfuerzo. Lo que aumento la calentura y gemidos de Erica. Veía las piernas abiertas de Pilar y como cimbreaba como pidiendo “auxilio” y quise que Erica se colocara haciendo un 69 con su madre, pero no había manera, estiraba sus brazos para no ceder a mi insistencia.

Aminore mis embestidas y aproveche para azotar su culo. Al principio mis manos estaban huecas al golpear sus nalgas, para que no hicieran mucho daño y que si fueran más sonoras. Esperando que eso fuera lo suficiente para romper su resistencia, pero ella seguía aguantando. Cambie la forma y ahora las palmadas eran con la mano bien abierta y si me picaba a mí la darle, a ella le tenía que estar doliendo. Era más puta que su madre, como aguantaba estoicamente mis buenos azotes en su culo. Apenas ya había pausa entre azote y azote, era casi imposible darle más velocidad. Hasta que por fin claudico y pego su cuerpo con el de su madre y su boca se fue al coño de Pilar, lanzo un gemido tremendo.

Follaba su culo con tranquilidad y admire su culo, que estaba completamente colorado de una forma exagerada y en vez de preocuparme me excito más. Me tenía que aguantar y hacer auténticos esfuerzos para no correrme, pero en cuanto oí como madre e hija empezaban a correrse, no pude aguantarme y me corrí también, ellas al tener sus bocas ocupadas fueron menos escandalosas que yo, que a mí se me oyó de una forma fuera de lo normal. Nos fuimos relajando y nos separamos, parecíamos que veníamos de correr. Nuestras respiraciones estaban muy alteradas. Pilar hizo que su hija se tumbase tranquilamente en la cama boca a arriba, para que se relajase y se recuperase. Se fue hacia su marido y le quito el consolador de su culo. Lo desato y pudimos ver todos la mancha que había en las sabanas, su mujer se metió con él y le dijo que se había corrido dos veces. Hizo que se tumbara boca arriba y lo volvió a atar.

Vino a mí y nos morreamos, su boca sabia al coño de su hija. Atamos a su hija junto a su padre y boca arriba también. Erica ponía cara de embobamiento y nos miraba con expectación. La madre estaba pletórica, viendo atados a su marido y sobre todo a su hija, se dedicó a traer cosas sin parar, pero cuando más alegre y animada estaba, le corté el royo, porque la cogí la ate de pies en un artilugio que tenían ellos, quedando atada con las manos hacia arriba y los brazos abiertos. Eso no le sentó muy mal, lo que si le sentó mal fue que le tapara los ojos, como antes había hecho con Tristán. Los únicos que podíamos ver éramos Erica y yo. Fui abriendo las cajas que había traído Pilar y había de todo y más de un juego. Vibradores y consoladores de distintos tamaños y formas, distintos tipos de bolas chinas, pinzas para los pezones y había un par de juegos que además tenían estimulación a distancia, es difícil hacer un listado con lo que había y luego en otra caja solo había velas.

No me hacía falta un manual, aunque nunca había utilizado nada de eso. Cogí un juego de pinzas que no tenían ningún mecanismo electrónico, pero si un adaptador para la presión a ejercer, todo muy bien pensando. Los ojos de Erica se abrieron al máximo al verme manipular las pinzas, que en sus grandes y duros pezones se engancharían muy bien. Se tranquilizo cuando vio que iba hacia su madre. Sus pechos un poco caídos pero muy bonitos, tenían también unos buenos pezones, estaba pendiente de la cara de Erica, cuando vio como coloqué esas pinzas en los pezones de su madre y como esta, solo gemía cuando más le apretaba, no me atreví a apretar más. Erica estaba excitadísima, se le notaba en todo su cuerpo, es su mirada, en sus labios, en sus pezones que parecían a punto de reventar.

