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Placer en Granada

en Hetero: General

Era un verano como otro cualquiera en mi pueblecito de Granada, en la pequeña urbanización que visitaba cada año. Aquel verano,la vecina de al lado se había mudado y habían venido nuevos inquilinos, una familia normal, el matrimonio tenía varios hijos, entre ellos estaba Miguel, un morenazo impresionante que me cautivó desde el primer momento en que le vi. Al día siguiente de que llegaran coincidimos en la piscina, tenía un cuerpo impactante para cualquier mujer, y más para mi que soy adicta a los hombres de buen talante.

Era un cuerpo bien formado, se podía percibir que era bastante asiduo al gimnasio. Él se metió a la piscina y yo lo hice a continuación, nuestras miradas se cruzaron por un momento ya que estába en la escalerilla en frente mía, tenía una mirada que sinceramente me ponía cachonda y yo pude notar como observaba todo mi cuerpo de arriba a abajo con deseo carnal .

De repente se sumergió en la piscina y con él la mirada que hacía un momento me había lanzado. Más tarde se tumbó en la hierba, me encantaba ver ese cuerpo espectacular ,me encantaba esa espalda tan amplia y morena que lucía con tanto garbo. De repente se fue de la piscina y al pasar un rato sentí su ausencia que me embargaba.

Quería sentir su cuerpo sobre mí, ese cuerpo escultural que me ponía tan caliente...nuestras terrazas estaban tan cerca que de vez en cuando le veía sentado y pensativo mirando las maravillosas vistas a la ciudad de Granada que se podían apreciar desde allí, en una de esas veces nuestras miradas se volvieron a cruzar como aquella ocasión en la piscina, volvió a ser una mirada de deseo sexual,esa mirada podía traspasar mi alma en tan sólo unos segundos. Me saludó y dijo:

-Qué calor hace hoy, ¿no crees?

Esa pregunta sonó a una indirecta que iba con segundas intenciones

-Sí,sobre todo desde que tu llegaste...

-Calor el que tú me produces, nena,dijo él con una sonrisa pícara.

Se metió en su casa de nuevo y pasada una hora sonó el timbre en mi casa, abrí la puerta preguntándome quien sería.Era él ,de una forma de lo más salvaje se me avalanzó , mientras me besaba de esa forma tan fogosa en la que nuestras lenguas chocaban sin cesar me apretaba con gran fuerza mis nalgas,mi culo y después empezó a tocar descaradamente mi coñito que empezaba a humedecerse de la gran presión a la que estaba sometiendo a mi sexo. Se veía que tenía un buen instrumento, digno de tocarlo sin parar, ese instrumento que ya había apreciado visualmente en la piscina.

Me llevó a la cocina y me sentó en la mesa, me abrió de piernas y me bajó rapidamente el tanguita que tenía, empezó a lamerme el coñito con tanta ansia que se asemejaba a un león que devora a su presa sin piedad, algo así como Mariano con sus cabras(véase relato SEXO Y GARROTA,FLUJOS EN EL CAMPO). Abrió mi concha con sus grandes manos, y dió un gran lametazo que me dejó absorta en el paraíso del placer, luego daba pequeños lametazos e introducía un dedo en mi ano, eso produjo que me corriera de una forma descontrolada y él, por supuesto, aprovechó aún más para lamer todos mis jugos. Me bajé de la mesa y se sentó en mi lugar, me puse de rodillas y le empecé a lamer la polla con la misma ansia con la que me había comido mi conejito, le chupé primero la punta y luego me introduje su polla entera, la lamía primero muy despacito y cada vez más rápido, él se corrió en mi cara y por todas mis tetas, comenzó a pellizcar mis pezones que ya se notaban erectos y duritos,sentía como su lengua recorría todos mis senos a la vez que acariciaba con delicadeza mi sexo que de nuevo estaba humedecido.

En ese mismo momento me llevó a la cama de mi habitación, allí, se sentó en una silla y me sentó encima suyo, yo comencé a mover mi trasero en movimientos circulares, me encantaba su forma de agarrarme el culo mientras follábamos como locos, notaba como sus huevos chocaban de una forma violenta sobre mi coño, de nuevo cambiamos de lugar, íbamos recorriendo toda la casa dando rienda suelta a la pasión, esta vez fue en el salón,me tiró a la alfombra y me colocó a cuatro patas,él se puso de rodillas y me introdujo lentamente su gran polla, esta postura me estimulaba aún más, llegaba a mi punto G,yo apretaba mis muslos y albergaba esa polla que estaba haciendo que tuviera uno de los mayores orgasmos de mi vida.

Finalmente terminamos los dos tumbados en el sofá del salón, tuvimos una conversación de lo más natural tras ese gran polvo, estábamos hablando mientras él volvía a mirarme de la misma manera que veces anteriores, pero esta ocasión era distinta ,nuestros cuerpos estaban desnudos y era aún más estimulante para su vista. Las semanas que continué de vacaciones tenía nuevos encuentros sexuales con Miguel, encuentros sexuales que terminaron cuando regresé a mi casa. Aún sigo recordando ese cuerpo que me traía loca.

Espero que os haya gustado mi relato, que está basado en una historia real .Si queréis darme vuestra opinión escribidme a mi correo.

UNA MUJER LIBRA