Ahora cogí unas pinzas negras que cada una tenía un pequeño motor para estimular, primero las probé en mis manos y cuando ya sabía cómo utilizarlas, me fui hacia Erica, lamí sus pezones, los mordisqueé y ella solo gemía. Afloje bastante la presión de las pinzas, pero aun así estaban fuertes. Puse la primera pinza y soltó un quejido contenido, el padre al oírla y no verla trato de saber que pasaba, preguntaba, quería que fuéramos diciendo lo que hacíamos y le di con la fusta que tenía a mano en su rabo. Se cayo de inmediato. Sin embargo la madre sin vernos, sabía lo que hacíamos, porque le decía a la hija, “respira hondo y aguanta, que poco a poco se pasa el dolor y empieza el placer” Erica parecía que le hacía caso, porque respiro hondo varias veces y se fue relajando, hasta que encendí el mando, tenía 7 velocidades y primero puse el nivel uno y Erica gimió, nivel dos, resoplaba y se la veía cachonda, su mirada me penetraba y me excitaba, nivel tres, ya no ocultaba que le gustaba, aunque no quería reconocerlo. De ese nivel pase al último, al séptimo y se desbarato, movía su cintura su pelvis.

Cogí de una caja un estimulador para el clítoris, que tenía además como un rabo pequeño. Se lo coloque y desde que lo conecte fue brutal. Porque sin esperármelo le empezaron a venir varios orgasmos seguidos, hasta el extremo que me pedía que parase que se iba a desmayar del placer, que se sentía mareada. No la hice caso y me acerqué para morrearla, fue un morreo bestial, por la forma en que me lo daba. Perdimos la cuenta de las veces que se había corrido. Quite las pinzas y los pezones estaban como más hinchados y pase mi lengua por ellos, sacando un sonoro gemido de Erica. Acaricie su cara y su cabeza. Me miro con agradecimiento. Ahora encendí un velón y volvió a poner una mirada despavorida, le sonreí y le hice una seña, para que mirara a su padre, que solo de oírla tenía el rabo empinado. Lo único que esta vez si quería que lo viera Pilar, así que le quite el antifaz.

Me fui hacia Tristán y dejé caer unas gotas de cera sobre su rabo, el grito fue apoteósico, porque no se lo esperaba. Erica seguía atónita, vio como deje caer cera en el rabo de su padre, sobre su velluda tripa y entre los muslos, quejándose cada vez menos, era una familia muy peculiar. Me fui hacia ella y Pilar miraba con mucha excitación, dejé caer cera sobre la tripa de Erica, que solo dio un tímido gemido y en cuanto vi que lo aguantaba, me fui hacia sus tetas. Como nunca antes lo había hecho, actúe por pura lógica. Deje caer las primeras gotas justo entre sus dos tetas, me miraba mordiéndose los labios o apretándolos, según el momento y aguantando lo que pudiera salir por su boca. Tapé sus ojos con mi mano libre y seguí haciendo lo mismo, la diferencia que esta vez recibia la cera sin saber cuándo le iba a caer. Era mucho mejor así. No tenía comparación.

Dude bastante en dejar caerle la cera en sus pezones, pero Pilar me animaba moviendo la cabeza y deje caer las primeras gotas en sus mismas tetas, pero evitando los pezones. Ahí grito un poco más y suspiraba de tal manera, que parecía que sus tetas aumentaban de tamaño. Tenía que hacer esfuerzos para que la mano no me temblase y la cera cayera donde no quería, porque cada vez me acercaba más a sus pezones erectos. Mi intención era que la siguiente gota, cayera justo en el borde del pezón, pero al tener esa respiración ten profunda y que me fallo el cálculo, cayeron varias gotas en todo el pezón, ni echo a posta hubiera caído mejor para dar en el centro del pezón. Balanceo todo su cuerpo, levanto su cintura con fuerza, pero de su boca solo salió un “¡AY!” y seguido de un “UUUMMMMM” muy pronunciado. Seguí echándole cera, dejando cubierto sus pezones completamente y quité mi mano para ver sus ojos, que me miraban desafiantes de deseo.

Deje que se relajara un poco y mientras desate a su madre que estaba más que excitada. Desate a su hija y puse a su madre en su lugar. Luego quise follarme a Erica, pero antes destapé los ojos de Tristán, quería que los dos vieran como me follaba a su hija pequeña y que se vieran los tres sus caras. Puse a Erica de pie de cara a ellos, hice que se inclinara, apoyando sus manos junto a los pies de sus padres y luego, desde atrás metí mi rabo de una sola vez en su coño. Ella gemía como si estuviera hechizada, la embestía con brutalidad controlada y ella se corría al poco tiempo, seguí y no me pare porque todavía me faltaba, lo único que ella estaba tan excitada que se volvió a correr y la siguiente vez coincidimos los dos, después de corrernos, baje el ritmo y seguí follándola suavemente.

Fue en ese momento cuando la madre muy excitada le decía, “no desaproveches nada hija, siéntate en la cara del cornudo de tu padre y que te limpie y que sepa como sabe un buen macho” yo seguí y no le indique nada, pero en cuanto me quite, salió lanzada y se colocó como dijo sus madre, lo asfixiaría si seguía haciéndolo tan bruscamente. Ella mientras estaba encima de su padre decía, “vamos cerdo no dejes ni una gota, ya no eres tan macho, vamos no pares, aaahhhhhhh” y se corrió gritando. Fui a por un poco de agua y aproveché para ir también al aseo. No tarde mucho y cuando llegué, me encontré a Erica, “puteando” a sus padres. Al padre le había llenado el rabo de cera, la cara de él era de estar angustiado, solo de verlo se me encogía el rabo. Erica no estaba dispuesta a dejarlo solo en eso, se fue hacia su madre. Hizo lo que yo le hice en sus tetas, la diferencia que fue directa a sus pezones.

La otra diferencia que la madre se corría de placer con cada gota y eso desquicio a Erica. Me sorprendió al dejar la vela sobre la mesa de noche y ponerse a tocar el clítoris de su madre, que se movía muy gozosa. Incluso en un momento dado, Erica abrió los abundantes labios vaginales de su madre y se agacho lamiendo su clítoris, cuando lo vio y lo noto como ella quería, volvió a coger la vela, separo nuevamente los labios vaginales y la muy bestia dejo caer unas gotas de cera. Se me erizaron hasta los pelos de la nuca y flipe cuando la oí decir, “SIIIIIIIIII, ME COOOOORRO” y después un aullido más que un grito. Erica al oír a su madre le paso como a mí, flipo en colores. Me miro como buscando un apoyo, una orientación y lo único que recibió de mi fue una sonrisa de asentimiento.

Tristán nos pidió que le desatáramos porque necesitaba ir al baño, Erica le respondió, “cerdo a ti nadie te ha permitido hablar y no vas a ir al baño” nos miró con cara de pena y pude ver como poco a poco, le empezaron a salir unas gotas y cuando ya no se pudo aguantar le salió un buen chorro de orina. Pilar al verlo le dijo, “prepárate que en cuando me suelten lo vas a pagar, mira cómo has puesto todo, ¡GUARRO!” y después de eso, cogí a Erica y nos fuimos a su habitación antes las protestas de sus padres, que esta vez sí estuvieron unidos los dos.

Nos pasamos follando el resto de la noche, hasta que en un pequeño descanso que hicimos, se quedó dormida sobre mi pecho. Ya amanecía y como pude me fui apartando suavemente, con la intención de que no se despertara. Lo logré me fui al baño y después de una refrescante ducha, me vestí para irme y cuando salí del baño, allí estaba esperando Erica, con una sonrisa especial y que me dijo, “aunque te vayas, acuérdate de las que nos quedamos aquí, ya nos harás una visita o me mandas tu dirección y seguro que voy yo a hacerte la visita” nos dimos un suave beso y antes de irme fuimos a la habitación de sus padres, que estaban dormidos. Los desatamos y se despertaron, me despedí de ellos y más o menos me dijeron lo que su hija.

En los siguientes días, pensé mucho en lo sucedido esa noche. Comprendiendo que me quedaba mucho por aprender o más bien por practicar.

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